Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo 13

La psicóloga nos sonrió amablemente.

Llevó parte de su cabello oscuro detrás de sus orejas mientras apoyaba los antebrazos sobre el escritorio. Una mujer de edad mediana que de pronto se distraía risueña con Edward. No sabía que tan profesional era eso de distraerse con él.

Fruncí los labios.

Llevábamos una hora en el consultorio y esperábamos una respuesta, algún avance para Lili después de informarle que las pesadillas habían regresado cada madrugada. Mi pequeña Bombón despertaba entre lloridos y desconsuelo preguntando por Esme.

— Lili está viviendo el duelo a su manera. —Explicó al quitar sus anteojos—. Es una niña de tres años, por lo tanto no es consciente de lo ocurrido con sus padres, ella solo sabe que no están con ella y necesita de su presencia.

— ¿Es normal los ataques de llanto? —pregunté—. Tengo miedo de que le duela algo y no darme cuenta.

— Es tan normal como los constantes cambios de humor —nos dijo—, o el sobresalto que les dio hace días y terminó en el hospital. Es su forma de comunicar que necesita ver a sus padres y ella no puede verlos, necesita una razón, quiere respuestas. Si bien ya le explicamos que ellos murieron. Lili se sigue preguntando: ¿qué es morir? Lili busca consuelo sin ella saberlo.

Edward y yo miramos hacia la esquina donde Lili jugaba con unos cubos de colores, ella ajena a nuestra conversación,

»Lloren junto a su sobrina —añadió—, no solo rían y jueguen. Es bueno hacerle saber lo que ustedes tienen, porque será una manera de sanarla y de enseñarle a siempre a manifestar emociones. Conforme avance el tiempo todo esto será solo un mal capítulo de su corta vida, ella empezará a olvidar y guardará solo el rostro de sus padres.

— ¿Quiere decir que será largo el proceso de sanación? —Edward indagó.

— Son etapas. Sin embargo, como es una niña pequeña, ella será quien nos guíe —aseguró la psicóloga.

Edward sujetó mi mano derecha. Estaba conmigo, sabía que no me dejaría sola.


Edward

Suspiré.

Bombón se negaba a abrir la boca.

— Por favor, Lili —rogué por décima vez.

Mi pequeña sobrina apretó los labios antes de recostarse en el sofá y cubrirse con la manta de unicornios.

— A ver… —James me arrebató la cuchara—. No sabes nada de niños —gruñó—. Hola, Lili. Soy tío James y vamos a tomar vómito de unicornio.

Bombón lentamente quitó la manta, mostrándose su rostro, sus ojitos brillaron ante la sugerencia de James.

¿De dónde se le ocurría tal cosa?

— James… —él levantó una mano haciéndome callar.

— Observa y aprende, Cullen. Bombón, ¿sabías que atrapé un unicornio y lo hice vomitar?

Los ojos de Lili se ampliaron.

— ¿Quieres ver? —James preguntó y ella asintió rápidamente cada vez más interesada—. Mira, aquí está —metió la mano al bolsillo del pantalón y luego le mostró el puño. Lili se acercó curiosa— abre mi mano.

Bombón hizo lo que le dijo y abrió la boca al ver que no había nada.

— No está —murmuró ella un poco decepcionada.

— Está aquí —le mostró la cuchara con el líquido rojo que era el medicamento—. Se convirtió en vómito rojo y te dará poderes, anda toma una cucharada, solamente.

Lili arrugó su entrecejo. Estaba desilusionada casi al punto del llanto, su labio inferior tembló.

— Tío Ewwi… —se echó a mis brazos— ¿donde está el unicornio?

La abracé mientras fulminaba a James con la mirada.

— Observa y aprende —repetí con sorna—. No tienes idea de cómo tratarla, Lili es una niña pequeña, imb… —omití articular una mala palabra— eres un tonto.

— ¿Qué? En el canal de Discovery Kids funciona bien.

— ¿Dónde está el unicornio, tío Ewwi? —Lili sollozó mientras sus lágrimas rodaban por sus pómulos.

— No hay ningún unicornio, princesa —la arrulle— por favor, toma tu medicina, cariño. Hagamos feliz a tía Bella, ¿si?

Ella asintió aún con lágrimas en los ojos bebió rápidamente haciendo muecas de asco.

Habían pasado cinco días de haber ido al hospital con ella en brazos. Aunque estaba mejor debía terminarse el medicamento prescrito y estábamos tratando de no fallar. No obstante Lili estaba hastiada del medicamento para la infección y se negaba a seguir tomándolo.

— ¿Y ese milagro de no estar ardiendo en celos sabiendo que Bella está con su amigo Mike?

Miré a James.

— Están haciendo contenido —encogí mis hombros— y Alice está con ellos.

— Eso quiere decir que estás entendiendo lo que hace Bella. Pensé que no estabas de acuerdo.

— Bella es feliz haciendo todos esos vídeos, incluso tiene el tiempo suficiente para cuidar de la niña y para estar conmigo. No veo porque tengo qué enojarme.

— ¿Para estar contigo? —movió las cejas sugestivamente—. Esa parte no me la has contado.

— No es lo que estás pensando —aclaré.

Sonrió antes de ponerse de pie.

— Me gustaría quedarme a escuchar todo lo que tienes por contarme, solo que debo ir a la universidad. No es tan buena idea ser profesor —dijo—, eso me obliga a comportarme como adulto. ¿Podrás cuidar de Bombón sin mi ayuda?

— ¡Lárgate de una vez! —lancé sobre su rostro un pequeño peluche que fácilmente atrapó.

Sacudí la cabeza cuando escuché que la puerta se cerró a mis espaldas. Lili seguía apoyada en mi hombro y parecía que se estaba durmiendo.

Era tiempo de prepararme para mi cita con Bella.

.

Después de degustar unos deliciosos y grasosos hotdogs en un puesto de comida ambulante seguíamos recorriendo Times Square sin soltar nuestras manos.

La noche había caído y Bella no había parado de sonreír en todo el trayecto. Bueno, ella era alegre sin necesidad de tener una excusa, ella realmente disfrutaba cada momento como único.

Sin duda su personalidad era atrayente para mí. También su carácter aguerrido, no sabía quedarse callada y reconocía que eso me gustaba.

Sentía admiración por la forma en que se desempeñaba de manera maternal con Lili. Estaba aprendiendo con rapidez o quizá era su instinto que había despertado.

Quería ser más como ella y dejarme guiar por mis instintos y ser ese padre que Lili necesitaba. En cambio, no sabía bien si era por mi carácter tan hosco o por mi educación tan férrea con el que fui criado que me costaba más ser libre y relajado.

Necesitaba mejorar. Dar lo mejor de mi persona para llegar a ser ese padre que Bombón debía tener, ese padre que seguramente Carlisle fue con ella.

— Sabes, algún día voy a pagar un espectacular —me dijo sonriente sacándome de mis pensamientos. Se había detenido y observaba entusiasta cada anunció que había en las grandes pantallas—. Quizá será de mi línea de maquillaje, porque algún día tendré una. La llamaré Bombón

Sonreí y envolví mis brazos en su cintura mirando también hacia los espectaculares. Podía imaginar su juvenil rostro apareciendo en cada pantalla gigantesca, incluso podía imaginar ese tipo de maquillaje colorido y brillos en sus párpados que muchas veces usaba. Ella tenía sueños, ilusiones y yo jodidamente quería verla cumplir cada uno.

— Estoy convencido que un día estarás ahí —articulé—, pero ¿por qué Bombón?

Se dio la vuelta dejando sus manos descansar sobre en mis hombros.

— Porque si no fuera por ella, seguiría vagando sin importar un mañana. Bombón cambió por completo mi vida y aunque tuve que vivir un dolor muy grande para tenerla, acepté quedarme con ella. La quiero realmente como una hija.

— ¿Te ha sido difícil? —Quería conocer su opinión.

— Mucho. Aunque no tenía una relación tan estrecha con Esme, era mi hermana y la amaba —guardó silencio—. ¿Y cómo ha sido para ti? Me has dicho que te habías alejado de Carlisle por desobedecer a tu padre… ¿Lo extrañas?

— Por supuesto. Si pudiera regresar el tiempo, no lo hubiese dejado marchar, quizá… él estaría aquí.

— ¿Te das cuenta de lo igual que han sido nuestras vidas con ellos? —preguntó.

Apreté los labios antes de asentir. Estaba por hablar cuando el móvil de Bella sonó, era Alice. Le había enviado un tiktok privado donde Bombón sonreía cambiando de atuendo como por arte de magia.

Sonreímos.

— Anda —murmuré—, vayamos con Lili antes de que termine siendo una estrella infantil de redes sociales.


Bella

Dos meses después…

Habían sucedido demasiadas cosas en estas semanas. Bombón estaba tomando clases de ballet y seguía asistiendo a sus sesiones con la psicóloga. No sabía si lo correcto era decir que iba avanzando, pero si lo era. Ella poco a poco iba sanando a su modo. Todo era parte del proceso y nosotros seguíamos junto a ella.

Mientras Edward y yo seguíamos conociéndonos. Aprendiendo juntos y equivocandonos de igual modo a ser padres. Ambos coincidíamos que era la tarea más difícil de nuestras vidas, pero no podíamos rendirnos.

En todas las semanas también nuestra relación se iba fortaleciendo, aunque seguíamos sin ir más allá de mis límites establecidos. Cada día se podía sentir que lo quería, quizá ya estaba enamoré él.

Caminábamos de regreso a casa luego de haber pasado una tarde en el parque. Lili venía columpiándose de nuestras manos y no paraba de reír a carcajadas mientras sus pies quedaban suspendidos en el aire.

Reí al ser testigo de su energía interminable.

Parecía que había sido una tarde agradable y llena de risa. Me hubiese quedado con esa versión hasta que Edward sostuvo a la niña en brazos para enfrentarse a un tipo, vi cómo Lili se aferró al cuello de su tío y escondió el rostro en su hombro.

— ¿Por qué nos sigues? —Edward increpó.

A un tipo alto y de complexión musculosa que no pareció sorprenderse, sino al contrario se puso a la defensiva, levantando su mentón apretó sus grandes manos en puños.

— No sabía que la acera era exclusiva —mencionó sarcástico.

— Aléjate de mi familia —Edward advirtió.

— ¿Tu familia? —el hombre rio— no tienes idea de lo que dices —sacudió la cabeza y dejó de sonreír—. ¿Sabes el verdadero significado de la palabra?

Edward dio algunos pasos hacia el tipo. Me acerqué rápidamente y entrelacé nuestros dedos. Pocas veces lo había visto perdiendo los estribos y verlo alterado me hacía suponer que estaba a punto de irse a los golpes con el hombre.

— Edward, vámonos —susurré.

— No soy estúpido. Nos has estado siguiendo, te vi en el parque y ahora vienes detrás de nosotros. ¿Qué buscas?

El tipo exhaló audiblemente sin dejar de vernos.

— Necesito hablar con ustedes —su voz se suavizó—. Mi nombre es Sam Uley y soy el padre de Lili.

Mi risa salió sin querer. Eran nervios, lo sabía.

— ¿Qué demonios dices? —Cuestioné. No me había percatado que me puse instintivamente frente a Edward y Bombón, era mi forma de protegerlos.

— Estás loco —murmuró Edward tratando de no sonar descolocado. En cambio su semblante podía notarse sin color—. Llamaré a la policía sino te marchas.

El gesto del hombre se relajó.

— Quiero hacer las cosas bien, de hecho así hubiera sido de no ser… —dudó—. Mi esposa y yo estamos desesperados por recuperar a la niña.

— ¿Tu esposa? —inquirí—. Creo que te estás confundiendo de… —mi voz se apagó cuando la vi. Era la misma mujer que había estado en el apartamento, la misma que estos meses me había saludado cada que coincidíamos—. Tú —susurré.

La mujer enganchó el brazo en el del tipo y me miró con un gesto que no supe descifrar. Era Leah.

— Debe haber un error —habló Edward tan confundido como yo.

— Ningún error —expresó el hombre—. Esme y yo fuimos novios antes de que me abandonará para irse con…

— ¡Eso no es verdad! —Exclamé—. Esme era mi hermana y nunca haría algo así.

— No tengo porque mentir —increpó él—. Ella me abandonó por otro y tengo pruebas que demuestran que estaba embarazada de mí.

Puso frente a nuestros ojos una fotografía de Esme. Él también aparecía y estaba besando el vientre plano de mi hermana mientras ella sonreía ampliamente.

Sentí una opresión en el pecho y lágrimas saladas salieron de mis ojos hasta mi boca. Empecé a llorar.

No podía asimilar las palabras del hombre.

Todo era tan confuso.

Esme. Carlisle. Sam.

Bombón.


Hola. La vida les cambió en segundos a nuestros protagonistas y tal parece que los seguirá sorprendiendo. Ojalá me acompañen en esta nueva etapa de la historia. Y puedan compartir sus opiniones conmigo.

Para quienes gusten ver el tiktok que Alice envió a Bella de Bombón las invito a unirse a mi grupo: link en el perfil.

Disculpen. En esta ocasión no pondré los nombres de quienes amablemente comentaron el capítulo anterior. No son visibles los nombres de cada lectora.

Gracias totales por leer 🍭