Seasonal changes III
Aquel tres de noviembre, era sábado, Tsukasa despertó alrededor de las diez, al salir de su habitación en una bata, notó que no estaban Yumi ni Satochi, por lo que asumió que Shizuha tampoco, y quitándosela se permitió andar en un pantalón corto que consideraba cómodo y una camiseta sin mangas por el departamento, no solía andar así en casa porque lo consideraba una falta de respeto hacia Yumi.
Shizuha salió de su habitación pensando en desayunar, pero al llegar a la cocina se encontró con Tsukasa frente a la estufa preparando, lo que asumió, era el desayuno.
Al notar la vestimenta de Tsukasa la miró una y otra vez como si estuviese embelesada ante su figura, su imaginación comenzaba a hacer estragos y dándose cuenta de que técnicamente estaba espiándola, decidió hacerse notar —Buenos días.
Tsukasa respingó asustada, y volteando a mirarla se sonrojó —Buenos días, no sabía que estabas aquí.
Por un segundo lo pensó, no quería rendirse con Tsukasa sin al menos haberlo intentado, y menos sabiendo que se veía así cuando estaba en completa comodidad, se veía muy linda a sus ojos, quería ver ese lado de ella una y otra vez, por lo que ruborizada le dijo —Por cierto, te ves muy linda hoy, ¿Más fresca sería la palabra?
Tsukasa pensó «Tiene que estar burlándose de mí, siento que estoy semidesnuda frente a ella» quitándole la mirada avergonzada le contestó —¿La palabra no sería vulgar?
Ella negó con su cabeza —Jamás pensé que te veías vulgar, incluso creo que también me gusta ese lado tuyo —enterándose de lo que dijo se puso nerviosa y pensó «Siento que es la segunda vez que me declaro sin saberlo, debería tener más cuidado».
Tsukasa notó el comportamiento de Shizuha y como sus ojos parecían mirarla una y otra vez, por lo que sintiéndose nerviosa soltó —me olvidé que tengo un compromiso, tengo que irme, disculpa, regresaré más tarde —caminó rápidamente fuera de la cocina dejando la estufa encendida.
Shizuha se acercó a la estufa apagándola mientras sonreía de lado, de alguna forma presentía que Tsukasa estaba tratando de resistirse a ella. Eso le daba esperanzas.
Minutos después pudo escuchar como Tsukasa gritaba "me voy" antes de cerrar la puerta. Suspiró en respuesta al notar que se había quedado sola.
Unas horas más tarde, Tsukasa se encontraba caminando en un parque junto a Shinobu, su amigo. Habían estado frecuentándose ese mes, profundizando su amistad, les gustaba hablar entre sí.
Shinobu se limpiaba las manos intentando parecer desinteresado, mientras le preguntaba —¿Y cómo va tu relación? Lo digo porque en todo lo que llevamos hablando, no me has contado nada sobre tu novio, se me hace raro.
Tsukasa frunció el ceño —Le he pedido un tiempo — sintiéndose algo apenada bajó la mirada nerviosa —creo que me siento confundida.
Él sonrió en respuesta, se decía a si mismo que sabía que eso sucedería —¿Qué pasó? ¿Confundida sobre qué?
La peli-naranja movió su mirada en dirección al cielo, evitando verlo —Ya no sé si quiero estar con él.
Asintió mirándola atentamente —Hasta donde me habías contado, tú no lo amas, pero aun así lo quieres y elegías estar con él ¿Qué ha cambiado ahora? O es que ¿Hay alguien?
El rostro de Tsukasa se ruborizó y quitando la mirada susurró avergonzada —Creo que pude haberme enamorado de alguien más.
Frunció el ceño —¿Y por qué pediste un tiempo y no terminaste tu relación directamente?
Ella pasó una mano por su rostro nerviosa —Es que no sé si estoy enamorada y ya llevo dos años con él, no quiero echar mi relación a la basura porque estoy confundida o siento una atracción del momento.
Shinobu se cruzó de brazos —Entiendo de lo que hablas ¿Y la persona que te atrae se siente atraída por ti?
Se sonrojó ligeramente —Creería que sí, ella ha estado mirándome distinto desde hace unos días, pareciera que se contiene, lo digo porque la conozco y sé que usualmente no se comporta así, aunque pueden ser ideas mías— notando que había dejado en evidencia muchas cosas, miró a Shinobu buscando su reacción.
Él sonreía de forma burlona —¿Entonces crees que tu amiga se siente atraída por ti? ¿Es la misma a la que has estado ayudando? ¿Cómo era que se llamaba?
Susurró casi para sí misma en respuesta —Shizuha.
Shinobu asintió con una sonrisa —Esa, la chica de la que siempre hablas.
Frunció el ceño —No siempre hablo de ella.
Él rio —En cualquier caso —su seriedad regresó —deberías intentar saber si ella realmente se siente así, y pensar en lo que quieres para tu vida.
Ella asintió anotando mentalmente las palabras de su amigo, antes de suspirar —gracias por el consejo, pero tengo otro problema.
—¿Qué es?
—Estoy confundida respecto a algo más.
—No te andes con rodeos.
Ella jugaba con sus dedos nerviosa —Lo que pasa es que, tengo ciertas palabras de Kodai dando vueltas en mi cabeza, verás, él me dijo el otro día que tuviese cuidado con los Kocho, porque podrían estarme utilizando, sinceramente no lo había pensado jamás, pero me creó cierto miedo de que sea así, no sé si me entiendes.
Shinobu asintió, mirando al cielo unos segundos, pensando en una respuesta, hasta que le contestó —Mira, creo que entiendo tu miedo, me sentiría igual en tu lugar, así que, qué tal si llegas a casa, y les cuentas que has quedado sin trabajo, es una mentira blanca, pero vas a lograr saber lo que te tiene dudando. En caso de que salga bien, deberías contarles la verdad, no soy partidario de las mentiras.
Tsukasa le sonrió agradecida y con un tono bromista le dijo —No sabía que eras tan bueno dando consejos.
Él le guiñó un ojo continuándole la broma —Y si me vieras en la misa quedarías impactada.
La peli-naranja se cruzó de brazos —No seas necio, ya te dije que no tengo intención de ir a tus cultos.
Él rio —Algún día vas a ceder.
Shizuha estaba en su habitación, colocando una toalla sobre su regazo, necesitaba un espacio donde ocultar lo que planeaba robar de la cocina.
Al salir de la habitación, miró alrededor, buscando con la mirada a Satochi y Yumi, sabía que Tsukasa aún no regresaba.
Se encontró a Satochi en la sala viendo un partido de béisbol y a Yumi en el balcón hablando por teléfono. Sonrió para sí misma y se movió lo más natural posible hacia la cocina.
Al llegar a ella, se decía a si misma mentalmente «No hagas ruido, no hagas ruido».
En la nevera, se encontraba lo que estaba buscando, una botella de vino que Tsukasa había puesto a enfriar, parecía que realmente tomaba los consejos de Yumi sobre el des-estrés.
Tomando la botella la colocó sobre sus piernas y sobre ella, su toalla, ocultándola, sonrió para sí misma «Listo, ahora solo tengo que volver a mi habitación».
Dándole vuelta a la silla, salió de la cocina, volviendo a pasar junto a Satochi.
Él la miró curioso y le preguntó —¿Qué estás haciendo?
Shizuha negó con su cabeza, internamente nerviosa —Estoy jugando con algunos amigos, salí por agua, pero me están esperando para otra partida —empezando a moverse a su habitación añadió —nos vemos luego.
Satochi frunció el ceño confundido, pero suspiró diciéndose a sí mismo que las mujeres eran complicadas.
Shizuha cerró la puerta con seguro, y sonrió para sí misma abriendo la botella, colocó algo de música y empezó a tomar vino, contenta al sentir el efecto tranquilizante del alcohol.
Tsukasa llegó al departamento un par de horas después, quitándose los zapatos avisó que había llegado, Yumi le dio la bienvenida.
Al estar en la sala, notó que Satochi también estaba ahí y poniendo en marcha el plan de Shinobu, empezó su actuación.
Colocando un semblante cabizbajo caminó al sofá, dejándose caer en él y suspirando soltó —Perdónenme familia.
Yumi la miraba preocupada, y algo temerosa al verla tan triste —¿Qué hiciste?
Satochi estaba curioso y preocupado —¿Qué pasó?
Tsukasa ocultó su rostro entre sus manos, soltando un quejido completamente frustrado, estaba sumergida en el papel —El estúpido de mi jefe me ha despedido, ¡Porque no estuve de acuerdo con su estúpida opinión! ¡Tantos años de mi vida y, aun así, una estúpida situación de necedad, y ni lo piensa dos veces antes de echarme!
Satochi la miraba bastante impactado —¿Y qué va a pasar ahora?
Yumi la miraba atenta, analizando sus palabras.
Tsukasa contestó en un susurro —Mi vida ha acabado.
Yumi negó con su cabeza molesta —No digas tonterías. La vida no ha acabado, no te dejaré pasarlo mal, podemos aplicar a un danshi aún, venderemos algunas cosas, haremos dinero y vamos a resolvérnosla, conseguiré trabajo.
Tsukasa asintió en silencio y sonrió internamente contenta, realmente estaba feliz de que ellos no fueran a dejarla en esa situación, así fuera ficticia. Se levantó sintiéndose feliz. Abrazó a Yumi aún con semblante triste y le dijo —Gracias, Yumi-sama.
La peli-azul la miraba un poco sorprendida, y le devolvió el abrazo. Entonces le susurró —Deberías ir a bañarte, debes estar cansada.
Satochi miraba la situación preocupado.
Tsukasa rompió el abrazó asintiendo y le dijo —lo haré, muchísimas gracias —dándose vuelta fue a su habitación.
Estuvo casi una hora en su habitación esperando que Yumi y Satochi se fueran a acostar, tenía que sostener su mentira, por lo que pensó que mejor les hacía creer que estaba dormida. Cuando estuvo segura de que ellos se habían ido, porque apagaron las luces. Salió de su habitación con la linterna de su celular, alumbrando el pasillo.
Miró el reloj en la pantalla de su celular, eran alrededor de las once de la noche, y Shizuha aún estaba despierta, incluso oía algo de música salir de su habitación. No pudo evitar sentirse curiosa, principalmente porque eso no era muy común. Aun dudando caminó a la cocina dispuesta a comer algo.
Eran más o menos las doce de la medianoche, regresaba a su habitación, cuando volvió a notar que bajo la puerta de Shizuha se reflejaba luz y aún tenía música, pensó en ir a decirle que tal vez debía bajarle a la música para no molestar a Yumi, pero al intentar abrir la puerta, la encontró con seguro. Frunciendo el ceño se preocupó y caminó a su habitación en busca de las llaves.
En segundos estuvo de vuelta frente a esa puerta, dándole vuelta a la cerradura con la llave, logró entrar, pero lo que se encontró la dejó bastante sorprendida.
Shizuha estaba dormida en su silla con el rostro recostado contra el computador, del cual salía música realmente alta, y junto a ella, un vaso vacío.
Confundida Tsukasa se le acercó y le dio un suave empujoncito tratando de despertarla —¿Shizuha? Shizuha despierta, vamos a llevarte a la cama, te va a doler la columna si duermes así.
La aludida levantó la cabeza mareada, en realidad no estaba dormida, estaba aturdida por el alcohol, aun sintiéndose ebria le respondió —Lo haré por mí misma.
Tsukasa notó su aliento y como arrastraba las palabras, frunciendo el ceño le preguntó —¿Estuviste bebiendo? Sabes que tienes prohibido el alcohol, por tu medicación.
Shizuha asintió en silencio y trató de mover su silla con dirección a la cama, pero al no lograrlo, se molestó —Estúpida silla.
—Te ayudaré— Su acompañante empezó a empujar su silla a la cama, al estar ahí empezó a desmontar el brazo de la silla sintiendo como Shizuha se apoyaba en ella, hasta recostarla en la cama.
Pensaba retirarse, porque sabía que hablarle a una ebria no serviría de nada, pero sintió como la peli-azul tomaba su mano, deteniéndola.
—Quédate conmigo, solo esta noche.
Tsukasa notó en su tono algo de tristeza, sonrojándose asintió y se acomodó junto a ella en la cama.
Shizuha la abrazó contra ella con fuerza, de una forma casi que posesiva.
Al estar entre sus brazos le susurró con un tono preocupado —No vuelvas a tomar, te hace daño.
Ella asintió con los ojos cerrados sonriendo —No lo haré.
—¿Por qué lo hiciste aun sabiendo que podría hacerte daño?
—Estoy triste.
—¿Por qué?
—No soy una persona útil, me odio a mí misma, soy solo un obstáculo para todos, incluso para mí.
Tsukasa la miró preocupada, encontrándose con sus ojos cerrados, entonces le contestó —No es así. Para mi eres una bendición ¿Por qué piensas esas cosas?
—Soy incapaz de conseguir un trabajo, no quiero ser una carga para el gobierno, ni para ti, ni para Yumi, quiero hacer cosas por mí misma, pero solo he estado jugando videojuegos, aprendiendo a utilizar esa estúpida silla. Quiero sentir que mi vida es mía otra vez.
Tsukasa se decía a si misma que Shizuha estaba siendo completamente sincera, y ni siquiera el hecho de que estuviera ebria podía arruinar eso.
Trató de pensar rápidamente, porque se sentía desarmada, lo único que se le ocurrió decir fue —Hoy justo venía a decirte que necesito una secretaria nueva, y pensaba ofrecerte el empleo, pero cuando llegué te encontré así, ¿Debo esperar a mañana para preguntarte por si quieres el trabajo?
Shizuha frunció el ceño, estaba ebria, pero no era tonta, posiblemente Tsukasa estaba improvisando, la habría cuestionado si no hubiera realmente deseado empezar a trabajar.
Sonriendo aun con los ojos cerrados le dijo —Quiero el trabajo, sin dudas.
Le sonrió contenta —Entonces resolvimos tus problemas.
Shizuha tomó su rostro con una de sus manos y moviéndolo en su dirección le susurró contra los labios —Hay que celebrar.
Tsukasa notó su mirada, aterradoramente hambrienta y sintiéndose un cordero cerró sus ojos nerviosa, sonrojada en silencio, era dócil ante ese león.
La peli-azul sonrió para sí misma y uniendo sus labios a los suyos, disfrutó del beso, habría querido contenerse, pero podía notar como Tsukasa estaba disfrutando de ese momento tanto como ella, sabía que sentía lo mismo, la conocía.
Tsukasa reaccionó después de unos segundos, dándose cuenta que estaba sobria y Shizuha ebria, entonces ella era quien se estaba aprovechando de la otra, también recordó a Kodai y el hecho de que aún no terminaba su relación, sintiéndose culpable rompió el beso, apartándola suavemente —No podemos hacer esto.
Shizuha suspiró y acariciando su cabello con dulzura, le contestó —No te preocupes, lo entiendo.
Tsukasa frunció el ceño sintiéndose molesta consigo misma, pero al levantar la mirada, para contestarle, se dio cuenta que Shizuha estaba dormida, suspirando se abrazó a ella sintiendo el sueño ganarle.
Una semana pasó, era un viernes, Shizuha comenzó a adaptarse a su nuevo trabajo. No era tan complicado atender llamadas y encargarse de la agenda de Tsukasa. Hacía todo con diligencia que hasta le sobraba tiempo para jugar en el computador.
No habían hablado de los sucesos de aquella noche, pero ambas lo recordaban, y para la peli-azul eso era la respuesta que necesitaba para atreverse más con Tsukasa.
La más impresionada por eso había sido Yumi, hasta que Tsukasa le confesó que el dueño de la compañía y su jefe, era su padre, y continuando su mentira le dijo que la había recontratado, y de paso a Shizuha.
Estaban a treinta minutos de salir del trabajo, Shizuha estaba sola en la recepción de la oficina de Tsukasa, se había aburrido de jugar en el computador, después de pensarlo un poco marcó al teléfono de la oficina.
Tsukasa tomó el teléfono —¿Dígame?
Shizuha sonrió al oír su tono formal, ya se había adaptado a oírle hablar así —Buenas tardes ¿Cómo se encuentra señorita?
La peli-naranja sonrió divertida —Buenas tardes, todo bien, pero deja de jugar con el teléfono.
—Estoy aburrida, no sea ruda conmigo, ama mía— bromeaba a veces con que Tsukasa era esclavista.
—Ojalá yo lo estuviera, estoy estresada de leer tantos papeles, y no vas a ganar nada halagándome tanto.
Bromeó —¿Entonces le voy diciendo adiós a mi aumento? ¿Y si te doy algunos masajes?
Rio —No has cobrado tu primer sueldo ¿Y ya quieres un aumento? Además, estamos en horario de trabajo, Shizuha.
—Lo sé, perdone mi ambición, jefa, pero como su secretaria no puedo permitir que usted se enferme.
—Entonces mejor tráeme un café, eso me mantendrá viva un rato.
—Resista, jefa, ya casi es la salida —no pudo evitar reírse al notar como sonaba decirle jefa a Tsukasa.
Tsukasa sonrió al escuchar su buen humor —Lo sé, pero tengo que terminar con esto antes de irnos, por otro lado ¿Qué es tan gracioso?
—Es irónico que fui tu líder en Frontier y ahora tu eres mi jefa. Ya llevo el café, espérame.
Colgando se movió a la cafetera de la oficina, algunas compañeras de trabajo la veían y le sonreían, ya entendía porque Tsukasa apreciaba tanto su ambiente laboral, sus compañeros eran buenas personas.
Al llegar al departamento se dieron cuenta que estaban solas, ambas sintieron la tensión que se creó, y Tsukasa soltó la silla dejando a Shizuha ir en dirección a su habitación.
Cuando estaba por caminar a la suya, escuchó como tocaban la puerta, pensando que sería Yumi abrió, pero frente a ella se encontraba Kodai.
Él tenía un semblante bastante enojado, traía los puños apretados y podía notar que su mandíbula también estaba tensa, sintió miedo de que él supiera que había estado coqueteando algunas veces con Shizuha en la oficina, y palideció haciéndose a un lado permitiéndole pasar.
Él cruzó la puerta ignorando la tradición de los zapatos y molesto fue hasta la sala —¿No tienes algo que contarme?
Tsukasa negó con su cabeza aún en completo silencio, sintiéndose débil respondió —No.
Apretando los puños la volteó a mirar, sus ojos estaban llenos de ira —¿Por cuánto tiempo vas a estar sosteniendo tu mentira? ¿Crees que soy tonto? ¡Ya sé lo que has estado ocultándome! ¡Sé que hay alguien más!
Ella sintió sus ojos cristalizarse y negó rápidamente —No, las cosas no se dieron como estás pensando.
Él soltó una leve risa que sonaba a burla —Ah, entonces ni siquiera lo piensas negar.
Tsukasa empezó a llorar sintiéndose culpable —No quiero que te sientas traicionado.
Él levantó el tono aún más molesto por las lágrimas de Tsukasa, pensando que eran falsas —¡Eso debiste pensar antes de traicionarme! ¿Dónde se conocieron?
Tsukasa limpiaba sus lágrimas intentando parecer fuerte —No necesitas saber esas cosas, Kodai, no nos hagamos más daño —No entendía porque parecía tan molesto, cuando ella era consciente de que él anteriormente había hecho lo mismo, lo sabía porque uno de sus choferes y amigo le había comentado haberlo visto ir a un hotel con una chica, en su momento no le había dicho nada porque a ella no le interesaba complacerlo sexualmente y nadie más parecía saberlo.
—¡Responde!
—Fuimos a la misma escuela.
Él la miró confundido —¿Por cuánto tiempo has estado haciendo esto? ¿Ha sido siempre así?
Ella negó cabizbaja —No, no, nos reencontramos este año y después de algún tiempo sucedió, perdóname.
Apretó sus puños completamente enojado —¿Entonces empezaste a verlo en el hospital? ¿Por eso me pediste un tiempo? ¿Por eso me evitas desde hace un mes?
Las lágrimas de Tsukasa se detuvieron al entender que Kodai estaba hablando de Shinobu y sin evitarlo soltó una pequeña risa por lo irónico que era que creyeran que estaba siendo infiel con un sacerdote —No, Shinobu no...
Al escuchar aquel nombre y las risas de Tsukasa, Kodai sintió que se estaba burlando de él y perdiendo el control de sí mismo reaccionó gritándole —¡CÁLLATE!
Las palabras de Tsukasa cedieron al sentir un puño aterrizar en su rostro, por la sorpresa se dejó caer contra el suelo mirándolo completamente asustada, estaba en estado de shock.
Él la miraba también en shock, algo asustado de su comportamiento, arrepentido, pero sintiendo que había logrado su venganza.
Aún sin saber qué hacer, sintiéndose carcomido por la culpa, intentó ir hacía ella mientras susurraba —Perdón, perdóname.
Ella lo vio acercarse y asustada le gritó —¡Aléjate! ¡No me toques!
Kodai aún intentaba acercarse rogando disculpas, estaba completamente seguro de que su relación acababa de terminar, no había vuelta atrás. Empezó a sentirse lleno de ira nuevamente ante la idea.
La puerta de la habitación de Shizuha se abrió y por ella salió la chica en silla de ruedas con una pistola en manos —¡Déjala maldito infeliz!
Kodai retrocedió algo asustado al ver el arma, quería pensar que no era real, por lo difícil que era conseguir una en su país, y tratando de razonar le dijo —Baja eso, mujer.
Shizuha le quitó el seguro, mirándolo con odio, y le contestó —¡Lárgate antes de que te demuestre que no es una réplica!
Él asintió caminando hacía la salida, iba molesto y asustado, al salir estrelló la puerta.
La peli-azul se movió en dirección a Tsukasa y tendiéndole una mano le ofreció ayuda —¿Te encuentras bien?
Ella asintió aún en silencio, pero repentinamente empezaron a caer lágrimas por su rostro inexpresivo.
Shizuha sintiéndose impotente jaló de ella hasta el sofá y sentándola, para luego sentarse junto a ella, la abrazó —¿Qué pasó? Solo escuché los gritos.
Tsukasa acariciaba su mejilla con la mirada perdida —Me golpeó.
Ella la abrazó en respuesta, sintiéndose hervir en ira, y le contestó —No voy a permitir que esto se quede así.
Ella negó con su cabeza en silencio, después de un minuto le dijo —No hay necesidad de hacer nada, él estaba muy enojado y se salió de control, no es un mal hombre.
Shizuha no estaba de acuerdo, pero iba a respetar su decisión, no quería que Tsukasa estuviera triste por su culpa —No te preocupes, no haré nada si no es lo que quieres.
Ella cerró los ojos en el abrazo y le preguntó —¿De dónde sacaste esa arma?
La tomó de la silla y se la entregó —Es utilería, Lalafin me la trajo como un recuerdo de su última obra de teatro donde era una gánster, la guardé porque me sorprendió lo bien hecha que estaba, soy capaz de creer que si le pones munición puede disparar de verdad.
Tsukasa se distrajo mirando la pistola bastante sorprendida y apretando el gatillo escuchó el sonido de un disparo que resonó en el departamento, se miraron entre sí sorprendidas.
Shizuha le dijo —Es una bala de salva supongo, una bala falsa por así decirlo.
Tsukasa se abrazó a ella cerrando los ojos, y Shizuha, guardando la pistola, la abrazó susurrándole que todo estaría bien.
Dos semanas después de esos sucesos, Tsukasa se reunió con Kodai, según le contó a Shizuha, había ido acompañada de un guardaespaldas y en esa conversación dejaron claro que era el final de esa relación, ambos sabiendo que se habían equivocado aceptaron sus errores. Ella le prometió que no perdería su trabajo, sin embargo, él por su honor renunció y decidió buscar trabajo en otra compañía. Desde entonces Shizuha no había vuelto a oír sobre Kodai.
Aquel martes, Shizuha pensó que para distraer a Tsukasa de todo lo que había estado sucediendo, y ahora que ella estaba soltera, era el mejor momento para invitarla a salir después del trabajo, así que marcó a la línea de la oficina de Tsukasa.
Sonó un poco, hasta que escuchó sonido del otro lado, entonces soltó —Buenas tardes, señorita Ebisu.
Tsukasa sonrió, empezaba a acostumbrarse a su secretaria, nunca antes tuvo una —Buenas tardes, Kocho-san ¿Qué desea?
Shizuha se ruborizó y en broma le respondió —A usted.
Tsukasa también se sonrojó y riéndose le dijo —No sea atrevida, eso puede contar como acoso laboral.
La peli-azul empezó a ponerse nerviosa, sonrojándose más —En realidad, quería preguntarte si tienes algo que hacer esta noche —estaba jugando con un bolígrafo tratando de des-estresarse.
La aludida tenía su rostro entre sus manos emocionada, se sentía como una adolescente enamorada, bromeando le contestó —Pensaba llegar a casa sola, darme un baño, cenar y dormir.
—¿Qué tal si vamos a cenar juntas? —Ya a ese punto Shizuha se encontraba mordiendo el bolígrafo de lo tensa que estaba.
Tenía la mitad de su primer sueldo ahorrado, una mitad se la dio a Yumi y la otra pensaba utilizarla para comprarle algo a Tsukasa, pero invitarla a salir era mejor.
Tsukasa había silenciado su línea mientras reía contenta, no sabía cuándo había sido la última vez que se había enamorado, pero eso era muy emocionante, decidiendo acabar con la tensión de Shizuha le contestó —Claro, después del trabajo paso por ti.
Ambas rieron sabiendo que eso era inevitable.
A eso de las seis de la tarde estaban en un restaurante, Shizuha jugaba con sus dedos nerviosa. Tsukasa por su parte escribía algunas cosas en un papel en la mesa, aún no les atendían.
Shizuha se preguntaba si Tsukasa estaría igual de nerviosa, pero sonrió para sí misma al notar como estaba sosteniendo el bolígrafo, en definitiva estaba bastante inquieta para colocar tanta presión en él, de hecho, acababa de romper la página.
Tsukasa refunfuñó cuestionándose a sí misma su nerviosismo, podía estar frente a una multitud sin problemas, podía presentar un proyecto frente a la gente más importante de Japón y no pasaba nada, pero estaba en una mesa a solas con Shizuha y clavaba su bolígrafo en el papel mientras escribía su firma, se sentía una idiota.
La peli-azul decidió romper el silencio, sintiéndose más confiada al notar el nerviosismo de su acompañante. Bromeando le dijo —Procura tener más cuidado, no creo que a tu secretaria le vaya a hacer gracia imprimir esa página otra vez.
Ella la miró con una sonrisa burlona —La voy a despedir si no lo hace.
Riendo le contestó —Voy a imprimirla ya mismo si quieres. Pero espero mis horas extras.
Tsukasa sintiéndose más relajada se cruzó de brazos con una sonrisa —Estás a punto de perder tu empleo y sigues aspirando a más ¿No sabes cuándo parar?
Ella negó con una sonrisa confiada —Nací para aspirar a más —le guiñó un ojo a Tsukasa, lo cual bastó para ruborizarla.
—No acoses a tu jefa fuera del trabajo.
Tomando su vaso de agua entre sus manos bromeó —Entonces lo reservaré para las horas laborales.
Cruzándose de brazos sonrojada, le contestó —Me iré de vacaciones.
—Ah, hablando de eso.
La miró interesada —¿Qué pasa?
—¿Qué vas a hacer en diciembre? Estamos a dos días de iniciar el mes.
—Ah, en realidad si voy a tomar vacaciones, es un mes, ya lo hablé con mi padre, dijo que se haría cargo de todo mientras esté fuera, desde que empecé en la compañía no he tomado vacaciones, así que él apoyó mi decisión —jugando con el bolígrafo añadió —quería pasar diciembre en casa este año, además de que Shinobu dice que él lo celebra distinto, así que quiere mostrarme como son las cosas en su mes favorito.
Shizuha estaba confundida sobre un detalle —¿Yo seguiré trabajando mientras no estás? Pero soy tu secretaria.
Tsukasa rio —Solo quédate en casa y contesta avisando que no estaré desde tal día hasta tal día, no tienes que ir a la empresa para ello.
Ella suspiró —Es bastante desafortunado, pensaba que, para vacaciones, supuse que, en enero, podríamos ir a visitar a mis padres, pero están bastante ocupados para el mes que viene. Yumi se irá con Satochi a visitar a su abuela.
La peli-naranja estaba sonrojada ante la idea de conocer a los padres de Shizuha. Suspiró al recordar a los suyos y cómo reaccionarían si se enteraban que estaba cuidando de una familia completa, y ahora estaba enamorada de una chica.
Shizuha notó que había entristecido, asumiendo que el tema de la familia la había hecho pensar, y metiendo la mano en el bolsillo trasero de su silla, sacó un papel entregándoselo —Deberías intentarlo ahora que estarás libre.
Tsukasa tomó entre sus manos el papel, dándose cuenta que era un anuncio sobre las audiciones para una obra llevada a cabo ese diciembre, mirando el papel y a Shizuha le contestó —Lo voy a pensar.
El resto de la cena estuvieron conversando, haciéndose preguntas, coqueteando y bromeando entre sí, hasta que regresaron a casa.
El día siguiente a esa cena, pasó con naturalidad, habían ido al trabajo de acuerdo a su rutina, trabajaron todo el día, cuando estaban acomodando sus cosas para salir, el teléfono de la recepción de Shizuha sonó.
La peli-azul planeaba contestar, pero Tsukasa tomó el teléfono primero.
—Buenas noches, Ebisu Tsukasa ¿En qué puedo servirle?
—Te estoy esperando en mi despacho, hija, tenemos que conversar de algunas cosas.
Tragó pesado antes de responder —Estoy en camino.
Después de despedirse colgaron. Al colocar el teléfono en el escritorio nuevamente suspiró.
Shizuha la miró confundida —¿Qué pasó?
Negó restándole importancia —No es nada, le diré al chofer que te lleve a casa —sacando su teléfono añadió —voy a tener que ir a casa de mis padres, pero llegaré antes de las diez.
La peli-azul preocupada, asintió —Está bien, estaré esperándote para cenar.
Al salir del edificio, Tsukasa la acompañó hasta que llegara el chofer, se despidieron y subiéndose a su auto manejó hasta la casa de sus padres, una vez ahí, entró saludando a los sirvientes, hasta ir al estudio de su padre.
Él levantó la mirada al oírla entrar. Dai Ebisu era un hombre de cabellos de un color castaño claro, pero en su cabellera podía verse un poco de blanco a causa de las canas, sus ojos eran verdes, tenía un semblante serio y decidido, parecía ser de carácter fuerte, aparentaba ser alguien con mucho conocimiento.
Tsukasa se sentó en la silla frente a su escritorio, tratando de verse tranquila, y le dijo —Aquí estoy, ¿Qué era eso de lo que querías hablar conmigo?
Él frunció el ceño —Si no supiera que no te comportas así en la compañía, te habría regañado, pero no es la manera de saludar a tu jefe.
Riéndose se levantó de su silla y le dijo bromeando —Ya sé que te pasa, andas de gruñón, te hace falta esto —yendo hasta él lo abrazó contra su pecho acariciando su cabello —te hacía falta un abrazo de tu hija.
Ella y su padre eran muy cercanos, él había estado muy ausente durante su infancia a causa de su trabajo, para cuando consiguió más estabilidad en su vida, ella ya era una adolescente, cuando volvió a casa de Frontier, intentó hacer todo lo posible para hacerse más cercano a su hija, a ella no le había molestado la idea, así que terminó permitiéndolo y de esa forma habían terminado teniendo esa relación de padre e hija.
Sin poder evitarlo soltó una risa ligera y le contestó —Me declaro culpable, te consentí mucho en tu niñez.
Separándose de él, se cruzó de brazos, y le dijo —Ni siquiera estabas en casa.
Le sonrió —Pero te leía cuentos cuando estaba en casa, te compré tus primeros libros.
Ella rio —Es cierto, al menos me heredaste cosas buenas.
Él cambió su semblante a uno serio y cruzándose de brazos le dijo —En cualquier caso, no te llamé aquí para eso, necesito hacerte unas preguntas.
Tsukasa caminó a la silla frente a el escritorio de su padre, y sentándose ahí nerviosa, trató de indagar, aunque ya presentía que era —Adelante, dime. Pero si es sobre Kodai, quiero que sepas que... —fue interrumpida.
—¿Por qué vives con tu secretaria? ¿Y por qué tienes una secretaria? No tenía una cuando ocupaba tu puesto —se cruzó de brazos esperando una explicación.
La peli-naranja sintió sus nervios empezar a traicionarla y tartamudeando le contestó —Ah, ella es mi amiga, y hum ah, tuvo un accidente, así que le ofrecí ayuda. Así que hemos estado viviendo juntas, y créeme que una secretaria me ha facilitado la vida.
Él asintió, antes de soltar —¿Y qué hay de Yumi Kocho-san y el estudiante, su hijo?
Ella empezó a jugar con sus dedos tratando de calmarse —Son mis empleados, Yumi es mi mucama y Satochi es su hijo.
Dai la miraba bastante serio —¿Le pagas los estudios a él?
Tsukasa asintió tragando pesadamente —Le di una beca, es muy buen estudiante y deportista.
Su padre la miró en silencio alrededor de un minuto, y suspirando le dijo —Sinceramente no me interesa en que gastas tu dinero, hija, pero quisiera estar seguro de que no se están aprovechando de ti, piensa bien lo que estás haciendo, pero si estás segura de que estas personas no te están utilizando, entonces no te diré más.
Ella asintió en silencio, antes de tomar valor y decirle —No están tratando de tomar ventaja de mí, estoy segura de ello.
Dai la miró en silencio analizándola, antes de asentir —Te creeré, ahora ¿Sobre Kodai-san?
Negó con su cabeza —Él no era para mí. Me trató mal, así que no lo soporté y terminé con él, disculpa si eso supuso algún problema para ti.
—No te preocupes, no me parecía adecuado para ti.
Tsukasa se levantó de su silla, pensando en retirarse a causa de la hora —Oye, papá, una petición, no le digas nada de esto a mi madre.
Él se levantó seguido de ella —No te preocupes, si tu no le dices nada, yo no le diré nada.
Con eso en mente, ella se sintió más segura, sabiendo que tendría algo de estabilidad mental hasta que su madre se enterara de todo ello.
Cambiaron de tema y caminaron hablando entre si hasta la puerta, antes de despedirse con un abrazo.
Diciembre
Era un cinco de diciembre, Tsukasa se encontraba quitándose los zapatos mientras entraba al departamento, Shizuha estaba jugando con una consola de Satochi en la sala, al oírla entrar volteó a mirar el pasillo, esperando verla.
Tsukasa apareció por el pasillo y le dijo —Volví.
Shizuha estaba confundida —¿Dónde estabas?
Ella frunció el ceño —¿No me vas a dar la bienvenida?
Estiró sus brazos en el sofá invitándola a sentarse —Bienvenida, jefa.
Sentándose junto a ella se dejó abrazar y recostándose contra su hombro se decidió a responderle —Estaba en la audición a la que me recomendaste ir, luego pasé a ver a mi tía al hospital, vi a Shinobu ahí y hablamos un poco. El teatro ese es pequeño, parece un lugar nuevo, no había muchas personas en las audiciones, ¿Recuerdas a Junna-san? —ella asintió— Era la directora de la obra, llegué, le di mi información y me hizo protagonizar el papel principal, me contrató, pero para un secundario, pero no me extraña, tenía mucho tiempo sin ir actuar.
—¿Qué están actuando?
—Es Macbeth.
—He protagonizado esa obra cuatro veces, te ayudaré a practicar la actuación, vas a opacar incluso a los protagonistas si me dejas ayudarte.
Ella asintió —Está bien, supongo que un poco de ayuda no vendría mal, además, tú tienes más experiencia en la actuación.
Shizuha dejó el mando del juego a un lado y acariciando su cabello le susurró con una sonrisa —Hoy me estaba acordando de algo que hablamos hace algunos meses, nunca hiciste tus peticiones por los favores que me has hecho.
Tsukasa rio —No puedes solo aceptar un favor sin necesidad de devolverlo.
Frunció el ceño en respuesta —No, así que haz tu petición.
Aun riendo, levantó la mirada, encontrándose con los ojos de la peli-azul, y bajando con sus ojos a sus labios se sonrojó —Déjame pensarlo.
Shizuha sonrió triunfante —Creo que ya sé lo que quieres —tomando su mejilla la miró a los ojos, para luego pasar un dedo sobre sus labios antes de acercarse lentamente a ellos.
Tsukasa se ruborizó el doble y le susurró con un tono molesto —¿Qué es esa repugnante sonrisa?
Susurró contra sus labios sonrojándose —Es mi sonrisa de la victoria al saber que logré enamorarte.
Ruborizándose trató de apartar la mirada avergonzada —¿Acaso eres una villana? Deja de burlarte de mí.
Shizuha rompió la distancia entre sus labios, besándola con dulzura, estuvieron algunos segundos dándose besos en el sofá, hasta que al separarse unieron sus frentes mirándose los ojos.
Tsukasa rompió el momento soltando una pequeña risa sonrojada —Si alguien me hubiera dicho que mi vida iba a terminar así, créeme que no le habría creído, vaya forma tienes de cambiar mi mundo.
Shizuha la miraba con adoración y sonrojándose susurró como si acabase de enterarse de lo que estaba diciendo —Sé que es muy pronto, pero desde ya siento que te amo.
La peli-naranja la miraba anonadada, un rubor cubrió su rostro, Shizuha acababa de decirle que la amaba, a falta de palabras no pudo evitar sentirse nerviosa, creía sentir lo mismo, pero era demasiado pronto para decírselo.
Shizuha notó sus nervios y el caos que tenía en su cabeza, volviendo a tomar su barbilla la acercó para besarla, tomándola por sorpresa, al romper el beso le susurró bromeando —No te presiones, voy a enamorarte tanto como para que no tengas dudas.
Tsukasa frunció el ceño y riéndose le dijo —En efecto, eres una villana y de paso una idiota.
Su rutina, mientras Yumi no estaba, se había convertido en ir a los ensayos, pasear con Shinobu, regresar a cenar, salir, comer y conversar con Shizuha, eventualmente hasta habían terminado durmiendo en la misma cama, porque a Tsukasa ya no le gustaba la idea de que el departamento se sentía vacío sin Yumi y Satochi.
Dormir juntas escalonó a los besos y para ese momento se les hacía muy natural encontrarse besándose en el sofá o la cama de Tsukasa.
La rutina de Shizuha se mezclaba con la suya, pero adicional a ello, jugaba casi todo el día, incluso había colocado una contestadora automatizada que le decía a quién llamase a la oficina, que Tsukasa se había ido de vacaciones, ella prácticamente estaba de vacaciones también, y en nombre de aquel noviembre tortuoso de trabajo, estaba jugando todo lo que se había perdido. Cuando se aburría, se encontraba hablando con amigos en línea, o terminaba encontrando un nuevo pasatiempo, tenía un grupo de amigos en línea con quienes incluso jugaba a darle voz a personajes del juego. Otras veces simplemente salía con Lalafin.
Aquel veintidós de diciembre, Tsukasa cruzó el umbral de la puerta de su departamento, extremadamente agotada, quitándose los zapatos caminó hasta el sofá y se dejó caer en el mismo, gritando para liberar estrés —¡ESTOY CANSADA!
Shizuha salió de su habitación y acercándose a ella le regaló una sonrisa —Bienvenida a casa ¿Cómo estuvo la presentación de hoy?
—Salió bastante bien, pero estoy muy cansada.
La peli-azul rio ligeramente y yendo hacia la cocina le dijo —Ve a darte un baño, estaba esperándote para cenar, luego de comer puedo darte un masaje.
Ella se levantó del sofá contenta con la propuesta y fue a su habitación.
Al regresar e ir al comedor, estaba Shizuha esperándola frente a la mesa. Cenaron entre conversaciones y en minutos se encontraban en la habitación de Tsukasa, ambas acostadas en la cama, Shizuha la abrazaba por la espalda contra su pecho.
Tsukasa sentía como Shizuha pasaba sus dedos por su cabello y de alguna manera la tranquilizaba, le encantaba eso, al voltear a mirarla, encontró en sus ojos una petición de avanzar y sin saber qué hacer, le sonrió.
Shizuha se ruborizó y le susurró al oído —¿Todavía te sientes tensa?
Ella negó con su cabeza sonrojada —No, ya no, pero suelo acumular mucho estrés.
La peli-azul le preguntó al oído —¿Te ayudo a sentirte mejor?
La peli-naranja asintió curiosa, hasta que sintió una mano de su acompañante acercarla a su rostro, dándole un suave beso.
Una vez se separaron soltó —De alguna forma no esperaba que fuera así, pero gracias por ayudarme.
—Aún no he terminado— La sonrisa de Shizuha se hizo presente.
Tsukasa ocultó su rostro contra su pecho sonriendo —He estado pensando que, ahora que Yumi y Satochi no están, estamos viviendo casi como una pareja casada, no mal entiendas, me refiero a como un matrimonio porque compartimos el departamento, los quehaceres y hasta cenamos juntas, pasamos mucho tiempo juntas.
Shizuha rio —¿Eres mi esposa?
Ella negó ruborizándose —No te aproveches de mí, solo estaba divagando.
La aludida le susurró al oído —Voy a reclamar mi noche de bodas.
Tsukasa sintió su rostro arder en un rubor y le contestó —¿No estás siendo un poco atrevida?
Shizuha le dio una sonrisa ladeada antes de acercarse a su cuello comenzando a besarlo —Es tu culpa— volvió a su oído, y susurró —por ser tan linda.
Tsukasa no pudo reprimir un gemido y sintiéndose débil ante Shizuha le dijo —No quiero hacer algo mal con tus piernas.
Su acompañante rio en su oído en un susurro —No te preocupes por mí, solo déjate llevar, te prometo que vas a disfrutarlo.
Ella asintió rindiéndose ante los besos de Shizuha, hasta que sintió como levantaba su blusa acariciando sus senos, sabía que si eso fuera una batalla, ya habría perdido.
Cuando despertó eran alrededor de las ocho de la mañana, le dolía la espalda, junto a ella yacía Shizuha dormida, arropada con sus sábanas desnuda, mirándola se sonrojó incrédula de haber tenido sexo con ella por primera vez, hacia unos meses eso le habría parecido irreal.
Ni siquiera sabía que podía gustarle una mujer y Shizuha simplemente llegó y destruyó todo lo que creía, construyendo una vida nueva para ella, abriendo un nuevo camino. Sonrió llena de gratitud.
Su celular empezó a sonar, y frunciendo el ceño lo silenció tratando de cuidar el sueño de Shizuha, para luego levantarse de la cama evitando despertarla, una vez de pie se colocó una bata, fue hasta el balcón y contestó la segunda llamada que acababa de empezar a sonar en su teléfono.
Molesta por la interrupción preguntó —¿Dígame?
Una voz conocida le respondió del otro lado de la línea —Buen día, señorita Ebisu, perdone llamarle tan temprano, pero tengo información de su interés sobre el caso de la señorita Kocho ¿Prefiere que nos encontremos o se lo diga ahora mismo?
Tsukasa reconoció a Ito, el detective privado de la familia y al que había encomendado llevar el caso de Shizuha, y rápidamente le contestó —No pierda tiempo, Ito-san.
—Bueno, he encontrado al dueño del automóvil, y el mismo coche que estábamos buscando. El carro apareció hundido en un lago en Sapporo, está a nombre de Furawa Haki. Investigué a esta persona y a su familia, y una de esas personas ha tenido conexión con la señorita Kocho, Furawa Yuki, las pruebas apuntan que no fue un accidente, así que la he buscado por todo Tokio sin éxito, pero a vista de que ha dejado el auto en Sapporo, posiblemente ella este movilizándose por el país.
Tsukasa miraba la ciudad en silencio, pensando en lo que acababa de escuchar, después de pensar en ello unos segundos le preguntó —¿Cuánta información tiene sobre ella y qué tan seguro está de que fue un intento de asesinato?
—Estoy seguro de ello en un noventa por ciento. Cuando nos encontremos le entregaré todo lo que he logrado recolectar, pero no se preocupe, tengo desde la ubicación de la casa de sus padres hasta un registro de cada obra en la que ha participado en los últimos cinco años.
Se sintió preocupar —Procure no hacer nada ilegal, no queremos problemas mientras estemos yendo por esta vía.
—No se preocupe señorita, podríamos encontrarnos mañana y hablar sobre el presupuesto, rastrearla por el país requerirá más dinero.
—Está bien, sabe usted que el dinero no es un problema, nos vemos mañana a eso de las seis de la tarde en mi oficina, pero desde ya puedo asegurarle que mi único objetivo es atrapar a Furawa, intentemos por el marco legal mientras sea posible, en caso de fallar, nos encargaremos por nuestra cuenta.
A Tsukasa no le gustaba la idea de recurrir a ese tipo de cosas, pero sabía que su padre y su abuelo tenían a ese tipo de gente contratada en la planilla de seguridad, para hacer justicia en su familia y proteger su legado, no dudaría si tenía que hacer justicia por Shizuha.
Una vez se despidieron, Tsukasa levantó nuevamente la mirada a la ciudad preguntándose a sí misma como contarle a Shizuha sobre ello, no quería que se entristeciera, porque era inevitable sabiendo que alguien había intentado asesinarla.
Mayo [Año Actual]
Los días continuaron pasando, su relación se acercó más, Yumi se enteró del romance que existía entre ellas dos y eso terminó en ella molestándolas cada vez que podía, Satochi se veía contento por su prima.
Tsukasa no había podido parar de pensar en esa conversación con Ito-san donde le contaba que intentaron asesinar a Shizuha, pero no había sido capaz de contárselo a ella, cuando recurrió a Yumi por un consejo y le contó todo, ella le recomendó guardar silencio hasta que fuera completamente seguro y detuvieran a Furawa, para no alertar a Shizuha o tenerla sintiéndose impotente.
Esa mañana se había encontrado en su oficina leyendo unos papeles hasta que escuchó la voz de Shizuha en el teléfono, el cual ya solía dejar abierto en su línea.
—Tsukasa, tienes una llamada de un número privado, me dijo que solo hablaría contigo.
Ella frunció el ceño en su oficina y le contestó — Dile que si no te dice quién es, no voy a recibir esa llamada.
Shizuha le dijo al otro lado —Es Ito-san, acabo de reconocer su voz —añadió bromeando— tengo memoria de elefante.
—Está bien, voy a contestar, redirígeme la llamada, no contestes alguna otra hasta que te avise ¿Bien?
Shizuha frunció el ceño confundida, pero volviendo a la pantalla de su ordenador le dijo —No te preocupes, jefa, lo haré bien, hablamos luego, no extrañes mucho mi voz.
Le contestó riendo —Vuelve a trabajar.
Tomando la llamada con Ito le dijo —¿Por qué me llamas al número de la oficina? Shizuha podría oírnos, debiste llamarme a mi número personal.
—Disculpe señorita, estoy en un barco cerca de Shanghái, he aprovechado la cobertura japonesa que aún tengo, pero pronto se cortará, por eso la llamé apresuradamente, ahora bien, Furawa-san está en este barco conmigo, la encontré en Okinawa anoche, tenía una semana buscándola aquí, pero ayer la encontré en el pueblo, la seguí hasta que se subió a un barco, por lo que subí con ella, llegaremos a un puerto aquí en las costas de Shanghái, le enviaré las coordenadas precisas en unos segundos, en tres horas estaremos en territorio chino.
Tsukasa estaba incrédula, levantándose de su silla en su oficina le dijo —Estaré esperándote ahí cuando llegues a China, mándame las coordenadas, nos vemos allá, Ito-san.
La comunicación se cortó, pero de inmediato le llegó un mensaje con unas coordenadas y un mapa.
Colocándose su saco, salió de la oficina cuál rayo, al pasar junto a Shizuha le dijo —Tengo que salir, nos vemos a la noche en el departamento, le diré al chofer que pase a recogerte cuando salgas.
La peli-azul estaba bastante sorprendida, preocupada le preguntó —¿Qué pasó?
Ella negó con su cabeza rápidamente —Es una situación familiar, tranquila, pero tengo prisa, asegúrate de atender mis llamadas y continuar con los papeles que dejé en mi oficina, como te enseñé, suplántame un rato.
Shizuha asintió confundida —Lo haré, tranquila. En ese caso cuídate, te estaré esperando esta noche.
La peli-azul la miraba confundida, pero su confusión se acrecentó al verla casi salir corriendo del edificio.
Tsukasa había hecho algunas llamadas de camino al aeropuerto, al llegar subió rápidamente a un avión privado y junto con dos guardaespaldas, tomó dos horas de vuelo a Shanghái, una vez ahí hizo un viaje, en un auto rentado, para ir a aquel puerto.
En ese momento se encontraba ahí junto con sus guardaespaldas, dos hombres altos vestidos de saco y corbata, recostados en un auto negro, mientras conversaban entre los tres, para no aburrirse, Tsukasa los conocía, tenían su edad, ella misma los había contratado, no le gustaba salir con los guardaespaldas que su madre contratara para que ella no se enterara de sus movimientos. Eran expertos en artes marciales, así que confiaba en ellos, para ella eran como sus amigos.
Tsukasa rompió el silencio que acababa de formarse —Oye, Han ¿Cómo está tu esposa?
Él le sonrió —Bastante bien, últimamente está muy inspirada en la cocina, así que tengo que soportar cada cosa que quiera darme de comer.
Ella rio —No le niegues nada, no seas mal esposo. Me pasa lo mismo con Shizuha, usualmente me ofrece unas bebidas horribles que le gusta hacer, siempre termino arriesgando mi estómago.
El segundo guarda espaldas le preguntó —¿Entonces si es tu esposa? Perdona, no sabía preguntarlo.
Tsukasa frunció el ceño ruborizada y le contestó —Taro ¿Te pago por averiguar mi vida?
Han rio y bromeando le dijo a su compañero —Eres un idiota ¿No ves que la avergüenzas? — Han sabía también sobre la relación de Tsukasa y Shizuha.
Ambos sabían sobre ello principalmente porque también eran sus chóferes y cada vez que habían viajado con ellas las había visto coquetear o incluso a Shizuha besándola desprevenida.
El ceño de la peli-naranja estaba más fruncido que antes y su rostro rojo, entre ira y vergüenza —Los voy a despedir.
Taro le contestó bromeando —Sabemos que no lo harás, nos quieres y mis hijos ya te dicen tía, no dejarías sin trabajo a su padre.
Ella suspiró rindiéndose —No me molesten, idiotas. Se supone que soy su jefa.
Han cortó el tema soltando esporádicamente —Se está acercando un barco ¿Eso estábamos esperando, Tsukasa?
Ella asintió con el ceño fruncido —Ya casi están aquí.
El barco empezó a bajar botes llenos de personas, Tsukasa supuso que eso era un viaje ilegal, a lo lejos pudo distinguir el bote en el que iba Ito con su traje negro y dos asientos cerca de él, la mujer a la que había visto en fotos meses atrás.
Cuando llegaron a la orilla, Ito se las señaló disimuladamente por lo que Tsukasa fue en su dirección junto a Han y Taro, al estar frente a ella, Ito se acercó.
Tsukasa le dijo —Yuki Furawa ¿Cierto?
Ella negó rápidamente con su cabeza atemorizada —Se equivoca, señora, apártese y déjeme pasar.
La peli-naranja sacó de su bolsillo una foto de ella y se la entregó —Yuki Furawa, sabemos todo sobre ti ¿Por qué no nos acompañas? Tienes cosas que resolver en Japón.
Yuki volvió a negar rápidamente poniendo en juego sus dotes de actuación ocultando su miedo —Permítame pasar señorita, me están esperando.
Tsukasa le hizo señales a Han y le dijo —Saca el teléfono y muéstrale que también hay gente que la espera en Japón.
Han, le mostró una foto de un par de ancianos amarrados a unas sillas, para luego llamar a un número y decir algunas cosas en chino, antes de oír unos gritos de súplica provenir de unas voces que Yuki reconoció.
Ella estaba asustada y frunciendo el ceño le gritó a Tsukasa al borde del llanto —¡Deja a mis padres fuera de esto! ¡No les hagas daño por favor!
La peli-naranja le sonrió satisfecha, y le preguntó —¿Vas a colaborar con nosotros?
Ella asintió limpiando sus lágrimas —Solo si no les hacen nada a ellos, son inocentes.
Tsukasa sonrió antes de hacerle señales a Han, el cual habló en chino nuevamente al teléfono y colgó.
Dirigiéndose a Yuki le dijo —No te preocupes, no les haré nada si te portas bien. Ahora cuéntame porque empezaste a huir y ¿Cómo llegaste a Okinawa? ¿Cuál era tu plan aquí en China?
Tsukasa empezó a caminar junto a Yuki hacia el auto. Taro, Han e Ito caminaron detrás de ellas, vigilando que no se le ocurriera hacer una tontería a esa mujer.
Ella le contestó molesta —Descubrí que la policía estaba buscándome porque fueron más de una vez a casa de mis padres y ellos me lo contaron. Había estado quedándome con mi novio, entonces empezamos a huir juntos, él tiene familia en Okinawa, así que viajé ahí, mientras él se vino a China a encontrar un lugar donde quedarnos, recientemente me envió el dinero para el viaje —sintiendo sus ojos cristalizarse añadió —tengo que avisarle que me han encontrado ¿Quiénes son ustedes?
Tsukasa se recostó en el auto contestándole de brazos cruzados —Soy la pareja de Shizuha Kocho, y para tu suerte, solo vamos a llevarte con las autoridades, luego seguirás tu proceso legal, puedes comenzar a rogar que la ley te haga pagar, porque si no, entonces pasaré a ser la justicia.
Yuki la miraba asustada, al otro lado del carro estaban los otros tres hombres conversando entre sí, pero realmente parecían una mafia.
El viaje en auto al aeropuerto y de ahí a Tokio fueron solo un par de horas, pero para el momento en que llegaron a Tokio era de noche, al bajar en tierra había un par de oficiales japoneses, a los que Tsukasa recordaba de la última visita que hicieron a su departamento.
Yuki les gritó casi desesperada —¡Esa mujer tiene secuestrados a mis padres!
Tsukasa le hizo señas a Taro y el llamó al número de teléfono de los padres de ella, colocándolos en altavoz Ito-san los saludó —Buenas noches, señores Furawa ¿Me recuerdan? Soy Ito-san.
Una señora le contestó —Ito-san, que placer oírle, puede venir cualquier día a comer ramen como la última vez.
Un señor añadió animado —O a jugar con las cartas, es aburrido si solo somos dos.
Yuki interrumpió —Papá, mamá ¿Están bien?
La señora le contestó —Yuki, mi niña, todo está bien, Ito-san te había estado buscando, que bueno que se hayan encontrado, parecía muy ilusionado de entrevistarte.
El señor interrumpió —¡Yuki! No te pierdas tanto, ni causes problemas, y vuelve a casa cuando puedas, cariño.
Ella comenzó a llorar ocultando su rostro entre sus manos.
Ito tomó el teléfono cuando Tsukasa le dio permiso y se apartó hablando con ellos.
La policía se llevó a Yuki con ellos para interrogarla.
Septiembre [Año Actual]
Volviendo a aquel momento, Shizuha tomaba la mano de Tsukasa y frente a ellas estaban Misora y Aruru escuchando toda la historia, Aruru parecía conmovida por todo lo que había sucedido ese año.
Misora continuaba con el ceño fruncido —¿Qué pasó con Furawa-san? ¿Y cuándo te contó Tsukasa que en realidad no era un accidente?
La peli-naranja se decidió a responder por Shizuha —Llegué esa noche al departamento, y Shizuha estaba en el balcón aprendiendo a tejer con Yumi, entonces me le acerqué y le conté que habíamos detenido al sospechoso principal de su caso, estaba muy nerviosa, pero aun así busqué la manera de decirle que habían intentado asesinarla, ella les puede decir que no, pero les juro que se veía bastante confundida con la noticia.
La peli-azul susurró en defensa —Con una noticia como esa, cualquiera habría estado perturbado.
Aruru asintió apoyándola, antes de insistir —¿Y luego?
Shizuha retomó la palabra —Según me contó el abogado, Furawa-san insistió con su inocencia, entonces el proceso se alargó, luego del juicio de hoy dieron los alegatos finales, fue declarada culpable de intento de homicidio y le dieron una pena de cinco años de prisión.
Misora se cruzó de brazos con el ceño fruncido —Le hubieran dado la cadena perpetua.
Tsukasa asintió apoyándola —La pena de muerte habría sido lo más cercano a la justicia.
Shizuha frunció el ceño —Tal vez estás yendo más allá de lo que deberías. En cualquier caso, no creo que vaya a volver a hacer algo así luego de un par de años en la cárcel. El tiempo no se puede regresar y de poder hacerlo, no lo haría, entonces no estaríamos aquí con Tsukasa.
Misora le sonrió —Es cierto, teníamos bastante tiempo sin verla antes de lo del hospital y mi cumpleaños del año pasado.
La peli-azul bromeó —Es que cuando estás en la cima no es fácil mirar hacia abajo.
Tsukasa frunció el ceño —No seas idiota.
Aruru comenzó a reír —Me gusta que volvamos a estar juntas una vez más. Aunque falte Lalafin, pero siento que con ella no hay nada que cambie nunca.
La peli-naranja la volteó a mirar y riéndose le preguntó —¿Maduraste?
Aruru asintió pareciendo orgullosa de sí misma, antes de ir hacía Shizuha y decirle —¿Me das un paseo?
Misora golpeó su frente con la palma de su mano. Tsukasa suspiró. Shizuha en cambio le hizo espacio en sus piernas, antes de empezar a pasear con la silla por el departamento, con ella sentada sobre sus piernas riéndose.
Tsukasa suspiró preguntándose algo que pasaba por su cabeza continuamente, «¿Cuándo mi vida cambió tanto?», sonrió para sí misma mirando a Shizuha «No todos los cambios son malos».
Misora miró el reloj de su celular, dándose cuenta que eran las seis de la mañana, habían estado toda la noche escuchando a Shizuha y Tsukasa.
La peli-naranja bostezó, y mirando la hora de su reloj de muñeca, frunció el ceño, entonces soltó en voz alta —Shizuha, se supone que hoy tenemos trabajo, ¡Pero son las seis de la mañana y no hemos dormido!
Ella detuvo su paseo con Aruru y dándose la vuelta le preguntó —¿No es sábado? ¿No podemos solo tomar el día libre hoy, jefa? No creo que hagamos falta en la oficina.
Aruru se levantó y dirigiéndose a Misora le dijo —¿Vamos a dormir? Ellas pueden dormir en la que era tu habitación.
Tsukasa sacó su teléfono y llamó a la oficina informando que faltaría, estaba muriendo de sueño y no podría manejar de vuelta a casa. Shizuha ya estaba recogiendo sus cosas y programando la contestadora que indicaba que Tsukasa estaba libre ese día. Aruru caminaba por el departamento recogiendo algunos vasos, y Misora acomodaba el sofá antes de irse a acostar.
Todo el movimiento se detuvo cuando la puerta sonó, un golpe tras otro. Se miraron entre sí antes de regresar a lo que hacían, todas sabían quién era la única persona que tocaba la puerta así.
Al abrir Misora, Lalafin estaba en la puerta con una sonrisa cansada —¡Buenos días! Acabo de salir de un turno nocturno de la obra en la que estoy participando, pero vine a desayunar.
Aruru bostezo y le contestó —Vamos a dormir, ¡Es pijamada hoy!
Shizuha sonrió divertida, entrando a la habitación —Buenas noches, Lalafin.
Tsukasa también se despidió siguiendo a Shizuha —Descansen y ten buen sueño, Lalafin— cerró la puerta.
Misora rio junto a Aruru, mientras Lalafin se quitaba los zapatos soltando un suspiro —¿Entonces vamos a dormir? Estoy muy cansada.
Aruru la llevó hasta la cama, y soñolienta se acostó junto a ella, durmiendo ambas casi al instante.
Misora frunció el ceño pensando «No es justo».
Colocando su futon en el suelo se dispuso a dormir, cerró los ojos con esa idea, hasta que sintió a alguien abrazarle. Aruru la miró con una sonrisa antes de cerrar sus ojos durmiéndose, ella la abrazó de vuelta dispuesta a dormir, ahora más cómoda, sin poder evitar pensar «Esto me trae recuerdos, pero es bueno que estemos juntas otra vez».
¡Hola! Espero les haya gustado toda esta historia, fue algo extensa, sin embargo, es de mis fics favoritos.
¡Gracias por leer! ¡Gracias a mis betas por ayudarme con esta historia!
Perdonen si encuentran alguna falta de ortografía, la publicación se retrasó porque intenté releer unas tres veces antes de publicar, pero siempre puede ser que mis ojos me fallen, y los de mi editor también. Aún me siento tonta por dejar pasar mal en nombre de "Mary Shelley", eso pasa cuando me confío y escribo las cosas de memoria, espero todos me perdonen y Mary principalmente.
Sé que Frontier no es tan popular como las otras escuelas así que agradezco de antemano a los lectores que han seguido durante estas semanas este fic, espero que les haya gustado tanto como a mi me gustó escribirlo.
La próxima semana subiré algunas historias cortas.
Contestando...
SilentDrago: Bueno, creo que ya te habrás dado cuenta que dieron el paso, o hasta un par más. Una ultima cosa ¿Podrias aclararme a que te refieres con historias sueltas? ¿Hablas de One-shots sin ningún tipo de continuidad o cronologia o te refieres a algo más?
Ninja Britten 11: Comparto un poco el pensamiento pesimista de Tsukasa sobre las religiones, me parece absurdo que juzguen a la gente por cosas como amar a alguien de tu mismo sexo. Sobre las familias, es cierto y pasa en muchas familias, la mayor de las veces influye el machismo que abunda en la sociedad, y lastimosamente es un rasgo que Latinoamérica comparte con Japón. Aunque es bueno que puedas verte reflejado, para bien o para mal, en la historia familiar de Shizuha. Sobre Kodai, ahora tendré curiosidad de sus comentarios que lo incluyan. Si me gusta el beisbol, es algo que tengo en común con Mahiru, en mi pais se juega mucho y suelo apoyar equipos, ver los partidos, entre otras cosas. Pero sé que en Japón también se juega mucho y es el deporte numero uno, no por gusto son el pais que esta a la cabeza del ranking mundial de beisbol, así que posiblemente siga mencionándose por aquí ese deporte.
¡NOS LEEMOS PRONTO!
