¡Hola otra vez! Quería darles las gracias a todos los que leyeron el primer capítulo.

CANCIÓN: SOMETHING'S GOTTA GIVE - CAMILA CABELLO

Ahora, les dejo el segundo capítulo.


CAPÍTULO 2: Desatando el caos

Hermione se quedó parada en la acera parpadeando para alejar las lágrimas, cerró los ojos y pensó en Draco.

Apareció en un oscuro pasillo y a pesar de las pocas visitas que había hecho allí, reconoció el lugar de inmediato.

Malfoy Manor.

Exactamente el piso en el que se encontraba la habitación de Draco.

Supo porque ellos estaban allí, pues a menos que no seas de la familia no podías poner un pie dentro por medio de la aparición y como ella prácticamente era una Malfoy, no tuvo inconvenientes, igual que Draco.

Caminó lentamente hacia la puerta y oyó risas y besos y más risas.

Mierda, Tori te había echado tanto de menos. —Escuchó decir a Draco, seguido de un gemido.

Entendió a qué vida nocturna se refería su amado esposo y reprimió una carcajada.

Vaya estúpida estaba hecha.

Los gemidos fueron haciéndose más sonoros, entonces entendió que ya había desafiado lo suficiente a su valía Gryffindor.

Y regresó a casa.


Draco besó hambrientamente a Astoria y cuando se alejó supo que la había dejado con ganas de más, sonrió engreídamente a modo de despedida.

Se giró y desapareció de aquella plaza en Wiltshire.

Respiró profundamente y volvió a revisar su apariencia, acomodó su cabello, pasó las manos por su saco y camisa, reacomodó su corbata y al fin se dio por satisfecho.

Abrió la puerta de casa y encontró el salón desierto, se animó al saber que Hermione estaba dormida.

Aprovechó a entrar a la habitación de Scorpius, sabía cuánto le gustaba a su hijo que sus padres le dieran el beso de las buenas noches y por primera vez desde que había recibido aquella carta, se sintió culpable.

Dentro de la habitación del pequeño, encontró a Hermione inclinada sobre la cuna, arrullando al niño.

Draco se acercó y rodeó con los brazos a la mujer, ella se sobresaltó y se alejó de él.

—No me toques. —Dijo en un susurro que le causó escalofríos al rubio.

— ¿Qué pasa?

Notó que ella evitaba su mirada y le tomó el mentón para que pueda mirarlo fijamente, entonces vio sus ojos rojos e hinchados igual que su nariz y sus mejillas, las cuales aún tenían el rastro de las saladas lágrimas.

— ¿Te sientes bien? ¿Pasó algo? —La miró preocupado.

—Pasa que tú y yo vamos a hablar. —La castaña quitó bruscamente la mano de su esposo. —Y ya te dije que no me toques y tampoco te atrevas a acercarte a Scorpius.

Lo empujó y salió de la habitación. Draco la siguió incomodo y enojado. ¿Qué carajos le pasaba ahora a Granger?

Entraron a su habitación y ella puso un Mufliatto para que nada de lo que dijeran saliera de esas cuatro paredes.

Malfoy se percató que una pequeña parte de la alfombra estaba como si la hubieran quemado, se extrañó porque Hermione era muy cuidadosa con las cosas de casa.

—Eres un asco Draco Malfoy, un completo asco.

Lo enfrentó con furia y elevó la mano dispuesta a golpearlo, sin embargo recordó las palabras de su amiga.

—No me voy a ensuciar las manos contigo. Toma tus cosas y lárgate.

— ¿Qué estás diciendo? ¿Qué te he hecho?

Abrió los ojos exaltado y pasó la mano por su cabello repetidamente.

— ¡Eres un cínico! ¡Te odio! ¡Maldito idiota! —Estalló de furia, dejando paralizado a su esposo, por unos segundos.

— ¡Cálmate y haz el favor de explicarme qué pasa! —Gritó fuera de sí, tomando sus brazos en un intento de detenerla.

Hermione se sacudió de sus brazos para soltarse de su agarre.

—El que tiene que explicar muchas cosas eres tú. —Él la miró interrogante. — ¿Ahora te vas a hacer al desentendido? —Negó con la cabeza. —Perfecto, si quieres jugar, juguemos. —Cruzó los brazos. —Empieza por decirme dónde estabas.

Malfoy la miró dudoso, ella no podía saber lo de Astoria, habían sido muy precavidos. A menos que alguien los haya visto y había ido con el chisme a Hermione. Pero nadie podía haberle contado, ella no podía saber la verdad.

—Te dije que tenía una cena y luego quisieron ir a un bar, por eso tardé.

Trató de ser todo lo convincente que pudo y como buen ex Slytherin, lo logró.

De no saber que todo era una mentira, Hermione le habría creído. Era tan convincente que se preguntó cuántas veces le había mentido de esa manera, si Astoria era la única con la que la había engañado.

— ¿En serio vas a ser tan descarado como para mentirme otra vez? Aunque no estás mintiendo del todo, lo único cierto que has dicho es que estabas en un bar pero no con las personas con las que tuviste una reunión en la tarde, si es que la tuviste. —La bruja tuvo que inspirar para controlar sus lágrimas y su voz. —Porque realmente ya no sé que es verdad o mentira, porque no creo nada que salga de tu venenosa boca.

—Hermione…

Por fin Draco se dignó a saberse descubierto.

—Si tan hombre fuiste como para acostarte con Astoria Greengrass, Merlín sabe cuántas veces, ahora se igual de hombre para tomar tus cosas y dejarnos en paz.

— ¿Cómo… tú… no… —Alcanzó a balbucear antes de que ella lo interrumpiera con un carcajada nula de gracia.

— Dejaste tirada tu carta de amor, subestimaste mi sentido común y te descubrí con tu amante.

—Hermione, yo puedo explicarte, podemos solucionar esto…

Se acercó a ella con desesperación pero su esposa retrocedió con las manos en alto.

— ¿Solucionar qué, Draco? ¡Me engañaste! Te importó poco este matrimonio.

Con un rápido movimiento, se quitó el anillo de matrimonio y se lo tiró al pecho.

— ¿Acaso pensaste en Scorpius? Porque no solo me traicionaste a mí, sino también a esta casa y a nuestra familia.

— ¡Trata de comprenderme, por amor a Salazar! —Le cogió de los hombros y se los apretó. —¡Entiéndeme!

— ¿Qué quieres que entienda? ¿Qué te aburriste de jugar conmigo y fuiste a buscar otra?

—Sé que está mal, pero estaba desesperado. Apenas terminaba de aprender a cuidar de mí, cuando ya estaba cuidando a alguien más y apareció ella. Sinceramente Hermione, esta no es la vida que quería llevar. Y me arrepiento de lo que pasó aquella noche.

Se rindió y se dejó caer sobre la cama. Ella lo miraba entre incrédula y horrorizada.

— ¿Sinceramente? ¿Tú hablando de sinceridad? —Sonrió de manera amarga. —A diferencia tuya yo no me arrepiento, tal vez deberíamos haber comenzado de otra manera pero arrepentirme de esa noche significa arrepentirme de Scorpius y no lo hago.

—Por favor, escúchame...

— ¿Sabes qué día era mañana? —Miró el reloj que estaba sobre la cama. —O bueno, hoy

Draco levantó la mirada alarmado, era evidente que no sabía de qué hablaba. La bruja salió de la habitación y regresó al poco tiempo con una caja de regalo plateada que llevaba un enorme moño verde.

La lanzó a sus pies, causando que se entreabriera pero él no supo descubrir que había dentro.

—Nuestro aniversario.

Cogió su varita y apuntó hacia la caja que Draco observaba fijamente y ante su mirada gris, la caja se incendió y tras un Reducto no quedó nada.

Con la varita aún entre los dedos, giró la muñeca haciendo que el closet se abriera y un baúl se deslizó por la alfombra. Hizo otro movimiento y camisas, trajes, zapatos y otras prendas y objetos, llenaron el baúl que finalmente se cerró con un ruido seco y firme.

—Vete. —Su voz congeló completamente a Draco, de pies a cabeza.

Miró alternativamente entre su enfadada esposa y el baúl con gran parte de sus pertenencias, suspiró con resignación y dio media vuelta.

—No vayas a ver a Scorpius, no voy a permitir que lo beses cuando aún llevas su labial en los labios.

Instintivamente, el rubio se tocó lo labios y bajó la mirada afectado pero aún en pie.

—No puedes impedir que vea a mi hijo. —Soltó con resolución.

—Scorpius no debe ser afectado por esto, es tu hijo y tienes derechos como su padre. Claro que podrás verlo pero no seas tan descarado como para hacerlo cuando llevas el aroma de Astoria contigo.

— ¿No lo vas considerar nuevamente, verdad?

Desde su lugar, a unos pasos de la puerta, la miró a través de sus pestañas. Ya no lloraba, sus ojos seguían rojos pero su mirada demostraba lo furiosa que estaba, furiosa y herida.

—Vi lo que tenía que ver y escuché lo que tenía que escuchar. —Le dio la espalda. —Se acabó Draco, así que sal de esta casa y vete a vivir la vida que tanto quieres.

—Si es lo que quieres. —Apuntó al baúl y lo envió a Malfoy Manor. —De todas formas no quiero seguir jugando a la casita contigo.


Gracias por leer este capítulo y darle una oportunidad a Trust & Love.

Tengo la historia algo avanzada, así que no tardaré en actualizar.

Finalmente quiero agradecer a P. Metus, Lilianne Ethel Nott y Jaina - Mx, por sus reviews, realmente los valoro y también a quienes pusieron a Trust & Love en Story Alert.

Espero sus reviews también en este capítulo. Gracias nuevamente.