Perdón.
–Lincoln salió de la mansión –dijo Bruce saliendo de su cueva. Miró a Wade seriamente esperando una respuesta.
–Necesita tiempo para estar solo –dijo, al ver que Bruce lo miraba esperando una respuesta –, ya sabes para jalarle el cuello al ganso y tener tiempo para reflexionar, porque su vida pasó rápidamente a ser perseguido por los héroes más poderosos sobre la faz de la tierra como un criminal.
– ¿Qué pasó?
–Necesita tiempo. Es mejor que este solo –comentó Wade.
– ¿Acaso no recuerdas que no podemos salir por culpa de video?
Frank, Logan, Elektra y Matt, que ya estaban ahí, arrugaron la frente, confundidos por la declaración de Bruce.
– ¿De qué verga hablas, campanita?
–No recuerdan el video donde Lincoln parece que…
–No lo recuerdan, ni lo recordarán ellos ni nadie debido a que hicimos un hechizo para que lo olvidaran –lo interrumpió Zatanna.
–Bueno, casi todos –dijo Constantine –. Solo las que sufrieron el abuso, Lincoln, nosotros y tú lo recordaremos –agregó Constantine –. Es una situación muy delicada para que muchos la recuerden. Tampoco queríamos que todos en el mundo observara a Lincoln como un… "monstruo".
Bruce no comentó nada. Era quizás mejor que las hermanas pequeñas de Lincoln no recordarán tal atrocidad, puesto que podrían intentar "vengarse" en algún momento. El chico ya tenía suficiente que sus hermanas encerradas sufrieran tal acto con el rostro de su hermano, quisieran matarlo y que, además, las que estaban con él lo odiaran.
–Lo entiendo –dijo –; sin embargo, Lincoln sigue siendo un prófugo del asilo Arkham, pueden re…
–Ya cambiamos el color de su cabello.
–Si cuando se fue tenía su cabello blanco, ¿de qué hablas, chica maga oscura? –preguntó Wade.
–Solo nosotros podremos ver el color natural de su cabello, los demás lo verán de color negro.
Bruce se calmó. Si lo atrapaban de nuevo sería difícil sacarlo del asilo, o quizás ni siquiera lo colocarían dentro del asilo, sino que lo usarían directamente de villano, o super-soldado, o super-terrorista.
–Y hablando de magia, deberían decirme que rayos les dan cuando están encerrados para que tengan semejantes viajes –dijo Wade, sacando un cigarro –. Me dijo que tuvo un sueño donde peleaba con una especie de demonio para salvar otro universo… pero que buen viaje.
–No fueron drogas. Aquello de verdad sucedió. –Bruce y Frank miraron a Constantine atentamente. El resto solo se limitó a escuchar –. Derrotó a un demonio, conocido como Hajun, el demonio del sexto cielo.
– ¿Eso es bueno o malo? –Wade comenzó a inhalar el humo, Constantine se acercó y le arrebató el cigarro de la boca.
-Malo, si quieren verlo de un modo. –Constantine miró a Wade a los ojos, colocándose el cigarro en la boca e inhaló –. Es malo porque demuestra lo peligroso que es. Si pudo asesinar a un demonio que, según nuestras investigaciones, hizo un caos en el infierno durante la primera rebelión del inframundo.
No entendían del todo. Aunque pensar que Lincoln había asesinado a un ser de esa índole, lo hacía alguien de temer.
…
-¡Castigo divino!
Lincoln soltó un puñetazo, haciendo un agujero en la pared del departamento donde se quedó a dormir. Pagó un hotel, no tuvo problema por el dinero, Bruce le dio una tarjeta con la que podía sacar el dinero que quisiera. Así que lo usó para ir a Great Lakes City y rentar una habitación de hotel por un día. No pagó por algo muy caro debido a que era un prófugo y era posible que ya les hubieran alertado sobre él en algunos lugares. Bruce y Frank le enseñaron que debía evitar ese tipo de lugares si estaba escapando, y mantener un perfil bajo.
Sin embargo, eso no era tan importante; por suerte era de concretó aquel muro y tenía algo de grosor; quedó la forma de un puñetazo en la pared. Era posible que algún inquilino se preguntará cómo lo hicieron, y quizás los de mantenimiento también, o pensarían que se trataba de un "Super". Esperaba que no sospecharan de él y llamaran a la policía. Pero no pudo evitarlo, la alucinación de aquel día aún lo acompañaba, donde él derrotaba a un demonio con ayuda de un Dios y una Valquiria.
Se metió a bañar. Se cambió rápidamente y se fue del hotel, dejando la llave con el encargado.
Al salir a la calle volvió a caminar hacia el edificio donde vivían los Casagrande, posiblemente volvería a desviarse y regresaría al parque. Aún estaba asustado de tener que confrontarlos, y mucho más si vieron lo que le pasó a sus hermanas. Aunque eso era un poco extraño; la noticia no volvió a ser mencionada desde que regresaron de Inglaterra. Estaba seguro que este tipo de cosas no pasaban desapercibidas, aun mencionan de vez en cuando el escándalo de Ace por abuso de menores. En su momento él no lo creyó, pero ahora estaba seguro que sí lo había hecho. ¡Dios! Como deseaba volver a estar de frente con él. Quería desfigurarle el rostro por haber arruinado su vida.
Fue su culpa que fuera picado por esa araña. Era verdad que se había enterado de la verdad, que no todo lo que pasa en la televisión es real. Los héroes no salvan vidas. No; ellos eran personas, y las personas, en su mayoría, podían ser malignas, sólo tenían que darle el poder que les permitirá poder hacer lo que quisieran y tenían a personas con la misma moral de Ace. Pero no quería creer que todos eran así, puede que más por Stella más que nada. Había conocido a Stella lo suficiente para no creer que fuera igual. ¿Y si lo era? Era la pregunta que Lincoln no quería pensar.
Se acercó a un carrito donde vendían Hot-Dogs.
–Hola –saludó al hombre calvo con un mostacho –. Quiero un Hot-Dog con todo.
El hombre alzó una ceja. Lincoln se puso nervioso. Quizás lo había reconocido. Si hacia una seña se iría rápidamente.
-Lo siento… es que me recordaste a una chica que siempre pedía un Hot-Dog con todo a las diez de la mañana…
Lincoln no respondió. Ya sabía perfectamente quién era esa chica. El hombre le dio su Hot-Dog. Fue a una banca del parque donde se sentó. No sabía qué hacer, el volver a pensar en Ronnie Anne, le hacía pensar en lo que debía hacer; si iba con su familia, era posible que llamaran a la policía. Y ahora que Ace se mudó a esa ciudad, sería cuestión de segundos en que llegará… junto con Stella.
Y como si el mundo se hubiera puesto de acuerdo, en ese momento vio a Stella acercarse a él. Lincoln se quedó paralizado. ¿Ahora que debía hacer? Desvió la mirada, siguió comiendo tranquilamente. Stella se sentó junto a él. Lincoln se puso tensó, era probable que ella supiera que era un fugitivo y podían distinguirlo fácilmente debido a su cabello blanco.
Pero Stella no le estaba prestando atención. Estaba más sumergida en sus propios pensamientos que siquiera ver que él estaba ahí. Era mejor que se fuera ahora que tenía oportunidad. Aunque se quedó quieto al ver que parecía estar llorando. En su mente apareció una escena donde Ace la estaba violando. Según Wade, él era uno de los más cabrones; siempre pensaba con la cabeza del pene y hacia lo que quería con las chicas.
– ¿Estás bien? –preguntó finalmente, sin importarle que pudiera reconocerlo. Ella volteó a verlo, se sonrojó de inmediato al ver que estaba mirándola.
–No es nada, es solo que…
–Disculpa, no es por meterme, solo pensé que necesitabas ayuda.
"Como si pudieras ayudarme". –Pensó sarcásticamente, imaginando la escena de Ace mirándolo como un insecto; ella siendo agarrada por los demás para ver como lo asesinaban.
–Estoy bien, es solo que, bueno, tengo un nuevo trabajo y digamos que mis compañeros no son lo que esperaba.
– ¿De verdad?
–Sí; no parece que les importe una carajo mis sentimientos… –Stella pensó que más decir para que no sospechara. No traía el traje, pero podía reconocerla aun así –. Están presionándome y me estoy sintiendo como una fracasada. No les importa en lo más mínimo si lo que hacen me afecta o no.
–No sé cuál es el trabajo que tienes, pero, ¿habías querido entrar? –Lincoln esperó la respuesta, estaba un poco intrigado, quería conocer la respuesta a su pregunta y empezar a formular la moral de los demás respecto los "héroes", si en verdad todos eran iguales, o peores, que Ace.
–Sí, la verdad es que sí. Cuando hice la solicitud habían muchas personas que querían entrar, puede que ahora muchos de esos sujetos darían lo que sea para entrar –respondió, con algo de ironía en sus palabras. Volteó a ver a Lincoln. Su rostro le resultó un poco familiar –. Yo quería entrar porque era un trabajo donde podía ayudar a la gente –continuó –, pero no imagine para nada que fuera como lo que me está ocurriendo.
–Quizás eres doctora, no lo sé, pero creo que no deberías sentirte así, si tú realmente quieres ayudar a la gente con lo que sabes hacer, puedes hacerlo. No te debe importar que a tus compañeros no les guste –dijo, dándole una sonrisa. Stella no pudo evitar que pensar que se trataba de alguien que conocía, ¿pero quién?
-Es verdad…
-Mándalos al diablo y disfruta de lo que haces, si es que es lo que verdad querías hacer. No debes preguntar su opinión, si te hace feliz tu trabajo y a ellos no, entonces al carajo.
Stella lo miró con determinación, le sonrió.
–Tienes razón: ¡que se vayan al carajo! –Exclamó. Lincoln se sintió bien por ayudar a una de sus amigas. Había olvidado lo bien que se le daba dar consejos y hacer sentir bien a la gente –. Me llamo Stella por cierto. –Extendió su mano.
Lincoln la estrechó.
–Me llamó Lin… nott –dijo, nervioso por casi decir su nombre. –. Soy Albert Lynott. Mis amigos me dicen Lynott.
Usó su segundo nombre y el de un músico que a Luna le gustaba mucho. Stella no parecía sospechar, o al menos eso aparentaba. Le sorprendía que aún no pudiera reconocerlo. Era extraño. Su color de cabello era poco común.
– ¿Te gustaría un día ir a tomar algo? –Preguntó Stella, un poco sonrojada por la pregunta.
–Claro que si… –respondió. Esperaba que no fuera una trampa. Pero no le daba esa impresión.
-Entonces te doy mi número. –Lincoln sacó su teléfono (que era uno que Bruce le compró en Inglaterra), se lo pasó. Ella lo anotó y al terminar se lo regresó dándole una sonrisa sincera –. Supongo que nos vemos luego.
Se despidieron con un beso en la mejilla. Lincoln se sintió algo alterado y aliviado, ella no pareció saber que era Lincoln y lo invitó a salir. Sin embargo, no creyó que fuera una buena idea. Probablemente Bruce y Frank podrían usar esto para acercarse más a los "héroes" o no. Lo mejor era guardar para él, lo que acaba de suceder.
Se puso de pie y volvió al edificio donde vivía la familia Casagrande. El supermercado estaba cerrado. Quizás había días que no tenían ganas de abrir.
Lincoln entró finalmente al edificio, subió las escaleras sintiendo que algo golpeaba su estómago y se hacía cada vez más pesado. Hasta sintió que sus pies se estaban pegando al suelo con cada paso. Necesitaba relajarse porque podía quedarse pegado y romper sus tenis. Pasaron unos segundos más hasta que finalmente quedó enfrente de la puerta. Inhaló algo de aire, finalmente tocó la puerta. Se tardaron unos momentos en abrir. Era Bobby quien le abrió. A Lincoln le pareció que había bajado de peso.
–No me interesa nada de lo que vaya a decir. Vete de aquí, por favor –dijo, con una voz bastante decaída, fracasando en cerrar la puerta porque Lincoln colocó su pie.
–Hola, Bobby –saludó Lincoln, haciendo que se detuviera.
Bobby se le quedó mirando por unos segundos como un gato que mira a un ratón que va atacar en cualquier momento. Al reconocerlo, le sonrió.
–Pequeño Loud. –Bobby le sonrió y lo abrazó –. Lo lamento, es solo que no te recocí por tu cabello negro. ¿Por qué te lo teñiste de ese color?
–No me lo teñí –dijo. Bobby lo miró como si hubiera escuchado una mentira. Esa mirada le hizo a Lincoln pensar que quizás si lo tenía de otro color, eso explicaba porque Stella no lo reconoció. ¿En qué momento le tiñeron el cabello? –Fue Lily, le gusta hacerme bromas de vez en cuando.
Lincoln se quedó helado al recordar a Lily. Era posible que Bobby ya estuviera enterado de lo que había hecho, y del anunció donde él…
– ¿Cómo ha estado Lori? Desde que terminamos no he vuelto a hablar con ella –comentó, indicándole que se sentara en el sofá, él fue al refrigerador donde sacó dos latas de cerveza.
– ¿Terminaron? –Bobby le pasó una a Lincoln. No protestó, supuso que ya sabía que a su edad muchos ya comenzaban a beber alcohol.
–Le dije que debíamos tomarnos un "tiempo", ¿sabes lo que eso significa, no? –Lincoln asintió –. Como no volvió a hablarme imagine que me cortó.
–Ella… Está bien… no te hablo porque Lynn, Luan y Lori tuvieron un accidente… de auto tres días después del funeral de Ronnie Anne. Están en el hospital de hecho –respondió, intentando no llorar por la mentira y el recuerdo de lo que les había hecho. ¿Qué pasó con Lynn? No creía que la secuestraran para hacerle nada y tenerla encerrada –. Es por eso Bobby.
–Lo siento mucho, pequeño Loud. No sabía eso. Cuando no me respondió las llamadas y los mensajes, no tuve ganas de ir a Royal Woods por lo de Ronnie Anne. Ni siquiera mamá lo ha superado.
– ¿Dónde está la señora Santiago?
–Ella y papá están en terapia, pero en varias ocasiones se ha puesto bastante mal, así que mis abuelos decidieron acompañarlos.
– ¿Entonces estás solo?
–No; estoy con Carlota. Ella se quedó conmigo, tampoco le gusta dejarme solo. Mis tíos y primos fueron al parque hace unos minutos. –Ambos se quedaron callados sin otra cosa más que decir. Lincoln no supo cómo empezar a hablar, en realidad, no tenía nada. Solo quería ver a los Casagrande.
Lincoln tomó el resto de la cerveza hasta dejarla vacía.
–Quería pedirles perdón; a ti y a tus padres –dijo al fin, casi llorando –, no quería que le pasara nada a Ronnie Anne, no… yo no quería eso, pero… –entonces comenzó a llorar –. Bobby… -lo tomó de la mano, sin importarle que eso dañara a su "hombría" –, te juro por mis hermanas que fue Ace Savvy, y no estaba persiguiendo a nadie, el muy cabrón cayó ahí… –Bobby apretó su mano y lo abrazó –. Amaba a Ronnie Anne. Era mi mejor amiga… mi primer amor de la primaria.
–Pequeño Loud –dijo suavemente, intentando arrullarlo –, sé que no estas mintiendo, y créeme que no te guardo ningún rencor por lo que pasó. Nadie. No fue tu culpa.
Y esas palabras lo regresaron a la pelea que tuvo con Loki: No fue tu culpa.
Para haber sido un sueño las palabras le ayudaron a no romperse dentro del asilo Arkham. No se rindió y mantuvo la esperanza en que saldría de ahí, que volvería con sus hermanas, al menos las que le quedaban.
–Es solo que… si Lori…
–Mira, pequeño Loud, hay cosas que uno no puede controlar, sin importar qué decisiones tomemos, siempre va suceder lo que tenga que suceder. –Suspiró pesadamente, acarició la espalda de Lincoln sin dejar de abrazarlo –. Mi hermana lo sintió, yo lo sentía; cuando ella salió de la casa abrazó a todos con mucha fuerza y se despidió como si fuera la última vez que la volveríamos a ver. Con mamá y Carlota se tomó una foto para que se quedaran con el recuerdo de la última vez que ella estaría soltera. Syd ni siquiera quería dejar que fuera a Royal Woods. Yo… cuando llegamos me dio un beso por haber preparado esto con Lori… –Su mirada estaba llena de melancolía, quizás no lo superaría nunca como había querido creer –. Lo que quiero decirte, es que no importa lo que hagamos, si es nuestro destino pasará…
Lincoln no respondió más. Bobby tenía razón. A pesar de todo, no le gustaba pensar que su destino estaba marcado, pensar que ya estaba "escrito", por llamarlo de un modo", que Ace asesinara a Ronnie Anne, que lo picara una araña radioactiva y que asesinaría a sus hermanas.
–Tienes razón. –No supo qué más decir.
Bobby lo abrazó unos segundos más hasta que Lincoln se separó de él. Se limpió las lágrimas.
– ¿Te sientes mejor?
–La verdad no –respondió.
–No te culpo. Aun así, espero que haya ayudado a venir aquí.
–Gracias, Bobby.
–No hay de qué, pequeño Loud. –Bobby le dio un puñetazo amigable en el hombro -. ¿Quieres quedarte a comer? -Lincoln asintió –. ¡Qué bien! Y hablando de eso, ¿vienes con alguien?
–No, en realidad vine solo.
Bobby se encogió de hombros. Supuso que Lincoln quería hacer esto solo, sin ayuda de nadie. Además que ya era lo suficientemente grande como para no hacerlo por su cuenta.
-Carlota, ¡ven a comer!
Su prima salió de su habitación. No salió cuando escuchó que se trataba de Lincoln, imaginó que vendría a disculparse o algo por el estilo. Así que decidió darles algo de tiempo para hablar del tema con tranquilidad.
Los tres se sentaron y comieron la comida que su abuela les dejó: chiles rellenos, algo que Lincoln no había comido, pero olía bien y cuando lo probó le supo mejor; tenía carne y queso dentro. Bobby le dio otra cerveza mientras comían. Lincoln se sintió bien pasar un momento con ellos, más con Bobby, a quien siempre consideró como su hermano mayor.
Al terminar continuaron hablando; diversos temas como la escuela y el "accidente" que tuvieron sus hermanas y como se encontraban. Lincoln decidió decir que estaban bastantes sensibles y era posible que morirían. Al menos así no le diría mentiroso si iba a Royal Woods.
–Supongo que ya me voy… –dijo Lincoln, acercándose a la puerta –. Gracias, Bobby. Espero volver a verte.
–Cuídate mucho, pequeño Loud. –Bobby le dio un abrazo y luego acarició su cabello.
Lincoln salió. Supuso que había salido bien lo planeado. Aunque le intrigó un poco porque no lo vieron con miedo o intentaron llamar a la policía por el video de sus hermanas. Estaba listo para irse si pasaba. Le resultó un poco extraño. Al salir a la calle, no pudo evitar sentir que alguien lo estaba mirando. Su sentido arácnido se lo estaba diciendo.
Frank le enseñó a escuchar los ruidos y esperar los ataques de cualquier lado. Volteó velozmente hacia atrás, alcanzando a ver a Syd. La mirada que le estaba dedicando era de molestia y curiosidad. No la veía como una amenaza, pero la verdad no le interesaba hablar con ella. Para empezar nunca le cayó bien. Solo se acercó a ella por Ronnie Anne, no porque quisiera conocerla y ambos lo sabían. Caminó rápidamente entre la gente perdiéndose de su vista.
…
No había mucha distancia entre Royal Woods y Great Lakes City. Cerca de dos horas y podía llegar rápidamente tomando un autobús. Haría lo mismo cuando fuera de regreso a Ciudad Gótica. Pero antes tenía que ir por algo muy importante a su hogar. La casa donde vivió durante once años con varias chicas. Y probablemente nunca volverían aquellos días de aventuras donde él se metía en problemas.
Estaba en su celular, intentando no llamar la atención si es que alguien estaba adentro. Frank le enseñó cómo darse cuenta, y gracias a su sentido arácnido, le era más fácil. A pesar de no oír voces, era importante vigilar la parte de afuera si había algo fuera lo común. Pero no había nada extraño, ni siquiera había cámaras de seguridad. Por un momento alcanzó a ver los recuerdos cuando toda la familia estaba reunida, pero desde que sus hermanas crecieron comenzaron a pasar tiempo afuera de la casa, el ruido disminuyó considerablemente.
Lincoln comenzó a caminar hacia la puerta, giró la perilla encontrándola cerrada. Dio la vuelta a la parte de atrás y tomó la llave que enterraban debajo de una maceta. Fue cuando entró. Estaba completamente limpia, a excepción de una capa de polvo que cubría algunas sillas y algunos muebles. Al subir a la planta de arriba vio las cosas que sus hermanas dejaban en el pasillo, como el gallo de goma de Luan, o las pelotas de Lynn, o algunas hojas con letras de canciones de Luna.
Entró en cada una de sus habitaciones; estaba todo en orden, solo habían unos papeles y algunas montañas de ropa que no acomodaron. En la habitación de las gemelas no encontró los cadáveres de sus mascotas de Lana. Según Wade, todas tenían una mochila y, cuando llegó, partes de su hogar quedaron destruidas. Lincoln imaginó que quizás arreglaron todo por si sus padres llegaban, cosa que si paso, por algo estaban encerrados en una celda con esos putos.
Y finalmente entró a su habitación, donde vio a Bun-Bun, era lo que quería llevarse. También vio sus posters de Ace Savvy, juguetes y comics. Se volvió a sentir algo furioso y enfermó por tener que recordar lo que sucedió. Rápidamente comenzó a tirar todo, sin importarle el dinero que estaba tirando a la basura. Al terminar se fijó abajo de su cama; ahí estaba la bandana de color rojo que le regaló Luna cuando se dejó el cabello largo; se lo iba volver a dejar largo, pero también es porque le tenía un cariño especial a ese regalo de Luna. Se la colocó de nuevo en la frente. Miró con un poco de melancolía cada parte de su hogar. Pensar que jamás volverían a estar todos reunidos ni mucho menos en una situación familiar.
Salió de su casa. Y la miró desde fuera unos segundos. Era mejor dejar ir. Nunca volvería a ser lo mismo de ahora en adelante. Si quería hacer algo bueno por ellas, tenía que ayudar a los chicos.
– ¿Qué haces aquí? -Preguntó la voz de una chica.
Al voltear, casi se cae e incluso el color de su cara adquirió un tono blanco como la leche, mientras se mordía la lengua para no decir "Lori"; sin embargo, no era ella, era alguien más.
– ¿Carol?
–Hola. Ahora, ¿quién eres tú y qué haces aquí? –preguntó, mirándolo con una mezcla de asco y molestia.
–Soy… perdón. Soy primo de los Loud: me llamo Albert Lynott Loud. Vine de visita, pero no hay nadie. Por eso entre –dijo, nervioso por el interrogatorio,
–Lori nunca te mencionó –sentenció ella, dando un paso adelante.
–Soy un primo que tienen en Escocia. De seguro te contó que su familia tiene descendencia de ese país.
–Sí, de hecho sí.
–Vine a Estados Unidos a pasar una temporada con ellos.
–Royal Woods sufrió el ataque de dos "Súper-Terroristas" hace poco –dijo finalmente, algo decaída –, Lori, Luan, Leni, Lily, Lynn Jr. y Luna murieron; el resto de sus hermanas se encuentran desaparecidas, o eso me ha dicho la policía. –Lincoln no respondió. Se puso algo tensó por la declaración, ¿lo consideraban un " Super-Terrorista"? –No eres primo de los Loud –dijo ella, dando un paso hacia él -. Eres Lincoln…
Esa declaración lo dejó helado. ¿Cómo lo supo?
–Yo…
– ¿Crees que soy una idiota? Lori me enseñó fotos donde te teñían el cabello de color negro. No te reconocí al inicio.
–No…
– ¿Crees que no sé lo que hiciste, Lincoln? –Ella lo señaló con el dedo índice –. Sé que causaste la muerte de Lori, Luan y Lynn, ¿verdad? –Lincoln comenzó a sentir como algo empezaba a escalar desde su estómago hasta su garganta. Las lágrimas inundaron sus ojos dándole un toque brilloso como las ventanas que tienen gotas de lluvia y la culpa, tan grande y pesada como una montaña le aplastó el cuerpo –. No te haré nada. Hace poco logré entrar a los servidores de Vought y leí que tú las asesinaste… también leí que eres un fugitivo por el asesinato varios héroes en Las Vegas. No creas que voy a detenerte, o llamar a la policía, sería algo estúpido. –Carol rió, meneó la cabeza y le dio una cachetada, luego le escupió en el ojo –. Te juró que voy a matarte. Vas a morir la próxima vez que nos veamos.
Carol se fue. No pudo decirle nada, realmente no se sentía con energías de hacerlo. Se limpió la saliva de su ojo. La volteó a ver, no sintió que hubiera humor en sus palabras. Y tuvo ganas de reírse, él quería morir, la única razón por la que seguía peleando era por sus hermanas. Y aunque ella estuviera hablando enserio, ¿qué podría hacerle? No era un super.
…
Henry miró tranquilamente los fetos en los tubos. Gracias a las industrias Stark habían conseguido crear clones desde los años sesenta. El padre de Tony lo logró después de crear a los primeros Vengadores. Frederick Vought, sin embargo, los superó y creó a sus propios superhéroes como lo fueron Storm Front y Homelander. Y no eran los únicos, Japón había logrado hacer dos superhéroes más, no solo con el compuesto V, sino que también lograron colocar magia en sus niños.
Pero no lograron ir más allá, después de la guerra ambas naciones quedaron devastadas económicamente hablando, así que Roosevelt les propuso algo a cambio de su perdón y así fue como nació Marvel, Vought y DC. Gracias a esa cooperación entre ellos fue que lograron tener avances gigantescos en la ingeniería genética y biotecnología.
–Señor –lo interrumpió un guardia de seguridad –, lamento interrumpirlo, pero hay alguien que lo busca.
–Dile que no tengo tiempo, o estoy en una junta. No lo sé, inventa algo para que se vaya.
–No es un cliente o alguien que conozca, Señor. –Entonces Henry le puso atención –. ¿Otro periodista, un padre al que le asesinaron, o le violaron a su hijo?
–No; ninguna. Es una chica que dice que usted va estar muy interesada en lo que va decir.
–Dile que me deje su número de teléfono, luego me comunicare con ella y nos arreglaremos.
–Señor, sé que decir cuando son ese tipo de situaciones, pero no es una de esas. Me enseñó unos papeles que tenían información sobre los nuevos "hermanos" de Lincoln Loud –dijo, un tanto nervioso.
– ¿Por qué mierda…?
–No la asesiné porque me dijo que si lo hacíamos esto junto con más experimentos que están haciendo serán tendencia en Twitter.
–Mierda...
Henry se dirigió a la sala de juntas. A veces se reunía con Elizabeth, Joe, Charles, KingPin y Stan Edgar. Aunque la usaban más para encargarse de este tipo de asuntos. Bueno, no es como que pagar millones de dólares le fuera difícil, no les dolía pagar esas cantidades de dinero cuando tres socios suyos tenían riquezas enormes como Bruce Wayne, Lex Luthor y Tony Stark.
Al entrar vio a una chica rubia. Se le hizo bastante hermosa, tenía pechos firmes, sus piernas eran largas y sus caderas estaban bien formadas. Pensó en la posibilidad de que Ace la violó bajo los efectos de las drogas, la llevó al edificio de los siete y después de terminar se quedó dormido. Ella aprovechó para buscar papeles o grabaciones que mostraban a muchas chicas como ella sufriendo la misma mierda y terminó por encontrar los archivos que hablaban de sus proyectos.
–Buenas tardes, señorita. ¿En qué te puedo ayudar?
–Dejémonos de esas mierdas de la educación, voy a serle directo. –Henry no se molestó, le gustaba que la gente fuera sincera en lugar de que estuvieran hablando de la misma mierda por una hora para que al final terminará pagando una fortuna –. No me violó Ace. No soy una periodista que logró colarse en sus fiestas dentro de su isla privada durante Herogasm. No soy algún pariente de los niños violados o comidos por superhéroes. Simplemente me colé en su edificio unos días antes de que se fueran de Royal Woods y encontré mucha información en una de sus computadoras.
–Ya veo. ¿Cuánto dinero quieres?
–No quiero dinero –sentenció. Henry parecía un poco más interesado en lo que iba a decirle, ¿Qué podían querer si no era dinero? –. Verá, señor, en esos papeles alcance a leer el proyecto para detener a sus "amigos" de Las Vegas; los Seis siniestros, unos veteranos de guerra y los nuevos hermanos de Lincoln.
–Entiendo.
–Así que me gustaría formar parte de su proyecto. Leí que gracias a sus investigaciones con Lincoln, logró encontrar la clave para crear más arañas radiactivas, como la que picó a Lincoln.
Era verdad; había logrado crear más arañas radiactivas, no era exactamente como la que picó a Lincoln, esa araña fue un espécimen único. Una araña nueva. Creada con especies únicas, como esa que respiraba abajo del agua, aquella que vivía en el desierto, unas dentro de volcanes, o algunas que se comían a otras porque creían que les daba fuerza. La razón por la que Peter Parker, el muchacho que les hacía entrevistas, murió fue porque su ADN no era compatible, pero la de Lincoln sí lo era, debido a que tenía células mutantes. No era uno como sus hermanas, simplemente las tenía.
–Así que…
–Podríamos participar con ustedes en su proyecto para acabar con Lincoln, es lo único queremos. No crean que después usaremos sus poderes en su contra. Creo que ambos sabemos que Superman podría acabar con nosotros si se lo pide.
O no. Superman no obedecía a nadie más que a Louis Lane, o a sus instintos. Sin embargo, era bueno que muchos pensaran que obedecía sus órdenes.
–Supongo que… ¿usaremos?, ¿podríamos?
–Hay otros dos chicos, son lo que van a liberar la información si rechaza mi oferta.
–Antes que nada, hay que dejar claro que si acepto, podrían morir de cáncer o enfermedades mucho peores que ni siquiera conocemos. ¿Y que no me garantiza que van a cumplir su palabra?
–Nuestros padres y varios amigos nuestros están muertos por el ataque de Luna Loud que destruyó la mitad de la ciudad. Borraremos todo.
–Supongo que tenemos un trato. –La miró seriamente –. Nada más te advierto, si alguien más publica la información que tienes en tus manos…
–No se preocupe por eso.
–Muy bien. ¿Cuáles son sus nombres? –preguntó, al mismo tiempo que Carol se ponía de pie para dirigirse a la puerta.
–Carol Pingrey, Clyde Mcbride y Chandler McCann
Carol salió de la oficina. Henry esperaba no arrepentirse de esto. No tenía otra opción de todos modos. Y si podía usarlo a su favor, suponía que estaba bien. Tenía dos arañas; una hembra que tenía células de la viuda negra, la araña lobo y de la "Pavo Real"; la otra tenía células de la Reclusa Parda, la Tela de Embudo y de la Errante Brasileña. En cuanto a los nuevos hermanos de Lincoln, usaría la sangre que extrajo de él. Le daría todos sus poderes como el absorber poderes de otros superhéroes debido a que compartían el mismo ADN; para eso capturó a los padres.
Por suerte lograron salir muchachos como Lincoln. Y como aún tenía muestras de la sangre de Bruce Banner, podrían tener la capacidad de adaptarse, regenerarse y entre más pelearan, más fuertes se volverían. Aun recordaba esa ocasión donde encontró a Lincoln a mitad del pasillo con una cicatriz en el pecho. Nadie supo que paso, o como se hizo eso. Pero lo que paso es que esa herida causó que sus células regenerativas no funcionaran del todo, al menos las de Bruce Banner. Algo extrañó por lo bien que su cuerpo se adaptó en un principio. Imaginó que ahora tenía los mismos poderes pero de Wolverine y Deadpool.
Con las arañas que usaría con esos chicos, no sabía realmente que pasaría. Al menos ya no tenía que preocuparse con buscar voluntarios. Con uno de ellos usaría algo que crearon a partir de las células de un meteorito.
…
Carol y Clyde estaban en desnudos, sintiendo cosquillas por las patitas de las arañas caminando por su cuerpo. Se pusieron nerviosos y finalmente sintieron la mordida. El dolor fue insoportable. Tanto que gritaron de dolor.
Chandler, por otro lado, se encontraba viendo una cosa que se revolvía. Le encontró parecido con el chile y una babosa. Abrieron el cubo donde estaba y este saltó encima de él.
Henry se sentía satisfecho. No supo si fue suerte, pero esos chicos fueron compatibles a la perfección, solo necesitaba entrenarlos. En cuanto a los hermanos de Lincoln, salieron dos niñas y un niño. Les pondría Liberty, Linka y Lars, solo quedaba inyectar sus recuerdos y entrenarlos junto con Clyde, Carol y Chandler. Ahora tenía que matar a los padres. Ya no le eran útiles.
…
NA: Me tarde mucho en publicar. Pido una disculpa.
Bueno, parece que ahora habrá un equipo de Spider-Man, también un grupo de 6 siniestros y un grupo que de mercenarios que combatirá contra nuestros héroes. Supongo que las cosas van a comenzar a ponerse buenas en próximos capítulos, así que vayan preparándose que esto apenas va comenzando.
Y en cuanto al hechizo, bueno, no me juzguen, sentí después que fue una mamada hacer eso, así que lo borre mágicamente v:
Muchas gracias por leer. Los veré en los próximos capítulos. De momento ustedes quédense en "Lo que vino de un agujero" uwu
