A pesar de la fiebre que sentía que le estaba apareciendo, pudo oler la colonia que usaba esa persona, mezclada con el sudor y con la lluvia, y por un momento, pensó, y dijo en un susurro audible.
- Harry.
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Sentía el peso de las mantas encima de ella, y la almohada debajo de su cabeza, pero no podía moverse, su músculos no la obedecían. Sin abrir los ojos, poco a poco, fue recordando los hechos del partido anterior, de los dragones, y por último de la persona que la había cogido en brazos, suavemente, y que la había llevado hasta el castillo. Recordaba haber mencionado el nombre de Harry, enfebrecida y casi inconsciente, pero no estaba segura de si realmente era él. De hecho, tenía muchas dudas al respecto, y eso se sumaba a la vergüenza que podría pasar si la persona que la había salvado no era Harry y se lo contaba... No quería al ojiverde mirarla con ojos de pena, intentando decirle que ella era como una hermana para él, que jamás la vería como una mujer a la que amar... simplemente no podía.

Sus pensamientos se interrumpieron cuando algo se movió cerca de ella, acercándose, y asustada comprobó que su cuerpo seguía sin moverse. Sus ojos no se abrían, pero sus demás sentidos estaban alerta. Allí había alguien. Sintió como una mano acariciaba dulcemente la suya, sin presionar demasiado, como temiendo romperla en mil pedazos. Sintió cómo los dedos realizaban pequeños círculos y subían, acariciando la piel que quedaba al descubierto de la túnica de la enfermería. Porque sabía que estaba en la enfermería, jamás olvidaría el olor de ese lugar, sobre todo después del primer año... se estremeció mentalmente cuando aquellos dedos llegaron al cuello, realizando dibujos invisibles, tatuajes que jamás se verían sobre su piel.

Por un momento, le agradó pensar que era Harry, que aquellos dedos eran suyos, que la acariciaban e intentaban mostrarle que en el fondo, el chico dorado de Gryffindor estaba con otras para intentar olvidarla a ella, porque no podía estar con ella por sus hermanos, porque sentía que era de la familia Weasley, porque pensaba que quizás era un amor infantil y pronto lo olvidaría, o porque temía que sufriría aún más cuando se enfrentase con Voldemort. Miles y miles de razones le daba mientras la besaba apasionadamente... no. Su mente se estaba imaginando cosas imposibles, porque conocía el tacto de Harry y éste no era así. Harry tocaba con posesión, con pasión, acariciando únicamente esos puntos débiles para hacer suspirar a las mujeres... lo había visto mil veces, y aunque le dolía, las volvía a observar cuando las repetía, en otra ocasión y con otra mujer. Cualquiera menos ella. En cambio, los dedos que ahora recorrían su cara lo hacían con suma delicadeza, deleitándose en cada trozo de piel, en cada pequeña arruga que comenzaba a notarse de tanto fruncir el ceño, haciendo florituras sobre la piel, susurrando mejores tiempos, anhelando por ellos, pero esperando pacientes su turno.

¿Cómo unas caricias podían demostrar tanto? no lo sabía, pero lo sentía. No era Harry, pero era alguien a quien ella le importaba realmente. Su hermano no podía ser, y chicas lo dudaba. ¿Neville, Quizás? Se hubiese conformado con estrujarle la mano y sonreirle, a pesar de que ella no pudiera verlo... ¿John, tal vez? No, John sólo le hablaría, se sentaría a su lado y se pondría a hablar de asuntos banales, sólo para hacerle compañía... y todos los demás chicos que conocía, aunque coquetearan un poco con ella, jamás la acariciarían con tanta ternura y devoción como aquel desconocido lo estaba haciendo ahora... ¿Y su nuevo amigo, el escritor desconocido? Sólo de pensarlo le dieron ganas de echarse a reir... pero sus músculos seguían estando en huelga.

Su corazón se aceleró al sentir acercarse aún más el visitante desconocido, y se asombró cuando unos labios se posaron tímidamente en una mejilla, y luego en la frente, tomándose su tiempo, como si quisiese atesorar aquel momento. Entonces la olió. Era la misma fragancia que recordaba haber olido cuando la salvaron de la plataforma de defensa, pero más concentrada, sin olor de lluvia ni sudor. Sin nada que impidiera embriagarse en ella. Se entristeció cuando el desconocido se alejó de ella, rápidamente, como si temiera ser visto por alguien, y sus sospechas se confirmaron cuando al rato entraron Hermione y Luna, hablando suavemente entre ellas, y se sentaron a su lado, comenzando a contarle las cosas que habían sucedido. Con gran esfuerzo intentó moverse, y fue abriendo poco a poco los ojos. Lo siguiente que se encontró fue a una Luna abrazándola fuertemente y a una sonriente Hermione intentando que no la estrangulara. Definitivamente, esperaba que la locura no fuese contagiosa, porque necesitaba seguir conservando su cabeza... para aquel extraño desconocido.

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El gran comedor recibió con júbilo y aplausos a la cazadora que se reincorporaba a cenar después de que por la tarde le hubieran dado el alta. La fiebre se había pasado con bastante rapidez y las pociones que había tomado le habían sentado de maravilla. Virginia Weasley recibió con una sonrisa a todo aquel o aquella que se acercara a saludarla, pues habían estado muy preocupados por el incidente. Después de que Pomfrey la revisara y le diese las pociones pertinentes, Hermione le había contado con todo detalle lo sucedido la tarde anterior. Al parecer, una manada de dragones se habían desviado de su ruta por un ataque de Mortífagos, llegando a Hogwarts. Estaban tan intranquilos que atacaban a cualquier cosa que considerasen mínimamente peligrosa, sobre todo a aquellos Objetos Voladores No identificados (o sease, jugadores de Quidditch, en este caso xD) que llevasen colores vistosos. Habían sido heridos de gravedad los dos bateadores de Slytherin y Mat, pero éste había salido de la enfermería mucho antes que Ginny. Cuando por fin el profesorado consiguió tranquilizar a los dragones y alejarlos de allí, entonces notaron su falta. La estuvieron buscando por todos los lados, hasta que la profesora Mc Gonagall informó a Hermione de que la cazadora se encontraba en la enfermería. Al parecer, alguien la había traído hasta allí, pero la señorita Pomfrey no había explicado nada. Cuando la joven Gryffindor le preguntó sólo contestó: "Me pidió que no se lo contase a nadie, así que no lo voy a hacer" Lo cual había dejado a las chicas muy confundidas. Después de toda la ronda de saludos, Ginny se sentó al lado de Hermione con una sonrisa en la cara.

- Buenas, "Mione"- Dijo, recalcando el apodo que usaba su hermano para llamar a su amiga- ¿Sabes algo de lo que te pregunté?- Le dijo en tono misterioso, porque aunque estaban algo alejadas de Harry y de Ron, que se habían levantado para abrazar a Ginny nada más entrar por la puerta principal, podía escucharlas cualquiera. Ginny no había perdido ocasión en contarle a ella y a Luna su misteriosa visita.

- Bueno... en cuanto al tema "A"- Explicó Hermione, poniendo la voz como si de una policía forense se tratase (vease CSI xD)- La señora Pomfrey sigue sin hablar, pero al menos conozco la razón...al parecer, el chico que te visitó es uno de los que participan en la tarea de reponer pociones en la enfermería, con lo que ella le debe de haber cogido respeto, y claro, se lo habrá pedido y...

- Emmm, esperate, para el carro¿Me estás diciendo que tooodas las pociones que tomamos están hechas por nosotros mismos¿ POR LAS QUE HACEMOS EN POCIONES?- La cara de Ginny era todo un poema. No podía imaginarse el hecho de ver a miles de Nevilles haciendo pociones mal, y luego a la enfermera diciendole "anda, bébetela"...

- No pienses cosas raras, Ginny.- Se puso a explicar Hermione- No es del todo como te lo imaginas. La mayoría de las pociones curativas o regenerativas que aprendemos en clase luego se tiran. El profesor Snape las analiza una a una, desechando las que no valen, o las que incluso podrían valer pero que están dudosas. Normalmente de cada clase solo saca una poción o dos, como mucho. Puedo afirmar con orgullo que en la enfermería he visto muchas pociones mías (ni me preguntes como las diferencio de las demás, eso es un secreto...) y a veces las pociones no cubren la demanda de la enfermería, con lo que crean una vez cada dos meses o así una especie de "taller de pociones" donde van los alumnos mas avanzados de los cursos superiores a realizar las pociones... como yo. Hacemos pociones curativas, crecehuesos, regeneradoras... incluso una vez hice para la profesora Grey una de regeneración de órganos... ya sabes lo vieja que está esa mujer...

- ¿Cuantos sois en esa clase?

- Eso es lo mejor: No superamos la docena. Y de ellos, sólo siete son chicos... Lo malo es que no te van a gustar para nada sus nombres... - Hermione parecía dudar realmente en decírselos... pero la cara de súplica de Ginny la convenció. - Bueno, quizás después, cuando salgamos del comedor a la sala común, que no quiero que montes un escándalo... pasando al tema "B" He estado interesandome en otros trabajos y no hay ninguno que tenga la misma letra que tu compañero escritor. Todos los cursos menores de Cuarto quedan por lo tanto, descartados. O tiene nuestra misma edad, o es mayor, no hay alternativas. Y no es Ravenclaw, de seguro... - y después de un moemnto, añadió...- y Gryffindor tampoco.

- ¿Por qué no puede ser Gryffindor? Tu dijiste que habías descartado a la mitad, pero la otra mitad que queda...

- Ginny- Interrumpió Hermione.- No es Harry, por mucho que te empeñes. Tu hermano no haría esa clase de cosas, Neville te lo habría dicho a la cara, Dean simplemente lo habría dejado pasar, Seamus jamás escribiría ese tipo de cosas porque es Seamus, en cuanto a los de tu curso... en fin, da igual, auqnue los analizaras a todos, tu propio "amigo" los ha desechado...- Hermione se calló, esperando que la pelirroja hallase el detalle que eliminaba todo rastro Gryffindor se su búsqueda. Y Ginny nos e hizo de esperar. Recordó las cartas que había recibido y las repasó mentalmente... y se percató ella también.

- Espera, me dijo algo de que dejase mi amor de niña, y que mirase a través de... mis colores... ¿ Se refería a los colores de Gryffindor? - Un asentimiento por parte de Hermione la animó. Y se desanimó al ver lo que quedaba...- Y sólo puede ser de Hufflepuff o de Slytherin... Hufflepuff por supuesto. Un Slyhterin jamás de los jamases escribiría una cosa así...¿Verdad?- Miró suplicante a Hermione, que le contestó con voz neutra...

- Un motivo perfecto para ocultarse.

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Se removió en su cama, inquieta. Había estado dando vueltas desde que se acostó, no queriendo tomar una poción relajante ahora que sabía de dónde venían... y quiénes las hacían. De los siete chicos, dos de ellos eran de Gryffindor, último curso. No los conocía más que de vista, pero se fiaba de ellos, pues al parecer, eran muy buenos estudiantes...uno de Hufflepuff, que se le llamaba "el alumno más gordo de Hogwarts", un Ravenclaw apodado "ratón de biblioteca" y que se conocía los volúmenes, los estantes y las páginas de los libros, y tres Slytherin...dos de ellos de último curso, y el otro Draco Malfoy. Poniéndose desde su posición en la enfermería, y siendo completamente realista, sabía que sólo podía ser el ratón de biblioteca, Daniel Heynes... El de Hufflepuff no podía montarse en una escoba, los de gryffindor jamás han mostrado ningún tipo de interés en ella y de los Slytherin mejor ni hablar. El único que concordaba perfectamente con su idea tenía que ser Daniel... y no le hacía ninguna gracia. Tampoco es que hubiese hablado nunca... de hecho, con el único del grupo con el que había "hablado" alguna vez era el odioso Draco Malfoy... el mismo que hace varias noches la dejó marchar cuando estaban sonando las campanas... y se acordó de aquellos ojos en el partido, esos ojos grisáceos, que no la miraban con odio, y sin embargo tenían su mirada clavada en ella...imposible, imposible, imposible, imposible... pero de una cosa estaba segura... iba a averiguar por qué diantres Malfoy la había mirado así, y quién la había salvado el día del partido. Lo averiguaría, como que se llamaba Virginia Weasley.

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El comedor estaba precisamente lleno a esas horas del desayuno. Casi todos los alumnos habían llegado puntuales para recibir el correo, que en ese momento llegaba. De las miles de lechuzas que se distinguían, una negra se posó en el hombro del príncipe de Slytherin y le dejó una carta, marchándose inmediatamente después, y revoloteando por todas las otras mesas, como le habían ordenado hacer. Draco Malfoy abrió la carta para encontrarse con la fina caligrafía de Virginia, que le contaba el ajetreo de sus días pasados y muy por encima, lo que había pasado en la enfermería. Draco se asombró, y en un trozo de pergamino que tenía, escribió una nota, silbó a su lechuza, que aún andaba por ahí y sonrió. La lechuza entregó su mensaje y salió volando. Ginny, asombrada por la rápida contestación de su amigo abrió la nota y leyó...

"no has abierto mi regalo..."

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Ouiii, al menos, he intentado hacerlo un poco más largo... creo, porque el word me funciona bastante mal y tengo que ir subiendo los capítulos en otro formato...

Azazel Black: Woladola! Si... la semana de los exámenes deja a una bastante atontada... era una dedicatoria que te había dejado en un fic que no me habáis avisado que tenías... en fin, tengo que ser rápida, porque tengo que ir a hacer recados, así que no te molestes si no es muy larga la respuesta a tu review, dew!

Marisa: Weeeno, con este chap no he tardado mucho no? Me alegro que leas mi fic y que te guste. Muchas gracias por tu review!

Moni Weasley: Que pitorreo nos llevamos con esa i... pues.. weno, lo de Draco no había relacionado el blanco con el plateado, porque por lo que yo he visto, los uniformes son blancos, y es la túnica la que lso diferencia... weno, eso de loq ue yo había visto, que ya no me acuerdo... xD

Luka: Me alegro de leerte otra vez! Estoy leyendo este fic traducido y la verdad es que lo entiendo casi todo :) Me gusta mucho, gracias por traducirlo!

a-grench: Me alegro que te guste, graicas por seguir leyendo!

pilika-Lasthope: Hombre, celebrando, celebrando... la verdad es que a mi me ha decepcionado mucho the revenge of the sith, que estuve el día del estreno a la primera hora y salí bastante chof... en fin, que se le va a ahcer... me alegro de que sigas leyendo, dew!

Eugenia Malfoy: Weno, esto es rapidez al subir un nuevo capítulo, no? espero que te guste, deew!

Mayra Potter: Ahhh, lo de si es un rubio plateado o no, eso YO no lo se (weno, si pero no quiero decilro, que YA SE NOTA quien es...) en fin, espero que este también te haya gustado y que me dejes un review, de todas formas gracias por el del capitulo anterior, besos!

Y tu, que lees pero no dejas nada, te aviso: Un review no cuesta nada escribirlo, y creeme que anima muchiiisimo, anda, haz un pequeño esfuerzo y pulsa abajo...