¡Hola otra vez! ¿Qué tal? Espero que os lo hayáis pasado bien el fin de semana. Pongamos primero lo de siempre…
Casi todos los personajes que aparecen aquí (digo casi porque me voy a inventar algunos… ¡en serio! Lo único es que saldrán más tarde…) pertenecen a JK Rowling, a la Warner y a todos los que han pagado los derechos oportunos (obviamente yo no estoy entre ellos…)
¡Y ahora los reviews! ¡me encanta esta parte! (más que la anterior pero hay que hacerlo para que no te denuncien… glups)
Zara Zabini: Me alegro de que te fascine (haces que me ponga roja jejejejejeje) espero que te siga gustando este capítulo también. ¡Nos vemos! ¡Agur!
Enigranger: Jejejejejejejeje Es que… pobrecillos… había que darles alguna alegría ¿no? Jejejejeje. ¡Sííííííí! Me encanta Ron jejejejeje y Snape también aunque sea un poco… digamos… amargadillo a veces… jajajajajaja. En cuanto a Voldemort parece que no tiene muchas intenciones de dejarla en paz es que… cuando hay que fastidiar ¡se fastidia! En cuanto a lo de que si se declaran cambiaran el futuro… mmmmm…. Esto… ¡tendrás que seguir leyendo para averiguarlo! Jajajajajajaja. Espero que te siga gustando este capítulo. ¡nos vemos! ¡agur!
Shaggy Sirius: ¡Gracias! Eres muy amable… ya irás viendo lo que pasa a Harry (bueno… a los dos Harrys jejejejeje) y en cuanto a Ron… esto… ¡ya se verá!. Espero que este capítulo también te guste. ¡nos vemos! ¡agur!
Hermione151: Sí bueno, visto de la forma de Snape Harry es un cobarde pero… pobrecillo es que tiene un trauma. Sólo lo dijo para que despertase (te lo digo yo que lo he escrito jejejejejeje). Voldemort tomó el aspecto de Harry para ver si ella iba a seguir apoyándole aunque parece ser que no fue sólo para eso. Tranquila tus respuestas serán contestadas (más adelante claro jejejejeje). Espero que te guste este capítulo también. ¡nos vemos! ¡agur!
Alba1: ¿Te gustó? Me alegro jejejejejeje la verdad es que yo también me emocioné cuando lo escribía… pensé que tal vez me había quedado muy dramático jajajajajajajaja. Espero que este capítulo también te siga gustando. ¡nos leemos! (creo que queda mejor así porque… no creo que nos veamos jejejejeje) ¡agur!
Revitaa Locatis-Potter: Es que… ha visto morir a todos delante de sus narices y como mucho le queda Snape para que le ayude (imaginate si sólo te quedase tu peor enemigo para poder ayudarte… se deprime el hombre…). ¿Verdad que es majo Ron? Jejejejejeje estoy segura de que hará todo lo que pueda para que su "amiga" sea feliz… En cuanto a confesarle lo que siente… será mejor que leas este capítulo jajajajaja. Gracias por decir que me has tomado cariño a mí y a mi fic… ¡los dos compartimos el mismo sentimiento! Jejejejeje ¡también te tenemos mucho cariño! Jajajajajaja. ¡Ah! Y me da tiempo a actualizar porque yo ya no estudio… en realidad, trabajo así que no estoy hasta las cejas de exámenes. Por cierto ¡qué tengas mucha suerte y apruebes todos!. ¡nos vemos! ¡agur!
Y ahora sigo
¿Qué es lo que te pasa Hermione? – le preguntó Harry que en ese momento se había quitado las gafas para ver si frotándose los ojos conseguía despertar - ¿Estás llorando? – le preguntó preocupado cuando se volvió a poner las gafas y miró a su amiga.
Yo… - no pudo terminar la frase. Harry la había abrazado fuertemente para reconfortarla.
¿Qué es lo que te pasa? Dímelo… ¿sabes que siempre podrás contar conmigo verdad? – le decía mientras le acariciaba suavemente el cabello.
… - No podía contestar, estaba sumida en ese abrazo. Sintió cómo si todo lo que había planeado, todo lo que había pensado, todo lo que había sufrido no hubiese pasado. Únicamente podía sentir la respiración pausada de él, el calor que desprendía la chimenea que crepitaba dulcemente, sus manos en su espalda que la reconfortaban infinitamente. Estaba perdiendo el control. Era cómo si todo el amor que sentía por el moreno intentase salir por cada poro de su piel. Sumergió aún más su rostro en su pecho. Aspiró su aroma; era lo único que recordaba en los últimos cinco años. Toda conciencia abandonó su cuerpo; ya no era dueña de sus actos ni de su pensamiento. – Te amo… - susurró al fin rindiéndose a sus sentimientos.
¿Qué has dicho?
¿Qué? – preguntó desconcertada mientras volvía bruscamente a la realidad.
¿Qué es lo que has dicho Hermione? – le preguntó nuevamente mientras se separaba un poco y la miraba directamente a los ojos.
… - No sabía que responder. Simplemente no podía creer lo que había dicho. – Genial… muy bien Hermione, muy bien… - se repetía una y otra vez – No puedo decírselo ahora… no puedo… ¿y si le digo todo lo que ha pasado y mi plan? No tampoco, no es el momento… piensa… ¡No puedo pensar! Harry deja de mirarme… - cada vez se iba poniendo más nerviosa al sentir su mirada - ¿Y si le digo que he tenido una pesadilla en la que moría? No es del todo mentira… Eso es… se lo diré – Harry yo… he tenido una pesadilla – comenzó a decirle intentando parecer lo más serena posible – Una pesadilla en la que morías y no podía hacer nada. Es por eso que bajé a la sala para poder serenarme. Para poder quitarme esa imagen de la cabeza…
Tranquila, yo estoy bien – le susurró mientras la volvía a abrazar – Estoy bien…
Tal vez sea mejor que volvamos a la cama… ahora que ya está todo aclarado… - le dijo temiendo volver a perder el control.
¿Seguro que te sientes mejor?
Sí… gracias me has ayudado mucho. – se separó lentamente de él y se levantó. – Gracias – se agachó y le besó suavemente en la mejilla – Buenas noches.
Buenas noches – despidió a su amiga mientras la seguía con la mirada.
Espero que no lo haya oído… - dijo al cerrar la puerta tras de sí – Cómo he podido ser tan descuidada… - se reprochó y se tumbó en la cama – Harry…
El moreno aún no se había movido del sofá. Se quedó mirando a Hermione hasta que desapareció de su vista. Pensaba en lo que había oído; en la confesión de su mejor amiga. Sentía que todo su cuerpo temblaba de emoción; se acababa de dar cuenta. Era lo que siempre había estado esperando oír. Al principio no reconoció esos sentimientos, los confundía una y otra vez con una gran amistad. Pero ahora estaba seguro… seguro de sus sentimientos.
Yo también te amo – susurró mirando aún a la chimenea. En ese instante deseó poder conseguir armarse del valor suficiente para decírselo. Sonrió – Te lo diré… Esperaré a que tú puedas oírlo – dijo recordando el momento en que su amiga le dijo lo que sentía. En ese instante ella escondía su cara y parecía no querer que él se enterase. Recordó sus labios; temblaban al igual que le pasaba siempre que él estaba delante. - ¿Acaso tendría miedo de mi respuesta? – pensó y se levantó del sofá. Comenzó a subir las escaleras y, cuando estuvo delante de la habitación de las chicas, susurró – Pronto te diré lo que siento… pronto – sonrió mientras seguía su camino a su habitación.
¿Qué ha pasado? – le preguntó impaciente el pelirrojo cuando su amigo entró en la habitación.
Nada… ella había tenido una pesadilla.
¿Y por qué gritaba tu nombre?
Es que en la pesadilla yo moría – comenzó a explicarle.
¿Ya está bien?
Sí, tranquilo. Ya está en la habitación durmiendo.
Y… ¿no ha pasado nada más? – preguntó tímidamente mientras se sentaba en su cama.
¿Qué querías que pasase? – le preguntó el moreno intentando evitar la pregunta.
Nada… nada… - le respondió más contento.
Será mejor que durmamos o mañana no podremos ir a Hosgmeade… - le dijo Harry mientras se metía en su cama.
Tienes razón… Buenas noches – se despidió el pelirrojo mientras se ponía de lado.
Buenas noches – no quiso hablarle de su conversación con Hermione ni de cómo por fin había descubierto lo que sentía por ella. Quería hablar primero con la castaña y aclararlo todo. Después hablaría con Ron. – Pero… él es mi mejor amigo… seguro que le haré daño – dijo de repente una voz en su mente – Si él es tu mejor amigo te apoyará no te preocupes – le respondió esa voz tan familiar – Te dije que la amabas – concluyó y el moreno sonrió mientras cerraba lentamente los ojos.
Quiero verla – dijo de repente un moreno cinco años después levantándose de su "cama" – Ahora.
Te he dicho que la dejes descansar… - respondió Snape que estaba tumbado en su "cama" – Creo que por hoy ya le has dicho bastante ¿no crees?
Te estoy diciendo que quiero verla otra vez – dijo entre dientes – Dame el medallón.
Ven a por el… - le retó acurrucándose más para poder sentir algo de calor.
¡¡¡Quiero verla! – gritó
¡Cállate! – le ordenó Snape - ¿A caso quieres que vuelva el guardia?
¿Qué es lo que pasa aquí? – preguntó Avery desganado cuando entró en la mazmorra - ¿No os podéis quedar calladitos?
¡Quiero ver a Hermione! – volvió a gritar Harry haciendo caso omiso a la pregunta del mortifago.
¿Quieres callarte? – le amenazó Avery que se había colocado frente a su celda.
Es inútil… creo que está desvariando otra vez – comenzó a explicar Snape que ni siquiera había vuelto su cabeza para ver a las otras dos personas que se encontraban con él.
No creo estar hablando contigo… - le dijo con desprecio.
Cómo prefieras…
¡Hermione! Quiero verla ahora mismo – exigió el moreno poniéndose en pie y yendo al lado de Snape – Ahora mismo.
¿Por qué te lo pide a ti? – preguntó extrañado Avery.
Y yo que sé….
Muy bien… ¡estate calladito! – le gritó Avery a Harry.
¿Me obligarás tú? – ahora el moreno le miraba directamente, retándole.
Vaya… veo que hoy te has levantado muy valiente… pero no estás en posición…
No te tengo miedo…
¿No? Pues bien… ahora mismo acabo con tu sufrimiento… - le apuntó con su varita – De todos modos no entiendo porqué el amo no acaba contigo ya… acabó con la sangre sucia… - en su rostro se dibujó una sonrisa de macabra satisfacción.
¡Eres un maldito cobarde! – le gritó y corrió hasta casi estamparse contra los barrotes - ¡Te mataré!
No… yo lo haré primero… sí… esto lo voy a disfrutar… Avada – comenzó a decir apuntándole directamente al corazón.
Genial… Ahora me voy a quedar sin compañero – dijo de repente Snape que aún no había mirado ni una vez la escena.
¿Qué? – le respondió sorprendido Avery que había dejado de apuntar a Harry - ¿Ahora te preocupa lo que le pase a este?
No, no me importa en absoluto. Es más creo que deberías matarle o dejarle medio muerto… sí, eso sería genial.
No te creo… - ahora Avery se dirigió a la celda de Snape.
Sí, mátale – Snape le dirigió una mirada un tanto divertida – Así tendré el placer de ver cómo Voldemort se encarga de ti. - al oír el nombre de su amo Avery pareció perder el control; temblaba de miedo tal vez pensando en el castigo que le esperaba si acababa con el moreno.
¡No pronuncies su nombre! – gritó cuando recuperó la compostura.
Está bien, está bien… no pronunciaré más su nombre – le dijo sentándose en su "cama" – No volveré a decir que si matas a Harry Potter Voldemort – pronunció despacio y claramente este nombre – te matará – finalizó con una sonrisa triunfante en su rostro.
¡No eres digno de pronunciarlo! ¡Traidor! – gritó enfurecido y le apuntó con su varita.
Mmmm traidor… últimamente no hago más que oír este calificativo. – divagó haciendo que el mortifago acumulase más ira contra él. Mientras tanto Harry miraba la escena intrigado. - ¿Por qué está entreteniéndole? – pensaba hasta que cayó en la cuenta - ¡Es cierto! Ellos no saben que Hermione está cambiando el pasado… soy un estúpido…
Cállate – arrastró las palabras.
Claro, claro… no queremos que Voldemort despierte ¿verdad? – le respondió divertido mientras lo miraba directamente a los ojos.
¡Te arrepentirás! – gritó fuera de sí - ¡Crucius! – profirió el hechizo con ira infinita. El profesor notaba que cada uno de sus músculos se iban rompiendo. El dolor tenía una intensidad insufrible. Estaba a punto de gritar de dolor, pero no lo hizo; no quiso darle ese placer. Al cabo de unos segundos, que le parecieron eternos, paró el hechizo y apuntó directamente a Harry – Ahora tú… - dijo jadeante.
Enhorabuena Avery – habló Snape – Eres el mejor mago al que he tenido el honor de servir de pelele – agregó con sarcasmo. – Ahora vas a por el chico ¿eh? Que gran mago eres…
¡Cállate de una vez! Tal vez tendría que acabar contigo de una vez… - amenazó.
Seguro que Voldemort – cada vez que decía ese nombre lo hacía despacio e incluso disfrutando del efecto que causaba – estará contento porque te has vengado por él… - al oír estas palabras Avery se quedó blanco. Aunque no le gustase él tenía razón; su amo le mataría lentamente. ¿Valía la pena morir por matar a un traidor? La respuesta era sencilla… no.
No vuelvas a gritar mocoso – le ordenó a Harry – Y en cuanto a ti – volvió la mirada a Snape que le sonreía – arreglaremos cuentas – terminó y se encaminó a la puerta de la mazmorra.
No lo dudes… - le dijo amenazadoramente Snape, Avery se dio la vuelta y su rostro se tensó en una mueca de asco. Al cerrar la puerta el profesor se desplomó en el suelo.
Snape… ¿estás bien? – le preguntó preocupado Harry – Lo siento – fue lo único que pudo decir al ver el estado lamentable en el que se encontraba el profesor.
La próxima vez controla tu genio – le respondió escupiendo sangre de su labio partido – No quiero que destroces todo lo que hemos hecho hasta ahora – terminó subiendo con mucha dificultad a la "cama".
No sé lo que me pasó… me controlaré – prometió el moreno tumbándose en la "cama".
Yo sí sé lo que te pasó – susurró Snape.
Cinco años antes una chica castaña se removía en su cama. No conseguía dormir. Pensaba una y otra vez en todo lo que le había pasado esa misma noche. Voldemort había intentado entrar en su mente. Se giró a la derecha intentando tranquilizarse. Ron estaba muy raro con ella. Se giró a su izquierda. Había hablado con el Harry del futuro; estaba realmente mal. Se giró a su derecha. Le había confesado al Harry del presente sus sentimientos y los había negado después. Se giró a su izquierda. Todos esos pensamientos no hacían más que dar vueltas en su cabeza. Se sentía cansada pero no lograba dormir. Al final optó por quedarse boca arriba y cerrar fuertemente los ojos esperando poder dormir. Se encontraba de nuevo en un bosque cerrado. Iba corriendo por un sendero. Miraba hacia atrás como esperando que alguien la siguiese pero estaba sola. Se paró en seco y se dio la vuelta. Escudriñó el paisaje pero no había nadie. Comenzó a temblar. De repente oyó un ruido detrás de ella y apareció un hombre con capucha. - ¿Qué es lo que quieres? – preguntaba ella intentando ocultar todo el miedo que tenía. – A ti – fue lo único que esa figura dijo. Ahora se estaba acercando. Sacó de su túnica una varita y la apuntó a su corazón. - ¡No! – se oyó una voz que inundó todo el bosque. Ella miró alrededor pero no encontró a nadie. La figura encapuchada se detuvo. – No molestes – dijo entre dientes. - ¡Déjala en paz! – volvió a decir la voz. – No – repitió el encapuchado. Mientras tanto ella intentaba en vano buscar su propia varita. - ¿Es esto lo que estás buscando? – le dijo entre risas la extraña figura mientras le enseñaba su propia varita que ahora estaba en su mano. - ¡Dámela! – le ordenó desesperada. – No – seguía caminando hacia ella. – He dicho que la dejes – estalló la voz inundando todo el bosque de una luz muy densa. Tuvo que cerrar los ojos, no vio nada; únicamente sintió dos haces de luz que se cruzaban y producían una gran explosión. Abrió los ojos con cuidado; volvía a estar sola. Miró hacia delante y vio una luz blanca acompañada de una melodía. Caminó hacia ella. Ya estaba muy cerca. - ¡No! Por favor no vayas… - le pidió una voz. – Lo siento – dijo ella – Es la única forma y tú lo sabes - . –Por favor no puedes dejarme… te necesito – le rogó la voz mientras ella entraba en la luz. – Tú puedes cambiarlo todo – ahora la voz lloraba – Por favor. Demasiado tarde ella ya estaba en la luz. Miró hacía atrás y vio a un chico de rodillas, ella sintió cómo dos lágrimas salían de sus ojos. Ahora veía todo borroso; señal inequívoca de que se había ido.
¡No! – dijo Hermione levantándose de repente cubierta de sudor. Había sido una pesadilla. Había soñado con su propia muerte. – Lo cambiaré… haré que todo salga bien – susurró mientras se acercaba a la ventana para ver salir el sol. – Todo cambiará. – Se volvió a meter en la cama y al cerrar los ojos, vencida por el cansancio, se durmió.
¡Despierta ya dormilona! – le dijo Ginny al tirarle un almohadón a la cara - ¡Hoy nos vamos a Hogsmeade!
¿Qué? – dijo la castaña mientras se sentaba en la cama y miraba extrañada el almohadón que ahora estaba en su regazo.
Tienes que despertarte… nos vamos – le volvió a repetir su amiga.
¡Es cierto! – dijo de repente y casi saltó de su cama.
Te recuerdo que tienes que comprar los regalos de navidad… - recalcó ilusionada su amiga.
¡Tienes razón! – le respondió tirándole a la vez el mismo almohadón.
Que vengativa eres Hermione… - dijo entre risas.
Mmmm si me doy prisa tal vez pueda salir antes de que Ron y Harry me vean… no creo que les guste mucho saber que no me he acordado de comprar los regalos…
Si te ven te inventas una excusa…
¿Cuál?
Veamos… - fingió que pensaba - ¡Sí! Diles… perdonadme chicos pero es que como he estado tanto tiempo estudiando para los EXTASIS ni siquiera me he acordado de vosotros y ahora tengo que ir rápidamente a comprar vuestros regalos. – terminó entre risas.
¡Qué graciosa! – se rió mientras le tiraba otro almohadón a su amiga.
Vaaaaleeeeee – cedió la pelirroja – Será mejor que bajes ya… - miró su reloj – seguro que Harry todavía está intentando levantar a Ron de la cama. – se rió y salió de la habitación.
La verdad es que ella sí que tenía uno de los regalos; tenía guardado en el baúl el regalo de Harry. Lo recordaba perfectamente. Abrió su baúl y vio una caja perfectamente envuelta. Sonrió.
Molly me ha dicho que tal vez necesites mi ayuda – le decía Lupin un año antes entrando en una de las habitaciones de la mansión Black.
Sí – le respondió sonriente la castaña – creo que ahí detrás hay algo…
Tal vez sea un boggart… - le dijo mientras se acercaba a un pequeño comodín que no hacía más que moverse.
La Sra. Weasly ha dicho que ya los exterminamos todos…
Bueno… tal vez este pequeño no se haya enterado – sonrió Lupin mientras se acercaba sigilosamente. Movió lentamente el comodín esperando encontrarse una luna llena plateada pero lo único que se encontró fue un duendecillo que le tiró una especie de jarrón a la cabeza. - ¡Ay!
¡Inmovilus! – gritó Hermione apuntando al duendecillo que en el instante se quedó quieto.
Gracias – le dijo Lupin frotándose suavemente el lugar dónde le había dado el jarrón. – Ahora se lo bajaremos a Molly ¿me acercas ese saco?
Claro – Hermione cogió el saco pero, al estirar de él, cayó del comodín un álbum de fotos. - ¿Qué es esto? – preguntó olvidándose completamente del saco que le había pedido Lupin.
Hermione… necesito el saco… - le dijo cuando se dio cuenta de que el duendecillo empezaba a dar señales de vida.
Perdona… aquí tienes
¿Qué es lo que tienes en la mano? – le preguntó Lupin que ya había metido al duendecillo en el saco y lo había cerrado.
Creo que es un álbum de fotos – respondió abriéndolo.
¡Vaya! Son fotos de la familia Black.
¿Sí? ¿Puedo verlas? – Hermione se inclinó para poder verlas mejor – Algunas fotos están rotas…
Mucho me temo que en esas fotos salía Sirius… - le respondió con tristeza.
Seguramente… se te ha caído una – señaló al suelo – Esa no estaba muy bien pegada…
¡Es la foto del bautizo de Harry! – exclamó sonriendo abiertamente.
¡Vaya! – dijo Hermione al ver la foto. En ella el padre de Harry estaba besando en una mejilla a su mujer mientras que su padrino les miraba sonriendo. Al instante estaban los tres juntos mirando tiernamente a Harry y sonriendo. – Están muy bien…
Será mejor que se la lleve a Harry; seguro que le hace mucha ilusión verla.
¡Espera! – le pidió la castaña agarrándole de la manga - ¿Puedo pedirte un favor?
¿Cuál es?
¿Me dejas que se la de yo? Como regalo de navidad… - preguntó tímidamente.
Mmmm – Lupin hizo ademán de estar pensándoselo - ¡Claro que sí! Seguro que así le hace mucha más ilusión – terminó sonriendo.
¡Gracias! – exclamó la castaña mientras cogía la foto con mucho cuidado y se la guardaba.
¡Lupin! ¡Hermione! – gritó de repente la Sra. Weasly - ¿Habéis terminado?
Sí… ahora bajamos – respondió Hermione y salió del cuarto seguida de Lupin.
Definitivamente eres igual que Lily – susurró el profesor cerrando la puerta.
Hermione nunca oyó este último comentario. Estuvo durante dos meses intentando hacer un marco para poner la foto. No era muy buena trabajando con la madera sin magia pero, al final, lo consiguió. Después buscó una caja y envolvió el regalo con sumo cuidado. Volvió a guardar la caja en su baúl y sonrió satisfecha. Salió de la habitación para dirigirse al gran comedor. Cuando abrió las puertas se encontró a sus dos amigos solos desayunando muy deprisa.
¡Vamos Ron! – le decía Harry que ya había acabado de desayunar.
Ya voy… deja de meterme prisa ¿quieres? – le decía el pelirrojo terminando su tostada.
¡Buenos días Ron! – le saludó la castaña mirándole a los ojos. La temperatura del medallón no había cambiado.
¡Buenos días! – respondió con la boca llena.
¡Buenos días Harry! – saludó también al moreno mirándole a los ojos. En ese instante recordó todo lo que había sucedido anoche e intentó por todos los medios no ponerse colorada. Sintió su medallón; tenía la misma temperatura de siempre.
¡Buenos días! – le respondió con una amplia sonrisa - ¿Qué tal has dormido?
Bien… gracias – se sentó entre sus dos amigos ya que Harry se había apartado. - ¿Por qué no me habéis esperado para desayunar?
Bueno… pensamos que después de que anoche estuvieses despierta hasta las tantas de la noche, hoy querrías dormir más – le respondió el pelirrojo encogiéndose de hombros.
Sí… bueno… al final no he dormido mucho ¿verdad? – dijo mientras pensaba que hubiese sido una buena excusa para poder ir ella sola al pueblo. - ¿Qué queréis hacer hoy?
A decir verdad… hemos quedado…
¿Ah si? ¿y con quién? – preguntó intrigada la castaña.
Con Seamus y Dean – respondió rápidamente Harry – Nos quieren presentar a unas amigas…
Sí, eso. Nos quieren presentar a unas amigas – coincidió el pelirrojo.
Vaya… bueno espero que sean simpáticas. ¿Me esperáis verdad? – preguntó mientras comenzaba a devorar literalmente el desayuno.
Si no te importa preferiríamos ir Harry y yo solos – dijo Ron.
¿Solos? – se entristeció la castaña – Claro… se supone que vais a conocer a unas chicas…
Sí, bueno… tenemos que irnos ya Harry. ¿Te parece bien si quedamos a las cuatro en las Tres Escobas? – le preguntó a Hermione.
Sí, está bien – respondió sin levantar la mirada.
Claro vamos – el moreno se levantó y, antes de seguir a su amigo, se acercó a Hermione y le susurró al oído – Tranquila que no te vamos a cambiar por ninguna otra chica – Al oír esto la castaña le dedicó una sonrisa a su amigo. – Vamos Ronald – le dijo entre risas a su amigo cuando lo adelantó.
