Capítulo 5

Sehrazat bajó la vista e intentó serenarse cuando vio a lo lejos a doña Nadide, sentada en una mesa del restaurant en donde habían quedado para almorzar…

La mujer le dedicó una amplia sonrisa cuando la vio acercarse, Sehrazat sintió que temblaba levemente pero cuando Nadide se levantó y la abrazó, se relajó un poco más.

-Querida Sehrazat…- le dijo la mujer mientras acariciaba su espalda.

-Me alegra mucho verla tan repuesta, Nadide…- le dijo cuando se separaron y se miraron a los ojos.

Nadide tomó sus manos con ternura y le hizo señas de que se sentaran. Sehrazat se ubicó frente a ella y cuando el camarero se acercó a preguntarles que ordenarían, ambas pidieron el mismo plato…

-Me pone muy feliz que hayan vuelto a estar juntos con don Onur…- le dijo la mujer con una sonrisa- realmente, más allá del amor que se tienen, el cual no dudo que exista, creo que a Kaancito le hace muy bien porque lo quiere mucho a él…

-Es cierto… y a Nilüfer también…

-Así es… esa niña ha recibido el regalo de tenerte como su mamá… es muy afortunada…

-Muchas gracias, Nadide... aunque creo que no soy ejemplo para nadie…

-No quiero escucharte decir eso, querida… quiero mirarte a los ojos y decirte que te admiro y te respeto más que nunca…- le dijo y Sehrazat bajó la vista, la angustia había vuelto.

Nadide se inquietó, sabía que para su ex nuera, ese tema no era fácil, pero también estaba segura de todo lo que quería decirle y que debía construir un clima de confianza para que ella pudiera relajarse y aceptar lo que le dijera…

-Cariño… quiero que entiendas que me hizo muy mal darme cuenta de todo lo que tuviste que pasar para salvar la vida de tu hijo… y me enfurece pensar que pudimos haberlo evitado de no ser por la conducta irresponsable de Burhan, que por suerte cambió y trató de enmendarse, aunque fue demasiado tarde…

-Nadide…

-Escúchame… yo adoro a mis hijos, los defiendo a capa y espada aún cuando se que no tienen razón, solo porque los siento en mi corazón y no puedo evitarlo… ¿acaso crees que podría no comprender lo que tuviste que hacer?

-Igual es una vergüenza para mí… y más allá de eso… es una vergüenza que ustedes, mis allegados, lo sepan… y pienso que no cambiará…

-Mírame… Sehrazat…- le dijo cuando ella volvió a bajar la vista.

Sehrazat levantó la vista, sus ojos estaban algo húmedos y la mujer pudo sentir su incomodidad.

-Has hecho lo necesario para salvar a mi nieto… y encima tuviste un corazón tan puro, que perdonaste al hombre que te sometió a esa situación tan dolorosa y te enamoraste de él… eres digna de admiración, querida… y también de respeto… se que no es fácil para ti, pero tanto Burhan como yo, lamentamos nuestra parte en esto, pero pensamos eso, estamos orgullosos de ti y estaremos siempre apoyándote y respetándote…

-Gracias… - dijo Sehrazat y se sintió un poco más liviana.

Sentía que esa sensación de vergüenza permanente no terminaría allí, pero al menos había escuchado todo lo que Nadide tenía para decirle y había comprendido que no la mirarían con desprecio o frialdad, sino más bien, de a ratos, con algo de culpa…


Cuando volvió a su casa, recibió el mensaje del terapeuta que les había arreglado una cita para el día siguiente y se puso a organizar un poco su casa.

Se encontró ordenando unos papeles relacionados con Binyapi y encontró unas viejas carpetas con sus proyectos del estudio…

El estudio que había logrado poner con la ayuda de don Burhan y que en su crisis, había dejado de lado…

Sacudió la cabeza y se lamentó. No podía enterrar su carrera, debía pensar en hacer algo…

Escuchó que alguien subía la escalera y sonrió al ver entrar a Onur…

Estiró sus brazos y sintió sus labios a la altura de su cuello, casi llegando al hombro. Cerró los ojos, todo se sentía tan correcto y perfecto que quiso echarse a reír.

Él acarició su espalda con ternura y luego la separó para mirarla a los ojos.

-Llegaste temprano…- le dijo y él se perdió en sus ojos.

-No podía esperar a tenerte así…- dijo él y se inclinó para besarla.

-Me encanta que me extrañes, yo también lo hago…- dijo ella cuando se separaron, sonriendo.

-¿Por eso estabas aquí, entre mis cosas? - le preguntó él mirándola de cerca.

-Por eso… además pensaba en qué voy a hacer de mi vida…- dijo y suspiró.

-Bueno, sería inútil que te dijera que no necesitas hacer nada, sobre todo en forma urgente… porque te conozco y se que adoras tu trabajo…- dijo y sonrió pensativo.

-Me conoces bien…- dijo ella alzando las cejas.

-¿Y si vuelves como arquitecta premiada a la empresa que vio nacer tu éxito? - le preguntó y fue su turno de alzar las cejas.

-¿Quieres que vuelva a trabajar contigo?

-No tenemos que trabajar juntos si no quieres… aunque confieso que me encantaría... pero aunque sea en la misma empresa…

-Volverías a ser mi jefe…- dijo sonriendo ella.

-Te encanta eso…- dijo Onur devolviéndole la sonrisa.

-¿A mí?- preguntó ella y lo vio mirar sus labios.

-La realidad es que Bennu y Kerem no volverán de Estados Unidos hasta dentro de un tiempo y necesito alguien que se ponga a cargo de los proyectos de Binyapi, alguien responsable, confiable… eficiente…

-Y mientras encuentras a esa persona, quizá podría hacerme cargo…- dijo ella.

-Esa persona eres tú, cualquier otra opción es inadecuada… errónea...- le dijo y la empujó un poco sobre el escritorio.

-Onur…- le dijo ella al ver que él se acercaba a ella con intenciones que nada tenían que ver con lo laboral.

-¿Volverás a Binyapi? - le preguntó con voz gruesa, mientras sus manos la tomaban de la cintura y acercaba más su cuerpo a ella, rozándola con intención.

-Deberíamos hablar de mis honorarios…- le dijo ella y se sintió deliciosamente atrapada entre el escritorio y él.

-Luego… pero sabes que tienes un cheque en blanco…- le dijo y la besó con pasión.

Las caricias y los suspiros ganaron terreno y Onur solo se separó de ella para asegurar la puerta y que no tuvieran interrupciones, aunque Firdevs conocía perfectamente su lugar y no se dedicaba a otra cosa que a la casa y eventualmente a los niños, que aún no volvían de la escuela…

Onur la tomó entre sus brazos cuando lograron liberarse de su ropa y se dedicaron un buen rato a disfrutar de ese encuentro…

Sehrazat cerró los ojos un buen rato después, luego de que ambos se abrazaran, piel contra piel, aún agitados y él besó su frente…

-Te amo, mi vida…- le dijo y ella asintió y suspiró.

-Yo también… tanto…- le dijo y él se inclinó para besar sus labios.

-¿Supiste algo del terapeuta?

-Así es… nos espera mañana…

-Genial…- dijo Onur y sonrió, ya se había hecho a la idea- entonces… ¿volverás a Binyapi? - intentó y la vio sonreír.

-Si Binyapi me necesita, aquí estoy…- le dijo y él asintió, feliz.

-Binyapi y yo te necesitamos…- le dijo y besó su hombro con ternura.

Sehrazat sonrió, estaba contenta en un punto de volver a trabajar en la empresa que había sentido como su casa durante un buen tiempo y en la que había cosechado la mayor parte de sus éxitos…


Bueno, las cosas se van acomodando, veremos como les va en la entrevista con el terapeuta... nos vemos en el próximo! Gracias por leer!