一C-creo que ya está listo, amo… 一dijo Mira cuando creyó tener la información necesaria y la que requería, por supuesto.
一¿En serio? 一Natsu levantó una ceja con burla, seguía mojado y escurriendo aromático té verde, pero eso no era sorpresa para ninguno de los tres involucrados.
一Sí, eso creo, amo…
一¡Bien! 一dio una gran palmada para hacerla espabilar a ella y a Lucy, que seguía mirando todo a la distancia一 Ya va siendo hora de que me vaya, ponme las cuatro galletas en una orden para llevar, por favor…
一¡Por supuesto, amo!
Mirajane tomó el plato de las galletas y dio media vuelta, caminó un par de pasos y con una cara llena de maravilla se dirigió hacia Lucy, que permanecía en silencio y quietecita, temerosa de desplazar cualquier músculo un solo centímetro. Sentía que si se movía, vomitaría todos sus intestinos… Observó a su amiga, y como ésta con orgullo levantó un pulgar en alto, dejando volar su imaginación muy lejos. Muy, muy, muy lejos…
De reojo vio a Natsu Dragneel, que asentía y sonreía pícaramente. Una ligera (en realidad pesada) ola de decepción la atacó de pronto tomándola por sorpresa. El motivo era que, a espaldas de Mira, ese hombre que parecía tan inalcanzable y que siempre idealizó en sus fantasías, no parecía ser nada indiferente a su compañera de trabajo. Al contrario, no dejaba de verle las piernas y el trasero, entallados en esas medias y esa fada.
No era más que un cerdo como todos los demás clientes masculinos que ponían un pie en ese lugar.
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一Yo creo que son como catorce centímetros 一escuchaba a Mirajane a medias, ya era la hora de cierre y Lucy hacía corte de caja mientras su amiga lavaba la loza, un par de chicas más estaban en bodega haciendo inventario一, ¡ya decía yo que hubiera sido una lástima que fuera diminuto! ¡Es que la regla de los asiáticos no podía aplicar con un hombre como él!
Y claro… Mira no había dejado de hablar de lo ocurrido en la tarde, ya sin pudor y en voz alta. Comenzó una vez que se fue el último cliente del día y el letrero que tenía la palabra "Cerrado" colgaba en las puertas de cristal. No había forma de detenerla, incluso cuando las otras chicas y la misma Lucy trataban de hablar de otra cosa, ella se encargaba de volver al tema de alguna o de otra forma.
一Por última vez, Mira… No es una "regla", sólo es algo que se dice… 一rodó los ojos, tratando de no distraerse demasiado con las cuentas.
一Sí, como digas… Yo creo que erecto y listo para la acción debe llegar al menos a los diecisiete o dieciocho centímetros, no es el más grande, pero si se sabe mover… Son al menos seis horas de un motel decente con diversión garantizada… Es decir, porque no se ve de la clase de sujetos que te lleve a uno barato, puede que no invierta bastante en algo casual, pero tampoco creo que sea un patán… ¿Le gustará hacerlo sin condón? Si es el caso, espero que tenga sus estudios de laboratorio al día y a la mano… ¡¿O crees que sea de los que son atrevidos y les atraigan los lugares públicos y la adrenalina de ser atrapados…?!
一No tengo idea 一suspiró Lucy, pasando un fajo de billetes por sus manos, contándolos para asegurarse de que la cantidad de los registros coincidiera con el dinero de la caja.
一Pienso que no le soy indiferente, es decir, sino… ¿Por qué razón me dejó adivinar su talla tan descaradamente? ¡Además me estaba viendo el trasero después!
Lucy apretó los dedos sobre los billetes un poco, rígida. Eso era algo que había decidido no contarle a Mira, llevada a ocultarlo por un acto egoísta que identificaba muy bien.
一¿Te diste cuenta? 一preguntó.
一¡Claro que me di cuenta! Esos ojos… parece que son la boca que escupe fuego del dragón que tiene tatuado en el cuerpo… Apuesto a que en una o dos semanas ya pasó por mis bragas… La próxima vez que venga, voy a pasarle la cuenta y por debajo, una servilleta con mi número de teléfono, te aseguro que llamará esa misma noche, así que serás la encargada de decirle al jefe al día siguiente que me enfermé o algo. No te molesta, ¿verdad?
一Como sea… 一susurró.
Mirajane siguió hablando y hablando, pero Lucy dejó de escucharla en realidad y tronó la lengua muy bajito. Hubiera lanzado una sonora trompetilla de haber estado sola. Había tenido que reiniciar de nueva cuenta el conteo del dinero de la caja porque su compañera de trabajo no la dejaba concentrarse como era debido.
Eso, y el hecho de descubrir que le molestaba de más saber que Natsu Dragneel, en realidad, sí deseaba a su amiga. Terminó comparándose con ella nuevamente y otra vez llegó a la conclusión de que no importaba, era siempre lo mismo. No era de extrañarse:
Mirajane Strauss era de estatura promedio, pero estaba muy bien proporcionada, con unos enormes pechos talla C y una cadera de 89 centímetros. No sabía exactamente cuánto medía su cintura, pero debía ser pequeña, porque con el corsé del traje pasaba a ser una cosa ridículamente estrecha. Además de unos ojos azules preciosos y un largo cabello color albino y lacio.
El único defecto que tenía era que hablaba demasiado y como no era precisamente un genio, sus conversaciones no eran muy profundas. Eso, y que muchas mujeres se referían a ella como una "puta", pero todo eso no les importaba a los hombres con tal de llevar su trasero a la cama porque allí, todo ese verborreo que salía de su boca se convertían en gemidos y para coger no era necesario ser muy inteligente.
Además, ella se divertía. Tenía muy en claro quién era y los comentarios de las demás le entraban por una oreja y le salían por la otra, se sentía bien con ella misma. A ojos de Mira, todas aquellas mujeres que la criticaban o eran vírgenes o jamás había experimentado un orgasmo (de los buenos) en su vida. Sólo le tenían envidia.
Lucy también le tenía un poco de envidia, debía admitirlo, pero sorprendentemente se llevaba bien con ella. Fue la primera en recibirla y apoyarla durante el primer día de trabajo y usualmente solía ignorar gran parte de lo que decía y no había mayor complejidad en fingir que la escuchaba del todo.
No obstante, por algún motivo, y pese a que ya tenía claro que no tenía ninguna oportunidad, ni que tampoco podía compararse con su amiga… Cuando se trataba de ésta y su avance con Natsu Dragneel, no podía dejar de poner atención a cada una de las palabras que salían de su boca e irritarse cada vez un poco más.
