Esta historia no me pertenece es una adaptación del libro de la escritora Maggy Shayne . Escribo esta historia por que es muy buena. Ah y por favor no me de manden ni me acusen de robar la historia ya que nada repito NADA me pertenece
Ninguno de los personajes de Inuyasha me pertenecen los personajes son de Rumiko Takahashi
Capítulo 3
El misterioso guía estaba en la calle mirándola fijamente al otro lado del ventanal. Ella también lo miró durante unos segundos mientras sentía cómo una oleada de calor inundaba su cuerpo con una intensidad completamente desconocida para ella. Fue él el que apartó antes los ojos, y lo hizo para echar un vistazo a uno de los libros del expositor que había a su lado. Después volvió a mirarla con la misma fuerza. Parecía que con aquella mirada estuviera tratando de decirle algo.
Un grupo de turistas bloqueó su visión al pasar entre ellos y, cuando se hubieron alejado, él ya no estaba.
Kagome se puso en pie rápidamente y corrió en su busca. Miró por todas partes, pero no había ni rastro de él. ¿Por qué quería verlo con tantas ganas¿Qué le diría si se encontrara frente a él¿Cómo iba a explicarle lo que le ocurría cada vez que se cruzaban sus miradas? Era como si algunas partes de su cuerpo que habían estado dormidas se despertaran de pronto. Era como si se derritiera por dentro, su piel se estremeciera, se le acelerara el corazón y se le pasaban por la cabeza cosas en las que jamás había pensado.
Seguramente era deseo. Siempre se había mostrado bastante fría ante los hombres, pero, por alguna razón, a lo mejor alguna extraña atracción química, cada vez que veía a aquel hombre al que apenas conocía sentía el impulso irreprimible de arrancarle la ropa.
Quizá fuera el intenso calor de Nueva Orleans, o quizá él tenía algo que provocaba tal deseo... Probablemente aquellas botas negras.
Sin darse cuenta, Kagome echó un vistazo al expositor de la tienda e intentó adivinar cuál de esas publicaciones sería la que había mirado él. Lo que descubrió en la portada de una de ellas la dejó sin habla: era una foto de su hotel bajo el titular Hoteles embrujados del barrio francés. Hojeó el libro hasta encontrar la imagen de una mujer desnuda exacta a ella. Al pie de la foto leyó algo aún más sorprendente: "La prostituta Kikyou sirvió de modelo para importantes artistas de mediados del siglo XIX. El hombre que la pintó en más ocasiones fue Inuyasha Taisho, cuyo autorretrato aparece en la página siguiente".
Cuando consiguió despegar los ojos de desnudo, pasó la página y se encontró mirando el rostro del guía.
–¡Dios mío! –exclamó en voz alta sin darse cuenta–. ¿Cuál será el significado de todo esto?
–¿Quiere comprar ese libro, querida? –le preguntó la dependienta.
–Sí, sí, aquí tiene –respondió ella saliendo de su ensimismamiento y dándole un billete–. Quédese con el cambio –añadió justo antes de volver rápidamente a la mesa del café donde el camarero ya había dejado su café.
Kagome se bebió el café sin poder apartar los ojos de la triste historia de Kikyou.
Era obvio que el guía les había ocultado muchos detalles. Les había hablado de las prostitutas fallecidas en el incendio al quedar atrapadas en las habitaciones del tercer piso, pero después se había entretenido en contarles las historias de los encantamientos y sucesos extraños que había sucedido en el hotel desde entonces. Sin embargo no les había contado que Kikyou era una modelo, la preferida de un hombre llamado Inuyasha Taisho, que era completamente igual a él. Inuyasha había tratado de rescatarla del fuego, pero él se quedó también atrapado. Aunque había sobrevivido, sus manos habían resultado tan afectadas por las quemaduras que no había podido volver a pintar.
Cerró el libro con lágrimas en los ojos y con un nudo en la garganta que le impedía respirar con normalidad. Tenía que hablar con el guía, pensó mientras dejaba el dinero sobre la mesa y se ponía en pie. La visita había partido el día anterior de una de las tiendas de vudú de la calle Rampart, que se encontraba cerca del hotel; así que supuso que ése era un buen lugar para empezar la búsqueda. Al entrar allí le sorprendió notar una deliciosa ráfaga de aire fresco.
Era una tienda pequeña de techos altos y paredes de madera oscura completamente cubiertas de estanterías donde se exponían los productos a la venta: muñecas de vudú, velas de diversos tamaños y colores... El aire olía a incienso y humo de puro.
–Quería saber si usted podría ayudarme a encontrar a alguien –le dijo a la muchacha que había tras el mostrador.
–Si quiere que le lean la mano, pase por aquí –le pidió señalando una puerta cubierta por unas cortinas de cuentas de madera–. Kaede está aquí hoy.
Kagome sacudió la cabeza.
–No, no me refería a eso. Estoy buscando al guía de la Visita a los Rincones Encantados que sale de aquí.
–¿Cuál de ellos? Hay muchos guías.
–Tenía el pelo largo y platinado, ojos dorados. Llevaba unas botas...
–Ah, te refieres a Yasha. No sabes la cantidad de mujeres que venían antes a buscarlo después del tour. Pero ya no trabaja para nosotros, hace ya... cinco años que se fue.
–Eso es imposible. Era el guía de la visita que mi hermana y yo hicimos anoche.
La chica la miró con el ceño fruncido hasta que Kagome bajó los ojos incómodamente.
–¿Sabe entonces quién guió la visita de las nueve y media? –preguntó buscando una estrategia alternativa.
–Veamos –dijo mirando unos libros–. Debió de ser Miroku.
–¿Y sabe dónde podría encontrarlo?
–Pues tiene otro grupo dentro de media hora, así que estará en la puerta unos minutos antes.
Kagome dio las gracias y se encaminó hacia la puerta, pero cuando estaba a punto de salir, oyó el tintineo de las cortinas de cuentas y después una voz de mujer:
–Venga por aquí, señorita. Necesito leerle la mano.
Se dio media vuelta y se encontró con uno de los rostros más bellos que había visto en toda su vida. Sus ojos marrones tenían un brillo especial y le tendió una mano cubierta de anillos y pulseras. Llevaba un turbante de seda morada y azul.
–Gracias, pero no quiero que me lean nada.
–No importa, lo necesita. Venga –le ordenó tomándole la mano y llevándola al otro lado de las cortinas, a una habitación con olor a sándalo.
Continuará...
bueno aqui apedido de mis lectores he hecho el capitulo más largo es lo q más puedo hacer...espero q les guste gracias y dejen reviews
