What's up! Esta vez solo tardé una semana, tal vez tarde menos para el siguiente capítulo que nos llevará al pasado, esos se me hacen más fáciles para escribir. Este cap tiene muchas revelaciones y sobresaltos, ¿están listos?
CANCIÓN: AHORA - ALBERTO PLAZA (tienen que escucharla)
CAPÍTULO 16: El día que te fuiste
Mientras Draco crecía, estuvo rodeado de muchas personas que buscaban su atención solo por ser quien era y a corta edad tuvo que aprender cómo funcionaban las amistades en el mundo en el que le tocaba desenvolverse.
Así acogió a Blaise y a Theo como sus mejores amigos porque ellos sabían jugar aquel juego tan bien como él, años más tarde, los tres acogieron a Pansy. Los cuatro sabían que podían confiar entre ellos, se contarían sus problemas, dilemas, temores y sí, podrían ser juzgados o apoyados, pero eso sucedía sólo entre ellos.
Luego estaban Crabbe y Goyle que eran leales a él porque Draco Malfoy los podía hacer figuras de autoridad y los podría resguardar, más no había confianza, tan solo lealtad. Las cosas con ellos fueron recíprocas, nunca desinteresadas, eran Slytherin después de todo. Favor que Draco les hiciera ellos se lo devolvían y viceversa.
De esa manera fue como se encontró escribiendo una carta a Goyle. La reciprocidad se mantendría, pues estaba al tanto de lo arruinado económicamente que estaba su ex compañero, así que no dudaba en que él fuera a conseguir lo que quería al ser seducido por la cantidad adecuada de dinero.
Muchos creían que Goyle era un tonto e inútil, pero tenía contactos, era intimidante y sabía seguir órdenes. Justo lo que Draco necesitaba para aquel propósito.
Lo siguiente era esperar, aunque no de brazos cruzados.
Harry extendió distintos pergaminos y carpetas en el escritorio. Sus compañeros reprimían su expectación, aunque se mantenían calmados y serios, igual que él.
—Comencemos. —Se paró al frente de la sala. —Hermione tenía razón con sus supuestos sobre Aurora Fleamont. Hemos revisado su árbol genealógico y otros lazos familiares después de lo que sucedió con Hermione y que nos permitió conocer la identidad del grupo de mortífagos. Bien, Hansen y yo no hemos encontrado ninguna conexión con ellos, así que desconocíamos el motivo que explica el que ella les permitiera utilizar su propiedad. —Todos fruncieron el ceño. —Luego, hablé con Andrómeda y me dijo que recordaba que Aurora Fleamont, fue escogida como la madrina de Barnaby Lee, porque ella y su madre eran mejores amigas desde la infancia.
—De acuerdo, Harry, eso tiene sentido. —Acotó Hermione, intercambiando su mirada entre sus compañeros y el pergamino que tenía frente a ella. —El obstáculo que se nos presenta respecto a eso, es que ya hemos revisado todas las propiedades de Aurora, tanto las que heredó de sus padres como las de su esposo, ellos no ocupan ninguna. Y tampoco logramos localizarla. Lo siento pero no nos sirve de nada conocer esa conexión, solo explica algo que ya habíamos intuido.
Harry sintió como si toda su investigación no tuviera valor y que a los ojos de Hermione fuera una sencilla infamia.
—Si es así… recordemos que no tenemos otro progreso. —Se dejó caer en la silla con pesadumbre.
— ¿Qué hay sobre ese testigo de uno de los primeros ataques? Kingsley lo mencionó cuando me uní a las investigaciones. —Denotó la bruja.
—Mione… antes que te implicaras completamente en el caso, el testigo reveló que vio a Zacharias Smith, tras eso intentamos que colaborara y que fuera nuestro espía. —Miró de reojo a Carlson, pidiendo ayuda.
—Verás —Resopló. —Smith fue nuestro espía durante, exactamente, 28 minutos. Los primeros 20 minutos fue el tiempo que estuvo retenido y los otros 8 minutos fueron mientras le explicamos sobre lo que queríamos que hiciera, ellos le pusieron algún tipo de maldición de censura y cuando empezó a dar sus nombres, murió.
Para Hermione, esa sí que era una verdadera infamia. Estaba involucrada en la investigación por casi tres meses, y le habían ocultado esa información relativamente importante. Trató de relajarse, no podía saltar a atacarlos, tenía que usar la lógica.
—Supongo que ya no importa si no obtuvieron nada. —Se sentó más derecha. —Quiero ser práctica no frívola. Así que, tenemos sus nombres, ¿por qué no estamos registrando todas sus propiedades?
— ¡Son 6 malditos mortífagos sangre pura! —Saltó Carlson, exaltado. —Hemos avanzado con Lucian Bole y con Scott Acrum pero cada uno tiene muchas propiedades distintas.
—Entonces, pongámonos todos en ello. —Con un fuerte golpe puso sus manos en el escritorio, tras ponerse de pie. —Adrian Pucey fue a mi casa y Astoria Greengras, que ahora ya sabemos que es su prometida, intentó secuestrar a mi hijo. Sin contar con que quizás están planeando otro ataque que los ayude a completar la Marca Tenebrosa en el mapa.
— ¿Qué sugieres? —Theo sonrió socarronamente.
—"Conoce al enemigo y conócete a ti mismo, y sobre tu victoria no caerán dudas; conoce el Cielo y la Tierra, y tu victoria estará asegurada del todo." —Citó agitando su pluma. —Ustedes conocerán el Cielo y la Tierra, yo conoceré al enemigo. —Enrolló su pergamino y los demás supusieron que era el fin de la reunión.
Le pidió a Harry una autorización para tener acceso a los archivos judiciales de los mortífagos, conocería quiénes habían muerto, quiénes recibieron un juicio, cuáles fueron sus crímenes y sus condenas. Investigaría todo lo que pudiera para que no se le escapase nada al enfrentar nuevamente a Pucey y a Warrington, a Davies y a los demás.
Luego de terminar de organizar y solucionar algunos asuntos legales menores de los que el Wizengamot aún se resistía a hacerse cargo, dio por terminado su día laboral y se apresuró a llegar a casa. O lo que en realidad era su residencia temporal.
Harry había insistido mucho en que ella debía ir a un lugar más seguro cuando estuvo al tanto de que Pucey irrumpió en su casa. Draco también había insistido, y aunque raro, él y Harry trabajaron juntos para lograr que se mudara. Draco intentó conseguir que ella y Scorpius se quedaran en Malfoy Manor, Harry trató con Grimmauld Place. Fue Narcissa quien le ofreció una residencia Malfoy en Merseyside, un condado al noreste de Inglaterra.
Era un lugar muy poblado y moderno, casi se sentía como si estuviera en Londres. La casa, por otro lado, era oscura y se atrevería a decir que era tenebrosa. Ese había sido el lugar de retiro para los bisabuelos de Draco, a mitad del siglo XIX. Nadie había vivido allí después la muerte de ambos, por lo que la casa se había mantenido prácticamente abandonada.
Cuando revisó la hora se percató de que aún faltaba tiempo para que Draco llegara con Scorpius y optó por ocupar ese tiempo en terminar de ordenar sus cosas.
Supuso que debido a que la casa había sido construida para dos adultos ya mayores, decidieron ignorar el incluir una habitación infantil. El arte arquitectónico de la casa era muy parecido al de las obras de Alvar Aalto, uno de los arquitectos más reconocidos de los años '50s.
Ya había elegido una habitación y en tanto ordenaba sus cosas, resolvió que dormiría con Scorpius. Si ella ya se sentía incómoda viviendo en un lugar poco familiar, no imaginaba lo que un niño pequeño como él sentiría.
Hizo una nota mental de las cosas que tendría que recoger de casa.
En cuanto oyó el crujido de la chimenea, bajó al primer piso para encontrar a Draco sosteniendo a un durmiente Scorpius.
—Se durmió poco después del almuerzo. —Le avisó suavemente Draco.
—Hay que recostarlo en el sofá. —Emprendió camino hacia la sala.
—No, lo llevaré a una habitación, puede caerse. —Giró para buscar las escaleras.
Hermione se irritó rápidamente y lo detuvo.
— ¡Draco! Sabes que sus siestas a esta hora no duran mucho, no quiero que despierte en un lugar al que todavía no se acostumbra. —Habló con dureza. —Prepararé Tarta de Melaza, así que estaré cerca.
—No tendría que adaptarse a un lugar desconocido si hubieras aceptado quedarte en Malfoy Manor. —Se impuso frente a ella. —O quizá eso tiene que ver con lo que seas que le hayas dicho a nuestro hijo para que ni siquiera me mire.
La castaña abrió la boca sorprendida, pero luego se recompuso y se irguió enojada.
— ¿Yo? —Soltó una risa seca y negó con la cabeza, al tiempo que esbozaba una falsa sonrisa. —Lo único que voy a replicar es… ¿Por qué no vas a preguntarle a tu querida Astoria… —Alargó la "s" del nombre.* —… qué fue lo que le dijo a Scorpius cuando intentó secuestrarlo?
— ¿Secuestrarlo? ¿A eso fue? —El desconcierto se cernió sobre él.
—Oh, la verdad es que tú no te enteras de nada. —Su sonrisa se mantuvo. —Eso fue lo que Blaise y yo escuchamos cuando Astoria le decía que se vaya con ella. —Se acercó a él y mientras tomaba al pequeño en sus brazos, lo miró con lástima. —Estás tan cegado y te has convertido en un completo monigote que son otros quienes tienen que hacer algo para proteger a tu hijo. —Otra vez él se veía confundido. —Fue Theo quién hizo lo necesario para conseguir una orden de restricción en contra de Astoria. —Aclaró, retomando su camino hacia la sala. Draco la siguió. —Las alarmas sonarán en la Oficina de Aurores cuando ella esté a por lo menos 4 metros de Scorpius.
Y por tercera vez, Draco pareció estupefacto. Hermione asintió orgullosa de sí misma.
—Ella es una… —El mago caminó de un lado a otro, murmurando groserías y jalando su cabello con exasperación.
Hermione a duras penas y le prestó atención a toda su rabieta. Acomodó a Scorpius en el sofá, colocó su dragón de peluche junto a él, lo cubrió con su cobija y por último agitó su varita haciendo hechizos que protegerían al niño de cualquier caída y besó su frente.
Volteó hacia Draco, cruzando los brazos sobre su pecho.
—Si ya terminaste, puedes retirarte o puedes culminar con tu berrinche en otra parte.
Él dejó caer los hombros en un profundo suspiro. Este era el límite, su letargo por fin había terminado.
—Hermione, perdóname. —Dijo cabizbajo, sin ser tan audaz como para enfrentarla. —Perdóname, por todo. Por… —Su pecho se infló en una respiración acelerada. —… por engañarte, por mentirte, por dejarte, por decir que nuestra familia no valía la pena. Siento haberme quedado sentado mientras ella decía todas esas cosas sobre ti y sobre Scorpius, realmente lo siento. Hace semanas acepté que no amaría a nadie más que a ti, no me di cuenta todo lo que perdía dejándolos así. Tú y Scorp, son lo más valioso en mi vida, el amor que sentía por ustedes me sobrepasó y…
—Detente. —Dijo Hermione, saliendo de su momentáneo estupor. —No digas nada, solo vete.
—Hermione, por favor. —Se acercó y tomó su mano, ella se liberó con un brusco jalón. —Perdóname. Estaba mal, estaba confundido. ¿Me entiendes? —Pretendió mirarla pero ella esquivó sus ojos. Aun así, continuó —Sí estoy enamorado de ti, simplemente no podía aceptarlo porque se supone que un Malfoy no es débil y el amor nos hace débiles y vulnerables. ¿Scorpius? Él es mi vida y el quererlo, cuidarlo y buscar su bienestar es mi deber, como heredero Malfoy, mi deber es dar otro heredero a la familia, pero también lo amo a él y me asusté. Quería ser bueno para ti, ser una persona que de verdad te merezca. Y también me asusté. —Logró evitar trabarse con las palabras que de pronto luchaban por escapar. —Porque un Malfoy no vive para su esposa, su esposa vive para él. Eso fue lo que mi padre me enseñó, lo que me repitió hasta el cansancio. Y estaba haciendo cosas por ti que jamás creí hacer por nadie. Pero las palabras de mi padre venían a mi mente. Y yo no podía ser un blando y quise demostrarme a mí mismo que todavía era el Draco Malfoy que Lucius había criado. —Elevó una mano, tratando de tocar su mejilla y Hermione retrocedió en rechazo. Todavía así, él continuó. —Y apareció Astoria y fue mi oportunidad para convencerme de que seguía siendo el mismo Draco Malfoy que solía ser antes que llegaras a mi vida. Y ese fue mi gran error, porque aunque no quería aceptarlo, me gustaba la persona que era cuando estaba a tu lado. Sé que no confías en mí y que así te pida disculpas cada minuto durante el resto de mi vida, no será suficiente porque te hice daño. A ti, a la persona que me abrió su corazón, que me dio la familia que secretamente había deseado desde que tengo memoria, la persona que me vio como un ser humano y no como el hijo de un asesino. Fui estúpido y fue en un acto de puro egoísmo que la escogí a ella por sobre ti y mi hijo. Entonces, una mañana, desperté y tú no estabas a mi lado y por las noches no estaba Scorpius esperando a que lea con él y me sentí miserable, total y completamente miserable. Sin ustedes mi vida… —Se detuvo y se corrigió. — No, yo; yo sin ustedes no soy nada, no tengo motivos para vivir y seguir respirando.
Cuando terminó de hablar, su cuerpo se sintió lívido y si no fuera por lo nervioso que estaba al esperar la respuesta de Hermione, se habría dejado caer.
La bruja fijó su mirada en una mancha en la pared opuesta. Él le estaba pidiendo perdón y le decía que la amaba, sin embargo ella solo quería que se fuera, no quería hablar con él ni seguir escuchando lo que seguramente eran mentiras.
¿En serio Draco Malfoy podría ser tan estúpido como para creer que su discurso de arrepentimiento harían que ella lo recibiera de nuevo? ¿Qué esperaba realmente?
— ¿Y qué se supone que haga? —Lo enfrentó, ya no con sarcasmo sino con molestia e indignación. — ¿Acaso supusiste que te diría "Sí Draco, te perdono, volvamos a amarnos y olvidemos lo que sucedió"? Eres un absoluto idiota si creíste que asentiría y dejaría pasar lo que hiciste solo porque estás aparentemente arrepentido.
—Por favor yo…
—Por favor ¿qué? —Se exaltó. — ¿Que te perdone? ¿Eso es lo que quieres? Está bien, te perdono, pero eso no significa que volveré contigo. No cuando no confío en ti, no puedo. —Las lágrimas escocieron en sus ojos y bajó la voz. —Draco yo te di todo, eras mi familia, la persona a quien amaba, mi amigo, mi confidente y traicionaste todo eso, todo lo éramos. No puedo simplemente olvidar lo que hiciste y seguir adelante solo porque te arrepentiste. Confiaba en tí y me engañaste. ¿Sabes qué fue lo primero que hice cuando te fuiste? Me paré frente al espejo y me pregunté qué tenía ella que yo no. Qué hizo para simplemente dieras media vuelta y te fueras. —Cerró los ojos por dos segundos, en búsqueda de su serenidad. —Desde que nos conocimos intentaste hacerme sentir inferior y fue hasta ese momento que finalmente lo lograste. Yo te amaba y confiaba en tí. Ahora dices que yo intenté cambiarte y me doy cuenta de que nuestra relación se basó en una mentira. —Más calmada, se acercó a él, deteniéndose sólo a un paso. —Yo no pedía a otra persona. Te quería a ti, con todas tus cualidades de Slytherin, con esa marca tenebrosa, con tus quejas y comentarios despectivos. Quería a Draco Malfoy, con sus virtudes y defectos. Quería… bueno, en realidad, amaba al Draco Malfoy del que me iba enamorando en cada una de sus visitas al Ministerio. Para mí eras perfecto. No necesitabas encajar en mi vida, de lo contrario, yo tenía miedo de no encajar en la tuya. Cuando alguien se enamora, lo hace también de todas las curvas y recovecos, no solo de las partes lisas, te enamoras de la sombra además de la figura corpórea. —Inhaló y exhaló, él la miraba sin parpadear. —Te entiendo, todo sucedió muy rápido para nosotros. Pasamos de tener citas a prepararnos para ser padres y fue tan drástico que obviamos todo lo que implica un proceso de adaptación.
Draco absorbió y meditó sus palabras. Quiso reír y llorar al mismo tiempo por lo estúpido que había sido, culpándola a ella por tratar de moldearlo, cuando en verdad él había ocultado todo lo malo de sí mismo para conseguir su aceptación. Ella era valiosa y él lo había sabido desde hacía mucho tiempo, por eso creyó que tendría que cambiar para merecer, aunque sea, un pequeño porcentaje de su amor. Y ahora él sabía otra cosa, no importaba cuánto tratase de cambiar y ocultar, nunca la merecería, Blaise lo había dicho y por mucho que lo ignorase era tiempo de admitirlo.
Nunca sería digno de ella; ella estaba en lo cierto, era un idiota al buscar su perdón, porque tampoco lo merecía.
Que lo llamen egoísta o lo que quieran, pero él no se iba a rendir, agotaría todos sus recursos antes de rendirse totalmente y dejarla ir. Draco, años atrás, experimentó lo que implicaba dejarla ir y no quería volver a experimentarlo. Además, tenían una familia, su pequeña y preciosa familia, no podrían dejarla terminar de desmoronarse.
—Ese perdón, fue vacío, ¿verdad? —Oyó su voz ronca. —No me vas a perdonar y sé que no tengo derecho a obtener tu perdón, yo conseguí que llegásemos a este punto. —Frunció la nariz. —Que me evitaras y me ignores, que me odies. Tienes razón porque no vi que tú me habías aceptado tal y como era, sentí que merecías más que aquel bastardo engreído y por eso, lo escondí todo y… tú eras feliz cuando yo me comportaba como el esposo perfecto, así que asumí que era mejor así, evitar que conocieras las partes malas de mí mismo para que fueras feliz. Fui tremendamente tonto por no darme cuenta que conocías todo y que por encima de eso me amabas. Lo arruiné. Arruiné nuestra relación, nuestro matrimonio y nuestra familia.
Se sentó en el brazo de un sillón y escondió la cabeza entre sus temblorosas manos. Fue él el que había idealizado todo para más tarde asumir la dolorosa realidad. Y otra vez estaba evitando ser realista, por mantener su egoísmo y no reconocer que lo mejor era dejarla ser libre y que alguien más la amara de la manera correcta y como quizá él nunca podría hacerlo. No obstante, eso también sería ser cobarde y con resolución se aferró a la esperanza de primero hacer todo lo humanamente posible por recuperarla antes de finalmente desistir.
Su suave voz, hizo que retornara al presente e hizo surgir una pequeña esperanza.
—Sé que el chico al que llegué a conocer realmente en mi último año, sigue allí. Sé que el hombre al que fui conociendo por casi 7 años, también está allí. —Frotó sus brazos, reconfortándose. —Por ello, sé que el Draco del que me enamoré, está allí. Solo que fuiste tú quien lo dejó ahogarse y perderse en lo profundo de ti.
—Quieres decir que si el Draco del que te enamoraste regresa, ¿me perdonarás?
—Ya sea el Draco Malfoy del que me enamoré o el que me engañó, siguen siendo la misma persona y no puedo perdonarte.
La esperanza se desvaneció levemente aunque fue reticente a hundirse.
—Solo una, dame una solo oportunidad. Si vuelvo a fallarte puedes quitarme de tu vida, alejarme de ti, mandarme al infierno. Pero solo dame una oportunidad. —Imploró con voz queda.
—Si estás tan anhelante por una oportunidad, entonces no dudarías de tu compromiso, no habría un "y si", sería un "no" o un "jamás" —Volvió a ser indulgente y mostrar su disgusto hacia él. —Terminamos esto, Draco. Vete de una vez.
—Sabes, en el fondo, que esto no ha terminado, no para mí, tampoco para nosotros. —Se levantó y fue en dirección a Scorpius, inclinándose a besar su frente. —Compraré un abeto y traeré los adornos de casa para preparar todo aquí, eso lo hará muy feliz.
—Piensa lo que quieras, pero tienes que entender que esto ha acabado. —Se dirigió hacia la cocina, sin dedicarle otra mirada. —Y sí, eso lo haría feliz, gracias.
Draco se quedó estático mientras la veía alejarse con pasos seguros. Se mantuvo firme en cuanto a su decisión, sí, tal vez Hermione ya había dado por terminada su relación, el inconveniente era que él la haría cambiar de opinión.
Hermione, al mismo momento que él se marchaba con la resolución de no rendirse, estaba oculta al lado de uno de los reposteros de la cocina, luchando por impedirse llorar.
Él ya no lo valía, no permitiría que con su actitud de pesar, la hiciera derrumbarse, no había forma de dejar que él ganase otra vez.
Tenía una ligera corazonada, a medida que se acercaba más hacia su oficina.
Y no estaba del todo errada. En cuanto entró en la estancia, vio un sobre levitar sobre su escritorio. Sin arriesgarse a tocarlo, lo abrió con su varita y la respuesta a una de sus tantas dudas, estaba frente a ella.
Eran otras fotografías y estaban relacionadas con Scorpius solo que él no aparecía en ellas. Era Astoria, en una secuencia de fotografías mágicas.
Primero se la veía fuera de su casa, agitando su varita. Luego estaba en la puerta trasera del almacén, agitando su varita nuevamente. En la tercera fotografía, ella había logrado entrar en el almacén y su varita apuntaba a una de las repisas altas del estante de la derecha. La cuarta fotografía, mostraba a Astoria sosteniendo la escoba de Draco y caminando hacia el pasillo que llevaba al interior de la casa. En la quinta y última fotografía, Astoria salía del almacén con una sonrisa en los labios, antes de hacer una aparición.
Esas imágenes resumían una cosa, Astoria Greengrass era la que estaba detrás del accidente de Scorpius. Y era tan cínica como para sonreír mientras lo hacía.
Hermione en ese momento quería buscar a Draco y lanzarle todas las fotografías para que descubriera con qué clase de persona, si es que se podía denominar así a Astoria, se había metido.
La traba era que Hermione tenía un mejor plan.
Astoria pagaría muy caro lo que le había hecho a Scorpius, no se iba a librar de un buen y más que merecido castigo.
Draco sentía que todo se le estaba escapando de las manos. Si antes creía que Hermione lo ignoraba, pues ahora, era invisible a sus ojos.
No supo cuándo, pero ella y su madre llegaron a un acuerdo respecto a quién llevaba a Scorpius de una casa a otra. Draco se vio buscando excusas, cada vez más tontas, para poder estar cerca de ella y conseguir convencerla de darle una oportunidad. No obtuvo más que apatía y rechazo. Apenas un "hola" y otro par de saludos.
Por otra parte, no recibía ninguna respuesta de Goyle y eso lo desesperaba enormemente, además de incitarlo a optar por tomar el asunto con sus propias manos.
Y estaba considerando esa opción con franqueza y fue cuando una lechuza gris llamó a su ventana.
Sacó la bolsa rebosante de galeones de uno de los cajones de su escritorio e intercambió el dinero por la carta con la lechuza para después verla salir. Desgarró el amarillento sobre y justo lo que necesitaba para dar inicio a sus planes, brillaba en tinta negra frente a él.
Ojalá Godric, Salazar, Helga y Rowena, se compadezcan de Adrian Pucey y sus secuaces, porque Draco Malfoy no lo haría.
La castaña desplegó los pergaminos en la cama, tras asegurarse de que su pequeño se quedara dormido.
Habían pasado largas horas jugando con sus dragones de madera, preparando galletas de jengibre y de mantequilla y había leído tres cuentos para él antes que finalmente se rindiera al cansancio. Por lo que ya era muy tarde cuando ella se puso a seguir revisando las listas de las condenas que recibieron los mortífagos.
Recordó haberse quedado en la letra "C" del directorio de los mortífagos capturados durante la Batalla de Hogwarts.
Carrow, Alecto: No fue enviada a Azkaban en la Primera Guerra Mágica. Condenada a 8 años en Azkaban a partir del 2 de Mayo de 1998. Recibió el beso del Dementor en Enero de 2006.
Carrow, Amycus: No fue enviado a Azkaban en la Primera Guerra Mágica. Condenado a 8 años en Azkaban a partir del 2 de Mayo de 1998. Recibió el beso del Dementor en Enero de 2006.
Y otra vez encontraba a dos mortífagos que previamente a recibir el beso del Dementor, estuvieron en Azkaban. Era de conocimiento público que a medida que se iban atrapando a más mortífagos, estos recibían inmediatamente el beso del Dementor.
Crabe: No fue enviado a Azkaban en la Primera Guerra Mágica. Condenado a 5 años en Azkaban a partir del 2 de Mayo de 1998. Recibió el beso del Dementor en Diciembre de 2003.
Crouch Jr., Bartemius: Enviado a Azkaban en la Primera Guerra Mágica. Condenado a cadena perpetua. Huyó en 1983. Recibió el beso del Dementor en 1994.
Dolohov, Antonin: Condenado a cadena perpetua en 1981. Participó en la fuga en masa de 1996. Condenado a 8 años en Azkaban. Recibió el beso del Dementor en Marzo de 2006.
Y así continuó, Gibbon, Jugson, Karkarov, Lestrange, B., Lestrange, R., Lestrange, R., Lee y Malfoy.
Malfoy, Draco: Desertor. No recibió condena, testificación de miembros de la Orden del Fénix a su favor.
Malfoy, Lucius: No fue enviado a Azkaban en la Primera Guerra Mágica. Condenado a 8 años en Azkaban a partir del 2 de Mayo de 1998. Recibió el beso del Dementor en Junio de 2006.
Bueno, era cierto que Narcissa y Draco fueron liberados de cualquier cargo luego de la intervención de Harry.
Pero Lucius Malfoy, él había estado vivo hasta solo unos meses atrás.
¿Cómo demonios no lo había sabido?
Este capítulo tiene una pista que tal vez no lo vean.
Hace unos días publiqué un OS Dramione, así que pueden darse una vuelta por mi perfil para leerlo. Además ya tengo cuentas oficiales de Facebook e Instagram, los enlaces también están en mi perfil, aunque creo que el de IG tiene un problema pero mi user es " " . Si creen que seguirme no tiene importancia pues lo dudo, porque hace dos días publiqué el ADELANTO de este capítulo, so anyway.
Una última cosa es que voy a estar publicando en esta plataforma mi primer fic, Behind the Walls of Hogwarts, obviamente Dramione. Aprovecharé la edición para publicarlo, está completo así que las actualizaciones serán rápidas.
Gracias por leer este capítulo, espero ansiosamente sus reviews.
Nos leemos pronto.
