Nota: Este capítulo está situado después del segundo día que Shaina estuvo en Virgo ayudando a cuidar al niño. Exactamente después de que ella y Shaka casi se besan luego de romper el grifo de la cocina.
6. La semana que Shaina estuvo en Virgo
Templo de Virgo
Shaina dio tres vueltas en la cama, no podía dormir. Le era imposible olvidar lo cerca que estuvo de besar a Shaka y no se podía sacar de la cabeza lo casto y puro que resultaba en ese momento el lecho en el que descansaba.
El saber que nada divertido había pasado en esa cama durante años, la excitaba a rabiar. Ella no podía entender como era que Shaka se las arreglaba para andar por ahí sin un poco de acción.
¿Tendrá sueños húmedos? ¿Pensamientos indecentes? ¿Pensará en mujeres? ¿Se masturbará?
Todas esas preguntas no la dejaban dormir. El dorado estaba a unos escasos pasos y aún así parecía inalcanzable. Molesta se puso de pie y salió de la habitación para buscar un poco de agua, tan distraída estaba que no se percató inmediatamente en un par de ojos azules que la observaban con escrutinio.
—Hola Shaka
—¿No puedes dormir?
—Solo voy por un poco de agua, ¿y tú?
—También fui por un poco de agua. —Señaló el vaso que llevaba en la mano
Shaina observó con detalle al hombre que tenía en frente. Él solo llevaba puesto un ligero pantalón de pijama mientras su dorso bien marcado estaba completamente desnudo. La cobra no pudo evitar morderse el labio ante aquella fascinante imagen.
—¿Te puedo ayudar con algo? —preguntó él sintiéndose incómodo ante la mirada traviesa de la chica
‹‹Desde luego›› Quiso contestar.
—No —habló después de un sinfín de malos pensamientos—. Que tengas linda noche Shaka de Virgo —Finalizó pasando muy cerca del muchacho y mirándolo de reojo
Shaka tomó una gran bocanada de aire cuando la sintió lejos. Sin perder más tiempo se escurrió en la habitación para poder dormir.
….
La mañana llegó rápido y Shaka no había olvidado el encuentro en el pasillo con Shaina, tampoco olvidaba que el día anterior estuvo espiando a su compañera mientras se duchaba y mucho menos olvidaba lo cerca que estuvo de besarla. Shaina se estaba convirtiendo en un auténtico problema.
Piero hizo un pequeño puchero. Shaka suspiró se puso de pie y se levantó para atender al niño y pensó que de no estar el bebé allí nada de eso habría pasado.
Nada.
Pero no todo sale de maravilla y él tenía que entender que así es la vida y como dice la canción, a veces negra y a veces color rosa. Otro suspiro. Con el bebé ya limpio decidió ir hasta la cocina y tomar un poco de agua y como si fuera poco y como si ella pudiera leer su mente, Shaina estaba allí.
A veces negra a veces color rosa.
Ella, estaba de pie frente a la estufa, luciendo una camiseta de pequeños tirantes de color negro y. Shaka tuvo que tomar una gran bocanada de aire, porque el pantalón de Shaina se había encogido considerablemente y para el colmo de males, éste era de un color rosado muy pálido que apenas cubría su zona baja. Las piernas de la cobra se veían en todo su esplendor y cada vez que ella se estiraba para tomar algún utensilio de la gaveta más alejada su ropa se subía dejando ver un poco más de piel.
Los recuerdos volvieron y Virgo se acordó que aquellas ropas eran las mismas que ella lucia la noche anterior. Pero anoche no reparó tanto en ellas, no solo porque estaba oscuro, sino porque toda su atención se había desviado al rostro de Shaina quien se veía sonrojada y extraordinariamente bella.
—Buenos días —saludó Shaka intentando guardar la compostura
—Hola Shaka —contestó ella girándose para verlo y dejando ver su escote pronunciado.
Aunque el dorado quiso disimular, bien pudo notar que bajo la blusa de la chica no había absolutamente nada.
Nada.
—¿Dormiste bien? —Quiso saber ella. Shaka contestó con un movimiento de cabeza afirmativo.
Nada más lejos de la realidad. Dormir no fue fácil. Mas si pensaba en el hecho de lo cerca que estuvo de besarla justamente ahí en la cocina. Shaina sonrió y continuó con la labor.
—¿Qué tal tu noche? —preguntó él dejando al niño sobre la mesa, quien estaba muy cómodo en su pequeña sillita—. ¿Dormiste bien?
—Increíblemente sí —contestó ella sin dejar su labor—. Suelo sufrir de insomnio. No me es fácil conciliar el sueño. Pero estas dos noches, eh dormido como bebé. O estoy terminando muy cansada o en serio tu templo es tan sereno que me da tranquilidad
—Tal vez sea lo segundo, con un poco de lo primero. —Shaina sonrió—. Hay técnicas de relajación para poder conciliar el sueño. Si quieres te explico, así no sufrirás de insomnio
—No te preocupes, me gusta pensar muchas cosas en la noche y si requiero dormir inmediatamente, masturbarme siempre me ha servido
El rubio se atragantó con un poco de fruta.
—¿Estás bien, Shaka?
—Sí —contestó tomando agua
—Te sonrojaste
—Sí. Me ahogué con un trozo de melón
—Ay, Shaka. No me digas que eso de la masturbación es un tema tabú
—Desde luego que no. No sé porque lo dices
—Porque me parece mucho que casi te atragantas porque hablé de eso. Las mujeres lo hacemos también. No es un tema sólo de hombres
—Yo sé —contestó molesto
—A mí siempre me ha funcionado esa técnica para dormir. —Sostuvo sirviendo los platos de comida—. Es sencilla, placentera y me deja tan agotada que me duermo de inmediato. —Sonrió, Shaka mantenía su vista fija en la mesa—. ¿Te incomoda el tema?
—No
—Pareciera
—Pues no
—Esta mañana estaba pensando que el hecho que haya podido dormir tan bien estas dos noches es porque sí, termino agotada. Cuidar de un niño es abrumador —Shaka le dio la razón, él también se sentía cansado—. Pero posiblemente hoy o mañana me acostumbre a la rutina y volverá mi insomnio. Por lo tanto, es más que seguro que el resto de esta semana no pueda dormir bien. Será pensar un rato en las noches, ¿no? Eso si no requiero de dormir inmediatamente
Shaka tragó saliva. No sabía cómo continuar con esa pícara conversación.
—Piero vomitó. —Sostuvo la cobra pasando por encima de Shaka quien tuvo muy de cerca de su cara los pechos abultados de la chica
—¡Yo me encargo! —comentó alejando a la joven para encargarse del nene—. Toma asiento y desayuna
Shaina sonrió e hizo como se le indicó
—¿Te molesta si me quedo así? —preguntó la chica, señalando su ropa—. Hace mucho calor y ya que no vamos a salir del templo no veo problema con mi apariencia, pero si a ti te incomoda…
—Como te sientas más cómoda está bien para mí
—Shaka, muchas gracias. Eres muy considerado
Virgo sonrió de medio lado e intentó mirar a Piero desviando toda la atención que tenía delante de él. Shaina era sencillamente bella, sus ojos verdes y su cabello resaltaban toda su armoniosa figura.
—Suelo vestir así cuando estoy sola en la cabaña. Si viviera sola andaría por ahí desnuda. Aunque sí duermo desnuda. —Sonrió con picardía. Shaka la miró de medio lado y contestó con una sonrisa ligera y continuó desayunando—. Aquí no, no te preocupes. No estoy profanando tu cama
Shaka suspiró nuevamente antes de atreverse hablar:
—No te preocupes. Tú duerme como te sientas más cómoda
—En serio eres muy amable. Entonces esta noche tal vez lo haga —Virgo sonrió y se removió un poco en su asiento—. Bueno. Me voy a duchar. Cuando esté lista me quedo con el nene para que hagas lo mismo. ¿Te parece?
—Sí está bien por mí
—Excelente
Ofiucos desapareció del lugar y Shaka sintió como si se hubiera quitado un peso enorme de encima. Se dejó caer sobre el espaldar de la silla y dejó salir un largo suspiro soltando todo el aire que tenía acumulado en sus pulmones.
—¿Qué está pasando? Es una compañera. Ella es mi amiga. Una colega. Ella confía en mí y no es apropiado mirarla de forma indebida. Shaina debe sentirse cómoda mientras esté aquí conmigo. —Otro suspiro y su cabeza golpeo la mesa—. Pero no está siendo fácil
Nuevamente si incorporó y miró todo el lugar e intentó no reflejar la imagen de la escena en el piso de la cocina, donde él y ella casi se besan y también intentó borrar el recuerdo de ella en la ducha, pero sus esfuerzos estaban siendo muy laboriosos. Sacudió su cabeza. Tenía que comportarse a la altura de un caballero y no sólo de un guerrero, sino de un hombre que no pierde la compostura sólo porque una mujer está por ahí ligera de ropa.
Ay, pero la cobra no hacía las cosas fáciles. Después de salir del baño y de supuestamente estar lista, llegó a la cocina con un short de color verde muy pequeño y una blusa mucho más pequeña que la que la acompañaba antes del desayuno, y no había que ser un buen observador para notar que la ropa interior no era parte del atuendo diario de la amazona. Cuando Shaka pudo ponerse de pie, caminó tan rápido hasta el baño y después de una buena ducha de agua fría sintió que nuevamente estaba en armonía. Pero al salir de la habitación sabía que otra vez ella andaría por ahí, luciendo su bien pronunciada figura.
Sería un día caluroso. Muy caluroso.
Y así fue. Piero no dio problema. Todo el cuidado del niño se limitó a dormirlo, alimentarlo y cambiarlo. Shaina por su parte estuvo con su pequeño atuendo todo el día y cada que tenía oportunidad se acercaba a Virgo y de forma muy coqueta le acariciaba el brazo y le sonreía con travesura. Shaka hacía todo esfuerzo por mantenerse a raya, pero no era sencillo.
Quiso mantener los ojos cerrados, como debía, pero por alguna extraña razón siempre se encontraba observando a Shaina. La veía caminar, sonreír, llevarse el cabello hacia atrás, la veía organizarse la ropa, la veía cuando ella muy cerca se inclinaba a recoger algo. Shaina se había vuelto muy torpe de un momento a otro dejando caer cosas constantemente y aunque él, la mayoría de las veces fue muy rápido y las levantó antes que ella, otras veces siempre tuvo plena vista del escote de la italiana.
Si Shaina tenía calor, Shaka lo sentía aún más.
La noche llegó. Virgo suspiró, su tortura terminaría. El niño se dormiría pronto y como no, Shaina se iría lejos de su vista.
Como lo había hecho las dos últimas noches Shaka cantó una canción, está como siempre fue hermosa, pero si Shaina hubiera conocido la letra y hubiera tenido un mejor oído se hubiera dado cuenta que Shaka se equivocó en un par de estrofas y desafinó varias veces.
Y todo porque ella estaba tumbada sobre la cama con las piernas elevadas, ejercitándose con una cinta elástica. Aunque Shaka estaba de espaldas a ella podía verla con el rabillo del ojo. La amazona abría las piernas y las cerraba en movimientos muy agiles.
Shaka quiso gritar, quiso levantarla y llevarla hasta al otro cuarto y allí tomarla durante toda la noche. Anheló perderse entre esas piernas y romperle la ropa para poder ver lo poco que aún se ocultaba bajo sus ligeras prendas. Quiso besarla, enredar sus dedos entres sus cabellos y escucharla gemir.
Quiso muchas cosas, pero no hizo nada.
Ella sólo estaba sobre la cama, ejercitando sus extremidades y de ninguna manera ese acto significaba una invitación. Shaina merecía respeto y estar allí acostada con las piernas en alto, no era una razón para aprovecharse. Ella era su amiga. Su compañera de armas, una mujer y una guerrera que como cualquier otra merecía todo el respeto del mundo.
—Ya se durmió —le comentó a la chica intentando no mirarla
Ella dejó de hacer lo que hacía y se sentó sobre la cama.
—Qué bueno. Yo haré lo mismo —pronunció caminando hasta la salida—. Hoy no me siento tan cansada como anoche. Supongo que me costará trabajo dormir —Suspiró—. Bueno, ya inventaré algo y como me diste autorización dormiré desnuda. Sólo espero que no ataquen el Santuario precisamente hoy.
Sonrió saliendo del lugar.
Shaka se quedó con las palabras en la boca y se sentó en la cama intentando organizar sus pensamientos. Realizó unas técnicas de relajación y después de unos minutos se arregló para acostarse a dormir.
Once de la noche
Shaka giró sobre la cama hacia el lado izquierdo y luego hacia el derecho y luego nuevamente hacia el izquierdo. Le era imposible conciliar el sueño y se giró hacia lado derecho otra vez. Un pequeño puchero de Piero lo hizo detenerse, de seguir dando vueltas terminaría despertando al bebé.
Suspiró. ¿Y si Shaina tampoco podía dormir? Ella estaba allí en su cuarto, en su cama y desnuda y posiblemente si necesitaba dormir o quería dormir de inmediato se tomaría su tiempo disfrutando de su cuerpo.
Ella lo dijo esa mañana, que la masturbación era una buena forma de conciliar el sueño. Y sí lo era, él lo sabía.
¿Y sí ella se estaba tocando en ese momento?
—¿Necesitará ayuda? —se preguntó
Tomó una gran bocanada de aire y otra más e imaginó a Shaina al otro lado, en su cama e intentando dormir. Resopló y tuvo mucha sed por lo que se dijo que lo mejor era dejar una jarra con agua en su habitación para de esa forma evitar tener el deseo de buscar a la Cobra.
Salió del cuarto y observó los pasillos vacíos y oscuros. La puerta de la alcoba donde descansaba Shaina estaba ligeramente abierta.
Shaka abrió aún más sus ojos y se acercó hasta el lugar e intentó escuchar lo que pasaba dentro del cuarto. Todo estaba completamente silencioso, no se percibía nada, como si adentro de la habitación no hubiera nadie. Y eso pensó. Tal vez la cobra estaba en la cocina buscando un vaso de agua, pero al agudizar mejor sus sentidos percibió que ella sí estaba en la alcoba.
Todo estaba muy oscuro por lo que el santo se preguntó que tanto hacía ella, ya que su respiración era normal. No profunda como si estuviera durmiendo y tampoco agitada como si estuviera buscando formas de conciliar el sueño.
Tal vez ella sólo pensaba.
Shaka caminó hacia tras sin hacer ruido, giró sobre sus talones y se encaminó hacia su alcoba. Lo mejor era no continuar por ahí a hurtadillas en el sexto templo.
….
Shaina sintió a Shaka cerca de la puerta, lo percibió apenas él se colocó delante de la habitación y esperó pacientemente a que éste se adentrara en el recinto. Dejó escapar un suspiro cuando se percató que él había vuelto a su cuarto.
—¿Qué pasa Shaka? —Se acomodó mejor entre las cobijas—. Sí que eres un hombre difícil. Pero aún faltan cuatro días
…..
Cuatro días más, que no pasaron tan rápido como Virgo hubiera querido. Shaina continuó luciendo prendas muy pequeñas y ajustadas, se sentaba con descaro en el comedor y en la sala. Se ejercitaba constantemente y tomaba duchas con la puerta del baño y de la habitación abierta. Cada que podía se acercaba lo suficiente al rubio para rozar sus manos y su cuerpo. Intentaba mantener conversaciones pícaras, pero todo lo que hacía simplemente no funcionaba. Shaka continuaba inmune a sus encantos y la Cobra se sentía frustrada. Muy frustrada.
Shaka tuvo que hacer uso de toda su fuerza mental para no arrojarse en más de una ocasión sobre la Cobra. La deseaba como nunca, no podía evitar mirarla y aunque los primeros días fueron un martirio, con los demás esperaba pacientemente sólo para ver que llevaba puesto Shaina. Empezó a gustarle el color verde, luego el rojo y como amó el color naranja; aquel pantaloncito era mucho más pequeño que los demás.
Vaya que la amazona sí que tenía diminutas prendas para lucir ese cuerpo tan magnificó y todo lo que hacía era sumamente sensual. La forma en la que hablaba, en la que se inclinaba para alguna cosa, la forma en que sonreía y se ejercitaba, todo aquello era digno de admiración y muy excitante también. Y Shaka no sabía cuánto más podría aguantar.
Pero la semana pronto acabaría y se prometió dedicarse a una larga meditación para sacar todos esos pensamientos y deseos de su cabeza. Por lo menos los dioses le habían regalado la fortuna de no encontrarse con Alejandra. Aquellas dos mujeres lo tenían confundido. Pero él sabía que en el momento que Shaina con su sugerente vestir se fuera, todo volvería a la normalidad.
Fue fuerte, demasiado. En otros tiempos se hubiera aventurado hacia su compañera y de seguro la habría tenido cerca todas las noches. Pero él no era así. Y por más que quiso muchas cosas, todo lo llevó con calma y respeto. El turno acabó y la cobra se marchó. Un último juego con una moneda y ésta dijo que no. Ella se iba.
Todo volvería a la normalidad. Su mente se aclararía y su ser estaría nuevamente en completa armonía. Shaina no se metería más a su cabeza. Todo estaría bien a partir de ese momento.
Saint Seiya es una obra de Masami Kurumada
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Bueno y ya todos sabemos que las cosas no le fueron mejor a Virgo después de todo este asunto y que empezó con su dilema que casi lo vuelve loco.
Ya sabemos que tanto hizo Shaina en el sexto templo y Shaka no la tuvo para nada fácil. Que mujer.
Para los que no se han leído Inefable. Los invito nuevamente. Recuerden que en este estoy contando las primeras experiencias de los santos, por lo tanto, es allí donde encontrarán esa primera vez de Shaina y Milo. Shun y Naomi. Naomi y Afrodita. Bueno, y los demás. La de Saori y Julián no, porque esa ya quedo algo clara en ¿De quién es el bebé? Y si veo necesario ahondar en la relación de ellos dos, lo haré en este fic.
Muchas gracias por leerme.
Guest, Ivonne Galvn, Nyan-mx, Natalita07, Monse, ShainaCobra muchas gracias por sus bellos comentarios.
Monse: Minos es digno de adorar jajaja
Guest: Ah…con que esas tenemos, te gastaste todo el dinero en Rodorio con ese par que son una mala influencia. ¡Y no me invitaron¡ Ah listo jajajaja…muchas gracias por tu comentario y por seguir al tanto de mi trabajo. Si no te has pasado por Inefable (el fic de las primeras veces) te invito para que te lo leas también. A mí no me parece raro ver a Shun y Saori juntos, no hago más que shipearlos cada que puedo jajaja hasta hice un fic de ellos. Y tú sabes que por lo menos Saori ya se enteró de ese encuentro entre Minos y Naomi y lo dejó pasar porque estaban de civil jajaja
Nos estamos leyendo.
