¡Hola a todos! Ya lo sé, ya lo sé… he tardado mucho… ejem… creo que no tengo excusa pero yo… intentaré actualizar más a menudo ¿vale?

Esto… todos los personajes, excepto alguno que me he inventado, pertenecen a JK Rowlin, a La Warner y a cualquiera que haya pagado sus derechos…

¡Muchas gracias por seguir leyendo aunque tarde siglos en actualizar! Jejejejeje Espero que este capítulo también os guste

Aio!


Lo primero he de decirte que me alegro mucho de haberte encontrado a tiempo.

¿Cómo supo que era yo? Se supone que me camuflé con el hechizo desilusionador… - miraba atentamente a su director.

La verdad es que vigilamos vuestro cuarto. Nos turnamos por si acaso pasa algo raro y podemos ayudar. Sé que es muy arriesgado porque Voldemort nos cree muertos pero… hemos de ayudar. Después de todo hemos de servir a un fin mayor; la muerte de ese… ser, por así decirlo. Esta noche vi cómo la puerta se abría sola y oí unos pasos. Te seguí rogando que fueses tú.

¿Y cómo se arriesgó tanto? Ya sabe… Ubertus estaba rondando por ahí…

Me he familiarizado con la respiración y el ruido que hace ese mortifago al caminar Harry – el moreno le miraba impresionado – recuerda que no hay que dejar nada al azar.

Y – parecía que le daba miedo hacer la pregunta - ¿sobre lo de Hermione? Ya sabe… ella parece enterada de todo y eso es muy extraño… - bajó ligeramente la vista. – me ha estado mintiendo todo este tiempo – un nudo se le formó en la garganta.

No necesariamente Harry. Escúchame – le obligó a mirarle a los ojos - piensa en esto ¿cómo hubieses reaccionado si ella se acerca a ti y te dice que sabe todo lo que pasará en el futuro?

¿Qué¿ella sabe lo que va a pasar en el futuro? Eso no es posible… - negaba enérgicamente con la cabeza. Era imposible saber con exactitud lo que iba a pasar en el futuro… ¿o no lo era? Pensándolo bien él estaba en este lío por una profecía.

¿Ves a lo que me refiero? – el moreno desvió la mirada – No la hubieses creído y, seguramente, pensarías que es una forma de hacer que te sientas mejor y no cargues con el peso de la profecía tú solo.

Yo… - le interrumpió. Sin embargo no pudo seguir. Eso era exactamente lo que hubiese pensado.

Además ella es lo suficientemente inteligente para saber cuándo podía o no revelaros información. – Harry asintió rápidamente sintiéndose orgulloso de su novia – Lo que no entiendo es porqué te ibas – frunció el ceño intentando encontrar la respuesta al interrogante.

Bueno… ahora creo que soy yo el que va a sonar bastante… digamos… parecido a la profesora de adivinación – sonrió levemente – Voldemort estaba utilizando la oclumancia conmigo para que no utilizase un hechizo que encontramos en la sala cerrada del ministerio y…

¿Habéis entrado en esa sala? – interrumpió al moreno - ¿encontrasteis el hechizo para derrotar a Voldemort? – preguntó impresionado el director.

Sí, lo encontramos gracias a un sueño que tuve… se lo conté a Hermione y decidimos ir todos al ministerio.

Vaya… nunca lo hubiese imaginado… perdona la pregunta pero… ¿cómo entrasteis? Me refiero a que nadie sabe una forma segura de poder entrar y salir claro.

Fue con ayuda de los medallones que me entregaron mis padres – sonrió con timidez – después los unimos y encontramos un hechizo grabado en ellos.

¿Y cómo es que pudisteis salir de ahí vivos?

Esto… simplemente porque éramos los elegidos. O por lo menos eso es lo que nos dijo la voz claro…

Ah… - respondió con actitud pensativa. Al cabo de unos segundos una sonrisa apareció en su cara. Lo habían conseguido, tenían el hechizo capaz de derrotar a Voldemort. Estaban salvados. – Bueno, sigue… ¿Qué te dijiste a ti mismo en el sueño?

Que tenía que ocultarme a la vista de todos para poder ayudarles. Al principio no entendía el porqué pero… después de pensarlo se me ocurrió la respuesta. Voldemort está convencido de que me ha engañado y que yo no usaré el hechizo para intentar vencerle. Es más, cree que yo me voy a alejar de todos para protegerles. Que es más o menos lo que hubiese hecho si mi yo del futuro no hubiese entrado en mi sueño más tarde. Así que todo se reduce a que crean que me he ido y así yo tengo la oportunidad de ayudarles en la batalla final. Digamos que es el elemento sorpresa – sonrió.

¡Vaya! Estoy realmente impresionado… en el futuro maduras mucho – sonrió con el orgullo de un padre – entonces eso quiere decir que ya estamos preparados para la batalla de mañana… la batalla final.

¿Cómo sabe que la batalla será precisamente mañana? – preguntó interesado mientras cogía un trozo de tarta de chocolate. El descubrir que Hermione no había tenido más remedio que mentirle le hizo sentirse mejor, incluso abriéndole el apetito.

Bueno, es una información que me ha transmitido la señorita Granger…

A propósito de eso¿cómo ha logrado Hermione saber lo que pasa en el futuro¿Ha tenido algún sueño o alguna profecía?

Creo que eso te lo tiene que responder ella misma. No creo que tenga derecho a hacerlo yo. – Harry le miró extrañado ¿tan mala podía ser la razón por la que ella conocía el futuro? Si ella había tenido un sueño premonitorio o había escuchado una profecía no era tan malo. Por que no había otra explicación ¿verdad? A menos que – A menos que haya venido del futuro – dijo en voz alta sin pensarlo. En un primer momento iba a reírse por la ocurrencia pero, al decirlo en voz alta, la frase tenía sentido. Es decir, sabía perfectamente que ella no creía en sueños premonitorios y lo de las profecías… ¡estuvo buscando durante varios meses una forma de explicar que su vida no estaba marcada por una de ellas! Lo que significa que nunca pensó que tendrían mucho de verdad en sus palabras… Entonces… ¿era posible que ella viniese del futuro? Miró profundamente a su director en busca de la respuesta. Dumbledore únicamente volvió a negar argumentando que era ella quien debía explicárselo todo. Eso era casi una afirmación en regla. ¿Cómo era posible¿Acaso ella había vuelto del futuro para cambiar su presente haciendo que no fuese tan desolador? Curiosamente esa era la única explicación que se le ocurría. Por eso mismo su yo del futuro le dijo que haría muchas tonterías y ella siempre estaría con él. Sacudió la cabeza; no podía ser. No podía ser que hubiese un futuro lo suficientemente malo para arriesgarse de esa manera. A menos que… ¡A menos que él muriese en el enfrentamiento con Voldemort! Ella volvió para ayudarle…

Ella… Hermione… ella… - balbuceaba – vino del futuro ¿verdad? – la expresión del rostro del director era insondable. ¿Por qué no era capaz de responderle? Él lo sabía. Sabía lo que había pasado. Siempre le ocultaba cosas y estaba harto… - ¡Contésteme maldita sea! – se acercó peligrosamente a él. El ambiente era muy tenso y hasta el hermano del director dejó de masticar un trozo de carne para prestar la mayor atención posible a la conversación.

Como ya te he dicho – respondió con calma aun teniendo a su alumno a menos de cinco centímetros de él – la señorita Granger es quien debe contestar a esa pregunta no yo.

¡Vaya! Como siempre esquivando preguntas ¿Eh? Nada de decir la verdad, nada de involucrarse… - dijo el moreno con toda la ironía de la que fue capaz - ¡Pues quiero que sepa que esa forma de actuar hará que muchos de nosotros muramos¡como pasó con Sirius¡como pasará con todos los demás magos o muggles!

¡Escúchame atentamente! – por primera vez en su vida Harry oyó gritar al director. De la impresión en ese mismo momento volvió a sentarse en la silla - ¡Sé que muchas de mis decisiones no han sido buenas¡sé que he causado muchos problemas¡pero no puedes culparme eternamente por todo lo malo que ocurra! – ahora el profesor se había levantado e intentaba controlarse con cortas inspiraciones – No puedes… sabes que sólo hay un culpable

Voldemort… - interrumpió involuntariamente el moreno.

Exacto y ahora no es el momento de gritos ni de culpas ni de arrepentimientos. Debemos trazar un plan. Eso es lo que haremos. – dicho esto cerró los ojos, cuando los volvió a abrir miró fijamente a su alumno que le seguía observando con ira y con un poco de desconfianza - ¿Estás de acuerdo?

Está bien – respondió entre dientes. Después habría tiempo suficiente para resolver todos los asuntos pendientes. Pero lo primero era lo primero. Destrozaría a Voldemort aunque le fuese la vida en ello. - ¿Qué es lo que vamos a hacer?

Muy bien – sonrió complacido por la actitud de Harry – esto es lo que haremos – en la mesa apareció un pergamino y a la izquierda un tintero con una pluma – Mañana a media noche Voldemort se reunirá con todos sus mortifagos en un claro del Bosque Prohibido…

Pero ¿y el otro Voldemort¿qué haremos con él? – interrumpió Harry nervioso mientras dejaba abierto el mapa del merodeador para estar seguro de su posición. – si se juntan… ¡serán invencibles!

No Harry, no hay que preocuparse por él – el muchacho le miró interrogante – sabe perfectamente que no puede encontrarse con su yo del pasado. Además tiene que irse.

¿Tiene que irse? Perdone pero no lo entiendo ¿no sería más fácil que él siguiese la pelea en el caso de que yo acabase con su yo pasado?

¿Lo sería verdad? – soltó una leve risa – pero piensa esto por un momento… ¿qué pasaría si tu hubieses muerto digamos… hace dos años?.

Pues… que ahora no estaría hablando con usted por supuesto. A no ser que fuese un fantasma…

Eso es exactamente lo que pasaría. Si el Voldemort del pasado muriese, el del futuro no tendría cabida en este espacio ¿lo entiendes? Muerto su yo del pasado, muerto su yo del futuro.

Ah… - fue lo único que atinó a decir el moreno – Entonces… ¿por qué ha de irse? También podría intentar matarme antes de la batalla de mañana…

No puede Harry. No se puede cambiar así como así el pasado…

¡Pero Hermione lo está haciendo!

No es lo mismo Harry… una persona que viaja en el tiempo utilizando un hechizo no puede cambiar en un solo momento la vida de otra – la ver la cara de extrañeza del moreno se volvió a sentar en su silla para poder seguir tranquilamente con su explicación – Intentaré explicarme mejor. Veamos… ¿no te parece raro que Hermione regrese con su cuerpo del pasado mientras que Voldermot vuelve con su cuerpo y poder del futuro?

Pues… no me lo había planteado pero ahora que lo dice… es bastante extraño… supongo que, al ser Voldemort más poderoso, sabe más hechizos y cree que teniendo su cuerpo en el pasado podrá ayudarse más ¿no?

Sí, tienes razón. Aunque hay que añadirle algo más. Mira, Hermione regresó a su cuerpo del pasado porque no quería encontrarse con su yo pasado ¿y eso por qué? La explicación es muy sencilla. El pasado y el futuro de una misma persona no pueden estar en el mismo espacio físico… Es decir, que si la señorita Granger se hubiese encontrado con su yo del pasado el mundo se pararía haciendo que toda la vida dejase de existir.

¿Y debo suponer que eso a Voldemort no le importa? – Harry frunció el ceño intentando procesar toda la información que en ese momento le estaba dando su profesor.

No, Harry. Al contrario. Le importa y mucho. Por eso decidió quedarse en Hogwarts. Por eso y porque le resultaría mucho más fácil acercarse a ti, claro. Nadie podría pensar que él se encontraba escondido precisamente aquí. Después, al estar completamente seguro de que su yo pasado no iba a venir al colegio, se hizo con algunos aliados. Algunos que aún no le estaban sirviendo por supuesto.

Ah…. Parece lógico. Voldemort estaba seguro de que su yo del pasado no iba a venir aquí porque él mismo sabía que no iba a entrar ¿verdad?

Exacto. Así no se encontraba con él mismo y no morirían al estar en el mismo sitio.

¡Vaya! Pero aún así no comprendo el porque no puede acabar conmigo antes de la pelea…

No te preocupes, es muy sencillo. Cualquier conjuro que tenga que ver con regresiones al pasado o incursiones en el futuro tiene, por decirlo de alguna manera, una cláusula de seguridad que no permite cambiar drásticamente el futuro. Es decir, nadie que haya regresado del futuro puede acabar con la vida de alguien.

Entonces ¿Voldemort no puede venir aquí y matarme?

Exacto, eso supondría su eliminación del espacio tiempo. En otras palabras, si él acaba contigo estará acabando consigo mismo.

Cada vez me gustan más las formas de viaje en el tiempo por magia – sonrió. Ahora podría estar más tranquilo, el Voldemort del futuro no acabaría con él. – Un momento – se volvió a su profesor que ahora le miraba esperando para contestar a la pregunta que estaba seguro su alumno le haría en ese momento – entonces… entonces Hermione no puede… no puede… ayudarme ¿verdad? Es decir, si ella no puede acabar con nadie no puede recitar el hechizo conmigo y así acabar con Voldemort ¿es eso? – rogaba con todo su ser que ella pudiese ayudarle. Sin eso nunca podrían matarle.

Sí, eso es exactamente. Ella no puede ayudarte a realizar el hechizo que acabará con Voldemort. – respondió simplemente.

¿Qué¡No puede estar hablando en serio! No lo puedo creer… estábamos tan cerca… pensé que esta vez sería el fin… - bajó los ojos al suelo en señal de derrota.

No te preocupes. Yo sólo he dicho que la Hermione del futuro no puede ayudarte, no que no podáis vencer a Voldemort y acabar con él.

¿Me está diciendo que volverá al futuro haciendo que su yo del pasado pueda ayudarme? – preguntó esperanzado mirando otra vez a los ojos de su director – Un momento… espere… tendría que dejar a su yo del presente… ¡me estoy liando! – el movimiento en señal de frustración de su alumno hizo que Dumbledore riese genuinamente.

Sí, es complicado ¿verdad? – el moreno asintió – Eso es lo que pasará. Hoy ella abandonará su cuerpo del pasado. Hay que lograr que Voldemort le deje completar el hechizo… si no logra realizarlo…

No podrá volver al futuro y por lo tanto tampoco podrá ayudarme a realizar el hechizo – completó la frase de su director con voz queda.

Exacto, hay que intentar que no logre su propósito. Por eso mismo tú tendrás que vigilarla.

Délo por hecho ¡la protegeré aunque pierda la vida en ello! – se levantó de la silla y puso su mano derecha en el corazón como sellando una promesa.

No esperaba menos de ti Harry. Pero recuerda que no puedes morir ¿eh? – sonrió haciendo que el moreno le devolviese la sonrisa – todavía tienes que encargarte de cierto mago oscuro.

No se preocupe por eso – le aseguró mientras volvía a sentarse y se concentraba en el punto de Hermione Granger que aparecía en el mapa del merodeador.

También tenemos que tener en cuenta que el Voldemort del futuro se va a ir…

Pues que se vaya… no pienso llorar por su partida… - siguió concentrado en el mapa del merodeador.

Me refiero a que antes de irse seguramente dará alguna instrucción a su mortifago.

¿Ubertus? Si usted supiese las ganas que tengo de encontrarme con ese en un callejón sin salida…

Me lo imagino… me lo imagino. Habrá que tener cuidado y evitar que le de las órdenes…

¡O mejor! Evitar que ese estúpido pueda irse a ninguna parte…

¡Recuerda que Voldemort tiene que irse Harry!

No me refería a ese estúpido, me refería al otro – contradijo a su director con voz alegre.

Es cierto… no me había dado cuenta de que eran dos – ambos rieron – muy bien, hay que trazar un plan. – los tres se juntaron alrededor del pergamino y fueron apuntando cada uno de los detalles del plan. – Muy bien, ya es hora. Será mejor que te vayas. – Harry se aplicó el hechizo desilusionador y se dirigió a la sala común a la vez que una sombra atravesaba uno de los pasillos en la misma dirección.

He de impedir que ella consiga desaparecer – susurraba una sombra mientras cruzaba a toda prisa los pasillos en dirección a la sala común de Gryffindor. Se detuvo frente a los escalones de los cuartos de las chicas.

¿Y qué piensas hacer eh? – resonó la voz de Harry en toda la sala común haciendo que el dueño de la sombra se sobresaltase durante un par de segundos recuperando su postura normal casi de inmediato.

¡Vaya! No pensé que estarías por aquí… más bien te imaginé perdido en el bosque huyendo como una rata cobarde… - respondió con una medio sonrisa.

Aquí sólo hay una rata… y para tu información no soy yo – le replicó Harry mientras sacaba lentamente su varita para apuntar directamente al intruso.

¿Sabes que no me das miedo verdad?

¿No te doy miedo? Pues yo te aconsejaría que me lo tuvieses… - susurró muy cerca de él – Soy el que va a acabar con tu señor… no lo olvides Ubertus.

¿Quién te dice que ahora mismo no me estoy comunicando mentalmente con él? – sonrió intentando intimidarle.

No creo que puedas concentrarte en saber dónde estoy y a la vez en comunicarte con tu señor… no eres tan bueno… tú y yo lo sabemos. No te hagas el interesante por favor.

Eres irritable… tendré que acabar contigo. No creo que a mi señor le importe que te lleve con él muerto. Así me recompensará – se dio la vuelta rápidamente para intentar visualizarlo - ¿Quién es el cobarde eh¿Quién es el que se esconde? – preguntaba casi en un susurro amenazándole.

Tranquilo… empezaremos cuando quieras pero antes… - Harry dirigió su varita al cuarto de las chicas - ¡Fermaportus extremus! – la puerta quedó sellada con un ruido de succión.

Ese no es un hechizo muy potente… puedo deshacerlo cuando quiera…

¿Quién ha dicho que es para que tú no entres? – rió el moreno – Porque, después de lo que voy a hacerte, dudo que puedas ponerte en pie.

¡Basta de amenazas¡pelea como un hombre!

Para eso debería tener un contrincante digno de ello ¿no crees? – ahora Harry estaba enfrente de la puerta de los chicos y repitió la misma acción. - ¡Listo¿preparado? – bajó las escaleras hasta ponerse a la altura del mortifago que miraba en todas direcciones intentando averiguar dónde se encontraba su rival. – No hace falta que me busques… - se deshizo del encantamiento – estoy aquí, frente a ti – sonrió. Antes de que su contrincante pudiese hacer ningún movimiento alzó su varita - ¡Silencius¿No queremos que nadie interrumpa nuestro pequeño jueguecito verdad? – miró directamente al mortifago que ahora tenía los ojos inyectados en odio.

Prepárate Potter. Mi cara será lo último que veas…

Puajjjj menudo último recuerdo… - rió mientras ambos bajaban al salón.

¡No te hagas el gracioso conmigo! – estalló furioso - ¡Ahora sabrás porque soy el vasallo más leal del señor oscuro!

¿Por qué no había otro? – en la cara de Harry apareció una media sonrisa irónica haciendo que Ubertus estuviese aún más enfadado.

Te cerraré la boca… ¡lo juro!

Nunca hagas juramentos en vano Ubertus… nunca… - apuntó con su varita a la cabeza del mortifago.

¡Se acabó¡Piros enable! – apuntó directamente al cuerpo del moreno haciendo que éste quedase atrapado en el fuego - ¿Qué me dices ahora eh? Cuanto más te muevas más te aprisionará el fuego.

¡Estoy impresionado! – respondió con sarcasmo – nunca había visto ningún hechizo taaaaaannnnn poderoso…

¡Basta! – el círculo de fuego cada vez se iba haciendo más y más estrecho llegando casi a quemar a Harry.

¡Glacius! – al instante todo el torbellino de fuego se convirtió en hielo – Y ese es el fin de tu gran hechizo ¿siguiente?

¿Te estás burlando de mí? – preguntó con los ojos entrecerrados y sosteniendo la varita con tanta fuerza que los nudillos de su mano derecha estaban totalmente blancos.

¿Qué te hace pensar eso? – respondió el moreno con un horrible tono dulzón aprendido directamente de la profesora Umbridge en quinto.

Ahora mismo estás en desventaja… estás atrapado por un muro de hielo…

¿Un muro de hielo¡vaya! Siempre tan presuntuoso… ¡Difindo! – al instante la barrera quedó destrozada – Yo más bien diría capita… - sonrió intentando desesperar aún más al mortifago que tenía en frente.

No vas a lograr que me enfade – contestó con media sonrisa después de entender el plan que había trazado el muchacho. – No lograrás que me desconcentre…

Si tú lo dices… - se encogió de hombros restándole importancia al "gran descubrimiento" realizado por su rival - ¿Quieres que sigamos?

Por supuesto… - siseó las palabras – ahora te voy a mostrar lo que he aprendido de mi maestro… - en su cara se dibujó una mueca diabólica.

Te lo dije antes y te lo vuelvo a repetir… no me das miedo

¡Muy bien! Ya está todo listo – Hermione ya estaba preparada para volver a su futuro, fuese cual fuese. No estaba muy segura de que todo funcionase, sobre todo porque la última noticia que había tenido es que estaba muerta en el futuro… - Por lo menos he logrado mi propósito, Harry vivirá y se encargará de Él. Pero antes he de hacer una cosa – recogió la poción que le ayudaría a volver al futuro y también otro recipiente. Se dirigió al baño antes de que alguna de sus compañeras se despertase. – Muy bien, espero que esto funcione… - sin más cerró el baño y comenzó a realizar el ritual que le llevaría al futuro.

¿No me tienes miedo eh? – volvió a repetir Ubertus mientras soltaba una carcajada – Pues yo que tú empezaría a tenerlo…

No me impresionas… más bien me aburres. Será mejor que comencemos ¿no? – ahora era el moreno quien se estaba impacientando, sabía que el hechizo que conjuró para que no se oyese su pelea desde cualquiera de las habitaciones acabaría en cualquier momento.

¿Estás nervioso? – se acercó despacio hasta estar a menos de un metro del moreno – creo que ya sé cuál es tu juego así que date por vencido… - miró directamente a los ojos de su rival y, en un segundo, desvió su vista hacia el cuarto de las chicas. En ese pequeño espacio de tiempo Harry sintió cómo su sangre se helaba. Ese cretino iba a subir a la habitación de su novia. Iba a impedir que realizase ese conjuro. Iba… iba… ¡iba a matarla! No lo podía permitir. Y, sin pensarlo siquiera, sus ojos se movieron en dirección a la habitación de las chicas - ¡Lo sabía¡Bombarda! – lo siguiente que pudo ver fue una gran explosión de luz y cómo el suelo se alejaba de él. Estaba suspendido en el aire y se acercaba peligrosamente a una de las paredes del salón. No pudo hacer nada. Chocó ruidosamente contra la pared y se deslizó hasta llegar al suelo. Rogaba por que el ruido no lo hubiese oído nadie. Se levantó con esfuerzo. Acabaría con él. Ohhhh seguro que sí…

¿Qué ha sido eso? – Hermione se había sobresaltado con el ruido sordo que provocó Harry al golpearse contra la pared. Dejó de realizar el hechizo mientras se acercaba a la pared más alejada de donde estaba para poder escuchar quién o quiénes estaban armando tanto alboroto.

¿Te ha dolido pequeño? – Ubertus se había acercado a él – Ahora sabrás lo que pasa cuando peleas con personas mayores… - le apunto directamente a la frente - ¡crucio! – Harry sólo pudo agarrarse las costillas fuertemente para poder soportar el dolor que en ese momento atravesaba todo su cuerpo. Sentía cómo sus pulmones se iban quedando lentamente sin aire. – ¿Y ahora qué piensas de mi¿Ya tienes miedo? - Se acercó a él mientras el moreno jadeaba intentando que sus pulmones volviesen a recibir alguna bocanada de aire – Déjame que te enseñe un pequeño hechizo ¿Vale? – susurró mientras se agachaba a su lado – Pesdadim reveler – de la varita de Ubertus salió una luz de color plata que se dirigía lentamente a los ojos de su rival – tal vez esto haga que tengas más miedo… - lo último que vio Harry fueron los ojos y la sonrisa malévola de Ubertus, mientras que ese maldito ruido resonaba en toda su cabeza.

¿Por qué diablos no se abre esta maldita puerta? – Hermione había salido del baño al oír la voz de Ubertus y la de Harry. Estaba segura de que éste último se encontraba en un aprieto, hacía bastante que no oía ninguna palabra que hubiese salido de su boca. Sin pensarlo mucho sacó su varita y abrió la puerta con un alohomora. Al principio le había costado, lo que le hizo pensar que ese hechizo se había realizado para que nadie entrase ¿O era para que nadie pudiese salir? Pronto esa pregunta sería contestada.

Has tardado mucho en bajar… - siseó Ubertus desde uno de los sillones – pensé que tendría que hacerle algo más para que te dignases a bajar.

¿Qué le has hecho? – Hermione retuvo con mucho esfuerzo las lágrimas al ver a Harry sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared. Pero eso no era lo que más la asustaba. Lo que la aterraba eran sus ojos. Estaban en blanco. Reprimió un grito.

Bueno, te lo contaría pero seguro que tú encontrabas la forma de acabar con el hechizo y sabes que no lo puedo permitir ¿verdad? – sonrió de medio lado mientras se levantaba lentamente del sofá – Y ahora ¿seguimos jugando tú y yo? – le guiñó un ojo.

¿Qué es lo que quieres? – le enfrentó mientras bajaba el último escalón.

¿No lo sabes? Por favor… mi amo me dijo que eras muy inteligente. Demasiado creo que me comentó. Ahora no estoy tan seguro – le apuntó con su varita – quiero lo que desea mi amo; que te unas a nosotros…

Esa respuesta es fácil. Ya le dije que no ¿por qué iba a cambiar de opinión?

Bueno, me dijo que te diese una última oportunidad – se encogió de hombros soltando un suspiro de cansancio – la verdad es que no sé qué es lo que ve en ti pero bueno… yo sólo cumplo órdenes.

Me parece muy bien. Y ahora ¿quieres decirme qué hechizo has utilizado para dejar de esa forma a Harry? – alzó un poco la voz intentando intimidar a su rival.

Es un hechizo bastante básico de la magia negra… no estoy muy seguro pero creo que está reviviendo una y otra vez su miedo más terrorífico – contestó sin dar mucha importancia a las palabras que salían de su boca.

Pesdadim reveler – susurró Hermione mientras pasaba su vista de su novio a su rival.

El amo tenía razón, eres demasiado inteligente. Demasiado peligrosa. Por eso mismo he de acabar contigo – se acercó a ella hasta que pudo tocar con la punta de su varita el estómago de ella – lo siento mucho – recalcó con ironía.

Yo también lo siento – la castaña miró directamente a los ojos de su rival intentó levantar su varita pero la proximidad de Ubertus le impedía realizar con agilidad cualquier movimiento con ella. Así que hizo lo único que se le ocurrió en ese momento para apartarlo. Dejó que su parte muggle hiciese aparición y le dio una patada con todas sus fuerzas haciendo que el mortifago se doblase de dolor. – Pero no tanto como tú. – sonrió y le apartó para poder conjurar el siguiente hechizo con suficiente libertad.

¡Maldita seas! – gritó con la voz tomada por el dolor que aún sentía.

¡Cállate¡silencius! – ahora él no podía articular ningún hechizo; ella tenía ventaja. Se acercó hasta dónde yacía el mortifago. – Sé que tú no sabes todo lo que me has hecho o, mejor dicho, lo que me harás… pero te juré que algún día te arrepentirías de todo. Tengo que decirte una cosa. Hoy es ese día – sonrió – veamos si puedo realizar un pequeño hechizo. Siempre me pregunté si podría hacerlo llegado el momento… ¡crucio! – apuntó al mortifago con todo el rencor que había acumulado durante esos largos cinco años. Recordó cómo le contaba siempre que podía la forma en que murieron sus padres. De sus ojos comenzaron a asomar las lágrimas pero ella las retuvo. Nunca le daría el placer de verla llorar. Recordó cómo la humillaba siempre que Voldemort no estaba cerca para detenerle. Recordó cómo se reía cada vez que relataba cómo Harry murió por protegerla. El poder del hechizo aumentaba cada vez más con cada recuerdo humillante. Ubertus sollozaba de dolor. Se retorcía intentando controlar las compulsiones de su cuerpo. De repente el dolor cesó. El mortifago abrió con mucho esfuerzo los ojos para contemplar a una Hermione deshecha apuntándole aún con la varita – No soy como tú. No lo he sido y jamás lo seré – susurraba mientras bajaba lentamente el brazo derecho.

No… no… nece… necesito… tu… tu… asque… asquero… asquerosa… compasión… - respondió intentando recibir algo de ese precioso oxigeno en sus pulmones – y… menos… menos… de ti…

No es compasión creeme. En este momento lo que más me gustaría sería seguir aplicándote el hechizo hasta que perdieses la razón o murieses – el rostro de la castaña se ensombreció. – es sólo que no quiero bajar a tu nivel. – se puso en cuclillas frente a él – nunca me lo perdonaría.

Si no acabas conmigo… yo… acabaré… con… contigo… - aún se retorcía mientras intentaba apuntarla con su varita.

Mírate… no eres capaz ni de apuntarme ¿cómo piensas seguir luchando?

Yo… tengo… tengo… que… impedir… impedir… que vuelvas… he… he… de matarte… el amo… el amo… me… lo… ha… ordenado… - se intentó reincorporar mientras apoyaba las manos en el suelo para dar un impulso a su cuerpo. Al hacerlo se abrieron varias llagas en sus brazos haciendo que de ellas manase bastante sangre. – Yo… - subió lentamente su varita apuntando al corazón de la castaña – tengo que matarte…

No te lo aconsejo. No me obligues a hacer algo de lo que después me arrepienta… - se levantó lentamente sin dejar de apuntar y vigilar al mortifago que aún intentaba apuntarle en vano con la varita.

¡Tengo que matarte! – en un último intento se levantó impulsado como un resorte. - ¡Avada Kedavra! – gritó apuntando al pecho de Hermione. La castaña lo único que pudo hacer fue parpadear. Vio cómo una luz verde se acercaba peligrosamente a ella. Parecía que todo iba a cámara lenta. Podía oír el ruido de su propia respiración y los engranajes de su cerebro moviéndose a una velocidad increíble. Iba a morir. Pero no podía hacerlo. No debía. Debía vivir por él. Retuvo la respiración intentando buscar en vano una salida. La luz estaba cerca, demasiado como para poder hacer cualquier movimiento por evitarlo. Cerró los ojos soltando una lágrima reprimida y esperó su final.

¡Expelliarmus! – se oyó una voz y un rayo envió a Hermione al otro lado de la sala quedando sentada en un sofá. Al notar que se había movido abrió de golpe los ojos para ver de dónde había salido esa fuerza. Lo que se encontró la dejó sin palabras. Era Harry. Se había levantado aún con los ojos en blanco. Estaba segura de que estaba reviviendo una pesadilla. Una y otra vez reviviendo su peor temor. Quién iba a pensar que, en esos momentos, su mayor temor era que Ubertus le lanzase la maldición asesina por excelencia.

¡Harry! – la castaña se levantó del sillón para acercarse a él. Al principio se aproximaba lentamente pero luego, al ver cómo el moreno se iba cayendo poco contra el suelo, corrió para intentar sostenerlo antes de que se hiciese daño contra el suelo.

Es… imposible – repetía una y otra vez Ubertus mientras volvía a caer en el suelo – estaba… estaba… hechizado… no… no…

Sí y aún lo está. Únicamente es que no contaste con que este era su peor temor. Que yo muriese por un hechizo. – Hermione había acercado a Harry hasta uno de los sofás y le había tumbado. Una vez hecho eso se acercó nuevamente al mortifago - ¿Sabes una cosa? Será mejor que descanses… mañana será un gran día. Irás a Azkaban y allí se encargarán de ti. Te dejarán sin alma – terminó con un toque lúgubre en su voz.

Ellos están de nuestro lado… no lo… olvides… nunca me… dañarán… - respondió refiriéndose a los dementores. – Nunca…

Sé que los dementores están de vuestra parte pero no son ellos necesariamente los únicos que pueden hacer que tu alma se separe de tu cuerpo, no lo olvides…

¿A qué te refieres? – preguntó temeroso.

Sabes muy bien que hay otras formas ¿Verdad? Pero… por ahora será mejor que me asegure de que no vas a hacer ninguna otra cosa… ¡petrificus totalis! – debido al estado en el que se encontraba el mortifago este pequeño hechizo casi terminó con su vida ya que a duras penas lograba respirar. - ¡Harry¡Harry¿me escuchas? – la única forma de deshacer el hechizo que le había aplicado Ubertus era mostrarle que el origen de su temor no tenía ningún sentido. – Estoy bien, estoy aquí ¿me escuchas? – se acercó a sus labios y le dio un pequeño beso. Sólo fue un roce pero, en ese momento, los labios de Harry se curvaron en una sonrisa. Estaba fuera de peligro. Antes de que él lograse despertarse la castaña subió a su habitación. Él no debía saber que volvía al futuro.

¿Hermione? – susurró Harry al incorporarse en el sillón. A sus pies vio a Ubertus totalmente petrificado y lleno de magulladuras – Gracias – miró en dirección al cuarto de las chicas – sé que me has salvado como siempre ¡Corpus mobile! – al instante el cuerpo inerte del mortifago se elevó en el aire. El moreno se dirigió a la puerta de la sala común y, antes de cerrar la puerta tras de si, volvió a mirar en dirección al cuarto de su novia y sonrió. Todo estaba bien. Al menos por ahora.

Muy bien, creo que ya está todo listo – Hermione había vuelto al cuarto de baño para terminar el hechizo. – Lo único que tengo que hacer es volver a la cama y terminar todo esto. Espero que todo salga bien… - salió silenciosamente del baño y colocó el recipiente con la poción encima de su cama. También dejó en el lado derecho, debajo de su cama, un pequeño recipiente plateado. Cogió un puñado de los polvos en su mano y comenzó a recitar el mismo hechizo que la trajo de vuelta al pasado. Los esparció formando un trozo de círculo a su derecha - tiempos presentes escuchadme - seguidamente cogió otro puñado e hizo lo mismo pero por su izquierda y pronunció - tiempos pasados no me neguéis mi salida - y por último esparció un poco de polvo delante de ella - tiempos futuros abridme las puertas para poder volver a mi hogar, os lo ruego e imploro, llevadme a donde mis pensamientos están - De repente un círculo de luz la rodeó confirmando que ya estaba lista esta parte del hechizo. Echó un último vistazo a su alrededor y, conteniendo un suspiro, se volcó el resto de los polvos encima de su cabeza desapareciendo y dejando a su yo pasado en la cama inconsciente. Un par de horas después la castaña se despertó sobresaltada. Había tenido un sueño muy raro. Soñó que por unos días sabía todo lo que iba a pasar en el futuro. Soñó que había estado sirviendo a Voldemort y que Harry estaba muerto. Pero lo más extraño de todo es que tenía pequeñas lagunas de memoria en las que veía al moreno sonreír ¡y besarla!. Eso no podía ser… estaba segura de que ellos sólo eran amigos. Bueno, vale, por su parte podrían ser ya novios pero estaba segura de que por parte de Harry seguirían siendo únicamente los mejores amigos. Se desperezó y bajó su mano hasta encontrar un pequeño recipiente que siempre guardaba en el mismo sitio. Suspiró y se dirigió al baño a realizar la misma rutina de siempre. Desde que habló con Dumbledore y le contó que seguramente Voldemort intentaría descubrir cómo atacar a Harry mediante algunos datos o recuerdos que cada uno de sus amigos tenían en la mente, ella decidió pedirle un pensadero. Así que, cuando le dio la autorización, todas las mañanas metía en ese pequeño recipiente todos los sueños que había tenido. Muchas veces se descubrió a si misma reviviendo una y otra vez los sueños que tenía con su mejor amigo. No es que le gustase vivir de sueños pero… era lo más cerca que podía estar de él. O eso es lo que ella creía claro. Se encerró en el baño y con la punta de su varita se apuntó a la sien dispuesta a sacar el último sueño que había tenido. Cuando terminó el mismo proceso de siempre estuvo tentada a revisualizarlo todo. Estaba segura de que no había tenido uno de esos sueños que querría repetir una y otra vez en su mente pero… algo le decía que debía verlo todo. Se acercó al pensadero e introdujo su mente en él. Vio todo lo ocurrido en el Ministerio y revivió el momento en el que esa extraña voz les había ayudado con el hechizo. Sonrió. A fin de cuentas era un bonito sueño. Harry nunca la había abandonado. Le hubiese encantado que fuese realidad. De repente, se acercó a ella una silueta femenina. Ya era bastante extraño que una persona te viese en un pensadero y fuese directa hacía ti pero… ¡es que era ella misma! - ¿Qué está ocurriendo? – fue lo único que pudo decir en el momento que estaba frente a su yo futuro.

Tranquila, esto es una especie de… visión por así decirlo – su yo del futuro había dejado hechizado el pensadero para poder comunicarse con ella. Eso era más seguro que haber permanecido frente a ella cuando hubiese despertado para comunicarle todo lo que debía afrontar. Además no estaba muy segura de que el mundo no se iba a extinguir. Antes de pensar siquiera en la opción de regresar al pasado trazó un plan. Pero no sólo el plan para deshacerse de Voldemort, también pensó cómo decirle a su yo pasado qué debía hacer cuando ella se fuese. Estaba muy claro que ambas no podían estar en un mismo sitio físico. Eso fue lo que le dio la idea. No debían encontrarse en un sitio físico pero… ¿y en un sueño? O ¿en algún sitio que pudiese catalogarse como un sueño o unos recuerdos? Antes de decidirse buscó muchos libros y se informó sobre ello. Era perfectamente posible. Tomó la decisión de hacerlo ya que sabía que ella siempre dejaba sus sueños metidos en un pensadero. Lo único que tuvo que hacer fue hechizarle para que su mente se decidiese a volver a revivir ese "extraño sueño"

Eres… ¿eres yo? – la pregunta parecía ridícula pero, por otra parte¡se parecía mucho a ella!

Sí, soy tu yo del futuro y sólo tengo unos minutos así que escúchame por favor – miró a su yo del pasado y ésta asintió sin dudarlo – todas las imágenes que has visto no han sido un sueño. Ha sido todo real. Debes repetir el hechizo junto con Harry para poder derrotar a Voldemort. Sólo así salvaréis el futuro.

¿Qué¿estás segura de eso?

Lamentablemente muy segura. Ahora debes ir con tus amigos y actuar lo más normal posible ¿vale?

Está bien, lo intentaré – contestó mientras que un tornado de luz indicaba que su visita al pensadero estaba terminando.

¡Un momento! – gritó la Hermione del futuro cuando vio que iba a desaparecer - ¡recuerda que Harry es tu novio y sólo lo sabe Ron! – esa afirmación hizo que la castaña del pasado sonriese como nunca lo había hecho.

Harry es mi novio – repitió en voz baja una vez "salió" del pensadero - ¡es mi novio! – volvió a gritar y una sonrisa apareció en su rostro.

¿Quién es tu novio? – preguntó Lavender que se había revuelto en su cama al oír un grito a su lado.

¿Qué? – Hermione no podía creer lo que había hecho… ¡había gritado una información que sólo sabían ella, Harry y Ron! Por suerte para ella su compañera de habitación volvió a revolverse pesadamente en su cama y soltó un ligero ronquido. Sin ninguna duda estaba profundamente dormida. Sólo esperaba que mañana no recodarse nada de lo que había oído. Pero es que no había podido reprimir ese grito. ¡Había esperado tanto tiempo para que esa noticia fuese real! En fin, ahora mismo se vestiría y saldría a la sala común a esperar a Ron y a Harry SU NOVIO. Casi saltaba de alegría sobre la cama. Intentó calmarse respirando profundamente varias veces y, ya cambiada, se dirigió a la puerta. Acercó su mano al pomo y antes de salir tuvo que volver a repetir la misma operación ya que no podía borrar la gran sonrisa de su cara. Llegó a la sala común y, como era de esperar, estaba vacía. Se había levantado muy temprano. Suspiró y se sentó en uno de los sillones a esperar a que bajasen los demás. Todavía tenía que pensar cómo iba a actuar a partir de ahora…