一¿Sabes? Eres mucho mejor de lo que pensaba… 一decía Gray, mientras continuaba acercándose a ella, paso a paso y tortuosamente, relamiendo sus labios, mordiendo el inferior. Haciendo retroceder a Lucy cada vez un poco más, elevando su temperatura corporal, tratando de mantenerle la mirada y no fallar en el intento一 Pero, de todos modos, ¿qué pensabas poner en el correo? No conoces el número de habitación y aquí somos clientes distinguidos, sospecharían de todos antes que de nosotros… Y para ese entonces, tú ya estarías maniatada, de nuevo en la maletera… 一amenazó, Lucy permaneció en silencio, no había reparado en ese punto hasta el momento一 Suite 777… 一aclaró. A estas alturas, él ya la había acorralado contra su cuerpo y la pared, con uno de sus brazos por encima de la cabeza de Lucy, recargándose del antebrazo. Bloqueando cualquier escapatoria con la otra mano a la altura de su cuello, sentía la presencia de él cerca, demasiado cerca一 Te has quedado sin palabras 一se agachó susurrándole en la oreja, activando sus terminaciones nerviosas y poniendole la piel de gallina一, ¿no vas a enviar el tonto correo? 一la desafió, haciéndola enojar más一 Hazlo si te atreves… 一logró lo que quería: que Lucy empuñara ambas manos y su ceño se frunciera, y cuando ésta abrió la boca para responderle, la besó.
Ver cómo ella se retorció bajó su cuerpo debido a lo furiosa que estaba lo puso duro de inmediato. Trataba de alejarse de él pero era mucho más fuerte. El hecho de que ella había separado los labios para hablar, le facilitó el acceso y pudo hacer de aquel beso algo húmedo y excitante. Sonrió mientras movía sus labios y su lengua insistentemente contra los de ella, robándole el aliento, sin darle oportunidad para respirar. Mordió sus labios, firme y muy despacio antes de devorarla otra vez, la escuchó tratar de reprimir un gemido… ¡Oh, Dios mío! Las cosas que podía provocar un beso, uno exquisito. Si no se detenía en ese momento ya no podría parar y acabaría arrancándole la ropa y tomándola allí mismo, contra la pared.
Por su parte, Lucy sentía que la cabeza le daba vueltas. En la boca de su estómago se arremolinaba una sensación nueva que mezclaba la furia que ese hombre le había provocado antes de comerle la boca, la confusión porque no podía creer que se estuviera besando con un completo desconocido y la excitación que le provoca toda esa situación. Esa mezcolanza la estaba haciendo sentir un nuevo y extraño tipo de placer.
Había confirmado nuevamente que él era su captor, porque cuando la raptó pudo sentir que su piel era fría, casi helada, y de lo primero que fue consciente cuando decidió atacarla a besos, fue de la temperatura que tenían sus labios. Al igual que el resto de su cuerpo, eran gélidos y eso no hacía más que enviarle un montón de escalofríos profundos por todo su ser.
Ella había luchado, no quería que la besara al principio, trató de empujarlo, apartarse, desviar el rostro, pero eso parecía motivarlo a continuar. En el punto en el que Gray replegó su cuerpo entero contra el suyo y pudo sentir su firme y gran erección, dejó de resistirse. Había descubierto que las personas podían sentir deseo por otra sin ningún otro tipo de sentimiento de por medio (ya lo había escuchado, pero no creyó que fuera real hasta que lo experimentó en ese momento). De hecho, si le preguntaran qué opinaba de ese sujeto diría que era alguien despreciable y que lo odiaba, merecía estar en la cárcel… Oh, pero cómo se estaba encargando de congelarla con un solo beso, uno delicioso. Y eso era algo bueno, muy bueno.
Hubo instante en que él vaciló, se hizo para atrás alejándose de ella un par de centímetros con los ojos cerrados, y dio un profundo suspiró para recobrar el sentido y el dominio de su propio cuerpo. Ella aprovechó esa abrupta vuelta a la Tierra para retomar su situación. ¡Simplemente no podía besuquearse con su secuestrador! Ni siquiera sabía sus intenciones, además la había provocado y hecho enojar y hasta se había metido con su madre, ¡su madre!
Por unos segundos, la ira ganó por sobre todo ese revoltijo de emociones que armaba una campal en su estómago y, con fuerza y valor que quién sabe de dónde sacó, abofeteó fuerte y directo a Gray para hacerlo retroceder a él esta vez. Cuando él reaccionó, parpadeó varias veces mientras procesaba la información y el ligero ardor caliente que le había quedado en la mejilla.
Estaba, más que molesto, sorprendido. Era la primera vez que una perrita se atrevía a golpearlo justo después de haberla besado. Usualmente, después de hacer eso, todas le rogaban para que dejara que se la chuparan. Lucy Heartfilia lo había golpeado.
一Auch… 一fue lo único que pudo que pudo salir de su estupefacta boca.
一¡Eres un animal asqueroso! 一le gritó Lucy, de nuevo, sin pensarlo y entonces le escupió en los zapatos. Él observó el escupitajo dos segundos antes de responderle…
一¿Y el asqueroso soy yo? 一preguntó disgustado.
Tuvieron una corta, silenciosa y ansiosa lucha de miradas antes de que Gray se declarara perdedor de la misma al volverse víctima de un ataque de risa por lo bizarro que resultaba todo eso.
一¡Ese bastardo, imbécil, inútil tenía razón! ¡No sólo tienes un trasero de muerte, también eres muy graciosa! 一hipó entre risas一 Pero eres demasiado salvaje para mi gusto 一aclaró, haciéndola enojar de nuevo一. Si no fuera por eso, ya estarías atada a la cama, desnuda y conmigo encima tuyo experimentando los límites del placer… ¡Claro, eso y que además de que eres muy vulgar, él me cortaría la cabeza de un tajo si yo hiciera eso! ¡Ah, por cierto! Será mejor que no se entere de nuestro beso… Aunque haya sido el mejor de la vida.
一¡¿Y por qué no?! 一reclamó, no sabía ni a qué se refería, pero algo la hacía querer pelear con Gray todo el tiempo一 ¡Se lo diré! 一(aunque no sabía a quién se lo iba a decir exactamente)
一¡Oh! Claro que no lo harás… 一aseguró burlón.
一¡Tú no me obligas!
一No se lo dirás porque si se entera de lo que acaba de pasar, mi cabeza no va a ser la única que va a rodar…
Ali se aterrorizó y el hecho de que Gray se haya reído de lo que acababa de decir con tantas ganas volvía el asunto más lúgubre.
一¡No estoy entendiendo nada! 一gritó frustrada.
一Pronto lo harás 一aseguró.
Y, por algún motivo extraño, Gray se quitó la camisa (¿acaso ese habito que estipulaba que debía hacerlo cada quince minutos también existía en ese universo, o por qué ese extraño comportamiento?).
一Ya es hora de que pasemos a asuntos más importantes, ¿has oído hablar de los "Yakuza"?
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Bueno, antes de que me tiren de pedradas, les aseguro que este fic es Nalu, pero Gray es muy importante para la historia, por eso lo que acaban de leer. Si quieren verlo como triángulo amoroso, esta bien de momento. Sólo quería aclararlo por había un fan purista por allí.
