¡Hola! ¿qué tal todos? Espero que os hayáis divertido :-)

Bueno pues todos estos personajes son propiedad de JK Rowling, de la Warner y de cualquiera que haya pagado los derechos (entre los cuales no estoy incluida…)

¡Muchas gracias por los reviews! Siento mucho no poder contestarlos ahora pero intentaré hacerlo a lo largo de la semana ¿vale? ¡Espero que os guste este capítulo!

Agur!

¡No! Espera Draco no la cierres – ordenó Hermione en un susurro - ¡Fragate! – marcó la puerta con un círculo – Tendremos que marcar las demás puertas de diferente modo por si dentro no hay ninguna otra forma de salir – explicó a los demás - ya puedes – el rubio no estaba muy seguro del porque de esa marca pero aún así la cerró con sigilo. Al instante la sala comenzó a dar vueltas dejando ver únicamente una gran mancha marrón seguida por otra pequeña roja.

Muy bien – dijo Harry – como ya sabemos cuál es la puerta de la salida podemos probar con las demás – sonrió y se acercó a la puerta que estaba en frente. Giró el pomo y la abrió con mucha facilidad – Esta no es...

¿Cómo lo sabes si ni siquiera hemos entrado? – preguntó Draco que estaba a punto de traspasar el umbral.

Muy sencillo; se supone que no se puede abrir – se encogió de hombros - ¡fragate! – marcó una equis y cerró la puerta. La sala volvió a girar y a pararse - ¿Cuál queréis abrir?

Abriré esta misma – Ron se dirigió a la puerta que tenía en frente. La abrió con mucha facilidad. – Esta tampoco es... – no pudo evitar echar un pequeño vistazo y vio el tanque con los cerebros que hace dos años le habían atacado – definitivamente no es esta – retrocedió un par de pasos - ¡fragate! – marcó otra equis. Cerró la puerta y la sala volvió a realizar la misma operación. Hermione había contado mentalmente los intentos; iban dos. Por lo tanto ahora tenían que encontrarla. Casi sin pensarlo se acercó a la puerta que tenía enfrente. La observó con curiosidad y pudo ver que no tenía pomo.

¡Es esta! – casi gritó – No tiene pomo para poder abrirla. – informó a los demás que ya estaban a su lado.

¿Cómo la vamos a abrir? – preguntó Neville que observaba de arriba abajo el marco de la puerta - ¡aquí hay un pequeño agujero! – señaló a una abertura un poco más pequeña que el diámetro de una pelota de golf.

¡Es cierto! Necesitamos una llave redonda... – comentó Ginny.

¿Una llave redonda? – interrumpió Draco escéptico – yo más bien creo que ahí cabría una moneda o... una medalla por ejemplo...

¡Eso es! ¡Harry! Se necesita una medalla – dijo Hermione mientras miraba al moreno.

¿Y? ¿de dónde quieres que saquemos ahora una medalla? – le miró a los ojos.

Tu sueño Harry, recuerda... entrabas en una sala usando un medallón.

¡Es cierto! ¡Aparecía justo cuando quería entrar! – al recordar el sueño sintió un escalofrío. Se quedó mirando un punto perdido en la puerta que tenía enfrente. Sintió cómo aparecían imágenes en su mente. Imágenes de la chica que amaba en sueños. No había vuelto a pensar en ello desde que comprendió que estaba enamorado de su mejor amiga

Bueno... será mejor que aparezca ahora mismo... – interrumpió Ron mirando al suelo buscando algún indicio del medallón.

No hay que tomárselo todo al pie de la letra... puede que ya lo tengas y no te hayas dado cuenta... – la castaña le daba pistas al moreno intentando que él reaccionase.

No te entiendo...

¡Harry! – parecía perder la paciencia por momentos - ¿tienes algún medallón que pueda caber en esa abertura?

¿Medallón? Mmmm – en esos momentos Hermione parecía querer coger el medallón que colgaba de su cuello y ponérselo debajo de los ojos - ¡Es cierto! ¡mi medallón! – se quitó la cadena que tenía al cuello con el medallón.

Exacto... menos mal que te has dado cuenta. Pensé que iba a tener que quitártelo... – sonrió la castaña. Lentamente Harry introdujo el medallón en la abertura y la puerta se abrió automáticamente. Después de eso se lo volvió a colgar del cuello.

Será mejor que entre yo solo; vosotros me esperáis aquí – el moreno se había dado la vuelta y ya estaba a punto de traspasar el umbral de la puerta.

¿Ya empezamos con la misma historia? – preguntó Draco cansado – Ahora es cuando todos te dicen que no te dejaran solo, que te quieren ayudar. Tú seguirás negándote y , al final, conseguirán que les dejes acompañarte. ¿Tenemos que volver a pasar por eso? – relató el rubio gesticulando efusivamente – Es mejor que entremos todos de una vez y nos ahorramos el discurso.

Está bien, pasaremos todos juntos – Harry le dirigió una mirada de enfado a Draco que se encogía de hombros y se acercaba a sus compañeros. Casi sin pensarlo cogió de la mano a Hermione que se encontraba a su lado para entrar ellos primero. Mientras que los dos ponían el segundo pie dentro Ron ya estaba poniendo el suyo en el umbral. Parecían sus sombras. Cuando ya estuvieron dentro la puerta se cerró desapareciendo. Sólo podían ver oscuridad y casi no sentían el suelo. Miraron a su alrededor intentando encontrar una pared o algo que les señalase que estaban en una habitación. Pero no, parecían suspendidos en el aire. De repente una luz muy fuerte cegó por unos segundos a todos los amigos. Nada más cerrar los ojos Ron, Ginny, Luna, Neville y Draco sintieron como si un gancho les tirase del estómago y en un segundo se encontraban frente a la puerta que habían abierto hace unos instantes con el medallón. Los cinco se miraron con extrañeza. Parecía como si la sala les hubiese echado literalmente. Durante esos segundos en los que la luz les cegaba una fuerza invisible hizo que Harry tuviese que soltar la mano a Hermione. Mientras eso sucedía ambos fueron trasladados a mundos diferentes. - ¿Dónde estoy? – preguntó el moreno en cuanto tocó tierra firme y abrió los ojos - ¿Hermione? – llamó a la castaña. Miró a su alrededor y descubrió que estaba solo en medio de un campo. Un campo muy extraño por cierto. La hierba era de un color morado y las flores que se supone crecían allí eran negras. No pudo distinguir ningún camino ni nada que le diese a entender que por ahí hubiese alguien; ninguna cabaña, ningún árbol, ninguna cosecha... Desesperado fijó su mirada en el "cielo". - ¿El cielo? Creo que es una forma muy rara de llamarlo – pensó para sí mismo cuando, en lugar del típico color azul y blanco de las nubes, descubrió un tono verde muy raro – Hubiese esperado un color gris pero esto es... demasiado. – tomó la decisión de emprender camino para poder encontrar a sus amigos; en especial a la castaña. Caminó con bastante dificultad ya que, a cada paso que daba, parecía como si la hierba creciese un palmo.

¿Harry? – le llamó Hermione que ahora se encontraba en una especie de celda muy parecida a la que estuvo encerrada durante cinco años - ¿Ron? ¿Ginny? – siguió llamando a sus amigos mientras se iba acercando a la puerta para poder escuchar algún ruido - ¿Neville? ¿Luna? – no obtuvo respuesta - ¿Draco? – llegó hasta la puerta. La observó; no tenía ningún pomo. Desvió su mirada al marco esperando encontrar una abertura, pero fue inútil. No había ninguna. Desanimada se dirigió al fondo; tal vez allí encontraría alguna ventana u otra puerta. Tan sólo podía oír el resonar de sus propias pisadas pero tenía la extraña sensación de que alguien la estaba persiguiendo. Cada tres pasos miraba por encima de su hombro. No había nadie - ¿Me estaré volviendo paranoica? – pensó para sí misma. Llegó hasta una especie de ventana. Lentamente acercó su mano para comprobar si tenía cristal y descubrió que no. Entonces, sin pensárselo dos veces, cogió impulso para poder pasar por ella.

"Yo no haría eso" ¿Quién ha dicho eso? – la castaña miró por todos los lados esperando encontrar a la dueña de esa voz. No volvió a oír nada más así que siguió con lo que estaba haciendo.

"Te repito que no es buena idea" Me da igual si lo es o no. No pienso quedarme más tiempo aquí – respondió mirando fijamente su salida.

"Está bien, yo sólo te he advertido" ¿Por qué dices que no es una buena idea? – preguntó ya derrotada por su curiosidad.

"Eso está mejor. Si utilizas esa salida no podrás volver" Exactamente eso es lo que quiero – respondió con sarcasmo.

"¿Seguro que es eso lo que quieres?" ¿A qué estamos jugando? ¡Claro que es lo que quiero!

"Entonces utiliza la salida" ¿Por qué me has preguntado si eso es lo que quiero? – saltó del marco de la venta y se quedó quieta mirando al infinito.

"Demasiados porques... ¿no sabes qué es lo que realmente quieres?" ¿Te estás burlando de mí verdad? – esta vez la voz tomó un tono claramente de burla

"Eres bastante perspicaz... me gusta eso en una persona" Me alegro de que te guste mi forma de ser – replicó sarcástica – Bien, y ahora ¿me vas a explicar lo que está pasando?

"Lo que no me gusta es tu educación..." Lo siento, ¿Me podrías explicar que está pasando por favor? – repitió realmente enfadada.

"Está bien, lo que pasa es que no estás tú sola en este mundo" Harry – susurró Hermione "Exacto, él también está atrapado aquí y si sales..." No podré ayudarlo – se quedó estática - ¿Sólo estamos nosotros dos? "Claro, sois los únicos que poseéis el medallón" ¿Medallón? ¿El que me regaló Harry? "¡Exacto!" Bien... ¿podría decirme cómo encontrarle para poder salir de aquí? – preguntó con educación y paciencia "Tendréis que encontrar la forma, yo no puedo ayudaros." ¡¿Qué! – no podía creer lo que había oído "Es digamos... una prueba" ¿Una prueba? ¿Para qué? "Creo que no puedo contestar a eso..." ¡Genial! ¿y ahora qué hago? – miró durante varios segundos a un punto indeterminado en la oscuridad para poder pensar con claridad – No sé dónde está Harry pero... nosotros somos los únicos que podemos estar aquí porque tenemos el medallón... el medallón... ¿qué tendrá eso que ver? ¡Claro el medallón! – se le dibujó una sonrisa en la cara - ¡puedo comunicarme con él! Tal vez haya por aquí alguna cerradura como la de la puerta... – cogió el medallón y se concentró en la persona con la que quería hablar - ¿Harry?

El moreno había llegado al final de su camino. Había encontrado un muro que no le permitía seguir. Cosa bastante extraña ya que, si seguía mirando de frente, aún quedaba mucha extensión de campo. Dio la vuelta bruscamente maldiciendo interiormente el momento en el que se le ocurrió la brillante idea de entrar ahí. Inspiró hondo y comenzó a andar lentamente. Miraba a todos los lados esperando encontrar alguna señal de sus amigos. Pero nada, en ese sitio no había nadie más que él. - ¿Qué diablos está pasando? ¿Por qué estoy solo? – gritó a pleno pulmón intentando descargar toda su frustración.

"¿Solo? Me has ofendido" ¿Quién ha dicho eso? – preguntó asustado.

"He sido yo... pensé que necesitabas ayuda." Mmmm gracias... – no estaba muy convencido de que la voz que oía era de verdad - ¿Puedes ayudarme?

"Realmente... no" ¿No? Pero si antes me has dicho que has empezado a hablar conmigo porque pensabas que necesitaba ayuda

"Lo sé, pero en ningún momento he dicho que te la fuese a dar ¿verdad?" ¡Genial! Aparte de estar solo oigo voces bastante contradictorias...

"Cuándo no entiendes algo eres bastante molesto..." Lamento haberme portado sin nada de educación. Lo siento mucho – replicó con ira y sarcasmo.

"¡Vaya! La verdad es que no sé cómo ella puede aguantar a alguien tan irascible como tú... será mejor que me vaya" ¿Ella? ¿Te refieres a Hermione? ¿Sabes dónde

está? ¿Cómo está? ¿Está bien? – preguntó atropelladamente - ¿Y los demás?

"Ya sé porque te aguanta" – la voz soltó algo muy parecida a una carcajada – "Tus amigos están bien no te preocupes salieron en cuanto los dos pusisteis el pie en el cuarto" ¿Y Hermione? ¿Está bien verdad? "Claro que sí, aquí no os puede pasar nada malo" ¿Estas segura? "Bueno... depende de vosotros..." ¿De nosotros? "Exacto depende de lo que hagáis" Ah... "No tienes ni idea de qué te estoy hablando ¿verdad?" Por supuesto que no ¿Debería saberlo? "Realmente no, tienes razón" ¿Puede darme alguna indicación? Alguna pista... lo que sea... "Mmmm... está bien te la daré. Estáis aquí porque sois los poseedores del círculo de almas, es decir, sois los poseedores del medallón" ¿Se refiere a este? – preguntó mostrándoselo "Exacto" Pero... era de mis padres ¿ellos también podían entrar? "Sí, podían haber entrado. Pero no creo que pudiesen haber salido" ¿A qué se refiere? "Sólo puede entrar y salir el elegido para combatir el mal. No puede entrar y salir con vida ninguno más" ¡¿Qué! ¿Sólo puedo salir yo? Espero que esté de broma... "Lo siento pero es así" ¿Y Hermione? ¡¿Qué va a pasar con ella! "Se quedará aquí encerrada como yo. Ella ya sabía a lo que se exponía" ¿No lo dirá en serio verdad? "Sí, muy en serio" Entonces... entonces... ¡yo me quedo con ella! "No puedes muchacho, tienes que volver y enfrentarte a Él para liberar al mundo" Está muy equivocada si piensa eso. He dicho que no me voy sin ella ¡y no lo pienso hacer! "Pareces muy convencido... ¿sabes que si te quedas no podrás salvar a los demás verdad?" Sí, lo sé pero... yo... yo... no puedo... no quiero... no – balbuceaba mientras negaba con la cabeza "Pueden perder todos la vida" Yo... "Y todo por un tonto enamoramiento... piénsalo chico. Si te quedas con ella y la rescatas todos los demás sufrirán..." Es cierto... – poco a poco iba cayendo al suelo mientras imágenes de magos muertos iban y venían a su mente - Todos morirán... "Ahí está la salida; en ese pozo" Pero... si me dijo que no me iba a ayudar ¿a qué viene esto ahora? "Quiero que le venzas muchacho" ¿Y el arma? "Está todo dentro de ti; sólo aprovéchalo" Yo... – susurraba mientras lentamente se iba acercando al pozo "Ahora lo que tienes que hacer es introducir el colgante en esa pequeña abertura"¿Aquí? – señaló no muy convencido a una pequeña abertura en una de las paredes del pozo "Exacto" Muchas gracias eh... ¿podría pedirle un favor? – no podía irse sin ella, quería tiempo para poder pensar algún plan; alguna forma para que los dos pudiesen salir a salvo "Por supuesto muchacho" Querría hablar con ella... al menos para poder despedirme "¿Eso es lo que quieres?" Por favor, no... – ahogó un sollozo – no voy a volver a verla "Muy bien, cuando quieras puedes hablar con ella" ¿Hermione?

¿Harry? – la castaña miraba a todas partes intentando ubicar al moreno - ¿Dónde estás?

Estoy en una especie de bosque pero es muy raro... "Lo siento pero no hay mucho tiempo... tienes que despedirte ya" ¿Dónde estás tú?

No estoy muy segura... es como una habitación muy pequeña - ¿Qué iba a decir? ¿qué era exactamente igual a la celda en la que la encerraron durante cinco largos años excepto por la ventana? - ¿Cómo has logrado hablar conmigo? Lo he intentado con el medallón pero no ha funcionado – era muy extraño ya que con él podía comunicarse con el Harry del futuro.

Sí, bueno... eso te lo explicaré luego. Verás yo... tengo que decirte que... – no sabía por dónde empezar. Por un lado tenía que decírselo con mucha cautela para que la voz no sospechase de sus intenciones y también tenía que evitar que la castaña pensase que la estaba abandonando.

"Tiene que irse"

¿Qué? – preguntó incrédula Hermione - ¿Es eso cierto Harry? – parecía tener el corazón en un puño

Eh... - ¡Maldita sea! ¿ahora qué hago?

"Lo siento muchacha pero él es el único que puede salir de aquí con vida para enfrentarse a Él. Tú debes quedarte aquí encerrada conmigo y darle tu poder para que le venza en la batalla final"

¿Mi poder? – preguntó extrañada.

"Sí, has de quedarte aquí y, cuando salga, toda tu fuerza se concentrará en su cuerpo. Es la única forma de que su poder alcance el cenit y pueda vencerle. Alégrate serás la única artífice de su victoria."

Harry ya no sabía qué debía hacer. Era consciente de que Hermione no dudaría un instante en quedarse si con eso le ayudaba. Sólo estaba seguro de una cosa; de que ella iba a salir con él. De ningún modo la abandonaría a su suerte. Eso nunca. De repente resonaron en su cabeza dos palabras que, según iban pasando los segundos, adquirían más y más fuerza. "el sueño". ¿Qué tendría que ver eso? No estaba seguro aunque... pensándolo bien le dio una pista para poder entrar en la habitación. ¿Se referiría a la chica que aparecía? Sin pensarlo siquiera, cerró fuertemente los ojos y se encontró a si mismo en la habitación. En ella había una ventana y una chica que se encontraba de espaldas a él. La intentó llamar pero, como no sabía su nombre, no pudo articular palabra. ¿De verdad no sabía su nombre? Estaba completamente seguro de que la conocía y la amaba. Con esos datos sólo quedaba una persona en este mundo que se ajustaba a la descripción: Hermione. Recordó el tacto de su pelo cuando lo acariciaba, las sensaciones que producían los susurros de la castaña en sus oídos y esa sonrisa que conseguía iluminar su día más oscuro. Era ella. Armado con todo el valor del que era capaz pronunció su nombre suavemente. Parecía que tenía efecto ya que la mujer que estaba en esa habitación se sobresaltó ligeramente. Volvió a repetir su nombre, esta vez con más fuerza y determinación. Juraría que había sonreído pero seguía sin volverse. Parecía que no creía que estaba oyendo la voz del moreno. Se acercó a ella y pronunció por tercera vez su nombre. Ahora sí; ella se volvió de una forma bastante impulsiva y, sin apenas darse cuenta, estaba rodeado por los brazos de su novia.

¿Qué haces aquí? ¿No tendrías que estar fuera? – preguntó después de separarse un poco para mirarle a los ojos.

Ya te lo he explicado... sin ti no tendría fuerzas para seguir. Así que he venido a buscarte para irnos juntos. – le acarició el cabello mientras sonreía.

Pero ya lo has oído... debes irte para poder vencer a Voldemort... – le costaba decir las palabras pero ya estaba decidida a quedarse si con eso le ayudaba. Aunque era bastante raro, Snape le había comunicado que en el futuro ella moría en los brazos de Harry ¿habría vuelto a cambiar?

No te puedo dejar, me da igual lo demás... No puedo dejarte, no me lo pidas...

Siempre estaré contigo... yo, siempre te cuidaré – le susurró al oído – aunque no estemos juntos, encontraré la forma de ayudarte. – terminó convencida.

Igual que en mi sueño ¿recuerdas? – sonrió con nostalgia.

¡Es cierto! Así que... ¿yo soy la mujer de tus sueños? – se acercó a él.

Siempre lo has sido, siempre – la besó con dulzura y, aprovechando la atención de la castaña en este gesto, la condujo lentamente a la ventana. Cuando ya estaban lo suficientemente cerca se separó, le dio un beso en la frente, sonrió y, sin que pudiese hacer nada por evitarlo, pasó con ella en brazos por la ventana. La abrazó con fuerza esperando de un momento a otro el duro suelo bajo sus espaldas pero, en su lugar, les recibió uno terso y ligeramente mojado. Miró a su alrededor y descubrió que estaban en medio de un bosque. El mismo bosque en el que estuvo perdido momentos antes.

¡Cómo has podido hacerlo! – Hermione se soltó de él y parecía querer golpearlo con todas sus fuerzas - ¡Te dije que me dejases aquí! ¡Necesitas mi fuerza para poder vencer a Voldemort y salvarles! ¡No puedes ser tan egoísta! – gritaba mientras intentaba casi sin éxito retener las lágrimas. Retener la desesperación porque el mundo estaba perdido; ese mundo que debería estar a salvo con su regreso. Ese mundo por el cual estuvo aguantando cinco interminables años de sufrimiento. Ese mundo que ahora le estaba mirando desesperado. Ese mundo que ahora le abrazaba.

Shhhhh no llores... por favor no llores... tranquila... le venceré... ¿sabes que es mi destino verdad? – la acunaba entre sus brazos mientras le susurraba estas palabras al oído – Juntos le venceremos, pero no así. Tenemos que estar uno al lado del otro. Nunca me vuelvas a pedir que te abandone. Nunca.

Yo... tenías que haberme dejado... – sollozaba mientras hundía la cabeza en uno de los hombros de él.

"Ella tiene razón, deberías haberte ido. Ahora nunca podrás vencerle. Tu mundo está en peligro"

¡Me da igual! Sin ella no habría mundo...

"Eres un egoísta ¡piensa en toda la gente que va a morir!"

¡¿Egoísta! – gritó con todas sus fuerzas - ¡¿Me está llamando egoísta! ¡En ningún momento he dicho que no iba a acabar con Voldemort! ¡Pero de ninguna forma voy a hacerlo sin ella! ¡¿Me entiende!

"¿Recuerdas que me preguntaste si alguno de los dos podía correr peligro? ¿Si podríais salir heridos? – ante el gesto afirmativo del moreno siguió – "te dije que dependía de vuestros actos. Espero que os atengáis a las consecuencias muchacho"

No me das miedo. Estoy harto de ser siempre el que nunca se entera de nada, el que nunca puede elegir por si mismo porque su destino ya ha sido elegido... ¡no! Esta vez me niego.

Será mejor que intentemos buscar una salida – Hermione tiraba suavemente de su manga.

¡El pozo! ¡tenemos que encontrarlo!

¿Un pozo? – preguntó extrañada mientras miraba a todos los lados.

Sí, ella me dijo que era la salida... – imitó a la castaña y observó todo el paisaje. Ahora era totalmente distinto. La hierba era verde y el cielo azul; como cualquier campo normal. También se dio cuenta de que las flores que crecían eran de varios y alegres colores que contrastaban notablemente con el color negro de antes. No estaba seguro de haber vuelto al mismo sitio. Miró a su alrededor y descubrió árboles y una suave brisa que movía rítmicamente las ramas; pero ni rastro del pozo. – Tal vez estemos en otro lugar...

¿Tú crees? – estaba empezando a asustarse.

Creo que sí, el bosque en el que estuve tenía el cielo verde, la hierba era morada y las flores negras... ¡ah! Y no había ni un árbol y menos esta brisa... Así que probablemente no haya ningún pozo – respondió cabizbajo.

No te preocupes... encontraremos la salida – apretó su mano – caminemos hacía delante – tiró de él.

Esta vez andaba con más facilidad y parecía incluso que se podía distinguir un pequeño sendero. Siguieron caminando y no descubrieron ningún impedimento. Todo era tan tranquilo que, incluso, de un momento a otro, parecían que iban a aparecer los típicos animalitos de cuentos. Harry estaba totalmente desubicado y tenía miedo de no volver a salir de allí. No quería quedarse encerrado. Y tampoco quería que se quedase ella. En su mente se empezaban a atropellar las ideas pesimistas. Parecían sumidos en una especie de círculo que les enviaba una y otra vez al mismo lugar o, tal vez era todo el paisaje igual; no lo sabía. Miró de soslayo a la castaña que le acompañaba. Esperaba ver algún rastro de nerviosismo o incluso de terror. Pero estaba completamente serena. Parecía que nada de eso la alteraba. No tenía miedo por no encontrar una salida. Le encantaría ser como ella en estos momentos. Su mente lo único que repetía una y otra vez es que era el culpable de su encarcelamiento en esta especie de dimensión. Y, seguramente, de las más que probables futuras muertes. Estaba en un callejón sin salida. Se paró bruscamente intentando concentrar algo de aire en sus pulmones. Se ahogaba. Lentamente iba cayendo de rodillas. Esperaba el impacto contra la hierba pero éste nunca llegó. En su lugar sintió cómo unas manos le impedían hundirse y le proporcionaban el soporte vital en ese momento. Subió lentamente los ojos hasta conectarlos con un color miel hipnotizante. Vio cómo una sonrisa comenzaba a nacer debajo de ellos intentando calmarle y darle fuerzas. De repente apareció un sentimiento nuevo en él. Era una oleada de valentía inesperada mezclada con alivio y, por que no, con ternura. Se irguió enseguida y estrechó aún más las manos de su acompañante. Sus ojos estaban conectados y ninguno de los dos parecía tener fuerzas para romper esa unión. El tiempo se detuvo, el silencio pareció rodearles, hasta la brisa que antes mecía silenciosa los árboles paró. Segundos eternos. De repente; un ruido. La conexión de sus ojos desapareció pero la unión de sus manos no. Ambos miraron instintivamente a su derecha y descubrieron una especie de pilar diminuto. Era bastante extraño ya que no alzaba casi medio metro del suelo. Lentamente se acercaron casi sin separarse. Cuando llegaron a su altura distinguieron dos agujeros idénticos a la cerradura de la misma habitación. Encima, grabadas, podían distinguir dos runas.

Valentía y amor – susurró Hermione mientras recorría con la punta de su dedo índice cada relieve.

Creo que cada uno tiene que poner su medallón – sonrió el moreno mientras miraba hipnotizado la expresión de la castaña.

Creo que sí – le sonrió. Cuando separaron sus manos para poder deshacerse de los medallones y así colocarlos en sus respectivos lugares el pilar desapareció. - ¿Qué es lo que ha pasado? – preguntó extrañada mientras miraba el lugar en el que, segundos antes, se erguía el pequeño pilar.

¡Vaya! Ha desaparecido justo cuando hemos separado las manos... – le tendió otra vez la suya – Parece ser que tendré que sostener tu mano un rato más – intentó poner voz de fastidio pero su gran sonrisa le delataba.

No creas que a mi me agrada esto... – intentó reprimir la risa - Bueno... si no hay otro remedio... – cogió su mano y, al instante, apareció nuevamente el pilar.

Tal vez hubiese sido mejor quitarnos primero los colgantes ¿no?

¡Tienes razón! Bueno, yo te lo quito a ti y tú a mi... así todo arreglado – Hermione le quitó su medallón mientras que Harry hacía lo mismo. – Listo...

¿Cómo sabremos dónde poner cada uno? – preguntó el moreno mientras miraba el colgante de su novia en su mano.

Creo que es bastante fácil... el tuyo lo pondremos en el valor y...

El tuyo en el amor – completó la frase mientras acercaba el medallón de la mano.

¿Lo hacemos a la vez?

Claro – perfectamente sincronizados dejaron ambos medallones en sus correspondientes agujeros al mismo tiempo.

"Impresionante... lo habéis encontrado y sin ayuda..."

Sí, lo hemos encontrado pero aún nos queda averiguar la forma para salir de aquí... – replicó Hermione bastante enfadada ¡hace unos momentos quiso dejarla encerrada!

"Lo siento, era parte de la prueba. Ahora puedo explicaros muchas cosas..."

Te escuchamos – respondió pacientemente Harry.

"He de explicar primero que vosotros siempre habéis sido los únicos que podíais entrar aquí y volver a salir"

¿Por los medallones? – preguntó Hermione – Cualquiera podría entrar con ellos... incluso sus padres podrían haberlo hecho...

"No. Una cosa es poseer la llave de la puerta y otra poder utilizarla bien. Como habéis podido comprobar vuestros amigos desaparecieron en cuanto vosotros pusisteis los dos pies en esta habitación. Ellos no eran los elegidos para derrotarle. No podían estar aquí"

Pero Harry es el único elegido para acabar con Voldemort, yo no – interrumpió con pesar la castaña.

"En efecto él es el elegido para acabar con todo este caos pero tú eres su elegida. Únicamente podrá ganar si tiene de su lado a la persona que más necesita en este mundo. Y esa eres tú, por eso posees el medallón; por eso no te dejó morir aquí; por eso el camino hacía la roca es más fácil; por eso ha aparecido. Vosotros sois dos elegidos por distintas causas pero por un mismo destino."

Nunca lo hubiese pensado... – susurró sorprendida Hermione.

Yo sí, estaba seguro de que no podría ganar sin ti – le sonrió Harry haciendo que la castaña se sonrojase.

"Y ahora sois libres de acceder al secreto que guarda este cuarto. El secreto capaz de vencer el mal. Un poder que no puede tocar, que no puede alcanzar. Ahora vosotros tenéis la llave. Sólo vosotros"

¿Qué? – el moreno parecía no entender las palabras de esa voz - ¿Qué quiere decir eso?

"Eso lo tenéis que averiguar vosotros... pero seré benévola... podéis hacerme sólo una pregunta. Después se abrirá una puerta."

¿Sólo una pregunta? ¡Vaya! Debe ser buena. – comenzó a razonar Hermione – no podemos preguntar directamente cómo vencerle porque nos responderá lo mismo y eso no es de mucha ayuda...

Ha dicho que sólo nosotros tenemos la llave – siguió el pensamiento Harry - ¡seguro que tiene algo que ver con los medallones! ¡Sólo nosotros los tenemos!

¡Es cierto! Tal vez si le preguntamos qué hacer con los medallones... – se acercó a ellos. – No... pensemos – nosotros tenemos que estar juntos para poder vencer así que los medallones también ¿no?

Sí, tal vez haya alguna forma de unirlos o algo así – razonó Harry mientras recogía uno de los medallones. Rápidamente tuvo que recoger el segundo ya que comenzaba a desaparecer el pilar. Cuando lo tuvo en su poder el pilar desapareció dejando ver únicamente las dos runas bastante borrosas.

Déjame verlos otra vez... – Hermione examinó primero uno de ellos. Siguió con la mirada el borde y su inicial grabada. Le dio varias vueltas intentando encontrar alguna conexión pero no se le ocurrió nada. Palpó de nuevo esos extraños surcos que estaban en el borde. De repente se le ocurrió una idea - ¿Qué tal si unimos los dos medallones por nuestra inicial?

¿Qué?

¿Te has fijado alguna vez en estas muescas? – señaló a los pequeños surcos.

No... nunca me había fijado. Parecen parte de letras o símbolos ¿no? – preguntó observando a la vez su medallón.

Creo que si los juntamos por nuestras iniciales descubriremos algo... y sino pues me rindo y le pregunto directamente cómo podemos acabar con Voldemort – sonrió.

Muy bien, ¿lo hacemos a la de tres? – se acercó a la castaña.

Vale. – lentamente comenzaron la cuenta atrás tres... dos... uno... y unieron sus medallones. No pasó nada. – creo que no ha sido muy buena idea... Estaba casi segura de que sería algo parecido – parecía frustrada.

Tranquila, seguro que se nos ocurre algo – besó su mano intentando reconfortarla. En ese mismo instante una luz cegadora se desprendió de ambos colgantes. Instintivamente ambos dejaron caer los dos objetos y se separaron de ellos. - ¿Qué está pasando?

No lo sé... tal vez... ¡se han unido! – en la hierba había aparecido un único medallón. Hermione se agachó para recogerlo. Cuando lo tuvo en su mano observó los bordes. Lo que antes eran pequeñas muescas ahora eran letras bastante bien definidas. - ¡Impresionante! – acercó el nuevo medallón a Harry.

Mmm no entiendo muy bien lo que pone – el moreno daba vueltas y más vueltas al medallón intentando averiguar qué significaban aquellos extraños símbolos.

¿Qué tal si le preguntamos a ella?

¿Tú crees que nos los dirá?

Ha dicho que nos responderá a una pregunta ¿no? Pues podemos preguntarle qué significan...

Pero – interrumpió Harry - ¿y después?. Me refiero a que también tendríamos que preguntarle qué hacemos con la traducción de estos símbolos ¿no?

Tienes razón... no había pensado en eso.

¿Intentamos averiguar qué dice por nosotros mismos?

Nos llevaría siglos Harry. Tenemos que pensar una buena pregunta para que nos ayude de verdad.

Está bien... no podemos preguntar directamente qué es lo que significa...

¡Ya sé qué le podemos preguntar!

Muy bien, pues hazla. Será mejor que nos demos prisa, seguro que los demás están muy preocupados.

¿No quieres saber primero lo que le voy a decir? – preguntó extrañada Hermione

No es necesario, confío en ti más que en nadie – le sonrió.

Eh... – la había conmocionado y lo único que pudo hacer fue esbozar una tímida sonrisa.

"¿Tenéis la pregunta?"

Si tenemos en cuenta que no sabemos cómo descifrar este código, ¿nos puede explicar detalladamente, es decir lo qué significa y cómo podemos utilizarlo, en qué nos puede ayudar este medallón para vencer a Voldemort? – preguntó con tranquilidad la castaña.

"Esa es más de una pregunta"

No estoy de acuerdo – contestó rápidamente Harry – lo único que ha hecho Hermione es especificar la pregunta; pero, en realidad, es una sola pregunta – argumentó.

"Está bien, está bien... Muy bien, escuchad atentamente porque no voy a volver a repetir la respuesta. Ese medallón que tienes en las manos es el continente del único hechizo que puede derrotar a Voldemort. En esencia es bastante fácil pronunciarlo, lo más difícil es unir todas las circunstancias. Me refiero a que no sólo es necesario una pronunciación exacta, también se necesita reunir una serie de condiciones. La traducción exacta de esos símbolos es la siguiente: Furo Erzaam Elesla (el amor es la fuerza). Esas palabras contienen una verdad universal e indiscutible. Las circunstancias que debéis tener en cuenta son las siguientes: debéis estar juntos; unidos de alguna forma, la varita tiene que dibujar una circunferencia perfecta sin ninguna separación, tenéis que estar seguros de que va a resultar aún estando totalmente en desventaja, debéis estar completamente compenetrados. Mientras él dice las palabras en voz alta tú (dirigiéndose a Hermione) has de repetirlas en tu mente al mismo tiempo. Y lo más importante, sólo el elegido y Él pueden ver el haz de luz. Si en algún momento hay alguna forma de que alguien lo vea no conjuréis el hechizo. La persona que presencie con sus propios ojos el fin del hechizo morirá en ese mismo instante."

¡Vaya! Es bastante complicado… - murmuró Hermione.

Espero recordar todo ¿cree que podríamos practicarlo antes de ponerlo en práctica? – preguntó Harry.

"No lo creo. Recuerda que sólo vosotros dos podéis ver la luz del hechizo, si lo practicáis lo único que conseguiréis será matar a alguien…"

Está bien, confiaré en mi memoria… - susurró Harry mientras mentalmente iba reconstruyendo una y otra vez el hechizo y todas sus circunstancias por supuesto.

"Muy bien y, ahora que os he ayudado, será mejor que salgáis de aquí. Vuestros amigos están muy preocupados y creo que están intentando echar la puerta abajo."

¿Tú crees que haciendo eso lograremos entrar? – preguntó incrédula Ginny mientras volvía a ver a su hermano cargar contra la puerta cerrada por enésima vez.

Sí, estoy seguro que cederá… estoy seguro – volvió a arremeter contra la puerta.

Pues yo lo único que creo es que te vas a romper el hombro… será mejor que esperemos. Seguro que ellos encuentran la forma de salir – Neville se iba acercando poco a poco al pelirrojo para pararlo antes de que le tuviesen que ingresar en San Mungo por una luxación.

¡No! Son mis amigos y tengo que encontrar la forma de ayudarlos…

Será mejor que pares… no me gustaría tener que llevarte en brazos – en la cara de Draco se dibujó una mueca de asco al imaginarse la escena.

Tú siempre tan gráfico ¿verdad? – Ginny se acercó al rubio con expresión ruda.

Sólo digo la verdad – se encogió de hombros.

Será mejor que lo dejes Ronnie… dales un margen de confianza – Luna se había acercado al pelirrojo y le sujetaba suavemente el hombro para que se calmase – Estoy segura de que ambos encontrarán la forma de salir. – todos miraron a la rubia impresionados por la calma y templanza de la que estaba haciendo gala – aunque, si siguen tardando tendremos que traer un par de Billwerds para que puedan comerse la madera… pero no sé si lo encontraremos a tiempo – en la cara de todos podía leerse la expresión "¡aquí está nuestra Luna de siempre!".

No sé cómo podéis soportarlo… - Ron se sentó delante de la puerta.

Así que lo único que teníamos que hacer es dejar que Luna hablase contigo ¿eh? – sonrió Ginny que se había sentado al lado de su hermano.

Será mejor que te calles… - amenazó el pelirrojo entre dientes.

¿No funciona el medallón? – preguntó Harry cinco años después al ver que Snape intentaba una y otra vez hablar con Hermione.

Es muy extraño, en tan sólo unos segundos todas las marcas que tenía se han ido borrando… - susurraba perplejo mientras intentaba seguir con los dedos los bordes del medallón – esto no tiene ningún sentido, a menos que…

A menos que haya pasado algo muy grave ¿cierto? – preguntó temeroso Harry mientras se sentaba en el suelo de su celda.

No tiene por que ser grave… tal vez solamente se trate de un nuevo hechizo para derrotar a Voldemort…

O tal vez comencemos a desaparecer en breves segundos…

No eres de gran ayuda.

Siento no poder pensar en positivo… discúlpeme si tengo miedo – respondió con sarcasmo – considerando que todo lo que ha pasado en mi vida ha sido de color de rosa…

Está bien, está bien… pero ¿crees que pensando esas cosas te sentirás mejor?

Puede que tengas razón pero… ¡ya no sé qué pensar! – sacudió con fuerza su cabeza – ¡hasta ahora no ha pasado nada! Nada que demuestre que Hermione esté viva, ni todos los demás… ¡sólo unas imágenes en mi mente!

¿Imágenes? ¿qué imágenes?

Pues… unas ¿qué más da? – el moreno se sonrojó al recordar cómo esa misma noche había recordado el momento exacto en el que se declaró y cómo ella aceptó ser su novia. Recordó cuán suaves eran sus labios. Fue como haberlo revivido. Aunque exactamente él no lo viviera… era muy confuso.

Entiendo – en el rostro del profesor se dibujó una sonrisa; la misma que utilizaba Dumbledore cada vez que veía a Harry y a Hermione juntos en la biblioteca estudiando. La misma que ponía Lupin cuando les vía reírse al haberse acordado de un chiste que contó su amigo. Cómo pudo estar tan ciego. Tantas cosas sorprendentemente visibles y él… tan torpe; como siempre. – Y aparte de eso… ¿alguna otra cosa?

No, nada más – el moreno miraba al suelo para ver si así conseguía ocultar el rubor de sus mejillas.

Entonces no ha cambiado nada… no lo entiendo. Seguro que consiguió rescatar a Dumbledore y a su hermano… debería haber pasado algo. No sé, cualquier cosa – comenzaba a dar vueltas por su pequeña celda. – Algo… ¡no aguanto más! Debemos hablar con ella.

¿Será buena idea? – Harry alzó rápidamente la cabeza al oír que Snape iba a hablar con la castaña.

Creo que no perderemos nada intentándolo… - se encogió de hombros – Probaré… ¿Hermione? – miró fijamente al medallón.

¿Qué tal estáis? ¿Ha pasado algo? Siento no haber podido estar con vosotros es que… no sé cómo pasó pero fue como tocar un traslador. Al momento estábamos fuera y… - Ron comenzó a farfullar tan pronto como Hermione y Harry salieron de la habitación cogidos de la mano.

Tranquilo, no ha pasado nada – comenzó a explicar la castaña.

No ha pasado nada malo – prosiguió el moreno que soltó la mano de su novia justo cuando el pelirrojo se lanzó para darles un gran abrazo.

Pensábamos que os habíais quedado ahí encerrados… - soltó Ron mientras seguía abrazando a sus amigos.

Mejor habla por ti, pobretón – Draco se acercó a la castaña y le apretó suavemente el hombro en señal de apoyo. Hermione le respondió con una sonrisa.

Sí, fíjate si estaba preocupado mi hermano que intentó tirar la puerta abajo con el hombro… - Ginny apartó "con suavidad" a su hermano para poder abrazar a sus dos amigos una vez más al puro estilo Weasly.

¡Oye! – se quejó Ron.

Déjala… ella también estaba muy preocupada… -ahora era el turno de Neville.

Y bien… ¿qué ha pasado ahí dentro? – Luna hizo la pregunta que todos deseaban hacer pero ninguno se atrevía.

Mmmm no sabría cómo explicarlo… pero estamos bien y eso es lo que importa ¿no? – Hermione no quería dar detalles de lo ocurrido, después de todo sabía que incluso las paredes podían oír.

Está bien… - no parecía muy contenta con la respuesta pero no se quejó y corrió a abrazarlos.

Sigue sin funcionar… - una vez más los susurros de derrota de Snape inundaban los oídos de Harry que intentaba por todos los medios calmarse caminando en círculos – y viéndote hacer círculos como un desquiciado no me ayudas… - dirigió una dura mirada al moreno.

¿Y qué se supone que he de hacer? ¿sentarme? ¿gritar a todo pulmón para que me dejen salir de aquí? ¿qué? – gritó con desesperación.

Creo que lo primero sería callarte – le ordenó una voz bastante familiar.

¿Quién? – el moreno hizo esa pregunta con miedo. Sabía perfectamente la respuesta. Sabía quién era pero… no podía ser; no era posible. Era una pesadilla. Sí, era eso estaba seguro. Una estúpida pesadilla de la que iba a despertar de un momento a otro.

¿Ya no me recuerdas? – al volver a oír la voz, tanto Snape como Harry dieron un pequeño bote.

No puede ser… - susurró Snape – no puede…

¿De qué se sorprende profesor? – preguntó entre dientes mientras le tiraba literalmente la bandeja de la comida.

Tú… ¿cómo ha ocurrido esto?

Pregúnteselo a su queridísimo alumno… ¿por qué ha pasado esto Harry? – el tono de la pregunta era peligroso. Muy pesado. Con mucha ira contenida. Pero a la vez contenía tristeza. Miedo. Rencor.

Yo… - no podía responder. No podía creer lo que estaba viendo. No. Eso era imposible. Pero… estaba ahí delante; definitivamente no era un espejismo.

¿Por qué nos abandonaste? ¿Por qué me abandonaste? – le tiró la bandeja haciendo que toda la comida depositada en ella volase por los aires.

No… no… yo… no pude hacer eso… yo… - no lo entendía. ¿Él los abandonó? ¿Cuándo?

Yo te lo diré… no querías que nos pasase nada – contenía las lágrimas – querías ir tú solo, aún sabiendo lo que pasó en aquel cuarto. Sabías que no tenías ninguna posibilidad si no estábamos juntos. Y aún así… - ahora las lágrimas corrían velozmente por sus mejillas – aún así me dejaste. Por mi bien – suspiró – ¡tú no tienes ni idea! ¡No sabes qué es lo que puedes hacer por mi bien! Te odio – nunca pensó que sus labios dirían esas dos palabras mientras le miraba.

Pero… ¿qué estás diciendo? – susurró Harry mientras intentaba por todos los medios recordar qué había hecho.

Se me olvidaba… no puedes recordar nada de lo que has hecho ¿verdad? – su voz era tan parecida a la que usaba la profesora Umbridge que un escalofrío recorrió la espalda del moreno – Aquel día… aquel que iba a ser el último, nos separamos del resto para poder enfrentarnos a Voldemort mientras ellos, nuestros amigos, se encargaban de los mortifagos. Lo recuerdo como si fuese ayer… Ellos… ellos… - reprimió un sollozo – lucharon como unos valientes, dieron sus vidas por ti, para que tú le vencieras… ¡no se cómo pudiste! – le volvió a reclamar con furia – recuerdo que me besaste – en ese instante se pasó el dedo índice por sus labios – me dijiste que era mejor que esperase fuera hasta que tú me avisases. Yo no quería pero tú insististe. Así que, después de mucho discutir, accedí. Me quedé fuera. Antes de entrar en la cueva me miraste y, después de susurrarme perdón, me apuntaste con la varita. Después lo único que pude ver fue oscuridad. Supongo que me escondiste detrás de un árbol porque ahí es dónde me encontraron. Me dijeron que Voldemort te había matado. Que no habías sido lo suficientemente poderoso. Y lloré. Lloré hasta quedarme sin lágrimas por ti. Hasta que, ayer, me dieron la gran noticia – siguió con sarcasmo – El gran Harry Potter estaba vivo y lo traían aquí. Al cuartel general. – el moreno seguía mirándola mientras, casi sin darse cuenta, sus pies le llevaban a estar más cerca de su guardiana – Voldemort me dijo que tendría que cuidaros para después vengarse… me resultó extraño que yo fuese la elegida para hacerlo pero él simplemente me señaló el brazo – en ese momento se levantó la manga de su ropa dejando a la vista la marca. Tanto Snape como Harry ahogaron un grito de terror. – Soy suya. No tiene que temer porque yo os ayude. Sabe que aunque lo haga él me encontrará y acabará con nosotros. Como debió haber hecho. Como hará dentro de poco.

Hermione… yo…