Nota: ¿Recuerdan a la chica de la plaza de la cual Aioros olvidó su nombre? ¿Y recuerdan que Shura y Naomi tuvieron un encuentro? Bueno, en este capítulo les cuento algo ;)


8. Aquellas dos grandes razones

Era una noche tranquila en el colorido pueblo de Rodorio. Cerca del puerto, un pequeño bar se iluminaba por encima de otros establecimientos que a esa hora ya se encontraban cerrados. El lugar no era muy amplio a pesar de la gran cantidad de personas que lo visitaban en fin de semana. Unas cuantas mesas se encontraban en los en rededores de la estancia y una enorme barra se desplegaba de lado a lado con enormes sillas.

En las paredes unos cuantos televisores presentaban imágenes de vídeo y transmitían música de los 80 y 90. El ambiente era cálido, el olor a incienso escondía el aroma de cerveza. Ese día de la semana era apenas miércoles, por lo tanto, a diferencia de un viernes o un sábado, el bar no estaba muy lleno.

Dos hombres se hallaban sentados en la barra, bebiendo un par de cervezas, y conversando sobre temas realmente importantes. Los caballeros, tenían un hermoso porte de guerreros y todo aquel que se adentraba en el recinto no podía evitar observarlos. Aquellos hombres eran los valientes santos de Athena y como la mayoría de las cosas en la pequeña villa Rodorio, tenían trato especial y ofertas todos los días. Aquel bar en particular, era el favorito de muchos en el Santuario.

—Tengo una ligera debilidad por las rubias. —Sostuvo uno de los hombres de piel bronceada y cabello verde oscuro—. Cada que veo una rubia, obligatoriamente tengo que voltear a mirar

—Te conformas con muy poco Shura —comentó su compañero—. Rubias, morenas, todas son bellas

—Lo sé Aioros —acotó tomando un sorbo de cerveza—. Pero las rubias, son mi debilidad. —Ambos se echaron a reír—. Te voy a confesar algo —dijo en tono serio. Su amigo guardó silencio—. Aquí entre nos, me gusta, me fascina. June de camaleón

—¿June de camaleón? —preguntó consternado—. ¿Qué ella no tiene como 11 años?

Shura rodó los ojos molesto.

—¿Qué te pasa arquero? —resopló—. ¿Qué no la haz visto? ¿Acaso crees que una niña de 11 años se vería así, como toda una mujer?

—Los niños de hoy en día no demuestran la edad que tienen. Debe ser la comida —Comentó con ligereza.

Shura tomó una gran bocanada de aire.

—No, Aioros, ella no tiene 11 años. Hace mucho que pasó por ahí. Idiota

—¡Hey! Bueno. ¿Y qué?

—¿Qué de qué?

—¿Cuándo piensas ir por ella? —explicó con un movimiento de manos hacia adelante

—¿Bromeas? Es una niña

—Claro, porque tiene 11 años

—¡Que no tiene 11 años, idiota! —Aioros no pudo evitarlo y se echó a reír como demente—. Además. ¿Qué clase de pervertido crees que soy para que me fije en una niña de 11 años?

—Pero no te enfades

—Ella es algo joven. —Remarcó—. A eso me refería, además, creo que tiene algo con Andrómeda

—Oh sí, ellos dos siempre están juntos. Pero no creo que haya nada ahí. —Sostuvo terminando su bebida—. Por lo mucho, ellos dos deben de ser amigas

—Andrómeda es un hombre

—¿Seguro, Shura?

—Aioros

—Oye, si no estoy mal, Shun tiene una relación íntima con este otro muchacho —explicó cómo intentando recordar algo—. El rubio, el discípulo de Camus

—¿Hyoga?

—Sí. Ese (no soy bueno con los nombres), ellos dos están juntos —aclaró

—Hasta donde yo sé, Hyoga y Shun son hermanos

—¿Hermanos? —Capricornio asintió con una ligera mueca—. ¡Shura, eres un degenerado! ¿Cómo pudiste pensar esas cosas de ellos dos?

—¿Qué? Fuiste tú

—Oh…sí, fui yo. —Soltó una ligera carcajada.

Shura negó con la cabeza a los desvaríos de su amigo.

Pidieron un par de cervezas más, para después fijar su mirada en la puerta del lugar que hizo un pequeño ruido al ser abierta, para dejar ver a una hermosa joven de cabello miel, ojos cafés y grandes pechos.

Los dos hombres observaron a la chica por largo tiempo, ella sonrió con amabilidad y se sentó en una de las mesas alejada de cualquier escrutinio.

—¡Me la pido! —dijeron los dos, siendo ligeramente más rápido Aioros

—¡Maldición! —Masculló Shura

—Tú dijiste que te gustan las rubias y que además estás enamorado de June. No seas goloso

—Cierra la boca

—Bueno —dijo Sagitario tomando las dos cervezas que acababan de dejar frente a ellos—. Deséame suerte —continuó caminando hacia la joven—. Hola —saludó a la chica y sin ser invitado tomó asiento en la mesa

Shura lo vio partir, resignado se sentó derecho y pidió una cerveza, anhelando muy internamente que la muchacha rechazara a su amigo para luego intentar él ir con ella.

…..

—Mi nombre es Aioros, santo dorado de Sagitario —dijo delante de la joven de ojos cafés. La chica sonrió complacida y lo miró interesada—. No te había visto antes y es imposible no notarte —expuso, mirando con disimulo el escote de la mujer

—Trabajo en la plaza —comentó ella—. Llego muy temprano y me voy muy tarde a casa

—Pero te hubiera notado en la plaza. En verdad, tienes unos grandes…ojos

—Gracias —acotó ella sabiendo que él realmente no hablaba de sus ojos—. Uso ropa muy gruesa en la plaza, para evitar miradas indiscretas

—¿Y vienes sola? —Cambió rápidamente de tema

—De hecho, quedamos con una amiga de tomarnos una cerveza, pero al llegar acá, ella se tuvo que ir, ya estando aquí, decidí entrar un rato

—Qué suerte la mía —comentó guiñándole un ojo

—¿Sabes que Aioros? Yo a ti sí te había visto antes. Siempre andas por el pueblo con una gran sonrisa. Es imposible no notarte

—¿Eres una admiradora? —expresó con picardía. Ella se mordió el labio inferior

—De hecho, sí. Siempre espero a verte caminar por ahí

—Si quieres puedo desfilar para ti —comentó inclinándose hacia delante en completa galantería

—Eso sería interesante. —Sonrió—. Me llamo Amelia, por cierto

—Qué bonito nombre, jamás lo olvidaré

—¿Entonces quieres desfilar para mí? No todos los días se tiene la suerte de que un santo dorado te dirija la palabra y mucho menos de tener el placer de un desfile privado. Como fan, estoy muy emocionada

—Iré a firmar todas tus camisas si lo deseas

—Entonces vámonos de aquí

….

Shura ya iba a la mitad de su cerveza cuando vio a Aioros levantarse en compañía de la bella joven y caminar hacia la salida, el ruido de la puerta anunciaba que esa no era su noche. Por ahora el arquero había ganado. Nuevamente la portezuela se abrió. El español miró sobre su hombro esperando que su compañero tuviera la delicadeza de despedirse, pero contrario a eso, se encontró con unos ojos castaños intensos, al notar quien había ingresado, se giró para sonreírle a la recién llegada.

—Naomi. ¿Cierto? —preguntó el hombre a la linda pelirroja que caminaba hacia él

—Sí, ese es mi nombre —contestó ella tomando asiento cerca de Shura

—¿Vienes con alguien? —Quiso saber en lo que ella pedía una cerveza. La chica contestó negativamente—. ¿Esperas a alguien? —Ella volvió a negar—. ¿Por qué estás sola?

—¿No puedo estar sola? —Shura intentó protestar—. Me gusta pasar por acá de vez en cuando. ¿Qué hay de ti? ¿Por qué tan solo?

—Estaba con el idiota del arquero. Pero él ya tiene mejor compañía —explicó

—Oh sí, lo vi antes de entrar. Él ni siquiera notó mi presencia. No lo culpo, tenía un buen par de razones para estar distraído —Shura sonrió de medio lado

—Era difícil no verla. Toda una distracción como lo mencionas tú. ¿Quieres una cerveza?

—¿Intentas ligar conmigo? ¿No pudiste con la voluptuosa chica, y ahora quieres conmigo?

—¿Qué? —Shura se sintió contrariado. Aunque le gustaba Naomi y en cierta forma si pensaba obtener algo de ella, no esperaba ser descubierto tan rápidamente—. Sólo te invito una cerveza

—¿Entonces no quieres conmigo?

—No, eres mi amiga —expuso tomando el contenido de su botella de un solo sorbo

—Que lástima. Porque yo sí quiero contigo —acotó en tono seductor. Shura se atragantó en el acto

—¿Qué? —Logró articular—. ¿Qué?

—¿Te sientes bien? —Quiso saber ella al ver al hombre intentando dejar de toser

—¿Juegas conmigo? —dijo un poco más tranquilo

—Te equivocas, me gusta ir al grano. Nada de rodeos como si yo fuera una niña. Yo hice un par de preguntas esperando honestidad de tu parte —Shura la observó por largo rato—. Oye ya sabes. El hombre propone la mujer dispone

—Vaya, en realidad sí quiero contigo. Pero

—Pero ¿qué?

—Pero nada realmente. Entonces. —Tomó un poco de aire—. ¿Qué tal si nos vamos?

Naomi guiñó un ojo y con la mirada lo invitó a seguirla. Shura sonrió tranquilo.

Esa sí, era su noche.

….

—Tienes una bella casa —expuso Aioros llegando a una pequeña cabaña muy reconfortante

—Bueno, quiero verte desfilar. —Pidió ella tomando asiento en un enorme sillón de color café—. O mejor aún. Desvístete para mí

—Eres una mujer muy traviesa —comentó en lo que ella ponía algo de música

—No pierdas el tiempo

—Aquí voy. —Sostuvo desprendiéndose de la camisa

—Vaya, que lindo

….

El sol acarició su rostro. Aioros hizo una ligera mueca antes de despertar, sintió un pequeño cosquilleo en su brazo derecho y se encontró con el angelical rostro de su amante. Ella dormía plácidamente entre sus brazos, completamente agotada, debido a que el santo de Sagitario, no le dio tregua en toda la noche. Suspiró profundo y quiso despertarla. Quería probar otra vez sus labios, acariciar su cabello y desde luego perderse en medio de ese par de senos.

Con un movimiento leve acercó su mano izquierda hasta el rostro de la chica, pero antes de poder acariciarla recordó algo importante.

¿Cuál es su nombre? —pensó y dio un largo recorrido por toda su cabeza tratando de recordar tan importante asunto—. ¿Andrea? ¿Adriana? ¿Azucena? —Por más que intentó simplemente no podía recordar—. Maldición, era, ¿Anabel? Mierda no logro acordarme. Tal vez ella no me dijo su nombre. Sí debe ser eso, no me lo dijo. —Intentó despertarla deteniéndose en el aire—. ¿Y si sí me lo dijo? Estaré en problemas. ¡Mierda! ¡Mierda! ¿Y ahora qué hago? —Miró por largo rato a su compañera. Resignado se puso delicadamente de pie—. Es mejor aquí corrió que aquí murió

Sin hacer el menor ruido y con mucho cuidado logró salir de la cama, buscó rápidamente su ropa y de la misma manera que apareció en la vida de Amelia así mismo desapareció.

—¿Cómo es posible que haya olvidado su nombre? Era con 'a'. Creo. ¿Anais? ¿Antonella? ¿Anna? ¿Noelia? ¡Ese ni siquiera empieza con 'a'! ¡Ay, todo por ese par de pechos! Maldición, no podré volver al pueblo por un largo tiempo

…..

Shura y Naomi salieron al umbral de un hotel que estaba estratégicamente frente al puerto, ambos sonrieron ante el nuevo día y caminaron con paso ligero hasta el Santuario. La conversación fue fluida, donde hablaron de algunas cosas que pasaban en el puerto. Al llegar ante las tierras atenienses, Naomi se despidió sin tanto adorno.

—Oye espera —Pidió el dorado—. ¿Qué tal si nos vemos esta noche?

—Estuviste muy bien mi querido santo. Pero me harto con facilidad y tú no eres la excepción. Así que no volverá a pasar. Hazte a la idea —expuso dándose la vuelta y despidiéndose del dorado con la mano en alto

—¿En serio? —Shura se quedó a mitad de camino completamente contrariado viendo partir a Naomi—. ¿Me usaron? —Se preguntó—. Bueno, fue divertido

Saint Seiya es una obra de Masami Kurumada

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Hola, hola. ¿Extrañándome?

Lamento la tardanza, pasaron muchas cosas en este último mes. Bloqueo mental, algunos inconvenientes familiares y problemas de salud. Pero ya estoy mejor, creo jajaja

Bueno, corto pero sustancioso, ya tienen una idea de cómo fue ese encuentro entre Amelia y Aioros y esas dos grandes razones que lo obligaron a olvidarse de su nombre. Como había estado tanto tiempo ausente, les comento que ya tengo listo el borrador del siguiente capítulo de Inefable. Apenas lo tenga corregido, lo publico, por ahora les puedo adelantar que será el de Saga, así que no se lo pierdan.

Muchas gracias a todos por su paciencia y por estar tan pendiente, no solo del fanfic sino también de mí: beauty-amazon, Nyan-mx, Natalita07 muchas gracias, chicas por su apoyo.

Y como siempre a Ivonne Galvn, Monse, Guest, ShainaCobra, Nyan-mx, Natalita07; por sus bellísimos comentarios.

Monse: Es verdad, igual nadie se resiste a hacer semejante pregunta

Guest: Desde luego, a medida que avancemos iremos sabiendo más cositas al respecto

Nos estamos leyendo.