Reiko nació en Outworld durante una etapa temprana del reinado de Shao Kahn. Creció admirando el poder del emperador, así como su capacidad para controlar todo su reino. Su deseo de ser como Shao Kahn lo llevó a unirse a la Guardia de Kahn a una edad temprana.
Como adulto, Reiko se convirtió en un general y se forjó una reputación como un miembro temido del ejército de Shao Kahn. Esto no fue suficiente para él, y siguió esperando el día en el que pudiera impresionar al mismo emperador. Este día llegó con la conquista de Fabir, un reino habitado por una raza humanoide completamente femenina, las Kreeyans.
Reiko dirigió a todas sus tropas en un ataque al palacio real de Fabir, donde se enfrentó a la mismísima reina Kreeya. Después de una batalla difícil, Reiko derrotó y asesinó a la reina, e hizo que todas sus hijas juraran lealtad a Shao Kahn. Nada más obtener su trono, la nueva reina de las Kreeyans, Vorpax, no tuvo más opción que permitir a Shao Kahn unir a Fabir con Outworld.
Las habilidades de Reiko impresionaron a Shao Kahn, quien pensó que una herramienta tan útil podía explotarse incluso mejor si se le daba la suficiente motivación. El emperador adoptó a Reiko y lo nombró su heredero, un título bastante inútil considerando que Shao Kahn no pretendía dejar su trono en ningún momento. A pesar de esto, Reiko se sintió honrado por esta oportunidad, aceptó su nueva posición como el príncipe de Outworld y prometió que nunca decepcionaría a su nuevo 'padre'.
