MARAÑA · Hacia lo desconocido

2ª PARTE – Seijukuki

MUNDO HUMANO 15 de agosto del 2026 (tres y cuarto de la tarde)

Poco después de que Arisa les contase todo lo relacionado con Daichi y la razón de porqué lo habían mantenido en secreto, tuvo lo que se imaginaba, las reprimendas de las mujeres por haberse dejado llevar por los caprichos de un niño pequeño.

Noriko era la que más molesta estaba por haber hecho algo tan delicado y a la ligera, en vez de haber pedido consejo a sus amigos.

-Es que no entiendo cómo has podido entregar a tu propio hijo tan fácilmente -decía airada, donde ni su digimon Kamimon podía detenerla y que tuviera algo de consideración con la joven.

Keiko también estaba de acuerdo con Noriko, pero debido a su personalidad moderada, no alzaba la voz para reprenderla tan severamente como su amiga.

Arisa hundía la cabeza a cada palabra como un avestruz, donde los colores de la vergüenza la cubrían por completo. Sabía que sus amigos nunca habrían estado de acuerdo con su decisión y que la criticarían cuando lo único que quería era ganarse el afecto de Musuko. Por eso, nunca se lo había contado. Aunque, ahora que había ganado experiencia en la vida y lo pensaba fríamente, la verdad es que ellas tenían razón. Su propio hijo no se merecía que se hubiese deshecho de él, por el bien de un niño caprichoso y egoísta. Su digimon estaba a su lado, cogiéndole con suavidad sus manos en señal de apoyo y mirándola de forma compresiva. Arisa pensaba que de las que estaban en la sala ella era la única que la apoyaba, pero le sorprendió saber que no era así.

-Yo… Yo la entiendo -habló Yayoi con voz insegura.

La mujer de Jou había interrumpido las represalias de Noriko, donde al ver que la víctima de ello no parecía contar con la comprensión de Keiko y de Meiko, se atrevió a expresar lo que realmente pensaba.

La mujer de Jou entendía mejor que nadie lo que era casarse con alguien con hijos de su anterior pareja. El miedo de que sus hijos la rechazasen o que no la aceptasen era siempre el principal obstáculo en una familia ya formada. Y como si el destino quisiera ser juguetón, a ella le había tocado enfrentar a esos dos miedos. Había sido aceptada por los hijos varones de Jou y la querían como una verdadera madre, pero con la hija, incluso después de más de cinco años llevando casada con Jou, seguía siendo rechazada. Eso le impedía aceptar la propuesta que le había hecho Jou en numerosas ocasiones, el de tener un hijo propio. Pues temía que Momoko cometiese alguna barbaridad contra ella y su hijo, como le había pasado a Arisa. Estaba convencida que hubiera hecho como ella, se lo callaría al resto del mundo y se lo daría a alguna familia que no pudiesen tener hijos, con el fin de que su propio hijo viviese feliz y lleno de amor.

Ante las palabras de Yayoi, Noriko quedó estupefacta de que la mujer más mayor apoyase semejante propósito.

Las palabras de Noriko hicieron estallar a la tranquila e insegura de Yayoi.

-¡Tú nunca entenderás lo que se siente el querer ser aceptada por los hijos que tu marido tuvo con su anterior esposa! ¡¿Crees que se puede arreglar siendo inflexible cuando la hija de tu marido trata de hacerte la vida imposible?! -gritando al borde de las lágrimas, recordando cómo su hijastra la trataba peor que a la basura, donde ese día había declarado públicamente su desprecio hacia ella.

Tras descargar su rabia, lloró amargamente. Daba igual los intentos honestos para ganarse el cariño de Momoko, que ella nunca, nunca la querría. Para ella, siempre sería y la consideraría un ente que no debería existir.

Noriko quedó callada ante las palabras de Yayoi, donde su mente también había viajado hacia lo que había pasado por la mañana y el trato de Momoko hacia ella. Vio cómo Keiko se acercaba a Yayoi para tratar de calmarla. Luego vio a la joven Arisa que también estaba al borde del llanto, y se sintió culpable por haber sido sincera de más. Dijo un tímido lo siento. Se sentía fatal por lo que había causado. Se suponía que se habían juntado todas para apoyarse mutuamente, no para generar una discordia por decisiones en las que no estaban de acuerdo.

Solo se le ocurrió un remedio para arreglar las cosas.

Estaba dispuesta a hacerse responsable de lo que había causado.

Le pidió a Arisa la hoja de contacto dónde estaba el teléfono de la familia de adopción. Sin entender muy bien, Arisa se lo tendió, y Noriko le aclaró.

-Puede que sea ilegal el que tú quieras saber de él, pero no lo es si soy yo la que habla y pregunta por tu hijo.

-Pero… Aunque seas tú, si descubren que eres amiga mía y que lo haces en mi lugar…

-Tranquila -le guiñó el ojo-. Les diré que soy la madre de un amigo de su hijo y así no habrá sospechas.

Arisa sonrió agradecida y Noriko sonrió con ella.

Viendo la intención de Noriko, Yayoi fue dejando de llorar, mientras que Keiko sonreía a su amiga.

Cuando Noriko había llamado al teléfono que estaba dictado en la pequeña hoja, se encontró con una sorpresa, pues al otro lado le hablaban en chino. Por inercia, tuvo que colgar, antes de que la llamada y su idioma japonés pudiesen revelar algo relacionado con la verdadera madre de Daichi.

Kamimon se había acercado a ella extrañada, preguntando qué es lo que había pasado. Con la cara roja de vergüenza, Noriko le dijo que se había olvidado que la familia a la que Arisa y Daisuke habían dado su hijo era de origen chino, y ella no sabía nada del idioma por lo que no podría preguntar por Daichi.

-Lo siento, Arisachan. Lo siento -se disculpaba una y otra vez la mujer de Iori, por haberle creado falsas esperanzas.

-Pero Arisachan, tú sí que sabes chino, ¿no? -recordó Keiko-. Si ponemos el teléfono en modo altavoz, Arisachan podría traducir e indicar lo que tendrías qué responder.

-Pero eso llevaría tiempo -habló el digimon de Keiko que había sido muy influenciada por Tentomon y Koushirou al mostrar signos grandes de inteligencia-. Además, el idioma chino tiene un habla muy distinto al japonés.

Sin saber qué hacer, se sorprendieron cuando Meiko se acercó al aparato telefónico y le pidió a Noriko la nota donde estaba el número de teléfono. Mientras la mujer de Taichi marcaba los números, Meikuumon con una gran sonrisa les dijo.

-Mei sí que sabe chino -declaró orgullosa-. Debido a la profesión de Agumon y Taichi, muchas veces hemos tenido que asistir con ellos a reuniones con gente de todo el mundo. Así que, para no hacer quedar mal a su marido, Mei se ha aprendido ocho idiomas que controla perfectamente. Por supuesto, el chino es uno de ellos -añadía orgullosa de las proezas de su compañera humana.

Tuvieron la prueba cuando escucharon a Meiko hablar en un chino fluido y con una actuación dónde parecía indicar que conocía a la otra persona con la que hablaba.

Nadie entendía lo que hablaba, pero a través de sus gestos, parecía que la conversación que había iniciado amenamente iba encaminándose a algo que no les gustaría.

Tras colgar el teléfono, Meiko suspiró pesadamente y con ojos tristes se giró para ver a las mujeres.

-Se ve que Daichi y su digimon no han vuelto a casa desde ayer.

Desde ayer, el mismo día en que sus maridos y sus hijos habían sido desaparecidos, por lo que no era una locura pensar que el hijo pequeño de Daisuke y Arisa había corrido la misma suerte que ellos.

Arisa lloró amargamente, donde Keiko y los dos digimon la consolaron como pudieron.

Meikuumon vio cómo Meiko se alejaba de la sala y fue rápidamente hacia ella. Al encontrársela, la vio con rostro pensativo y preocupado, donde la digimon no tardó en preguntarle qué le pasaba.

Antes de responder, Meiko echó un vistazo a la sala, asegurándose de que estaban lejos del radio auditivo de las mujeres.

-No quise decirlo delante de Arisachan, porque eso la preocuparía más, así que Meichan, prométeme que mantendrás esto en secreto.

La gata asintió sin vacilar y Meiko le confesó cómo cuando había llamado preguntando por Daichi, la señora Hanazawa le había contado que ahora se ponía, como si creyese que el niño estaba en casa. Sin embargo, al no hallarlo, pudo escuchar cómo vociferaba histérica con su marido en idioma japonés, algo que la había dejado helada.

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-¡¿Dónde está ese niño?!

-¡¿Cómo que dónde está?! ¡¿Es que no está en su cuarto?!

-¡No está! ¡No! -pausando unos segundos- ¡Ayer no bajó a desayunar! -recordó.

-¡¿No me digas que hemos perdido nuestra mina de oro?! ¡¿Ahora cómo chantajearemos a Motomiya?!

-¡Calla! ¡Que tengo a una madre de un amigo suyo al teléfono!

-¡Pero desde cuándo tiene ese niño amigos si es un antisocial que nadie quiere!

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El último comentario había ido perdiéndose en la lejanía, pero a Meiko le había llegado claramente para comprobar que el pequeño Daichi no era ni querido por su familia, ni por la gente de su entorno.

-¡Eso es horrible! -masculló Meikuumon atónita por lo que había escuchado.

Meiko le pidió que no dijera una sola palabra.

-Por el momento, no atormentemos más a Arisachan con esto, y recemos en que Daichikun esté con Toji y los demás.

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Pero Daichi no estaba con la generación de Toji y sus amigos. Las grandes fuerzas habían actuado de inmediato, poseyéndole y usándolo como soldado a enfrentar a su medio hermano y sus amigos, cuando viniesen al mundo desconocido dónde estaban sus padres y digimon secuestrados.

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MUNDO DIGIMON

Después de haber descansado un poco, los doce niños y sus digimon disfrutaron de una deliciosa comida que una de las copias de Gennai les había hecho. En medio de la comida, Musuko llevaba la batuta delatando lo genial que había sido en el segundo mundo y cómo él había sido clave para derrotar a Tyranomon. Cuando Musuko callaba para zampar, era cuando Kazumi aprovechaba para compartir opiniones sobre los dos mundos visitados y cómo en su caso, la isla File les era demasiado simbólico. Pero al parecer había sucedido lo mismo en el segundo mundo, con el edificio de estilo maya.

-Es probable que Gennaisan y los demás, lo hagan a propósito, pero, ¿con qué intención? -quiso saber.

-¿Y qué tiene importancia ese edificio de la época de los monos? -soltó Satoshi molesto, donde nuevamente, se sentía ignorado sobre temas que desconocía.

Kazumi entrecerró el cejo sintiéndose con ganas de contestar a aquel niño que tan mal le caía.

-¿Es que ya has olvidado la importancia que tuvo para nuestros padres? -Musuko no entendía la actitud de aquel niño y porque se sentía tan irritado.

-Déjalo, Musuko. En el primer mundo, actuó de la misma manera, y por su culpa, Natchan se separó de nosotros -dijo Toji tragando un trozo de patata de mala manera y con la mano sujetándose la cabeza.

Natsumi al sentirse aludida, observó como casi todos la observaban con sorpresa, donde ella se sintió molesta por ser el mono de feria por culpa de Toji. Los ignoró y continuó comiendo y verificando que su hermano comía todo sin dejar nada. Aki comía aunque con pocas ganas y con una mirada triste, donde empezaba a preocuparle muchas cosas.

Satoshi se sintió insultado por el comentario de Toji y junto a Aruraumon se defendió de sus palabras.

-A ver si tenemos consideración. Aquí yo soy el nuevo y a mí no me contaron las aventuras de mi madre como a vosotros.

-¡Me parece una falta de respeto que habléis de cosas que Satoshi no sabe, dejándonos de lado!

-¡Pero si fuisteis los primeros en faltarnos al respeto! -espetó Honeymon, sin olvidar cómo ese niño había despreciado el buen gesto de su amiga.

Isaki tuvo que intervenir pidiendo un alto y que mejor sería organizar los equipos para los mundos simulados que tendrían que ir por la tarde.

Musuko no tardó en querer estar en el mismo grupo que Nat y Aki. El hijo de Daisuke había señalado también al pequeño Ishida, a sabiendas de cuánto apreciaba su enamorada a su hermano pequeño.

Justo después de que Musuko se pronunciara, Toji escuchó la voz de su primo Takeshi llamándole en voz baja y haciéndole señas. El Yagami que estaba con la boca llena de comida, no entendía el tono de su primo como si quisiera que dijera algo. Pero entonces, Tsukaimon le mordió la parte trasera y el aludido se levantó del dolor.

-¡Muy bien! -felicitó Takeshi como se hubiese hecho complot con Tsukaimon para planear algo en común- ¡Parece que ya tenemos un grupo ya formado! Toji, Musuko, Nat y Aki. Me parece genial. En ese caso -mirando al resto de amigos-, yo, como no, iré con Isaki. Los hermanos deben permanecer siempre juntos, así que, como con Misatochan hice buenas migas y su relación con Kazumichan parece fraternal, mi hermano y yo iremos con Misatochan y Kazumichan. ¿Os parece bien?

-Por mí no hay problema -contestó Kazumi aliviada en estar en un equipo moderado.

-Esto… por mí tampoco… -respondió Misato sintiéndose entre dos emociones. Por un lado estaba ultra mega feliz de que de quién estaba enamorada le propusiera estar en el mismo equipo, y aún por encima, que añadiera que había hecho buenas migas con ella. Pero por otro lado, se sentía mal por Minami. Su amiga le había pedido ir en su equipo y debido a que el cupo estaba lleno y las palabras de Takeshi de permanecer los hermanos juntos, no podía negarse a algo tan lógico.

La miró dónde Minami parecía tan apenada y frustrada de volver a hacer equipo con su hermano, que esperaba que no le fuera tan mal cómo se estaba imaginando. Pues Minami no solo contaba con Osamu, sino también con Shin y Satoshi. Shin ya era un niño cobarde que hasta le tenía miedo a alguien menor como era Satoshi. Y Satoshi era un maleducado que no buscaba congeniar con los demás y le buscaba las cosquillas a todo el mundo cuando había algo que no le gustaba o no sabía. Extrañamente, a casi todos del grupo no le caían bien Satoshi, sin embargo, Minami estaba tan ciega de amor por él, que algo le decía que se iba a llevar un batacazo cuando fuese con él al mundo simulado.

Arreglado los nuevos equipos, se llenaron de energías con la deliciosa comida que tenían servida, aprovechando al mismo tiempo para descansar antes de emprender a la aventura que tendrían por la tarde.

Gennai llegó poco después de eso, preguntándoles minorías sobre qué tal estuvo la comida y si estaban con fuerzas para emprender la siguiente prueba, a lo que casi todos los niños corearon con un enérgico sí.

-En media hora, nos veremos en la sala principal para mandaros a los mundos simulados. Como por la mañana, os aprovisionaremos con todo lo necesario -luego se quedó un rato callado con la mirada puesta en la nada y cuando los niños iban a preguntarle qué ocurría, Gennai añadió-. La prueba para hoy y mañana serán muy duras. Pero… son necesarias… -y envuelto en el halo de misterio, dejando a los niños y sus digimon confusos sin entender nada de sus palabras, Gennai se retiró.

-¿Qué habrá querido decir con eso? -le había preguntado Musuko a su Veidramon.

El digimon se encogió de hombros entendiendo menos que su compañero.

Poco después de eso, Nat junto a su hermano y sus digimon también se retiraron. Su marcha provocó el interés en Toji y Musuko, preguntándole a dónde iba. La niña les contestó de mala gana que no era asunto de ellos, y arrastró a su hermano en su camino.

-Vaya chica más arisca -comentó Satoshi ante los niños-. Es guapa y tiene carácter, pero no me gustan las chicas que son pasotas y que andan solas.

-Y Piomon es como ella. Solo se preocupa de ella y a los demás que nos den. Es una egoísta que voluntariamente no quiere aceptar la ayuda de nadie -acompañó Aruraumon en su crítica a la Ishida.

-Cierto, cierto. En el mundo que estuve con ella, me decepcionó muchísimo cuando se largó por su cuenta sin decir nada a nadie. Nos hizo preocupar y nos puso en peligro. Pues si quiere ir por su cuenta, que lo haga. Porque está claro que ni con lo que soltó Toji, aprendió la lección. Sigue con sus manías de ir sola, despreciando la ayuda de los demás como si no confiase en nosotros.

Y por primera vez, todos estuvieron de acuerdo con Satoshi y su digimon. Incluso Toji y Musuko que eran sus admiradores número uno, no pudieron rebatir una gran verdad como aquella.

Isaki y Takeshi se miraron mutuamente preocupados. Les dolía que su prima no confiase en ellos y se encerrase para enfrentarse sola a graves peligros. Pero a pesar de todo, seguía siendo parte de su familia. Así que antes de dirigirse a la sala que los llevase a los nuevos mundos simulados, les pidieron a Toji y a Musuko hablar con ellos en privado.

-Lo que dijo Satoshikun puede que sea cierto y haga que el resto empiecen a pasar de ella como Nat está haciendo -empezaba Isaki con tono preocupado-, pero ella sigue siendo mi prima y no puedo dejarla de lado. Y no me extrañaría que se volviera a poner en peligro cómo pasó en el mundo uno.

-¿Eh? ¿Cómo que se puso en peligro? -intervino Musuko alarmado, donde en el interrogatorio que había sometido a Shin, el niño no le había contado algo tan relevante. Solo le había dicho que Natsumi se había separado de ellos y que Kuwagamon les había atacado, y que de no ser por Toji, quién sabe lo que les hubiera pasado a los hermanos Ishida. Ante aquello, Musuko se había quedado molesto, no había indagado más y sólo se había centrado en pensar en cómo quedar bien ante Natsumi- ¿De qué está hablando? -dirigiéndose a Toji en una mezcla de miedo y enfado.

Toji le contó las peripecias sufridas en el mundo uno, desde su pelea con Satoshi, de cómo ella se había marchado sin decir nada a nadie (como había dicho Satoshi) e incluso de cómo estuvo frente a frente contra el digimon, sin valorar el peligro que eso le conllevaría.

Musuko agarró del cuello de Toji, acusándolo por haber permitido eso, donde Isaki pidió calma entre ellos.

-Y aún a pesar de lo que Toji dijo, parece que ella sigue erre que erre con su actitud egoísta -intervino ahora Takeshi, donde su digimon Tsukaimon estaba en el suelo mirándolos atentamente.

Sino fuera por la preocupación que tenían sobre Nat, los dos niños se quedarían extrañados de que su digimon no estuviese sobre su cabeza o entre sus brazos como casi siempre había sucedido cuando Tsukaimon era Tokomon. Al contrario, era como si ahora hubiese una brecha entre ellos. Incluso las bromas y el buen ánimo habían desaparecido.

Solo su hermano Isaki se daba cuenta de ello. Pero ahora, lo primordial era…

-Sé que será difícil teniendo en cuenta su carácter y su actitud despectiva, pero por favor, cuidad de ella -rogó el niño con una inclinación de cabeza, demostrando que a pesar del comportamiento de su prima y su falta de confianza, la quería de verdad.

Plottomon estaba sorprendida de que su amigo llegase a tales extremos. Reconocía que ella también se sentía preocupada por Piomon y de que no hiciese algo con su compañera.

-Pero bueno, primo, que no hace falta ser tan formal -dijo Toji sorprendido.

-Por supuesto que cuidaremos de ella, de Piomon y de sus hermanos -le siguió Veidramon con una sonrisa confiada.

-No hacía falta que nos lo dijeses. Aunque ellos nos dejen de lado, nosotros seguiremos estando de su lado -le siguió Fireagumon.

-Venga, vamos allá, chicos. ¡Estoy que ardo! -anunció Musuko con gran motivación.

Isaki se sentía agradecido con sus amigos. Ya tenía un asunto solucionado, ahora solo le quedaba sobre su hermano y Tsukaimon.

Cuando Toji, Musuko y los digimon se alejaron de ellos, Isaki aprovechó el momento para hablar con su hermano. Algo que Takeshi se esperaba, ya que se mantuvo en la misma posición y miró a su hermano preguntándole qué quería.

-Creo que ya lo sabes. ¿Estás bien con Tsukaimon?

-Claro que estoy bien. No sé de qué hablas -le respondió cerrando los ojos.

-Eso no es verdad -declaró Plottomon-. Antes Tokomon y tú estabais mucho más unidos y eráis cómplices de vuestras travesuras. Desde que Tokomon digievolucionó, vuestra relación es distante y ni siquiera lo miras -ella miró a lo que era considerado como su hermano y su apariencia oscura y su atributo opuesto al suyo, hizo que sudara nerviosa por el temor que le producía-. Entiendo que es un digimon de tipo virus, pero sigue siendo mi hermano digimon y tu compañero -defendiéndole, a pesar de todo.

Takeshi se mantuvo en silencio durante un largo periodo de tiempo sin abrir los ojos. Cuando lo hizo, su mirada era neutra y observaba a la nueva apariencia de su digimon.

-Él no tiene la culpa de ser un digimon de tipo virus. La digievolución de un digimon viene a causa de cómo su compañero humano lo críe. Yo lo he criado con una máscara de felicidad, cuando en realidad, me siento enfadado e irritado. Supongo que es lógico que eso afectase a mi digimon -suspirando-. Así que la culpa de que tenga esa apariencia y sea un digimon virus es mía -declarando con gran pena, mientras se imaginaba la decepción que tendrían sus padres, Patamon y Tailmon, viendo como debido a su actitud negativa, había perjudicado a su digimon, manchando la familia sagrada que tenían.

Ante las palabras de Takeshi, Tsukaimon tuvo la necesidad de intervenir para aclarar algunas cosas.

-Takeshi, tú no tienes la culpa. Yo siempre he sabido tu verdadera personalidad y nunca dije nada, solo lo empeoré al seguirte el juego en tu máscara de felicidad, cuando debería hablarlo con papá Patamon o mamá Tailmon para que me aconsejaran qué hacer en esta situación. Pero no lo hice. Así que, asumo mi parte de culpa, y entenderé el miedo que me tiene Plottomon y el rechazo que papá Patamon y mamá Tailmon tengan conmigo.

-Papá y mamá no te van a rechazar porque seas de tipo virus -habló Plottomon-. Y es cierto, que me das miedo, pero es solo por la naturaleza que nos envuelve.

-Plottomon tiene razón. Además, ¿habéis olvidado un pasaje que estaba escrito en el libro de papá? Ser de atributo virus o vacuna no tiene nada que ver. Lo que cuenta es la personalidad y el crecimiento de un digimon -defendió Isaki con fervor-. Así que seas un digimon de atributo virus o vacuna, tú seguirás siendo parte de la familia. Y tú, Takeshi, deja de estar culpándote de haber provocado una digievolución oscura en tu digimon -observando que esa debía ser la razón de la distancia entre su hermano y su digimon-. Creo que Tsukaimon ha demostrado que a pesar de ser de atributo virus, sigue siendo un fiel compañero digital.

Takeshi miró a su digimon y Tsukaimon voló para estar a su altura. El niño le dijo un bajo lo siento, y el digimon meneó la cabeza, disculpándose él también, y entonces se abrazaron con la alegría pintada en sus inocentes rostros.

-Parece que ya hay otro asunto arreglado -suspiró Plottomon, donde estaba segura de que con el tiempo, se acostumbraría a la apariencia tenebrosa de su hermano.

-Después de todo, solo era un malentendido -pues a la hora de comer, cuando se estaban formando los equipos, Takeshi había pensado lo mismo que él al querer que su primo Toji fuese en el mismo equipo que su prima. Pues de todos sus amigos, no había alguien más que confiase ciegamente como lo hacía con Toji. Takeshi pensaba como él, y ante el despiste que sentía Toji, Tsukaimon que había entendido lo que pretendía su compañero humano, se había unido y empleado un método poco ortodoxo para aligerar el equipo que ambos hermanos deseaban.

Ahora solo deseaba que su terca prima recapacitase y comprendiera que ellos no eran sus enemigos y que podía confiar en ellos. Tenían que estar juntos y si no había amor y amistad, podrían fracasar y morir todos. Solo le quedaba confiar en que Toji y Musuko le hicieran entender la importancia de estar y pelear juntos.

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Sin embargo, pese al bonito discurso que Toji había dado en el mundo uno, Nat había tomado otra perspectiva sobre lo que estaba pasando.

Reconocía que estaba obrando mal al irse por su lado, pero el hecho de que su digimon no digievolucionase cuando estuviese en peligro, pero en cambio lo hiciese con las palabras de Toji, eso solo hacía que pensase que era demasiado débil.

Necesitaba alejarse de todos para pensar con calma y saber cómo hacer para que Piomon pudiera alcanzar la siguiente etapa sin tener que depender de Toji.

-Hermana, ¿qué te pasa?

El callado Aki no había podido seguir con su mutismo y observar preocupado a su hermana cómo ella parecía angustiada y perdida en sí misma. Casi le recordaba a su hermano Yuuta cuando había retorcido su propio camino.

Pero ella no decía nada, seguía pensando en lo ocurrido y cómo hacer para que Piomon digievolucionase. Si Yuuta estuviese con ellos, podría relajarse un poco. Pero, ¿eso no la convertiría en un ser dependiente y una persona débil?

Sus pensamientos se mezclaban y ya no tenían ninguna lógica entre sí.

-¿Por qué te alejas de todos?

-Porque no podemos confiar en ellos -intervino Piomon con la misma actitud restrictiva de su amiga-. Seguro que ahora mismo nos estarán criticando. Para eso, mejor no confiar.

Escuchando a su digimon, Nat recordó las caras que se les había quedado a sus amigos durante la comida, cuando ella se había alejado del grupo sin decir nada. Sorpresa, incredulidad y alguien de quién no podrían confiar. Lo había bordado al retirarse de la mesa sin más, y haberle hablado bordemente a Toji y Musuko que siempre estaban detrás de ella. Seguro que incluso ellos se habrían quedado desilusionados y dejarían de seguirla.

No le sorprendería quedar sola y enfrentarse sola a los enemigos. Ella misma se lo había buscado al no confiar en ellos. Así que ahora no podía llorar por su pérdida.

-Yo no creo que lo hagan todos -dijo el niño con convencimiento-. Isaki y Takeshi son nuestros primos.

-Ellos no serían capaces de algo así -dijo Tsunomon con algo de vergüenza y culpabilidad. Si digievolucionase, podría apoyar a Nat y a Piomon y cuidar de Aki.

-Y Toji tampoco -seguía Aki con convicción. Hizo que su hermana le mirase y le dijo-. Yo creo en él porque me gusta.

Nat miraba a su hermano pequeño, donde hablaba con tanto convencimiento que no podía dudar de su buen juicio. Su hermano siempre había tenido buena percepción con las personas que le caía bien.

Tocando su cabello, el mismo color de pelo que tenía su madre, Nat asomó una pequeña sonrisa.

-¿Crees que seguirá apoyándome?

-Seguro, hermana. Creo en él.

Nat suspiró pesadamente. Quizás debería confiar un poco en la poca gente que le quedaba, por lo menos para el cuidado de su hermano. Ella empezaba a sentirse cansada y fatigada.

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En otro lado donde se encontraban Satoshi y Aruraumon, estos se sentían satisfechos por el espectáculo que habían dado. La estrategia para conseguir a la Ishida se basaba en criticarla delante de sus amigos para que así se quedara sola y no tuviera a nadie en quién confiar. La propia Natsumi le había ayudado al haberles hablado mal a los dos niños que la seguían ciegamente, Toji y Musuko. Así, Satoshi podría asegurarse que en el siguiente mundo simulado en el que iría con ellos, no pudiera contar con su ayuda. Y entonces, en el día de mañana donde el grupo sería de tres personas, nadie querría ir en su grupo y como estaba más que demostrado que no le caía bien al resto, no tendría más opción que ir con ella y su hermano. Así, estando solos, podría ganársela, aprovechando el poder de los emblemas. El emblema de ella, era el del amor y que mejor que estando con alguien que no fuese parte de su familia para que el amor de ella se activara.

-Debemos seguir con este plan de demostrarle a los demás, que ella pasa de ellos -le decía Satoshi a su digimon-. De esta manera, cuando se encuentre necesitada de la ayuda de alguien, solo podrá contar con nosotros.

-Así se dará cuenta que solo tú eres su príncipe azul.

Y esas palabras no podían más que inflar sus ínfulas de señorito, sin sospechar que había alguien que había escuchado su conversación.

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Todos los niños y sus digimon llegaron a la hora que Gennai les había dicho. Nat y los suyos habían sido los primeros en llegar, donde la propia niña había sentido las miradas de todos sobre ella, como si fuera la rara del grupo, para orgullo de Satoshi de que su plan fuera sobre ruedas. Solo el que había escuchado la conversación junto a su digimon eran las excepciones en no mirar a la Ishida con incomodidad.

Los últimos en llegar fueron Toji y Musuko junto a sus digimon, seguidos de Isaki y su hermano.

En cuanto Nat les había visto, se sintió avergonzada y sin encontrar palabras para disculparse con ellos.

Sin embargo, se encontró con una sorpresa cuando los dos hijos de antiguos líderes se habían acercado a ella animados y demostrándole que ellos juntos serían invencibles. La niña al observar que seguían apoyándola a pesar de haberles tratado tan duramente, se quedó más avergonzada y lo primero que hizo, ante la sorpresa de todos y la estupefacción de Satoshi y Aruraumon, fue disculparse con sus dos amigos.

-Siento todo y… Espero que podamos lograrlo todos juntos… Y no sé si sería abusar, pero, cuento con vosotros para que cuidéis de Aki.

Su cara roja de vergüenza y mostrando sinceridad, alivió a sus primos de ver que su prima había podido ceder y a volver a confiar en ellos.

Los dos implicados, por otro lado, se sintieron también sorprendidos pero contentos por su actitud. Musuko lo demostró en una abierta despreocupación, para que ella no siguiera dándole vueltas a algo de lo que no tenía que preocuparse.

-¡Mujer! ¡Eso no hace falta pedirlo! ¡Claro que lo haremos! ¡Y por supuesto que te perdonamos! ¿Verdad, Veidramon?

El digimon asentía con la misma energía que Musuko, mientras que Toji se sentía contento y aliviado de que por fin dejase de lado su terquedad y confiase en ellos.

-Bueno niños y digimon -intervino Gennai, haciendo que todos se enfocasen en el adulto-, es hora de que comience la prueba.

"Para esta ocasión, estaréis en el mundo tres, cuatro y cinco, donde el objetivo es que vuestros digimon digievolucionen al nivel seijukuki. Os deseo mucha suerte."

Los niños junto a sus digimon agradecieron las palabras de Gennai, y Jose, el encargado de enviarlos a los mundos simulados, volvió a teclear con rapidez donde nuevas pantallas distintas a las de la mañana, se iluminaron y tragaron a los doce niños con sus digimon.

Cuando estuvieron solos, Gennai adoptó una expresión neutra y le pidió a Jose que se encargara de los niños. Él regresó a la sala principal dónde el proyecto de creación de los nuevos dispositivos para los hijos adolescentes de los elegidos iba tomando forma. Se unió al grupo de creación, donde si apuraban un poco, podrían tenerlo para el día siguiente. Sobre la energía vital para poder enviarlos a su respectivo propietario, Gennai estaba decidido a ser el voluntario para ello.

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MUNDO 3 – Equipo formado por Toji, Nat, Aki y Musuko

Al igual que la primera vez en que habían caído en su respectivo mundo simulado, todos menos Musuko y Veidramon, se quedaron atónitos ante el paisaje que tenían y que reconocían gracias al libro que habían leído de su tío Takeru.

-Ahora estamos en un desierto. Muy apropiado para nuestros digimon de tipo fuego, ¿no os parece? -mirando a sus amigos.

Ante el aturdimiento que tenían todos, Musuko y Veidramon se quedaron viéndolos como si estuvieran locos y malentendiendo su actitud, Veidramon dijo.

-¿No me digáis que a estas alturas os sorprende que hayan postes de teléfono en medio del desierto?

Ahora fueron Toji y Fireagumon quiénes lo vieron como si estuviesen locos.

-¿Es que no reconoces dónde estamos?

Ante la confusión de humano y digimon, Fireagumon declaró:

-Este escenario se parece mucho al que Takeru escribió en su libro de aventuras. Es el lugar que está cerca de la aldea de los Pyokomon donde Piyomon digievolucionó por primera vez en Birdramon.

El despiste era una característica de Musuko y que Veidramon había desarrollado también al digievolucionar, por lo que se quedaron rojos de vergüenza por haberse olvidado algo que simbolizaba en las únicas chicas del grupo.

-¿Significará eso que si seguimos adelante, habrá una aldea con Pyokomon? -preguntó Aki esperanzado.

-Siendo un mundo simulado, lo dudo mucho. Supongo que aquí solo estará el digimon con el que tendremos que enfrentar y ninguno más.

El pequeño del grupo se sintió triste. Sabía que si estaban en esos extraños mundos era para que los digimon digievolucionasen, pero él, que era nada amigo de la pelea, quería al menos, estar en un lugar de paz con digimon buenos como lo eran los Pyokomon.

-Me pregunto qué digimon será esta vez y en qué nivel estará -se preguntaba Piomon.

En la prueba anterior, en el mundo uno, les había tocado un digimon de nivel seijukuki y por lo que había descubierto, lo mismo había sucedido en el mundo dos. En otras palabras, ellos que tenían la prueba de digievolucionar al nivel seichouki, les había tocado un digimon que estaba dos niveles por encima de ellos. Era cierto de que eran seis contra uno y el Kuwagamon con el que se habían enfrentado, parecía más débil que el Kuwagamon que conocía, pero si en la prueba actual les tocase un digimon de nivel kazentai, no podrían vencerle por mucho que fuesen cuatro y en nivel seijukuki. Uno de ellos tendría que digievolucionar a tipo sagrado para poder vencerle como era el caso de Tsubasamon.

-Pues me parece que la respuesta viene en camino -comentó Toji mirando hacia el horizonte.

Girando hacia el mismo lugar que Toji, se encontraron con que Gennai había jugado demasiado con la casualidad, no solo mandándoles a un lugar reconocido, sino también a un digimon que estaba relacionado con el mismo desierto que sus padres habían atravesado años atrás. Ahora ellos también tendrían que luchar contra el digimon de fuego, Meramon.

-Será una broma, ¿no? -se preguntaba Nat incrédula de que los digimon de su equipo tuvieran que enfrentase al mismo digimon que había ocasionado por primera vez la digievolución del digimon de su madre al nivel seijukuki.

-Sea lo que sea, podremos vencerle si nuestros digimon digievolucionan -decía Musuko en pose ofensiva como los tres digimon que ya estaban delante de ellos para enfrentar al digimon recubierto en llamas.

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MUNDO 4 – Equipo formado por Shin, Satoshi, Minami y Osamu

Minami había quedado un poco chafada tras la elección de equipos y tener que estar nuevamente con el hermano que la despreciaba a muerte. Su digimon Penguinmon no tenía ataques muy ofensivos y poco o nada podía hacer ante el niño con su digimon de atributo virus.

Y en aquel equipo solo podía contar con el chico que le interesaba, Satoshi. Pues Shin era de constitución débil y no parecía llevarse muy bien con su medio hermano. Sin embargo, tan pronto como se le había pegado a Satoshi e intercambiado algunas palabras, el niño le había dejado bien claro que no se pegara a él que le asqueaba tener que ver la ropa tan retro que usaba. Ese comentario la había dejado a cuadros, aún así, siguió creyendo ingenuamente en él, y le habló sobre la posibilidad de comprarse el bolígrafo mágico de su anime favorito para que transformara su ropa en una más bonita. Pero antes de que se expusiera más a la evidencia, en cuanto Minami había dicho la palabra anime, Satoshi volvió a actuar con desprecio.

-¿Anime? ¿Te refieres a dibujos animados? ¿No me digas que a tu edad aún ves esas cosas que son para niños?

-Ehh… Bueno… sí… Pero es que hay algunos animes que no son apto para niños -justificándose, donde su anime favorito no entraba dentro de esa categoría.

-Llamen como se llamen siguen siendo dibujos animados para que los niños los vean y se les llene de pájaros la cabeza. No me puedo creer que el país natal de mi madre se reproduzcan a todas horas y sean famosos por casi todo el mundo, cuando son unos simples dibujitos animados ilógicos y fantasmales que carecen de gracia.

-Nada que ver con las series americanas, que al menos sí son realistas -apoyaba Aruraumon-. Además, te hacen reír con cosas de la vida real. No como esa porquería llamada anime. Me asquea saber que hicieron una serie con los de mi especie.

-Vomité en cuanto vi los primeros capítulos -seguía Satoshi-. Todo tan inventado y forzado. Como las series esas animadas donde los personajes cantan y bailan. Sus canciones me destrozan los oídos y sus bailes infumables dan vergüenza ajena.

-¡Eso no es así! -saltó Minami sin poder contenerse- ¡Todos se esfuerzan mucho en lo que hacen! ¡Los seiyuus, los animadores, los guionistas…! ¡Todos trabajan muy duro! -pues había visto un reportaje de su anime favorita, donde habían hecho un detrás del anime, observando lo duro que era la creación y dar vida a un anime.

-¡¿No me digas que ves esas cosas de niñas pequeñas?! -se mofó Satoshi sin poder creerse que alguien que estaba a punto de traspasar la línea de la adolescencia, aún viese semejantes dibujitos.

-Me gustan mucho -declaró ella con la cabeza bien alta.

-¿Hay algún problema? -se acercó Penguinmon. Quizás estaba de acuerdo con que lo que su amiga veía era más apto para niños más pequeños como Aki o Kazumi, pero no podía tolerar el tono altivo que tenía ese niño junto a Aruraumon y sus caras incrédulas donde seguro se reirían en su cara. Y eso era algo que no iba a permitir con él presente.

Y justo como el digimon pingüino se imaginaba, el hijo de Mimi y su digimon empezaron a troncharse de risa, burlándose de que alguien que pisaba la adolescencia, fuese tan infantil en ver semejantes dibujos que eran para críos.

-Ahora entiendo lo de la ropa… -se reía-. Como estás pasada de moda, también de mente…

El digimon de Minami se puso rojo de ira e iba a defender a su amiga. Estuvo a punto de decirle cuatro cosas e incluso de atacar a Satoshi, pero alguien se le adelantó.

-¡Ya vale! -espetó Shin delante de la niña y de su digimon, como si quisiese ser su escudo- ¡¿A ti no te enseñaron que hay que respetar los gustos de los demás?!

Shin retaba a su hermano con Kawamon al lado. Satoshi lo observaba con indiferencia, donde a pesar de que su hermanastro se atrevía a alzarle la voz, le temblaba todo el cuerpo y se sentía inseguro.

Con una sonrisa altiva, apoyó la mano en la cadera y con la otra, peinó parte de su flequillo hacia atrás.

-Claro que me lo enseñaron, pedazo de imbécil. Pero también me enseñaron que hay que ser sinceros en la vida, en vez de tragarse lo que uno realmente piensa. De lo contrario, estaría actuando como un hipócrita. ¿O acaso eso es malo, hermanito? -diciendo la última palabra con retintín.

Shin no supo rebatir sus palabras, sobre todo con el aire de superioridad e ingenio que tenía su hermano. Afortunadamente, Kawamon que era más avispado que él, le rebatió sus palabras.

-Una cosa es la sinceridad, y otra muy distinta, es reírse de los gustos de alguien.

-Ay, por favor. Que sensibles sois los japoneses -espetó Aruraumon-. Allá en América esto sucede todos los días, a todas horas y no montamos semejante drama cómo lo hacéis vosotros. Está clara la diferencia de lo débiles que sois los japoneses y los que somos americanos -presumía más la digimon.

Tanto a Kawamon como a Penguinmon les daban tremendas ganas de callar las bocas del digimon altivo y su compañero. Pero ante ellos se presentó un imprevisto.

Osamu y Dokunemon que habían estado atrasados y sin meterse en la infantil pelea, lo habían hecho en ese momento, pero con un rostro malicioso que asustó al hijo de Mimi. Lo mismo ocurrió con Shin y Minami cuando escucharon su voz espeluznante.

-Ehhh, ¿así que piensas que los japoneses somos débiles, eh? ¿Qué tal sin zanjamos ese asunto aquí y ahora? -sugirió amenazante y aterrador para su rival.

La visión que tenía Satoshi de su rival no era un plato de buen tragar. El digimon larva estaba frente a su digimon. Mientras que Osamu tenía los brazos cruzados y una confianza plena sobre sus ojos maliciosos, donde por fin revelaba su personalidad aterradora ante ellos.

No quería enfrentarse a ese niño tan espeluznante y mucho menos a su digimon virus. Así que quiso escabullirse de forma elegante y de manera que no quedase como un cobarde.

-Mejor lo dejamos para otro día. No me gustaría que mi digimon digievolucionase de forma inadecuada por culpa de alguien que se ofende a la mínima.

Y aunque no quería pelear contra Osamu y su digimon, ellos no se lo iban a dejar tan fácil. Pues estaban con ganas de pelea. Pero de una pelea a muerte.

-Eso a mí me da igual -susurró Osamu.

Y antes de que Dokunemon lo atacase con su líquido venenoso, algo rozó las mejillas de los cuatro niños en un camino rápido y veloz que nadie pudo seguirlo.

Sólo hasta que se detuvo y todos pudieron ver que se trataban del pequeño digimon mutante Thunderballmon.

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MUNDO 5 – Equipo formado por Isaki, Takeshi, Kazumi y Misato

La forma que tenía el mundo simulado en el que habían aterrizado Isaki y su equipo era el de un bosque sin nada característico. Los cuatro niños junto a sus digimon llevaban ya una hora caminando sin haberse encontrado con nada anormal.

Misato llevaba una mirada agonizante que llamaba la atención de Cuarzomon. Cuando éste le había preguntado lo que pasaba, solo obtuvo el interés de los dos hermanos Ishida en saber si estaba bien, a lo que la niña negó nerviosa que no era nada, solo cosas suyas. De esa manera, no solo había convencido a los hermanos, sino incluso a su propio digimon.

Kazumi, por su parte, se encontraba centrada en el nuevo dispositivo digital, verificando que el sistema de GPS funcionaba de la misma forma que en el mundo uno donde había estado con Toji y los demás.

Todos estaban señalizados con su respectivo emblema. El de la luz y esperanza en Isaki y Takeshi; el de la justicia para Misato y el conocimiento para ella. Incluso estaba señalizado con los colores distintivos de cada emblema. Rosa para Isaki, amarillo para Takeshi, marrón para Misato y púrpura para ella. Además, al ampliar mejor el radio de distancia, podría verse otras cuatro lucecitas a mayores que pertenecían a sus digimon. No aparecían destacados con emblemas, sino como simples puntos brillantes del color distintivo del emblema de su compañero humano.

-Oye, Kazumi -se acercó a Misato entre susurros para que los dos niños no la escuchasen-, ¿crees que Minamisan estará bien?

-¿A qué te refieres? -seguía la niña con sus ojos clavados en el dispositivo.

-Pues… Me refiero al comportamiento que tiene Osamusan últimamente… Y también cómo es Satoshisan…

Y fue mencionar a ese niño, para que Kazumi se olvidara del interés que sentía por su dispositivo y expresar su desagrado por ese niño pijo.

-¡No me hables de él que no puedo aguantarlo! -obviamente, su elevado tono de voz llamó la atención de los dos hermanos y sus digimon- ¡Es como si se creyera el rey de todo! ¡Y que está por encima de nosotros! ¡Luego lo que no le gusta, lo expresa con un desprecio como si no tolerara que nosotros seamos más inteligentes que él!

Misato estaba alucinada por el carácter agresivo de su amiga. Nunca la había visto de esa manera. Ella que siempre era dócil, benevolente, y nada prejuiciosa, había encontrado la horma de su zapato.

-¡Vaya! Es la primera vez que veo a Kazumichan tan enfadada -dijo Takeshi impresionado acercándose a las chicas.

-¿Y supuestamente, a quién se refiere? -preguntó Tsukaimon descansando sobre su hombro.

-¿De quién va a ser sino? -espetó incrédula Plottomon al ver que su hermano digimon no tenía tantas luces como ella.

-De Satoshihan -reveló Honeymon que hablaba con el mismo dialecto de Kansai que su padre digimon-. Pues Misatohan ha manifestado su preocupación hacia Minamihan por estar en el mismo equipo que Osamuhan y Satoshihan.

-Entiendo -hablaba ahora Isaki con comprensión-. A diferencia de nosotros y de mis primos, en el equipo de los Ichijouji y Shin, Minamisan podría verse perjudicada por las palabras y acciones de Satoshikun e incluso de Osamukun.

-Y Shin no es que sea una persona fiable -reconocía la propia Plottomon.

-Por no hablar de Kawamon -recordó Tsukaimon.

-Es verdad. Ese digimon te ha quitado el puesto de digimon bromista y gracioso -dijo Takeshi con una pequeña sonrisa, acariciando el lomo de su digimon.

Fue en ese momento, en que Misato descubrió que desde que Tokomon era Tsukaimon, tanto el digimon como el humano, ya no hacían tantas bromas y gracias para animar el equipo como antes. Era como si la digievolución les hubiera cambiado el carácter. Y al decir verdad, a ella le producía un cierto reparo el tener que mirar a Tsukaimon sin pensar en que era de atributo virus.

Kazumi que aún seguía molesta al recordar a Satoshi, en un gesto de cruzarse de brazos, observó algo alarmante en su dispositivo digital.

Sin querer, la pantalla de su dispositivo se había ampliado, alcanzando más radio visual y en él se podía ver una nueva luz lejos de donde estaban ellos.

-¿Qué es esto? -observando con detenimiento aquella luz.

A diferencia de las luces parpadeantes que visualizaban a sus amigos y suyas, no estaba caracterizado por un emblema o color. De hecho, el color que emitía esa luz era negra.

Esa lucecita iba acercándose hacia ellos a una velocidad pasmosa. Plottomon fue la primera en percatarse de que había una presencia cerca de ellos. Alertándolos y tratando de proteger a Isaki, se vieron perjudicados por una bola de energía que no les había llegado a alcanzar de pleno, pero fue lo suficiente violenta, como para mandarlos volar hacia atrás.

Los niños y sus digimon se encontraban aturdidos y la humareda les dificultaba su campo visual así como su propia respiración.

-Así que sois vosotros los nuevos elegidos -dijo la voz del causante de aquel peligroso ataque.

Los niños trataron de erguirse de hacer frente al digimon con el que tenían que enfrentar. La humareda les impedía ver quién había detrás. Solo podían distinguir una mera silueta. Una silueta que flotaba y que al parecer, tenía la misma altura que Isaki. Quizás incluso era un poco más alto.

Poco a poco, la silueta se iba haciendo más clara, y algunos detalles hicieron que Isaki, Takeshi, Plottomon y Tsukaimon agrandasen los ojos, sin creerse que pudiera tratarse de ese digimon.

Kazumi enfocaba su dispositivo digital sobre la silueta apenas visible, con la esperanza de que a pesar de todo, pudiera distinguirlo y saber a qué digimon se enfrentaba.

Para su suerte, su dispositivo era tan avanzado que pudo darle los datos sobre el digimon. Misato, Honeymon y Cuarzomon se habían acercado a ella para averiguar de quién se trataba. Y la impresión acompañada de una sonrisa que había tenido Kazumi se le había borrado para asomar la misma sorpresa que llevaban ahora Misato y los digimon cuando el dispositivo le dio los datos del digimon.

-No puede ser…

-Pero si es…

Y la humareda se disipó por completo, donde Isaki y Takeshi dijeron al unísono.

-Wizardmon.

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MUNDO 3

En el mundo donde estaban los hijos de los antiguos líderes junto a los hijos de Yamato y Sora, habían tenido la sorpresiva aparición de Meramon.

El digimon recubierto en llamas había sido el que Gennai y su equipo habían seleccionado para que sus digimon alcanzase el siguiente nivel el seijukuki. Y aunque se trataba de un digimon falso o un holograma, éste podía efectuar el mismo daño que el original.

Los digimon de nivel seichouki Piomon, Fireagumon y Veidramon eran de tipo fuego como su enemigo. Pero a pesar de haber aunado sus fuerzas en una sola contra el digimon, Meramon no era un digimon tan débil como había sido el caso de Kuwagamon o Tyranomon. Tenían que digievolcionar si querían vencerle. Por eso, que había ocurrido algo muy peculiar.

En un momento en que los tres digimon habían caído, y Meramon trataba de rematarlos, Toji había corrido hacia ellos donde había heredado el valor de su padre, exponiéndose sin darse cuenta a que Meramon le hiciese auténtico daño y entonces su dispositivo había brillado, lo mismo ocurrió con Fireagumon y éste digievolucionó al nivel seijukuki. A un digimon de tipo dinosaurio muy parecido a Greymon pero manteniendo los colores rojos que había tenido en su etapa anterior. Había algo más que lo distinguía del Greymon original y era el hecho de que todo su cuerpo estaba envuelto en llamas como Meramon. Sobre su cabeza estaba el mismo casco que usaba el Greymon original y lo único que no estaba recubierto con fuego.

Luchando fuego contra fuego, la victoria se inclinó para el digimon de Toji, derrotándolo donde no quedó nada de Meramon.

Ahora Toji se encontraba celebrando la victoria y haciendo bailar a su digimon que había regresado a ser Fireagumon de lo genial e increíble que había sido.

Muerto de la envidia y rencoroso, se encontraba Musuko de ver cómo su rival se había adelantado a él de una forma tan descarada. Incluso su digimon, en la forma seijukuki, lucía demasiado guay. Así que dejó escapar sus sentimientos, a modo de acusación.

-¡Te has lucido, Toji! ¡¿Ahora cómo vamos a hacer que el digimon de Natchan y mío digievolucionen?!

Cortando el buen rollo que tenía Toji junto a su digimon, se dio cuenta de que al haber derrotado a Meramon, había impedido que sus amigos no pudiesen avanzar como él. De hecho, observando a Nat más de cerca, ella lucía muy molesta. El único que parecía alegrarse porque digievolucionara eran Aki y Tsunomon.

-Ehm… Yo… -sin saber qué decir.

Pero el más pequeño con Tsunomon, se acercaron a él ilusionados.

-Has estado increíble, Toji.

-Sí. Kajigreymon es un digimon muy guay e impresionante.

Kajigreymon era el nombre que recibía la siguiente digievolución de Fireagumon, donde la palabra fuego seguía mencionándose en su nombre.

Humano y digimon se sentían atorados por las alabanzas de los más pequeños, pero Musuko seguía tan resentido que volvió a recordarles.

-¡Pero ahora por su culpa, ni Veidramon ni Piomon podrán digievolucionar! -culpándolos, donde Toji bajó la cabeza sin saber cómo disculparse de haber metido la pata.

-Pero Gennaisan dijo que en caso de que alguno de nosotros no pudiéramos digievolucionar, seguirían habiendo digimon para que podamos continuar con la prueba -recordó Tsunomon porque ese punto le había interesado tanto, que se le había grabado a fuego en la cabeza.

-¿Ah, sí? -le preguntó Musuko a su propio digimon, donde no recordaba ese detalle importante. Pero Veidramon estaba igual de despistado que él, por lo que en sus ojos azules se encontró con la misma confusión que el niño tenía.

Las palabras de Tsunomon hicieron reaccionar a Toji y a Fireagumon y a recordar ellos también las palabras de Gennai. Se encontró devolviéndolas todas juntas a Musuko por haberle hecho quedar mal delante de Nat, que las neuronas de Musuko trabajaron oportunas para su beneficio y le soltó con una sonrisa tranquila.

-Está bien. De acuerdo. Lo siento. Has sido el primero en que tu digimon digievolucionase. Reconozco mi derrota.

La falsedad en sus palabras era tan clara que Toji y Fireagumon lo miraron escéptico.

-Te has ganado el derecho a regresar a la comodidad de la guarida de Gennaisan, mientras que Natchan, Akikun y yo seguiremos juntos y solos con la prueba.

La clara indirecta no podía ser más evidente. Musuko pretendía que se marchara y así que el niño pudiera lucirse y peor aún, que tuvieran demasiada intimidad para aprovecharse de la situación.

¿Acaso se pensaba que lo iba a permitir así como así?

Parece que Veidramon quiso poner la guinda final para darles una razón de peso para que se marchasen porque dijo.

-Después de todo, es una tontería que estéis aquí cuando ya habéis conseguido vuestro objetivo ¿No te parece, Piomonchan?

-La verdad es que sí. Es una tontería que estén aquí -apoyaba Piomon que no entendía la doble indirecta que pretendían Musuko y Veidramon.

Musuko pidió la opinión de Nat, donde ella también, sin entender las verdaderas intenciones del Motomiya, opinó lo mismo que su digimon, dejando a Toji con la boca abierta y decepcionado.

Cuando parecía que todo estaba perdido para Toji y a punto de darle al botón de alarma para avisar de que ya estaba listo para regresar, Aki intervino.

-No, Toji. No te marches. No quiero -aferrándose a su camiseta con desespero. Luego se dirigió hacia su hermana-. Por favor, hermana, dile que no se marche. Puede sernos de ayuda por si vuelve a pasar algo peligroso.

Las peticiones del más pequeño que siempre eran escuchadas y concedidas por su hermana, sirvieron para que Toji suspirara aliviado de que pudiera quedarse. Y Musuko se encontró lloriqueando de que su plan no saliese como quería, mientras que Toji se encontraba agradecido con el más pequeño, para después, lanzarle una sonrisa de triunfo que irritó más al hijo de Daisuke.

-Pues entonces, pongámonos en marcha -dijo revitalizado y liderando el equipo para más rabia de Musuko.

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MUNDO 4

La aparición de Thunderballmon había puesto en aprietos al equipo formado por los hermanos Ichijouji, Shin y Satoshi.

El digimon, a pesar de que era el más pequeño de los de etapa seijukuki, mostraba una rapidez y una fuerza que ningún digimon en etapa seichouki podría rivalizar. Además, éste usaba la propia naturaleza como punto de ataque para obstaculizar a los niños. Osamu que había heredado los buenos reflejos de su padre, se había librado de todos esos ataques. Todo lo contrario a los débiles Shin, Minami y Satoshi que ante el peligro en el que habían estado, sus digimon habían alcanzado el nivel seijukuki.

El digimon de Minami había pasado de un pingüino a convertirse en un gran cisne celeste, donde sus ataques no eran muy ofensivos pero sí poderosos si cargaba contra su enemigo.

El digimon de Shin había digievolucionado a un digimon gigantesco como Ikkakumon con gran parecido a un dugongo. No tenía ataques ofensivos, pero usaba su propio y pesado cuerpo como arma contra su enemigo. Pero el digimon de Shin era demasiado lento ante la agilidad de Thunderballmon.

Por último, el digimon de Satoshi había digievolucionado a algo parecido a Togemon, con la única diferencia de que usaba un poncho de tonalidades marrones y un sombrero mexicano.

Aunque eran tres digimon contra uno, las debilidades y el poco entrenamiento, hacía que Thunderballmon les llevase ventaja y les pusiese en aprietos.

-Thunderballmon, el mismo digimon del que Ankilomon no fue capaz de vencer, de no ser por la aparición de Stingmon que lo destruyó en un abrir y cerrar de ojos -susurraba Osamu, observando desde lejos la batalla que libraban.

-Parece que como Stingmon, tenemos que ser nosotros quiénes terminen el trabajo -habló Dokunemon acercándose al campo de batalla.

El digimon mutante al verlo, se lanzó sobre él, donde el digimon larva no tendría nada que hacer. Pero una sonrisa de lado de Osamu hizo que posteriormente, su dispositivo brillara y su digimon alcanzase el siguiente nivel.

El digimon de Osamu pasó de convertirse de una larva a un gran escarabajo rojo que andaba a dos patas. El digimon insecto que seguía el camino que había marcado Dokunemon, embistió con tanta fuerza contra Thunderballmon que lo hizo pedazos ante el asombro de su equipo, que solo podían temblar ante el inmenso poder que tenía el digimon.

Osamu que estaba satisfecho con el trabajo de su digimon, llamó a su digimon, el cual cuando regresó a su lado, volvió a ser Dokunemon y sin decir nada a nadie, pulsó el botón en su dispositivo para regresar a la guarida de Gennai.

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MUNDO 5

En el mundo cinco, las cosas se habían complicado más que en el resto de los mundos simulados. La aparición de Wizardmon como enemigo a enfrentar, había sido una sorpresa que los hijos de Takeru y Hikari no habían podido sobrellevar. Lo mismo había sucedido con Plottomon y Tsukaimon que a diferencia de Honeymon y Cuarzomon no tenían el coraje para atacarle. Para ellos, al igual que para sus compañeros humanos, veían a aquel Wizardmon como el mismo que había sido amigo de Tailmon y que le había prestado su ayuda y su vida para que Tailmon digievolucionase a Angewomon.

Puede que los dos niños y sus digimon no lo hubiesen conocido, pero a través del libro de su padre y de las propias palabras de su madre, relatando con creciente emoción lo que había significado Wizardmon para ella y su digimon, era como si ya le conociesen y lo respetasen de la misma manera que lo hacía su madre.

Pero aquel Wizardmon con el que peleaban, se trataba de un holograma creado por el equipo de Gennai para que así sus digimon digievolucionasen. En otras palabras, no era el Wizardmon que ahora deambulaba como fantasma en la torre de televisión; y tampoco era un auténtico digimon.

Pero aún así, ambos hermanos y digimon dudaban y a consecuencia de ello, habían sufrido su primera derrota.

Ante el apabullamiento de poder de Wizardmon, no les había quedado más remedio que huir y pensar en cómo poder derrotarle. Pero pese al interés que tenía Kazumi en saber cómo hacerlo, se había encontrado con que los dos hermanos y sus digimon eran incapaces de atacarle.

Kazumi entendía la razón, lo mismo que Misato, pero si regresaban con el rabo entre las piernas, no podrían seguir adelante con la misión. Pues ahora, las palabras misteriosas que Gennai les había dicho después de comer, cobraban sentido.

La presencia de Wizardmon como adversario, había sido calculado fríamente con la intención de que ellos tuvieran que enfrentarse a un digimon con el que había sido un gran aliado, por si algo así tuvieran que pasar en el nuevo mundo.

La noche había caído en ese mundo simulado, donde el tiempo se había prolongado demasiado y seguro que sus amigos ya habrían regresado a la base de Gennai. Seguro que estarían confusos y preocupados por ver que tardaban tanto. Pero es que los dos hermanos y sus digimon se encontraban rendidos y sin ninguna esperanza y sin saber qué hacer. Las dos niñas los miraban con la misma expresión que ellos, pero en su caso, no se debía al hecho de no saber cómo enfrentarse a un aliado como lo era Wizardmon, sino que en su caso, era debido a que aunque sus digimon digievolucionasen, teniendo en cuenta la fuerza de Wizardmon, necesitarían también la ayuda de los dos hermanos para poder vencerle. O eso, o sus digimon digievolucionaban en algo increíble. Y era mejor ser previsible que hacerse ilusiones.

En bajo, y para evitar que la tensión existente no se rompiese, Cuarzomon le dijo a su amiga que tenía hambre. Llevaban desde el mediodía en ese mundo sin probar bocado, y la presión de enfrentarse a un digimon como Wizardmon, le había hecho olvidar todas las necesidades básicas. De modo que unió a Kazumi y a Honeymon y le propuso recolectar algunas frutas para hacer una deliciosa macedonia de frutas.

Las chicas junto a sus digimon trataron de hacer amena la cena, pues parecía que ni eso lograba recuperar el buen humor que tenían los dos hermanos. Trataron de hacer lo imposible e incluso los animaron con que mañana sería otro día y verían con otros ojos la situación.

A pesar del buen ambiente creado por ellas, Isaki pronunció.

-Yo no puedo. No puedo enfrentarme a Wizardmon.

Las niñas lo miraron con total asombro, pero ahí no se terminaban todas las sorpresas.

-Yo tampoco puedo -siguió Takeshi tan cabizbajo y rendido que era algo nuevo para las niñas que los conocían de toda la vida.

Plottomon y Tsukaimon que debían contrariar a sus compañeros humanos por su drástica decisión, estaban del mismo bando que ellos y a no poder luchar contra alguien que había ayudado mucho a su madre digimon.

-Pero, ¿qué estáis diciendo? -preguntaba Honeymon que junto a Cuarzomon estaban boquiabiertas por lo que estaban escuchando.

-Nosotros no podemos vencerlo solas -seguía Cuarzomon dando a entender que como el digimon insecto, ella también era una digimon femenino.

-Lo sentimos, pero es que nos viene muy grande -decía Plottomon tan desanimada que ni fuerzas tenía para rebatir.

Además, en el caso de Tsukaimon, el digimon sentía congojo de lo que pudiera pensar Wizardmon si veía como uno de los descendientes de Tailmon era de atributo virus, teniendo en cuenta que en su familia digital estaba dominada por lo sagrado y digimon de tipo ángeles. Eso era una mancha y una deshonra que el digimon, por vergüenza, no se atrevía a confesar ante las chicas.

-Pero… pero… -decía Misato sin entender la actitud tan desanimada de Takeshi y que no casaba con su emblema de la esperanza-. Se supone que estábamos aquí para que nuestros digimon digievolucionen y así poder rescatar a nuestros padres.

-Lo sabemos -volvía Isaki a hablar por su hermano y sus digimon-. Y realmente sentimos esta decisión que puede afectaros. De todas formas, trataremos de compensarlo en la siguiente prueba.

-¿Y si os toca otro digimon conocido como Vandemon? ¿Tiraréis otra vez la toalla? -expuso Kazumi-. Está claro que la presencia de Wizardmon ante vosotros no es una mera coincidencia. Estoy segura de que Gennaisan lo ha planeado para que nosotros también podamos madurar junto a nuestros digimon, como les ocurrió a nuestros padres.

-Kazumi tiene razón -le siguió Misato-. Seguro que Gennaisan lo ha dispuesto así, porque puede que en el mundo donde están nuestros padres, hayan cosas peores y quieren prepararnos psicológicamente para ello.

-Y tirar la toalla, equivale a rendirse. Es decir, la contraparte del emblema de la esperanza -seguía ahora Honeymon.

-Vosotros podéis ser nuestra última carta, ya que sois los herederos de digimon ángeles y de emblemas sagrados -continuaba Cuarzomon desesperada.

-Lo sé, lo sé -decía Takeshi con las manos sobre su cabeza sintiéndose presionado y sabiendo que su decisión podría perjudicar tanto a sus padres como a sus propios amigos. Pero ahora… ahora…

-Lo sentimos -concluyó Isaki cabizbajo y avergonzado de que él, siendo el líder de los niños elegidos se rindiera de forma tan vergonzosa.

Recordó a su tío Taichi y como él, a pesar de todo, nunca se rendía y seguía avanzando aunque la situación no fuese conforme. Como por ejemplo, cuando había dictaminado que debían destruir a la digimon de su tía Meiko cuando ellos habían sido adolescentes.

Viendo el estado deplorable de los dos hermanos y sus digimon, Kazumi retuvo a Misato que se sentía desesperada por la actitud rendida de Takeshi, donde no parecía él, e incluso llegó a pensar que se debía a su digimon. Antes de que pudiera clamarlo en alto, Kazumi con toda la madurez dijo.

-Creo que lo mejor será dejarlo aquí por ahora, y descansar para que así podamos aclarar mejor las ideas. Ha sido un día muy largo y es demasiado para nuestros digimon que alcanzaron esta mañana el nivel seichouki.

-Como siempre con buen sentido, Kazumihan -apoyó Honeymon orgulloso de la buena cabeza de su amiga.

A Misato le pareció bien, pero teniendo en cuenta dónde estaban y quién estaba como enemigo, sacó el tema de hacer guardia. Takeshi no tardó en ofrecerse voluntario, aludiendo que estaba acostumbrado a dormir poco por las noches.

Solucionado el tema de la guardia, todos sacaron el saco de dormir que tenían en la mochila que Gennai les había preparado, y que no se imaginaban que al final les hiciese falta. Pues tras lo sucedido en el mundo uno y dos, se habían confiado tanto, que pensaban que las pruebas para alcanzar los niveles seijukuki y kazentai estarían igual de tiradas que cuando alcanzaron el nivel seichouki y les llevaría una o dos horas como mucho.

Qué ingenuos eran.

No podían evitar pensar que si así de mal les había ido para alcanzar el nivel seijukuki, cómo sería cuando tuviesen que activar sus emblemas para que sus digimon alcanzasen el nivel kazentai.

Tsukaimon se había quedado despierto para hacer compañía a Takeshi, pese a que estaba tan cansado que los párpados se le cerraban solos. Pero Takeshi lo acercó hacia él para que tuviese calor corporal y entre susurros, le recomendó que lo mejor era que descansase. El digimon trató de resistirse al sueño, pero entre el calor del cuerpo de su amigo y las caricias sobre su lomo, fue difícil seguir resistiéndose al sueño y al final, cayó en el mundo de Morfeo.

Takeshi sonrió suavemente y se enfocó en algún punto del centro.

Para evitar que Wizardmon los encontrase, no habían hecho ninguna hoguera. Aún así, estaban en un sitio tan cálido que ninguno echaría de menos el calor.

Takeshi aprovechó para perderse en sus propios pensamientos. Tenía tiempo de sobra para ello, por lo que sus pensamientos, poco a poco, fueron profundizándose, donde no solo recordaba dónde estaba, sino en el secuestro de sus padres, el fallecimiento de su tío Yamato y la muerte de su hermana Kibou.

Todo que irónicamente estaba relacionado, donde ahora que le ofrecían la oportunidad de vengarse y de hacer justicia, lo tiraba por borda porque no podía vencer a un simple holograma que tenía la imagen de Wizardmon.

Vaya decepción que se llevaría su padre si los viera.

-Lo siento, papá.

Se disculpó el niño al aire, donde sus palabras solo fueron escuchadas por su hermano mayor. Pues él, con los hechos ocurridos en ese día, le costaba conciliar el sueño. De espaldas a su hermano menor, Isaki no se movió y se comió la cabeza de la misma forma que su hermano, hasta que pasadas unas cuantas horas, el sueño lo venció por completo.

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Cuatro paredes rodeaban a los pocos digimon que quedaban del Mundo Digimon. Las cuatro bestias sagradas habían perdido por completo su poder y habían vuelto a sus formas seichouki donde ninguna luz podía seguir dándole vida a los digimon que luchaban por sobrevivir.

Los pequeños digimon que Elecmon siempre había cuidado con tanto mimo, se habían convertido en digihuevos. El pequeño digimon lloraba sobre otros digihuevos que estaban hechos pedazos y de los cuales, nunca más podrían renacer.

Ya no había digimon de nivel kazentai, tampoco de nivel seijukuki. Todos eran del nivel seichouki y se sentían tan debilitados que sería el perfecto blanco de sus enemigos.

A través de la cristalera, Takeshi observaba aquel tétrico panorama con desolación e ira contra el ser que había hecho todo eso.

Entonces, sucedió un terremoto que sacudió toda la base de Gennai. Las paredes empezaron a resquebrajarse y partes del techo caía sobre ellos como meteoritos.

Sus amigos y sus digimon solo podían huir y Takeshi solo podía ver como la cristalera se rompía y el techo que los cubría quedaba al descubierto.

Y entonces, vio el cielo del Mundo Digimon. Un cielo gris y negro del que empezó a caer una copiosa lluvia. Una lluvia de color negra que impactó sobre los digimon supervivientes. Los digimon empezaron a gritar de dolor y acto seguido, desaparecieron. Incluso las cuatro bestias sagradas.

Takeshi se quedó aterrado y sus lágrimas mojaban sus mejillas, pero algo más lo mojaba. Aquella lluvia también caía sobre él. Al observar mejor a sus amigos, se encontró con que ésta también impactaba contra los digimon de sus amigos y de su hermano. Por lo que Takeshi, inmediatamente, buscó a Tsukaimon.

Pero no lo halló en ningún lado.

El dolor que sintieron sus amigos al ver perder para siempre sus digimon, le rebotó en los oídos, así como las palabras.

"Todo esto es por tu culpa"

"Si no te hubieras rendido"

"Hemos muerto por culpa de tu capricho"

Takeshi se tapó los oídos para no seguir escuchando esas palabras. Pero daba igual lo que hiciera, que las voces seguían.

"Eres un fracaso como heredero de la esperanza"

"Tus padres también han muerto porque te has rendido"

"Eres una vergüenza por someterte a los sentimientos negativos y dejar que tu digimon sea de atributo virus"

Al principio todo eran voces desconocidas, pero después, la voz de su padre, de su madre, de Patamon y de Tailmon empezaban a mezclarse y a acusarlo con desprecio. Hasta que la última fue la de Tsukaimon que en un tono desolador dijo.

"Takeshi, lo siento. Todo ha sido por mi culpa"

Y justo la imagen de Tsukaimon apareció en su rostro. El pequeño digimon no había sido afectado como el resto y eso alegraba a Takeshi que quiso abrazarlo, pero Tsukaimon se alejó y negó suavemente con la cabeza.

-Yo también tengo que irme con ellos -y el digimon voló hacia el cielo donde la lluvia negra lo envolvió por completo.

Takeshi gritó su nombre con desgarro.

Y el digimon se consumió entre la lluvia.

.

Justo en ese instante, Takeshi despertaba abruptamente y jadeante. Sentía la piel fría y temblaba por lo que había… ¿soñado?

Antes de hacerse una idea de dónde, cuándo y cómo se encontraba, se aseguró que Tsukaimon estaba a su lado. Se alivió al instante, al verlo dormido plácidamente acurrucado a su lado. Luego, observó que las chicas, su hermano y digimon seguían durmiendo sin que nada grave hubiera pasado.

La mañana ya había llegado y Takeshi se sintió avergonzado de haberse quedado dormido cuando, supuestamente, hacía guardia. No supo en qué momento había cerrado los ojos, uniéndose al mundo de los sueños como el resto. El caso es que el sueño todavía lo tenía tocado, ya que al levantarse, le temblaron los pies.

Se llevó una mano a la cabeza, dónde sentía un pequeño dolor. Pero de pronto, el viento frío sacudió su cuerpo, erizándole los vellos de la piel y a sentir una extraña sensación que lo alertaba de que algo peligroso estaba cerca de ellos. Sin darse la vuelta, gritó por instinto.

-¡CUIDADO!

El grito de Takeshi sacándoles a la fuerza del mundo de los sueños, provocó que los niños y sus digimon reaccionasen tarde y se vieran envueltos en el ataque que Wizardmon les había dado. Incluso Takeshi se vio afectado por su ataque.

Kazumi no tardó en preguntar qué es lo que había pasado. Honeymon se había acercado a ella para ayudarla. Y junto a Misato y Cuarzomon, observaron cómo Wizardmon volvía a atacarlas.

-¿Qué hacemos? -preguntó Plottomon desesperada. Ella más que nadie, no quería luchar contra Wizardmon. Pero Wizardmon parecía que no quería darles la oportunidad a rendirse y que pudieran volver a escapar.

Antes de que alguien pudiera dar una sugerencia, el ataque que había lanzado antes Wizardmon provocó un desprendimiento de tierra en la zona dónde estaban Kazumi y Misato. Ninguna pudo reaccionar y tampoco sus digimon, ante algo inesperado. La tierra se desmoronó para verse un gran y un profundo agujero negro del que cayeron las dos niñas junto a sus digimon.

Takeshi se acercó hasta el borde gritando el nombre de ellas con desesperación.

-Dos molestias menos -comunicó Wizardmon con una malicia que nadie lo identificarían con el original.

-No entiendo nada. ¿Qué está pasando? ¿No se supone que no tendríamos que sufrir daños? -Plottomon se alteraba a cada segundo. Ya no era solo la presencia de Wizardmon, sino todo en conjunto que había desencadenado que dos de sus camaradas junto a sus compañeros humanos se vieran envueltas en un terrible accidente.

Isaki tampoco entendía lo que estaba pasando, pero no pudo pensar en eso ya que Wizardmon empezó a atacar a su digimon y al digimon de su hermano.

Los dos digimon no podían hacer nada contra alguien tan poderoso, solo seguir recibiendo los crueles ataques ante la mirada desoladora de Isaki que esperaba que todo lo que estaba viviendo se tratase de una pesadilla.

Quería creer que estaba durmiendo, y que eso no estaba sucediendo.

-¿Y estos son los digimon herederos de digimon ángeles? -empezaba Wizardmon a mofarse- ¡Dan vergüenza! Una que no tiene capacidad de ataque y otro que es de atributo virus. Aunque no me extraña que sean así. La culpa la tienen sus compañeros humanos.

Culpa.

Esa palabra martilleó en la cabeza de Takeshi y la pesadilla que había tenido empezó a atormentarle.

-Los hijos de los elegidos de emblemas sagrados dejan mucho que desear -y aunque se dirigía a ellos, volvió a lanzar su ataque contra los dos digimon que seguían en el suelo-. Se rinden y escurren el bulto. Eso es lo que provocará la muerte de todos los digimon.

Y Takeshi recordó vivamente cómo todos los digimon habían perecido en su sueño.

-Vuestra lástima provocará la muerte de vuestros padres de la misma manera en que murió Kibou.

El nombre tabú que afectaba a ambos hermanos les afectó de manera distinta a cómo se habían sentido antes. Takeshi dejó de observar el agujero negro donde Misato, Kazumi y sus digimon habían caído. Mientras que Isaki, observó al digimon como si le hubiese activado algún interruptor, haciéndole despertar de su atontamiento.

-¡Eso es algo…!

-¡…que no vamos a permitir!

La determinación de ambos hermanos y su motivación en no dejar que sus padres muriesen como había sucedido con su hermana Kibou, fue suficiente para que sus dispositivos brillasen, lo mismo que Tsukaimon y Plottomon.

Wizardmon al verlo, maldijo por lo bajo y quiso detener la digievolución. Pero ya era demasiado tarde, y los dos digimon digievolucionaron al siguiente nivel.

Cuando la luz dejó de envolverlos, se pudo visualizar sus nuevas formas. Ambos hermanos contemplaban en una mezcla de maravilla e incredulidad en lo que sus digimon se habían convertido.

Plottomon había pasado de ser un lindo cachorro de perro a un adorable conejo rosa con largas orejas, donde su cuello rodeaba una bufanda larga. Su estatura era bajita, casi de la misma que de Tailmon, aún así, el digimon se mantenía confiado y sin preocuparse por tener como rival a Wizardmon.

Por otro lado, y destacando sobre el digimon conejo, se encontraba la digievolución de Tsukaimon. Él que había sido un digimon virus, se había convertido en un digimon ángel con un destacable parecido a Angemon. Lo único que se diferenciaba a primera vista era que no tenía su taparrabos azul sino rosa y dos alas sobre su espalda, en vez de cuatro. Y sobre su báculo estaba adornado una media luna. Otro rasgo diferenciador era el color de su pelo. Se veía del mismo color rubio que el de Takeshi.

Wizardmon al verlos no quiso amedrentarse por la nueva digievolución. Pero el digimon ángel junto al digimon conejo parecía sentirse muy confiados, por lo que sin decir palabra y tras mirarse mutuamente con un asentimiento de cabeza, se compenetraron a la perfección para atacar conjuntamente a Wizardmon. El digimon conejo se había adelantado al digimon ángel y lo atacó con sus manos desnudas, donde la fuerza de sus orejas fue vital para lanzarlo hacia un punto dónde el digimon ángel no tardó en lanzar un tremendo ataque de fuego a través de sus dos alas que cayó como meteoritos sobre el digimon brujo pulverizándolo al instante.

Una vez vencido a Wizardmon, el digimon conejo chocó la mano con el digimon ángel como si fueran colegas y celebrasen que todo saliese bien. Mientras que los dos hermanos solo podían maravillarse por la digievolución de sus digimon.

-¡Ha sido increíble! -decía Isaki donde no encontraba más palabras para felicitar a su digimon.

-¡Yo no puedo creer que hayas digievolucionado en un digimon ángel, Tsukaimon!

-Ahora no soy Tsukaimon, Takeshi, sino Piddomon.

-Y yo Earmon -alzaba el digimon conejo su pequeña manita para presentarse.

-Sea como sea. Habéis estado increíbles -donde Isaki no tenía otra palabra para definir lo que habían hecho.

Sin embargo, pese a la felicidad compartida, Takeshi recordó la caída de las dos niñas y recordándoselo también a su hermano, juntos fueron hacia el borde del agujero donde no veían nada, solo un profundo vacío que no parecía tener fin. Earmon que se había colocado sobre el hombro de Piddomon sugirieron bajar para rescatarlas.

Pero a pesar de que Piddomon tenía un casco que cubría parte de su cabeza y dificultaría su visión, alertó a sus compañeros de algo desde el fondo.

Los niños y Earmon tuvieron que agudizar sus ojos y entonces vieron figuras poco reconocibles, pero que no tardaron en reconocer de que se trataban de sus amigas que subían, por lo que parecía a primera vista, con sus digimon ya en el nivel seijukuki.

Kazumi los miraba con una sonrisa radiante siendo sujeta por un digimon insecto parecido a una abeja. Mientras que Misato los saludaba con la mano montada sobre un digimon tipo dinosaurio que escalaba las rocas como si fuese un experto escalador.

-¡No me lo puedo creer! ¡Ellas también lo han conseguido! -exclamaba Takeshi entre asombrado y feliz.

Isaki sonreía, miró a su pequeño digimon ahora ya evolucionado y entonces, reflexionó sobre lo que había pensado ayer y lo equivocado que estaba. Curiosamente, quién le había hecho cambiar de parecer había sido el propio Wizardmon al provocarles y recordarles que sin ellos, no solo los digimon podrían morir, sino también sus padres. Dependía de ellos para salvarles, y ahora, sucediese lo que sucediese, no iba a dudar nunca más.

Después de que las niñas y sus digimon alcanzasen tierra firme, fue el momento para que se maravillaran mutuamente de los nuevos digimon que poseían. El digimon de Misato era el más grande y pesado de aquel equipo. Tenía la forma de un dinosaurio que andaba a cuatro patas. Su principal característica es que tenía puntas afiladas y agudas desde la cola hasta el cuello. Incluso por la parte lateral había alguna punta más larga y afilada donde era la defensa perfecta para cualquier rival. Por otro lado, estaba el digimon de Kazumi, el siguiente en ser grande y pesado. Era un digimon insecto de rallas negra y amarillo que con sus dos antenas sobre su cabeza recordaba mucho a una abeja.

-Parece que lo habéis conseguido, chicos -dijo Kazumi mirando a los dos digimon y sacando de inmediato su dispositivo para analizarlos.

-Me alegra mucho -seguía Misato aliviada de que hubiesen entrado en razón. Es más, por fin veía la sonrisa característica de Takeshi y su digimon cómo debía ser, un digimon de atributo vacuna.

-Sentimos mucho haberos preocupado -se disculpó Isaki humildemente.

-Lo que importa es que podremos seguir adelante -dijo el digimon de Misato que estaba lejos de seguir siendo considerada un digimon femenino.

-Eso, eso. Tenemos que seguir digievolucionando para rescatar a nuestros padres -hablaba ahora el digimon de Kazumi.

-¿Y Wizardmon? -preguntó Misato, pues Kazumi estaba más entretenida en maravillarse por las características de Piddomon y Earmon.

-Derrotado.

La tranquilidad en cómo lo había dicho Isaki donde no existía pena ni remordimientos, fue suficiente para que las dos niñas se sintieran tranquilas.

-Bueno -apagando el analizador de su dispositivo, Kazumi dijo-, creo que ya es hora de regresar -pues tenía una tremenda curiosidad en saber si el resto de los equipos ya habían vuelto y descubrir en qué se habían convertido sus digimon.

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MUNDO DIGIMON

Tras el aviso recibido en el mundo cinco, Jose se había encargado de hacerlos regresar al mundo digital. Cuando Isaki y su equipo hubieron regresado, se encontraron con que Minami y Shin los estaba esperando.

Ambos se sintieron aliviados de verlos y sorprendidos de que tardasen tanto.

Al visualizar a los dos niños más mayores, lo primero que hizo Isaki es preguntar por sus primos, a lo que la propia Minami le contestó con que todavía continuaban en el mundo simulado. Mientras la niña hablaba, se fijó en algo particular. Junto a Isaki ya no le acompañaba la perrita Plottomon, sino un conejo tan bonito, que Minami gritó emocionada y fue corriendo hacia la digimon para cogerlo y darle un abrazo de oso, mientras la alababa por lo bonita que era.

Entre risas nerviosas, Isaki le aclaró que ese era Plottomon digievolucionado a Earmon.

-¡¿Cómo?! ¿Y cómo es que aún sigue en el nivel seijukuki? -preguntó Shin ajustándose las gafas, observando con determinación al pequeño digimon y que se mantenía por un nivel por encima de los suyos.

-Eso es algo que no sabemos -dijo Takeshi encogiéndose de hombros despreocupado.

-Cuando todos volvimos a nuestra forma seichouki, Earmon se mantuvo en esa forma. Ahora en ese sentido, se parece a mamá Tailmon -añadió Tsukaimon sobre la cabeza de su compañero.

-¿Será entonces porque Tailmon que está en la etapa seijukuki que tu digimon siga sus pasos o algo así? -seguía Shin imaginándose que ésa tendría que ser la razón, aunque no tuviese pies ni cabeza.

-¡Qué más da! -exclamó Minami restándole importancia-. El caso es que es la cosa más adorable que jamás he visto -frotando su mejilla contra la del digimon.

Penguinmon a su lado sonreía nervioso y medio triste de no ser un digimon tan guay como su amiga quería. Aunque por otro lado, viendo la expresión angustiosa de Earmon donde el abrazo de Minami la asfixiaba, hacía que se sintiera aliviado de su forma poco cool.

-¿Y por dónde andan Osamukun y Satoshikun? -preguntó esta vez Takeshi, mirando para ambos lados sin dar con el paradero de alguno de los mencionados.

-Ellos se han retirado a cuartos distintos -contestó Minami, relajando el abrazo que le daba a Earmon.

Los rostros desolados de Shin y Minami decían todo, donde algo grave debió de haber pasado en el mundo cuatro en el que ellos habían estado. Así que, Isaki les pidió que les explicase qué es lo que había pasado. Aunque algo ya se imaginaba teniendo en cuenta la personalidad de cada uno.

Cuando los dos niños mayores habían terminado de contar lo que había sucedido en el mundo cuatro, los miembros del equipo del mundo cinco se encontraban boquiabiertos. Pues lo pasado, superaba con creces lo que se imaginaban. No en Satoshi, pero sí en Osamu y a preocuparse seriamente por esa actitud peligrosa que estaba tomando.

Antes de nada, Isaki quiso aclarar algo con Minami y Shin y era el hecho de que a costa de su prima, ellos resultasen las víctimas por lo sucedido.

-Siento mucho que hayáis pasado por todo eso. La culpa fue mía de que acabaseis metidos en ese grupo. Pues solo me preocupé por mi prima y digamos que forcé la realización de los equipos para que ella pudiera estar en buenas manos.

-Entended que Isaki lo hizo por su bien. Porque, recordad lo que pasó después de comer y lo que Satoshi dijo de ella -les recordó Earmon para que entendiesen a su amigo-. Estaba claro que nadie querría ir con ella y nadie se sentiría cómodo a su lado.

-Solo podía contar con mi primo y Musuko, por eso, lo siendo mucho, y prometo que haré lo que sea para que en los siguientes grupos, estéis un poco más relajados.

-Ahora que lo pienso -habló Takeshi-. Las chicas habían estado hablando de lo preocupadas que se sentían por Minamisan. Creo que lo que más conveniente es que para esta ocasión, estén las tres juntas, ¿os parece bien?

La cara de Minami expresaba el asentimiento de la sugerencia del hijo de Takeru y Hikari y el agradecimiento infinito.

-Entonces, solo nos quedará ver con quién irán Osamukun y Satoshikun -murmuró Isaki, donde tenía la leve imaginación de que para vigilarlos y controlarlos tendría que ir separado de su hermano-. Lo pensaré mientras espero por mis primos y Musuko.

-Yo me quedo contigo -pidió Takeshi con Tsukaimon secundándolo.

-Mientras tanto, Kazumichan, ¿por qué no te encargas de recoger los datos de las digievoluciones de Minamisan y los demás?

No hacía falta que se lo dijeran dos veces, que la niña se retiró con los más mayores y su mejor amiga para que le contasen con lujo de detalles cómo eran sus digimon en su forma seijukuki.

.

Dos horas más tarde, la extrañeza y la preocupación empezaba a rondar a los dos hermanos y sus digimon.

Sus primos y Musuko llevaban un total de cuatro horas en el mundo simulado, o lo que era lo mismo, cuatro días metidos en ese mundo simulado. Resultaba muy raro y sospechoso que todavía no consiguieran que sus digimon digievolucionasen. ¿Sería que les habría tocado un digimon más poderoso que Wizardmon como lo era Devimon?

Sin poder seguir aguantando la espera sin saber nada de lo que les estaba pasando, Isaki se levantó del suelo, donde esperaba junto a su hermano y los digimon y se acercó a Jose, que esperaba pacientemente a recibir la señal para mandar de regreso a los niños a la base. Mientras esperaba, consumía una buena ración de tacos con jalapeños donde daba la impresión que tenía un estómago infinito, ya que el agente solo se limitaba a comer, eso sí, comida mexicana.

Acercándose al monitor que tenía enfrente, solo podía ver una gran pantalla negra recubierto de cuadros verdes, donde se visualizaba puntos brillantes que parecía ser los indicadores de dónde se encontraban sus primos.

-Disculpe Josesan, pero, ¿usted sabe si mis primos y el resto tienen algún problema en no alcanzar el nivel seijukuki?

-No sabría decirte.

-¿Qué quiere decir? -quiso saber Earmon.

Entonces Jose dejó su ración de comida y apartándola a un lado, les explicó que aunque ellos hubieran creado los mundos simulados y los hologramas de los digimon, no podían tener constancia de lo que estaba pasando en los distintos mundos. Solo de la ubicación (y al decírselo, señalaba los puntos brillantes que se movían), de la ubicación del digimon holograma y de si el digimon pudo digievolucionar.

-Al hacerlo, el punto se hace más grande -explicaba-. De hecho, poco después de que tu primo y los demás entrasen al mundo tres, uno de los tres digimon de la etapa seichouki digievolucionó y derrotó al enemigo.

Takeshi que también se había acercado hasta ellos, le preguntó a Jose, que porque a pesar de que uno de ellos había conseguido su objetivo, ¿por qué no había vuelto? El agente negó con la cabeza como si no la supiera. Sin embargo, pocos segundos fue lo que tardaron los hermanos y sus digimon para imaginar el porqué quién había logrado la digievolución no había regresado.

-Tuvo que ser el digimon de Toji o el de Musuko -dijo Takeshi.

-Si fuese el de nuestra prima, ya estaría aquí con Aki -suspiraba Isaki, imaginándose como Toji o Musuko no querían dejar a su prima asolas con su rival, y que esa era la razón por la que seguía en el mundo tres.

-Esos dos son tan predecibles, tan tontos y tan tecos -negaba Earmon con la cabeza.

-Pero divertidos -reconocía Tsukaimon donde su digievolución posterior lo había animado tanto, que regresaba a su vieja personalidad.

Isaki pidió saber si el próximo enemigo con el que tenían que enfrentar estaba muy lejos. Cuando Jose manipuló el teclado con rapidez, se encontraron con que el equipo de Toji iban en dirección opuesta al digimon holograma.

-¿Pero es que no se han dado cuenta que su dispositivo también localiza al digimon a enfrentar? -preguntó Earmon incrédula de que no se dieran cuenta de algo que tendría que ocurrírsele en los cuatro días que habían transcurrido.

-Parece que no -contestó Takeshi con una sonrisita.

-Más material para meternos con ellos -decía Tsukaimon frotándose las manos como si estuviera maquinando algo maquiavélico.

.

MUNDO 3

Cuatro días llevaban en aquel mundo el grupo de Toji. En el primer día, Meramon se les había aparecido, pero solo el digimon de Toji, Fireagumon había digievolucionado a Kajigreymon, haciendo que el resto perdieran la oportunidad y decidieran continuar el camino en buscar a otro digimon con el que enfrentar.

Pero daba igual cuánto caminasen que no daban encontrado absolutamente nada. Incluso el paisaje del desierto con postes de teléfonos había quedado atrás. Habían, incluso, atravesado un bosque y ahora se encontraban en una pendiente ascendente con la esperanza que desde arriba pudiesen avistar algo.

Nat solo los seguía, sin confesar cómo poco a poco empezaba a sentirse fatigada y con un pequeño dolor de cabeza empezaba a molestarla. Afortunadamente, y no sabía porqué, Toji y Musuko no discutían como era la costumbre. Era muy extraño, y más extraño le parecía que los dos rivales accediera a las decisiones que tomaban cada uno durante la marcha. No quiso pensar el porqué, ya que eso acentuaría su dolor de cabeza. También estaba tosiendo bastante y le empezaba a preocupar pillar en ese momento un resfriado. Podría justificar que se debía al cambio brusco de temperatura, donde del calor extremo habían pasado a un ambiente un poco más fresco. A eso se le sumaba el hecho de que por las noches, se ocupaba de abrigar con lo que ella tenía a su alcance a su hermano, haciendo que ella quedase desabrigada; y también al esfuerzo continuo de satisfacer antes las necesidades de su hermano en vez de preocuparse por ella misma.

Sin embargo, como ahora confiaba en Toji y Musuko para el cuidado de Aki, eso la aligeraba y a no tener, a mayores, que cargar a su hermano pequeño durante las largas caminatas. Además, Aki se veía muy feliz y contento cuando Toji lo cargaba que no podía comportarse como una hermana celosa cuando su hermano pequeño volvía a sonreír tras la muerte de su padre.

Solo esperaba que si rescatasen a su madre, ella también volviese a reír. Pero para ello, primero tenía que hacer que su digimon digievolucionara.

-Pero bueno, ¿todavía no aparece el otro digimon? -preguntó Musuko que empezaba a hartarse de las largas caminatas sin llegar a puerto fijo.

-¿Seguro que Meramon no era el único? -empezaba Veidramon también a desconfiar.

-Claro que debe haber otro. Gennaisan lo dijo -dijo convencido Toji con Aki a su espalda.

La pendiente era demasiada inclinada y conocía muy bien la resistencia del más pequeño para imaginar que para él sería muy difícil caminar en semejante camino. Además, el sol del mediodía empezaba molestar y eso influía en su caminata. Afortunadamente, podían contar con los frondosos árboles que habían a su alrededor que eran bastante altos y podría servirles como sombra.

Pero no solo al más pequeño le dificultaba la caminata, sino también a Fireagumon que se encontraba agotado y sobre todo, hambriento. Sentándose en el suelo, empezó a quejarse de todas esas necesidades.

-Bueno, quizás será mejor que paremos aquí un rato. Parece ser un buen sitio -dictaminó Musuko.

Aparcándose entre la arboleda, los niños se sentaron para beber el agua que recogían de los riachuelos y comer de los frutos que daban los árboles. Aunque la verdad, a más de uno se le antojaba un buen chuletón, así que deseaba que cuando volviesen al Mundo Digimon, Gennai les compensase con una muy buena comida, que sino protestarían por tener que consumir alimentos de supervivencia a los que no estaban acostumbrados.

Tras beber y comer, los niños se quedaron para descansar un poco más. Aún faltaban unas cuatro horas para que anocheciera, por lo que aún podían avanzar un poco más. Sin embargo, antes de emprender la marcha, Nat se levantó abruptamente y se disculpó con sus amigos.

-¿A dónde vas? -le preguntó Musuko queriendo ir tras ella.

-Al baño -contestó ella algo molesta.

La respuesta dejó colorado y sin palabras a Musuko, que la dejó marchar sin ninguna queja, y como un buen niño, volvió a sentarse en su sitio ante la risita compartida de Toji, Fireagumon e incluso Veidramon. Eso molestó a Motomiya que le dio un capón a su digimon. Incluso Aki y Tsunomon reían de la gracia que eso les provocaba.

-Me alegro de que vuelvas a reír, Akikun. Realmente, me tenías preocupado -le dijo Toji mirándole.

El niño paró de reír y miró a su digimon.

-Es que… Con tantas cosas desconocidas que están pasando… -el niño no detalló más, y volvió a mirar sonriente a su amigo-. Pero me alegro de poder contar contigo. También contigo, Musukosan. Muchas gracias por hacer caso a mi petición de no discutir frente a mi hermana.

-Vamos chavalín, ¿cómo no íbamos a hacer caso cuando nos lo pediste con una carita tan bondadosa? -dijo Musuko.

Pues Aki veía que su hermana se estaba sobre esforzando tanto que podría peligrar su salud. Lo que menos quería es que empeorara por las disputas existentes entre los miembros del mismo equipo. Ya lo había visto cuando estaban en el mundo uno, donde la disputa entre Toji y Satoshi había provocado que su hermana se alejara de ellos y se fuera sola a enfrentarse al peligro. No quería eso de nuevo. No quería que ella se volviera a exponer al peligro. Pero gracias a las palabras de Toji, su hermana había aprendido la lección.

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Con el paso del tiempo, Musuko empezó a preocuparse de que Nat tardase tanto. Cogiendo a Veidramon, se disculpó ante ellos para ir a buscar a su amada. Toji que se sentía escéptico, no le dejó porque se imaginaba que iría a espiarla.

-¡No seas idiota! ¡Entonces, me mataría! -le contestó de mala manera sin hacerle caso- ¡Tú quédate aquí con el chavalín!

Musuko empezó a llamar a gritos a Natsumi para saber dónde estaba, mientras caminaba entre la espesa arboleda, donde aquel lugar podría ser el sitio perfecto para jugar al escondite. Le preocupaba que ella quisiera marcharse de nuevo, como le habían contado. Lo denegó por lo imposible que era, ya que para empezar, no habría dejado atrás a su hermano pequeño y además, Toji y él no se peleaban frente a ella. Todo por aquel chavalín que apreciaba tanto a su hermana. Sin embargo, aquel pacto solo se aplicaba mientras estuvieran en aquel mundo. Cuando volviesen a la base de Gennai, le devolvería todas las cosas que se estaba tragando. Pero primero, tenía que encontrar a Natsumi.

-Pero, ¿dónde se habrá metido esta chica? -se preguntó Musuko parándose y con los brazos en jarras.

-Y yo me pregunto, ¿no habría sido más fácil usar el sistema GPS de tu dispositivo en vez de ir a buscarla a ciegas?

-¡Ya podrías habérmelo dicho antes! -quejándose a su digimon dándole el segundo capón.

Luego al revisar su dispositivo, se encontró con la grata sorpresa de que estaba más lejos de lo normal, de hecho, el camino dónde ella se dirigía era hacia lo alto de la montaña.

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Nat había llegado hasta la cima de la montaña, donde el viento soplaba tan fuerte que despeinaba su cabello rebelde. Pero eso a ella no le importaba. Volviendo a toser, se fue acercando hasta el borde para inspeccionar mejor el lugar. Piomon le pidió que tuviese cuidado en que no cayese, pero ella no le hizo caso. Miraba a su alrededor, como si buscase al digimon con el que enfrentarse. Pero no había nada de nada.

Bajó la cabeza y asomó una sonrisa sarcástica.

-Parece que si seguimos así, vamos a tardar otros cuatro días.

Su murmullo había alcanzado a su digimon, pero ella quería regresar cuanto antes con los demás. El viento soplaba tan fuerte que podría ser muy peligroso.

-¿Peligroso? -susurró ella viendo el vacío que había ante ella.

Cualquiera que cayera por ahí podría morir. Lo mismo que cuando se enfrentaba con un digimon para que sus digimon digievolucionasen.

Sin querer estar más tiempo, y sintiéndose fatigada de tanta caminata sin sentido, Nat quiso terminar con aquello cuanto antes. No podían perder más tiempo. Quería regresar y descansar. Lo necesitaba.

-Nat, ¿qué haces? -le preguntó Piomon cuando la vio poner los brazos en cruz.

Pero la única repuesta que recibió fue que ella empezase a balancearse hacia adelante. La digimon gritó su nombre al tiempo que fue corriendo hacia ella. Pero el viento en su contra y sus cortas patitas hacía que no llegase a tiempo, cuando veía que su cuerpo estaba medio inclinado hacia abajo, otras patas más veloces que las suyas la adelantaron, alcanzando el brazo de la niña. Pero con su cuerpo a medio caer, lo único que provocó es que su rescatador cayese con ella.

Piomon gritó una vez más su nombre y temiendo tener que ver como su amiga se iba cayendo hasta estrellarse contra el suelo, se encontró con que su rescatador había logrado un punto de apoyo en una roca y la tenía sujeta para evitar tan fatal desenlace. El digimon del rescatador llegó con más retraso hasta donde estaba su amigo y ambos digimon solo pudieron contemplar desesperados la situación de sus amigos.

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Minutos antes de que eso sucediera…

-Esos están empezando a tardar mucho -empezó Toji preocupado.

-Seguro que Musuko habrá aprovechado la ocasión para declararse a Nat -decía inconscientemente Fireagumon con su panza bien satisfecha.

Eso irritaba un poco a Toji, pues la situación favorecía mucho a su rival, y él, al quedarse cuidando de Aki, lo que había hecho era darle esa ventaja.

Aki que estaba acariciando la cabeza de Tsunomon, observó la inquietud que sentía Toji que la manifestaba caminando de un lado para otro nervioso. Entonces, le propuso que fuesen a buscarlos, pues también se sentía preocupado por su hermana, donde no le parecía normal que tardasen tanto.

-Además, no creo que le guste Musuko -dijo el niño en un intento de animarlo-. Y a mí me gustas tú, así que seguro que a mi hermana también le gustas.

Las palabras inocentes del niño, lo animaron más, así como a sentirse avergonzado de los sentimientos que Aki le profesaba. A diferencia de Musuko, Toji usó la aplicación de GPS que tenía en el dispositivo para encontrarles, donde le había sorprendido la velocidad a la que iba Musuko hacia Nat, así como la localización de la niña.

Por eso, cuando habían avanzado lo suficiente, desde una montaña más abajo fue cuando Toji y Aki habían visto la situación precaria en la que se encontraban Nat y Musuko.

.

Los dos digimon seguían sin saber qué hacer para rescatarles. Sus manos no daban alcanzado hacia donde ellos estaban. Pero eso no era algo que le preocupase a Musuko. Mientras que con una mano se sujetaba de la piedra, con la otra sujetaba el brazo de su amiga y entonces, le gritó.

-¡¿Estás loca o qué te pasa?! ¡¿Cómo se te ocurre tirarte al vacío?!

-¡¿Y qué quieres que haga?! ¡Es la solución más rápida para que Piomon digievolucione! ¡Date cuenta de que no hay ningún digimon a la vista! ¡Ahora, suéltame! ¡Suéltame! -resistiéndose a su agarre y siguiendo en su intención de caerse montaña abajo.

-No la sueltes, Musuko -le pedía Piomon desesperada.

Mientras, Veidramon miraba a su alrededor, en búsqueda de algo que pudiera servirles como cuerda o algo parecido. Podría bajar y ayudar a su amigo, pero no podía garantizar su propia seguridad.

-¡ESTÚPIDA! -gritó Musuko tan fuerte que enderezó tanto a su propio digimon como a la propia Natsumi- ¡¿CÓMO PUEDES SER TAN ESTÚPIDA Y TENER UNA IDEA TAN ABSURDA?! ¡TÚ QUE SIEMPRE ANDAS CON BUEN SENTIDO, SE TE OCURREN CADA IDEA DE BOMBERO QUE NO TE DAS CUENTA QUE ESO PROVOCARÍA TU MUERTE!

-¡Eso no sucedería porque Piomon digievolucionaría!

-¡ESTÚPIDA! -volvió a decirlo pero con más fuerza que eso hizo que el buen juicio acudiera a ella- ¡¿Y quién te garantiza eso?! ¡Mírala! ¡Mira a tu digimon! ¡¿No te parece que a estas alturas ya habría digievolucionado?! -y lo único que Nat pudo ver eran las lágrimas y la impotencia de Piomon- ¡Y aunque digievolucionase, esa no es la manera! ¡Ser temeraria para provocar una digievolución es lo mismo que provocar una digimon oscura! ¡Tú mejor que nadie deberías de saberlo!

Y entonces Nat se dio cuenta que entre lo que había hecho en el mundo uno al provocar al digimon para que la atacas, era lo mismo que tirarse al vacío. Otra vez se había equivocado y no había conseguido nada. Solo el seguir siendo una persona débil que dependía de otro para que la rescataran.

La niña miró hacia abajo. La altura era tan alta que la caída sería mortal. Una razón más para angustiar a sus hermanos y a su madre, como si no tuviesen suficiente con lo de su padre.

Inevitablemente, empezó a caerle lágrimas, lágrimas que a pesar de estar cabizbaja fueron vistas por Musuko.

-Bueno… Pero, no llores… Esto… Ya nos preocuparemos por esto luego… Primero, volvamos a tierra firme… Además, se está empezando a entumecerme las manos, así que debemos apurarnos… -mirando hacia los dos digimon.

Las pocas neuronas que tenía el Motomiya fueron efectivas en ese momento, donde se le ocurrió una gran idea.

-Piomon, ¿puedes aguantar con el peso de Natchan?

-No estoy segura… -pues nunca lo había puesto en práctica. Sin embargo, contaba con la referencia de los libros que Takeru había escrito, donde había leído que poco después de que su mamá digievolucionase a Piyomon, no había podido soportar el peso de Sora.

-En ese caso, Natchan, lo siento, pero vas a tener que poner también de tu parte. Piomon, tú encárgate de servirle de punto de apoyo por un lado y yo lo haré por el otro. Natchan, sujétate a la piedra más cercana que tengas.

Mientras Piomon usaba sus alas para descender hacia donde estaba su amiga, Musuko la arrimaba contra las rocas para que se sujetase. Sin embargo, él a pesar de que la otra mano empezaba también a entumecerse, la sujetó firmemente. Con la ayuda de su digimon y del propio Musuko, donde empezaba a ver que la roca que Musuko tenía de agarre, empezaba a perder fuerza, Nat fue escalando hacia arriba. Veidramon prestó su ayuda cuando la tuvo al alcance. Y una vez que ella estuvo en tierra firme, prestó su ayuda para que Musuko también subiese. Piomon volvió a descender para ayudarle y tan pronto como el niño dejó la roca en la que había estado ayudándose para colocarla en la otra, ésta perdió su fuerza y el punto de apoyo donde colocaría su pie, pero Nat consiguió cogerle y con la ayuda de Piomon y Veidramon, consiguieron que Musuko tocase con sus manos algo más consistente.

El sudor que impregnaba a la chica junto a su cabello más alborotado, la hacían ver preciosa a los ojos de Musuko, donde se quedó un buen rato observándola embobado y agradeciéndole de manera sincera su ayuda.

Su rostro puso colores en Nat que solo pudo contestar con un susurro que no era nada.

Y rompiendo aquel momento, en el horizonte divisaron a un digimon. Nuevamente se trataba de un digimon conocido, pero éste podría decirse que era el origen de que sus padres fuesen elegidos. Ante ellos se presentaba ni más ni menos que el digimon ave, Parrotmon.

Parrotmon volaba hacia ellos como si alguien lo hubiera irritado y sin dejar que Musuko tocase con sus pies la tierra firme, el ave voló muy cerca de ellos, usando el viento como arma para que los niños cayeran por el vacío. Los dos digimon se habían agarrado a sus compañeros para evitarlo. Pero Parrotmon dio un giro de ciento ochenta grados y volvió a volar contra ellos, esta vez con sus patas contra ellos, como un avión cuando activa sus ruedas para el aterrizaje.

Eso les provocaría la caída irremediablemente, de no ser porque Parrotmon había recibido un ataque sorpresa a sus espaldas que lo hizo desistir.

-¡Es Toji! -gritó Nat aliviada de que el Yagami les salvara la vida.

-¡Y Kajigreymon! -le siguieron los dos digimon felices de contar con su ayuda en ese momento tan delicado.

El digimon pájaro rugió molesto y tomó a Kajigreymon como su primer objetivo. El digimon de fuego lanzó su ataque, pero entre el viento y el vuelo del ave no consiguió dar con su objetivo. Con ese juego estuvieron Parrottmon y Kajigreymon, donde el digimon ave como si tuviera inteligencia, voló hacia el cielo dando rodeos. Un momento, en que Nat trataba por todos los medios en hacer que Musuko estuviese en tierra firme. Pero Parrottmon volvió hacia ellos en una caída en picado pero no hacia Kajigreymon sino hacia Musuko y Nat.

La rapidez con la que caía y el lugar dónde estaban los niños, imposibilitaba a Kajigreymon a lanzar su ataque sin que los dos niños saliesen perjudicados. Por lo que solo pudieron gritar los nombres de ellos aterrorizados. Piomon y Veidramon corrieron hacia ellos. Y Nat por puro impulso, abrazó el cuerpo de Musuko como si quisiera protegerlo.

-¡HERMANA!

Entonces una luz brilló. Una luz que solo Musuko había podido ver.

Los dispositivos de Musuko y Natsumi brillaron, luego sus dos digimon y a pocos centímetros de que Parrotmon les hiciera algo mortal, las formas digievolucionadas de Piomon y Veidramon lo detuvieron. Sin embargo, no habían podido evitar que se desprendiese la zona donde ellos estaban.

Daba igual porque Piomon había digievolucionado en un gran ave semejante a Birdramon, teniendo a ambos niños a salvo sobre su lomo. Veidramon que ahora era más grande, casi de la misma altura que Exveemon, sujetaba con sus manos al pájaro como si quisiera evitar que siguiese atacándoles. Haciendo acopio de su fuerza lo mandó al otro lado, donde se dirigió a Kajigreymon.

El digimon entendiendo sus intenciones, lanzó su ataque consiguiendo derrotar por completo al digimon. Todos empezaron a celebrar su victoria y su objetivo, menos Musuko que volvió a observar el lugar de dónde había procedido originalmente la luz. Ni más ni menos que del pequeño Aki.

La luz que había envuelto al pequeño (y que lo llamasen loco, pero estaba convencido de que esa había sido la causa de la digievolución) había desaparecido y ahora el niño se dirigía hacia ellos. O más bien, hacia su hermana. Incluso había dejado a su Tsunomon a un lado.

Nat tras bajar de su digimon, tuvo a su hermano llorando sobre ella.

-Tenía miedo… Mucho miedo… Pensé… Pensé…

Nat se sintió culpable, pero a la vez enternecida por la preocupación extrema de su hermanito. Se agachó hasta colocarse a su altura y le dijo con suavidad.

-Tranquilo. No me pasará nada. Te lo prometo -abrazándolo con cariño.

-Sin embargo, esa combinación vuestra ha estado espectacular -dijo Toji acercándose con Kajigreymon aludiendo a su digimon y al digimon de Musuko. Llevaba a Tsunomon en brazos, el cual saltó para quedarse embobado viendo la nueva forma de Piomon.

Era el vivo retrato de Birdramon de no ser porque su pelaje era completamente oscuro. Aún así, eso no le importaba, sino el hecho de que se pareciese tanto a su madre digimon.

-Eres increíble. Te pareces a mamá Piyomon cuando es Birdramon.

-Pero es oscuro -puntualizó Toji-. Parece un digimon virus.

-Tsukaimon también es de atributo virus y creo que no pasa nada -puntualizó Nat algo molesta cargando a su hermano en brazos, donde estaba segura de que no querría soltarla durante un buen rato.

-No, no quise decir eso. ¿Verdad, Musuko? -buscando el apoyo de su rival, donde al sentirlo callado, le extrañó que no pusiera vela en el asunto.

-¿Qué? Oh, sí… claro… -contestó Musuko despistado sin saber muy bien a lo que contestaba. Solo su digimon, que tenía la misma forma que Exveemon pero con algunas diferencias, lo encontró raro, como para incluso preguntarle si estaba bien-. Ehh… Sí… Claro… Esto… Creo que deberíamos regresar ya… Estoy seguro de que los demás estarán preocupados de porqué estamos tardamos tanto… -dándoles la espalda y recordando con detalle lo que había visto.

Estaba muy convencido de lo que había visto.

Justo después de que Aki gritase el nombre de su hermana, el niño había brillado con una luz cegadora. El dispositivo del niño también había brillado a la par que el de su hermana y suyo. Y cuando sus digimon empezaron a brillar, una luz mucho más fuerte había envuelto a Tsunomon. El dispositivo de Aki se había vuelto de un azul intenso, pero un gesto del niño, apretando fuertemente al digimon, provocó que la luz azul se extinguiese y a continuación la luz que los envolvía.

¿Qué signifcaba todo eso?

.

En otro mundo aparte y muy lejos de todos…

-¿Lo has sentido? -le decía la figura que jugaba con las piezas negras del ajedrez, el cual llevaba la ventaja.

-¿Para no sentirlo? -respondió su alter ego como si le restara importancia al asunto y lo verdaderamente importante era la partida de ajedrez-. Parece que el hijo más pequeño de los portadores de amistad y amor empieza a manifestar su verdadero poder.

-Es curioso ver cómo ese niño es capaz de controlarlo.

-Eso se debe a la crianza de sus padres y de los dos digimon que tuvieron por compañeros -comentaba con total despreocupación-. Pero no es un peligro. Ese niño aunque provoque la digievolución de sus amigos, no la provoca en su propio digimon. Así que podemos hacer buen uso de ello y manipularlo como hice con el hijo de la unidad -tras una estrategia que se le acaba de ocurrir, la figura movió su peón, comiéndose al alfil de las negras-. Jaque -y por primera vez desde que había empezado la partida hacía décadas, las blancas llevaban la ventaja sobre las negras.

.

Cuando el grupo de Toji había regresado al Mundo Digimon, se encontraron con la presencia de Isaki, Takeshi y sus digimon. La sorpresa de tenerlos allí contrastaba con la preocupación que tenían ambos hermanos de haber tardado tanto.

Toji se excusaba nervioso por ello, mientras que Isaki y Takeshi se fijaban en su primo pequeño donde, como temían y empezaba a preocuparles seriamente, Tsunomon seguía sin digievolucionar.

-¡¿Y ese digimon?! -preguntó de repente Fireagumon percatándose de la presencia de Earmon.

Isaki se encargó de presentarlo, así como el hecho de que se sentían extraños de que siguiera manteniéndose en el estado seijukuki. Tsukaimon puntualizó de forma inocente las palabras de Shin. Pues el digimon estaba de acuerdo con que era lógico que se mantuviera en ese estado, ya que era la heredera más directa de Tailmon. Y como la gata se mantenía en el estado seijukuki, el digimon de Isaki también tendría que estarlo.

-Y entonces -habló Isaki, no haciendo caso a lo que Tsukaimon había dicho-, ¿vais a decirme por qué habéis tardado tanto? ¿Es que ha pasado algo grave?

Los dos hijos de antiguos líderes no pudieron evitar recordar lo que casi Nat provoca, donde la propia niña también pensó por lo mismo y sin poder contárselo a sus primos por la vergüenza que eso suponía.

-Resulta que Fireagumon digievolucionó primero y destruyó a Meramon. Y luego, continuamos el camino en búsqueda del siguiente digimon, pero parece que fuimos en dirección contraria y por eso, tardamos mucho.

Para sorpresa de los dos hermanos, el propio Aki les había revelado lo que había sucedido. Sin embargo, lo que más les asombraba era el buen estado de ánimo que lucía el más pequeño con esa sonrisa que ya habían olvidado. Takeshi se agachó a su altura, analizándolo con cuidado como si no se creyera que su primito volviese a ser el niño alegre e inocente de antaño. Incluso le preguntó si estaba bien. A lo que el niño confuso, le respondió que sí, sin entender su curiosa pregunta.

Ahora más que nunca, los dos hermanos se sentían intrigados en saber qué era lo que había provocado ese cambio tan radical en su primo pequeño. Pero antes de que pudieran someterlos al tercer grado, Toji se jactó de que su digimon fuese el primero en digievolucionar.

Lo que Musuko había estado guardando debido a la tregua, explotó en ese momento, diciéndole todo lo que se había guardado.

-Si Veidramon estuviera en la misma situación que el tuyo, también habría digievolucionado antes.

-Pero no lo estuvo. Y además, queridos primos, me encantaría comunicaros que mi digimon en su forma Kajigreymon es realmente una pasada. Mucho mejor que el Exveidramon de Musuko que parece una copia barata de Exveemon.

Exveidramon era el nombre del digimon de la siguiente forma de Veidramon. Tal como Toji había dicho, se asemejaba mucho a Exveemon, donde el color rojo en lugar del azul, era lo que marcaba la diferencia entre ambos digimon.

-Exveidramon es mucho más fuerte y ágil que ese digimon en llamas tuyo -le replicó Musuko.

En medio de esa disputa, Nat intervino para excusarse de que quería descansar un poco antes de la cena. Algo que desde luego, llamó la atención de sus primos, pero las voces gritonas de los dos rivales, hicieron que tomasen aquello como prioridad y a detenerlos antes de que llegasen a las manos.

-Bueno, vale ya -dijo Isaki poniéndose serio.

-Está claro que aquí ha pasado algo raro -dijo Takeshi juguetón mirando cómplice a su Tsukaimon.

-Algo muy raro que se ha notado desde el minuto uno en que llegaron -le siguió Tsukaimon, donde con aquella apariencia siniestra que tenía, cualquiera diría que estaba bromeando.

-Así que… -empezó Takeshi acercándose peligrosamente a Toji y a Musuko.

-…Ahora… -seguía Tsukaimon acercándose a los dos digimon rojos.

-¡ESCUPID LO QUE HA PASADO! -dijeron conjuntamente humano y digimon tan amenazantes que aterrorizaron a sus interlocutores.

Isaki se llevó una mano a la cabeza, mientras que Earmon resoplaba para murmurar a continuación.

-Los graciositos de la casa han regresado.

Toji y Musuko les contaban lo que había pasado, pero cuando uno mostraba su superioridad frente al otro, el otro le replicaba molesto y aclaraba los hechos, con su propia versión, por lo que estuvieron casi una hora contándoles lo que habían vivido y ocurrido. Incluso le contaron cómo Nat se había querido tirar al vacío para que Piomon digievolucionase.

-Si no llego aparecer, de verdad que se habría matado -puntualizó Musuko, donde ignoró como ambos hermanos parecían estar al borde de la paciencia con las locuras de su prima. Parecía que no había aprendido nada del mundo uno y disfrutaba poniéndose en peligro.

-Oye que de no ser porque al final aparecí yo, os habríais matado -dijo Toji, donde él quería verse como el héroe de Natsumi.

-¿Y se puede saber porqué mi prima tomó esa drástica decisión? -preguntó Isaki acusador mirando a los dos, que sino fuera porque los conocía, juraría que eran hijos del mismo padre.

Pues cuando había sucedido en el mundo uno, según Toji, la razón se derivaba en que su prima se había molestado por la trifulca entre Toji y Satoshi y tomado la decisión de enfrentarse al digimon sola. Si su prima había vuelto a hacerlo, no podía evitar pensar que era por culpa de ellos. Los dos que entendieron la indirecta del mayor, se acongojaron y por primera vez se pusieron de acuerdo en aclarar los hechos con la verdad por delante.

-Nosotros no hicimos nada.

-Incluso hicimos una tregua.

-No sé yo -dijo Earmon desconfiada, donde lo que veía desde su llegada no concordaba con lo que les decía.

-En serio que hicieron un pacto -intervino Fireagumon que debido a su personalidad sincera, no le salían las mentiras.

-Lo hicieron por el hermano pequeño de Nat.

-¿De Aki? -preguntó Takeshi.

-Así es -afirmaba Toji esperando que los creyera de una vez.

-El chavalín nos pidió que no montáramos trifulca porque no quería que su hermana volviese a exponerse en peligro y porque la notaba cansada.

Teniendo en cuenta la personalidad de Aki, les parecía creíble que les pidiese algo así, donde no existía ser en la tierra que pudiera contradecirle. Si hasta su propio hermano mayor que había andado por el mal camino el año pasado, se había ablandado gracias él. Así que, no era raro pensar que ambos rivales aceptasen la petición de un niño de ocho años que rebosaba luz y bondad.

-Hablando de Aki -proseguía Isaki con el interrogatorio, donde ya no solo sentía curiosidad sobre lo que pasaba-, ¿qué pasó para que cambiara tanto?

Y entonces Musuko recordó la luz que había envuelto sobre el más pequeño. Quiso comentarlo, esperando que ellos le aclarasen que pasaba con el niño, pero Toji volvió a jactarse de que su cambio se debía a que le había molado su digimon en etapa seijukuki, así como a que le rogase en que se quedara porque le gustaba. Eso impulsó los celos de Musuko y a rectificar las palabras de Toji, olvidándose del tema principal que le inquietaba.

Con otra pelea entre ambos y con la respuesta obtenida, Isaki volvió a detenerles. Se le ocurrió cambiar de tema para que no siguieran con lo mismo.

El nuevo líder les habló sobre lo que pasaba actualmente con Satoshi y Osamu, donde resultaba tan preocupante que no podía dejar que sus respectivos hermanos siguieran pasándolo mal por culpa de ellos.

-He estado hablando con Takeshi, y creo que lo mejor será vigilarlos de cerca. Así que si no os importa, para la siguiente prueba dejadme a mí la organización de los equipos.

Ni Toji ni Musuko pusieron pegas. Pues confiaban en la capacidad de razonamiento de Isaki. Él les había demostrado, que pese al carácter taciturno de su prima contra todos, seguía cuidándola y por eso les había pedido a ellos que la cuidasen. Les pareció muy madura la idea de que se preocupase también por Shin y Minami que parecían estar atormentados por las actitudes de sus hermanos pequeños. Aunque visto como estaban las cosas, el que peor y el que más peligro parecía ser era el joven Ichijouji.

-Me gustaría contar con uno de vosotros para vigilar a Osamu -mirándolos.

Toji fue el primero en ofrecerse voluntario. Quería mucho a su primo y si necesitaba ayuda, no dudaría en prestársela a la mínima.

-Pero Toji -le habló Fireagumon tirando de su camiseta-, ¿así no podrás estar en el mismo equipo que Nat?

Y ese pequeño detalle le sirvió a Toji para darse cuenta del error que había cometido al haber aceptado con los ojos cerrados el estar con su primo para ayudarlo. No hizo falta que Musuko se regodeara por lo tonto que era y por haberse dejado llevar por su sentido de ayuda.

-Bueno… -viendo a su primo maldecir y teniendo en consideración con lo que sentía por su prima, agregó-. Quizás haya cambios, porque todavía no sé muy bien con quién poner a Shin -pues el único cupo que se le ocurría para alejarlo de su hermano, era estando con él o con su prima. Y la verdad, no se fiaba mucho de que él pudiera encargarse de las locuras de su prima. Aparte, se imaginaba que si ponía a Shin con Natsumi, eso no le haría ninguna gracia a los dos niños que tenía delante. Pues, dentro del harem que su prima tenía, se encontraba también Shin.

.

Una hora después, los niños y sus digimon disfrutaban de comida de verdad, donde para Toji y Musuko, incluso los platos que aborrecían, le sabían a gloria.

En el mundo digimon solo habían pasado horas desde que los niños habían ido a los mundos simulados, pero para más de uno, el tiempo que había pasado, les había parecido una eternidad. La idea de recordar que al día siguiente tendrían que volver a realizar la prueba en el mundo simulado y luego al mundo desconocido donde estaban sus padres, les producía algo de pánico. Pero antes de pensar en el mundo desconocido, tenían que pensar en la siguiente prueba. Pues, seguro que sería mucho más difícil que la que habían tenido ese día. Ya no era solo exponerse al peligro, sino que se les exigía que las características heredadas de sus padres, fueran el principal punto de apoyo para que los digimon alcanzasen el nivel kazentai.

Gennai y los suyos no habían podido crear más mundos simulados para que los digimon culminasen la digievolución con el nivel kyuukyokutai como tenían sus padres, pero al parecer, eso era algo que tendrían que experimentar en una práctica real en el mundo desconocido.

Disfrutando de la comida calentita y de un lugar confortable, los niños no se dieron cuenta que quién estaba con ellos no se trataba de Gennai, sino una de sus tantas copias que se encargaba de sustituirle.

Gennai seguía trabajando arduamente en la construcción de los dispositivos para Yuuta y los demás. Su suposición de que pudieran estar para el día siguiente, se había visto truncada, ante un fallo técnico que había sucedido durante la ejecución, por lo que tendrían que volver a hacerlos, donde si no dormía, podría tenerlos hechos para después de comer. Así podría sentirse en paz con la niña que no había parado de insistir en que se presenciase su hermano mayor como heredero de la amistad en vez de exponer al pequeño del grupo, pese a que su ayuda y poder eran esenciales para la victoria. Se notaba que ese poder empezaba a despertar en su interior, pero al parecer, debido a su naturaleza bondadosa, no hacía uso de ella para que su digimon pudiera digievolucionar en alguien poderoso como se estimaba.

Poco antes de que los niños satisficieran sus estómagos, Natsumi volvió a recordarle a la copia de Gennai, creyendo que era él, sobre si los dispositivos para Yuuta y los demás estaban listos o cómo iba el proceso. Pero la respuesta seguía siendo la misma. Seguían trabajando sin descanso en ello. La niña no insistió más sobre el tema. Se encontraba tan cansada, que esperaba que dormir bien calentita en un agradable futón, fuese suficiente para mitigar ese dolor de cabeza que la martilleaba cada vez con más fuerza. Seguía tosiendo de vez en cuando, por lo que había optado por alimentos calientes y fáciles de digerir. Pero las nuevas discusiones de Toji y Musuko que rivalizaban por el último chuletón de buey, hacía que el dolor se acentuase más. Ella que trataba de cuidarse, el par de revoltosos no se lo ponía fácil. Al menos tenía la satisfacción de que Aki volvía a ser el de siempre.

Poco después de que terminasen de cenar y estuvieran hablando en grupos de cosas sin importancia, como si estuvieran en una excursión escolar, Isaki llamó la atención de todos para hablar de algo importante.

-Si no os importa, me gustaría que decidiéramos ahora los equipos para mañana.

-En esta ocasión, serán de tres personas -les recordó Earmon.

Sin embargo, junto a casi todos sus amigos, Isaki ya había amañado los grupos para que todos saliesen beneficiados, donde solo su primo, su hermano y él tendrían que cuidarse de los dos problemáticos del grupo.

Antes de que pudiera decir los equipos, Natsumi habló con una sorpresa general.

-Ichijouji, ¿te importaría formar equipo conmigo y con Aki?

La pregunta de Natsumi había dejado sin habla a todo el mundo, que nadie se atrevía a decir porqué de repente, ella pedía formar equipo con alguien, que además, no tenía tanta confianza como lo era Minami. Quizás hubieran los antecedentes de cuando la niña se había marchado de casa y Nat le había ofrecido su casa cómo lugar para refugiarse. Pero desde aquello, habían pasado tantas cosas y la propia Natsumi se había alejado de Minami, que no sabía qué tornillo se le había caído para proponer de la nada algo así.

-¿Quieres formar equipo conmigo? -le preguntó Minami en una extraña mezcla de sentimientos.

Por un lado se sentía decepcionada, pues ya estaba decidido que estaría en el mismo equipo que Misato y Kazumi. Y la verdad, con la personalidad fría de Natsumi, le daba un mal rollo estar en un equipo donde reinaría el silencio y la ignorancia. Sin embargo, por otro lado, se sentía emocionada de que, por sobre sus amigos de toda la vida y familia, la escogiesen a ella, como si pudiera confiar, como si ella fuera con la única con la que podía contar.

-Claro que no -contestó Nat, bajándola de la nube-. Hablaba con tu hermano.

Y la sorpresa se escandalizó de tal manera, donde ya nadie podía entender qué es lo que pasaba por la mente de aquella niña.

De todas las locuras que había hecho desde que habían llegado al Mundo Digimon, pasando por los mundos simulados, aquella la superaba a todas.

¿Es que no se daba cuenta de que el pequeño Ichijouji tenía una actitud peligrosa que no dudaría en dejarla morir si se le ocurría otra de sus temeridades?

Isaki quiso aclararle a su prima que no le parecía buena idea y contarle lo que le pasaba a Ichijouji, pero Osamu habló, aceptando su propuesta de estar en el mismo equipo que ella.

Ahora fue el turno de que Toji y Musuko se quejaran abiertamente de que no les parecía buena la idea. Incluso Aki se sentía confuso por la decisión de su hermana y deprimido por no poder estar con Toji. Por no hablar de Piomon que veía a su amiga extraña, sin entender cómo es que había escogido a alguien con el que… probablemente… nunca había hablado.

El escándalo que formaban el par de revoltosos (como los llamaba ella para sus adentros) volvía a martillearle la cabeza, donde no quiso que los demás se dieran cuenta de que no se encontraba muy bien. Así que para zanjar el tema, les dijo.

-¡Es mi decisión ir con quién quiero, ¿vale?! -cruzando sus brazos y acomodando su espalda contra la pared.

La razón de porque Natsumi había escogido a Osamu se debía simplemente a porque apenas tenía relación con él. A eso se le sumaba que era un niño muy tranquilo y no le daría dolores de cabeza como le pasaría con Toji y Musuko. Satoshi era otro que no aguantaría. Y no quería separar a sus primos, donde estaba convencida que preferirían ir juntos. Shin no le generaba confianza, si algo le pasaba y tuviera que encargarse de su hermano en su lugar. Y en cuanto a las chicas… Sus expresiones donde la veían como un bicho raro, no ayudaba mucho. Pero claro, ella había forjado su carácter desconfiado que no podía culparlas. Sería hipócrita pedir a alguna de ellas que fuesen en su equipo, cuando la situación podía ser tensa y complicada. Solo le quedaba Osamu. El único con el que no tenía mucha relación y que le generaba tranquilidad y seguridad. Antes de que llegasen a la guarida de Gennai, se había fijado en que era alguien como ella, que iba mucho a su bola, y que además mantenía una seguridad en sí mismo, que fue eso lo que la motivó a poder confiarle a Aki si algo le pasaba.

Todos seguían asombrados de su decisión, su primo mayor el que más. Pero su decisión ya estaba tomada. Necesitaba tranquilidad de una vez. Sintió como su hermano pequeño tiraba de ella, donde en su regordeta cara se encontraba el disgusto. Aparentemente al niño no le gustaba que Osamu estuviera en su equipo. Piomon era otra que la observaba con cierta decepción.

Pero el grupo ya estaba hecho, así que ya no había marcha atrás. Espero a que los siguientes equipos se anunciaran antes de retirarse. De verdad que sentía sus párpados muy pesados y lo único que quería era descansar.

Sin saber cómo seguir, Isaki tuvo que improvisar un poco sobre la elección de equipos. Anunció el de las chicas, donde ellas se sentían felices de estar en el mismo equipo, mientras se replanteaba cómo hacer los siguientes.

Junto a su primo Toji, tenía la intención de ir con Osamu para vigilarlo y controlarlo. Así dejaría a su prima con Shin, para que éste no estuviera con Satoshi. Y por último que su hermano Takeshi mediara con sus bromas y gracias la relación tormentosa que habría entre Musuko y Satoshi. Pero su prima le había cambiado todos los esquemas. Sobre la marcha, y sin pensarlo muy bien, solo en el hecho de alejar a Shin de Satoshi, planteó que el siguiente equipo estuviera formado por Toji, Musuko y Shin. De esta manera, su hermano y él podrían controlar al consentido de Satoshi.

-No quiero -expresó Satoshi infantilmente.

Y no sabía muy bien que pasaba esa noche, que parecía que algunos tenían ganas de fastidiarle lo que les convenía a todos en general.

-¿Por qué tengo que estar con un grupo de hermanos que apenas conozco, cuando tengo a mi propio hermano? -justificaba el niño su negación de ir con ellos.

-Además, tu hermano dijo el otro día -aunque en tiempo del mundo digimon fuese por la mañana, el haber estado en los mundos paralelos, había hecho que Aruraumon no se percatara del tiempo real en el que se encontraban- que los hermanos no deben separarse.

-Eso es verdad -reconocía Takeshi arrastrando las palabras. Pero queriendo convencerles de que formasen equipo con ellos como su hermano pretendía, agregó-. Pero Shinkun y tú solo sois hermanos por parte de madre.

-Pero no quiero formar equipo con vosotros -confesó demasiado sincero y ofensivo, donde ya no le importaba lo que pensasen de él.

Shin se encontraba incrédulo por la decisión de su medio hermano en estar con él.

¿Hablaba en serio?

¿Y por qué?

¿Sería que se había dado cuenta de que su relación fraternal era importante y quería conservarla?

Pensaba ingenuamente el niño. Kawamon que era un digimon animado e igual de ingenuo que Shin, lo animó con esa teoría y a pensar que por fin los había aceptado.

Sin embargo, la extrema pataleta que tenía Satoshi declinando la oferta en ir con los hermanos Ishida, era demasiado extraña como para sospechar.

-Que no. Que no quiero.

Isaki estaba a punto de perder la paciencia con ese niño. No podía negar que Earmon ya la había perdido, ya que estaba sentada con los brazos cruzados y mordiéndose la mejilla para no gritar algo inadecuado. Se estaba conteniendo tanto que le resultaba una proeza.

-Vamos a ver -empezaba Isaki una vez más, suspirando con fuerza para no perder la calma-. En ese caso, vamos a decidir democráticamente con los seis que quedamos en si estamos de acuerdo con esta decisión o no. Para no influir, yo me abstendré. Así no habrá empate de votos y… -y aunque el razonamiento que daba era lógico y con sentido, Satoshi lo interrumpió donde ni con ese sistema lo aceptaba y se empeñaba en ir con su medio hermano.

-¡Ni en broma lo hacemos así! ¡¿Me tomáis por idiota o qué?!

-¿Por qué tendríamos que hacerlo? -preguntaba Earmon sarcástica y al borde de estallar en enfado.

-Todos vosotros sois muy amiguitos -fue la respuesta clara de Aruraumon-. Es fácil imaginar que os habéis confabulado para armar estos grupitos a vuestra conveniencia.

Ninguno de los afectados pudo refutar esa teoría ya que era cierta. Isaki lo había amañado todo con la clara intención de alejar a Shin de su hermano pequeño. Y Satoshi que parecía muy espabilado, se había dado cuenta de ello. Sin embargo, se notaba que su empeño en estar con su hermano mayor no era porque quería estar con su familia, sino con la intención de seguir molestándolo. Eso era algo que Isaki y Earmon se habían percatado. Sin embargo, sin encontrar argumentos con lo que debatir la verdad, tuvo que quedarse callado, resoplar rendido y aceptar que Satoshi fuese con Shin. Una alegría para el menor y una desgracia para el mayor.

Ante ese panorama, Isaki estuvo a punto de añadir que él llenaría el cupo. Por lo menos para tranquilizar un poco a Shin, aunque seguía dándole rabia tener que separarse de su hermano. Sin embargo, Toji se le adelantó y pidió formar parte de aquel equipo.

Toji había visto como su primo mayor se encontraba tan desesperado por culpa de Satoshi y se le notaba que no quería formar parte de ese equipo, que por eso, se había ofrecido voluntario. Aludió que Satoshi tenía razón en que no deberían estar los hermanos separados. Todo eso con un guiño de ojo hacia su primo, transmitiéndole el mensaje silencioso de que él se encargaría de cuidar a Shin. Algo que Isaki agradecía. Donde ambos primos se habían olvidado del rifirrafe que habían tenido Toji y Satoshi en el mundo uno.

Entonces, en el último equipo estarían Isaki, Takeshi y Musuko junto a sus digimon.

Con el tema de equipos por fin solucionado, Natsumi resopló aliviada. Vio que ya no tendría que seguir presente. Además, parece que el dolor de cabeza parecía haber empeorado con la pataleta de Satoshi. Siguiendo sin decir nada de cómo se encontraba, la niña se excusó de que se retiraba a descansar. Para que nadie le preguntase el porqué o viesen cómo se encontraba, añadió de que ya que los equipos estaban formados, pues ya no hacía falta.

Lo hacía a propósito para alejarse de ellos y que no se dieran cuenta de que se encontraba fatal, y que no le permitieran ir al mundo simulado. Lo que no se esperó es que su actitud tomase un rumbo que ni ella ni nadie se imaginaría.

Satoshi que se sentía crecidito por haber triunfado sobre el líder del grupo al haber conseguido permanecer en el mismo equipo que su hermano, aún tenía ganas de seguir hablando con sinceridad y seguir con su estrategia de que todos se alejasen de la chica que le gustaba. Sin embargo, sin darse cuenta, lo exageró de tal manera, que no se imaginó que todo terminase en un rumbo inesperado.

Todo comenzó con las siguientes palabras.

-La princesita como siempre, haciendo lo que ella quiere -hablando con sarcasmo-. Como se diferencia a nosotros de que su papá ha muerto anda por ahí haciéndose la víctima.

Sus palabras dejaron a todos con los ojos agrandados de que tuviera semejante valor y frialdad para decir semejantes palabras delante de ella. Nat que se había detenido bruscamente, se había quedado helada y con un dolor indescriptible en el pecho, donde el recuerdo de la muerte de su padre empezó a golpearla tan fuertemente que sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

Ni que hablar del bueno de Aki. El niño que había decidido quedarse, y se encontraba arropado entre Toji y sus primos, volvió a retraerse, donde el buen ánimo conseguido por el hijo de Taichi se había ido a pique.

El niño recordó que su padre y Gabumon ya no estaban y nunca más volverían. Eso hizo que como a su hermana, le saliesen lágrimas donde Tsunomon y Piomon ya estaban llorando por ese recuerdo tan duro, que con el tiempo, habían logrado superar.

-¡Tú! ¡Maldito imbécil! -saltó Musuko dándole un buen puñetazo a Satoshi. Inmediatamente, tuvo a Minami y a Shin para detenerlo, ya que Musuko no se conformaba con un solo puñetazo para calmar la ira que sentía de que aquel niño llegase tan lejos- ¡¿Es que no tienes consideración o qué?!

El niño que estaba tirado en el suelo sobándose el golpe con expresión de asombro, como si le sorprendiese que le pegasen, tuvo a Aruraumon delante dispuesta a protegerlo e incluso a atacar al hijo de Daisuke.

-¡¿Cómo te atreves tú, sucio asqueroso, a golpear a Satoshi?! -exclamó Aruraumon indignada.

-¡Se lo merece por lo que ha dicho! -decía Veidramon en las mismas condiciones que Musuko, donde si Aruraumon se atrevía a atacar a su amigo, tendría que pasar antes por su cadáver.

Sintiéndose atacada incluso por los digimon, la digimon estuvo a punto de atacar a Veidramon, pero antes de que pudiera hacerlo, fue detenida por Earmon, la cual le aplicó una llave de judo, por detrás e inmovilizándola. La diferencia de nivel destacó para que Aruraumon no pudiese emplear su ataque y se quejase del digimon conejo. Por otra parte, y por precaución, Penguinmon y Kawamon retenían a Veidramon para que no atacase cobardemente. Y entre ellos, se encontraba Tsukaimon, donde si los dos digimon pretendían atacar, pese a los digimon que los retenían, le darían a él. Eso hizo detener a Veidramon, y Aruraumon ya estaba detenida por Earmon donde por mucho que trataba de resistirse, le era imposible zafarse de la digimon conejo.

Nat que no había atendido a la pelea entre sus amigos y digimon, donde Musuko había saltado en su defensa, solo pensó en su propio dolor y salió corriendo del lugar, con Piomon siguiéndola y llamándola.

Isaki y Takeshi la siguieron dejando a sus digimon a cargo de la situación, no sin antes decirle a Satoshi.

-Esta vez te has pasado.

El niño que se levantaba del puñetazo, veía como su hermano y Minami le pedían a Musuko que se tranquilizara, y que esto no era bueno para ellos y mucho menos para el más pequeño que lloraba sin parar, donde Toji se encargaba de consolarlo.

Vio también como Kazumi le echaba una mirada despectiva y junto a Honeymon se acercaron al pequeño para ayudar a Toji a que el niño se calmara.

¿Qué pasaba?

Seguía Satoshi sin entender.

¿Cómo es que su plan de hacer quedar mal a Nat frente a todas se volvía en su contra?

¿Acaso no era cierto lo que había dicho?

La niña se hacía la víctima e importante solo porque tenía a su padre muerto.

¿Por qué aquel maleducado le había golpeado y trataba de zafarse de su hermano y la niña retro cómo si no tuviera suficiente con el puñetazo dado?

¿Por qué ahora lo veían a él como si no lo quisieran ni en pintura?

-Con permiso -dijo de pronto el hijo de los Ichijouji donde daba la impresión de que no quería seguir en la misma mesa que él.

Incluso la otra niña que quedaba, la hija de Iori, se sentía incómoda por la situación provocada y se marchó a dónde estaba su mejor amiga con Cuarzomon.

Sintiéndose como el paria del grupo, Satoshi se molestó tanto que no quiso seguir estando en el mismo cuarto que ellos.

-Vámonos, Aruraumon -espetó con fastidio, mientras se seguía sobando la mejilla. Nunca nadie le había pegado y estaba decidido a contárselo a su padre para que demandasen a ese niño por violento.

Con su marcha, los ánimos se fueron calmando poco a poco, pero no la tristeza que tenía el más pequeño del grupo. Musuko viéndole, solo podía descargar su rabia en palabras.

-¡Ese imbécil! ¡No lo aguanto! ¡Me repugna saber que tendremos que contar con él para salvar a nuestros padres!

-¡Es capaz de traicionarnos para salvar solo a su "mamá"! -replicaba Veidramon con retintín- ¡Como Aruraumon es de tipo virus, no me sorprendería!

Unas palabras donde tendrían que retirarlas en vez de manipularlas y que sus amigos lo creyesen fervientemente. Pero sin que nadie les dirigiese para que siguieran confiando los unos en los otros y con lo ocurrido, solo podían pensar que así sería y a no quererle en el grupo.

Sin embargo, lo primordial en esos momentos, era tranquilizar a Aki que lloraba sin cesar.

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Isaki y Takeshi habían alcanzado a su prima, la cual no dejaba de llorar. Pero ella solo se resistía para que la dejaran en paz. Le dolía mucho la cabeza, las lágrimas le martilleaban tanto la cabeza que le estaba provocando un ataque de ansiedad.

Piomon lucía tan desesperada que no sabía cómo lidiar ese llanto que nunca había visto en su amiga, ni siquiera cuando Yamato y Gabumon habían muerto.

-Sabemos cómo te sientes -hablaba ahora Takeshi avanzando hacia ella para colocarse frente a ella-. Y sabemos que necesitas llorar, por eso, que no tienes que contenerte ante nosotros. Es normal que te sientas así, por eso estamos aquí. Somos familia y que sepas que puedes contar con nuestro apoyo pase lo que pase -avanzando hasta ella para abrazarla-. Venga, descarga todo lo que quieras. Vamos, llora -alentándola suavemente-. Lo necesitas y también un hombro donde llorar. Aquí estamos, prima. No te preocupes.

Y tanto que lo necesitaba ya que dejó de resistirse para llorar desconsolada en los brazos de su primo. No pensó en cómo era posible que él la entendía tan bien o porqué se presentaba para darle el apoyo moral después de haber pasado de ellos, sino que se dejó llevar por sus instintos y las ganas de llorar al recordar que la muerte de su padre todavía estaba tan presente como el dolor de saber que él ya no estaba.

Piomon seguía desesperada por su amiga. Aunque tenía su propio dolor por el recuerdo de su papá Gabumon, le habían enseñado que lo más importante, por encima de los lazos familiares y de uno mismo, estaban sus compañeros humanos. Observó al otro humano que solo se fijaba en como su hermano pequeño le daba ese abrazo necesario que su amiga necesitaba, donde su mirada era compasiva y como si entendiera el dolor por el que pasaba. La digimon quiso sollozar. Lamentarse por unos segundos su dolor personal, pero ese fue un gran error, ya que tarde, fue cuando tuvo el presentimiento de que alguien los estaba observando.

Al mirar hacia atrás, pilló a la sombra de alguien observándolos y que al darse cuenta de que habían sido pillados infraganti, desaparecieron de su escondite.

¿Quién sería y por qué los estaban espiando?

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MUNDO HUMANO 15 de agosto del 2026 (cuatro de la tarde)

Aunque el peligro acechaba al mundo digital y al mundo humano por igual, gracias a los altos mandos y los familiares de los afectados, lo mantenían en el más estricto de los secretos.

La humanidad junto a sus digimon caminaban tranquilamente por las calles de Odaiba. El único problema con el que contaban es que no podían ir al Mundo Digimon porque las puertas estaban cerradas. Los usuarios transmitían sus quejas, pero los intermediarios habían recibido la orden de justificarlo como un problema técnico en base al apagón global que habían tenido. Con eso, mantenían la paz y la tranquilidad en el resto de los humanos. Esa paz y tranquilidad era visto por un digimon que estaba sentado con las piernas cruzadas sobre una de las torres del edificio del Fuji TV. Miraba hacia abajo, observando cómo dentro de poco ese pacifismo podría ser roto si los niños y sus digimon no triunfaban sobre la nueva amenaza que se había presentado y había raptado a sus padres y provocado el cataclismo en el Mundo Digimon.

Entonces, sintió una presencia tras suya y sin voltearse para verlo, habló hacia el recién llegado.

-Has vuelto muy pronto.

-Han sabido dar buena guerra.

-¿Seguro que ha sido eso? -preguntó no muy convencido, girándose para verlo con una suave sonrisa- ¿No habrás sido blando con ellos, solo porque se trataban de los hijos de la luz, Wizardmon?

-Si hubiese sido blando con ellos, sus digimon no habrían digievolucionado, cumpliendo así con la prueba que Gennai les había asignado -reveló Wizardmon, donde a diferencia del mundo simulado, en el mundo real seguía viéndose medio transparente como el fantasma que era en realidad-. Sin embargo -viendo su mano donde no podía creer que hasta hace unas horas pudiera verse en carne y hueso, como si lo hubiesen revivido-, tus poderes son increíbles. No solo has conseguido trasladarme a ese mundo simulado creado por Gennai y sus agentes, sino que incluso, pudiste darme cuerpo y forma auténticos -el digimon responsable de ello, volvió a fijar su mirada sobre el cielo-. Y no solo eso, tuviste el poder suficiente cómo para salvar al elegido de la amistad y a su digimon.

-Sin embargo, debido a que tardé en darme cuenta de que la amenaza lo perseguía a él, solo tuve tiempo en abrir una puerta hacia una dimensión mundo donde hubiera existencia digital. El problema radica en que debido al impacto de la explosión de la nave, llegó a afectarme y el elegido de la amistad y su digimon pararon a otro mundo desconocido.

-En ese caso, ¿no sería mejor que fueras con los niños a ese mundo desconocido para ayudarlos con la nueva amenaza?

-Estaría encantado de hacerlo. Pero a pesar de mis grandes poderes, el traspaso de una dimensión a otra, me consume demasiada energía. Además -fijándose en un punto en especial, donde a través de la distancia, podía visualizar a dos bebés quer se encontraban en lugares muy alejados entre sí-. Mi deber es quedarme en el mundo humano para evitar que la amenaza ponga sus manos sobre los dos pequeños que quedan. No es de extrañar que se aprovechen de la ausencia de sus padres y del resto de niños para hacerles algo.

-Entiendo -decía Wizardmon suspirando comprensivamente-, Elpidamon.

Elpidamon era un digimon de tipo arcángel de nivel kyuukyokutai. Era un digimon que poseía ocho majestuosas alas de color dorado. Como Angemon y Angewomon poseía un casco que cubría parte de su cara. Su pecho estaba casi desnudo, siendo cubierto únicamente por una piel peluda que le llegaba hasta el torso. Sus piernas estaban cubiertos por una malla blanca con algunos detalles dorados. Sus pies estaban calzados por unas botas metálicas y tenía un lazo sagrado de color verde alrededor de su cintura y que caía por ambos lados hasta la altura de los pies. Sobre sus muñecas habían unas pulseras sagradas y que tintineaban cuando el digimon movía sus manos.

Poseía un poder descomunal y la habilidad de abrir las puertas a los distintos mundos existentes. Aunque esa habilidad le consumía casi toda su energía, por lo que se cuidaba en no abusar demasiado de esa habilidad. Había sido el responsable de haber salvado a Yamato y a Gabumon en el último segundo y también de haber enviado a Wizardmon al mundo simulado.

Al poder comunicarse telepáticamente con Gennai, Elpidamon le había sugerido que para el nivel seijukuki de los niños de esperanza y luz, no creasen un holograma para que pudiera entrenarlos, sino que con sus poderes, enviaría a Wizardmon para que los niños se preparasen también mentalmente.

Gennai que conocía de la existencia de Elpidamon desde hacía años, no había puesto ningún reparo y había aceptado, entendiendo que Wizardmon podría desarrollar mejor a los niños en su crecimiento que un simple holograma.

Gracias a su conexión telepática, Elpidamon había descubierto la gravedad que corría ambos mundos. Podía ir y contárselo a Daigo y a los suyos. Pero quería seguir manteniendo su existencia en secreto para todos los humanos.

Además, al haber abierto tantas veces las puertas a otros mundos en cortos periodos de tiempo, se encontraba agotado físicamente. Además, su deber más importante era el de proteger a los dos niños que quedaban y que en esos momentos, eran el perfecto blanco de la nueva amenaza, Ryu y Hinode.

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MUNDO DIGIMON

Por la noche, con todas las aventuras que los niños habían pasado, los niños se encontraban durmiendo en los futones que les habían preparado para ellos. Dos de los niños estaban ausentes en ese cuarto en común y eran Satoshi y Osamu. El primero había pedido y exigido a una de las copias de Gennai que quería dormir en un dormitorio alejado de todos ellos. La copia que era Benjamin, no entendía su petición y porque quería estar aislado de sus compañeros. Pero Satoshi junto a Aruraumon fueron tan insistentes, que a Benjamin no le había quedado más opción que hacerle caso y consentirle un cuarto privado. El otro que había demandado en estar separado de sus compañeros, Ichijouji Osamu, lo había hecho después de haber visto como Benjamin había accedido a concederle el cuarto a Satoshi. Osamu le había insistido de forma más suave y poniendo la excusa que necesitaba tranquilidad para pensar en la prueba del día siguiente y lo consecuente con su emblema. Benjamin se había tragado su excusa, sin sospechar que lo que Osamu quería, simplemente, era estar lejos de sus compañeros.

Los niños que se sentían tranquilos sin los dos problemáticos del grupo, se habían quedado dormidos al instante. Incluso Natsumi y Akito se habían quedado fritos después de haber llorado tanto. Los dos estaban arrejuntados y abrazados que sino fuera por la desgracia sufrida, sería una preciosa estampa.

La única que se mantenía despierta era Kazumi. Sintiéndose más relajada sin el prepotente de Satoshi cerca y con el arreglo y manipulación que Jose le había hecho a su portátil, por fin podía hacer uso de ella y recoger los datos de los digimon en nivel seijukuki.

Honeymon dormía, seguramente, cansada por el día tan largo y corto que había tenido. A su lado, se encontraba Misato, que debido a la luz de la portátil, se había despertado y preguntado qué hacía.

-Estoy revisando los datos de nuestros digimon -hablando en voz baja para no despertar al resto-. Debo aprovechar que aquí tengo acceso a ello, que en vez de usar el método de lápiz y papel.

-¿Qué quieres decir? -le preguntó Minami soñolienta, donde la luz de la portátil también la había despertado- ¿Qué no se suponía que tu portátil no funcionaba? -bostezando descaradamente.

-Y no funciona. Pero cuando lo mencioné delante de Josesan, me la arregló y le cambió algunas cosas para que pueda estar conectada a la línea en común existente entre el mundo humano y el mundo digital.

Las dos niñas se miraron sin entender muy bien sus palabras, pero igualmente, se acercaron a ella para ver los registros que habían de sus digimon.

-Resulta curioso cómo muchos de nuestros digimon son de tipo virus -observando como la digievolución de Piomon era uno de ellos-. Pero supongo que eso es debido al carácter de sus compañeros humanos.

-Eso seguro. Al mal carácter que tienen algunos -asumió Minami recordando la personalidad que tenía su hermano pequeño.

-Está claro que eso afecta a sus digimon. Lo que no entiendo -agregó Misato al recordar cómo el digimon de Takeshi, donde el propio Takeshi siempre andaba sonriente y alegre, acabase por tener un digimon de tipo virus.

-Puede ser. Pero no por eso siguen siendo nuestros compañeros.

-¿Cómo van a ser nuestros compañeros si son digimon de tipo virus? -preguntaba Minami donde ella tenía el prejuicio por culpa de su peligroso hermano. Ella estaba convencida de que si alguna vez volvía a ser el de antes, su digimon cambiaría de forma y de atributo a uno bonachón y de atributo vacuna.

-Ogremonsan también es de tipo virus y ayudó a mucho a nuestros padres -le recordó Kazumi.

-Aún así, un digimon virus sigue siendo alguien que supuestamente es malvado -murmuró Misato, donde debido a su sentido de la justicia heredado por su padre, solo podía existir blanco o negro. No podía concebir que un digimon de atributo virus fuese un aliado por muy buenas obras que hiciese.

Kazumi que no la había escuchado, se centró en revisar los datos de los digimon, quedando maravillada del tremendo potencial que tenían en comparación con sus padres.

Digimon de nivel seijukuki.

Digimon de Toji:

Kajigreymon, digimon de nivel seijukuki de tipo dinosaurio y atributo vacuna. Su cuerpo está cubierto en llamas, creando así la defensa perfecta. Su ataque más poderoso es el "Rayo de fuego" que sale de su boca y carboniza a sus enemigos.

Digimon de Nat:

Saberdramon, digimon de nivel seijukuki de tipo ave y atributo virus. Este digimon pájaro, de tipo dramón, está cubierto de llamas negras lo que le da una ferocidad ante su oponente. Su ataque más poderoso es el "Black Saber" con el que dispara anillos oscuros al batir sus alas.

Digimon de Kazumi:

Bublebeemon, digimon de nivel seijukuki de tipo insecto y atributo datos. Pese al terrible aspecto que posee, este gran digimon no es tan temible cómo aparenta ser. Es muy leal a quiénes les rodea, donde con su ataque "Picoexplosión" defiende a sus seres queridos.

Digimon de Shin:

Dugongomon, digimon de nivel seijukuki de tipo marino y atributo vacuna. Este simpatico digimon, pese a su gran tamaño, puede nadar a gran velocidad, aunque se vuelve lento estando en tierra. Con su ataque "Placaje total", es capaz de aplastar a cualquier enemigo.

Digimon de Satoshi:

Sabotenmon, digimon de nivel seijukuki de tipo planta y atributo virus. Aunque su figura se asemeje a la de un cactus, el mayor peligro de este digimon radica en su sombrero, con el que lanza su ataque "Sombrerero loco", donde de él aparece un violento tornado.

Digimon de Musuko:

Exveidramon, digimon de nivel seijukuki de tipo dragón y atributo vacuna. Sigue manteniendo la pauta de parecerse a su antecesor, salvo en el color y en ser más poderoso que el original. De su boca lanza su poderoso ataque "Bola incendiaria" que pulveriza a sus enemigos.

Digimon de Minami:

Hamsamon, digimon de nivel seijukuki de tipo ave y atributo vacuna. Es un digimon cisne que a través de sus ojos, lanza su poderoso ataque "Ojos láser". También tiene la habilidad de volar a grandes altitudes, pudiendo atravesar la capa atmosférica e incluso lanzar desde allí su ataque.

Digimon de Osamu:

Redbeetlemon, digimon de nivel seijukuki de tipo insecto y atributo virus. Este digimon es el más peligroso de todos los digimon de tipo insecto de su nivel. Con su ataque, "Picudo venenoso" lanza un ácido sobre su oponente, reduciéndolo a la nada.

Digimon de Misato:

Kentromon, digimon de nivel seijukuki de tipo dinosaurio y atributo vacuna. Con su lomo y patas cubiertos de grandes y afiladas púas, este digimon puede atacar y defender a la vez. Su ataque más poderoso es "Giro afilado" donde encoge todo su cuerpo y rueda, embistiendo contra su enemigo.

Digimon de Takeshi:

Piddomon, digimon de nivel seijukuki de tipo ángel y atributo vacuna. Pese a que solo tiene dos alas a la espalda, a diferencia de otros digimon de tipo ángel, es un digimon fortísimo y formidable. Con su ataque "Fire Feather" enciende sus plumas con fuego sagrado y las lanza en forma de meteoritos.

Digimon de Isaki:

Earmon, digimon de nivel seijukuki de tipo conejo y atributo vacuna. Aunque este digimon sea pequeño y resulte adorable, tiene muchísimo potencial y una fuerza que no se puede comparar con otro digimon de su nivel. Con sus largas orejas golpea a sus adversarios con su poderoso ataque "Ear Knock"