Hola a todos, lo primero de todo disculpas por lo que he tardado en publicar, pero están siendo días muy difíciles en el trabajo y no he tenido tiempo de escribir ni de publicar. Intentaré publicar más seguido, pero no quiero quedarme sin nada que publicar por no tener material escrito, así que lo que realmente espero es tener tiempo de avanzar la historia. Aquí os dejo el capítulo nº 4, espero que os guste :)
Habrán más momentos entre Kim y Voight, poquito a poco, hasta que consiga avanzar la trama policial hasta un punto en el que ellos pasarán más tiempo juntos y habrán muchos más. Paciencia ;)
Y con respecto a donaciones o trama policial, es todo ficción desconozco la ley en ese sentido.
Adam y Kevin estaban infiltrados entre los camareros, había sido complicado porque era un trabajo muy selecto. Al fin y al cabo la gala era para la alta sociedad, los camareros también debían serlo o parecerlo.
En cualquier caso, lo habían conseguido. Aunque estaban más para darle respaldo a Kim si el asunto se complicaba. Ya que dudaban que este tipo de gente cometiese error alguno, y menos del tipo hablar de más entre copa y copa, por eso aún ninguna unidad especial había conseguido pillarles. Se creían invencibles.
Kim entró con paso firme al salón, primera lección de la clase alta. El mundo está encantado de conocerte y de que existas. Así que la inseguridad y la duda jamás se verían reflejados en alguien así, ni en su aspecto ni su actitud. Primera parte conseguida.
Se dedicó a observar un rato a su alrededor, las familias más importantes de Chicago estaban ahí, la mayoría de ellos tenían hijos, ¿Cómo podían mirarles por las noches sabiendo lo que sabían?
Pero no todo eran familias de alta alcurnia, políticos, cantantes. Empresarios de éxito, los grandes negocios de la ciudad estaban ahí, y también y no por ello menos importante, los nuevos ricos que habían hecho fortuna con aparentes juegos de azar y los nuevos empresarios, ahí entraba ella, el mundo empresarial había cambiado y ahora las posibilidades del negocio on-line eran inmensas. La gala también estaba llena de nuevos empresarios que se habían hecho el nombre suficiente como para estar ahí. De ahí su portada de empresaria de inversiones en criptomonedas. Los informáticos llevaban meses preparando su historia. Todo se había cuidado al milímetro.
Lo que más le sorprendía era la cantidad de mujeres que había en la ceremonia, ¿Qué clase de mujer podía hacerle esto a otra? Una en su ingenuidad solía pensar que la prostitución era cosa de hombres. Pero este trabajo la había dejado sin prejuicios. Y aquí se había caído otro. El mundo estaba podrido.
Al mismo tiempo, en el centro de mando de la comisaría
Voight estaba con el resto del equipo en el departamento de informática, tenían pinchadas las cámaras de videovigilancia. Pero para no dejar rastro del mismo tenían que redireccionar la dirección cada 20 minutos y desconectarse del mismo unos minutos.
En ese tiempo de desconexión no veían ni a Kim ni a Adam ni Kevin, era frustrante no saber si tu equipo estaba bien, si algo podía torcerse en cualquier momento estarían solos. Además, lo único que habían conseguido colar eran micros, que llevaban muy bien escondidos los tres. El resto del equipo necesitaba ver esas imágenes porque, junto a los informáticos, estaban comprobando los rostros de todos en los registros de antecedentes, de delitos sexuales, a ver si conseguían algo. Sin imágenes, era muy difícil.
Kim solo podía esperar, observar, pasear por la gala y dejarse ver, y estar muy atenta por si veía algún movimiento sospechoso, o escuchaba algún comentario inusual. Mientras que Adam y Kevin, además de lo propio, debían estar pendientes a su señal pero, como se temían, este tipo de gente no cometía deslices.
Kim había estado hablando con varios influencers, actores, algún empresario todas charlas sin demasiado contenido, de cortesía, lo suficiente para que la recordasen, lo justo para no hablar de más. Y ellos igual, en esta gala todo el mundo parecía medir sus palabras, ella para no hacer volar su tapadera y ellos para no no mostrar el verdadero motivo por el que estaban ahí.
-Kim, atenta al fondo del salón junto al muro de la ONG, con fotos de los proyectos humanitarios en otros países - habló Hailey por el micro oculto
-Hay tres personas, dos hombres y una chica, por la posición uno de ellos va con la chica de pareja, ¿Qué pasa con ellos? - respondió Kim
-Efectivamente, van juntos, son matrimonio, los Davis, el tipo con el que hablan, lleva asistiendo apenas unos 3 años y no parece demasiado importante de momento, pero ellos sí, ambos heredaron importantes negocios familiares y al casarse ambas fortunas dirigen un imperio.-contestó Jay
-Sí, son bastantes conocidos, pero ¿Por qué los traéis a colación ahora mismo?
-Ya sabes que las donaciones son privadas, aquí dicen un número de cara a la galería, que luego pueden triplicar en la transferencia real, aumentando así el valor de las chicas que compran o el número de ellas, pero esas transferencias son privadas, la ley no obliga ni a los bancos ni a las ONGs a hacerlo público, a estos corruptos les viene de perlas porque pueden desviar fondos entre la donación legal y la ilegal sin que nadie se percate- siguió hablando Jay
-(continuó Voight interrumpiendo)- Pero por suerte, los informáticos han conseguido descifrar las transacciones de los últimos diez años, y aunque a más antigüedad más difícil de hackear, de momento van por buen camino, y ahí es donde ha saltado la liebre. Los David, son los que más donan cada año. Sin distinción. Además siempre usan el mismo patrón, aquí no destacan demasiado pero…
-Pero esto es sólo un paripé- interrumpió Kim- lo importante es lo que donen después
-Exacto - continuó Voight.-Así que no los pierdas de vista, si nos interesa que alguien te note esta noche, son ellos.
-Entendido.
¡Nos vemos en el próximo!
