¡Les dije, doble actualización!

Espero que disfruten este capítulo.

CANCIÓN: IT'S OVER NOW - TEDY


CAPÍTULO 7: Damn Flowers

Draco se dejó caer con un resoplido sobre su asiento. Con todas las reuniones que su secretaria le había recordado que tendría ese día, se sentía agotado de tan solo oírlas.

Había tenido un maravilloso fin de semana con Scorpius, primero ellos dos solos porque Hermione se había ido a Malfoy Manor y luego otro día lidiando con la indiferencia de su aún esposa.

Él realmente no sabía lo que decía cuándo se había planteado que nada más importaba que ver y tener a Scorpius cerca.

Además, su madre y Blaise habían causado estragos en sus hábitos de sueño.

Estaba realmente cansado de ser juzgado, de sentirse culpable, de tomarse en serio las palabras de su madre que lo acusaban de destruir a su familia y hacerle daño a su hijo.

¡Gran Salazar! Estaba muy estresado y si no canalizaba todo lo que reprimía, haría temblar a todos sus empleados cuando estallara en furia.

Estaba considerando seriamente reunirse con Astoria.

Parte de su mañana pasó tranquila y se ocupó de prepararse para las reuniones que lo esperaban por la tarde. Cuando se preparaba para ir a almorzar alguien irrumpió en su oficina sin previo aviso.

Reconoció su voz apenas su no deseado invitado abrió la boca.

- ¿Por qué no te das un tiempo y vas a dar una vuelta por las floristerías del Callejón Diagon?

Draco levantó la cabeza y encontró a Potter mirándolo desde lo alto, parado frente a su escritorio.

- Puedes entrar a la que quieras y preguntarles cuantos encargos de flores han realizado hoy para Hermione y si tienes más tiempo puedes ir a todas las floristerías, sumas los encargos enviados a Hermione y te haces una idea de porque su oficina, para hoy por la mañana, tiene el aspecto de un invernadero.- Terminó su diatriba en tono despectivo.

Harry esperó su reacción y estuvo a punto de maldecirlo porque claramente no le importaba, ni se inmutaba.

Pero eso era justamente lo que pretendía Draco, mantenerse estoico porque había una lucha en su interior.

- ¿A dónde quieres llegar con esto, Potter?- Masajeó su sien.

- Quiero que te des cuenta de lo idiota que eres y lo suertudo que fuiste.- Exclamó, colocando en un fuerte golpe sus manos sobre el escritorio de Draco.- Cuando te casaste con Hermione, muchos hombres estuvieron al acecho esperando un mínimo error tuyo para poder tener su oportunidad con ella. Ahora es la oportunidad perfecta. ¿No crees?- Se burló.- Pero a Hermione ni siquiera se le pasa por la mente darle una oportunidad a alguien, aunque ese alguien la merezca más que tú.

- Soy un idiota afortunado, lo capto.- Respondió cansado.- ¿Algo más?

- Si tan solo el intento de felicitarla por un nuevo cargo hace que prácticamente le lluevan presentes. Imagínate cuando se anuncie su divorcio.- Dio media vuelta y se encaminó hacia la puerta.- Solo una cosa más, Malfoy- Lo miró por sobre el hombro.- Él que ha perdido con todo esto eres tú, no ella. Y ya es momento de que te des cuenta de eso.

Le dedicó una última mirada de advertencia y se fue, dejando a Draco sumergirse en su propia miseria.

Todas las palabras de Potter, lo habían dejado perturbado.

Él tenía conocimiento sobre la larga lista de pretendientes que tenía Hermione y odiaba el pensamiento de ella en brazos de otro, llevando el apellido de otro, era inimaginable. Sin embargo era posible con todo lo que estaban pasando, con todo lo que él había hecho.

Con movimientos rápidos, tomó su saco y salió de su oficina.

Potter tenía la habilidad de ser conflictivo, por lo tanto él tenía que comprobar cuan ciertas eran sus afirmaciones. Solo así podría respirar tranquilo.


Hermione había suspirado cuando vio en su primer día de trabajo toda esa pila de carpetas que tenía que revisar para ponerse al corriente. Y lo había logrado con éxito ya que tuvo el fin de semana para ello.

Lo que no esperaba era que aquella pila de carpetas era solo del Winzegamot y que ese día tenía otra pila de carpetas, cortesía de la oficina de Aurores.

Estaba en ello, oyó abrirse la puerta de su oficina. Lo ignoró con la suposición de que se trataba de su nueva secretaria.

- Deja esos informes y gracias, Suzanne.- Murmuró aún concentrada en sus diligencias.- Por cierto, si gustas puedes llevarte alguno de esos arreglos de flores y ponerlos…- Levantó la mirada.-... en tu... escritorio.- Terminó de decir esas últimas 3 palabras con voz amarga.- ¿Qué quieres?

Draco Malfoy se encontraba en medio de su recién estrenada oficina, mirando con detalle todas aquellas flores dispersas en la estancia. Estaban por todos lados, en los estantes, en los sofás, en los asientos frente al escritorio, en el suelo.

- Gracias por el ofrecimiento pero no creo que un ramo de flores se vería bien en mi escritorio.

Se acercó a uno que estaba compuesto por rosas rojas al completo, eso difícilmente era un presente de felicitación. No evitó fruncir el ceño.

- Menos uno que diga…- Cogió la tarjeta que acompañaba aquel descarado ramo.- "Felicidades desde el fondo de mi corazón, hará usted un buen trabajo. Confieso que me parece realmente brillante. Besos y saludos. Adrian Pucey."

Quitó la mano de la tarjeta como si quemara y se inclinó para tomar uno que estaba en el suelo.

- ¡Oh, vaya! Este es de Cormac Mcglaggen. Para resumir, dice que guarda un buen recuerdo de aquel baile al que te invitó y te felicita.- Se oyó sarcástico.

Hermione seguía sus movimientos y notaba cada uno de sus gestos. Y solo podía sentirse furiosa porque él se tomara esas libertades, que se sintiera siquiera con el derecho de comentar las atenciones que recibía ella.

Hacía tiempo que Draco había sobrepasado sus límites y no iba a consentir que él actuara como si se sintiera afectado.

Estaba más que disgustada con su actitud y no se iba a quedar callada.

- Sí y también por ahí hay otro de Lee Jordan, de Ernie Mcmillan, de unos cuantos jugadores de Quidditch famosos, uno que otro de algún auror y mi favorito, el de Viktor.- Comentó altanera- Que es el que puedes apreciar sobre mi escritorio.- Apuntó dicho arreglo compuesto por lirios y azaleas rosas.- ¿Hay algún problema?

- ¡Soy tu esposo!- Quiso gritar Draco pero esas palabras quedaron atrapadas entre sus cuerdas vocales. Solo le quedó bufar.- Solo quería comprobar un punto.

- ¿Y qué tiene que ver eso con tu visita a mi oficina?- Cruzó los brazos, parada frente a él.

- Que mi punto a comprobar, estaba justamente aquí.- Con un gesto señaló las dichosas flores.

- Quiero creer que no estás actuando así por lo que presumo.- Negó con la cabeza.- Así que lo voy a dejar pasar y ahora retírate.

- ¿Y qué es lo que presumes?- Comentó mordaz, acercándose a ella.

- Que estás celoso, lo cual no tiene ni pies ni cabeza porque no tendrías que estarlo. Este es mi asunto y no te afecta en nada.- Afirmó con rotundidad.

Draco se detuvo, admirando la determinación con la que lo enfrentaba. Ella tenía razón. Él no tenía derecho a hacerle preguntas y cuestionar sus relaciones interpersonales.

- De acuerdo, me voy.- Giró para retirarse del lugar.

- Aún no.- La voz de Hermione, le hizo frenar.- Aunque inesperada, tu visita resulta oportuna.

Él regresó sobre sus pasos y la encontró sentada tras su escritorio, invitándolo a sentarse. Dudó por unos segundos y tomó asiento frente a ella.

- En primer lugar…- Se inclinó a buscar entre los distintos pergaminos que tenía sobre el escritorio.- Estaba por enviar la demanda de divorcio para que…

- ¿Demanda de divorcio?- Apretó su agarre en torno a la silla, con el fin de controlarse.

- ¿Qué esperabas?- Murmuró con voz firme.- Si firmas ahora, solo nos agendarán una sesión de conciliación y si no lo haces, pues nos espera un largo proceso.- Puso frente a él un pergamino.

- Déjame considerarlo.- Tomó el pergamino e intentó ponerse en pie pero ella lo detuvo.

- ¿Considerarlo? No me jodas, Draco Malfoy.- Se paró de su asiento y se inclinó hacia él.- Lo menos que podrías hacer sería firmar de una maldita vez.

Él la miró sorprendido por la elección de sus palabras y su significado. Ella lo quería fuera de su vida, lo más pronto posible.

Claro que tenía que considerar eso.

- ¿Hay algo más que tengas que tratar conmigo?- Se limitó a preguntar.

- Eres realmente patético.- Resopló.- Pero si lo quieres así, adelante.- Regresó a su sitio e irguió su espalda.- Supongo que Narcissa, te informó respecto a lo que acordamos sobre Scorpius.

- Sí, me dijo sobre la institutriz.

- Bien, mientras ella nos ayuda buscando una, quiero saber cómo vamos a organizarnos para cuidar de Scorpius. Hoy lo dejé con Ginny pero no puedo hacerlo todos los días.

- Una cosa… ¿estará en Malfoy Manor mientras reciba las lecciones?- Ella dudó.

- ¿Aún recuerdas el asunto sobre tu madre verdad? Si Scorp…

- Pero será más conveniente si toma lecciones allí. Hay estudios y la biblioteca es más variada que la que tenemos en casa.- Refutó.

Hermione lo miró con una ceja elevada al oírlo hablar de un "nosotros", tuvo que inspirar para dejar pasar eso.

- ¿Entonces, cómo le explicarías lo de Narcisa?- Habló con condescendencia.

- Malfoy Manor es grande, madre puede pasar tiempo en distintos lados y ella ya conoce la situación.

- De acuerdo, de momento se quedaría contigo por las mañanas y yo pasaría a recogerlo cuando termine mi turno y seguiría la misma rutina cuando haya una institutriz.

- Yo puedo traerlo aquí, ¿a qué hora sales del trabajo?

Draco estuvo a punto de sonreír por su propio comentario. Era casi un deja vú, solo que en ese entonces no recordaba tener enfrente a una Hermione enojada.

- Sobre las 4.- Dijo frunciendo el ceño, también teniendo un deja vú.

- Puedo trabajar en casa durante la mañana y organizar mis reuniones para la tarde pero solo podría quedarme hasta la hora del almuerzo.- De pronto otro recuerdo vino a su mente.- Como cuando era bebé. Lo cuido durante la mañana y lo dejó contigo durante la tarde.

- Yo tenía permisos especiales. Además como dices, él era un bebé, sólo tenía que mecerlo y alimentarlo.- Refutó.- Sí, es un niño educado y tranquilo pero es solo un niño.- Vio como Draco iba a argumentar en su contra.- Pero sé que por ahora es la única opción que tenemos.

- Lo intentaremos por unos días, si no funciona para ninguno de los 3. Buscaremos otra solución.- Acordó y ella asintió.

- Eso es todo, puedes retirarte.

El mago se paró y la miró antes de dirigirse hacia la puerta, ella estaba concentrada en sus pergaminos, ignorándolo.

- Harry le llevará algunos de esos arreglos a Ginny.- Habló sin levantar la vista.- Tú también puedes tomar el que deseas y llevárselo a…- Esa vez sí alzó su rostro y le sonrió mordaz, otra sonrisa al estilo Malfoy.-... ya sabes.. a Astoria.- Encogió los ojos y regresó a su trabajo.

- Debes estar poco interesada en ellos, si comienzas a desperdigarlos por allí.- Dijo el ojigris obviando su comentario y respondiendo mordaz.

- Créeme, me siento halagada pero son demasiados para mí sola. Me quedaré con mis favoritas y conservaré las tarjetas.- Le sonrió a su pergamino.- Puedes declinar la oferta si quieres.

Ella aparentaba desinterés y Draco odiaba cuando ella se comportaba como si nada le importara, la conocía y sabía que lo hacía eso cuando estaba enojada.

- Buenas tardes.- Se despidió y salió de la oficina.

Llegó tarde a su primera reunión y estuvo de mal humor en las siguientes dos. Respondiendo con voz seca y criticando hasta el mínimo error. Sus socios, cedieron a todos sus requerimientos sin rechistar y él pudo notar que hasta temblaban al fimar.

Tras la última reunión, la sala se vacío en segundos. Dejándolo solo con sus inquietudes y remordimientos.

Su mente estaba tan centrada en Hermione que incluso olvidó que se había planteado visitar a Astoria.

No tenía espacio en su mente para pensar en Astoria Greengrass, quien ya le había enviado otra carta.

Pero no podía pensar en ella, ni en su trabajo, solo en Hermione y esas estúpidas flores.

Claro también en Scorpius, pero esas malditas flores...


Ahora sí, quiero reiterar mis disculpas por no haber actualizado antes. Quería tener por lo menos un par de capítulos listos antes de actualizar pero no he podido escribir mucho, es más, habría tardado más tiempo con la actualización de no ser porque uno de mis profesores cambió la fecha de entrega de un trabajo.

De este capítulo puedo decir... HERMIONE, QUEEN!

Sé que prácticamente es 20 de Septiembre pero no puedo dejar pasar esto: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HERMIONE!

Ahora, quiero deshacerme de ese trabajo y terminarlo de una vez, por lo tanto me despido.

Gracias por leer la historia. Espero sus reviews, por favor.