Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 11
Lili no se separó de Edward en dos horas.
Por supuesto que pude haber invertido ese tiempo en hacer contenido para mis redes sociales, en cambio preferí mirar a Edward.
Sí.
Deleité mi pupila viéndolo jugar a las muñecas y al té. Era tan alto que fue gracioso verlo doblar su cuerpo para caber dentro de la casa de muñecas, sus largas piernas quedaban de fuera haciendo imposible no reír. Se veía tierno.
Sin embargo necesitábamos hablar y, mi pequeña sobrina no tenía intención de dejarlo un momento para mí.
Me aclaré la garganta al arrodillarme. Edward se había mantenido muy interesado en los juegos de la niña que parecía que yo no existía en el pequeño espacio de la habitación.
— Bombón, ¿te gustaría comer pizza? —pregunté inocentemente ganando su atención.
Sus ojitos brillaron y fue de la forma que se acercó a mí.
— Sí. Tengo hambre, tía —frotó las manos en su barriga.
— ¿Podrías decirle a Alice que te compre una pizza? Con mucho pepperoni, ¿si?
Los ojos marrones de Bombón se estrecharon antes de darme un ligero asentimiento. Uno muy débil y nada convencido. Seguramente estaba temerosa de que su tío desaparecería. Así que salió de la casita caminó unos cinco pasos lejos y luego se giró a nosotros, sonriéndonos. De esa manera cerró la puerta dejándonos solos.
— ¿Se puede saber por qué te fuiste del apartamento?
Ahí estaba el hombre gruñón de las cavernas. Listo para discutir por todo.
Caminó a gatas hasta salir de la casita.
Suspiré y me incorporé junto a él. Parecía que empezaríamos una batalla, una de muchas, lo cual era normal.
— Deja el drama, Cullen, que ya estás aquí —le dije—. Hay algo importante que debes saber.
— Tú también debes saber algo importante —murmuró—. Creo que me gustas —sus mejillas se sonrojaron— no, no creo —corrigió—, me gustas realmente.
Abrí la boca y me pellizqué el brazo. Quizá estaba soñando… entonces me quejé porque no lo estaba.
Pestañeé.
¿Él había dicho que le gustaba? Sí. Lo dijo claramente.
— Pensé que yo… —dudé—, no me hablaste.
Fruncí las cejas al recordar que no se había preocupado en preguntar por Lili.
— También te fuiste sin avisar —acusó—. Si no fuera por tu amiga Alice quien me dio la dirección no estaría hoy aquí. Aunque supongo que lo olvidó.
Tenía que ser Alice, ¿de qué lado jugaba?
— Me fui porque no quería verte —me sinceré. Es decir quería verlo, pero no quería saber que se arrepentía de ese manoseo entre nosotros. Fruncí el entrecejo—. Además tardaste una semana en venir.
Puso los ojos brevemente en blanco antes de sujetar mis manos.
— No empecemos a discutir, Bella —murmuró con una tímida sonrisa en sus labios.
— Me gusta hacerte enojar. Te ves sexy todo gruñón.
Él me dio una sonrisa torcida. Se veía endemoniadamente caliente y eso me gustaba.
— Me gustas —repitió.
Sentí mis piernas volverse débiles, posiblemente me desmayaría lo que terminaría siendo vergonzoso.
— También me gustas —admití. Era tiempo de soltar lo que mi pecho guardaba.
— Es momento de hablar —dijo.
— Hablemos.
— Esa noche... —dudó— si Lili no hubiese interrumpido sabes bien lo que hubiéramos hecho, Bella.
— ¿Te arrepientes? —Quise saber.
Él sacudió la cabeza, negando.
— No. No me arrepiento, ¿y tú?
Mordí mi labio inferior.
— Tampoco.
Seguramente Renée reprobaba esto, ella siempre me inculcó que nunca me dejara manosear por nadie y bueno... Aquí estaba yo siendo toda una perra en celo. Ella no me podía culpar, tenía veinte años y pues... necesitaba cariño.
Edward esbozó una sonrisa y yo me sentí temblar.
— Eres muy bonita.
Sonreí presunciosa. Esa verdad era obvia y tenía conocimiento de que era preciosa.
»Y también creo que estás loca —agregó y juraba que las mariposas que estaba sintiendo en mi barriga se estaban muriendo de decepción.
— Eres muy romántico —dije sarcástica.
— Bella —su voz fue ronca cuando acarició mis labios con su índice— quiero... besarte.
— Antes debo escuchar la pregunta mágica —le recordé.
Rio.
— ¿Quieres ser mi novia? —preguntó acunando mi rostro y fue el momento que las miles de mariposas empezaron a aletear dentro de mi estómago. ¡Estaban vivas! O posiblemente tenía algunos bichos, pero era lo de menos en ese momento.
Relamí mis labios cuando se acercó.
Y. Oh… sus labios estaban en los míos, moviéndose con pericia y tanta suavidad que todo empezó a dar vueltas. Apreté los ojos y le correspondí como era debido.
Sentí un cosquilleo extraño en mi vientre bajo cuando sus brazos rodearon mi cintura y me acercó a su cuerpo. Poniéndome de puntillas llevé mis manos a sus hombros, no me quería quedar atrás.
Nuestro beso siguió… y siguió. Me gustaba el intercambio de saliva, tenía sabor a menta. Gemí.
»Bella —murmuró sobre mis labios empezando a repartir cortos besos en mi rostro— dame una oportunidad.
Abrí lentamente los ojos y suspiré hondamente al ver su varonil rostro con esa barba de días sin rasurar y esos bellos ojos verdes que tanto me hacían suspirar.
— No nos conocemos —respondí y mordí mi lengua al instante por ser tan habladora.
Un nerviosismo había invadido mi ser por eso estaba diciendo incoherencias.
— El noviazgo es para conocernos, Bella —mencionó dejando escapar una risita nerviosa y no pude estar más de acuerdo.
Edward entrelazó nuestros dedos y yo mordí mis labios en respuesta.
»Estos días sin ustedes han sido complicados —reconoció—. Dame una oportunidad, Bella. ¿Quieres ser mi novia? —volvió a preguntar.
Parpadeé.
— Si, sí quiero ser tu novia —respondí fuerte y claro.
Edward apenas me escuchó y se posó sobre mis labios. Su boca moviéndose en sincronía con la mía.
Envolví su cuello con mis manos y me dejé guiar a sabrá Dios dónde.
No podía pensar en nada que no fuera sus besos ardientes y sus manos tocando mi trasero. Caímos en algo blando, no hacía falta ser muy inteligente para adivinar que era la cama.
Edward empezó a mordisquear mi cuello mientras sus manos seguían explorando bajo mi blusa, recorriendo mi piel y haciéndome erizar cada poro. Lo detuve, lo hice antes de que tocara mis pechos.
Sus manos realmente eran inquietas.
— Bella… —murmuró volviendo a besarme, su cuerpo cubrió el mío y pude sentirlo.
Él estaba… duro.
— Edward… yo —pude decir cuando su boca abandonó mi boca y sus manos se posaron en mis pechos—. Creo… —exhalé— que debemos hablar.
Edward no me escuchó. Seguramente no lo hizo porque seguía entretenido explorando con su lengua mi piel.
Tenía que detenerlo. Traté de empujar su pecho con mis palmas, no pude moverlo un milímetro, fue que lo empujé con más fuerza y él protestó.
— ¿Qué pasa preciosa?
Logré sentarme. Mi respiración era agitada y mi cuerpo cosquillaba. Me sentía acalorada, inclusive abanique mi rostro con las manos.
— Somos novios —dije sonriendo—. Aunque es un poco extraño porque estamos casados.
— Somos novios —repitió, besándome fuertemente antes de volver a recostar mi cuerpo sobre el colchón poniéndose encima de mí—. Me gustas mucho. Mucho.
Edward y sus manos de tentáculo tocaban mi cuerpo con ansías.
— Lili… —murmuré recordando que debía hablar con él— me habló sobre su vida y me nombró a…. —apreté los párpados cuando succionó mi piel— un tal Sam.
Edward se detuvo. Se quedó apoyado en sus antebrazos mientras sus ojos se posaban en los míos.
— ¿Quién es Sam? —preguntó y me ayudó a sentar—. Cuéntame.
Le hice el más breve resumen. Lo cual no fue sorpresa que él tampoco estuviera enterado de nada relacionado a ese hombre. Repasamos varios puntos y quedamos en el mismo lugar cuando no hubo más información de dónde sacar. Acordamos hablar con la señora Cope y averiguar si ella tenía información diferente a nosotros.
Estuvimos tonteando la mayor parte de la noche mientras cenábamos pizza, sus manos nunca estuvieron quietas cuando se trataba de mi piel. También hablamos de nosotros, me confesó sobre una ex novia y lo mucho que le había dolido cuando lo dejó. No ahondados sobre ese tema. Entretanto, yo solo pude decirle que la última vez qué tuve novio quizá tenía diecisiete.
»Debo irme —se detuvo en la puerta del apartamento— mañana quiero llevarte a una verdadera cita, Bella. Vendré a ustedes para desayunar con Lili y por noche será para nosotros, una cita conmigo.
Su índice perfiló mis labios con mucha ternura antes de besarme nuevamente.
— Hasta mañana, Edward.
Apenas cerré la puerta y me puse a dar saltos en el mismo lugar.
Edward era mi novio.
— ¿Cuándo ibas a decirme que Edward era tu novio?
Me estremecí.
Alice me asustó cuando apareció por el pasillo oscuro vestida con su largo camisón que cubría sus tobillos y una mascarilla de carbón puesta en el rostro.
— Alice, no te quitaste la mascarilla.
Ella deslizó los dedos por su rostro y salió corriendo hacia el baño. La seguí, me detuve en la puerta al verla estirar la mascarilla con sus dedos mientras resoplaba de dolor.
— Esto es tu culpa —me dijo—. El saber que estás con Edward me hizo olvidar quitarme la mascarilla.
— La hubieses olvidado de todas maneras —encogí mis hombros— así eres tú.
— ¿Te irás con él? —preguntó en el momento que soltó un grito. Había logrado desprender la mascarilla de la frente—. ¿Qué pasará con el contenido de las plataformas?
Inhalé y exhalé hondo.
— Aún no sé —respondí—. Me gusta estar aquí, pero… también quiero estar con él.
Alice rodó los ojos antes de volverse a centrar frente al espejo. Estiró de nuevo la mascarilla dejando gran parte de su rostro libre y con la piel completamente roja.
— No puedes negar que mueres por él, si no fuera así no le hubieses llorado cada noche.
— Tampoco exageres. No lloré todos los días como dices, solo fue una noche y fue porque me sentí triste gracias a mi período.
Alice me miró.
— No puedes ocultar que estás enamorada, ¿sabes lo que significa, verdad?
Alice y yo coincidimos por azares del destino en la ciudad. Una chica robusta sobreviviente de tanto acoso porque según los estándares de belleza una talla extra grande es sinónimo de burlas. Ella, una gran fotógrafa con mucho talento desperdiciado y yo, una chica sin familia. Nuestra amistad surgió casual y de inmediato nuestras ideas convergieron.
Fui la creadora de cada canal que tenía, sin embargo mi trabajo no fuese nada sin su colaboración y aportaciones. Ella era la encargada de editar cada video antes de publicarse, digamos que era mi otra mitad.
— No sé si quiero seguir —fui sincera—. No me gusta que quieran indagar más allá de lo que doy a conocer. ¿Me entiendes? No quiero que sepan de Lili y tampoco de Edward, quiero protegerlos y no exponerlos nunca.
— Sabes bien que es imposible. A menos que nunca salgas a la calle para que nadie pueda verte.
Exhalé al ver que Alice había retirado la mascarilla por completo.
— Tal vez me venga bien un tiempo lejos de las plataformas —murmuré.
Alice se detuvo frente a mí. Identifiqué decepción en su mirada y me sentí una mierda.
— Como quieras —dijo pasando al lado mio y empujándome con su cuerpo.
Llevaba esperando pacientemente a Bella por alrededor de una hora, incluso Bombón se durmió en mis brazos y todo bajo la atenta mirada del tipo de los tatuajes.
— ¿Hay algún problema en que esté aquí? —pregunté al borde de perder mi paciencia.
— No me gustas para Bella.
— A quien debo gustarle es a ella —dije—, y ahora es mi novia.
— Es que no eres su tipo. Bella es joven, merece un hombre diferente y más joven también. Con sus mismos ideales.
Imbécil. ¿Acaso creía que tenía cincuenta?
— Aparte todo eso de romances la distrae —añadió—. Ella estaba posicionada en ser una de las mejores influencer del país, sin embargo ahora todos sus sueños se están desmoronando, marcas de prestigio se han alejado de ella y es por su poco contenido. Tener a la niña con ella le afecta demasiado, aunque no quiera admitirlo.
No entendía absolutamente nada de lo que hablaba, parecía que hablábamos idiomas diferentes.
— ¿Crees que estando contigo Bella pueda estar mejor?
Sus ojos azules brillaron. Era obvio su interés por ella que no pude ocultarlo al ponerse nervioso.
— Bella nunca acepta a nadie —murmuró derrotado—. No entiendo porque te aceptó a ti.
— ¿Nos vamos?
Bella apareció en la pequeña sala de estar: lucía un corto vestido blanco con sus hombros desnudos y subida en esos zapatos de tacón demasiado alto para ella. Tenía su cabello suelto y estaba completamente lacio.
Me aclaré la garganta y le sonreí cuando me miró.
Le di una mirada insuficiente al tipo tatuado que tenía la boca abierta y rápidamente me uní a Bella rodeando su cintura con firmeza. Aún con Lili dormida sobre mi hombro.
Necesitaba que el tipo se diera cuenta que ella era mi novia y él no tenía ni una sola oportunidad con Bella.
.
Elegí el mejor lugar. El más ostentoso y el mejor en degustación de carnes. Quería que Bella tuviera la mejor cita. Podía decir con anticipación que la cena fue agradable y deliciosa: Terrina de cordero a la miel con patatas, romero e higos y una copa de vino.
Al menos para mí había sido un buen platillo, sin embargo de Bella no podía opinar lo mismo. Seguía jugando con los cubiertos sobre el plato intacto y su mueca no era precisamente de apreciación.
— ¿No te gustó? —pregunté llevando mi mano a la suya para que dejara de arrastrar los cubiertos.
— No. El sabor no es precisamente apetitoso —me dio una débil sonrisa—. Lo siento.
Bueno, había querido sorprenderla y el sorprendido fui yo.
— ¿Qué prefieres?
Encogió sus hombros.
— Una hamburguesa con queso y papas fritas. Ah, y una coca cola fría.
Era de esperarse que Bella preferiría comida rápida a un buen restaurante con cinco estrellas Michelin. Ella siempre elegiría un McDonald's sobre un Manresa.
— Anda —le ayude a ponerse de pie—, vamos por esa hamburguesa.
.
Sus pies columpiaban felizmente desde el taburete donde estaba sentada. Bella devoraba su hamburguesa con queso mientras no paraba de parlotear. Era muy dulce, no lograba recordar porque no lo deduje antes.
— Bella —la interrumpí—, ¿por qué elegiste ese trabajo y no uno normal?
Ella tragó.
— No fui yo quien eligió. Cuando recién terminé la escuela secundaria me inscribí a varios cursos de repostería, soñaba con abrir una gran pastelería, pero tristemente no se me dio. Después me di cuenta que era buena para el maquillaje, así que me dediqué a trabajar en ello. Tengo certificados en cosmetologia avalados por el estado —se encogió de hombros— un día decidí hacer un vídeo sobre cómo maquillarnos para ir a la escuela, lo subí a YouTube y fue un éxito, después seguí explorando en demás plataformas hasta que tiktok me dio ese auge inesperado, la plataforma me genera suficientes ganancias para sobrevivir. Pero… —suspiró— con la llegada de Lili mis ganas por hacer contenido desaparecieron.
— ¿Por qué?
— Antes no importaba lo que se dijera de mí, sin embargo, ahora no estoy sola y a quien debo proteger es una pequeña niña.
Era admirable escucharle hablar tan madura y preocupada por Lili. Bella se había convertido en madre sustituta y no se había dado cuenta, lo que prácticamente me convertía en padre y tampoco me había puesto a meditar sobre ello. Y es que Lili había unido nuestras vidas de una forma que nunca creímos que pasaría.
— ¿Qué harás ahora? Teniendo una niña a tu cuidado y un esposo.
Bella apretó los labios evitando reír.
— Dijiste que eramos novios —me recordó y soltó un suspiro bajo—. Tengo un equipo de trabajo que les afectará demasiado si abandono el barco. Realmente, estoy muy confundida respecto a seguir o no.
Mi mano cubrió la suya en un gesto de apoyo. Ella sonrió.
— Elige lo que sea mejor para ti. Con lo que te sientas más a gusto.
— Bombón es todo lo que quiero y no sabía. También tú —se sinceró logrando que mi pecho sintiera un calor extraño.
— Mañana debo volver a Nueva York —revelé—. Mis pacientes no pueden esperar mucho tiempo por mí.
Bella asintió bebiendo de su soda.
»No quiero presionarte, pero quiero saber si vendrán conmigo a Nueva York —añadí—, me gustaría que viviéramos juntos y que fueras mi mujer.
El rostro de Bella enrojeció antes de escupir la soda por boca y nariz y empezó a toser de una forma exagerada.
Me acerqué rápidamente y froté su espalda con suaves golpecitos.
Tal vez me había visto demasiado directo, pero quería intentar ser igual que ella.
¿Qué les pareció Edward y sus manos de tentáculos?
Les agradezco infinitamente cada favorito, follows y reviews para la historia.
Recuerden que participo en martes de adelantos en el grupo de Élite Fanfiction, y para quienes gusten ver imágenes alusivas respecto a cada capítulo pueden unirse a mi grupo de Facebook: link está en mi perfil.
Aquí los nombres de quienes amablemente comentaron el capítulo anterior: patito feo, Claryflynn98, Isis Janet, Ale Stewart, nydiac10, paupau1, terewee, Kaja0507, francicullen, miop, Cary, Cassandra Cantu, LissaPattinsonCullen, Diannita Robles, PaolaValencia, Flor Mcarty, Patty, Dulce Carolina, Veronica, aliceforever85, jupy, Lily, ALBANIDIA, Tata XOXO, NarMaVeg, Adriu, Jade HSos, Gabby352, catita1999, Adriana Ruiz, LadyRedScarlet, Rut Barreiro, cocoa blizzard, Maribel 1925, Adriana Molina, NaNYs SANZ, valentinadelafuente, Dryzzila, sandy56, Chiki Garcia, Jane Bells, Mapi13, paramoreandmore, Lizzye Masen, Torrespera172, Gigi, mrs puff, saraipineda44, Elizabeth Marie Cullen, EriCastelo, Lizdayanna, Kasslpz, Noriitha, Pepita GY, Lili Cullen-Swan, Antonella Masen, Daniela Masen, Rosemarie28, Ale Stewart, Peerla Salvatore Swan, rociolujan.
¡Gracias totales por leer!🍭
