Capítulo 19

Onur levantó la vista cuando vio acercarse a Sehrazat. Sintió una sensación de excitación al verla dirigirse a su mesa, sus ojos en los de él, su sonrisa tan íntima, esa que solo le dedicaba a él. Por supuesto, siempre se había sentido atraído hacia ella, pero el embarazo la hacía verse más natural, más bella, si eso fuera posible…

Sehrazat pareció darse cuenta de lo que estaba sucediendo y se mordió suavemente el labio cuando llegó a destino y él se puso de pie para recibirla…

-Discúlpame… la reunión que debía durar alrededor de 40 minutos terminó durando más de una hora…- dijo y sacudió la cabeza, pero luego miró los labios de él, que se acercó con ánimo de capturar su boca…

-Me imagino que los clientes no deben querer irse, e inventan nuevos temas de conversación…

-Onur… ¿comenzarás con los celos?

-No… no hace falta…- dijo mientras se sentaban- se que eres solo mía…

-Técnicamente no soy de nadie, cariño… pero elijo estar a tu lado…- le dijo alzando una ceja.

-Te gusta hacerme sufrir…- dijo él y tomó su mano y besó sus dedos.

-Onur…- dijo ella cuando, súbitamente, comenzó a sentir que sus mejillas se enrojecían de calor.

-¿Comemos? - dijo él tratando de controlar su necesidad por ella.

-Así es…- resolvió ella y pidieron el menú.


Ya había pasado otro mes desde que se habían instalado y la realidad era que, a pesar de algunas complicaciones que solo quedaron en eso, no tuvieron tantos sobresaltos como creyeron que tendrían en los negocios y mucho menos en la economía familiar…

Cuando terminaban, él la observó bostezar sin disimularlo y se sintió enternecido…

-¿Tienes algo importante qué hacer ahora? - le preguntó y ella se perdió en sus ojos. ¿acaso él tenía algún plan para ellos?

-No realmente, solo dije que volvería al estudio, pero no necesito hacerlo… ¿por qué lo dices?

-Quería llevarte a casa, recostarnos un rato, descansar… veo que estás agotada… quiero... necesito hacerme cargo de ti… cuidarte…- le dijo acariciando su cara.

Sehrazat aceptó de buena gana. Pasar tiempo con Onur se había convertido en un bien preciado, porque no había demasiados momentos de esos…

Al entrar se fueron directamente a la habitación y Sehrazat se recostó con una mano sobre su vientre… el bebé se movía bastante y ella estaba algo molesta, pero cuando él apoyó su mano sobre su piel, el bebé pareció calmarse, pero solo un instante…

-Cariño…- dijo él con suavidad, disfrutando de sus movimientos, pero sintiéndose algo culpable por ella.

-Había olvidado la intensidad de los movimientos…

-¿Te sientes mal?

-A veces me deja sin aire… pero estoy bien…- dijo entre jadeos.

-Relájate…- le dijo y le quitó los zapatos con suavidad.

-Estoy bien, mi vida…- insistió ella.

-Déjame cuidarte…- le dijo y comenzó a masajear sus pies, suavemente, y la escuchó suspirar.

-Onur…- le dijo un rato después, el tono un poco más grave de lo que ambos esperaban, realmente había logrado relajarse, tanto que ahora se sentía estimulada por sus masajes...

-Mmmm?- preguntó él, concentrado en masajearla.

-¿Qué hora es? - le preguntó y él se perdió en sus ojos y miró hacia la mesa de noche.

-Las 3:45 de la tarde…

-Tenemos algo de tiempo antes de que los niños regresen…

-¿Tiempo? - preguntó él y luego alzó las cejas- entiendo…

Ella levantó una mano y apoyó sus dedos sobre los labios de él, que cerró los ojos y los besó con suavidad…

Sehrazat se mordió el labio al percibir todas esas sensaciones tan familiares pero que hacía unos cuantos días no experimentaba…

Él se quitó la ropa y se recostó. Ella lo miró desde arriba y luego de sentarse sobre sus piernas, se inclinó para besar su torso…

Onur suspiró y la tomó de las muñecas. Ella se detuvo en seco y lo miró. No hizo falta que le aclarara nada.

Sehrazat se quitó el vestido que llevaba puesto y él se quedó mirándola…

Su mirada era una mezcla de pasión y devoción perfectamente visibles, cada una en su máxima expresión…

Onur alzó sus manos y dejó que sus dedos la acariciaran como ya sabían, de memoria… de pronto tuvo imágenes de aquella primera noche... esa noche en la que había comprendido que más allá de sacarse el gusto y tenerla en sus brazos, como podría haber hecho con cualquier otra mujer, la quería en su vida para siempre…

La sintió estremecerse, seguramente ella también estaba recordando ese momento… era como un deja vu compartido…

Se inclinó sobre él, luego de descender hasta sentirse completa e hizo lo mismo que había hecho la otra vez, lo besó hambrienta… su pecho rozándolo, provocándolo, sus caderas firmes, y las manos de él deslizándose por su espalda, rogándole en silencio que terminara con la miseria de ambos y finalmente comenzara a moverse…

Sehrazat apretó los ojos y cuando los abrió, y lo miró… pudo ver el profundo amor y la pasión que él sentía… sonrió… y se sintió liberada, por primera vez desde que habían vuelto a estar juntos… de pronto toda la angustia, la vergüenza, la culpa, quedaron en el recuerdo de una noche que fue hermosa bajo la lente del amor… y no importaba nada más… ya no…

Onur supo lo que estaba pasando y se incorporó un poco para poder besar sus labios y acariciar su cara…

Se amaron lentamente, con tanta pausa que les pareció que habían tardado una eternidad hasta que ella tembló en sus brazos y luego de decir su nombre, se entregó a la dulce sensación del éxtasis…

Onur llegó al clímax solo unos segundos más tarde y ambos se sostuvieron apretados hasta que la agitación posterior se calmó…

Se besaron dulcemente un buen rato y luego se dieron cuenta de que no tenían demasiado tiempo porque los niños llegarían…

Se ducharon rápidamente y se vistieron entre miradas cómplices…

Él pasó una mano por sus hombros y besó su cuello a la altura de la nuca un momento antes de dirigirse a abrir la puerta a Kaan y Nilüfer…

-Sehrazat…- dijo susurrando sobre su piel.

-Me sentí liberada hace un rato… ya no quedan rastros de la angustia y la desolación que sentía de solo recordar…

-Lo sé… finalmente pudimos contra eso… los dos juntos…- dijo haciéndola girar para besarla en los labios.

-Me alegra que encontráramos la solución…

-Y a mí…- dijo él y sonrió.

-Me alegra que hayas insistido…

-Y que tú me lo hayas permitido…

-Te amo…

-Te amo…- dijo él y la besó antes de que ambos se apuraran a abrir la puerta a sus niños, que estaban algo ansiosos, hambrientos y cansados…


Bueno, solo queda un capítulo de esta historia, espero que les siga gustando! Gracias por leer!