Epílogo

Un niño de cabello negro rebelde y ojos verdosos corría a gran velocidad, el objetivo eran los tibios brazos de su madre. Al llegar, la mujer de ojos azules sonrió tiernamente y depositó un beso en la frente del infante. Su esposo miraba la escena complacido y gustosos.

-Bueno, pequeño, es hora de que te vayas a dormir- dijo el hombre acercándose al chico.

-No es justo. ¡Mamá!- protestó.

-¡Satoshi Pedrosa haz caso a tu padre!- dijo la mujer

-Los adultos siempre se ponen de aliados- haciendo puchero- ¡No es lo justo!-

-Correcto- el hombre tomó al niño por el tórax y lo cargo- Lo justo es que un niño de siete años se vaya a dormir, o si no, no verá a sus tíos mañana.

-¿Tío Omi?-

-Y tío Clay- dijo su madre.

-Correcto- dijo el hombre, bajando al niño- Bueno a la cama.

-¡Si!- dijo el infante, dando un beso a sus padres y corriendo a su cuarto.- ¡Buenas noches!-

-¡Igual!- viendo por donde se había ido el pequeñín.

Ambos se miraron y sonrieron, antes de darse un suave beso en los labios.

-Te amo Kimiko-

-Y yo a ti Raimundo-

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La pequeña de cabellos rojos y ojos azulados lloraba, mientras que su compañero de juego hacía lo mismo. Ambos escuchaban atentos, la historia que sus tíos contaban. El vaquero sonrió y cargó al a chica, lo mismo hizo el chico de cabeza de queso.

-Tranquilos chicos- dijo Omi, con Satoshi en brazos- Pequeños dejen de llorar.

-Pero...- la pequeña no pudo seguir, porque enseguida rompió en llanto-

-¡Alice, Jack!- dijo el vaquero-¡ Help!-

No tardaron mucho los padres de la niña en tranquilizarla. Después de eso, los infantes del grupo se quedaron dormidos, dejando a los adultos hablar con más tranquilidad.

-No puedo creer que haya pasado tanto- dijo la mujer de ojos azules.

-Alice...- dijo su esposo- Tranquila..- tomándole la mano.

-Es verdad, si estamos aquí, es por que hace ya diez años que todo eso pasó.

-Adi...no puedo creer que ella hiciera eso-

-Si...- dijo el vaquero- Nunca pensé que esa chica llegara a tanto. Lo único malo fue que su cuerpo no pudo soportarlo.

-De no haber sido así...- las lágrimas empezaron a salir de los ojos de la casi hermana de la chica. Su esposo la abrazó y besó tiernamente.

-Tranquila...-

-No te preocupes...el maestro Fung, me dijo hace poco en una carta, que por allá las cosas están bien. La tumba de Adi, está en perfectas condiciones, alguien se encarga de limpiarla y cuidarla.

-Chase- dijo la japonesa viendo a su esposo- Rai, tú crees que sea él.

¿Quién más?- dijo el monje de cabeza de queso

-Eso es verdad...-

La reunión continuó y entre risas. El motivo no era otro que el aniversario de la muerte de la chica. Ya habían pasado diez años de eso, y cada uno de los integrantes del grupo siguió con su vida normal...

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-Papá...- dijo la chica desde el umbral.

-Si pequeña- dijo el pelirrojo viendo a su hija desde el mueble-

-¿Tú me diste esto?- mostrando la caja en sus manos-

-No- respondió él con una sonrisa.

-Entonces... ¿quién?- dijo pensativa la adolescente de cabellos rojos y ojos azules.

-Tal vez tengas un admirador secreto...-

Quiero dar muchas gracias a todos los lectores que siguieron este fic.

Está demás decir que los personajes no me pertenecen.

Y pues, de verdad, es la primera vez que hago una historia tan larga...y tan complicada...pero me da un gusto inimaginable, el saber que conté con muchos lectores...y que di un granito de arena a que esta sección creciera más..

De nuevo..mil gracias...

.:Guaduchi:.