Hola a todos.. primero que nada les quiero dar mil gracias por leer el fic..y este capitulo va dedicado a todos aquellos que en algún momento se perdieron en el cap anterior...Y lo digo por que después de darle una leidita yo medio me perdí. Espero que les guste mucho.
VII
Dashi...él lo había convertido en aquella estatua... bien tonto fue el mejor de los dragones xiaolin al pensar que él no saldría nunca, la bruja había escapado de su caja y ahora andaba por ahí en carne y hueso. Por qué no él. El más poderoso de los dragones y apuesto a su parecer no iba a hacer lo mismo. Le pareció divertido como todo había pasado...
Adi...
Ese era el nombre de la chica que lo había liberado desde un principio...sí, su cálido poder hizo que despertara de su sueño, creyó que lo que hacía era oprimirlo, cuando solo lo alimentaba más y ni hablar de los dragones de la actualidad. Todos ellos poseían un gran poder, no lo negaba, pero les faltaba un camino largo por recorrer y para cuando ya estuviese al cien por ciento repuesto lamentablemente ya no existirían.
-Bueno creo que ya es hora de hacer una pequeña visita...- rió un poco- solo faltan ya escasos siete días...es una lástima que los dragones sean tan jóvenes...aunque mis dientes ansían es tener a mi querido hermano...Dojo tus días llegaron a su fin...-
Estaban todos entrenando, inclusive las dos invitadas. Alice y Adi peleaban contra los chicos, la primera contra el pequeñito redondo y la segunda por el contrario su oponente era el vaquero. El brasileño y la japonesa calentaban la pista con sus ataques cruzados. Por un momento los ataques cesaron, quedando ambos frente a frente, silencio y después...
-Vaya tal parece que Rai y Kim son la pareja ganadora- dijo el vaquero dejando de pelear.
-Así parece, aunque eso es algo que ya se sabía- riendo por lo bajo.
-Adi...es mi imaginación o ellos son cada vez más obvios..- mencionó Alice llegando a donde estaban el vaquero y la sacerdotisa.
-Eso si que es verdad...- dijo volteando a ver a su amiga- hermana.
Todos tomaron un descanso sólo para ver pelear a los guardianes del fuego y del viento. Inclusive el dragón verde y el maestro del templo se dieron la molestia de ir a ver tan intrincado e interesante encuentro. La chica recién llegada andaba contenta, pues, estaba de nuevo envuelta en un calor familiar. Hacía un mes todavía estaba con el genio del mal.
FLASH BACK
Ahí estaban los dos bajo la lluvia, la chica llevaba unas pocas horas en el lugar y él toda una vida. Cabellos rojos rebeldes, ropa negra y una mochila extraña, esa fue su presentación además del título de "joven genio del mal". Le permitió pasar un tiempo en su casa, pues, aunque se muestre agrio...en realidad no lo es. Al menos nunca lo fue con ella.
Lo acompaño por un tiempo y también descubrió su secreto.
Admirador de la joven dragón del fuego.
Le prometió no decir nada, inclusive una vez en el templo cumpliría su promesa. Una noche, la última que pasó en el lugar, observó la cara melancólica del chico. Y decidió acercarse.
-Jack...¿estás bien?- preguntó clavando sus ojos azules en los rojizos del chicos.
-Si...Jack Spicer siempre está bien...- dijo inflando su destrozaod ego. Ella lo miró y le sonrió.
-No te preocupes no diré nada... aunque yo pensé que tú no eras de esos...-
-Ella quiere a alguien más...- calló un momento, entonces pensó, es ese mes. El estar al lado de la chica de cabellos negros y ojos azules le había echo sentir algo, no era lo mismo que cuento estaba cerca de la japonesa, era algo más fuerte...Lo sabia. Pero prefería omitir un poco eso...pues pensaba que lo que le aferraba a Kimiko era algo sincero no una obsesión como muchas veces pensó.
-Pues entonces arriba corazones que de no ser ella para ti, encontrarás a alguien que si...- terminó y le dio en beso en la mejilla- muchas gracias por dejarme estar en tu casa un tiempo.
-De nada...- se volteó y la vio un rato, nunca antes una persona del sexo femenino le trataba como un ser humano...respetándolo... siempre era lo mismo con ella, lo hacía ver todo sencillo sobre todo cuando llegaba a la casa derrotado y malherido ella lo cuidaba y le levantaba el ánimo...así era ella..y así la quería..pero aún con todo eso, no sabía que era lo que por la chica de ojos azules sentía. – Vuelve cuando quieras...
-Lo haré..y de nuevo muchas gracias...-
A la mañana siguiente se fue.
Lo dejó de nuevo solo y derrotado, ahora, seguiría mandándole regalos y cartas de amor no correspondió a la guerrera del fuego, aunque en realidad no deseaba con mucho afán que ella las leyera; su corazón se debatía entre la confusión...la chica de los ojos azul zafiro lo había hecho ver muchas cosas...se sentía bien con ella y era tratado con respeto, como si fuese un ser humano, cosa que nadie hacía, ni siquiera la chica de los regalos...
Llegó al templo unos días después de partir de la casa del genio del mal. Se halló frente a un hermoso lugar, techos azules y paredes blancas, una pequeña fuente y un ambiente sumamente acogedor. El viento sopló y movió sus cabellos azabache, sonrió al oír las divertidas risas provenientes del interior del recinto. Se acordó un momentos de sus "hermanos", sintió tristeza y añoro.
-¡Alice!- gritó alguien a sus espaldas, se volteó y vio a su mejor amiga y hermana correr hacía ella, una sonrisa iluminaba el rostro de la chica de ojos marrones y el viento movía con rebeldía sus cabellos castaños oscuro -¡ Que bueno es volver a verte amiga!- Dijo abrazándola
-Digo lo mismo Adi...tenemos mucho tiempo desde que nos vemos...- dijo devolviendo el gesto.
FIN FLASH BACK
Fue así, como ambas se reunieron, mientras que las fuerzas de la oscuridad se hacían cada vez más y más fuerte.
Un resumen de las cosas en ese mes, fueron que, durante los entrenamientos, los monjes Xiaolin eran vigiados por más de un par de ojos atentos. Hannibal Roy Bean, Dohko y Chase Young, que estaba pendiente más de otras cosas que de los chicos. Una cosa de la cual había omitido, era le extraña cercanía que había entre la chica de ojos marrones y el chico de ojos ambarinos...
(N/A. A esta escritora loca...xX ama, adora y babea..ejem..¬¬ por Chase Young..jejeje así que esero que no les moleste que Adi...lo quiera..XD en fin...jejejeje...los dejo de fastidiar..)
FLASH BACK
Había pasado unos días después de que el joven bola de queso, observara por la ventana, junto a la chica de cabellos oscuros, a su antiguo "maestro". La chica se sintió un poco intrigada ante dicha presencia, y pues, él chichón de piso (N/A. Léase Omi..) miraba a su contrincante con cara no muy pocos amigos. Sinceramente pasaron unos pocos minutos de silencio, antes de que Chase se antojara de provocar al pequeñito.
-Se ve que no has mejorado mucho tus habilidades- con aire de superioridad, cosa que sin lugar a dudas molestó mucho el chico.
-He mejorado mucho- se defendió
-Omi...deberías tranquilizarte, dudo mucho que una pelea solucione todo...- intentó – en vano- calmar al chico de ojitos negros, ante la mirada atenta del ambarino.
-Oh vamos Omi... que no me ibas a dar una lección...- dijo con su típica tranquilidad, viendo a ambos chicos discutir un poco. El pequeño dio un paso al frente, dispuesto a tener una pelea con la persona que tenía al frente, cuando una mano se posó en su hombro. Volteó y se halló con una sonriente Adi.
-Omi...me dejas encargarme de esto...- con las mejillas un poco rosadas, la última vez que había peleado, había sido mucho tiempo atrás, antes de ser enviada a guardar al dragón que ahora rondaba por las tierras.
-¿Pero?-
-Es cierto, tengo mucho tiempo que no toco una espada, pero ahora que he estado aquí...- suspiro- me han dado ganas de volver a la lucha, al menos no tanto espiritual, sino también física...- le dio un beso en la mejilla al monje de estatura baja y le sonrió- me lo permites...
-Adelante..pero...- vio fijamente al contrincante de la chica- ten cuidado...Chase Young es un luchador excelente.
-¡Muy bien!- dijo caminando hasta quedar al frente del mencionado- Espero que no te molestes el que yo pelee contigo, se ve a distancia que con el que desear sostener una contiendo es con él...pero creo que me cedió el puesto...- le sonrió- Así...que mejor prepárate...- poniéndose en posición de batalla- Por que no pienso ser un oponente débil.
-Me parece interesante...- haciendo lo mismo- Empecemos...
Los dos dieron inicio a la pelea.
El primero en atacar fue Chase, una patada dirigida al estómago de la chica, la cual por suerte pudo esquivar con un gran salto y sobreponerse con una patada baja, lo que hizo que él se tambalease y perdiera un poco el equilibrio. Aprovechó el momento e intentó encestarle un puñetazo, pero lo detuvo con facilidad, y torció el brazo de la chica, hasta que ambos quedaran a escasos centímetros.
Un sonrisa nació entre ambos contrincantes.
Lo sorprendió zafándose ágilmente de su mordaza y dándole un fuerte rodillazo en el costado derecho. Respiró hondo. Atajó rápidamente otra patada, esta vez, directa a su cara, y terminó quedando encima de ella. Algo raro, le estaba pasando. Por primera vez en su vida, y por extraño e insólito que le pareciera, se estaba divirtiendo un poco. Se separaron bruscamente.
Sacó una espada. De empuñadura negra con una cinta rubí abrazándola. El filo de la cuchilla cegó un momento al espectador. Él por su parte, sacó algo muy parecido a la lanza de Guan. Muy bien. Ahora los dos estaban armados y estaban entrando en el calor de la batalla.
Para el momento en que el pequeño dragón del agua parpadeaba, la lucha entre ambos ya había empezado. Las cuchillas se unían en un estruendoso encuentro. Algo en esa pelea estaba renovando a la chica, ya no sentía aquella culpa...el dragón había despertado, por que así debió pasar. No existen coincidencias en este mundo, sólo existe lo inevitable. Y era así. Y los sucesos así lo habían demostrado, ese era su nuevo pensar y estaba en ella el tener que eliminar al dragón, con ayuda de sus nuevos amigos, aunque en esos momentos lo que más deseaba era una cosa...
Demostrarse que tan fuerte era.
Sintió el filo de la cuchilla en su cuello. En sus pensamientos Chase Young había aprovechado y la había acorralado. Estaba entre el árbol y el arma de su contrincante. Si tomaba una decisión, debía ser rápida. Vio las ramas...y luego lo vio a él. Sonrió...si...pero con burla...leyó en ese gesto tan sarcástico un... "¿Es todo lo que tienes?"... cerró los ojos y lo vio directamente..."Esto es lo que tengo", respondió con osadía, mientras incrustaba la espada en el tronco del árbol y se poyaba en ella para alcanzar un rama, girar velozmente y quedar detrás de él...
FIN DEL FLASH BACK
Así había empezado una "amistad" con él. Casi siempre se veían a las afueras del templo, cuando el sol caía y la luna yacía impecable y reluciente en el firmamento. Empezó, poco a poco, a sentir algo por él, casi inexplicable, es decir, apenas y lo estaba conociendo y sentía –con solo verlo- como su corazón latía a mil por hora. Pisó tierra y se acordó que, bajo el árbol, se hallaba ella esperando con ansias al ex amigo de Dashi y Guan.
-Debe ser muy interesante lo que piensas...- quedando frente a ella- Hace tiempo que llegué y no te habías percatado de eso...-
-Es solo... que me acordé de algo- sonrojándose un poco.
-¿Se puede saber en qué pensabas?- sentándose a su lado y viendo al frente
-Pues, en como empezó esta extraña amistad...- sonriendo un poco y viéndolo- No lo tomes a mal, pero según recuerdo yo... tú sólo querías pelear con Omi...
-Y terminamos así...- cortó la frase de su compañera
-Exacto... ¿no se te hace raro?. – fijando sus orbes oscuras en el chico que tenía a su diestra
-Quizás...-
-Seco...siempre eras tan seco, me gustaría ver...se calló un momento y suspiró, fijo su vista en un pequeño río que pasaba frente a ellos, y simplemente, esperó que el viendo acariciara su rostro- Una sonrisa sincera en tu rostro. Sé a la perfección que no te conozco lo suficiente, pero me doy cuenta de que eres alguien con un gran corazón, lo sé...No hay mal que dure mil años...-
-...- se quedó viéndola, era la primera vez que alguien se dirigía a él con...¿cariño, sí, eso era. Nunca antes se había sentido así, y por muy extraño que le pareciera le gustaba. Verla. Sentirla cerca. La soledad, con ella, no valía...
-Me tengo que ir Chase...- suspiró- Es muy tarde y tengo que dormir un poco, falta una semana para que todo empiece y tengo miedo. Mucho. .- Sintió sus ojos humedecerse y antes de que se diera cuenta ya estaba en brazos de su compañero llorando.
El sol resplandecía y ahí se encontraba su figura. Ondeante y azabache. Miró un largo rato el movimiento de los jóvenes. Sintió, en esos momentos, deseos de bajar y hacerlos pedazos. Pero respiró hondo. Disfrutaría mucho eso, pero, tenía cosas más importantes que hacer. Un ejemplo era ir a ver a sus queridos amigos...Al igual que estaban los dragones xiaolin, existían sus contrapartes. Agua, Fuego, Tierra y Viento. Cuatro demonios de un nivel muy superior al de los jóvenes actuales. Si...era verdad, las cosas iban a ser divertidas.
Antes que nada, debía encargarse de otra cosa, Hannibal Roy Bean. Si. Ese fríjol había causado que Dashi, si ese inútil dragón no se hubiese enterado y ahora todo sería diferente. Bueno eso era lo de menos, al fin y al cabo, ahora él estaba vivo y dispuesto a terminar lo que hace mil quinientos años había empezado.
Sintió algo extraño. Una presencia serena y tranquila en la cercanía del pasto verdoso. Volteó su cabeza y se dio cuenta, que no muy lejos del lugar donde se hallaba estaba ella. Si. La persona a la cual debía darle las gracias, claro eso lo decía con un deje de Sarcasmo. Después de todo fue esa chica quien lo despertó y alimentó por todo ese tiempo. Todo le pareció de nuevo divertido. ¿Por qué no darle una visita?. Se sintió un poco excitado ante la idea de ver la cara de horror de ella, pero se contuvo. Tal vez en otra ocasión, en esos momentos tenía más cosas que hacer. Tenía que despertar a ciertos colegas.
Voló hasta uno de los picos de la milenaria China. Ahí yacían los cuerpos rocosos de sus antiguos camaradas. Demonios. Mil quinientos años después serían despertados, el poder de ellos junto al suyo haría que el mundo temblase. Sonrió. Y se dispuso a liberarlos.
-Muy bien, como ya saben jóvenes guerreros a partir de hoy nos queda una cosa por hacer- hizo pausa y observó con gran orgullo a las personas frente a él- Y eso es esperar. Sí. Nos queda muy poco tiempo y las fuerzas del mal no tardarán en atacar. Todos- pasó una mirada por los cuatro dragones Wudai- Se han vuelto muy fuertes y esto también va con ustedes dos- Posando sus ojos en Alice y Adi.
-Muchas gracias maestro Fung- dijo la chica de ojos castaños y cabellos del mismo color- Pero hay algo que les tengo que decir chicos...-
-Adi...- viendo a su amiga preocupada- ¿se los vas a decir?
-Yo creo que deberías esperar un poco más...- optó por mencionar Dojo, recibiendo- una cálida sonrisa de la chica
-Prométanme algo por favor-
-Adelante, sabes que haremos cualquier cosa por ti...- dijo el brasileño con cierto deje de coqueteo, cosa que no agradó a la japonesa-
-Rai...la cosa es que, una vez que la pelea haya empezado, prométanme nunca intervenir a la hora de que me toque pelear...- mirándolos a todos seria
-Pero...¿por qué?- preguntó el pequeño bola de queso
-¡Sólo háganlo!-
-Está bien pequeña vaquera...- sacándose el sombrero y poniéndoselo a la chica de ojos castaños- Prometemos no involucrarnos en tu pelea...-
-¿Todos?-
-Todos...- respondieron al unísono los dragones del viento, agua, fuego, tierra y la chica de los ojos azules
-Gracias...- les sonrió
Vamos...vamos...se dijo a sí mismo el chico de los cabellos rojizos. Ante él un hermoso regalo deslumbraba, un moño rosa pálido se alzaba sobre la caja. En su interior, un hermoso oso de felpa junto con apetitosos chocolates esperaban – con ansias- que su dueña lo abriese. De algo estaba seguro el joven genio del mal, y eso era que esta vez el obsequio sería para la joven de ojos azules...
La única chica que lo trataba como alguien importante. Que le sonreía y mostraba afecto. Alguien que no sólo lo hacía sentir bien, sino también, hacía latir a mil su corazón. Amor. Sí, eso era lo que una vez llegó a sentir por la guerrera xiaolin del fuego- o al menos eso pensó-
Colocó una tarjeta y salió a mandarlo por correo. No tenía el valor suficiente para dárselo de frente...y estaba seguro que el brasileño aprovecharía y tomaría ventaja de todo, después de mucho tiempo se había dado cuenta de lo que él sentía por la japonesa, y aunque al principio le dio envidia, ahora eso era lo de menos. Sonrió. Vio al cielo despejado y recordó a Alice. Deseó volverla a ver.
-Espero que estés bien...-
Anduvo un rato por el lugar. Se acercó a su silla favorita y vertió arena en el piso. Vio a la castaña por largo rato. Era extraño como aquella chica lo hacía cambiar, con sólo verla se calmaba con facilidad, inclusive dejó de pensar en Omi como un adversario. Simplemente quería y ansiaba el anochecer para ir a verla y hablar con ella.
Hacía poco, mientras una de sus pláticas se arrojó a sus brazos y lloró. Él no supo que hacer al principio, sentía las lágrimas resbalar por su armadura y el cuerpo de ella buscando su calor. Después de un rato la envolvió en sus brazos. La abrazó. La última vez que había abrazado a alguien había sido mil quinientos años atrás. Y ahora ella llegaba como si nada y le revivía sentimientos que pensó, por ser del lado Heylin, que nunca más serían propios de él.
Pero se equivocó.
No dudó dos veces en preguntarle el por qué de todo. Y entre sollozos se enteró del destino que le aguardaba a ella. Una pelea. Bien y mal. Un sacrificio.
Se paró y fue hasta el estanque. Allí se encontraba la bruja. Le miró.
-Vamos a participar en esa pelea...- dijo más como orden que como cualquier otra cosa.
-¿Qué?- algo aturdida- estas loco, los dragones son más fuertes...
-No me interesa, simplemente participaremos y ya...-
-Dudo mucho que necesiten nuestra ayuda- cortó
-Hace poco Dohko vino a verme...- vio a la bruja amenazadoramente- Nos espera mañana temprano frente al templo...la peleara dará inicio...¡Y punto final!-
El sol resplandecía y frente al templo varias figuras eran iluminadas, poco a poco, por el sol naciente. Cuatro personas con capas, un dragón negro en su tamaño real. Y después de un minuto, Chase Young y Wuya, junto con Hannibal Roy Bean. Los tres últimos vieron de arriba abajo a los acompañantes de Dohko. Sabían quienes eran, pero era la primera vez que se hallaban frente a ellos.
-Bueno, pensé que nunca iban a llegar...- viéndolos- Es u placer que hagan parte de mi batallón.
La japonesa se levantó, vio el regalo que tenía al frente y sonrió. Todo había empezado con un admirador secreto y ahora estaban en medio de una pelea. Sonrió y abrió el obsequio. Brillaba en su mano una hermosa cadena de oro, en el medio una dije de corazón. Un relicario.
-Kimiko ya están afuera el maestro Fung...- se quedó sin habla al ver a la chica. Observaba la cadena que le había comprado. No sabía si admirarla hasta la eternidad o decirle lo que sea que fuese a decirle...El vaquero lo sacó de sus pensamientos e interrumpió su "meditación".
-Chicos el maestro Fung nos llama...ya está por empezar la pelea...-
-Si Clay...- dijo la japonesa poniéndose de pie y empezando a caminar- ¡Vamos Rai!- sonriéndole y dándole una palmada en el hombro.
-Si...- atinó a decir antes de seguirlos hasta la entrada...
No se ustedes, pero a mi parecer este es el primer capitulo largo que hago a lo largo de mi historia... Y ahora la pelea empezó...òó se puso interesante... Nos vemos en el próximo capitulo.
