Pandemónium.

Tony miraba la habitación de las Loud atentamente, a pesar de lo mareado que se sentía por el alcohol que había bebido antes de llegar y por el que estaba bebiendo en ese momento, sabía perfectamente lo que hacía. No creía que lo que fuera a pedir fuera a causar una molestia en Superman. Es más, hasta podía adivinar que le mamaria el pene por pedir lo que iba ordenar que les hicieran.

-¿Los mutantes que están encerrados siguen sin cooperar? –Preguntó, mirando a todos los hombres con batas blancas.

-Ya no hemos entrado a sus habitaciones, ni tampoco les dejamos usar sus poderes desde que… ya sabe, señor, el accidente de hace días. –Respondió el hombre que estaba en las computadoras. –No los hemos asesinado porque no nos han dado la orden.

-Ya veo. –Tony volvió a beber un largo trago de la botella de Vodka. -¿Aun tienen el gas del miedo?

-Sí. No lo hemos usado por los efectos que produce; las personas se volvieron agresivas entre ellas o con miedo.

-Ya veo. Quiero que lo usen en las Loud mañana y liberen a los sujetos que no quieren cooperar. También quiero que les inyecten de esa cosa que los hace más agresivos. –Pensó un momento más. –Se me olvidaba; dejen que Luna use sus poderes, quizás un cuarenta o treinta por ciento de su capacidad.

-Señor, eso es peligroso –comentó con sorpresa –, no creo que sea una buena idea por lo que le hemos comentado que puede hacer. Ni siquiera estamos seguros de que es lo que puede llegar a causar. Pero, creemos, podía salir de aquí sin ningún problema si grita.

-Si pasa, llámenme. –Tomó el resto de la botella de golpe. La arrojó al suelo, luego la máscara de su traje cubrió su rostro. –Tengo unas cosas que hacer, así que me voy… ah, se me olvidaba; quiero que graben todo.

Tony salió de la habitación. El hombre enfrente de las computadoras se quedó pensando un momento sin saber qué hacer.

-¿Crees que debemos hacerlo, Carl?

-No lo sé, Rick. Es peligroso dejar que Luna use parte de sus poderes. –Respondió Carl, sentándose. –Aunque si no lo hacemos podría haber consecuencias. –Suspiró. –Preparen el gas del miedo, los mutantes que no obedecen, incluyan a ese niño, los tranquilizantes en caso de que salga de control, también llamen a Jordi junto con el profesor "X" y los centinelas en caso de que se salga de control.

Rick asintió. Salió de la habitación dejando a Carl solo, quien estaba esperando que no se saliera de control. No podía dejar de pensar que era una mala idea. Las cosas que podrían pasar, mas con Luna Loud. Él había dicho que debían matarla, pero Stan Edgar tenía razón; podía ser de utilidad en caso de que Superman se saliera de control. Y ahora puede que ahora que iban a ver sus poderes en acción, puede que les sirviera para estudiar más sus poderes.

Luna se despertó de golpe. Sintió los brazos de Lily abrazarla fuertemente. Al poder abrir los ojos totalmente observó a Lily en medio de ella y Leni, su hermana mayor la estaba abrazando fuertemente. Le alegraba que aun estuvieran ahí y no se tratara de un sueño o una alucinación. No estaba del todo segura que algunas cosas que había visto el día de ayer fueran del todo reales, como cuando vio a Sam. Pero prefería no recordar eso, más al ver lo que pasó después.

Decidió no despertar a Leni, ni a Lily, quería que durmieran un poco más. Sin embargo, escuchó un fuerte pitido que hizo que Leni y Lily se despertaran de golpe, gritando por la molestia junto con el dolor de sus oídos. Luna, sin embargo, solo se limitó a taparse los oídos. El pitido continuó por unos segundos más hasta que se detuvo.

-¡Despierten de una buena vez, asquerosas mierdas! ¡Es hora de que traguen!

Escucharon la voz a través de un altavoz. Momentos después, debajo de la puerta, arrojaron una charola con comida; tenía arroz blanco, pollo, verduras, gelatina y una botella de agua. A ninguna de les gustaba esa comida. No tenía sabor, ni tampoco parecía que le ponían sal. La verdad era que extrañaban la comida de su padre. Lo que darían por volver a comer un plato que contuviera algo de su comida. Fuera lo que fuera.

-¿Están bien, chicas? –Preguntó Lily, acariciándose las orejas.

-Sí. ¿A ti no te pasó nada, verdad?

-No, hermanita. –Leni acarició su cabello.

-¿Cómo te sientes, Luna?

-Bien. Solo me duele un poco la cabeza. –Respondió mentalmente.

Ahora esa era la única manera en que podía responder porque no podía hablar. Y, en caso de hacerlo, no terminaría bien con decir cualquier palabra. Tomaron las charolas con comida y comenzaron a comer. Luna pensó que la comida era para que estuvieran sanos. A pesar de que no les gustara, anteriormente había visto a Lynn comer este tipo de cosas para bajar de peso. Viéndose a ella se dio cuenta que era verdad, no estaba segura, pero se veía más delgada.

-¿Aun tienes hambre, Lily?

Lo preguntó cuándo vio a Lily comer rápidamente su comida. Su hermanita la vio un momento.

-No, estoy bien…

-Come la mía. La verdad es que no tengo mucha hambre.

Lily iba a negarse, pero Luna le sonrió, haciendo que Lily la tomara.

-¿Segura que no quieres comer, Luna? –Preguntó Leni. Ella negó con la cabeza.

-Ya comí las verduras y el arroz. No tengo más hambre.

Leni no siguió molestándola. Al terminar colocaron las charolas enfrente de la puerta, pero al hacer eso la puerta se abrió. Eso las asustó un poco porque cuando eso pasaba era porque Lincoln iba a verlas y… las lastimaba de maneras que no podían soportar. Aunque no pasó nada; la puerta simplemente se había abierto y nadie entró a la habitación, ni parado en la entrada.

-Quédense aquí. –Ordenó Leni.

-Lily, no te muevas.

Luna salió antes que Leni. Lo cual causó que ella se molestara un poco; pero antes de que le reclamara algo ambas observaron que no había nadie. Eso las confundió. La mayoría de veces, al menos en sus experiencias, Lincoln estaba esperándolas.

-Ven, Lily. –Su hermana se acercó a Luna y Leni, tomando de la mano a ambas.

Comenzaron a caminar por el pasillo, al dar unos pasos escucharon el sonido de parecido al de una fuga de gas. Al ver de qué se trataba observaron que, en efecto, los pasillos se llenaban de un gas de color gris. Todas tosieron un poco al inhalarlo. No era gas. Olía como a algo podrido, era difícil describir el aroma. No soltaron a Lily para evitar perderse entre ellas.

-No se separen.

Luna se pegó contra la pared.

-¡¿Lincoln?! –Luna se quedó helada cuando escuchó a Leni decir esa palabra. Soltó la mano de Lily, para saber dónde estaba Leni, pero lo único que observó fue una luz que hizo que tapara sus ojos.

-¡Perra, hija de puta! ¡Voy a matarte! ¡Te voy a matar!

-¡Luna!

Al voltear observó cómo Lily era jalada por lo que parecía ser un tentáculo. Rápidamente se movió entre el humo o fuera lo que fuera ese gas. Corrió rápidamente hacia enfrente chocando contra una de las pared; le hizo una pequeña grieta, pero lo que más le frustró es que ya no vio a ninguna de sus hermanas, o a donde se fueron. Golpeó la pared con ambas manos la pared haciendo un agujero más grande.

Había perdido a sus hermanas. Era una estúpida. No debió soltarlas. Y lo peor de todo era que Lincoln estaba cerca. Se golpeó la cabeza por haber hecho una tontería.

-¿Me oyen, chicas?

Silencio. Volvió a golpear la pared, pero sintió como en su mano se sentía una sustancia viscosa. Al mirar su mano a la cara pudo observar una sustancia negra, la cual comenzó a volverse más grande y más grande. Sus manos comenzaron a brillar de color azul haciendo que el líquido desapareciera.

-¿Qué mierda crees que haces?

Al voltear observó a un hombre salir de la pared. Su cuerpo estaba cubierto por la misma sustancia. No pudo reaccionar cuando la agarró fuertemente del cabello e impactó su cabeza contra el suelo. La arrojó lejos haciendo que se golpeara contra la pared, nuevamente.

¿Y eso que había sido?

-Debo por ir el puto. Ese hijo de puta me delató solo para quedarse con mi esposa. –Escuchó una voz cerca de ella. –Se la quería coger, por eso mate a su hija. Pero la salve, el hijo de puta se la cogía todas las noches. Voy por ese hijo de puta. Sé que está cerca.

Luna se movió rápidamente hasta que sintió una puerta, la golpeó para entrar. Debía esperar unos momentos hasta que el gas se dispersara. De seguro no tardaría mucho porque ya no estaba tan oscuro como antes. Pero, aun así, no podía ver bien. Por otro lado, o no sabía si era su imaginación, ya que se sentía fuerte. Quizás si…

-Hola…

Fue un susurro tan bajó que basto para que la habitación comenzara a temblar y le salieran grietas. Eso la hizo sonreír. Podía defenderse.

-¿Por qué vas a usar tus poderes? –Luna se quedó en blanco cuando escuchó la voz de Sam cerca de ella. Se levantó, comenzando a buscarla. –Estoy aquí, Luna. –Ella observó su cuerpo totalmente cortado en pedacitos; las piernas y los brazos estaban despellejados; su estómago estaba abierto observando sus intestinos; su cabeza era la única que estaba con algunas heridas. –De seguro querías que me viera mejor, ¿cierto? Lamento decepcionarte, pero, por si no lo recuerdas, me mataste en el momento que gritaste. Y estoy segura que harás lo mismo con tus hermanas cuando hagas lo mismo.

-¿Por qué no te callas si estas muerta?

-¿Por qué no me obligas? –La cabeza de Sam comenzó a reírse. –Las mataras a todas solo por hablar. Ahora, ¿Qué tal si le cantas una canción a Lily? ¿Crees que le hagas lo mismo que a mí? –Luna gruñó, apretó su puño y lo dejo caer contra la cabeza de Sam. Su cráneo reventó, dejando su mano llena de sangre junto con algo de carne.–Sigo aquí, amor. –Luna giró la cabeza donde observó como una cara salía de la pared. –Te voy a comer como querías como antes, como soñabas de como seria cuando estuviéramos en la cama.

La habitación comenzó a moverse volviéndose cada vez más pequeña. Luna volvió apretar sus puños y golpeó la pared, partiéndola en pedazos.

-¡Te encontré! –Un hombre gordo, pero no se veía nada débil. -¡Pagaras por todo, hijo de puta!

Apretó su puño y lo impactó contra el rostro de Luna. Aunque le sorprendió que no quedara hecha puré. Iba a volver a golpearlo, pero Luna le dio un puñetazo en el estómago, golpeó su cara, la agarró y la impactó contra la pared, destruyéndola en el acto. Iba usar su energía, sin embargo, no lo hizo cuando sintió un cosquilleó por su cuerpo y luego cambió por dolor. El hombre la agarró del cabello, golpeó, esta vez, su estómago, variando en la cara. La sostuvo fuertemente de la cara para golpearla con su rodilla.

Luna sintió el dolor extrañó en nariz que le produjo un poco de cosquillas, cuando iba volver hacerlo, la agarró y empujó su cara. Le dio varios golpes en el estómago, haciendo que eso lo dejara sin aire por un momento. El hombre comenzó a emitir una luz de color rojo de sus manos, lo que causó a Luna algo de dolor cuando la agarró fuertemente de las piernas y azotó su cuerpo contra el suelo. Eso la había dejado algo aturdida, y el hombre la cargó para verla directamente a los ojos.

-No sé qué está pasando. Pero, viendo que puedes golpearme, además que tu cabeza no reventó de un puñetazo mío, estoy seguro que algo no anda bien. –El hombre pasó una mano por todo su cuerpo; tocó sus senos y luego su entrepierna. Ya sabía lo que iba pasar ahora. ¿Por qué a todos los hombres con problemas tenían un problema raro con el sexo? –Por lo que siento, tienes un cuerpo muy bueno. Tu cara me dice me dice que no eres mujer, pero donde toque me dice lo contrario. Y aunque fueras hombre, ¿tienes idea de hace cuanto que no tengo sexo?

-Basta…

La palabra fue lo suficientemente fuerte como para que saliera volando. Sus golpes le habían dolido, era fuerte; pero no quería hacerle nada. Dio la vuelta para correr por ahí. El gas ya no cubría la mayoría del lugar y podía ver claramente. Aunque no podía ver a Leni, ni a Lily cerca de ella. Ya se las habían llevado.

-Lindo culito y lindas tetas las que llevas. ¿Quieres coger conmigo, ramerita? –Volteó, vio a un hombre muy delgado parado a unos cuantos metros de donde estaba. –Por eso tuve problemas; esos hijos de puta no me dejaban. Yo podía hacerlo. Tenía el poder. Tenía el derecho. Yo puedo hacer lo que quiera. –Luna no le prestó atención. Su complexión le hizo no fijarse en ese tipo. Puede que solo sea un loco que andaba por ahí. –Eres igual que las otras; nada más porque soy delgado.

El hombre se acercó rápidamente a ella. Luna no se dio cuenta hasta que sintió el puñetazo en su estómago. Ese tipo era más fuerte de lo que parecía; le había sacado el aire. La tomó de la cabeza y la golpeó contra la pared. Iba a usar los rayos de sus manos, pero se quedó totalmente quieta cuando observó la cabeza de su madre rodando por el suelo. No pudo pensar claramente al ver su cabeza.

-Si lo hace, Lincoln dejara sin cabeza a tus dulces hermanitas, y, solo por eso, te voy a odiar.

.Hazle caso a tu madre, Luna. –La cabeza de su padre apareció colgando del techo con una telaraña. -¿Qué tal si le das un beso a papi?

Luna comenzó a moverse frenéticamente al ver las cabezas de sus padres. Eso la estaba aterrando y quería irse de ahí.

-Quédate quieta, zorra. –Luna lo golpeó fuertemente en la mandíbula, causando que cayera al suelo y quedara aturdido por un segundo. Segundo que Luna aprovechó para correr. -¡Zorra! ¡Te voy a coger! ¡Juro que mi pene va entrar en ese hermoso culito!

Luna siguió corriendo. Se detuvo unos segundos después cuando dejó de escuchar pasos. Eso la había aterrado, aunque no era lo único; los sujetos que la estaban persiguiéndola querían violarla, pero ella no los iba dejar, menos ahora que podía usar sus poderes. Sin embargo, también debía buscar a sus hermanas. Nuevamente estaban separadas. Y Lincoln estaba por el lugar, pero, esta vez, podían defenderse; aunque no sabía si pudiera detenerlo. Sobre todo cuando lo había visto lastimar a Leni y Lily a pesar de que se podían defender. Por otro lado, ella nunca había tenido control de su cuerpo cuando Lincoln la iba a ver. Quizás porque sabía perfectamente que podía asesinarlo.

Eso lo sabría ahora.

Se quedó un momento en la pared mientras intentaba comunicarse con Leni y Lily. No lo consiguió, sin embargo, alcanzó a escuchar algo extraño; parecía el aleteó de un ave. ¿Cómo es que estaba escuchando algo como eso? Dejó de intentar comunicarse con sus hermanas para prestar atención a su alrededor. Pero no observó nada extrañó. ¿Qué estaba pasando?

Sus piernas comenzaron a fallarle, se sentía cansada, mucho. Se sentó en el suelo para intentar recuperar energías. Era raro que ahora se estuviera sintiendo de ese modo. Se acarició el cabello; sin embargo, sintió como algo caminaba en su cabeza. Movió su mano para ver qué era eso; observó una cucaracha caminando en su mano.

La movió bruscamente haciendo que el insecto cayera al suelo, lo hizo, pero no fue todo; observó cómo había un millar de cucarachas se movían por el suelo. Luna se puso de pie algo nerviosa mientras las cucarachas se amontonaban en grandes cantidades de manera que solo podía ver a los insectos. Y en esos espacios observó cómo se levantaban montones de los insectos formando una persona hecha de cucarachas.

Luna se movió hacia atrás observando ese monstruo.

-¿Te doy asco?

El monstruo se rió mientras señalaba hacia atrás. Ella volteó rápidamente para ver a un espantapájaros parado enfrente de ella; llevaba un costal de color gris que tapaba su rostro y lo único que tenía destapado era la boca con la que podía ver una sonrisa.

-¿Tienes miedo de morir? –Se rió después de hacerle la pregunta. -¿Por qué no gritas como aquella mujer con Pink Floyd cuando le hicieron le pregunta? –Luna sintió como las cucarachas subían por su cuerpo; se movieron rápidamente hasta agarrar su cuerpo y extender sus manos junto con sus piernas. -¡Levántate y canta! ¡Quiero que cantes ahora!

Ella cerró los ojos. Eso la estaba asustando tanto que no podía moverse, no podía usar sus poderes, ni siquiera gritar para escapar. Estaba completamente aterrada. Era un miedo que nunca antes había experimentado. Solo podía sentir el frio por todo su cuerpo acompañado de un cosquilleó en su estómago.

Era una perra patética. No tenía el valor suficiente para moverse y defenderse. Si abría la boca, quizás escaparía. Con solo decir una palabra. Una simple e insignificante palabra. ¿Por qué no podía hacerlo? Si lo hizo en el centro comercial donde dejó todo destruido y asesinó a Sam, el amor de su vida.

-Lárgate. –La palabra que salió de su boca no fue un susurro, fue con su tono de voz normal; sintió como todo el suelo comenzaba a temblar.

Abrió los ojos; las cucarachas seguían arriba de su cuerpo, pero los monstruos ya no estaban. Se puso de pie mientras intentaba caminar, apartándose los insectos con sus poderes. Debía buscar a sus hermanas porque, sea lo que sea que estuviera pasando, sabía que no solo era Lincoln. Había algo más dentro de ese lugar, algo maligno. Estaba segura.

-¿No te gusta mi pene, zorrita? –Lily se quedó en blanco mientras observaba esa enorme cosa que aquel hombre tenía entre las piernas. Era parecido a una serpiente, o como a eso que Lincoln usaba para hacerle cosas malas, pero mucho más grande, aunque era igual de asqueroso. –Las putas que me cogí murieron porque lastime sus intestinos. Ahora, ¿Qué te pasara a ti? ¿Te saldrá el pene por la boca, mi pene se verá a través de tu estomago? Oh, Dios. Es algo nuevo. Espero que estés tan emocionada como yo. –Lily no le respondió. Ver esa cosa solo le hacía apretar su entrepierna y agarrar su pecho. –A mí sí. Es la primera vez que lo voy hacer con una niña.

El hombre se acercó más a ella. Lily tembló mucho más mientras que de sus manos salían dos pequeñas garras. El hombre se detuvo en seco. La vio prestando atención a lo que iba hacerle. Debía acercarse con cuidado para evitar que clavara las garras en su estómago. Estaba seguro que cortarían fácilmente su piel como mantequilla. Podía ver que tenían el suficiente filo para hacerlo.

Lily quería salir corriendo. No se sentía segura con ver aquel hombre. Sobre todo por la manera en que le sonreía; su rostro estaba cubierto de maquillaje de color blanco; sus ojos, sin embargo, tenían de color negro y no parecía sonreír; su boca estaba en línea recta. Pero podía ver perfectamente que quería hacerle algo. Por algo sus pantalones estaban caídos y la miraba de una forma que solo había visto en Lincoln. Era un payaso, aunque le daba tanto miedo que no podía defenderse. No sabía que estaba pasando. Se movió lentamente sin dejar de mirar a ese sujeto. Más porque como la cosa entre las piernas se movía alegremente. Incluso podía sentir que estaba feliz de verla, ¿o era su imaginación? Aquel sujeto tampoco se movió. Parecía estar esperando que hiciera algo, ¿Qué era lo que estaba esperando exactamente?

De un momento a otro ese tipo se lanzó contra ella. Lily, sin embargo, logró enterrar sus garras en su brazo. Aquel payaso la tomó fuertemente de su brazo libre junto con su cabello y estrelló contra la pared. Torció la mano manos de Lily para sacar las garras. Forcejeó un poco con Lily, pero, rápidamente, y al que no podía quitar sus garras de su brazo, decidió enterrar sus dedos contra sus ojos; la niña gritó de dolor, aquel hombre no se detuvo; sus dedos adquirieron un color rojo y ella solo sintió un cosquilleó en su cara junto con las grandes cantidades de sangre acompañadas de carne que salpicaron la pared y el suelo.

Ella soltó un grito de dolor, que cambio por un gruñido de furia. La garra en su pie izquierdo salió, lo movió con furia para que se enterrara en alguna parte de su cuerpo, cosa que pasó; no supo exactamente donde, pero no le importó cuando el payaso la soltó. No podía ver exactamente por donde iba, aunque unos segundos después comenzó a ver algo borroso, pero lo suficiente para saber a dónde ir. Corrió por el pasillo rápidamente, viendo cómo, conforme avanzaba, se hacía más oscuro. ¿Eran sus ojos que no habían sanado del todo?

Quiso seguir corriendo para alejarse de ese hombre, pero no podía seguir; sentía como sus pies eran sostenidos por manos. Eso la asustó un poco, ¿Cómo la estaba agarrando exactamente si debajo de ella había concreto? Intentó moverse desesperadamente, y no pasó nada, aunque si sintió como le atravesaban estómago; su interior pareció moverse y sentirse más ligero. Lily cayó al suelo mientras se sostenía el estómago. Al mirar su estómago observó un tubo de carne. Le resultó tan asqueroso que tuvo ganas de vomitar, pero solo eso.

Intentó ponerse de pie; no pudo hacerlo cuando algo lo sostuvo fuertemente de sus mejillas en ambos lado para jalar la carne. Fue algo tan doloroso que la hizo llorar. Tenía mucho tiempo que no lloraba de dolor. La última vez fue cuando Lincoln la lastimo hace mucho. O quizás era por el miedo. No podía saberlo con certeza.

Sintió como su piel comenzaba a dolerle menos. Al sentir eso supo que debía irse de ahí. No podía quedarse. Gritó fuertemente, movió sus garras con violencia hasta que se clavaron en algo. Al intentar ver en que fue observó que era la pared. No supo que fue eso, pero no le importó; rápidamente se puso de pie para irse de ahí. Sin embargo, se quedó halada cuando algo tocó su entrepierna, algo comenzó a ahorcarla.

-¡Te voy a coger, zorrita!

La voz era del mismo sujeto que la había atacado hace poco, al verlo de la cara observó que no ya no tenía el maquillaje de hace unos momentos. El hombre le despedazó la ropa, al verlo se dio cuenta que su cuerpo era exactamente como el de una niña; poco desarrollado. Aunque no era algo malo. Su pene se puso duro. Estaba listo. La tomó de las piernas y las alzó de manera que no pudiera moverse. La puso en el suelo y su pene se colocó en la entrada de su vagina. No pudo meterla al principio; era muy pequeña la entrada. Comenzó a mover su pene poco a poco para que pudiera entrar, no obstante, le costó algo de trabajó. Quizás si usaba sus manos. Soltó a Lily, rápidamente le dio varios puñetazos en la cara provocando que quedara algo aturdida.

Puso su mano su entrepierna y comenzó a meter su pene poco a poco. Lily, sin embargo, logró reaccionar, no le gustó lo que estaba sintiendo. Pero fue mucho peor cuando observó que enfrente de ella estaba otro payaso mucho más delgado; tenía una enorme sonrisa y sus dientes eran muy grandes. Eso le provocó miedo e hizo que se sintiera asqueada de ella misma. ¿Por qué sentía eso exactamente? El hombre estaba metiendo su pene poco a poco; al llegar a la mitad, tomó algo de impulsó y empujó hasta adentro. Efectivamente pasó lo que se imaginó; vio su pene hacerle un bulto en el estómago de la niña.

-¿Por qué lloras, niña? –Lily no respondió. -¿Qué tiene eso de malo? Así no escuchare tus gritos, ni tus llantos. –Empujó con algo de violencia haciendo que el bulto de su panza se movía. -¡Que rico! –El hombre empujó con fuerza sus caderas. –Estás apretada, niña.

Ella sintió como su interior era removido porque aquel payaso solo movía sus manos en su estómago. No podía dejar que siguiera. Le estaba doliendo. Gritó fuertemente mientras intentaba clavar sus garras donde sea para que dejara de lastimarla.

-¡Perra! –Gritó, al sentir que una de sus garras se había enterrado en su ojo. Alzó su puño y la dejó caer contra su cara. Le causó un corte en la piel, pero le sano mientras que aquella niña volvió a moverse con furia, enterrando la garra de su pie a un costado de su espalda. -¡Puta! ¡Te voy a enseñar…!

Movió su pene con violencia para mover sus intestinos. Con eso conseguiría matarla. Pero Lily seguía moviéndose para quitarse al hombre de encima, ¿Por qué no moría? Ella estaba viendo como aquel quería entrar por su boca para matarla desde adentro. No se podía detener, clavó sus garras en su estómago haciendo que la sangre la salpicara la cara. El hombre estaba sintieron dolor, pero gritó fuertemente las garras de la niña le rebanaron, en un corte perfecto, la nariz. Aunque la niña no se detuvo ahí; enterró ambos dedos índices en el corte de su nariz. Le salieron algunas lágrimas mientras se apartaba de ella.

Lily corrió. No quería seguir ahí. Debía aprovechar ahora que ese payaso estaba distraído. Pero no pudo correr; su cuerpo le estaba doliendo demasiado. Enterró sus garras en la pared para no caerse. No podía hacerlo. Mucho más cuando observó su cuerpo totalmente desnudo, tenía la sensación de que el hombre con la cosa enorme entre sus piernas estaba por ahí. Además que sentía como su interior parecía estar sanando. Al mirar abajó observó que en donde hacia pipí le estaba cayendo una gran cantidad de sangre.

-¡Te voy a matar! ¡Te voy a meter mi enorme pene y saldrá por tu boca, maldita zorrita!

Lily volvió sacar sus garras. Estaba segura que era el tipo que quería lastimarla. Sine embargo, no quería acercarse, no quería pelear. Por otro lado; ese tipo no podía seguir vivo. No la dejaría en paz a pesar de que se escapara. Aun con el miedo que sentía sabía perfectamente que no podía dejarlo vivo. No quería hacerlo. El hombre se acercó rápidamente hacia ella para golpearla en el estomagó. No sabía que era, pero escuchó como agua caía de su interior. Lily clavó sus garras en su pecho haciendo un gran corte.

El hombre gritó de dolor. Intentó darle otro puñetazo. Aunque rápidamente Lily lanzó sus garras directamente hacia su puño; eso rebanó su mano perfectamente, haciendo que sus huesos crujieran. El hombre, volvió a gritar, usó su mano sana para enterrar sus dedos en sus ojos, lo logró; los sacó limpiamente.

-¡Te dije no puedes detenerme, hermanita!

Ese era… ¿Lincoln?

La sostuvieron del cabello y arrastraron su rostro por la pared haciendo que la carne se desprendiera de su rostro. La sostuvo del cuello para ahorcarla.

-Qué no puedes detenerme. –Escuchó como Lincoln se reía. –Enserio que eres patética.

Lily sacó las garras de sus pies, los movió frenéticamente haciendo que se clavaran en el cuerpo de aquel hombre; pero fue en una parte en particular; en su pene. El hombre sintió un ardor terrible. Soltó a Lily con un gritó. Acarició su pene, soltando algunos gemidos de dolor. Su enorme pene, esa zorrita había lastimado su enorme pene; la garra de su pie volvió a clavarse en su pene, haciendo que se rebanara. Con esto que le había hecho, ¿Cómo iba coger? Esa maldita putita lo había lastimado demasiado.

-¡CABRONA!

Lily se alejó un poco de él para que su cuerpo volviera a sanar. Aunque el hombre se estaba acercando a ella rápidamente. Pero antes de tenerlo enfrente observó como algo lo levantaba y despedazaba su cuerpo en cachitos; no pudo ver exactamente que paso, solo vio cómo su cuerpo parecía abrirse y la sangre junto con otras partes de su interior salieron volando, causando una lluvia de sangre y órganos que no reconocía. La bañaron por completo. Tocó su cara sintiendo los rastros de carne y sangre viscosos; el olor era lo que no soportaba.

Esta vez no pudo evitar vomitar, pero era algo raro lo que estaba vomitando; se parecía a lo que estaba sobre su cuerpo. Hubo algo que se atoró en su garganta; era esponjoso, era como un sobre de mantequilla. Metió la mano en su boca sintiendo eso. Lo agarró con fuerza y comenzó a sacarlo. No era muy grueso, y no sabía que era exactamente. Siguió sacando esa cosa. Por la forma se le figuro a ese trozo que brincó en sus pies.

-¿Por qué te sacas tu propia carne? –Lily miró al frente, observó a un hombre calvo y completamente desnudo. El hombre estaba cubierto de sangre, Lily se dio cuenta que, además, parecía estar comiendo algo de carne cruda. -¡Te estoy hablando! –Gritó fuertemente. Lily no supo que pasó. Solo vio negro mientras su cuerpo parecía reventar. ¿Qué es lo que le había sucedió? –Qué raro es tu esqueleto. –El hombre se rió. –Debería ser blanco, pero es como de un color plateado. –O eso era lo que él veía, a pesar de la sangre.

Leni se detuvo en medio de un pasillo que ella nunca antes había visto. Corrió porque vio a Lincoln querer tocarla, pero Leni no lo iba permitir y sabía perfectamente lo que él quería hacer con eso. Aunque correr la había conducido a la soledad; sus hermanas no estaban. No pudo evitarlo, ver a Lincoln le hizo correr. Quizás si caminaba por donde había caminado las encontraría de nuevo, pero, ¿por dónde debía caminar?

Miró el camino; era un largo pasillo donde las luces estaban parpadeando. ¿Era por ahí? La verdad no recordaba. Caminó rápidamente por el lugar, al girar apareció en su hogar donde todo estaba en silencio. Alzó una ceja sin poder entender que había pasado, no podía ser que estuviera de nuevo en su hogar.

-Oye, Leni. ¿Puedes ayudarme? –Escuchó a su hermano desde su habitación. Eso la asustó un poco. ¿Qué quería? Por otro lado, ¿Qué tal si todo había sido un sueño? No estaba segura. Ya estaba segura de que algunas cosas no eran como las imaginó. –Leni, ayúdame.

Vio la cabeza de su hermano asomarse desde su habitación. Leni se relamió los labios sin saber qué hacer. Pero no tenía opción. ¿O que otra cosa podía hacer? Además, ¿no sería algo bueno de que todo se había tratado de un sueño? Caminó hacia la habitación de su hermano. Le resultó algo extrañó que no escuchara a sus hermanas gritar o discutir. ¿Qué tal si Lincoln la estaba llamando porque sus hermanas estaban con él e iban darle una sorpresa? ¿Qué tal si todo lo que pasó fue solo un sueño? Eso sería algo hermoso.

Abrió la puerta de su habitación; estaba completamente oscura.

-Me alegra que vengas ayudarme, Leni. –Dijo Lincoln emocionado. Escuchó sus pasos junto con un crujido. –Necesitaba que vinieras para que me des tu opinión de esto –la luz se encendió; Leni no pudo evitar vomitar al ver el espectáculo que había enfrente suyo; toda la habitación de su hermano estaba decorada con los miembros, intestinos, piel, carne, brazos, piernas de sus hermanas. –Es hermoso, ¿verdad? Pero me hace falta una de mis hermanas. –La miró fijamente, sonriendo de oreja a oreja. –Voy a despedazar cada parte de tu cuerpo.

Leni dio unos pasos hacia atrás. Sin embargo, se detuvo al ver los ojos de las cabezas de su familia moverse.

-¿Por qué no nos ayudas, Leni?

-¿Acaso nos odias?

-Nos dejaste solas, por tu culpa nos lastimo.

Quiso salir corriendo. Al girarse, observó a una gran cantidad de arañas amontonadas enfrente de ella.

-Cómansela. La traje para ustedes. –Lincoln se rió. –Cómansela y decoren la habitación con ella.

Las arañas subieron por su cuerpo. Pero Leni no se movió. Se limitó a sentir el cosquilleó de los insectos por su cuerpo. Lo siguiente fue un golpe en sus costillas que la hizo reaccionar. Gritó de dolor mientras observaba que pasó; seguía en el pasillo, pero no estaba sola; enfrente había un hombre con dos palos brillantes de color blanco.

-Eres amiga de esos tipos, ¿verdad, perra? Quieren matarme, pero no se los dejare fácil. No dejare que me maten. –El hombre sollozó. –Yo no voy a cooperar.

Le dio otro golpe a Leni, el cual hizo que sintiera un choque eléctrico por todo su cuerpo. El hombre volvió a tomar impulsó y le dio otro golpe. Continuó, incluso cuando Leni cayó al suelo por el dolor de los goles.

-¿Por qué no te defiendes? –Leni miró enfrente, el suelo estaba llenó de grietas de donde salió una cabeza agusanada y algo podrida. –Hola, Leni. Soy yo, Lori. Lamento que me veas de este modo, aunque será rápido lo que te voy a decir. –Sintió como algo la cargaba mientras enterraba uno de las varas en su pecho. –Ese tipo te va matar, pero lo gracioso es que no se trata de Lincoln. Sé que Lincoln es nuestro hermano, solo por ese motivo no te defiendes. Quizás vaya siendo hora de que hagas algo, ¿no crees?

Le dieron otro choque eléctrico mientras Leni se quedaba quieta. A pesar de como la estaba lastimando pudo sentir el calor de su cuerpo. ¿Y si…? El siguiente golpe que le quiso dar, Leni se hizo a un lado para tocar su brazo; instantáneamente se congeló. El hombre se quedó sorprendido sin poder entender lo que había sucedido. Leni le golpeó el brazo con fuerza, rompiéndolo.

-Esa es mi hermana.

Sus manos se endurecieron. Le dio varios puñetazos en el rostro, causando que la piel se congelara y cayera en pequeños trozos.

-Oye… espera… no tienes porque…

Leni le dio otro golpe en el costado; su estómago se congeló haciendo que, con el golpe, se partiera, y la sangre cayera con algunas partes congeladas. El hombre se tocó el costado para que evitar que la cayera. Leni, por su parte, colocó sus manos en su cara haciendo que se congela. Comenzó apretarla con fuerza haciendo grietas. El hombre solo se limitó a gritar, pero, ¿Por qué debía detenerse? Ese tipo la hubiera matado si no se hubiera defendido. La cabeza se congeló totalmente, por lo que Leni logró partirla en trozos cayeron al suelo como si fueran vidrios.

Sus heridas comenzaron a congelarse y cerrarse. No estaba del todo segura que eso fuera ayudarla. Se quedó en el suelo observando como sus heridas se cerraban para buscar a sus hermanas. Pero no podía levantarse. Le dolía todo su cuerpo. Sin embargo, tampoco podía abandonarlas. Sus hermanas la necesitaban. Ella era la mayor. Tomó aire para ponerse de pie.

-¡Luna! ¡Lily! ¡¿En dónde están?! –Gritó, caminando con algo de esfuerzo.

Luna dio la vuelta en uno de los pasillos. No vio a ninguno de esos tipos que querían violarla. Le resultó gracioso que no solo fuera Lincoln, ahora también un montón de locos con poderes. ¿Si tenían poderes, verdad? Y pensar que en la escuela la llamaron fea por su cabello corto, además que no tenía un cuerpo tan desarrollado como el de Leni o Lori. Ahora, la querían violar. Era irónico eso. O quizás era porque llevaban mucho tiempo encerrados y cualquier mujer que apareciera con un agujero entre sus piernas era buena. Lo cual era algo que le preocupaba a ella, le preocupaban mas sus hermanas.

-¿Me oyen?

Silencio. Pero al escuchar gritos de lo que parecía ser una niña corrió rápidamente atravesando el pasillo a gran velocidad; dio unas vueltas hasta que vio al mismo hombre delgado comiéndose la carne de dos personas; uno parecía un adulto y el otro un niño. Pero algo que llamó la atención de Luna, causando que abriera los ojos de terror puro fueron las garras que salían de las manos del cadáver más pequeño.

-Ahora si me trajiste tu culito. Me alegra saber eso. –Se limpió la boca. –Quítate la ropa.

Luna apretó los puños. Iba a matarlo a golpes. Usar su voz solo lo mataría rápidamente y ese pervertido hijo de puta necesitaba sufrir. Corrió rápidamente hacia él; el hombre le dio un puñetazo en la nariz; Luna gruñó agarrándolo de la cabeza, sus manos brillaron haciendo que sintiera un choque eléctrico por todo su cuerpo. Azotó su cabeza contra el suelo, después piso su cabeza con fuerza haciendo que se enterrara en el suelo.

-¿Qué estás haciendo? –Luna volteó para ver a un niño calvo con ligeros temblores en el cuerpo.

Ella ya estaba fastidiada para tener que lidiar con alguien más.

-Es cierto, amor. Has soportado mucho. Mata. Hazlo como tu hermano.

Sam estaba volviéndose irritante. Estaba detrás del niño. Ya le estaba fastidiando, corrió hacia ella para golpearla; su puño atravesó la cabeza de Sam, o eso pensó; ella apareció a un lado de ella. Le sonrió mientras le señalaba enfrente. Luna miró solo para encontrarse con su mano atravesando la cabeza del niño. Los trozos de carne y sangre estaban envueltos en su mano.

-Y pensabas que tu hermano era el único monstruo aquí.

-Cállate.

Las paredes comenzaron a destrozarse por el sonido. El hombre se puso de pie, se acercó rápidamente a Luna para volver a golpearla repetidas veces. Ella no sabía cómo pelear del todo, pero… gracias a Lynn sabia un poco. Sin embargo, se le ocurrió algo para matar a ese tipo; tomó sus manos fuertemente en el siguiente golpe. Le sonrió maliciosamente, algo que, por alguna razón, asustó a ese tipo.

-Muere.

Lo dijo algo fuerte, pero como no lo soltó causó que su cuerpo saliera volando; sin embargo, sus manos y parte de su brazos no salieron volando. Las arrojó a un lado. Luna dio un brincó para llegar enfrente de él. El hombre no pudo reaccionar hasta que ella le dio un codazo en su nariz haciendo que se fracturara. Eso lo dejó, por un momento, desorientado. Lo cargó del cuello, acercó sus orejas a su boca.

-Pervertido.

Lo dijo en un volumen normal y sostuvo fuertemente su cuerpo para que no saliera volando. Observó cómo sus oídos sangraban y gritaba. Dejó caer su cuerpo para comenzar a golpearlo con sus pies. No estaba segura de que estaba doliéndole; le había hablado directamente en sus oídos, además que solo se agarraba los oídos mientras lloraba. Luna dejó caer sus rodillas en su cabeza. Su rostro pareció inflamarse, pero no le importó; continuó repitiendo la acción tantas veces hasta que su cabeza solo se hizo una pulpa junto con los restos de su cráneo.

-Y ahora te has convertido en mí.

Lincoln apareció enfrente del cadáver, pero Luna lo ignoró. A ella solo le interesaba Lily. Caminó entre los escombros hasta que llegó, nuevamente, al esqueleto de su hermana que ahora parecía estar cubierto de más carne que hace unos momentos.

-Ya estoy aquí, hermanita.

Lily pareció querer moverse. Luna le dio un beso en la frente mientras la cargaba. Ahora solo necesitaba encontrar a Leni. Caminó entre unos pasillos hasta que llegó un hombre que estaba mirándola.

-¡¿Quieres lastimarme, verdad?! –Sollozó. -¡Todos quieren hacerlo, pero yo…!

Luna lo agarró de la boca, golpeándolo contra la pared. El hombre intentó forcejear, pero antes de que llegara hacer algo Luna apretó fuertemente su cabeza haciendo que reventara. Ya no le importaba matar a nadie. Esos tipos habían lastimado de esta manera Lily, puede que estuviera sanando, pero, ¿y si no? Hubiera perdido a otra hermana por su culpa.

No iba permitirlo. Siempre que pudiera iba a proteger a Leni y Lily. Después de todo, eran la única familia que le quedaba. Estaba segura que Lola, Lana, Lisa, Lucy y Lynn estaban muertas. Si no fue Lincoln, entonces debió ser algún otro héroe como Ace. Por como la miró estaba segura que lo había hecho; quizás hasta se cogió el culo de una de ellas.

-Quizás el de Lola o Lucy, ellas eran las únicas que no se ensuciaban como Lana o Lisa. –Lincoln apareció pegado a una pared; su cuerpo estaba hecho del mismo material que el de la pared; era de concreto. –Puedo hacerlo. Ustedes, nadie, mejor dicho, va evitar que haga lo que quiera. Mira esto…

El cuerpo desapareció. Luna sintió un poco de nerviosismo por eso. Volvió a caminar por el pasillo prestando atención total. Tenía la sensación de que Lincoln aparecía de repente y la golpearía para hacerle algo a Lily. Después de todo, es lo único que parecía gustarle hacerle a ella y sus hermanas; lastimarlas. Ya estaba fastidia de eso, así que no lo iba permitir.

-Oye, Luna. Mira esto…

Luna observó como la pared se rompía mientras observaba a un Lincoln de once años golpear a Leni.

-¿Tú le hiciste algo a mi mamá? Estoy seguro, no me puedes engañar.

Sus dedos comenzaron a vibrar, al apuntarle a Leni salió un líquido de color café, al tocar su cuerpo lo volvió a golpear contra la pared. Algo que observó es que Leni tenía los ojos cerrados. Pero eso no era importante. Dejó a Lily en el suelo con cuidado.

Rápidamente golpeó al niño en el estómago. Enterró sus dedos contra sus ojos, haciendo que el niño gritara de dolor, pero a Luna no le importó; la sangre, incluso, salpicó su rostro. Apretó mucho más fuerte y separó el cráneo del niño por la mitad. Arrojó su cuerpo enfrente. ¿Qué le estaba pasando? Estaba actuando de una forma muy extraña. ¿Acaso estaba fastidiada de todo y que esta era la única forma de hacer algo?

-¿Te sientes bien, Leni?

Su hermana solo se movió. Luna la cargó, de seguro los golpes la habían dejado lastimada, y era preocupante porque ella no sanaba como Lily.

-Sorpresa, puta.

Luna sintió como alguien la tomaba de las piernas y la cintura, lo siguiente fue un golpe en la cabeza junto con el olor a polvo. ¿Habían hundido su cabeza en la tierra? Era lo único que se imaginaba. Quien la hubiera golpeado dejó de agarrarla y la tomó nuevamente de la cabeza, esta vez, la cargó y comenzó a jalarla. Por lo que parecía querían desprenderla de su cuerpo. Luna quiso reírse. Este sujeto era un idiota. Eso no iba a matarla.

Comenzó a mover sus piernas, antes de que el hombre se diera cuenta le dio un rodillazo en la nariz haciendo que la soltara por un momento. Rápidamente golpeó su estómago, perforando la piel con facilidad. El hombre quedó helado al sentirlo, pero entes de que pudiera hacer algo, Luna abrió su panza haciendo que sus intestinos cayeran al suelo. Le sonrió, girando la cabeza a un lado. Lo miró directamente a los ojos. De seguro no tenía idea en que donde iban sus órganos cuando se le cayeron.

-¡PERRA! –Dijo, cayendo al suelo.

La iba violar, ¿defenderse la convertía en una perra? Aunque no le importaba realmente. Quienes le importaban estaban heridas, una estaba más grave que la otra.

-¿Están bien, chicas?

Sus hermanas solo se removieron. Esperaba que a Leni no le pasara nada. Ella le preocupaba más que nadie. Se iba a poner de pie, pero sintió algo punzantes y cálido a un costado de ella. Al mirar que era observó a Lincoln enterrando sus puños a un costado de su cuerpo.

-¿Me extrañaste, puta?

Ella gruñó. Le dio un golpe a Lincoln haciendo que su cuerpo saliera volando, su cuerpo era más duro. ¿Había una razón exacta para eso? ¿Acaso importaba? Fue corriendo hacia él para comenzar a despedazar su cuerpo, aunque no pudo partirlo. Parecía que era fuerte. Eso era algo nuevo, pero no estaba segura porque nunca se había defendido de él. Leni al ver que Lincoln estaba lastimando a Lily dejó de quedarse en el suelo y fue hacía él; golpeó su estomagó, causando que se congelara.

Le dio algunos puñetazos en la cara, pero no parecieron lastimarlo. Luna se confundió por ver a Lincoln parado enfrente de ella. Pero no podía dudar. La estaba lastimando. Agarró el otro cuerpo de Lincoln y estrelló ambas caras con violencia, haciendo que una buena de sangre la salpicara. Leni cayó al suelo mientras dejaba de moverse podía moverse. Todo le dolía mientras que Lincoln no parecía tener alguna herida. Sostenía fuertemente le cuerpo de Lily, el cual lo dejó caer contra el suyo como si fuera basura.

-¿Sientes esto, hermano? ¿Sientes el mismo dolor que tú nos causaste?

Lily y Leni escucharon eso, pero no sabían dónde estaba Luna.

Antes que volviera a golpear el cuerpo de Lily un láser lo hizo volar. Luna se golpeó contra una de las paredes. Al mirar que fue observó lo que parecía ser una maquina; su cuerpo se hizo de hielo. Luna no entendió eso.

-Fuera.

Ese robot salió volando, impactándose contra la pared, pero luego sintió varios puñetazos en su cara, eso hizo que se sintiera algo aturdida. Pero en el siguiente golpe lo detuvo y dejó caer contra el suelo, comenzó a golpearlo, aunque otro robot apareció y le lanzó un láser de su boca. Luna colocó su mano para taparla haciendo que reventara. El robot que estaba en suelo la tomó de las piernas y lo golpeó contra el suelo.

Gruñó nuevamente; tomó al robot de los brazos y los separó sin ningún problema. Iba a matar a Lincoln por esto que había hecho. Robots para que lo protegieran. Aunque antes de que se lanzara contra Lincoln, unos de los robots le lanzó un gas que comenzó a marearla. Sus parpados comenzaron a pesarle. No podía quedarse dormida, pero era algo que no podía evitarlo.

-Tuvimos suerte que no se saliera de control. –Dijo Carl, señalándole la pantalla de las Loud.

-Ya veo.

-Incluso intentamos que el profesor Javier la tranquilizara, pero al parecer Luna Loud resiste el control mental, incluso con solo el cuarenta por ciento de sus poderes. –Carl estaba nervioso y preocupado aun porque creía que Tony volvería a pedir que las liberaran. –Señor, le aconsejo que no vuelva a liberarlas, al menos no a Luna Loud. Ella podría escapar y no sé lo que eso podría causar.

-Entiendo. Lo importante es que lograron mantener todo bajo control. –Comentó Tony, sonriendo. –Ahora, quiero el video.

-Sí, señor. Aquí –le dio una memoria USB –están todo.

-Gracias. –Tony la tomó. –No quiero que nadie se acerque a las Loud hasta que yo diga. ¿Queda claro?

Carl asintió. Tony salió de la oficina. Le alegraba que no volvieran a pedirle que las liberaran nuevamente. La verdad era que le aterraba liberarlas, mas a Luna o Leni; ellas dos eran muy fuertes, y, aunque Leni no lo sabía exactamente, podría escapar ella sola. Y podría matarlos a todos. Más si tenía el gas del miedo. Lo bueno es que todo estaba tranquilo. Al menos por el momento.

La que menos le preocupaba era Lynn Loud; esa marimacho estaba como candidata junto con sus padres para ir al próximo evento de "Herogasm". Eso por petición del Caballero Luna, quien, junto con Black Noir, disfrutaban cogérsela. Sus padres, sin embargo, no iban a ser juguetes sexuales; Lynn y Rita Loud iban a ser devorados o desmembrados por algún héroe para ver cuánto resisten.

-Te sientes bien, Leni.

-Sí, solo me duele un poco el cuerpo. –Luna observó que ya no tenía heridas, tampoco Lily. Sin embargo, sus cuerpos les dolían; además, de sentirse muy cansadas. Ella, por su parte, no mucho. Pero le alegraba haberlas tenido a salvo. -¿Cómo te sientes tú, Luna?

-Bien. No me pasó nada.

-Me alegro.

Luna tenía a Lily en sus brazos mientras estaba dormida. Ella, al despertar, la abrazó con todas sus fuerzas y no se apartó de ella hasta que se quedó dormida. La verdad no estaba segura, pero creía que Lily la consideraba más cercana a ella y a Leni que al resto de sus hermanas. Incluso Lincoln estuvo en ese favoritismo de Lily; su hermana siempre disfrutaba ir a su habitación a leer con él comics.

Incluso, a pesar de estar en ropa interior, a Luna nunca le molestó. Más cuando ella y él eran cercanos. Quizás más que los demás. Lincoln siempre disfrutaba de tocar con ella. Pero eso había terminado; ella lo mataría si lo volvía a ver. No le importaba como o si alguna vez fueron cercanos; Luna le arrancaría el pene a Lincoln por lo que les hizo.

-¿Recuerdas algo de lo que paso? –Leni pareció temblar. –Tranquila. No pasa nada. La verdad a mí me asustó lo que vi y prefiero no recordarlo.

-¿Crees que algún día salgamos de aquí? –Preguntó sencillamente.

-Yo… no lo sé. Realmente espero escapar.

Ambas se quedaron calladas. Lo mejor era dejar el tema de lado.

NA: Nada que decir. Espero que hayan disfrutado del capítulo. Me gusto escribir esto. Además, no será la última vez que vean el gas del miedo en acción.

Espero que lo hayan disfrutado. Muchas gracias por leer y si pueden ayudarme dejándome su fav y su comentario se los agradecería mucho.

Les mando un saludo y nos leemos en el próximo capítulo.