A/N: hola a todo el mundo! siento haber tardado tantiiiisisisimo en actualizar... pero me temo que las ideas para escribir sólo me vienen cuando estoy o en clase o de exámenes y no puedo escribir... entre eso y después las vacaciones... a mi cerebro le ha costado lo suyo volver a ponerse a escribir... no obstante por mucho que tarde no voy a dejarlo a medias...

Gracias a Gabrielle por devolverme la inspiración, y a Jildael, por provocarla en un principio.

Disclaimer: me temo que todo le pertenece a J.K. Rowling, a quién no he mencionado hasta ahora por una serie de enfados y malentendidos entre las dos que duran hasta hoy. ;-)

Advertencia: en este capítulo me he pasado de cursi (y meloso), así que es posible que algunos no os guste...hasta a mi me parece que me he pasado un poco... pero no era capaz de cambiarlo (uno de los motivos que me hizo tardar tanto).Que no se preocupe nadie, porque intentaré no pasarme otra vez de la raya, al menos hasta el final, jejeje.

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CAPITULO 4 : PASANDO TIEMPO JUNTOS

Llegó el lunes, y con ello, otra vez, la doble clase de pociones con Snape, que parecía puesta adrede en el horario por algún desalmado que quería arruinar la felicidad de los gryffindors, después del fin de semana.

La clase de pociones, fue aburrida, con puntos negativos para los gryffindors y positivos para los slytherin, pero dentro de lo que cabe, fue una clase de lo más normal. Excepto porque esta vez Ron estaba sentado con Neville delante de Harry y Hermione, por lo que Ron no pudo quedarse mirando a Hermione como tenía ya por costumbre. Y tanto Harry como Hermione estaban más nerviosos de lo normal. Estos dos últimos no paraban de echarse miraditas por el rabillo del ojo, y se apartaban en el momento en el que se daban cuenta que el otro también lo estaba mirando. Este fue el motivo por el que Hermione saco la peor nota en pociones, y probablemente de cualquier asignatura en todo el tiempo que llevaba estudiando en Hogwarts. Snape se percató de la situación y le dijo a Hermione que estaba decepcionado por cómo le había salido hoy la poción, y además de quitarle 30 puntos, le puso una nota que casi hace que Hermione se desmaye ¡un 7!

El rendimiento de Hermione en clase estaba bajando en todas las asignaturas, aunque más cuando Harry se había encontrado en su campo de visión durante la clase. Así que la profesora Mcgonagal le dijo a Hermione y a Harry que quería hablar con ellos después de clase debido al bajo rendimiento de ambos.

-y bien ¿profesora que quería decirnos?- le pregunto amablemente Hermione, a pesar de estar echa un flan por dentro.

-quería preguntaros si os pasa algo.

- no ¿Por qué piensa eso profesora?- esta vez fue Harry quien respondió.

- pues porque el rendimiento académico de ambos esta decayendo, así que más les vale, arreglar lo que sea que les pase, porque no quiero tener que bajar más las notas de dos de los mejores alumnos de mi casa.

-esta bien profesora, nos esforzaremos más- respondió Hermione.

- si, no se preocupe, seguro que en menos que canta un gallo Hermione esta sacando otra vez 10 en todas las asignaturas- dijo Harry mientras miraba descaradamente a Hermione, y esta se ponía roja como un tomate.

Minerva Mcgonagal, con la inteligencia y avidez que la carectirazaban, se dio cuenta de la situación de sus alumnos, y sonrió para adentro, pensando que hacían buena pareja.

El resto de la tarde y el martes no pasó nada especial, si tenemos en cuenta que las miraditas por parte de Ron y Harry a Hermione, y las de esta última con Harry, se habían convertido, sin que ellos se dieran cuenta en algo normal.

El miércoles, a altas horas de la madrugada, un somnoliento Harry Potter, se despertó, y para su desdicha, a pesar del sueño que le embargaba no podía volver a dormirse. Así que cogió su bata y bajo a la sala común para intentar que haciendo algo, consiguiera recuperar el sueño.

Su sorpresa fue grande cuando se encontró a alguien en la sala común, y sorprendido como estaba se dispuso a preguntar el motivo por el que estaba despierta a estas horas.

-¿Hermione, qué haces despierta a estas horas?

La aludida se sobresaltó, ya que no esperaba ver a nadie allí y después de un breve instante en el que se recompuso del susto, le contestó:

-pues que no me encuentro bien.

-¿Y eso? se ve que no tienes buena cara ¿qué te pasa?-preguntó Harry con aire preocupado.

-pues que no me sentó bien la cena de anoche, y e estado vomitando.

-umm, pobrecita… ¿has comido algo?

-no, que va, es que no tengo muchas ganas….

-pues deberías comer algo… ¿Qué te parece una infusión, eso siempre sienta bien al estómago.

-umm… vale, eso si que me apetece.

Así que Harry aprovechó que Hedwig estaba en la sala común- esta lechuza aparece siempre en el momento oportuno- pensó el; y le ató una nota para Dobby diciendo que trajera una infusión y un poco de jamón york, lo antes posible, Ya que no el no quería bajar a las cocinas y dejar sola a su amiga.

Dobby apareció en menos de un minuto con una infusión de anís, y un poco de jamón York para la enfermita, y deseándole que se mejorara pronto volvió a las cocinas, al lugar donde los elfos dormían.

-toma, bébetelo- le dijo dulcemente Harry acercándole el vaso a Hermione. Ella se limitó a decir un bajito gracias, que a Harry le pareció la cosa más dulce que había oído en su vida.

-umm-dijo, parando momentáneamente de beber-se me olvidaba preguntarte ¿qué hacías despierto a estas horas?

-cuidar de ti- le contestó Harry, y Hermione pensaba ohh! Que me derrito, pero que dulce, y que guapo y que bueno es conmigo mi Harry.

- no, en serio ¿por qué te levantaste?

-pues porque a pesar de mi sueño no podía dormir, me desvelé…, pero ahora estoy mucho mejor que durmiendo- le dijo a Hermione mirándola dulcemente, mientras ella le devolvía la mirada.

-Harry, abrázame, que estoy malita-dijo la castaña poniendo cara de puchero, una vez había terminado de comer, y se encontraba un poco mejor.

- no me lo tienes que decir dos veces- y el la abrazo, con muchas ganas, pero no muy fuerte, o la aplastaría y ella no estaba como para eso.

Después de estar un ratito abrazados, cambiaron de posición, Harry se sentó y Hermione apoyó su cabeza en las piernas de él, mientras Harry la tapaba con la manta y le acariciaba el pelo, haciendo que ella se fuera quedando dormida. Y cuando por fin cayó dormida, le dijo al oído:

-¡pero que guapa eres mi niña!- sin entender porque lo había dicho, aunque empezaba a sospechar gravemente, que se estaba enamorando de su mejor amiga. Un error según el, pero que le hacía estar más contento que nunca, como en las nubes, cada vez que estaba con ella. Y al final el también se quedó dormido.

Cuando ya eran las 7:30 de la mañana apareció la más madrugadora ese día de los gryffindors, y aunque le daba pena despertar a Harry y Hermione por la estampa tan bonita que formaban, lo tuvo que hacer, teniendo en cuenta que en pocos minutos bajarían el resto de alumnos y se pondrían a cuchichear, y quién más le preocupaba de todos, su hermano Ron.

Así que se acercó despacito y le toco a Harry en el hombro quién se despertó un pelín asustado, ya que estaba soñando plácida y profundamente con cierta chica que ocupaba últimamente gran parte de sus sueños.

-hola Ginny ¡que susto me as pegado!- le contesto con sueño y un poco de enfado Harry, típico de recién despertado.

-buenos días Harry…, dime ¿qué hacías aquí con Hermione?

- ¿Qué, a pues… que no podía dormir y al bajar aquí me encontré con Hermione que esta enferma.

-pobre…, pero bueno, debe estar mejor porque no tiene muy mala cara…, creo que deberíamos despertarla antes de que venga todo el mundo y le despierte el barullo- dijo Ginny

-si, será lo mejor-contestó el moreno de ojos verdes, antes de acercarse despacito y despertar a Hermione con una caricia y un beso en la mejilla. Está se despertó con una sonrisa al ver al que había ocupado su último sueño de la noche, y dijo muy bajito

-buenos días- dedicado también a su amiga la pelirroja a la que acababa de ver.

-¿qué tal te encuentras?- preguntó Ginny, con voz preocupada, esta vez sin ser fingida.

-mejor, la verdad, pero sigo un poco mareada.

-creo que no deberías ir a clase Hermione- dijo Harry- aunque te empeñes en ir, que te conozco.

Hermione se quedó toda la mañana en su habitación, y tal y como era de carácter, y tan aburrida como estaba, se puso hacer lo que haría cualquier enfermo que puede faltar un día a clase, es decir, ponerse a repasar y hacer el trabajo de encantamientos que era para la semana siguiente.

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En fin, hasta aquí llega el capitulo 4, el 5 ya esta empezado... y espero no tardar mucho (desde luego no los meses que he tardado en postear este, eso seguro). Espero que os haya gustado, y que me dejéis un review, realmente quiero que me digáis en que debo mejorar.

Muchos besos para todos

Eldanar