Advertencia: El siguiente capítulo contiene contenido fuerte y que puede resultar desagradable para personas sensible (cuerpor muertos y desnudos). Lease bajo su propio riesgo.

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La cosa con el hotel Fairy Hills es que existen varios rumores y leyendas urbanas alrededor de su existencia y su éxito. En realidad, nadie sabe con exactitud en qué momento fue construido ni tampoco cuándo fue que se inauguró. Es de esas cosas que la gente asume porque sí, porque la aparición repentina de edificaciones, negocios y locales es una cosa de todos los días y de la vida cotidiana de la población, más en las ciudades grandes y movidas como en la que se encontraba funcionando. Es por eso que cuando el Fairy Hills comenzó a tomar fuerza dentro de la competencia económica, nadie se preguntó de dónde había salido ni la fórmula de su éxito, era como si ese hotel llevara formando parte de la vida de las personas desde siempre.

Por supuesto que, los más curiosos, si llegaron a cuestionarse de vez en cuando de dónde había salido al ver su magnificencia y, de ahí, habían surgido todos esos parloteos populares que a veces eran deducciones sacadas totalmente de las fantasías y otras, de cosas que la gente había visto y que eran más o menos verdad en algunos puntos. Sin embargo, nunca nadie había desmentido ni comprobado nada al respecto dentro del universo diegético en el cual se desarrolla nuestra esos rumores no son lo mismo para nosotros, que ya confirmamos dos de los más famosos:

Estaba manejado por la mafia extranjera, en éste caso, los Yakuza y era perteneciente a la red de negocios secundarios de Fairy Tail.

Era un edificio alto y entre más arriba está tu habitación, más lujo tiene…

No obstante, hay una segunda parte de este rumor que casi no es mencionada por miedo, por discreción a temas sensibles, por ignorancia de las personas al respecto o por lo que fuera, pero que también estaba estrechamente relacionado con el primer punto: Mientras más arriba, más lujo pero también, mientras más abajo, más turbio se vuelve el lugar.

Este dicho nació debido a una extraña pero irrefutable regla a la que todos los que van a solicitar empleo allí se les hace mención y deben conocer, estar de acuerdo, y respetar sin objeción alguna si es que quieren ser contratados. A partir de la planta baja que es en donde está la recepción, hay diez botones más en el ascensor que descienden a los sótanos. Se dice que hay una cláusula en el contrato de los trabajadores en donde les queda estrictamente prohibido ir más allá del sótano tres, que es el último estacionamiento del hotel, y nadie sabe por qué. El contrato también estípula que está prohibido hacer cualquier tipo de pregunta o indagar al respecto sobre eso, o sobre por qué el ascensor no tiene botón para ir al sótano número cuatro y salta del menos tres al menos cinco.

Cuenta la leyenda que una vez un B-cuber famoso que se dedicaba a subir videos a B-cube solicitó trabajo como encargado de intendencia porque estaba dispuesto a desenmascarar el misterio de Fairy Hills y subir lo que hubiera en los sótanos a su canal para generar vistas y, con ello, mucho dinero también, por supuesto. Bajó por las escaleras con su cámara, puesto que llegar al sótano cuatro es imposible por el ascensor (o eso se piensa) y no se le volvió a ver hasta después de un par de semanas con un corte nuevo y otro color de cabello, además de un par de cirugías estéticas. Estaba subiendo un último video, sentado en el piso y con un fondo completamente blanco a sus espaldas, explicando que se retiraba de la plataforma para siempre, sin dar ningún motivo coherente en realidad. Sus fanáticos dijeron que no era él y que, incluso, parecía ser otra persona totalmente distinta que se le parecía. Cuatro días después el canal fue eliminado junto a todo su contenido y jamás se supo nada más. En un momento explicaremos por qué la afición al número cuatro, no coman ansias.

Bueno, recurriendo a mis facultades como narrador de la historia nuevamente, puedo decirles que todo lo anterior es más o menos cierto. El B-cuber sí desapareció, pero el del video no era alguien que se le parecía, en realidad era él después de un par de lecciones para aprender a no meterse en donde no le importa. El resto del rumor es totalmente real, el misterio detrás del éxito del Fairy Hills no es la hotelería, eso es una fachada para cubrir los negocios que realmente ocurren en el resto de los sótanos. Va desde tráfico de drogas hasta trata de blancas y venta de órganos. Pese a que contamos la historia de forma un poco cómica, la verdad es así para aminorar un poco el peso del horror que debe causarles saber la gravedad de las cosas que ocurrían allí. Algo así como tomar una cucharada de miel antes de beber el jarabe de hígado de tiburón, aún sabe mal, pero como que el sabor se disfraza un poco.

El peor es el sótano número cuatro. El motivo es que en japonés hay dos maneras de decir "cuatro". La primera es yon la cual no tiene nada de malo y por ende es la más popular y utilizada cotidianamente, pero en la segunda forma es en donde está la trampa: shi. El sonido es exactamente el mismo que se utiliza en la lectura china para el kanji que expresa la muerte. Los japoneses suelen evitar ese número porque se dice que es de mala suerte por ese mismo motivo, no obstante, nuestros queridos yakuzas se burlan de todo eso y para la familia de la flor de loto, quiere decir que el sótano cuatro es el lugar de los sentenciados. ¿Ya lo captaron? En ese lugar se ejecutan los que la familia considera que deben ser ejecutados.

Sting Eucliffe estaba allí.

Todavía se encontraba vivo pero las personas que lo vigilaban únicamente estaban esperando a que se diera la orden para darle el tiro de gracia. Llevaba en ese lugar húmedo, frío y pestilente a muerte desde la madrugada del sábado y habían estado divirtiéndose bastante con él, por lo que tenía la cabeza cubierta por un saco de lona, estaba desnudo y el cuerpo lo tenía cubierto de varios moretones y heridas abiertas. Aún no habían mutilado nada, lo tenían prohibido, pero apenas lo alimentaron y le dieron agua, así que estaba bastante mal.

Mirajane Strauss no sabía eso, motivo por el cual en esos momentos, al mismo tiempo, estaba aprovechando su tiempo de descanso para ir a la estación de policía a levantar una demanda en su contra por la desaparición de Lucy Heartfilia, quien se encontraba aún dormida entre los brazos de Natsu Dragneel quien la veía descansar plácidamente sin tener idea de nada, mientras Homura Kogetsu llevaba esperándolo en el sótano de las apuestas desde en la mañana y Gray Fullbuster se aproximaba a la habitación de la pareja para recordarle que la había citado allí y que todavía no iba a verla…

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Gray tocó la puerta un par de veces antes de entrar, no quería arriesgarse y encontrar a su mejor amigo y superior encima y adentrado en la cremosa piel de Lucy. Sería bastante raro e incómodo a decir verdad, y era algo que no es que estuviera muy ansioso por ver. Iban a dar las diez y treinta de la mañana en el reloj.

一Adelante… 一escuchó la voz de Natsu darle acceso. Aún estaba ronca, por lo que parecía no tener mucho rato despierto.

Giró la perilla y entró.

Cerró los ojos con fuerza de inmediato, sabía que debía esperar un poco más antes de ir a verlo, pero también le costaba admitir que sentía demasiada curiosidad y no había aguantado de ir a darse una vuelta en cuanto encontró la excusa perfecta para hacerlo. No los había encontrado en plena acción, pero sí con las piernas enredadas bajo las cobijas y la piel desnuda en extrema cercanía. Lucy dormitaba sobre uno de los brazos de Natsu y este se quedaba quieto, tal vez contando el intervalo de respiraciones que la mujer hacía al dormir.

一¡Dios mío, Natsu! 一exclamó molestó, cubriendo su vista一 ¡Por algo toqué la puerta antes!

一¡No me digas que ahora eres tímido, Gray! 一rió, su voz retumbó roncamente en su pecho一 ¡Pero sí ya me has visto denudo varias veces!

一¡No eres tú, idiota! 一se quejó一 Es ella… Si me atrevo a mirar de más aunque sea por accidente, me vas a enviar al sótano número cuatro… 一explicó.

一Si es por accidente, no te enviaría al sótano número cuatro 一dijo Dragneel一, si acaso te dejaría de hablar un par de horas. Claro que, la cosa cambia si es a propósito porque sería traición…

一No pasará 一aseguró Gray, aún con los ojos cerrados一. Ahora, ¿podrías hacerme el favor de cubrirla bien con algo para que pueda pasar a asuntos más importantes… ?

Porque si Natsu no la cubría pronto, algo volvería a despertar entre las piernas de Gray y no podría disimularlo tan fácilmente. Dragneel tomó la sábana de arriba y la extendió con cuidado para cubrir a Lucy hasta la mitad del rostro.

一Listo, ya puedes mirar.

一Bien 一Gray suspiró aliviado一. Venía a verte porque necesitas atender un par de cosas hoy. Por ejemplo 一modificó su tono de voz para que sonara a un regaño no tan severo一 Homura lleva en los sótanos desde en la mañana 一y lo tenía muy claro porque había pasado la noche con ella y sintió cuando se había ido al rededor de las siete一, dice que te está esperando. Pidió que le llevaran el desayuno, pero no se ha movido porque tú la citaste.

一Hace rato mandé a decir por teléfono a los idiotas del casino que le avisaran que tardaría un poco más 一aclaró molesto.

一Y lo hicieron, pero ella aún no se ha movido de todos modos… Ya conoces a Homura, es alguien muy leal.

一Maldita sea 一murmuró entre dientes, ya había comenzado a sentirse culpable otra vez一. Iré en unos momentos.

一Y otra cosa… 一añadió Gray一 ¿Qué quieres hacer con Sting Eucliffe? Seguimos esperando órdenes. Dejó de maldecirnos ayer, pero creo que es porque tiene la garganta seca…

一Dale un vaso con agua y un pedazo de pan, después, atenlo de manos y pies, que se espante otro poco… La que va a decidir su destino va a ser Lucy. 一aclaró, sin dudar ni un sólo momento.

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La rubia se revolvió entre las cobijas con pesadez cuando el sol comenzó a darle en la cara alrededor de las once de la mañana y la inevitable luz del día comenzó a molestarla. Nadie puede seguir durmiendo cuando ya todo está iluminado a tus alrededores, incluso puede llegar a ser molesto.

Había tenido un descanso maravilloso, ya había olvidado la última vez en que dormir tan profundo le había parecido algo sumamente delicioso. Cayó de largo, tendido, y sin tener consciencia de sí misma por un buen rato. Cuando abrió los ojos, los colores se le subieron a la cara cuando lo primero que se encontró fue el dragón sobre la piel y los pectorales de Natsu, y también se descubrió desnuda. Durmió tanto que abrir los ojos y encontrarse a sí misma en ese estado parecía algo irreal, si era posible pensar que las cosas eran todavía más fantasiosas de lo que ya le habían estado pareciendo hasta ese momento.

Elevó su mirada y se topó con los rasgados, burlones y negros ojos de Natsu Dragneel quien había despertado desde hacía rato pero que había decidio verla dormir sólo porque sí, porque le parecía una preciosa vista. Se sentía como un niño que finalmente había obtenido el regalo que quería por parte de Santa Claus. Había esperado demasiado tiempo para eso. Se quedaron unos instantes mirándose fijamente unos segundos hasta que la tensión creció nuevamente y entonces, Natsu se inclinó hacia ella con la intención de besarla nuevamente, pero ni bien estuvo a un centímetro de sus labios y recién hubo cerrado los ojos, ella colocó ligeramente los dedos de sus manos sobre su barbilla para detenerlo suavemente. La miró confundido, pero ella le sonrió y decidió esclarecer sus dudas antes de que el las externara formalmente con palabras.

一Lo de ayer fue increíble… 一murmuró一 Pero antes de que ocurra cualquier otra cosa, necesito respuestas, y muchas. 一aseveró.

Natsu pensó en silencio unos instantes.

一¿Qué clase de respuestas, exactamente? 一estaba dispuesto a dejarle saber todo lo que ella quisiera saber, siempre y cuando no tuviera nada que ver con sus negocios más oscuros. Esperaba que no fuera una mujer demasiado curiosa o perdería un poco el encanto con el que lograba seducirlo con una simple mirada.

一Necesito saber con exactitud qué está pasando…

一¿A qué te refieres con eso? 一enarcó la ceja divertido一 ¿Qué no es obvio?

一No lo es, ¿quién eres tú realmente y por qué fui traída hasta aquí? 一exigió saber, de ser necesario, lo acorralaría con la mirada hasta asegurarse y estar completamente convencida de que Natsu hablaba únicamente con la verdad. No aceptaría otro tipo de respuestas.

一Creí que Gray ya te lo había dicho todo, ¿no lo hizo?

一Sí, pero me cuesta creer que sea cierto… 一Natsu suspiró.

一Soy Natsu Dragneel, tengo veinticinco años, como mi nombre lo indica, soy japonés y provengo de Fairy Tail. Soy el hijo menor del jefe de la familia y este hotel es manejado por la misma, te traje hasta aquí porque quiero que seas mi amante, Lucy Heartfilia…

Allí estaba, la misma historia que ya había oído y, sin embargo, aunque ahora lo escuchaba de los labios del mismo Natsu, todavía seguía sin ser una historia muy real y convincente.

一Entonces, ¿es en serio? 一murmuró para sí misma, pero Natsu la escuchó y se limitó a asentir一 ¿No es una broma?

一¿Por qué tendría que estar bromeando? 一enarcó una ceja, un poco molesto一 A mí no me gustan las bromas… Me parecen de mal gusto. 一aclaró de manera enfática, pero Lucy apenas y le puso atención a esto. Estaba totalmente inmersa en sus propios pensamientos, tratando de asimilar (una vez más) que todo lo que estaba ocurriendo, no era un sueño.

一Sting Eucliffe… 一susurró, inconscientemente , recordando una de las primeras respuestas a todas sus preguntas que se le habían ocurrido y también la que creyó, era la más coherente.

一¿Qué tiene que ver Sting Eucliffe aquí? 一cuestionó Natsu, tratando de ocultar la ligera oleada de celos que le subió desde el estómago, pasando por el esófago hasta llegar a amargarle la boca.

Los ojos de Lucy se abrieron con sorpresa y volvieron al presente al escuchar la pregunta (en realidad, escuchando el contexto oculto que podrían tener esas palabras para ella y no lo que el asiático había dicho en realidad). Finalmente sus orbes estaban enfocando a Natsu de nuevo, pero esta vez con un poco de curiosidad, sorpresa y quizás molestia mezclándose todo junto dentro de sus pupilas.

一¿Cómo? ¿Tú conoces a Sting Eucliffe? 一preguntó, deseando internamente que no fuera así, pero él asintió y entonces, ella pareció enfurecerse de pronto一 ¡Claro! Eres una estúpida, Lucy… 一se recriminó. Las tripas ya comenzaban a anudarse en su interior de a poco nuevamente.

Enfurecida, se dio media vuelta y trató de cubrir su cuerpo lo más que pudo. Había comenzado a sentir vergüenza de sí misma por haber caído de nuevo. ¡Al parecer Sting sí estaba involucrado en todo eso! Y, en realidad, no le sorprendía, siempre supo que había algo turbio en los negocios de aquel hombre, pero jamás lo había creído capaz de hacer amistad con la mafia y, mucho menos, con la japonesa. Aunque si lo pensaba con calma, tenía sentido, ¿de qué otra manera Natsu podría conocer a Sting?, además, también era la única forma en la que Natsu Dragneel se fijaría en ella. Si era para apoyar a un amigo, entonces claro que aceptaría tener sexo con una desconocida a la que apenas conocía, era un hombre, después de todo. Y a él le gustaba Mira, había que recordar eso, a ella era a la que le había visto todo cuando asistía al café cada vez en el último mes. De seguro a Natsu también le parecía sumamente gracioso haberse burlado de ella y que hubiera caído tan fácil.

一Sólo espero que esta vez no haya habido cámaras… 一susurró, ciertamente herida.

Natsu, confundido, trató de acercarse nuevamente un par de veces, pero ella se apartó en cada ocasión. ¿Qué había pasado? Hasta hace unos momentos, habían estado durmiendo juntos después de hacer el amor como locos la noche anterior, y ahora ella mencionaba… ¿cámaras? Era un hombre caliente y con gran apetito sexual, eso lo tenía bastante claro, pero no se consideraba capaz de llegar a ese nivel de fetichismo como para grabarse a sí mismo haciéndolo, por no decir que consideraba eso algo verdaderamente tonto, por no decir narcisista (aunque claro, tal vez se lo pensaría si Lucy le pedía intentarlo, pero esa es otra historia).

一¿De qué estás hablando? 一le preguntó一 No estoy entendiendo nada, Luce…

一¡Aléjate! 一le gritó violentamente al siguiente intento que él hizo por verle la cara.

一Pero…

一¡Espero que tú y Sting disfruten del video! 一dijo al borde de las lágrimas一 ¡Par de cerdos, imbéciles! 一dejándose llevar por sus sentimientos, Lucy giró nuevamente sobre su cuerpo para golpear a Natsu con rencor, ira, y resentimiento.

一¡Oye…! 一pero él detuvo su mano con facilidad, poco a poco, comenzaba a perder la paciencia. Verla de esa manera no le ayudaba mucho, de pronto parecía que ella lo odiaba profundamente y le desesperaba no saber el por qué de las repentinas acciones de Lucy一 ¡No sé qué clase de película te montaste en la cabeza pero…!

Lucy rodó los ojos con ironía, como si todo lo que hubiese estado viviendo hasta el momento, no pareciese ya una mala película de acción. Si realmente fuera una una producción real, desde ya, la cinta estaría nominada a todas las categorías del festival Razzie por ser lo peor del cine y muy probablemente arrasaría con los premios la noche del evento. Empezaba a sentirse realmente muy sucia e incómoda con todo, pero sobre todo, consigo misma.

一¡No necesito más tontas explicaciones! ¡Sólo lárgate y déjame en paz! Quiero ir a casa ya…

一Lucy… 一susurró Natsu, medio comenzando a captar por dónde iba todo ese asunto一 Parece que ha habido una confusión extraña y no has entendido muy bien pero, tú ya no vas a volver más a casa.

De pronto, comenzó a sentirse muy asustada.

一¿Q-qué? 一cuestionó, quedándose sin aliento con ese único monosílabo.

一¿Qué parte de "amante del hijo del jefe de la familia" no entendiste? Ahora me perteneces…

Así como la primera vez que Gray Fullbuster intentó explicarle algo el primer día que estuvo secuestrada y ella no pudo contenerse, tampoco pudo aguantar con Natsu Dragneel, y acabó por estallar en nerviosas y escandalosas risas que sólo enfurecieron aún más a su acompañante.

一¡¿De qué mierda te estás riendo?! 一espetó Natsu iracundo.

一¡Dile al bolas lampiñas de Sting que esta broma ya fue muy lejos! 一hipó.

¡Qué no estaba bromeando, joder! Natsu ya no sabía qué hacer para que Lucy le creyera, así que no halló más remedio que mostrárselo con sus propios ojos. Se levantó de la cama y buscó su pantalón de entre las prendas regadas por el piso. Cuando lo encontró, se lo colocó y una vez abrochado, sin nada más encima, volteó a ver a Lucy y, sin darle tiempo a reaccionar, se abalanzó sobre ella para sujetarla de la muñeca como pudo y le dijo demandante:

一Tápate con lo que puedas, quería esperar un poco para esto pero, dado que no eres capaz de creerme, estoy a punto de mostrarte qué tan amigos somos yo y Sting Eucliffe.

一Espera, ¿qué…? 一no le dio tiempo de acabar la frase.

Tuvo que dar un ligero, pequeño y agudo grito cuando comenzó a llevarla a rastras consigo hacia afuera de la habitación. Apenas y le había dado la oportunidad de tomar la sábana de la cama y cubrirse lo importante con ella, al menos lo suficiente para no dar un espectáculo nudista público. Mientras al mismo tiempo trataba de no tropezar con sus propios pies descalzos por tratar de seguirle el paso a Natsu.

El peor y más bochornoso momento fue cuando salieron al pasillo con dirección al ascensor y en el camino se toparon con una mujer mayor, ataviada con ropas finas de lujo y que tenía aire de lucir como alguien muy importante del medio burocrático. Con movimientos de lo más recatados, la abuela se llevó ambas manos enguantadas a los ojos en cuanto los vio aproximarse, pero segundos después, hizo una apertura entre sus dedos…Natsu semidesnudo era un delicioso espectáculo masculino, y la abuela hubiera sido muy tonta si de verdad decidía perderselo por completo.

Una vez solos en el ascensor (Natsu se había encargado de sacar a los demás huéspedes que lo utilizaban con la excusa de una emergencia médica) y con las puertas cerradas, se acercó a los botones que tenían los números de los pisos y, por supuesto, los sótanos, pero al no haber un número menos cuatro, mientras apretaba una secuencia de botones, comenzó a recitar lo que parecía ser una canción que cualquier maestra de preescolar podría cantarle a su grupo de niños mientras se tomaban todos de las manos y jugaban a la rueda…

一Dos tortugas kappa nadaban por el río, seis mariposas los coronaron con flores, pero dos camarones rojos celosos se las robaron…

Lucy observó cada uno de sus movimientos con mucha atención, tratando de hacer la cuenta en su cabeza, pero era un poco más complicado de lo que parece porque nunca te dicen qué clase de operación estaba haciendo, al menos no de manera directa. No obstante, cuando él terminó de apretar botones, el ascensor comenzó a descender rápidamente, como si alguien hubiera cortado uno o dos cables que los sostenían. Lucy se aferró al brazo de Natsu un poco asustada de que el aparato fallara (no tenía idea de que pronto se asustaría por cosas mucho peores) mientras sentía cómo su estómago se le subía a la cabeza por efecto del movimiento, sentía que si abría la boca, vomitaría sus entrañas. Segundos después, y todo lo contrario a lo que imaginó, la cabina en la que iba se detuvo muy suavemente, como si hubieran aterrizado en un grueso colchón de aire y las puertas se abrieron exactamente en el misterioso sótano número cuatro.

Lo primero que uno veía al bajar del ascensor era una imagen totalmente contraria a lo que se pudieran imaginar de un sótano. Había un amplio pasillo tapizado por una elegante alfombra color vino que insonorizaban los pasos de quienes llegaban. Eso sí, las luces amarillas estaban un poco bajas, como si estuvieran tratando de ahorrar electricidad o incluso, como si no quisieran que sus sombras perturbaran a las presas que ocultaba celosamente el lugar, pero había muchas lámparas por lo que ver con claridad no era un obstáculo. Incluso, por momentos la atmósfera parecía acogedora y completamente normal. Exactamente el tipo de ambiente que uno espera encontrarse en un hotel durante las vacaciones.

Natsu y Lucy caminaron en silencio los primeros metros de aquel misterioso pasillo, pero cuando tuvieron que dar vuelta a la izquierda, él se detuvo unos instantes y le murmuró suavemente al oído…

一No tienes que ver todo si no quieres, no es necesario, puedes cerrar los ojos y yo te indicaré cuándo abrirlos… 一aconsejó.

Lucy no captó mucho de lo que dijo al principio... ¿Entrar? ¿Cómo? ¡Pero si ya estaban adentro del hotel! No obstante, esa duda se esclareció en cuanto dieron la vuelta, finalmente. Al virar, un poco más adelante, una fila de torniquetes plateados de metal frío cortaban el paso. Eran como los que estaban en las entradas los parques de diversiones o en las albercas públicas, no obstante, en cuanto Natsu colocó sus dedos en el lector de huellas digitales de uno de ellos y este se abrió para dejarlos pasar, Lucy los relacionó más a los que estaban en los transportes públicos y para los que tenías que tener una tarjeta de acceso. Cuando iba a la biblioteca de su universidad para trabajar en su tesis y tenía que tomar el metrobús o el subterráneo, le gustaba bromear con que era una gran y larga limusina de lujo a la que sólo entraba la gente importante que había pagado una pequeña cantidad de dinero para recargar su tarjeta.

Sin embargo, no había nada gracioso en estos torniquetes, de hecho, pronto supo que eran parte de algo macabro y se le puso la piel de gallina cuando lo comprendió, porque esos torniquetes, eran la entrada a un zoológico y, segundos después, Lucy deseó con todas sus fuerzas haber hecho caso a la recomendación inicial de Natsu.

Por mera curiosidad, había decidido dejar los ojos abiertos. Una vez que pasabas los torniquetes, había a los costados del pasillo varios vitrales gruesos, exactamente como en los zoológicos convencionales, a través de los cuales ves a los monos, a los osos, a los lobos, etc. Y delante de cada uno de los cristales, había una hilera de sillas, como butacas de teatro. Se tuvo que aguantar un grito de horror cuando se asomó por uno de ellos y vio que no había ni monitos, ni ositos ni mucho menos una manada de lobos grises y simpáticos… Se topó con el cuerpo destazado y mutilado de un hombre, cuya cara estaba totalmente magullada e irreconocible. Las partes cortadas colgaban del techo en ganchos, como si fuera una carnicería. La sangre aún goteaba al piso y se había formado un charco por debajo. El sótano número cuatro, era un zoológico de humanos.

Natsu la abrazó fuertemente cuando la sintió estremecerse del horror, escondiendo el rostro de ella entre su pecho para que no viera lo que seguía.

一Mi padre no es la persona más cuerda del mundo… 一le murmuró al oído, planteando y cuestionando si en verdad había sido buena idea llegar al extremo de llevarla a ese lugar sólo para que le creyera一 Lo siento.

Besó su frente y siguieron avanzando, adentrándose cada vez más en ese sitio tan tétrico.

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一¡STING! 一exclamó Lucy, aterrorizada, y golpeó a través del cristal un par de veces.

一No puede escucharte… 一le dijo Natsu con total tranquilidad一 Y aunque no tuviera los ojos vendados, tampoco podría verte. Es un espejo muy especial…

No podía creerlo tampoco, bueno, al menos después de ver eso, no volvería a creer jamás que él y Natsu de alguna manera eran amigos. Su exnovio estaba allí, en ese sitio frío y húmedo, desnudo, herido, maniatado y apenas y respiraba lentamente. Probablemente, si no tuviera una mordaza en la boca, estaría gritando y llorando. Se veía muchísimo más delgado y estaba sucio. Por un segundo, incluso olvidó quién era y todo lo que le había hecho, deseando con todas sus fuerzas correr a abrazarlo, porque estaba temblando de frío.

一¿Qué está haciendo aquí? 一preguntó Lucy con un hilito de voz apenas audible.

一Fue traído aquí la misma noche que tú. Homura hizo un trabajo impecable…

一¿Qué está haciendo aquí? 一repitió.

一Es que… 一suspiró Natsu一 Te hizo daño, ¿no? Ahora es tu turno… Tú decides de qué manera muere…