TÉRMINO · Amistad y Amor
Tras la derrota de Homeostasis, los años habían ido pasando. A lo largo de ese tiempo, el grupo de Taichi había vivido muchísimas experiencias personales. Algunas divertidas y otras muy dolorosas como la muerte de los padres de algunos de los elegidos.
Los años no pasan en balde, y cada uno de los elegidos, había continuado con su vida como cualquier persona normal y corriente.
Estaban en una época en que la paz y la armonía existía tanto en el Mundo Humano como en el Mundo Digimon.
Muchos compañeros humanos y muchos de los hijos de los elegidos, trabajaban desde sus respectivos trabajos el evitar el maltrato a los digimon. Y aunque habían avanzado mucho en el proyecto, igual que la violencia doméstica o el maltrato animal, era algo difícil de extirparlo para siempre.
Pero, aunque fuera algo que seguiría perdurando, ellos, sus hijos y sus descendientes no se rendirían en su misión.
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Bebiendo de su taza de café en un acogedor restaurante familiar, Yuuta escuchaba los sonidos de los niños, mezclado con el sonido de fondo de la televisión donde se transmitía la celebración del "Premio de Manga Shougakukan". Un evento que se celebraba anualmente para nominar a los mangakas del año, y que ese año había caído en el caluroso mes de agosto.
Yuuta se movió un poco de su taburete para observar mejor la televisión. Pues le interesaba por cierta razón. Aunque claro, con el ruido de varios niños jugando cerca de él, debería de ser motivo para sentirse molesto y callarlos para poder escuchar. Sin embargo, Zabumon ya había cogido el testigo y los regañó suavemente como un padre a su hijo. Luego, se dirigió a los tres digimon de esos niños, para advertirles de que tenían que cuidar el comportamiento de sus compañeros humanos. Pues su deber no era solo el de protegerlos. Al igual que los niños los criaban para ser buenos digimon, los digimon también tenían esa función.
Ver a Zabumon en ese plan, le producía nostalgia a Yuuta. Pues le recordaba a cuando Gabumon y Piyomon había cuidado de sus hermanos y de él cuando habían sido niños. Su padre padre estaba ocupado con la comida o los quehaceres de la casa, mientras que su madre trabajaba para la nueva colección de temporada, por lo que confiaban en sus digimon para cuidarles.
Una línea curvada se formó en labios, y suspiró, por ese pasado que ya no volvería.
Volvió a enfocarse en la televisión, al tiempo que tomaba otro sorbo de café. Saboreando cada gota que resbalaba por su garganta, como si aquel café fuese el mejor de todos.
Seguramente, para la gente que lo veía, quedarían descolocados de que tomase café (y muy caliente, viéndose la taza humeante) en verano. Pero entre el aire acondicionado del restaurante, junto al poder llevar (por fin) ropa veraniega y no el típico traje formal que estaba obligado a llevar en el trabajo todos los días del año, no notaba cómo la bebida estaba exageradamente caliente. Sobre todo, si lo comparaba con el bochorno que había tenido que soportar en las pequeñas oficinas de policía de Estados Unidos, que por su trabajo, operaba, cuando le llamaban para una investigación al avistar comportamientos extraños de humanos contra sus digimon.
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Ishida Yuuta, 31 años. Agente del FBI especializado en actos violentos de abuso de humanos contra los digimon.
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Tras lo sucedido con los digiclones, Yuuta había tomado la determinación de hacer algo para evitarlo.
Decidió entrar en el FBI. La mayor agencia especializada en asuntos criminales.
Cuando él había ingresado al FBI, aquella unidad no existía todavía. Sin embargo, con la ayuda de Zabumon había ido escalando posiciones, hasta que le ofrecieron el puesto de jefe de un pequeño grupo. Aquella fue la oportunidad perfecta para pedirle a su superior la creación de una unidad que protegiera la integridad de los digimon a manos de los humanos que los maltrataban o que los usaban para experimentos.
Tras haberle explicado, la situación que él mismo había vivido de joven y sus consecuencias, su superior había accedido a la creación de esa unidad con el grupo que le habían ofrecido para liderar.
Como jefe e iniciador de esa unidad, había estado volcándose en cuerpo y alma, sin apenas saber lo que eran unas vacaciones de verdad. Desde la propia sede, investigaba los posibles actos delictivos, y cuando hallaban digihuevos abandonados o rotos, era cuando Yuuta se trasladaba para investigarlo y capturar a los culpables. Por lo que era contadas las veces que regresaba a Japón para visitar a su familia.
Y aunque amaba su trabajo, tanto Zabumon como él eran seres que también necesitaban descansar.
Y por fin…
¡Por fin!
¡Ni él se lo creía!
Después de casi cinco años, podía disfrutar de sus primeras largas vacaciones.
Tres meses enteros para pensar sólo en su familia.
Poder regresar a Japón. Aspirar ese aire especial que en Estados Unidos no poseía. Volver a comer los platos tradicionales de su madre, que en comparación con la continua comida basura que se había tenido que tragar durante sus horas de investigación, era como comer en un restaurante de lujo.
Y ni hablar del café de aquel restaurante en especial. Tan rico y hecho con tanto cariño que…
Al querer darle otro sorbo, se encontró con que la taza estaba vacía. Se sintió un poco indignado de que la dueña, hubiera pasado por su lado y le sirviera amablemente más café a su esposa. Y mientras, él, quedando como un idiota queriendo beber de dónde no había. Estaba claro que la dueña lo había hecho con mala intención.
-¡Oye! ¡Qué tengo la taza vacía! -quejándose y con un tono de voz demasiado alto para que casi todos los que allí estaban la escucharan. Como si quisiera manifestar en público del mal servicio de aquel restaurante.
La dueña de aquel restaurante familiar se giró con la jarra de café en la mano, mientras que con la otra mano, la apoyó en su cintura en un acto de prepotencia. Su media melena rubia recogida en una coleta alta, se balanceó al compás de su cuerpo.
-Primero, paga lo que has bebido, hermano.
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Ichijouji Natsumi, 28 años. Dueña de un restaurante familiar.
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-¿Cómo que te pague? -preguntó Yuuta con un tic en el ojo-. Sólo te estoy pidiendo que me sirvas más café. En cualquier restaurante familiar de Japón te lo echan, sin tener que pagar nada.
-Lo que haga la competencia, me importa un bledo. Esto es un negocio y yo tengo bocas que alimentar.
Piomon a su lado, miraba con una gota a su amiga. Daba igual los años que pasaran, que ella seguiría llevándose con su hermano como si fueran el perro y el gato. Todo lo contrario con Aine y con Aki, que los trataba como si fueran sus mayores confidentes.
-¡Pero si a Sanae le has servido ya la cuarta taza! -espetó con mayor desconcierto- ¡Además, ¿tengo que recordarte cómo a Aineneesan y a Aki no les cobras ni café ni la comida ni nada de lo que consumen?! ¡¿Por qué a mí sí?! —y antes de que su hermana respondiera, añadió—. ¡Y no me vengas con el cuento de que les cobras, cuando sé por ellos que no lo haces!
Nat arrugó el cejo. Dejó la cafetera sobre la barra y con ambas manos en la cintura, en plan retadora, le contestó.
-Vuelvo a repetirlo: ¡Esto es un negocio! La presencia de Aineneesan y de Aki en mi local me proporcionan publicidad y que los clientes entren a mi restaurante para conocerles y de paso, consumir algo.
-¡¿CÓMO?! -alucinado por su respuesta.
Que no se fuera por las ramas, y le dijera la verdad sin tapujos. No le servía más café, porque no le daba la gana.
Al otro lado de la barra, Osamu y Sanae veían a ambos hermanos discutir con una sonrisa nerviosa, observando como a pesar de los años, no habían cambiado mucho.
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Ichijouji Osamu, 27 años. Codueño del restaurante familiar
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Ishida Sanae, 31 años. Intérprete del Gobierno de los Estados Unidos.
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-A veces no sé si en realidad se odian o se quieren -argumentó Sanae con un niño de pelo liso castaño y de ojos azules sobre su regazo. Jugaba entretenido con cochecitos y trenes sobre la barra, ignorando la riña existente entre su padre y su tía.
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Ishida Mitsuki, 2 años. Hijo de Yuuta y Sanae.
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-La experiencia me ha enseñado que dos personas con personalidades fuertes, suelen chocar. Pero, al mismo tiempo, debido a ese carácter, ocultan que en realidad se aprecian -dijo Osamu con una sonrisa, refiriéndose no solo a los dos hermanos Ishida, sino a su madre y a su hermana.
-Pero cuando Yuuta se enteró de que Nat estaba enamorada de ti, la cara que puso -aportó Snowoagumon sentada al lado de su amiga.
-Al menos, sus digimon se llevan mejor que sus compañeros humanos -dijo Dokunemon observando como Zabumon y Piomon. Ambos se encargaban de cuidar a los tres niños que correteaban por el local.
-¡Tío! ¡Tío Yuu! ¡Mira! ¡Mira! ¡Ya van a anunciarlo! -habían dicho a coro dos niños de tres años a ambos lados del hombre.
Un niño y una niña de pelo rubio liso y ojos de un azul cielo. Ambos de aspecto idéntico, habían tirado del pantalón de Yuuta para que éste se centrara en la televisión.
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Ichijouji Ren, 3 años. Hijo de Osamu y Natsumi.
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Ichijouji Ai, 3 años (hermana menor de Ren). Hija de Osamu y Natsumi.
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En la televisión, el presentador, tras la introducción previa y haber comentado el nombre de los nominados, empezaba a anunciar los ganadores de las distintas categorías de manga.
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"-Y el premio para la categoría general de manga es… -sacando de un sobre la tarjeta con el nombre del ganador- ¡ISHIDA AINE CON SU OBRA CUCHILLO DE ZOMBIES!
Un aplauso estruendoso se había escuchado en plató, y sentada en una de las mesas, Aine no parecía sentirse sorprendida por haber sido la ganadora de aquel premio. Con suma tranquilidad, como si paseara por el pasillo de su casa, se encaminó hacia el estrado, donde una chica bien arreglada tenía en sus manos el trofeo para entregarle. Aine, en su camino, sólo saludaba por cortesía a los que la aplaudían.
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Ishida Aine, 33 años. Mangaka especializada en el género shonen y seinen. Soltera y sin pareja.
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Aine a pesar de que ahora era toda una mujer hecha y derecha, seguía manteniendo el mismo peinado que había tenido durante su juventud. Incluso su ideal de no usar falda. En aquella gala, ella iba vestida con un traje de chaqueta arremangada gris claro a juego con sus pantalones cortos y una camiseta verde por debajo.
La mujer recibió el premio con cordial agradecimiento, y antes de dar su reverencia al resto de personas, el presentador añadió como dato especial.
-Ishida Ainesensei, creo que todos lo que estamos en esta sala, estamos de acuerdo en que esto no es nada nuevo para usted. Ya que en su haber, ya ha acumulado una cantidad de trece premios de la categoría general. Y cuenta con un total de veinticinco obras. Todos ellos llevados al anime o a doramas.
-Así es. Aunque, me produce rabia cuando en los animes tienen que censurar ciertas escenas. Como es algo que ha acabado por molestarme, he hablado con la casa animadora que va a animar Cuchillo de zombies. Les he dejado bien claro que quiera que se anime tal y cómo está en mi manga. Por lo que ahora mismo no podré centrarme en tres mangas anualmente como he estado haciendo hasta ahora.
-¡Oh! Eso responde a la siguiente pregunta que iba a hacerle Ishida Ainesensei. Creo no equivocarme, al afirmar que todos esperábamos ver más obras maestras suya. Su habilidad para detallar las escenas de acción y las escenas grotescas en un ambiente aterrador y realista es algo único. Además, que es algo inaudito que una mujer dibuje cosas que dañan la sensibilidad de la mayoría de los humanos.
-Bueno, digamos que tengo a ciertos personajes que me disgustan, y como no puedo plantarlos a puñetazos, pues me desquito en mis dibujos.
Aquel comentario provocó que la gente riera."
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Yuuta y Natsumi observaban la televisión con gesto extraño.
Aquel comentario dicho por su hermana, con su sonrisa habitual, parecía que lo había dicho como si fuera un chiste. Pero, ellos, mejor que nadie, sabían que aquello de chiste no tenía nada. Ella estaba hablando muy en serio. Solo tenían que ver a Aiyomon (cuando la enfocaban) como negaba con la cabeza como si su compañera no tuviera remedio.
El día en que Yuuta y Nat se habían enterado en que Aine había querido ser mangaka, les había preocupado un poco. Pues habían visto como realizaba dibujos asquerosos de monstruos arrancándoles la cabeza a una mujer; o el de un hombre con su ropa casi rota y multitud de heridas y con espada en mano, descuartizando a un bicho espantoso. Su madre era la que más se había preocupado por el asunto, e incluso le había pedido que dejara de dibujar esas cosas tan espeluznantes, por el bien de Aki. Sin embargo, como a su padre y a Taichi le gustaban, obtuvo la aprobación de su padre en que se hiciera mangaka especialista en seinen. Sin embargo, cuando Aine había debutado como mangaka, tuvo que hacerlo con mangas de tipo shonen, ya que de tipo seinen se lo habían rechazado por ser mujer. Pero después de haberse hecho con un nombre en la industria y a ser respetada, cambió su estilo para hacer mangas de tipo seinen, que encantó a los lectores, convirtiéndose, actualmente, en la mejor autora de seinen de la época.
-¡Qué guay es la tía Aine! ¡De mayor quiero ser como ella! -proclamaba una niña de cabello anaranjado con sus ojitos azules brillándole de admiración- Papá, ¿por qué nunca me dejas leer sus mangas?
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Ishida Yuuki, 6 años. Hija de Yuuta y Sanae.
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-¡PORQUE NO! -denegó Yuuta sin darle explicaciones, asustando a su hija, que no comprendía porque su padre se había enfadado tanto.
Zabumon intervino pidiéndole a la niña y a los gemelos que volvieran a su zona de juegos y dejaran a los adultos con sus cosas de adultos.
-Oye Yuuta, ni se te ocurra volver a gritar así delante de mis hijos -sugirió Nat sirviendo más café a su cuñada, mientras le dedicaba a ella una sonrisa, para luego revolver los cabellos castaños de su sobrino Mitsuki.
Yuuta ya no sabía qué hacer con su hermana, sin embargo, vio como Osamu se había acercado y le había llenado la taza de café.
-Esto corre de mi parte -con un guiño para que no se preocupara.
Y una vez más, los niños avisaron a sus padres, para que atendieran de nuevo al programa.
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"-Y finalmente, el premio para la categoría shojo de manga es… -creando emoción- ¡ISHIDA AKITO CON SU OBRA EL BESO DE LA DONCELLA!
Al igual que con Aine, un sonoro aplauso se escuchó en aquella sala, destacándose más los elogios femeninos.
Aki mientras se dirigía al estrado, saludaba con sonrisas tiernas y encantadoras, provocando que todo el público femenino se enamorara más de él.
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Ishida Akito, 25 años. Mangaka especializado en shojo. Soltero y sin pareja.
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Él las saludaba con la mano todo amable, como si no le molestara tener a todas las chicas detrás de él.
En una entrevista, Akito había declarado que no estaba interesado en mantener una relación seria con nadie. Eso no significaba que no le gustase andar con chicas. Todo lo contrario. Akito trataba a sus fans de manera equitativa, sin hacer distinción con ninguna. No salía con ellas, en plan de mujeriego, sino que aceptaba todos los regalos y cartas que le daban.
De esa manera, entre las fans de Aki, se estableció la regla de que Aki no era de nadie, sino que era de todas y de todos.
Cuando Aki recogió el premio, el presentador añadió sobre el prejuicio en que un hombre fuese en la actualidad el más popular dentro del género shojo con su tercer premio en su haber.
-Tus obras están cargados de mucho amor y sentimiento. ¿Cuál es tu secreto? ¿En qué te inspiras para crear estos grandes mangas de amor que ha fascinado incluso a hombres?
-Digamos que tengo mucha inspiración.
-Eso se ha visto con tu primera obra y que fue premiada como el mejor shojo, Amistad y amor. Tengo entendido que tomaste a los digimon de tus padres como modelos para crear esta historia, ¿no?
-Así es. Y en El beso de la doncella, me basé en los digimon mis tíos Takeru y Hikari. Aunque en realidad, es un manga basado en la obra literaria que escribió mi tío: Kibou no Hikari. Me dio su aprobación para adaptarla al manga y la libertad de cambiar algunas cosas y darle un final más bonito y feliz. Creo suponer que a muchos les habrá gustado la escena de Angewomon bajo la cascada -comentándolo con una genuina sonrisa y que, por supuesto, hizo reír a la gente."
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Mientras los niños y los digimon celebraban el premio que Aki había obtenido, Yuuta y Nat volvían a mirar la pantalla con expresiones raras. No atendieron a cómo el presentador alegaba que dicho manga, al igual que algunas de sus obras anteriores, sería llevado a formato de anime anime, ya que Yuuta y Nat tenían un pensamiento en común.
¿Cómo era posible que sus dos hermanos rompieran con los estándares de la sociedad y dibujaran del género que no les correspondía?
Su hermana Aine siempre había sido ruda, directa y violenta, mientras que su hermano había sido un niño muy sensible que, desde siempre, le había encantado la historia de amor que habían tenido sus padres. Pero de ahí, a que su hermana fuese una mangaka del género shonen y seinen con dibujos gores, mientras que Aki dibujase escenas de romance súper empalagosas…
¡Resultaba muy raro!
Y lo gracioso de todo, es que ambos habían triunfado en lo que habían hecho. Hasta tenían el lujo de escribir tres o cuatro mangas al año con tanta facilidad como calentar un vaso de agua (en el caso de Aine). Y no solo eso, ambos, que tenían una reputación deslumbrante, estaban cerrados en el tema del amor.
Con Aine podían entenderlo. Pues era obvio que para ella su único amor es y había sido Keiichi. Pero su orgullo y su cabezonería a no aclarar la mentira que había dicho, provocaba que Keiichi siguiera creyendo que ella ya estaba con otro. Lo que había sorprendido a los tres hermanos Ishida, es la facilidad en que Keiichi se había encontrado a otra y se casara con ella. A Aine no parecía importarle, sino que le alegraba que aquella relación tuviera su punto y final.
Por otro lado, Aki, era lo que más raro les parecía a todos, incluyendo a sus padres. Les había preocupado cuando había comunicado que todas sus fans eran suyas. Pero, tras ver como mantenía la distancia con ellas para que no se hicieran ilusiones, les preocupaba todavía más. ¿Quién no le aseguraba que hubiera alguna fan loca que traspasara la línea de la locura? Yamato tenía mucha experiencia con eso. Sin embargo, era muy curioso como el propio fandom se comportaba y acataban la regla de que Aki era de todas y que nadie recibía una distinción especial. Ni siquiera con los hombres. Otro motivo que preocupó a Yamato y a su familia. Sobre todo cuando había dicho.
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-¡El amor es libre! ¡Qué más da que sean hombres o mujeres! ¡Yo los quiero a todos por igual!
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-Hermano, ¿alguna vez te has parado a pensar, en si ellos no serán adoptados? -le preguntó Nat manteniendo la expresión de rareza.
-Todos los días -respondió con un suspiro de agotamiento.
Justo en ese momento, la puerta del restaurante se abrió con algo de fuerza, y de allí apareció Minami. La chica iba muy bien arreglada como si fuera una celebridad. En los años que habían pasado, Minami se había convertido en toda una belleza donde no se podía comparar con aquella niña quejosa, que vestía con los remiendos que le hacía su madre de la ropa que había sido de sus primos. Además, había crecido tanto que parecía una top model.
-¡Tía Minami! -saludaron los dos gemelos corriendo hasta ella.
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Motomiya Minami, 29 años. Seiyuu y Idol popular.
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-¡MIS ENCANTADORES SOBRINOS! -corriendo con su alegría de siempre, aunque con cierta lentitud debido a su barriga abultada.
La puerta volvió a abrirse, viéndose a Penguinmon, a los hermanos Motomiya con sus digimon y, detrás de ellos, a una mujer muy hermosa de rasgos chinos y de actitud tímida. Penguinmon al ver como su amiga corría (aunque moderadamente), se alteró por completo y corriendo con todo lo que sus patitas de pingüino le daban, la reprendió.
-¡MINAMISAN! ¡¿CUÁNTAS VECES TE TENGO DICHO QUE NO HAGAS TONTERÍAS?! ¡Recuerda que estás embarazada!
-Lo sé, lo sé -contestó la mujer algo fastidiada-. Pero, ¿es que no puedo resistirme a saludar a este par de monadas de sobrinos que tengo? ¡Ha pasado tanto tiempo! -alegando ultra emocionada, frotando su mejilla con las suyas.
-Sin duda ha sido mucho tiempo, hermana -dijo Osamu acercándose a ella para poder abrazarla con cariño.
Natsumi salió de la barra para recibirla.
-¡HERMANO! ¡CUÑADA! ¡¿Cómo os he echado de menos?!
-Tranquila, relájate, Minami, que tienes que cuidarte -le aconsejaba Nat entre risas.
Penguinmon también se lo advertía, donde se notaba que estaba muy cansado de tener que ir detrás de ella para reprenderla. Por lo que agradecía que ellos lo hicieran.
-Vaya, está bastante chulo el local -comentaba Musuko echándole un vistazo alrededor y asintiendo de vez en cuando con la cabeza-. Aunque nuestras sucursales de ramen que tenemos por todo el mundo tienen unas colas que doblan la manzana, ¿verdad, hermanito?
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Motomiya Musuko, 28 años, presidente del restaurante Motomiya's Ramen y principal dirigente de las sucursales en Europa y América del Sur.
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-Sí, pero debemos ser cuidadosos con la competencia. Sobre todo, cuando en este restaurante cuentan con Natsumisan y Osamusan. Con el buen físico de ambos ya atraen a los clientes.
-Por no olvidar de los compañeros de Kabumon y de Aiyomon que vienen aquí a dibujar sus mangas -recordó Buidramon.
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Motomiya Daichi, 25 años, vicepresidente del restaurante Motomiya's Ramen y principal dirigente de las sucursales en Asia y América del Norte.
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-Además, un restaurante de ramen no puede compararse a la comida tradicional de toda la vida. Es, con diferencia, muchísimo mejor -agregó Minami mirando con una sonrisa a su cuñada.
-¡Pero bueno! ¡¿Se puede saber de qué parte estás tú?! ¿Deberías apoyar al negocio Motomiya cuando eres una Motomiya?
-Lo siento -respondiendo sin sentirlo de veras -. Pero, debido a mi profesión, debo cuidar mi tipo y mi voz, y la comida tradicional es mucho más sana que un bol grasiento de ramen.
-¡¿Serás…?!
Una risa tímida y femenina resonó en la espalda de los dos hombres.
Natsumi se acercó a ella y le dijo.
-¿Tú eres Jiangsan, verdad? -la mujer que tenía rasgos chinos, asintió con las mejillas rojas por haberse convertido en el centro de atención-. Me alegro de conocerte por fin. Yo soy Ichijouji Natsumi, dueña, junto a mi marido Osamu, de este restaurante. Siéntete como en casa, ya que gracias a Daichikun, es como si ya te conociera -dijo en gesto amistoso que la mujer agradecía.
Atrás de todo, Sanae y Yuuta murmuraban sobre la desconocida.
-Así que esa es la mujer de Motomiya -susurraba Sanae a su marido.
-Menudo partido que se ha ganado -silbaba Yuuta impresionado al ver tan bonita a aquella mujer que parecía tener la misma edad que su hermana pequeña.
Y como si aquel día fuese un día de reunión de los hijos de los elegidos, detrás de los hermanos Motomiya, apareció otro grupo de viejos amigos.
-¡Fireagumon! -saludaba Veidramon, yendo hacia su viejo amigo. Ambos se chocaron las manos como buenos colegas, y después se unió Buidramon para hacer lo mismo.
-Se os ve bastante bien -anunció la vocecita de Honeymon en vuelo, observando a los dos hermanos digimon dragones.
-¡Anda! ¡Honeymon! ¡Pero si estás en el mundo real! -dijo Veidramon con sarcasmo-. Tengo oído de Buidramon que apenas pisas el mundo humano.
-Si Kazumi vive con su familia en el Mundo Digimon, es lógico que yo también viva allá con ella.
-¿Seguro que no es para huir del fantasmón que Aruraumon tiene por compañero? Ese que todavía espera a que tu compañera se divorcie -preguntó Fireagumon juguetón, molestando a la digimon.
-¿Os referís a…? -preguntaba Buidramon que no era tan picón como su hermano digimon y Fireagumon.
-Hablando del rey de Roma -bufó Honeymon viendo como en el aparato televisivo, el evento había entrado en anuncios, y en ellos aparecía un anuncio con Satoshi y Aruraumon como protagonistas- ¡Voy a avisarle a Kazumi para que no entre! ¡Porque no soporta verlo ni en pintura! -murmurando consigo misma, antes de salir afuera donde estaba su compañera con su familia.
Mientras los dos digimon rojos se reían por la situación, Snowoagumon junto a Sanae y Yuuta se había acercado a los recién llegados.
-¿Y mi hermano? -preguntaba Sanae al ver Fireagumon sin su compañero humano.
-Los niños querían jugar un rato afuera, y Toji se lo consintió -respondió el digimon.
-Pero acabo de ver a Honeymon, ¿por qué ha salido como si la llevase el diablo? -preguntó Yuuta.
-Cómo se nota que apenas te has preocupado por la familia, hermano -interrumpió Nat con un resoplido burlesco.
Y entonces, Nat junto a Osamu les explicó la situación que había estado viviendo Kazumi, a pesar de haberse casado y formado una familia.
Ford Satoshi continuaba obsesionado con Kazumi. Había estado rechazando a bellezones de mujeres, porque su corazón era fiel a Kazumi. Hasta tenía el descaro de mandarle regalos por su cumpleaños o por navidades.
-Incluso cuando nació su hijo, le mandó un mensaje felicitándola y un regalo extravagante al niño -completó Fireagumon.
-Bueno, a eso no le veo nada de malo. Después de todo, eso es lo que hacen los amigos, ¿no? -alegó Sanae en defensa de Satoshi.
-¿Es que no visteis su último comentario en la prensa? -preguntó Nat como si aquello fuese prueba evidente de que Satoshi no veía a Kazumi como una amiga, sino que estaba obsesionado con ella.
-¿Qué comentario? -preguntó Yuuta, donde no solía leer las noticias de los famosos. Sólo leía lo que estaba relacionado con sus hermanos, pero del resto, si era algo muy importante, su madre o sus hermanos lo ponían al corriente.
-¡Pero bueno, hermano! ¡¿Seguro que vives en Estados Unidos?! ¡Si se hizo viral por muchísimo tiempo!
-Hasta fue trending topic en Estados Unidos y Japón -acotó Piomon, todavía asombrada por aquella noticia.
-Vamos Nat, no seas tan dura con él -le pidió Zabumon con amabilidad con la mano de la pequeña Yuuki cogida-. Yuuta ha estado trabajando muy duro para salvar a los digimon de los humanos que los maltrataban.
-Sea como sea, ¿qué dijo? Yo tampoco me he enterado -pidió saber Minami con demasiada curiosidad.
Su profesión como seiyuu era tan dura, que apenas tenía tiempo para ella misma. Entre eso y el trabajo agotador de su marido, era la razón de porqué habían tardado años en ir a tener un hijo.
Natsumi suspiró con fuerza. Sacó su móvil del bolsillo del delantal, y buscando entre los distintos archivos que tenía guardados, y que su amiga Kazumi le había enviado, para poder desahogarse, se lo enseñó al resto, que se pelearon por la primera fila.
En aquel móvil de diez pulgadas, se veía un vídeo. Por el escenario, parecía una ceremonia de entrega de Óscars. En el estrado, se encontraba un apuesto Satoshi que lanzaba besos y saludos a todos los que lo vitoreaban. A su lado, Aruraumon, vestido para la ocasión, lo acompañaba con una pose altiva, como si fuera igual de importante que su compañero humano. Ambos habían recibido el Óscar ya que Aruraumon también había sido partícipe en la misma película que Satoshi.
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Ford Satoshi, 27 años. Actor de Hollywood. Soltero y sin pareja.
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-"Muchísimas gracias. Aruraumon y yo estamos felices por haber ganado nuestro tercer Óscar. Y como siempre, este mérito es logrado gracias a la mujer que me inspira a seguir mejorando en mi carrera. Puede que esté casada y haya formado una familia con ese bueno para nada, pero todos sabemos que existen muchos los divorcios. Mi madre, por ejemplo, se divorció de su primer marido y encontró el amor verdadero con mi padre. Así que espero que en un día, y no muy lejano, me pase esto contigo, Kazumichan. My honey, este Óscar te lo dedico a ti, y que sepas que te sigo queriendo. I love you, baby."
Y la pantalla se volvió negra al finalizar el vídeo.
Tanto los digimon, que no habían visto el vídeo, por haber estado a la altura de los humanos, como sus compañeros humanos no sabían cómo reaccionar al ver cómo Satoshi no se cortaba en declarar abiertamente sus sentimientos y su descaro al considerar el divorcio de la mujer.
-¿No se supone que esto es difamación o algo parecido? -preguntó Minami mirando tanto a su hermano como a Yuuta.
-Papá dice que no -contestó Osamu con un pesado suspiro.
-Si el asunto fuera que Satoshikun la atosigara, la persiguiera o la llamase sin parar, sería algo denunciable. Pero, si es cierto que sólo le envía regalos por celebridades especiales y no se acerca a ella… -opinaba Yuuta pensativo.
-Pues si eso le hiciera a mi mujer… ¡Le reviento la cara! -decretó Musuko crujiendo las manos.
-Eso tendría que verlo -quiso saber Minami juguetona.
Viendo como Kazumi entraba con una cara sonriente y despreocupada, ajena a todo, los demás, decidieron no seguir hablando del tema para no molestarla. Además, cargaba a un precioso niño de pelo castaño y ojos negros, y a su lado, estaba Toji que llevaba a caballito a un niño de tres años de cabello alborotado. El niño reía feliz y pedía que se moviera para tener más acción, haciendo que Kazumi riera, donde el niño que cargaba quería pasárselo igual de bien que el niño que Toji cargaba.
Una estampa tan bonita para muchos, que Minami no pudo contener el deseo de sacar una foto con su móvil. Así de paso, tenía material para meterse con Musuko.
Musuko que era el que menos estaba con la cara en modo "cute" ante ese panorama, con el color verde de la envidia pintada en la cara, se acercó a grandes zancadas hasta Toji.
-¡Daiki! ¡Ven aquí ahora mismo!
-Pero papá… -protestaba el niño que no entendía porqué su padre le quitaba toda la diversión que su amigo le ofrecía.
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Motomiya Daiki, 3 años. Hijo de Musuko y Jiang.
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-Está bien, Daikikun. Vete con tu padre -le dijo Toji compresivo, bajando al pequeño niño de pelo alborotado y tendiéndoselo a Musuko. Éste, sintiéndose celoso de que su hijo se llevara mejor con su antiguo rival que con él, le echó una mirada infantil de molestia y se dirigió junto a Jiang.
Toji los miró con cierta ternura, y entonces vio cómo Natsumi se acercaba a él, mientras que Minami era reprendida por su hermano y su marido Daichi por haber sacado la foto con la única intención de molestar a Musuko.
-Por fin se te ve el pelo -le dijo ella a modo de saludo.
-Sí, bueno… -carraspeando y cogiendo al pequeño que cargaba Kazumi y que estiraba sus brazos para que lo cogiera y le hiciese el mismo juego-. He estado muy ocupado con el trabajo y ya sabes… -cortándolo ahí.
Ella le sonrió con dulzura. Una dulzura que se manifestaba en su rostro desde que había sido pareja de Osamu.
-¡Mucho ánimo! Ya verás cómo te nombran Primer Ministro.
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Yagami Tojiro, 28 años. Ministro del gabinete japonés. Candidato a Primer Ministro. Soltero y sin novia.
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-Es muy pronto para afirmarlo. Hay muchos candidatos aptos y, hay que tener en cuenta las elecciones -repuso modesto.
-Pero yo estoy de acuerdo con Natsumisan -apoyaba Kazumi-. Seguro que todos te votan y acabas convirtiéndote en Primer Ministro. De hacerlo, se podría llevar a cabo el proyecto en el que hemos estado trabajando. Y sería un paso muy grande para que nuestros digimon puedan tener su futuro asegurado sin que los seres humanos abusen de ellos -objetó Kazumi.
-A propósito, Kazumichan, ¿y dónde anda escondido tu marido? ¿Es que le da miedo entrar a mi restaurante o qué? -le preguntó Natsumi con un deje de molestia.
-Se ha encontrado con su hermano y Misatochan fuera. Ya te imaginarás el reencuentro tan emotivo que han debido de tener los hermanos de luz y esperanza, después de tanto tiempo sin verse. ¿A que sí, Hikaru? -dijo Toji hablando con el niño que tenía en brazos. El niño de un año hizo unos graciosos movimientos con la mano como si le hubiera entendido.
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Ishida Hikaru, un año. Hijo de Isaki y Kazumi.
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-Bueno, es lógico. Después de todo, Isaki y yo estamos viviendo en el Mundo Digimon.
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Ishida Kazumi, 25 años. Encargada del registro de digimon con compañeros humanos y del centro de rehabilitación para los digimon que fueron abandonados o maltratados.
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-Para mí sigue siendo una sorpresa que te hayas juntado con mi primo -alegó Toji, devolviéndole el niño, el cual pedía regresar a los brazos de su madre.
Y entonces, como si hubieran dicho algo que la hubiera molestado, la expresión de Kazumi se volvió irritable.
-Al menos no es un acosador como uno que todos conocemos -comentó con hastío-. Por eso, me alegro de vivir lo más alejada posible de ese arrogante piojoso y no saber de él -solo hasta que volvían al mundo real para pasarla en familia en eventos especiales, que tenía que llevarse la desagradable sorpresa de sus regalos acompañada de una tarjeta con claros indicios de amor hacia ella. La gota que había colmado el vaso, fue en la ceremonia de los Óscars. Le había preocupado cómo reaccionara Isaki y que su matrimonio peligrara. Pero por fortuna, él era un hombre muy comprensivo y confiable, donde sabía que por mucho que Satoshi hiciera o dijera, ella jamás le dejaría.
Justo a tiempo, había aparecido su marido en compañía de Takeshi y Misato, y una preciosa niña de cabello rubio y ojos verdes que Misato cargaba.
Ambos hermanos se reían como dos niños risueños. Pues el que Isaki estuviera viviendo en el Mundo Digimon y Takeshi muy ocupado con su trabajo y su hija, apenas tenían tiempo para reunirse y tomar algo como los buenos hermanos que eran.
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Ishida Isaki, 29 años. Asesor de compañeros humanos y de digimon con o sin compañeros humanos y encargado del centro de rehabilitación de los digimon que fueron abandonados o maltratados por sus compañeros humanos.
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La organización en la que trabajaban Isaki y Kazumi, había sido desarrollada y fundada por ellos mismos, en honor a lo que habían sufrido los digiclones y otros digimon maltratados que seguía habiendo. Con Yuuta que se encargaba de capturar y encerrar a los humanos agresores, a ellos le correspondía la tarea de rehabilitar a los digimon para que no perdieran la fe y se fueran por el mal camino, como les había pasado a los digiclones. Para realizar dicha acción, Isaki y Kazumi estaban de acuerdo en que para la comodidad de los digimon, hacerlo en su propio entorno y lejos de sus compañeros abusivos era lo ideal. Es por eso que, con la ayuda de todos, habían construido una casita que estaba conectado al centro de rehabilitación. La habían situado cerca del Lugar del Comienzo, para que así, con la inocencia y alegría de los pequeños digimon, los motivasen a no perder la fe y a seguir adelante como digimon normales y corrientes.
El que los humanos pudieran vivir en el Mundo Digimon como los digimon en el Mundo Humano, era una idea que se empezaba a barajar. Y que Toji, cuando fuera Primer Ministro, planeaba dar luz verde, mientras los seres humanos cumplieran una serie de requisitos y unas normas básicas para que hubiera una buena convivencia.
Aún así, era una idea que tenían en mente de cumplirse a largo plazo. Cuando todos se asegurasen de que no existía humano que quisiera usar a su digimon o el Mundo Digimon para su propio beneficio. Era un camino muy difícil, pero que confiaban en que podría lograrse.
Cuando Natsumi, Yuuta, Sanae y Toji vieron a sus primos, se fueron directos a saludarlos, mientras que Earmon y Tsukaimon saludaban al resto de digimon.
-¡Buff! ¡Menos mal que tienes el aire acondicionado a tope primita, porque esto da un calor! -decía Takeshi abanicándose, mientras se desajustaba el nudo de la corbata.
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Hida Takeshi, 28 años. Abogado que trabaja como ayudante en la firma Hida. Adoptó el apellido Hida para que el apellido continuara perdurando y para hacerle la pelota a su suegro.
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-Oye, Yuuniisan, ¿por qué estás tan fresco, mientras que yo ando tapado desde el cuello hasta los pies? ¿O es que en el FBI están cortos de presupuesto que no tienen para dar trajes guapos a sus empleados? -mofándose, donde la personalidad de Takeshi parecía no haber cambiado con el paso de los años.
-¿Es que nadie te ha dicho que estoy de vacaciones?
-¡Vaya! -fingiendo sorpresa-. Y yo pensando que te habían despedido por violento -seguía mofándose el rubio.
Yuuta lo fulminó con la mirada.
-¿Sabes que podría meterte en el calabozo si te acusara de malos tratos a tu digimon? -amenazándolo.
-Pues malos tratos recibo, porque Takeshi no me hace caso -se quejó Tsukaimon que parecía haberse contagiado de las bromitas de su compañero-. Cómo no para de hacerle la pelota a su suegro…
Yuuta teniendo a Tsukaimon de su lado, aprovechó para continuar con el juego. A ver si lo ponía en aprietos de una vez, y sufría en carne propia lo que sus bromitas ocasionaban. Pero Takeshi ya estaba preparado para contraatacar.
-¡No, por favor! -dramatizando de forma exagerada- ¡En serio no te creía esa clase de persona, Yuuta! ¡Tsukaimon… y tú…! ¿Tú también me traicionas? -fingiendo lágrimas falsas- ¡¿Cómo podéis ser tan crueles con Misatochan?! ¡Ser llamada la mujer de un presidiario! ¡Ser el digimon que ha sido víctima de su compañero humano y sufrir las habladurías ajenas! -Takeshi continuaba con su exagerado melodrama. Parece mentira que tuviera veintiocho años y se comportara de esa manera. Los que ya estaban acostumbrados a ese carácter suyo, sólo meneaban la cabeza o se reían- ¡Por no hablar de mi pequeña Himechan! -escapándole un sollozo-. ¡Mi pobre pequeña! ¡Solo tiene un año de edad! ¡Si me fuera a la cárcel, mi querida hijita crecería sin la figura paterna! ¡¿Es eso lo que queréis?!
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Hida Himeko, un año. Hija de Takeshi y Misato.
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La idea de que Takeshi pagara por todas sus bromas, le había salido a Yuuta por la culata. Su primo no dejaba de continuar con su melodrama, como si lo hubiera sacado de alguna telenovela.
-Ya lo entiendo, ya lo he captado -poniendo las manos en el frente para que dejara de exagerar-. No te llevo al calabozo -y al final, el que acabó mal parado había sido Yuuta, ya que había regresado a su sitio y a continuar bebiendo del café que le quedaba.
Takeshi le hizo la señal de la victoria a su mujer entre dientes. Misato no había parado en ningún momento de reírse. Ya no sabía si era por la actitud todavía infantil de su marido, o porque ese carácter no contrastaba con ese traje formal que vestía. Cualquiera diría que era un abogado. Y uno que poseía muy buenas capacidades. O eso es lo que su padre le había dicho su padre en una ocasión.
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Hida Misato, 27 años. Profesora de educación infantil.
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-Todavía falta gente, ¿no? -preguntó Earmon, observando como Osamu les indicaba que se sentasen y si querían tomar algo.
-Faltan Kawamon, Bolamon, Tentoytomon y sus compañeros -contestó Dokunemon sobre el hombro de Osamu.
-¿Es que Momokosan no va a venir? -preguntó Daichi.
Hacía ocho años que Momoko se había ido a Norteamérica para tener más oportunidades como actriz. El ser la hija de una presentadora ultra conocida como Mimi y un padrastro que era una eminencia del cine, era un salto directo hacia la fama. Al principio, Jou no había estado de acuerdo en que su hija se fuera tan lejos. Pero, viendo como Momoko se esforzaba en su carrera como actriz en Japón, no le quedó más remedio que ceder y dejar que su hija extendiera sus alas hacia su futuro.
Desde entonces, Momoko no paraba de aparecer en anuncios, películas, series e incluso había posado como modelo. Aunque su fama estaba muy por debajo que el de su hermanastro. Pero, al igual que él, Momoko no aceptaba las ofertas en las que Ralmon no apareciese junto a ella.
Pasaba tanto tiempo en América por su trabajo, que acabó haciendo su vida allí.
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Momoko Smith, 30 años. Modelo y actriz. Casada con un actor norteamericano.
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-Le surgió un trabajo a última hora y no va a poder venir. Pero ha asegurado que Ralmon y ella se escaquearían, más tarde -excusaba Sanae que era la que más en contacto estaba con ella.
-Tengo unas ganas tremendas de conocer al pequeño Ralph. Ya debe tener cinco años, ¿no? -dijo Misato con mucha emoción, obteniendo un asentimeinto por parte de Sanae.
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Ralph Smith, 5 años. Hijo de Momoko y del marido de Momoko.
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Mientras esperaban por los que faltaban, el grupo se repartió en diferentes subgrupos.
Por un lado, en la zona de juegos para los niños, se encontraba Toji ayudando a los digimon con el cuidado de los niños, como si disfrutase estar con ellos.
Después de todo, tras haberse resignado con Natsumi, Toji había tratado de buscar a alguien que lo enamorara. Así como su padre había podido supera lo de Sora, cuando se había enamorado de su madre, Toji lo había intentado con muchas chicas. Pero ninguna había logrado que se olvidara de lo que sentía por Natsumi.
Sin embargo, pese a que aún seguía enamorado de ella, respetaba su matrimonio, y se contentaba con que ella fuese feliz. Aquel sentimiento guardado, era algo que solo conocía su padre y Fireagumon. Por eso, como uno de los solteros del grupo y sin familia, disfrutaba como un niño, el jugar con los hijos de sus amigos.
Los niños estaban encantados de estar con un niño grande, especialmente sus sobrinos, que querían muchísimo a Toji.
En otro lado, Natsumi y Yuuta continuaban con su pequeña riña en que si Yuuta quería algo, que pagase antes. Yuuta se quejaba de que cómo a él solo le hacía pagar, mientras que al resto se lo ofrecía gratis.
En una de las mesas, se encontraban los hermanos de luz y esperanza, con sus respectivas esposas e hijos, poniéndose al día. Los dos niños al tener sólo un año de edad, no podían disfrutar de la zona de juegos como sus primos y los otros niños. Pero es algo que no les importaba. Ambos niños se entretenían mutuamente, como si tuvieran alguna conexión especial.
En otra mesa, había un poco de revuelo. Minami no dejaba de picar a Musuko. El hombre, en respuesta la chinchaba de vuelta. Una relación que no había cambiado mucho, y que se había llegado a pensar que iban a quedar juntos. Sobre todo, tras el enorme cambio que Minami había sufrido durante su adolescencia. Incluso Daichi lo había llegado a pensar con cierta preocupación.
Desde que su padre había conseguido su custodia y empezado a vivir en Japón, Minami no había dejado de apoyarlo. Quizás se llevasen cuatro años de diferencia, y por aquel tiempo, para una chica que ya estaba en secundaria, debería ser una carga estar pendiente de un niño de primaria. Pero Minami jamás lo había abandonado. Eso había hecho que creciera un sentimiento muy especial por ella. Sin embargo, cuando veía a su hermano mayor con Minami chincharse mutuamente, aquel dicho de que "Cuánto más reñidos, más queridos", le había hecho pensar en que quizás no tuviera ninguna oportunidad. Durante un tiempo, Daichi se había sentido algo acomplejado de Musuko porque él era todo lo opuesto a él. Eso no impedía que lo siguiera apreciando como a un hermano, incluso cuando hubo una temporada en que su hermano parecía estar interesado en Minami. Hasta había estado dispuesto a ayudarlo. Así compensaría todo lo bien que Musuko y Minami se habían portado con él.
Pero al final, nada había surgido entre ellos. Chocaban demasiado como para convertirse en una pareja. Además, después de aquello, Musuko había empezado a sentir cierto interés por Kazumi.
Y no era para menos. Kazumi era una mujer con un noble corazón. Poseía una inteligencia fuera de lo normal y que la usaba para el bien de los digimon.
Para todo el mundo había sido una sorpresa que ella empezara a salir con Isaki. Hasta Earmon y Honeymon se habían quedado boquiabiertos al principio. Pues ambos no es que interactuasen mucho. Solo a Takeshi no le había parecido una sorpresa. Él había alegado que su relación había comenzado el día en que Isaki se había dado cuenta de cómo Satoshi la había perturbado en su combate contra Wissenmon. Y siendo el único, que comprendía cómo lo pasaba mal, Takeshi había asegurado que eso era porque su hermano se había fijado demasiado en ella.
Si lo pensaban bien, tanto Isaki como Kazumi, durante sus aventuras, habían mantenido una relación de confianza y seguridad el uno con el otro. Pero aquello no había crecido, hasta que Satoshi se trasladó a Japón como estudiante de intercambio.
Antes de eso, el chaval no dejaba de atosigarla con constants mensajes, pese a que Kazumi no paraba de bloquearlo una y otra vez. Pero Satoshi, como buen hijo de papá, le compraban un nuevo móvil con número nuevo incluido. Solo dios sabrá cuántos números de móvil contaba Satoshi en la actualidad.
Por aquel tiempo, su hermana Izumi ya salía con Seiichirou. Kazumi le había pedido a su cuñado que hiciera algo con Satoshi. Pero decirle algo a Satoshi era como hablarle a una pared. Satoshi continuaba, y cómo solo enviaba sus mensajes una vez a la semana, preguntándole que tal estaba o cómo le iba en la vida, no se consideraba un delito de acoso. Había tenido que pedirle ayuda a su padre para que hablara con la madre de él. Pero ni con esas, el chico seguía haciendo lo que le daba la gana. Como los padres de Misato y de Minami, no veían que cruzase la línea y ser considerado como delito, Kazumi tuvo que seguir soportando sus dichosos mensajes y los regalos que le enviaba por su cumpleaños, San Valentín y Navidad.
La gota que colmó el vaso fue cuando se había presentado de improvisto como estudiante de intercambio.
Había estado a punto de sufrir un ataque de depresión, porque aquello la desconcentraba de sus estudios y de la investigación que quería llevar a cabo para la protección de digimon.
Daichi y Aki, viendo cómo sufría su amiga, y estando ocupados con sus propias actividades extraescolares, le habían pedido a Musuko y a Toji que hicieran de guardaespaldas. Pues Satoshi no le decía nada cuando alguien del grupo estaba junto a ella.
Eso no significaba que Kazumi estuviera tranquila o se sintiera mal por abusar de la amabilidad de Toji y de Musuko.
Habiendo confiado su preocupación a sus amigas, Misato, que ya salía con Takeshi, se lo había contao al rubio. Y fue el propio rubio quién había instado a su hermano mayor, con su buena labia, a que ayudara a Kazumi.
En realidad, Takeshi esperaba, que con eso, su hermano abriera los ojos de una vez y se diera cuenta de que su buena relación con la pelirroja era algo más que simple amistad. Y había funcionado.
Isaki con su paciencia y apoyo, había hecho comprender a Kazumi que no debería agobiarse por alguien que regresaría a América. Ella contaba con muchísima gente que la quería y la protegería en caso de propasarse.
Sin embargo, como líder del grupo que era, había hablado en persona con Satoshi para que dejara de molestarla. Y aquello había sido el pilar de la relación entre Isaki y Kazumi. Especialmente, cuando Satoshi había hecho enfadar a Isaki.
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La puerta del restaurante fue abierta con Kawamon y Bolamon los primeros. Ambos digimon habían competido en una carrera para ver quién llegaba el primero.
Bolamon no dejaba de presumir que había ganado él, pero Kawamon lo negaba, recordándole que su pezuña había atravesado antes el umbral.
Detrás de ellos, Shin con voz nerviosa, les pedía que se comportaran.
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Kido Shin, 29 años. Bioquímico.
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Detrás de él, aparecía su hermano mayor Sei con una sonrisa, pidiéndole que no fuese tan severo con los digimon.
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Kido Seiichirou, 32 años. Médico especializado en digimon.
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-¿No opinas lo mismo, querida? -le preguntaba a Izumi.
-Por supuesto. Además, no hacen daño a nadie -mirando hacia atrás, donde un niño pelirrojo y ojos negros volaba gracias a Tentoytomon.
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Kido Izumi, 30 años. Diseñadora de ropa para digimon.
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Kido Yoshitaka, 7 años. Hijo de Seiichirou e Izumi.
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-Estoy de acuerdo con ellos, cariño. Deberías dejar de ser tan rígido -le había dicho una mujer que se encontraba al lado de Izumi.
-¡Rumichan! ¿Tú también? -se quejaba Shin.
-El tío/papá está nervioso -canturreaban divertidos un niño y una niña que estaban cogidos de la mano. Sino fuera por lo que habían dicho, cualquiera diría que eran hermanos. Los dos tenían el cabello azulado y liso, ojos grandes y azabache de expresión animada.
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Kido Risa, 4 años. Hija de Seiichirou e Izumi.
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Kido Tatsuya, 4 años. Hijo de Shin y Rumi.
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Shin reprendió severamente a los dos niños, pero la respuesta que obtuvo de ellos, fue una expresión de desafío que dejó trastocado a Shin.
-¡Con itokun no te metas! -manifestó la niña con tono (NA: Primo en japonés significa itoko. Aquí, al ser una niña de cuatro años la que habla, acorta la palabra itoko y le añade el sufijo cariñoso kun, que es el que le corresponden, por regla general, a los niños, mientras que el sufijo para las niñas es chan)
-¡No le grites a itochan!
Shin agachó la cabeza apenado de que hasta su hijo y su sobrina le trataran de esa manera tan desafiante.
-Vamos, vamos, no te lo tomes tan a pecho, hermanito -trataba Sei de animarle.
Las relaciones entre Sei y Shin seguían igual de buenas, donde a pesar de haberse casado y formado sus familias, se visitaban continuemanete. Además, como el único hijo de Shin y la hija pequeña de Sei e Izumi tenían la misma edad, habían crecido juntos, por lo que se protegían mutuamente.
-Oye, ¿qué está pasando? ¿Por qué nadie nos hace caso? -protestaba Kawamon, viendo a todos sus amigos digimon y a sus compañeros humanos concentrados en la pantalla de televisión.
-¡Menuda falta de respeto! -señalaba Bolamon.
Tentoytomon entro con el pequeño Yoshitaka, percatándose como todos estaban más interesados en el programa que en recibirlos. Incluso habían escuchado un siseo por parte de Musuko para que callaran la boca.
Cuando vieron lo que se emitía, pudieron entender porqué tanta atención a la pantalla INV y tanta ignorancia hacia ellos.
En la televisión, se estaba emitiendo una entrevista que le habían hecho a Aine y a Aki con sus compañeros digimon a su lado. Aiyomon continuaba con su expresión serena, mientras que Kabumon, en vuelo, sonreía con cierta picardía.
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"-Ainesensei ya nos ha comentado que debido a su supervisión en el anime, no podrá centrarse en sus mangas. Usted, Akitosensei, ha mencionado que ya está trabajando en el siguiente proyecto y que tiene otros más en mente.
-¡Así es! -contestó el hombre-. En la próxima edición de la revista para la que trabajo, se lanzará el primer capítulo de mi nuevo manga.
-¿Podría darnos algún avance?
-Pues, este nuevo proyecto, a diferencia del resto que eran capítulos semanales, serán mensuales, porque estaré trabajando en un proyecto muy especial -comentando, mirando de reojo a su hermana mayor. Aine, por alguna razón, tenía la vena de la sien algo hinchada, como si hubiera recibido algo muy molesto.
Era tanta su rabia, que interrumpió la siguiente pregunta del periodista a su hermano para agregar ella misma.
-De hecho, queríamos esperar un poco más para anunciarlo, pero considero que este es la mejor oportunidad para comunicarlo -hablando con una sonrisa maliciosa, como si quisiera disfrutar a costa de alguien aquella noticia.
La expectación creció en todos los periodistas que se pelearon por apuntar con sus móviles y los micrófonos para escucharla mejor. Los flashes pestañearon varias veces. Las expresiones en ambos hermanos lucían tan contrarias pero tan cómplices que era la portada perfecta para la noticia.
-¿Eh? ¿Piensas anunciarlo sin el consentimiento de nuestros editores? -preguntaba Akito sin sonar muy sorprendido.
-¡Que les den! -espetó con desprecio.
-Vale, como quieras -comentó Aki sin sonar afectado.
Kabumon rió por alguna razón, mientras que Aiyomon meneaba con la cabeza acompañado de un suspiro.
-Se trata de una idea que barájabamos mi hermano y yo desde hacía tiempo. El r mezclar nuestros géneros y crear un manga conjuntamente.
La idea de que aquellos dos hermanos que eran unos mangakas ultra conocidos con el éxito detrás, alborotó a los periodistas. Los abordaron con preguntas sobre si podían detallar sobre el proyecto.
-En realidad, hemos decidido, hace unos minutos -agregando algo que había salido de forma espontánea-, que para darle prioridad a este nuevo proyecto, que mi manga fuese mensual y que la emisión del anime basado en el manga de mi hermana de Cuchillo de zombies se retrase hasta el año que viene. Como mi hermana quiere supervisarlo en persona, no puede estar muy pendiente de ello -clamaba Akito con toda tranquilidad y sin tener en cuenta la opinión de la casa animadora que iban a animarla o su propio editor.
-Todavía no lo hemos hablado con los responsables, así que supongo que se habrán enterado ahora mismo -continuaba Aine, donde poco o nada le importaba lo que opinasen los afectados.
Estaba tan decidida a crear ese proyecto con su hermano, que lo demás le resbalaba.
-¿Eso significa que ya tienen algo estructurado?
-¡Por supuesto! -clamó Aine con un brillo malicioso en sus ojos-. Lo teníamos pensado desde hace mucho, pero algo ha hecho que me inspirara y a querer dibujarlo cuanto antes.
-La idea principal trataría sobre dos hermanos que se llevan como el perro y el gato, pero que en el fondo se aprecian -contaba Aki con una sonrisa ingenua, contrastando la maquiavélica de su hermana-. Sin embargo, tras casarse y formar su familia, es cuando empezarán los problemas.
-Sus digimon se enfrentarán mutuamente -seguía Aine con satisfacción con cada palabra que decía-, incluso sus propios compañeros humanos se pelearán entre ellos con armas blancas. Debido a eso, la hermana quedará ciega y sin un brazo, mientras que el hermano, quedará paralítico y con el sentido auditivo perdido. A pesar de esa invalidez, ambos continuarán enfrentándose a muerte en una lucha psicológica y mental, donde sus seres queridos irán sufriendo y muriendo. Ambos llorarán, y estarán metidos en un ciclo vicioso cargado de venganza.
-Nunca he trabajado la muerte, pero estoy convencido de que será emocionante -acotaba Aki con tranquilidad."
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La satisfacción de Aine de ver correr sangre junto a la tranquilidad de Aki, al comentar algo tan fuerte como la muerte, asustaba a todos los videntes que estaban en el restaurante familiar. Pero más a Yuuta y a Nat, donde estaba claro que los dos hermanos de su nuevo manga estarían basados en ellos.
-¡Uhh! ¡Aineneesan os va a poner a caldo! -se mofaba Takeshi entre risas, entendiendo la referencia.
-¿Se puede saber qué le hicisteis a Ainesan? -preguntó Sanae preocupada.
-¿Yo? ¡Nada! -contestó Yuuta rojo de ira.
-Pues daba la impresión de que Ainesan estaba muy furiosa, y que a raíz de eso, diera ese comunicado tan sorpresivo -comentó Osamu.
-Por no hablar de que parecía estar pensando en nosotros cuando hablaba de ese proyecto -objetó Zabumon, mirando a su compañero humano.
-¡Dio mucho miedo! -decía Piomon asustada.
-¡Ya le pediré explicaciones cuando nos reunamos con ella en el Mundo Digimon! -sacándose el delantal con brusquedad, observando como que en la entrada ya estaban los que faltaban-. ¡Y que se olvide de las comidas gratis!
-Antes de marcharnos, sírveme algo bien fuerte -pidió Yuuta con la necesidad de tomar algo para asimilar lo que había escuchado y que cobraría vida en unas imágenes en blanco y negro, y, seguramente, en formato anime.
EPÍLOGO 1 DE 3
RESUMEN (de quién quedó con quién, el nombre de los hijos y su significado)
-Solteros:
Aine, porque no pudo olvidar a Keiichi.
Aki, porque quiere a todas y a todos.
Toji, porque no encontró a nadie que le hiciera olvidarse de Nat.
Satoshi, creo que la razón es obvia… Pero, porque espera que Kazumi se divorcie y se case con él.
Ryu, Hinode y Kaori, porque aún son adolescentes.
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-Parejas e hijos:
Yuuta y Sanae
Yuuki. Seis años. Muchos ya habréis escuchado esta palabra, pero diré su significado igualmente, "Valor". Muy indicado para el nieto de Taichi.
Mitsuki. Dos años. Otro nombre que se habrá escuchado mucho y que sabréis lo que significa: "Luna llena".
Osamu y Nat
Ren y Ai, tres años (niño y niña respectivamente). Con sus nombres hay doble intención. La primera: Porque el nombre de Ren se parece al de Ken y Ai con el kanji correspondiente, significa amor. Pues existen otras personas llamadas Ai pero que con otro kanji distinto al de amor, cambia el significado. Ejemplo claro el de Ai Haibara, personaje de Detective Conan. En su presentación, se menciona que el nombre de Ai no corresponde con el kanji del amor, sino al de ceniza por decisión de dicho personaje; Y la segunda intención de porqué estos gemelos se llaman así, es porque Renai significa "romance" en japonés.
Isaki y Kazumi
Hikaru. Un año. Otra forma de decir "luz" en japonés. Nombre tanto para niño (que es en este caso) como para niña.
Takeshi y Misato
Himeko. Un años. Creo que la mayoría lo sabrá, pero por si acaso, aclaro. Himeko significa "Niña princesa"
Seiichirou e Izumi
Yoshitaka. Siete años. En realidad no tiene un significado en especial. Lo escogí al azar.
Risa. Cuatro años. Otro nombre que escogí al azar.
Shin y Rumi
Tatsuya. Cuatro años. Otro nombre que escogí al azar
Momoko y ¿?
Ralph. Cinco años. Un nombre que escogí al azar.
-Parejas sin hijos:
Musuko y Jiang
Daichi y Minami (aunque Minami está embarazada)
Notas de la autora:
Obviamente, faltaba la parte Amistad y amor para completarlo. Pero esto será en epílogo que estará dividido en tres partes para que el capítulo no se hiciera muy largo.
Quisiera aclarar que este capítulo ya lo tenía escrito mucho antes de terminar con el fic, pero debido a algunos cambios que le hacía a la trama, tuve que adecuarlo.
Otra cosa y es que si el fic está puesto como finalizado, es porque la historia en sí está finalizada, y esto es un epílogo para saber quién quedó con quién, por lo que para quiénes no les gusten las parejas, sois libres de interpretar de que el último capítulo fue el anterior. Esto es solo complementario.
Por último, comentar que en principio el epílogo estaría dividido en dos partes, pero se me ocurrió algo recientemente y lo considero apropiado para introducir.
Os recuerdo que la parte de los añadidos de este fic, se verá en el fic El Cupido de Odaiba que ya empecé a publicar y que relatará los romances entre Osamu y Nat entre otros.
Muchos besos y, en serio, muchísimas gracias por seguir esta historia. Y agradecimiento especial a melia2 por su review 400.
'Atori'
