Aquí esta el segundo capi!

A pesar de lo mucho que quise apartarme de lo usual, no pude evitarlo y termine escribiendo otro Rai/Kim, aunque algo diferente. Sobre la primer historia, prefiero dejarlos con la duda del personaje. Y bueno, ya tengo tmb el tercer capi, el cual publicare pronto y creo que será una grata sorpresa (muy diferente a lo que hago).

Gracias por sus reviews, me ayudan a escribir mejor, espero tmb les guste esta historia!

Blablabla.- Pensamientos.

Blablabla.- Narración.

Sin más:

Perdóname.

Lo eché todo a perder. Al ver tu mirada lo supe, soy un idiota. Pero ya no puedo hacer nada más. Yo y mi tonto complejo de hacer lo mejor posible. Y pensar que antes no era así. Todo es tu culpa. Tú me cambiaste y me hiciste la persona que soy ahora. No. La culpa es mía. Por querer ser siempre el héroe. Supongo que lo merezco. Pero sabes algo? Valió la pena.

oOoOoOo

Ella lo esperaba ansiosamente. 8:00. El dijo que estaría en casa poco después de las 7:30. Tenía media hora de retraso. Algo usual en él, conociéndolo tan bien como lo conocía ella. Pero estaba nerviosa. Y feliz. Quería abrazarlo y contarle. Ella apenas se había enterado hacía unas pocas horas y ahora quería hablar con él. Tanto lo habían deseado y ahora era una realidad.

8:10. Un presentimiento empezó a surgir. Inquietud. No solo el nerviosismo. No, tenía la intuición de que algo no andaba bien. El viento empezó a soplar de repente y movía los árboles que estaban en el patio de la casa. De su casa. La de ambos.

oOoOoOo

Todo pasó demasiado rápido. No quise que fuera así. No creo que lo entiendas. Ni espero que lo hagas tampoco. Por lo menos, no por ahora; quizás algún día. Y pensar que lo eche todo a perder. Teníamos sueños, teníamos metas. Todo un futuro por delante. Juntos. Lo que siempre desee. Y ahora…

oOoOoOo

8:20. Un nudo se le hizo en la garganta mientras su inquietud crecía desesperadamente. Se acercó a la ventana y miró a su alrededor. Ninguna señal de él. Ya le había marcado como 10 veces a su celular pero no obtuvo respuesta alguna. Era raro. El nunca dejaba apagado su teléfono. También le mando varios mensajes de texto. Donde estaba? Por que no llegaba?

Kimiko sentía que algo le oprimía el pecho, al momento que su respiración se aceleraba más y más. Casi podía escuchar los latidos de su corazón, mientras el nudo que tenía en la garganta le impedía tragar saliva. Algo no andaba bien. Algo andaba muy mal. Su noticia, la gran noticia, aquel hecho que ambos deseaban tanto, había quedado simplemente en el olvido.

oOoOoOo

Estoy seguro que tú hubieras hecho lo mismo. O por lo menos, lo habrías intentado. Hubieras visto su carita. Llena de terror. Por eso lo hice. No fueron los gritos de su madre. No fue el ver el coche a toda velocidad a punto de chocar contra su frágil cuerpo. Fue su mirada. Llena de angustia. Fue por ella. Tan pequeña, tan dulce. No podía simplemente observar. Tenía que hacer algo. Tenía que hacer algo…

oOoOoOo

8:50. Le marcó a Omi y a Cley. Ninguno había tenido noticias de él después de las 5:00. Ahora sí estaba preocupada. Revisó en sus cosas hasta encontrar la agenda. Ninguna nota. Marcó número por número. Incluso aquellos que no conocía. Intentó todo, mientras el temor la invadía. Y pensar que horas antes estaba tan feliz.

Llevaban 3 años intentándolo sin resultado. Habían probado de todo. Incluso se hicieron estudios para ver si eran compatibles. Todo estaba bien. Ningún doctor encontró la causa. Era solo cuestión de esperar. Así, siguieron tratando. Hasta aquel día. Entonces ella lo supo. Pero aquella felicidad había sido opacada temporalmente por la tensión de no encontrar a Raimundo por ningún lado.

9:10. Al borde de los nervios. Lágrimas silenciosas cruzaban sus mejillas mientras se acariciaba lentamente el vientre. Pronto se le empezaría a notar. Su hijo. De ambos.

Dicen que cuando dos personas se aman se crea un nexo especial entre ellos. A tal punto de que cuando a alguno de los dos les pasa algo, el otro lo sabe. Pues bien, ella lo sabía.

oOoOoOo

No me dolió. Quería que lo supieras. No es tan terrible después de todo. No para mí. Es como si todo desapareciera a tus pies, y después…nada. A mi no me dolió. Se que a ti sí. Si pudieras escucharme. Sin embargo, lo supiste inmediatamente. Y has estado tan preocupada como lo supuse. Fuiste una gran esposa. Un gran amor. Y sé que serás una gran madre. Sí, lo sé.

Espero que se parezca a ti. En tu carácter. En tu determinación. Tu cabello y esa sonrisa tan bonita que tienes. Aunque con mis ojos. Y te digo un secreto? Es un niño. El niño que tanto quise. Te gané. Recuerdas que tu querías una niña?

Es una lástima, quería verlo jugar. Quería correr con él y enseñarle a jugar futbol. Quería aconsejarlo y bromear con él. Cargarlo y mecerlo a la hora de dormir. O hacerlo reír cuando se lastimara. Curarlo si se pegaba. Quería verlo crecer. Y regañarlo. O consolarlo cuando tuviera un problema. Hablarle de chicas. Surfear en el verano. Sabes? Creo que yo hubiera sido un gran padre. Supongo que ahora nunca lo sabré.

Pero esos padres necesitaban a su hija. Era solo una pequeña. Yo por lo menos pude conocerte. Y darte ese hijo que tanto anhelabas. Espero que llene el vacío que dejaré yo. Y que no te olvides de mí. Por que yo jamás me olvidaré de ti.

Perdoname, Kimiko.

No sé como me salen tan cortos… intentaré hacerlos un poco más largos la próxima vez. Que puedo decir, casi lloro con este. Prometo traer algo muy diferente la próxima vez.