Capitulo 02: Pasado
Todo piltorviano sabía donde se encontraba y como llegar a Zaun pero pocos se habían atrevido a bajar; el distrito no solo estaba plagado de pobreza y enfermedad, sino también de delincuencia producto del abandono del gobierno. Caitlyn no era la excepción a la regla, jamás había bajado de Piltover pues ciertamente nunca había tenido la necesidad sin embargo contrario a todo privilegiado de la metrópoli, no tenía miedo… aunque debería.
La diferencia entre Zaun y Piltover era abismal, al punto que parecía surreal y hasta caricaturesco. Nada más entrando se sintió una densidad en el aire más pesada, producto de los desechos bilógicos que transportaban las alcantarillas que desembocaban justamente en aquel pobre distrito. La pelinegra resaltaba, no estaba sucia ni harapienta como la gran mayoría del lugar y por un efímero instante se arrepintió pensando que había sido una locura bajar con el uniforme puesto, pero también pensó que era demasiado tarde para arrepentirse; además volver después de su turno no era opcional ya que si en pleno día el lugar lucía tan atemorizante no quería imaginarse mas tarde. Solo esperaba no llamar tanto la atención como para que Camille se enterará porque sabía que las consecuencias serían muy feas.
Camino por las calles del lugar, sabiéndose observada por uno que otro habitante, mirando la libreta donde había garabateado nombres de calles y otros datos, deteniéndose de vez en cuando para preguntar sobre como llegar a donde necesitaba.
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Bajo de su auto y camino por el estacionamiento hasta la puerta trasera de aquel casino que operaba desde muy temprano y ya tenía muchos clientes a pesar de la hora. Toco en la puerta de acero un par de veces de manera fuerte hasta que una escotilla se abrió, dentro habían unos ojos negros que la observaron en silencio unos segundos para que después se cerrara la escotilla de golpe y enseguida se abriera la puerta un poco, pero lo suficiente para dejar pasar a la alta y delgada mujer.
Dentro no había nada en especial, era como cualquier otro negocio en su parte trasera y quien le había abierto era un hombre con sobrepeso pero bastante fornido, un poco mas bajo que ella y con varías modificaciones en su cuerpo como la gran mayoría de los que podían en Zaun. Camille lo saludo con un gesto de su cabeza y continuó su camino por aquel lugar, no necesitaba anunciar para que estaba ahí alguien como ella pues tenía mucho tiempo usando aquel lugar como reunión.
Al fondo de aquel lugar que más que otra cosa parecía una bodega donde abandonaban las cosas que ya no servían había una puerta, estaba oscuro pero debajo de esa puerta, salía un poco de luz lo que significaba que ya había llegado la persona con la que quería hablar. Se detuvo antes de entrar, Camille no era una mujer que dudara ante nada pero estaba ahí, preguntarse si era buena idea aquello, sintiéndose rara de sentir duda y algo de vergüenza pero sin pensárselo mucho coloco su mano sobre la puerta y empujo.
Dentro era totalmente diferente, era una estancia muy elegante, con sillones y tapices importadas de Shurima, unos cuantos cuadros pintados en Jonia. Parecía el salón de una mansión muy sofisticada, hasta el horrible aroma de Zaun había desaparecido. Se dio cuenta que nada había cambiado de lugar desde la última vez que había estado ahí, que siendo sinceros no había sido hace mucho pero como habían sido las cosas hasta había pensado que todo aquello había sido modificado más al gusto de la propietaria original… después de todo había sido decorado por Camille.
-Luces cansada- dijo la mujer que estaba dentro, sentada en uno de esos caros sillones, con una copa de vino tinto en su mano ortopédica mientras que la otra descansaba sobre el respaldo. Sus piernas estaban cruzadas y pese aquella pose despreocupada no perdía el porte que le caracterizaba. Iba vestida con un traje fino blanco y aquel cabello negro con un mechón canoso bien peinado hacía atrás, sin ningún cabello fuera de lugar. Lucía mucho más renovada que hace 6 meses, la última vez que la había visto y eso le daba un poco de rabia porque sentía que no le había afectado en nada su rompimiento. Sin embargo era propio de la personalidad de Renata, Camille odiaba su capacidad de renacer de las cenizas mejor que antes, era algo que había echo desde niña después de todo provenía de lo más profundo de Zaun y sola había formado un imperio muy poderoso en el área ortopédica. La envidiaba.
-No son mis mejores días- admitió la peliblanca, caminando por el lugar hasta llegar al minibar para servirse algo fuerte.
-Debe de estar sucediendo algo serio, tu no bebes en servicio.- Renata la conocía bien, y de echo sus palabras la hicieron dudar de dar un trago a su bebida pero aún así la peliblanca lo hizo.
-No pretendas que no lo sabes. Hay una ola de feminicidios en Zaun…-
-¡Ah! ¡Eso!- dijo Renata muy quitada de la pena, soltando una pequeña risa para después pararse y caminar hasta la espalda de la otra para susurrarle al oído -Como nosotros los Zaunitas no le importamos a ustedes los de arriba, no pensé que eso te preocupara…-
Quizás Camille no lo notaba, pero Renata si estaba dolida por su rompimiento y la prueba eran aquellas palabras cargadas de resentimiento.
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Su primera parada fue en el último lugar que se vio a la zaunita desaparecida. La joven policía interrogo a un chico más joven que ella que trabajaba de dependiente en aquella tienda de autoservicio. Se le notaba nervioso, Caitlyn no lo creía respondable pero era obvio que temía decir algo que causara su despido, aun así logro presionar los correctos botones para que le enseñara el video de vigilancia de aquel día.
En la grabación no había nada fuera de lo común, se veía a Zeri entrar, caminar entre los pasillos como escogiendo el refrigerio que quería y luego acercarse a la caja para pagar, caminar hasta la puerta, quedarse unos minutos viendo hacía afuera para luego por fin salir.
Lo que si le pareció fuera de lo común es que el chico le había dicho que los anteriores detectives (porque así es como se presento ante el) no le habían pedido la grabación de seguridad cuando fueron a interrogarlo.
-Ponla otra vez y pausa cuando te diga…- ordeno la pelinegra al tiempo que pensaba en porque los detectives del caso estaban siendo tan negligentes. Sus ojos inquisitivos estaban posados en la pantalla, siguiendo el recorrido de la chica de cabellos fosforesentes -Detenla.- dijo una vez que la Zeri de la pantalla miraba hacía afuera. -…¿Qué es lo que veías?...- entrecerro los ojos intentando descubrir la respuesta a su duda pero la calidad de la camara no era tan buena para poder ver que sucedía afuera -¿Tienen camaras afuera?-
-Si, pero tiene meses descompuesta- se apresuro a decir el joven recibiendo como respuesta un chasqueo de lengua de la pelinegra.
-¿Recuerdas si venia con alguien que la esperará afuera?-
-No, parecía venir sola…- contesto el chico pero enseguida agrego -Pero justo después de que se fue paso una cuadrilla de Quimobarones. Supongo que esperaba no toparselos.-
Caitlyn agradeció al joven por su cooperación, le dejo su celular por si recordaba algo más y salió de allí decidida a descubrir el rumbo que había tomado la chica después de comprar en ese lugar y también conseguir información de que cuadrilla de quimobarones había pasado por ahí aquel día. Algo le decía que ellos eran responsables de lo que le había pasado a la chica perdida.
Trato de ponerse en el lugar de Zeri, no la conocía pero intento pensar como ella. Se imagino a si misma sola de noche en aquel lugar, quizás había ido a una fiesta y regresaba a casa, había comprado algo porque siempre da hambre después de unos tragos pero sabía que estaba muy expuesta al salir tan tarde. No tomo un taxi o algo parecido porque quizás no le quedo suficiente dinero. Quizás mientras veía hacia afuera evaluaba en quedarse en el autoservicio hasta el amanecer pero después penso que no era para tanto y salió. ¿Qué haría ella en su lugar entonces? La zona ya era peligrosa pero seguro tomaría las calles más iluminadas. El problema ahora era saber cuales eran debido a que la pelinegra nunca había estado ahí… tendría que quedarse en Zaun hasta que las luminarias se encendieran y asi poder trazar una ruta probable.
Mientras tanto, conseguiría información de los quimobarones.
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Aquella estancia, aquel refugio escondido en Zaun había sido escogido y decorado por las dos al poco tiempo de haber empezado su relación, años atrás cuando Camille era apenas una novata en el cuerpo policiaco.
Renata jamás había escondido sus preferencias por las mujeres, había salido en más de una revista o periódico acompañada de bellas mujeres, pero estaba tan enamorada de Camille que no le importaba esconder lo suyo hasta que se sintiera cómoda de salir del closet. Además le daba la razón en una parte, ambas eran Alfas y una relación asi no era muy bien vista por la sociedad que tenía bien establecido que si eras Alfa debías estar con un Beta y viceversa. Las relaciones homosexuales ya no eran casi tabú, pero la jerarquía genética era algo muy diferente… más ahora que los nacimientos iban en picada. No importaba tu sexualidad, lo importante era que trajeras hijos a aquel podrido sistema.
Se veían varias veces a la semana, custodiadas por uno de los guaruras más fieles de la mujer que jamás permitió que aquel lugar fuera visitado por alguien que no fueran ellas dos. En aquel lugar podían ser ellas mismas y amarse con libertad.
A decir verdad Renata fue muy paciente. Entendía que para Camille, por su personalidad, le era difícil salir ante los suyos como lesbiana pues siempre había sido una mujer recta. Además conforme avanzaba su carrera menos podía decirlo porque no solo era una mujer, era una mujer alfa como ella y sería una traición al sistema.
El tiempo paso y la pelinegra comenzó a desesperarse y propuso soluciones, una de ellas era que Camille no necesitaba trabajar, Renata tenía un imperio y si su familia y su carrera le daba la espalda entonces ella le abriría los brazos. Pero aquello ofendió mucho a la peliblanca que amaba su trabajo, incluso por encima de Renata y termino con ella, rompiéndole el corazón.
-Si bien el sistema si pone una especie de jerarquías a las vidas, yo no Renata.- Camille se giro para verla frente a frente, con aquella mirada congelada por el desamor. Quedaron a escasos centímetros de separación, tan pocos que podían sentir su aliento mutuamente.
La pelinegra sonrió de lado, siempre había admirado la forma en que enfrentaba a los demás, como si se tratara de un muro impenetrable de hielo. Quizás eso era lo que le había atraído, el querer derretir ese hielo que la cubría. A veces pensaba que nunca logrado y la única enamorada había sido ella.
-Te cite…- continuo Camille -Porque quería saber si tu sospechabas quien podría saber algo acerca de lo que esta sucediendo.- y si no fuera porque tenía a sus superiores presionándola con cerrar el caso jamás hubiera vuelto a pisar ese lugar que la ponía tan sentimental y la hacía cuestionarse si realmente había elegido bien.
Aún estaban frente a frente, la tensión en el aire era tan palpable que podrías cortarla con un cuchillo. La pelinegra guardo silencio mientras la miraba con intensidad, se acerco aún más para poder susurrarle al oído. -¿No habrás olvidado que en Zaun la información es muy valiosa?- su voz lanzada directamente al oido provoco un escalofrío en la teniente que aun con aquello no se movió de su lugar y contesto:
-Por supuesto que no- Camille estaba dispuesta a pagar el precio de Renata que bien sabía no era monetario, no estaba dispuesta a encerrar a un inocente, además quería justicia para esas chicas y muy muy muy en el fondo anhelaba estar bajo el cuerpo de la morena aunque fuera solo una vez más.
Se miraron intensamente por lo que para ambas pareció una eternidad, entonces la morena sonrió de lado al tiempo que su mano ortopédica iba a la cintura de avispa de la peliblanca y la atrajo hacía su cuerpo , pudiendo sentir como sus senos y vientre chocaban contra los de ella. Esta vez no solo la vio estremecerse sino que también pudo sentirlo y entonces ella también tembló; si que se extrañaban. No aguanto más, su mano libre la tomo de la nuca y la atrajo para besarla con hambre, deseo y un dejo de furia.
Notas de la autora: Se que ha pasado bastante tiempo desde que empecé este fic, pero sinceramente estuve con mucho trabajo y cada día me es más difícil tener tiempo . Además tuve un pequeño y tonto bloqueo pero ya estoy de vuelta. Si les sirve de consuelo ya tengo empezado el siguiente capitulo y espero poder subirlo el siguiente sábado.
