Y finalmente está aquí. Pido mil disculpas por tardar tanto, fue todo un conflicto escribir esto y conseguir un resultado con el que me sintiera cómoda. Como ya lo mencioné varias veces, está historia significa mucho para mí, así que darle un cierre adecuado se mantuvo en mi mente durante meses.
No dilatemos más el tiempo, las canciones recomendadas para el capítulo son:
Everything I do- Bryan Adams
Time after time- Cyndi Lauper
Espero que disfruten el epílogo.
Epílogo
La vida es un camino lleno de aprendizaje, de errores, de resignaciones y culpas, de conocer personas y lugares, de oír a tu corazón mientras apagas tu mente, de experiencias tanto fantásticos como terribles. Un camino que casi nunca era recto, tenía desvíos y giros que nos llevaban a convertirnos en las personas que llegamos a ser cuando la vida nos sacude y debemos detenernos un momento para pensar cómo llegamos a ese punto.
Vivir significa arriesgarse, dar lo mejor de nosotros en cada pequeña cosa de la que formamos parte, superar obstáculos, errar una y otra vez si es necesario, porque somos humanos y se nos permite equivocarnos siempre y cuando estemos dispuestos a resarcir lo sucedido. Vivir es amar; amar a las personas que forman parte de nuestras vidas desde el momento en el que llegamos al mundo, amar a las personas que nos dan soporte y nos permiten aprender, amar a la persona que acelera nuestro corazón y a la que abre su corazón para nosotros, y sobre todo, amarnos, porque al final del día, solo nos tenemos y somos incondicionales a nosotros mismos.
Hallar un concepto sobre qué es la vida y qué es vivir, se construye en base a amar, fallar, descubrir, apostar, y de cada una de las experiencias que acompañan estos pilares.
Hermione podía decir que pudo hallar sus propios conceptos. Ella había entrado en un mundo que solo conocía a través de libros de fantasía, luego hizo amigos, rompió reglas, se enamoró y tuvo un corazón roto, siendo adolescente luchó contra el ejército de un horrible mago tenebroso e hizo cosas temerarias, aprendió a dar segundas oportunidades, enfrentó la soledad y luchó contra los demonios dejados por la guerra, se enamoró y junto a esa persona descubrió el amor más puro presentado a ellos en la forma de un niño que no podía ser más perfecto a sus ojos. Y cuando tuvo que enfrentarse a nuevos demonios, halló en sí misma el abrazo más reconfortante que nadie más podría dar y las palabras más inspiradoras que nadie más podría decir.
Mientras Draco hallaba sus conceptos, venciendo a sus sombras e ignorando palabras murmuradas por fantasmas, a la vez trabajaba en aclarar que era el amor para él.
Empezaba sus días con reflexiones al respecto, y siempre concluía en que era imposible para él no relacionar la palabra amor sin evitar que estuviera ligada al nombre de Hermione y estaba seguro de que seguiría siendo así por más años que pasaran.
Amor, además venía acompañado de Scorpius, el regalo del universo que él no merecía pero el cual agradecía profundamente.
Del mismo modo, el amor incluía disculparse con su yo de niño, ese cretino petulante, darle un abrazo a su yo adolescente, aquel chico aterrorizado y el que creía tener solo una opción, y también reconciliarse con su yo adulto, aunque era con el que más conflictos tenía y al que más quería golpear.
A pesar de esas reflexiones, quizá vanas, estaba cómodo con ellas, resultaban ser motivadoras.
Además, el recordatorio de haber perdido absolutamente todo, lo impulsaba a trabajar cada día en intentar vencer el temor a volver fallar, de nuevamente hacerle daño a las personas más importantes de su vida.
Y día a día avanzaba en dejar atrás a ese tipo que se sentía bien viviendo a base de resignación y culpa.
Si no era él mismo, eran Blaise, Theo, su madre, Hermione o Scorpius, quienes le daban un empujón y le decían que afuera había un mundo lleno de idiotas que se regocijaban de sus errores, y que por lo menos él ya había aceptado los suyos.
Algunos días eran difíciles y se obligaba a recordar que él tenía abundantes razones para hacer esos días más llevaderos.
Así, paso a paso, salió de ese recoveco tan temible de su camino.
No sabía si al final de sus días sería un buen hombre, lo intentaba, sí, pero a lo que más aspiraba era a ser el hombre que su familia necesitaba, un hombre del cual su hijo estuviera orgulloso.
Los primeros rostros que reconoce un niño son los de sus padres, las primeras palabras que aprendía venían de ellos, del mismo modo que eran quienes acompañaban sus primeros pasos. Y en cada etapa, estaban sus padres allí, como un eslabón fuerte e inquebrantable.
Era así como se supone que debe ser, aunque desafortunadamente, no resultaba de tal modo para todos los niños.
Ese no fue el caso de Scorpius, de una forma u otra, tuvo a sus padres junto a él. Su primer recuerdo era caminar hacia papá tomando las manos de mamá. Recordaba subirse a su primera escoba junto a papá mientras su mamá leía un libro cerca de ellos. Tenía otra memoria de dibujar junto a su abuela y otra de comer dulces con su tío Blaise. No podía obviar las memorias borrosas de las cuales solo recordaba sentir tristeza. Y además, la primera vez que fue a la escuela de niños mágicos, cuando sus padres lo acompañaron y estuvieron esperándolo al salir.
Scorpius a su vez aprendía algo de cada uno de ellos. Tenía a mamá, quién era un poco estricta pero que hacía todo para asegurarse que él estuviera bien. Tenía a papá, quien era un poco más flexible pero se esforzaba en enseñarle a no dar nada por sentado.
A medida que crecía, se consideraba un niño afortunado. Sus padres eran los mejores del mundo, su abuela era bonita y buena con él, su tío Blaise era como su mejor amigo, siempre tenía regalos para él, su tío Theo le contaba historias geniales y su tío Harry tenía historias de auror graciosas.
En fin, Scorpius tenía una familia amorosa y fantástica. Aunque quizá si su mamá dejara de regañar tanto a tío Blaise, su familia podría ser también divertida.
—Volans, basta de correr. —Regañó Hermione al perro, que luego salió corriendo al patio.
Con Scorpius queriendo usar su escoba cada día y Volans creciendo y siendo travieso, era realmente satisfactorio tener una casa amplia.
Poco después de que Scorpius cumpliera cinco años, se mudaron a Castle Combe, un precioso pueblecito en Wiltshire, uno que por suerte no fue alcanzado por la crueldad de Adrian Pucey. Allí compraron una casa en la zona mágica del pueblo y se podría decir que era la casa de los sueños de Hermione.
Parecía sacada de los libros de Jane Austen o de las hermanas Brontë. Tenían una biblioteca, las habitaciones eran cómodas e iluminadas, la cocina era espaciosa, la sala de estar parecía el salón de té de una reina, y tenían un gran patio con árboles y una pileta. El clima estaba demasiado sincronizado con las estaciones, hasta el momento, Hermione prefería la primavera y el otoño, con días cálidos y frescos. En invierno, podía nevar o hacer mucho frío.
Ese día, por ejemplo, se podía sentir una brisa casi helada, por lo que cerró la puerta hacia el patio, una vez que Volans estuvo fuera.
Draco apareció a los pocos minutos, terminando de cargar más cajas hacia la sala de estar.
—¡Las conseguiste! —La bruja le sonrió. —Gracias.
—De nada. —Se sacudió las manos. —Pero todavía no entiendo por qué querías estas luces específicamente.
—Ya sabes que Scorpius cada vez se siente más atraído por Slytherin… —Comenzó a explicar con una ceja elevada. — ...así que quiso las decoraciones del árbol en verde y plateado. Y le ha ido bien en la escuela hasta ahora, no veo por qué no podíamos cumplirle su pequeño capricho.
—Ese debe ser un verdadero milagro de navidad, tú siendo benevolente.
Hermione lo golpeó en el hombro, él hizo una mueca de dolor y ambos rieron.
—¿Dónde está mi futuro hijo Slytherin? —Le preguntó con un gesto engreído.
—Sabes que es un niño y al final él no escogerá su casa, ¿cierto? —Lo dijo algo irritado. —Está tomando un baño, tal vez te deje a ti ayudarlo, como es todo un niño grande. —Rodó los ojos. —Tengo todo casi listo para la comida, iré a buscar un abrigo y a arreglar el desastre en mi cabello.
—Yo me ocupo de Scorp y cuando regresemos terminaremos de preparar la cena y de decorar.
Hermione asintió con calma y fue a su habitación.
Se vistió con las prendas más abrigadoras y navideñas de su armario, antes de pararse frente al espejo y comenzar a lidiar con su cabello. Solía llevar moños o coletas bajas cuando iba al trabajo y cuando estaba, así que quizá era una oportunidad para llevarlo suelto. Buscó un gorro y una bufanda y salió de su habitación.
Tan pronto como Draco y Scorpius estuvieron listos, los tres salieron camino hacia el mercado navideño del pueblo.
—¿Escuchaste sobre el nuevo museo de las Guerras Mágicas? —Preguntó la bruja.
—Claro. —Dijo Draco y luego sonrió. —Blaise fue a la casa de su madre a buscar reliquias de mortífagos para vender.
—A mí me interceptaron al salir del trabajo hace unos días y me ofrecieron tres millones de galeones por mi bolso de cuentas. —Su tono fue afable. —Y Harry. Él me contó que le ofrecieron medio millón de galeones por Grimmauld Place, bueno, nadie sabe cómo se enteraron sus tíos pero comenzaron a vender cualquier cosa de su casa solo porque Harry las tocó en algún momento.
—Yo no te dije, pero todos los días hay alguien fuera de las oficinas para pedirme que les venda máscaras y túnicas de mortífago. —Resopló con sorna. —Como si fuera a conservar algo de eso.
Para cambiar el ambiente, Hermione continuó contándole las distintas propuestas que le hacían a sus amigos, demostrando cuán locos podían ser los coleccionistas. Nadie sabía de donde nació la idea, pero de pronto, cerca de Sortilegios Weasley, se abrió un museo de la Primera y la Segunda Guerra Mágica; las personas más ambiciosas comenzaron a vender cosas para llenar sus vitrinas, incluso algunos miembros del ED vendieron sus monedas, Ron había conseguido su propia sección en la que vendía cosas de su habitación en la Madriguera, para los coleccionistas eso era premio doble, tener algo de un héroe de guerra y del Elegido.
Se detuvieron por algunos minutos en la iglesia de San Adrews, una iglesia con atractivo medieval, para escuchar los villancicos y dejar su donación.
Y luego llegaron a su destino.
El mercado, se extendía por las tres calles principales, ellos comenzaron tomando chocolate caliente, con marshmallows extra para Scorpius, luego compraron galletas de jengibre, ya que las galletas de chispas de chocolate que tenían en casa eran para Santa. Pasearon por las tiendas de juguetes artesanales, visitaron la librería, compraron nuevos juegos de té y buscaron postales de navidad para enviar al día siguiente.
Scorpius estaba bostezando para cuando compraban algunas porciones de pastel de chocolate.
—Creo que al fin se rindió. —Le dijo Hermione a Draco suavemente. —Aunque me apena que se pierda la cena.
—Sueles olvidar lo mucho que se parece a ti. —Él sonrió. —Es tan terco, que vencerá su sueño solo para comer pastel. Verás que estará nuevamente despierto tan pronto como lleguemos a casa. —Se inclinó y tomó al pequeño en sus brazos. —Eso… sujétate bien a mis hombros.
Hermione los miró con una sonrisa.
—Se está volviendo más pesado y difícil de cargar.
—¿Por qué crees que sigo haciendo ejercicio? —Draco sonrió de lado, ella rió.
—Ya podemos regresar a casa, tenemos todo lo que necesitábamos, ¿o quieres ir a la siguiente calle? — Se giró hacia él luego de guardar sus cosas en su bolso.
Draco sostuvo la espalda de su hijo y miró alrededor, luego asintió y ambos comenzaron a caminar en silencio.
Iban calle abajo cuando vieron a una joven pareja caminar tomados de la mano. La chica era rubia, de estatura pequeña, tenía una brillante sonrisa y estaba embarazada, a su lado iba un joven alto y de cabello pelirrojo, llevaba la misma sonrisa mientras apretaba sus manos.
Hermione intentó no quedarse viéndolos, aunque a medida que se acercaban los unos a los otros, podía percibir la alegría y el amor que los rodeaba a ambos, se sintió como una completa intrusa.
Cuando pasaron junto a ellos, la chica inesperadamente se giró hacia Draco y Hermione.
—Oh Dios, tienen un niño precioso. —Exclamó deteniéndose al lado de ellos. —Cielo, mira, ¿no te parece un niño precioso? ¡Oh, perdón! —Tomó el brazo de Hermione. —Suelo ser algo efusiva, más con el embarazo, disculpen si los asuste.
—No te preocupes. —Sonrió la bruja, de manera cortés. Se inclinó hacia Draco, quien verificaba que el pequeño siguiera dormido. —Creo que yo igual fui algo explosiva cuando estaba embarazada y fue tan paradójico porque Scorpius nació con un carácter tranquilo.
—Ese es un nombre muy bonito. —Pasó su mano ligeramente por su vientre. —Mi bebé también será un niño, no puedo dejar de imaginar cómo será, así que estoy tan emocionada por conocerlo.
—Es tan cierto. —Habló su esposo riendo. —De la nada me dice: "Charles, ¿crees que tenga tu cabello?", "Charles, ¿el bebé tendrá mis ojos?" —Le rodeó los hombros con su brazo. —Soy Charles, por cierto y ella es Isabelle, un gusto conocerlo.
—Igualmente, yo soy Hermione y él es Draco.
Todos se estrecharon las manos.
—En realidad… —Draco comenzó a hablar. —...no deberían confiar en ciertas características incluso cuando nazca. Scorpius tenía el cabello de color castaño y sus ojos eran casi negros; después de cumplir tres meses, su cabello y sus ojos se fueron aclarando.
—Su cabello se desordenó un poco más y además le aparecieron hoyuelos. —Comentó Hermione recordando.
—¿Por qué nadie nos dijo eso antes? —Isabelle hizo un mohín con los labios.
—Tranquila, amor. No importa a quién se parezca más, sigue siendo nuestro hijo.
Ambos se besaron, Draco y Hermione se vieron obligados a mirar a otro lado.
—Bien, lo sentimos. —Se disculpó Charles. —Eh… ¿cuánto tiempo de casados llevan ustedes?
Ellos se movieron algo incómodos.
—Estamos divorciados desde hace algunos años. —Aclaró Hermione.
Los labios de Draco se presionaron, formando un rictus serio.
—Pero ustedes son amables entre sí, deben ser toda una proeza en la historia de los divorcios. —Isabelle cuidó su tono.
—Creo que como adultos, antes de cualquier otra relación, la primordial es la de ser padres de Scorpius. —El rubio irguió su postura. —No importa si nos reconciliamos o nos deseamos la muerte, Scorpius está por encima de todo.
La bruja le apretó el brazo con suavidad y fue su turno de hablar.
—Al inicio no actuamos así, yo pensé "Es solo un niño, será fácil para él adaptarse a esto", y le hicimos daño. Venimos trabajando durante años en hacerle saber que juntos o separados, no cambia la manera en la que lo amamos.
Continuaron platicando por largos minutos, hasta que el frío se hizo más intenso e Isabelle necesitaba buscar un lugar para descansar. Se desearon una feliz navidad y al estar cerca de despedirse, la mujer más joven se acercó a la otra.
—Papá me dijo el día de mi boda que la base de una relación es la confianza y el amor, que si uno de ellos falta o se olvida, la relación no se dirige a ningún lado y pierde su camino. —Isabelle tomó la mano de Hermione. —Si eso sucedió en tu matrimonio, te felicito por darte cuenta a tiempo y buscar lo mejor para ti y tu hijo. —Miró de reojo a Draco. —Del mismo modo, te felicito si estás dispuesta a volver a construir la confianza y el amor con ayuda de él, y así ambos vuelvan a caminar juntos hacia el objetivo que tuvieron en el inicio.
Hermione solo la abrazó, sorprendida y agradecida por la reflexión tan profunda de esa mujer más joven que ella, pero quizá más sabia.
Por su parte, Draco tenía razón. Ser los padres de Scorpius era su rol más importante, sin importar qué. Cuando tenías un hijo, su bienestar pasaba a primer plano, debían ser padres a tiempo completo desde el momento en el que esa nueva vida comenzaba a brillar; aunque eso no significaba que una persona no pudiese trabajar en sí misma también.
Y con el tiempo, ella venció el miedo a volver a amar.
Se enamoró de un hombre que siempre la miraba como si ella fuera una supernova. Un hombre que la enloquecía de la manera más dulce, que constantemente le decía palabras que hacían que su corazón se estremeciese, que le susurraba secretos en medio de la noche y la acogía entre sus brazos.
Un hombre que amaba a Scorpius, lo que hacía que ella lo amara aún más.
Y después de que su mundo diera tantas vueltas; una a una, las cosas se alinearon y fueron tomando maravillosas formas.
Tuvo que pasar por el infierno para llegar al cielo. Aunque ese cielo era diferente al que una vez ya había tocado.
MUCHAS GRACIAS POR ACOMPAÑARME EN ESTE LARGO CAMINO, ha sido largo y difícil pero no se hubiera logrando sin ustedes para impulsarme a hacer un capítulo mejor que el otro. Sé que hay preguntas por resolver, pero lo dejaré a su criterio. Sí, soy cobarde, aunque creo que les dejo la libertad de asumir quien es la persona de la que Hermione se enamoró, puede ser que perdonó a Draco, o que se enamoró de otro hombre lo suficientemente valioso para devolverle las ganas de volver a amar.
Los invito a seguirme en mis redes sociales, iré publicando un Minivlog de la edición y publicación de este capítulo, además haré un video de los fanfics que leí en el 2021, y tal vez publique detalles curiosos de eta historia. Así que...
Nuevamente, muchas gracias y espero su review.
Hasta pronto.
