¡Lo prometido es deuda! Así que con ustedes el capítulo más largo de toda la historia (6548 palabras), espero que tengan a la mano una taza de café o té para que puedan leer a gusto.

CANCIÓN: SUE ME - SABRINA CARPENTER


CAPÍTULO 11: Planear, dudar y decidir

Blaise no se molestó en saludar a Draco cuando ambos coincidieron frente al café. Pasaron juntos y buscaron a la bruja que los había citado.

Era difícil rechazar una invitación de Pansy Parkinson, menos cuando la invitación venía a manera de un Howler.

Si se habría dado el caso donde los tres seguían siendo adolescentes de 15 años, entonces sería una reunión de cuatro Slytherin. Lástima que su relación con Theodore Nott se había deteriorado por seguir la causa de un mago oscuro incapaz de matar a un adolescente.

Theo había preferido ser torturado por su padre, en lugar de recibir la Marca Tenebrosa y luego había huido a algún lugar del mundo. Solo y sin pensar en el destino de sus mejores amigos.

Pansy había sido asignada a torturar a aquellos niños Slytherin que no cumplían con los requisitos de su sagrada Casa; sino hacía su labor como se debía, era ella quien debía recibir el castigo.

Con Blaise no se habían molestado en darle la oportunidad de regresar a Hogwarts aquel año. Él formó parte de uno de los grupos para la búsqueda de Potter, durmiendo en bosques, con largos ayunos y noches eternas.

Y Draco, él había regresado a Hogwarts para ser parte de un curso escolar muy temible y posteriormente fue confinado dentro de su lúgubre casa, presenciando torturas interminables y oyendo gritos que aún lo seguían en sus pesadillas.

La única vez que se reunieron tras la guerra, descubrieron que ya no tenían mucho en común. Pansy y Draco estaban resentidos con Theo, y Blaise solo se mostró dolido.

Nott no compartía la carga de esos días oscuros con ellos; en cambio los tres pudieron ser el tácito apoyo del otro. Incluso durante un tiempo Pansy y Blaise convinieron un mutuo consuelo físico.

Pero Theo no estuvo allí, no cuando la única manera de adormecer sus mentes era beber hasta la inconsciencia, no cuando los tres tuvieron que protegerse entre sí de los insultos.

- Draco.- Se lanzó Pansy hacia él.- Quería felicitarte, al fin hiciste algo bien en tu vida.

- ¿Qué?- Habló Blaise, boquiabierto.- Pansy por favor dime que no estás insinuando lo que creo.

La bruja parpadeó hacia el moreno y rió mientras tomaban asiento.

- Claro que lo estoy haciendo. Es lo que debió haber hecho este tonto, hace mucho tiempo.- Apuntó hacia Draco.- Cometió error tras error con Granger. La besó, se revolcó con ella, la embarazó y para coronar su estupidez, dejó que tuviera a ese niño mestizo.- Una mueca de asco, adornó su rostro.- Pero ahora… ¡Astoria Greengrass!, esa sí es una perfecta anotación.- Extendió su mano y comenzó a contar con los dedos.- La chica es bonita y viene de buena familia, no me llevo bien con Daphne pero Astoria es una completa dama, parece haber sido educada para ser una princesa. Conveniente, muy conveniente. ¡Lo hiciste genial, Dragón!

- Ese niño mestizo, Pansy, es mi hijo.- Respondió Draco, alejándose de su amiga.

- ¡Y mi ahijado!- Agregó Zabini, con los hombros rectos.

- Y sí, como dices, es un mestizo pero eso no lo hace menos que tú o yo. Por lo que si piensas que lo estás insultando de alguna manera, estás muy equivocada.- Se puso de pie.- Estoy cansando que las mujeres como tú o Astoria se sientan con el derecho de discriminar a un niño inocente que tiene la sangre tan roja como la tuya y me siento repugnante por haber tenido y creído, en algún momento, en ese tipo de pensamiento.

- Estás loco, esa maldita san…

- Cállate.- Siseó el rubio.- No te atrevas a continuar por ahí. Y tampoco seas tan imprudente como para sugerir que mi hijo o Hermione son un error.

Draco tomó su saco y comenzó a alejarse pero Pansy lo retuvo, aferrándose a su brazo.

- Es tu oportunidad Draco, no la eches a perder. Puedes recuperar la gloria de tu nombre y borrar esa suciedad de tu vida.

Él se soltó de su agarre y reprimiendo las ganas de escupirle, solo la miró enojado y se fue.

- Me das pena Pansy.- Dijo Blaise, cuando ella regresó a la mesa.- Sigues atrapada en esas ideas que pudieron llevarnos a la muerte y eres tan tonta como para dejar que tus prejuicios te impidan acercarte a ese niño maravilloso que es Scorpius Malfoy.- Sonrió con el veneno que solo el llevar la insignia de Slytherin por 7 años, te proporcionaba.- Sí Malfoy, aunque te duela y te queme, él es un Malfoy. - Y también se fue.

Draco quiso maldecirse a sí mismo por haber dejado pasar el desatino de Astoria y Rita Skeeter. No había sido hasta oír esas sandeces de la boca de su mejor amiga, que se dio cuenta de lo horrible que era escuchar los insultos hacia Scorpius, ni la rabia o el asco con el que lo expresaban.

Vio a Pansy proclamar lo inferior que era su hijo y pensó que así era como se debió haber visto y oído Astoria cuando hacía lo mismo.

Revisó su reloj y rogó internamente poder encontrar despierto a Scorpius para susúrrale lo mucho que sentía haber permitido esos vulgares atrevimientos hacia él.


Hermione cerró lentamente la puerta de la habitación de Scorpius y se enfrentó a su casa vacía y silenciosa.

Limpio la cocina y los restos de su hora de repostería con su hijo.

Puso el recipiente de galletas en la parte alta de la alacena y se preparó para hacerle frente a largas horas observando mapas y reportes.

Por fin había encontrado una aparente pista, cuando la chimenea escupió llamas verdes y dándole la bienvenida a Ron.

- ¿Dónde está ese maldito rubio? ¡¿Dónde maldita sea está, Hermione?!- Comenzó a exclamar dando fuertes zancadas por todo el salón.

- Ron, cállate vas a despertar a Scorpius.- Le dijo con un tono de voz que casi rozaba el grito.

El pelirrojo tenía los puños apretados y la cara muy muy roja, como si la circulación sanguínea se hubiera detenido en su rostro. Soltó un gruñido nada agradable y se dejó caer en un sofá.

- Ginny ya me contó lo del idiota Malfoy.- Sus manos aún formando un puño.- Toma todas tus cosas y nos iremos de aquí para que no vuelvas a ver a ese bastardo, ni tú ni Scorpius.

- No Ron.- Se paró frente a él enojada.

- ¿Qué? ¿Por qué?- Saltó nuevamente, aún más enojado.

- En primer lugar, Ginny no debió contarte eso. En segundo lugar, no eres mi padre para venir a mi casa y comenzar a darme órdenes. Y en tercer lugar no voy a llevar a Scorpius a ningún lado porque por muy estúpido que sea Draco Malfoy, sigue siendo su padre.

Ron percibió la determinación de Hermione y tuvo que tomar muchas bocanadas de aire para poder controlarse y cuando habló, sus palabras se deslizaron con suavidad.

- Eres importante para mí, Mione. Alguna vez te amé tanto como para quererte conmigo para siempre y en el tiempo que estuvimos juntos, nunca se me pasó por la mente dañarte de alguna forma.- Tomó las manos de su amiga y la hizo sentarse junto a él en el sofá.- Sabes que siempre desconfíe de Malfoy pero tú te veías muy feliz con él y pensé que al final él también podía amar.

La castaña sentía como sus ojos comenzaban a humedecerse.

Ginny había intentado controlar sus sollozos con constantes amenazas a la integridad del rubio. Harry también había hecho amenazas, la reconfortó un poco y la distrajo con un nuevo trabajo. Y ahora Ron intentaba lo mismo, hacer amenazas, intentar darle órdenes y echarle en cara sus errores.

Se sentía superada y aún así impidió dejar ir cada uno de sus mecanismos de defensa y sus represiones

Ron no era la persona correcta frente a la que exponerse así, porque sabía que sólo incrementaría su furia, por lo tanto, tuvo que contener sus lágrimas y escuchar la furia convertida en palabras, saliendo de la boca de su amigo.

- Y él te engañó con una zorra.- Se acercó para abrazarla y continuó.- Una zorra que habló pestes de ti con Skeeter y trató a tu hijo como si fuera una mancha de lodo para el apellido Malfoy.- Los gruñidos se unieron a sus palabras.- ¿Y acaso él está aquí pidiéndote disculpas? ¿Se ha arrastrado admitiendo lo idiota que es por cambiarte por esa zorra? No Hermione, no ha hecho ninguna de esas cosas y no merece que tengas consideraciones con él, como permitirle ver a su hijo. Él se merece lo peor, Ginny me contó…

- Ginny…- Siseó la bruja, deteniendo la diatriba del pelirrojo.- Ve a Grimmauld Place por ella, tenemos que hablar.

Ron casi se cae del sofá por la fuerza con la que fue empujado. Así, se encontró frente a una Hermione con los ojos rojos pero con resolución que a él le hacía temblar.

Antes que Hermione trajera por sí misma a su hermana, él ya estaba dentro de la chimenea.

La castaña se refugió en el baño para lavarse el rostro y eliminar los rastros de su vulnerabilidad, si quería que la tomaran en serio, no podía tener los ojos llorosos y las hombros caídos.

Tal vez si no se hubiera tomado dos minutos más para respirar, habría notado al rubio intruso que se deslizaba dentro de la habitación de su hijo.

Esperó solo un minuto más para tener a Ron y a Ginny, seguidos de Harry, en el salón de su casa.

- Eres un idiota Ronald, te conté para que seas más considerado con Hermione, no para que vinieras y se lo echaras en cara cuando se ve que ella lo está superando.- Dijo Ginny cuando comprendió porque su hermano le había suplicado que viera a Hermione.

La castaña tomó aire e ignoró la vergüenza de Ron y la incomodidad de Harry para dirigirse a su objetivo.

- Ginny eres mi mejor amiga pero lo que sucedió esa noche, no fue algo tuyo como para que te pusieras a contarlo con tanta soltura. Sí, mi esposo me engañó. Sí, pobre y tonta Hermione, tan inteligente y sabelotodo pero no se dio cuenta que para él no era suficiente.

- Hermione…- Intentó detenerla la otra bruja.

- Oh, ¿pero quién la mandó a creer que ella, una sangre sucia, podría ser feliz con el maravilloso Draco Malfoy? Pero ahora todo regresa a su lugar, él podrá reivindicar su falla, haber manchado el linaje puro de su familia, casándose con Granger y concibiendo un hijo mestizo. Su línea ahora está a salvo, gracias a la sangre pura de alta alcurnia Astoria Greengrass.

- Hermione, detente…- Dijo entonces Harry.

- Sin embargo, oh pobre Hermione, la pobre desdichada con un matrimonio arruinado y unos cuernos como compensación.

- Hermione, por favor.- Fue el turno de Ron.

- Pobre tonta, estúpida, poca cosa, desabrida y frígida Hermione. Nunca es lo suficiente para nadie. ¿Quién la manda a creer que Draco Malfoy la amaría, a ella que no es más que una asquerosa sangre sucia.?

- ¡Hermione!- Gritaron tres voces al unísono.

Adicional al grito de los tres ex Gryffindor, se les unió una cuarta voz que era más un ruego pero que quedó atrapada contra la puerta de una habitación infantil.

- Se lo contaste a Harry y ahora a Ron.- Continuó ella.- ¿Qué sigue? ¿Qué se lo digas a tus padres? ¿Es que acaso ya escribiste una carta a George y a Angelina, o a Bill y Fleur, tal vez a Percy o incluso a Charlie?- Caminó hacia ella.- ¿También tú te sentarás con Skeeter?

Ambos magos estaban indecisos, las dos brujas eran explosivas y la manera en la que se miraban, solo hacía que Harry y Ron retrocedieran en lugar de intervenir.

- No sé qué te pasa Hermione.- Le dijo Ginny.- No no, déjame hablar. Ellos son tus amigos y creí que debían saberlo para poder ayudarte pero no se lo diría a nadie más, no soy como la puta que se acostó con tu marido. ¡No lo soy! ¡Y no me compares!

Harry trastabilló al dar otro paso hacia atrás, por suerte Ginny lo ignoró.

- Sé que lo estás pasando mal pero yo no soy Malfoy para que me grites, ni soy esa tal Greengrass. ¡Yo soy tu amiga!- Se detuvo un segundo para cerrar los ojos e inhalar.- Perdóname Hermione pero no es culpa mía que él te haya sido infiel.- Hermione intentó replicar con el rostro sonrojado y Ginny se volvió a sobresaltar.- ¡No es mi culpa que él no te quiera!

El jadeo de Ron fue el cuchillo que cortó la tensión que se había apoderado de la estancia. Harry se apresuró a acercarse a Ginny para susurrarle algo al oído mientras Hermione se dejaba caer en uno de los sofás.

- Solo... solo vete Ginny, ustedes también Ron.- Dijo en voz baja, atrayendo la atención de sus amigos.- Por favor. - Agregó sin enfrentar a ninguno de ellos.

Harry intercambió miradas con Ron y se llevó a su esposa con mucha delicadeza, como si ella fuera a desvanecerse en algún momento. Ron miró a la castaña e intentó decir algo pero sabía que solo lo arruinaría más, así que solo besó su frente y también se marchó.

Mientras Hermione se encontraba totalmente abatida en el salón, el intruso rubio se recargaba contra una puerta, con la cabeza entre las manos, a la vez que una inmensa culpa lo carcomía por completo.

Él había hecho que Hermione se sintiera así.

Era por él que le decían todas esas cosas a Hermione.

Era él y solo él, quien había lastimado a la persona a la que se suponía que debía proteger y amar incondicionalmente.


- Eso fue sorprendente, Hermione…. fue… wow.- Dijo Carlson con evidente admiración y de repente sonrojado.

- Le acaba de dar una paliza a tu compañero y la felicitas por eso.- Dijo Hansen desde el suelo, tocándose las costillas con una mueca.

- Ay, lo siento Hansen.- La castaña lo miró apenada y rápidamente fue a ayudarlo.

Todos se fueron a cambiarse y asearse para poder hacer su reunión informativa, donde juntarían a revisar registros y formular hipótesis, hasta ahora, vanas.

Solo veían listas de mortífagos y se sumergían en esos mapas que Hermione había comenzado a detestar.

Había ocurrido otro ataque, uno pequeño y que si no hubiera sido por Hansen y Carlson, que habían comenzado a hacer patrullas por el sur de Escocia y el Norte de Inglaterra, habría pasado desapercibido.

Fue fácil saber quiénes habían sido los autores de aquel ataque. Cumplía con el patrón geográfico que tenían planteado y tenía su huella, la de incendiar la casa afectada y reducirla a cenizas.

Solo quedaba hacer mucha más vigilancia en el presunto lugar objetivo. Sin embargo, no se podían quedar de brazos cruzados.

- Theo ¿puedes pasarme el Registro de Familias Sangre Pura?- Pidió Hermione, de pronto sobresaltada y ansiosa.

- ¿La de los Sagrados 28?

- No, no. La que tiene todas las familias.- Respondió aún con los ojos fijos en el pergamino frente a ella.

Harry comenzó a prestarle atención a su amiga, viéndola saltar del pergamino al libro y apuntar y luego cambiar de hoja. Eso llamó la atención de los otros magos y un segundo después, Hermione tenía sobre ella 3 pares de ojos.

- La lista de mortífagos condenados o capturados.- Pidió nuevamente.

Revisó otra vez y continuó escribiendo con la pluma del pergamino moviéndose de un lado a otro, con una velocidad que competía con la de una Saeta de Fuego.

- ¡Lo tengo!- Saltó sobre su silla, irguiéndose hacia ellos.- No estoy del todo segura pero puede ser una pista.

- ¡Dilo de una vez!- Exclamó Carlson con apremio.

- Estaba revisando esos estúpidos mapas y volví a pensar en Melrose y eso me llevó a pensar en Rosier, supongo que por…- Los gestos de sus compañeros, prácticamente le rogaron que llegara a un punto concreto.- Bueno, Evan Rosier fue…

- Un mortífago de la Primera Guerra Mágica, está muerto Hermione.- Intervino Theo, desanimado.

- Lo sé, pero él estaba casado con Aurora Rosier.- Su tono irritado.- Ella, coincidentemente, recuperó su apellido de soltera poco después de la desaparición de Voldemort. Siendo Aurora Fleamont y sigue viva.

- Hermione ¿puedes ya explicar algo resaltante?- Dijo Harry con cierta insistencia.

- Aurora no fue la única que cambió su apellido luego de la Primera Guerra Mágica, sino también está la esposa de Wikes, otro mortífago y también la primera esposa de Gibbon, que murió en 1989. La cuestión es que algunas propiedades de Evan Rosier, ahora tienen como dueña a Aurora Fleamont y son propiedades menos llamativas.

- ¿Por qué menos llamativas?

- Porque no son Mansiones o Casas Ancestrales.- Explicó entonces Theodore.- Cada familia sangre pura tiene residencias principales, por ejemplo mi familia tiene Nott Castle o Draco con Malfoy Manor y son principales porque ahí se crían generaciones de herederos. También tienen Villas y propiedades así.

- Exacto y Aurora heredó solo cabañas y una granja.- Extendió un par de pergaminos hacia ellos.- Y una de las cabañas que era de Evan se encuentra en Northumberland, es decir casi en el límite de Inglaterra y Escocia.

Harry tomó apresuradamente el libro de Sangres Pura y Hansen tomó la lista de mortífagos, a la vez que Theo y Carlson se inclinaron sobre el mapa de Escocia y el de Inglaterra, respectivamente.

- ¿Dijiste que no estabas segura?- Se atrevió a preguntar Theo.

- Es que no encuentro las propiedades de Wikes ni las de Gibbon.- Se recostó contra su silla.- Como dije la esposa de Gibbon murió en 1989 pero se registra su muerte como Eugenia Gibbon y como mencioné…

- Cambió su apellido en 1981.- Completó Carlson, dibujando un círculo en el lugar que marcaba Northumberland en el mapa.

- Mi hipótesis es que Aurora puede estar brindándoles hospedaje a nuestro grupo de mortífagos revoltosos. O siendo un poco más especulativa, podría decir que Eugenia está viva y también está involucrada.

Por algunos minutos todos revisaron el material que tenía Hermione, con mucha concentración. Era una buena pista después de largos días sin avance alguno.

Harry encontró una deficiencia en la hipótesis de la bruja y la verbalizó con las manos debajo de su barbilla y el ceño fruncido.

- Pero, ¿cuál sería la razón por la que dos mujeres, que evidentemente trataron de alejarse de esa fama de tener esposos mortífagos, ahora se involucran en una pequeña vendetta?

- Coincido con Potter.- Adicionó Theo.- Podríamos decir que ellas lo hacen por venganza por la pérdida de sus esposos.- Desvió la mirada e hizo una mueca casi imperceptible.- Pero son o fueron sangre pura y existen contratos matrimoniales y en ese entonces todavía eran demasiado frecuentes.

- ¿Y si en realidad Evan estaba enamorado de su esposa? Tal vez por eso le dejó propiedades y pidió que cambie su apellido, así ella no estaría implicada.- La insistencia evidenciándose en la voz de Hermione.

Los tres magos la miraron y uno a uno, fueron encogiéndose de hombros. Hanse fue quien tomó la palabra.

- Yo digo que lo investiguemos. Es lo único a lo que podemos aferrarnos y más ahora.- Se movió tentativamente, convirtiéndose en el nuevo foco de atención.

Se acercó a su lugar y abrió un maletín, tomando un sobre y sacando fotografías del mismo tamaño que las que Hermione recibió, apenas días antes.

- Es mi ex prometida.- Explicó mientras los demás revisaban las imágenes.- De alguna manera ellos saben quiénes estamos implicados en el caso pero no tienen información concreta.- Fue receptor de miradas interrogantes.- Cuando nos comprometimos, la información salió en "El Profeta", ella es pariente de Elphias Doge. Pero no se supo que rompimos el compromiso hace 5 meses.

- ¿Y por qué no te siguieron como a Hermione?- Carlson, soltó la pregunta al aire.

- Hemos sido tan tontos.- Masculló Hermione.- Prácticamente nos pusimos en bandeja.- Notó la confusión en los demás.- Hemos entrenado varios días a la semana y hemos salido a almorzar juntos, los cinco. ¿Qué tan raro es ver a 3 aurores, con el del trabajo misterioso y la de los Servicios del Wizengamot?- Fue apuntando uno a uno.

Con ese último comentario de Hermione, la tensión se disipó y acordaron que Harry, Carlson y Hansen buscarían más registros de mortífagos y sus condenas tanto de los de la Primera como los de la Segunda Guerra Mágica.

Mientras Hermione y Theodore, buscarían los registros de las propiedades.

Y sería ese mismo orden de compañia para dirigirse a los entrenamientos o a almorzar.

Era algo tentativo, por si lograban despistar a quienes iban tras sus pasos.

Fue así, como Hermione terminó almorzando con Theodore aquel día.

- ¿Todo bien con Potter?- Preguntó el mago, luego de haber hecho ambos su pedido.- Noté… hostilidad entre ustedes.

- No… bueno. Peleé con Ginny y es lógico que se ponga del lado de su esposa.- Intentó sonreír.- Aunque considero que no hay un lado porque ninguna de las dos tenía razón pero tal vez Ginny…- Se detuvo y sacudió la cabeza.- ...no importa hablaré con ellos solo que ahora tengo mucho encima.

- Debe ser difícil.

Theo evitó fruncir el ceño ante la reacción alarmada de Hermione por su comentario. Carraspeó.

- Quiero decir que con eso de las fotografías. Es una amenaza.- Explicó con calma.- Debes estar asustada, es tu hijo.

- Scorpius es lo más importante para mi, no voy a dejar que le pase nada.

El mesero llegó con sus pedidos y minutos después, Theodore retomó la conversación.

- Tu hijo… él se parece mucho a Draco.- Eso le sacó una sonrisa a Hermione.

- Y que lo digas.- Le respondió con una ceja alzada.

- ¿Qué? ¿No solo en lo físico?

- No.- Rió.- ¿Recuerdas cuando en Hogwarts parecía que Draco siempre tenía una manzana verde a la mano?

- Claro, puedo jurar que hasta las tenía debajo de la almohada.- Dijo contagiado por la risa.

- Adivina quién heredó ese gusto.- Ambos rieron por un par de minutos.- Además del gusto por el Quidditch, creo que Scorpius podría abastecer tranquilamente a una tienda con escobas infantiles. Imagínate a Harry, Ron, Blaise y Draco regalándole escobas por lo menos 4 veces al año. También podría vestir a un equipo de Gryffindor y otro de Slytherin con todas esas túnicas que le han regalado. Y no quiero pensar en todas esas nuevas túnicas que seguramente recibirá en su cumpleaños.

- ¿Blaise? ¿Zabini?- Preguntó intrigado, era lógico que los dos mejores amigos de la bruja fueran cercanos al niño pero ¿Blaise Zabini?

- Sí, él es su padrino.- Le respondió un poco aturdida.- Desde que lo conocí, nos llevamos muy bien, por lo que cuando Scorpius nació me pareció justo que él fuera su padrino.

- Además es muy cercano a Draco.- Dibujó una sonrisa triste en su rostro.- Blaise es noble debe querer mucho a tu hijo

- Quererlo y engreírlo.- Afirmó.

Cuando estaban por comenzar el postre, Hermione se dio cuenta de que no sabía mucho de Theodore y trabajaban juntos, ¡Godric!, si hasta estaban juntos en una misión de vida o muerte.

- Suficiente de hablar sobre mí, cuéntame algo sobre ti, no sé ¿tienes hijos?, ¿o eres otro soltero empedernido como Blaise?

- No tengo hijos y tampoco soy un soltero empedernido.- Rió.- Estoy casado con Daphne Greengrass, no sé si la recuerdas, ella estaba en nuestro año en Hogwarts.

Hermione logró controlar su estupefacción y se repuso en pocos segundos.

Eso le pasaba por curiosa.

- Sí la recuerdo. Estaba en Slytherin, ¿verdad?- Él asintió.

- Sí y bueno, a mí sí me gustaría tener hijos pero Daphne quiere retrasar un embarazo todo lo que pueda para no arruinar su perfecto cuerpo, eso es en palabras suyas.- Otra sonrisa triste se trazó en su rostro.

- Creo que está equivocada, ser madre va mucho más allá de los cambios en tu cuerpo.- Partió su soufflé.- No voy a decir que el embarazo es lo más fascinante, es complicado y a veces frustrante pero eso se compensa cuando sientes a tu bebé moverse o cuando al fin lo tienes en tus brazos.- Terminó y metió una cucharada de su postre en su boca.

- Ella no lo ve así, aunque es algo que tiene que suceder eventualmente.- Al ver la interrogación en el rostro de la castaña, continuó.- Daphne y yo nos casamos por un matrimonio arreglado, en el contrato dice que debemos tener un hijo por lo menos.

- ¿Matrimonio arreglado?- Dijo sorprendida.- Pero eso es tan… arcaico.

- Bueno lo dije antes, son muy comunes en la sociedad sangre pura. Draco hubiese corrido con la misma suerte de no ser por su afinidad con Pansy. Sus padres no hicieron ningún arreglo porque, como eran cercanos, supusieron que las cosas se darían de manera natural entre ellos.- Se encogió de hombros.- No pasó lo mismo con Daphne, nos comprometieron poco después de nacer.

- ¿Y su matrimonio está basado en un contrato?- Él asintió otra vez.- Disculpa que me entrometa pero no sientes curiosidad de enamorarte.

Theo se quedó en silencio por unos minutos, mientras comía su postre distraídamente.

- Sí me enamoré. - Aclaró con un suspiro.- De Luna Lovegood.

Esa fue otra noticia que sorprendió nuevamente a Hermione, quien no evitó llevarse la mano a la boca y comenzar a balbucear.

- No me digas… tú…. Luna…- Tomó aire.- ¿Fue por ti que Luna se fue a América?

- Creo que sí.- Se encogió en su sitio.- Solo espero que después de lo que te diré no quieras maldecirme.- Farfulló, mientras con movimientos firmes apartaba sus cubiertos.- Conocí a Luna por cosas del trabajo que tenían que ver con esas criaturas suyas y empezamos a salir tiempo después. Ella era tan… grandiosa. Sin embargo, yo no podía prometerle nada porque… porque al final de todo me iba a casar con Daphne. Y me siento tan mal de haberle hecho eso Luna, ella no merecía que un bastardo como yo entrara en su vida.- Parpadeó rápidamente.- Y Daphne regresó de Francia porque alguien le había contado lo mío con Luna, la buscó y le contó todo. Luna solo esperó que yo le dijera que era cierto para terminar con lo que teníamos.- Suspiró otra vez.- No la he visto desde entonces.

Hermione no dijo nada por lo que parecieron horas.

Ella nunca supo la razón por la que Luna lo había dejado todo y se había marchado a América. Fue algo triste, pues eran algo cercanas y ella estaba en Francia cuando sucedió aquello.

Era algo tan triste pensar en cómo Luna había sido traicionada, esa pequeña rubia era una de las personas más puras y nobles que había tenido la dicha de conocer. Y si ella se había enamorado del hombre que, en ese momento, Hermione tenía en frente, debió haber sido un sentimiento igual de puro que ella.

Habían jugado con Luna. Sí Theodore estaba enamorada de ella, Hermione lo podía ver, pero eso no quitaba lo que Luna debió haber sentido. La manera en la que debió haber descubierto que ella era un "entre tanto" para la vida y el compromiso de Theodore.

- No sé qué tienen ustedes los Slytherin, al pensar que las mujeres somos una constante o que somos permanentes, no importa los errores que ustedes cometan.- Soltó enojada.- Fuiste un idiota con Luna y el maldito Malfoy…- Apretó los puños e inspiró.- Luna se casó hace como 3 años y tiene dos hijos, gemelos.

Para Theo, aquella fue una declaración que hundió y elevó su corazón al mismo tiempo.

Ella estaba bien, ella era feliz, ella tenía una familia de verdad.

- Es bueno saberlo, gracias.- Asintió lentamente.- ¿Él es bueno?

- No quiero ser cruel, por más de que tal vez lo merezcas.- Sus ojos lo observaron de manera crítica.- Creo que son el uno para el otro. Él es el nieto de Newt Scamander y tiene esa fascinación por las criaturas extrañas, igual que Luna. Es amable y adora a Luna, lo sé porque él fue a cada rincón del mundo solo para buscar una de esas criaturas de Luna. Es una anécdota que Ginny adora contar.

En contra de todo lo que Hermione creyó. Aquella confesión hizo sonreír al mago, no una sonrisa triste como la de minutos atrás, sino una sonrisa de verdad, una de pura felicidad.

Él la miró y su sonrisa se fue desvaneciendo de su rostro pero dejando la felicidad en sus ojos.

- Luna es feliz, Hermione. Es todo lo que me importa.- Bajó la mirada y lo siguiente que dijo fue como si lo dijera para sí mismo.- Que ella sea feliz, incluso si no es conmigo, es más que suficiente.


Draco abordó a Narcissa, en una de las terrazas, tan pronto como llegó del trabajo.

- Madre, buenas tardes.- Se inclinó a saludarla pero ella retrocedió.

- ¿Qué quieres, Draco?- Dijo fríamente.

El rubio dudó ante su tono y aún así, decidió continuar.

- Quería saber que puedo hacer para ayudarte a ti y a Hermione, respecto a lo de Rita Skeeter.

- Nada, Draco.- Lo miró de reojo.- Y es respecto a Skeeter y a tu amante.

- ¿Nada?

- Hermione, Blaise y yo, estamos haciendo más que suficiente.- Sonrió de manera casi imperceptible.- Tu ayuda llega tarde, espero que no siempre suceda.

- ¿Blaise, madre? Él está ayudándolas.- Su tono estuvo lleno de incredulidad.- ¿Y qué se supone que están haciendo?

- Nosotros estamos comprando todas las acciones de esa revista.- Dijo con calma, bebiendo su té.

- Pero dijiste que ibas a destruir la carrera de Skeeter.- Frunció el ceño.

- ¿Acaso no leíste "El Profeta"?- Inquirió.- Nos encargamos de sacar toda la basura de esa supuesta reportera a la luz. Sus errores de redacción, sus publicaciones injustas e imparciales, su poca ética y moralidad, hasta sus métodos poco ortodoxos de obtener información. La demanda que enviaron Hermione y el señor Potter, también jugaron un gran papel.

Draco se dejó ver sorprendido y se llenó de intriga. Estaban demandando a esa mujer y destruyendo décadas de carrera periodística, y a pesar de eso, no habían terminado. Jodido Salazar.

- Yo la habría hecho rogar para redactar una disculpa pero ¿comprar las acciones de esa revista?- Balbuceó.

- Blaise y yo queríamos encargarnos de eso pero Hermione insistió e igualmente dio dinero. También hablará con la señora Potter para pedirle que sea la nueva editora.- Se giró en su dirección.- Adiós revista sensacionalista, bienvenida revista de deportes.- Agitó los dedos, figurando un saludo.

- Es… madre… eso es sorprendente. Es más de lo que se me habría ocurrido.- Admitió.- ¿Cómo harán para que su nueva revista tenga tanto éxito como su predecesora?

- ¡Oh, eso fue el paso más fácil!- Una risa suave, brotó de sus labios.- Tenemos al equipo de Blaise, sabes que es uno de los mejores de la Liga Internacional de Quidditch. Y Hermione consiguió una entrevista exclusiva con Viktor Krum.

Narcissa fingió no ver la manera en la que su hijo apretaba los puños y la mandíbula.

- Además creo que ella tiene una buena relación con Oliver Wood, intentará conseguir otra entrevista con él, junto a la primicia de su boda.- Explicó con ademanes.- Por otro lado, la señora Potter estuvo en un equipo de Quidditch, si es nuestra editora, tendremos muchas entrevistas que agendar.

- Una revista llena de Quidditch y jugadores de Quidditch, las dos razones más grandes para seguir el deporte. Éxito asegurado.- Se dejó caer en el diván de cuero.- ¿Y respecto a Astoria?

Una sonrisa frívola se apoderó de los labios de la bruja, solo faltaba verla frotándose las manos para parecer una villana.

- Como bien sabes, ella tiene su propia demanda. Y como no hay carrera que destruir, fue otro de los pasos fáciles.- Se encogió de hombros.- Nos aseguramos de que no podrá volver a declarar para ningún medio de comunicación escrito, bajo ninguna circunstancia, tampoco podrá aparecer en las secciones de sociales. Será invisible para cualquier reportero y fotógrafo.

- Eso será como la muerte para ella. Ese es su hábitat, el contacto interpersonal.- Pasó la mano por su cabello.- Es un castigo muy preciso para Astoria.

- Preciso pero no del todo suficiente, estoy trabajando en excluirla de la Aristocracia sangre pura.- Volvió a tomar su té, tranquilamente.

- Puedo ayudarte…

No, Draco.- Lo cortó rápidamente.- Ya ayudaste en demasía.

Chasqueó los dedos para llamar a uno de los elfos y se marchó, ignorando el gesto desencajado de Draco.

Y él se sentía como un idiota, como el peor padre del mundo. No había defendido a su hijo ni a Hermione como debía. Incluso sus ideas de escarmiento para ese par de… brujas, no eran del todo competentes para lo que ellas merecían.

¡Hasta Blaise se estaba involucrando!

Había perdido la oportunidad de demostrar que su hijo era intocable, que estaba muy por encima de esos tontos supremacistas de sangre.

Deseó, muy profundamente, que aquello haya sido lo único que había perdido por culpa de sus pésimas y nefastas decisiones.


Hermione revisó una vez más la maleta que había preparado con Scorpius, mientras de reojo miraba a Molly haciéndole mimos al pequeño.

- Cariño, date prisa. Te ves preciosa en ese vestido y solo estás retrasando más el momento en el que tu esposo te pueda apreciar.

La castaña solo asintió y simuló una sonrisa.

- Molly en su maleta hay dos cambios de ropa y su pijama, también su manta, pañales para cuando duerma, su fórmula y su tomatodo, también hay un termo de agua para preparar su leche…

- Sí, Hermione. Sé que dejaste todo listo, como si en lugar de dejarlo por unas horas, no fueras a regresar en días.- Dijo como broma.

Merlín no quiera, pensó Hermione.

- Gracias Molly y perdón por encargarte a Scorpius cuando también te pidieron cuidar a James.- Dijo con expresión agradecida.

- No te preocupes, sabes que yo adoro cuidar a los niños.

La bruja más joven se dirigió hacia su hijo que estaba jugando con James y besó su frente, prometiendo internamente regresar por él.

- Molly por favor cuida de él, y solo yo… o Draco podremos venir a recogerlo, asegúrate que seamos nosotros.- Rogó.

- Está bien, está bien. Y ahora vete de una vez.

La apresuró hacia la puerta y Hermione no tuvo otra opción que abrazar a la mujer y desaparecer.

Llegó al vestíbulo del salón escogido para la gala de esa noche y comenzó a caminar saludando a distintos funcionarios, sin percatarse de la mirada gris sobre ella.

Draco había decidido ir a aquella gala porque era un compromiso que había asumido junto a Hermione. Siempre solían ir a ese tipo de eventos, juntos, como un frente unido. Sin embargo, ahora habían ido por separado.

La observó hablar con su ex jefe, Artylous. Llevaba un vestido rojo que caía liso sobre su cuerpo, con una abertura en la pierna izquierda y curvandose en los lugares precisos, lugares que él solía recorrer con anhelo y desespero.

Vio a Potter acercarse a ella y susurrar algo en su oído, para luego continuar caminando por el salón del brazo de su pelirroja esposa.

Y el resto de las horas de aquel evento se tornaron aburridas para él, era tan distinto sin los comentarios sagaces de su propia esposa respecto a los discursos que daban los encargados o las personas que se reunían a conversar y hasta respecto al brindis.

Notó las miradas que tanto Potter como Nott enviaban a la misma receptora, es decir a Hermione. Inclusive pudo captar el gesto de Potter que señalaba su muñeca, indicando la hora.

En un determinado momento, su viejo amigo Theodore se detuvo al lado de Hermione y sin mirarla de frente, deslizó su mano por el brazo libre de la castaña y hasta llegar a su mano, entrelazando sus dedos.

Eso causó enojo en el observador Draco que estuvo a punto de romper la copa de champán que llevaba entre los dedos.

Theodore se alejó y Hermione giró la cabeza, asintiendo en dirección a alguien que Draco no pudo captar, tras eso, la bruja cambió su copa a la mano que Theo había sostenido. Entonces fue ella quien susurró en el oído de Potter.

El rubio no entendía que se traían esos tres con tan críptico lenguaje no verbal.

Buscó entre todas las personas a Nott y lo vio escabulléndose del salón, regresó su atención hacia la castaña y no encontró a Potter junto a ella, tocó buscarlo a él con la mirada y alcanzó a verlo escabulléndose por el mismo lugar que Nott.

A los pocos segundos, Hermione comenzaba a tomar el mismo camino que ellos pero paró, como si considerara algo, retrocedió y comenzó a dirigirse hacia él.

- Draco.- Lo llamó a poca distancia.

- Buenas noches.- Saludó sarcástico, pues en las horas que habían transcurrido desde el inicio de la gala, ella no le había dedicado ni una sola mirada.

- Scorpius está en la Madriguera.- Informó con voz baja, que la obligó a acercarse a él.- Ve a recogerlo tan pronto como puedas y no te separes de él por nada del mundo.

- ¿Qué?- Sonó confundido.- Hermione, ¿qué está pasando? ¿A dónde irás?

Todas esas señales que él había captado comenzaron a tomar una forma no del todo concreta en su mente.

- Solo cuídalo, Draco, cuídalo y protégelo.- Le dijo desesperada.

Había sido una medida de último minuto decidir acercarse a su aún esposo y hacerle tal pedido, porque sabía que a pesar de todo, nadie se atrevería a tocar a su hijo mientras él estuviera en los sagrados terrenos de Malfoy Manor.

El mago no quiso cuestionarla más y asintió con firmeza, para después verla marcharse con mucha resolución.

Hermione se dirigió con pasos seguros hacia donde se encontraban sus compañeros.

Habían planeado ir a la cabaña en la que suponían que se reunían su grupo de mortífagos a capturar. Decidieron que iba a ser esa noche porque así lograrían despistar a los que los vigilaban, además Carlson y Hansen estaban vigilando el lugar y habían detectado movimiento y concurrencia en dicha dirección, reportándose a Nott.

Y así era como habían terminado juntándose en un pasillo oscuro del salón para comenzar a prepararse.

- ¿Todos tienen lo que necesitan?- Preguntó Harry.

- Necesitamos cambiarnos.

Hermione tomó su bolso de cuentas que estaba a cargo de su amigo azabache y les repartió sus prendas, quedándose para sí misma con un conjunto deportivo. Harry la cubrió para que pudiera cambiarse, mientras Theo activaba el traslador.

- Sujétense todos.- Avisó cuando estuvieron listos.- 3… 2… 1...

La pequeña caja de madera soltó un resplandor y los tres notaron un tirón.

Se enfrentaron a la oscuridad de un pueblo que aparentaba estar abandonado y vislumbraron la "Cabaña Rossier" que se asemejaba más a una mansión rupestre.

Apretaron el agarre de sus varitas y caminaron osadamente hacia su objetivo.

Era momento de cumplir su primera misión.


Posiblemente este sea el capítulo más largo que he escrito nunca pero incluye lo que había planeado para este capítulo. Y fue difícil darme tiempo de escribirlo, tuve una dura semana de exámenes y luego los profesores no nos dieron tregua porque ya dejaron trabajos otra vez.

¡Estoy a punto de desfallecer y a penas estoy por llegar a la mitad de la carrera!

Respecto a lo de Theo, les dejé una pista en el capítulo 10 , una pista muy clara que no estoy segura si notaron. Perdón si decepcioné a aquellos que pensaron que él iba a ser un interés amoroso para Hermione.

Espero que les esté gustando el desarrollo de la misión y como nuestro escuadrón de élite viene trabajando.

Nos vemos en una siguiente actualización.

Y dejen sus REVIEWS por favor.