POV Elena
- Que te parece la idea?.- la pregunta y que este todo el rato cogiendo mi mano y acariciándola sensualmente no me deja pensar con claridad.
- Macabra.- le soy totalmente sincera.- Pero por qué?. Por qué la vida de todos ellos por la mía?.- necesitaba saber la razón con urgencia.
- Es tu sangre que tiene algo en especial.- responde escueto.
Perfecto, seré una bolsa de sangre para el resto de mis días!.
- Supongamos que acepto. Quiero una prueba de que están bien y quiero que los traigas a todos ante mi.- pongo algunas condiciones.
- Lo que mandes princesa- hace una reverencia divertido .-. Dame unos días... Algo mas...?.- curva la sonrisa y me quedo embobada en sus labios.
Ya sé que eso es lo que quieres Elena. Besar esos carnosos labios hasta que te hartes, pero ahora no puedes bajar las defensas y tienes terminantemente prohibido flaquear ante este ser que te quiere esclavizar para toda tu vida.
- Por ahora nada más.- aparto la mirada antes de que de cuenta de lo que realmente deseo.
- Bien. Entonces tenemos un trato.- lleva mis nudillos a su boca y los besa uno por uno.
Dios Santo, intento hacerle caso a mi cordura, ahora es la que tiene que mandar sobre mi, pero resulta difícil cuando a Damon le da por entrelazar luego nuestros dedos.
- No hasta que tenga a mis amigos y a mi madre delante.- retirando mi mano de todo contacto con la suya y me pongo en pie para coger aire.
Cuanto lo echo de menos, pero este no es el Damon del que me enamoré. Este es el Damon que solo me quiere para saciar su sed de sangre.
- Que sí.- le reitera.- Soy un hombre mas de tratos que de promesas.- se levanta conmigo y recoge el vaso que dejé en la mesita para ofrecérmelo de nuevo.
- Quieres emborracharme también?.-
- Solo intento que te relajes un poco. Estas muy tensa.-
Con la cara angelical que pone y ese aroma a perfume que desprende e impregna mis fosas nasales, me entran ganas de mandar todos mis principios a la mierda y lanzarme a sus brazos con la excitación que llevo acumulado todo este tiempo. Por lo pronto le quito la copa de su mano y bebo lo que quedaba en ella de un solo sorbo. Joder, contrólate Elena o luego te arrepentirás!.
- Oh dios mio!.- ya no me acordaba lo que provocaba el bourbon y empiezo a toser otra vez.
- Wow! mas despacio princesa. En la fiesta podrás beber más.- se agacha para dejar de nuevo los vasos vacíos en la mesita.
Al reincorporarse y plantarse en frente, me toma por la cintura de sorpresa y sin que me diera ya me había arrastrado hasta a él sin posibilidad de moverme por la opresión de sus brazos.
- Para ya de una vez con lo de princesa y suéltame ahora mismo Damon o no hay trato.- reclamo mientras intento resistirme a su fuerza.
- Vale, vale...- afloja un poco, pero no me suelta.- Es verdad. No quiero que seas mi princesa. Quiero que seas mi reina, Elena.- recalca a escasos centímetros y mi nombre suena muy dulce pronunciados en sus labios.
- Y así tratas a tu reina?.-
Niega dibujando una sonrisa diabólica en su rostro conforme sube la mano hasta mi mejilla.
- Me gusta tratarla así...-
Inclina hacia un lado la cabeza y sin previo aviso se lanza sobre mi boca sin prohibición ninguna. Yo estaba totalmente aprisionada, expuesta a lo que él mandase y no pude evitarlo. .
Sí claro, claro... Que tu no querías maldita embustera!. Si es lo que sueñas todas las noches desde que se fue hace unos meses. No mientas!.
La gruñona de mi conciencia no para de dar por culo y me recuerda constantemente que esto no es lo correcto y que así voy por muy mal camino. Pero la otra parte, la tonta y enchochada que desea a este hombre se deja llevar sin poner ningún impedimento. Es la recompensa por aguantar tanto sufrimiento y sus besos son la perfecta cura.
Abre la boca con ansias, robándome toda la respiración y mi lengua se introduce sin permiso hasta que choca contra la de él. Entonces es cuando se forma una bonita lucha de la que ninguno esta dispuesto a perder. Amo a este hombre, lo amo y me encantaría proclamarlo a los cuatro vientos. Ahora estoy un poco ocupada y es imposible pronunciar alguna palabra, así que demuestro mi amor rodeando su cuello para pegarme más a él.
Pero como todo principio tiene su final, este llegó demasiado pronto y no porque ambos lo quisiéramos sino que un gruñido desde la entrada provocó que parasemos y nos soltásemos de inmediato.
- Interrumpo algo?.-
- Hola hermanito!.- lo saluda Damon con su clásica tirantez.
Era Stefan e inicialmente no me reconoció hasta se fijó en mi y casi se le salen los ojos de sus órbitas.
- Pero que coño...- viene hasta nosotros.- Elena?. Que hace aquí Damon?.- le pide explicaciones enfadadísimo con su hermano.
Oh, oh... Esto no pinta nada bien y siento como la tensión se corta con cuchillo. En parte mas por Damon que aprieta los puños y lo mira como si fuese a matarlo. Ya comprobé en la zona viva que no mantenían la mejor relación de hermanos del mundo, pero creía que con sus recuerdos de vueltas habría mas cariño de por medio.
Elena tiene que alejarse cuando un enfadadísimo Stefan se enfrenta a su hermano mayor para pedirle explicaciones. Damon parecía que iba desatar el infierno en la tierra de un momento a otro y daba la impresión que ambos terminarían por llegar a las manos si nadie los paraba.
- Él no me ha traído, Stefan. Yo fui la que traspasé el muro.- confiesa ella para mantener la paz.
- No me jodas!.- se echa las manos a la cabeza.- Y como una humana adolescente puede traspasar el muro como se le viene en gana, eh?.- le sigue recriminando a Damon.
Este duda en silencio si partirle la cara a Stefan por mantener secretos con Elijah o por el contrario dejarlo estar y pasar de él como siempre.
- Eso deberías preguntártelo a ti mismo.- opta por la segunda.- Yo he estado ausente todo este tiempo, recuerdas?. Eras tú el encargado de la seguridad.-
Stefan no tiene derecho a replica y se calla por un momento, pero solo por un momento.
- Damon...- relaja el tono.- Por favor, tienes que llevarla a la zona viva. No puede quedarse. Esto puede ser la gota que colma el vaso y como papá se entere...-
- Qué!. Volverá a castigarme con la desecación como la ultima vez?.- le espeta con rencor.- He pasado por todo en esta vida Stefan y ya no le temo a nada.-
- Si, ya veo...- da por perdida la discusión y entonces dirige su mirada a Elena.- Y tú que pretendías al venir hasta aquí?.-
La chica agacha la cabeza avergonzada por no tener respuesta a esa pregunta. Verdaderamente se arrepentía de cruzar la linea que separaba ambos mundos y sobre todo que en el proceso haya perdido a sus amigos. Pero lo ultimo que haría seria desmoronarse. Una porque hay que actuar rápido para buscarlos y dos, ahora sabe que su madre está viva y ese motivo es suficiente para continuar con esta locura.
- Ya la interrogaras en otro momento.- le corta Damon conforme agarra a Elena de la muñeca.- Ahora voy a disfrutar de la fiesta con mi flamante acompañante. Por si lo quieres saber tú no estas invitado.- tira de ella como si fuera un muñeco de trapo para una puerta que había al lado del ascensor de la entrada.- Ah!. Quiero mi piso a partir de mañana. Recoge tus cosas y quédate donde quieras menos aquí!.- dice mientras se introduce en ese cuarto que daba a unas escaleras de emergencias.
La chica no le dio tiempo ni a despedirse de Stefan que ya estaba bajando los escalones con apuros por los altísimos tacones que llevaba.
- Damon, mas despacio o me voy a matar!.-
- Argggg.- gruñe cansado de tanta queja y la alza en volandas para bajar con ella a cuestas.
Elena pega un grito por verse de repente que la sostenía en peso e instintivamente lo rodea por el cuello con sus brazos quedando a poca distancia de su hermosa cara. En shock aun por el recuerdo de ese beso que se han dado, le había borrado todo el sentido común que le quedaba de un plumazo y ahora no tenia idea de como recuperarlo.
- Estas bien?.- le pregunta ella preocupada.
- Yo siempre estoy bien princesa.- rompe con la seriedad que mantenía por el enfrentamiento con su hermano.
- Acabas de echar a Stefan de tu casa.-
- Bah! Eso?.- resopla sin darle importancia.- Son solo riñas de hermanos. Deberías de entenderme, tienes uno.-
- Ya, pero yo no miro a mi hermano así.-
- Como?- capta toda su atención. Estas conversaciones tan banales lo entretienen.
- Como si le hayas perdonado la vida.-
Termina de bajar el ultimo escalón y la deja en el suelo, pero manteniendola siempre junto a su cuerpo.
- Hemos pasado muchos siglos en esta tierra juntos y ganas no me faltan de matarlo, créeme.- explica escueto.- Pero a pesar de nuestras diferencias, es de mi sangre y la única constante que tengo en esta larguísima eternidad.-
- Y siempre os tratáis así?.-
- Son etapas. Este siglo es que me tocaba odiarlo.- entona cómico.
- Vale...- ella no pretendía inmiscuirse en la relación que mantenía con el hermano. Bastante tenia con lo suyo y prefería no indagar en ese tema ya que Damon tampoco se lo estaba tomando muy en serio.
Cuando se dispone a desenroscar sus brazos del cuello de Damon, este la detiene y los deja donde está.
- Me gusta tenerte así. Cerquita.- ahora él rodea con los suyos la cintura de la chica y se balancea un poco.
Elena solo puede morderse el labio para no volver a caer en la tentación.
- Damon, no puedes volver a besarme.- no sentía lo que decía, porque realmente le encantaría seguir probando de esos dulces labios que la llevan a la locura. Pero está jugando con fuego y podría quemarse en cualquier momento si no pone remedio.
- Acaso no te ha gustado?.-
El muy listo se hace el irresistible al saber a ciencia cierta que ese beso le ha hecho temblar hasta las patas de pajarillo que tiene y ahora mismo el alterado latir de su pequeño corazón le indica que se muere porque lo repita.
- Claro que si.- es sincera. No puede tapar con un dedo la luna.- Pero no eres tú.-
- Si que soy yo, pero... una versión mas mejorada.-dice presumido.
- No. La persona a la que quise nunca propondría un trato para recuperar a mi madre y a mis amigos. La persona a la que quise cumpliría la promesa que me hizo. Porque eso es lo correcto.- aprovecha el ambiente de confianza que mantienen para decirle todo lo que piensa.
A Damon le corta totalmente el rollo y relaja la presión de sus manos en la cintura hasta soltarla. Entonces Elena tambien baja los brazos y toma un poco de distancia.
- Bueno, alégrate de que por lo menos te lo haya propuesto. Las otras no han tenido esa oportunidad.-
- Oh, que privilegio. Muchas gracias- le comenta irónica.
A Elena es nombrarle a las otras chicas y ponerse los bellos como escarpias. Todo era muy enigmático, porque ninguno le explicaba en que consistía eso de tener a adolescente encerradas en una casa ni para que las utilizaba y lo peor de todo, cuantas eran. Y parecía indicar que se quedaría con esa duda, ya que Damon no estaba por la labor de contárselo ahora.
- De nada. Ahora vamos que llegamos tarde.- abre la puerta para que ella pase primero.
Elena decide ignorar la bipolaridad de Damon, que de un momento a otro pasa de ser un encanto a un gilipollas total, y camina delante de él hasta salir a una especie de almacén. El largo y estrecho pasillo terminaba en otra puerta que se abrió para dejar entrar a Rose que cargaba entre los brazos unas cuantas botellas de champan.
- Hola chicos! Huy!.- casi se le caen.
- Espera que te ayudo!.- Elena acudió en su auxilio.
Estaba escandalosamente sexy con su corto y exuberante vestido morado. No tan distinguido como el de Elena, pero sí mas provocativo que el de ella.
- Muchas gracias Elena. Tengo que meter estas botellas para enfriarlas.- se pone derecha cuando Damon se coloca en frente.- Ya casi esta todo preparado Señor Salvatore.-
- Vale. Que te ayude Elena y luego la acompañas al balcón. Yo esperaré allí a que empiece todo.- ordena pasando por alto la opinión de Eena si le parece bien o no.- Por cierto... estas preciosa Rose.- le guiña un ojo cómplice.
- Si señor.- accede con una sonrisa bobalicona en la boca.
Lo que le faltaba a la Elena por ver. Ese coqueteo que Rose se trae Damon la enervan tanto que no puede disimular su disgusto frente a ella.
- Sueles llevarte muy bien con tu jefe, no?.- pregunta una vez que Damon se ha largado.
- Bueno sí, pero no considero a Damon mi jefe.-
- A sí, se me olvidaba que era vuestro líder.-
- Él es el líder de los vampiros, pero para nosotras es algo más que eso.-
- A que te refieres?.- contiene los celos a duras penas.
Viniendo de este desconocido Damon del que se esperaba lo peor, se tomó esa respuesta en un contexto totalmente sexual y al final en vez de ayudarla a trasportar las botellas lo único que le entran ganas es de partirle una en la cabeza por ser una gran zorra y atreverse a tocar a su hombre. Luego recuerda que de ese hombre ya queda poco y se le pasa la mala ostia.
- Pues no sé. Me gustaría decir que tenemos una bonita amistad.-
- Damon te considera su amiga?.- no se tragaba esa excusa.
- Bueno...nunca me lo ha llegado a decir, pero nos conocemos desde hace muchos años y quiero creer que sí.- afirma muy convencida y alegre.
La simple convicción de caerle bien al vampiro era todo para ella.
- Ok.- algo mas relajada al darse cuenta de que entre ellos al parecer no existe nada mas.
Por ahora dejaría el tema aparcado hasta nuevo aviso mientras continua pensando en esa exagerada devoción que Rose siente por Damon. En este momento era una gran tontería discutirle su lealtad, porque estaba claro que ella nunca lo traicionaría.
- Oye, la discusión que habéis tenido antes ha sido bastante fea. Damon no debió decir eso de tu padre.-
- Ya. Está mas guapo calladito.-
- Y la bofetada que le has dado ha sido espectacular...- alucina entre risas.- Los tienes muy grande, Elena. Enhorabuena!.- le sonríe cómplice porque sino fuese por las botellas que sujetaban la abrazaría.- Hay veces que se merece que lo bajen a la tierra de vez en cuando a ese capullo.-
Elena pensaba que le tendría un respeto máximo y que las bromas sobre él no estaban permitidas, pero en cambio Rose se pone de parte de ella y encima le aprueba su comportamiento.
- Gracias.-
- Espero que no haya tomado represarías contra ti.- le inspecciona el cuello y las muñecas cuando entran a la cocina y dejan las botellas sobre una mesa de acero.
- No, él...- recuerda el beso y se dice a si misma que ojala toda las represarías fueran así.- No me ha hecho nada.-
- No lo tomes en cuenta. A veces se le va la pinza, pero no te quedes con esa imagen de prepotente e imbécil con la actúa. Cuando quiere es todo un amor.-
- Sí, ya...- sintiendo aun su regusto en la boca, de eso no le cabía duda.- Bueno y luego de la fiesta qué?. Nos llevan otra vez a esa cárcel que tu llamas hogar?.- proseguía con su investigación del entorno.
- No es una cárcel. Cuando nos conozcas a todas te va encantar te lo juro.- abre las neveras y va metiendo las botellas.- Y a nosotras si nos llevaran, pero a ti no sé.- se encoge de hombros mientras cierra las neveras y se queda con una en la mano.
- Como?. Y yo donde me quedo yo?.- era una incertidumbre hasta donde dormiría.
- Pues como es tu primer día supongo que Damon querrá que te quedes en su casa.-
- Para qué?.- a Elena se le viene a la cabeza aquel cajón rojo del placer que abrió sin querer en su vestidor.
- Mira Elena, no puedo contestar a todas tus pregunta. Algunas porque no se su respuesta y otras porque Damon es el encargado de contestarlas. No me metas en problemas, por fiss.- le pide con toda amabilidad.
- Esta bien...- la deja estar por el momento.
- Te veo nerviosa y eso si que la sangre de vampiro no lo quita.- pasa su mano por el brazo de la morena.- Pero tengo un remedio.- se le forma una sonrisa maliciosa en la cara y saca algo de su apretado escote.
Rose planta delante de los ojos de Elena un cigarrito muy fino y llevándoselo a la boca lo enciende con un mechero que saca del mismo sitio.
- Eso es... droga?.- pregunta inocentemente.
- Droga natural querida. Toma, te relajará un montón.- se la ofrece.- Es marihuana.-
Elena como todo lo que le dan es reticente a cogerlo, pero no parecía nada peligroso y necesitaba calmarse antes de ir con Damon de nuevo. Saber que va pasar toda la noche en su casa la inquieta.
- Nunca he fumado.-
- Siempre hay una primera vez.-
Lo coge y le pega un calada que la hace toser exageradamente. Definitivamente el bourbon y los porros no era una cosa que le fascinara.
- Dios, está asqueroso!.- se lo devuelve.
- Tranquila.- Rose se sienta sobre la mesa.- Fuma!. Con esto lo veras todo desde otra perspectiva.-
Pasados unos cuantos minutos ambas ya estaban chispeantes y se reían a carcajada limpia por cualquier cosa. Eso acompañado de que abrieron la botella de champan y se bebieron dos copas cada una les había provocado un pequeño colocón.
- Dios!. No había visto jamás en estos 23 años de vida que alguien se atreviera a pegarle a Damon. Y en su primer dia!.- se echa a reír llevándose la mano al estomago.- Ya entiendo lo que ve en ti.-
- Venga ya... El qué?. Si solo me ve como una bolsa de sangre con la que saciarse.- últimamente es lo que se repite continuamente en la cabeza.- Este Damon solo me quiere para eso.-
- Jum... por qué no paras de llamarlo ``este´´ Damon?. Hablas de él como si fuese dos personas diferentes.- le entró la curiosidad a Rose.
- Porque este no es el Damon que yo conocí.- le confiesa y toma un largo sorbo de la copa para continuar.- Ese Damon, mi Damon no se parece en absoluto a este narcisista y niñato que nos está esperando.-
- Hablando de esperar!.- se baja rápidamente Rose de la mesa.- Creo que nos hemos entretenido demasiado. La fiesta estará a punto de empezar.- le entra la prisa.
- No es para tanto. Con lo superior que se cree a nosotros no se dará ni cuenta.- Elena había conseguido estar de lo mas relajada gracias al porro y como que no le daba importancia al retraso.
- Tienes que estar con él cuando se presente ante su gente. Eres su flamante cita de esta noche.-
Con prisas, le quita la copa de la mano a Elena y arrastra con ella hasta el pasillo y guiarla hacia unas escalerillas de caracol con una puerta roja arriba.
- Es ahí. Suerte!.-
- Y tu donde vas?.-
- Yo tengo que trabajar. Luego nos vemos.- se despide con un beso.
Una vez que se ha ido, Elena sube despacio los escalones y al llegar a la puerta se queda mirando por unos segundos el pomo sin decidirse a entrar.
POV Elena
Abro la puerta y entro a una especie de balcón cerrado por unas cortinas. La decoración del sitio me pareció bastante ostentosa para mi gusto, pero no era fea. Eso sí, sobre una mesa había alcohol para emborrachar a un regimiento y solo tenia de mobiliario un par de butacas del mismo color que la sala. Damon estaba sentado en una de ellas de espaldas y un chico rubio vestido de camarero le servia a su lado una copa. Pronto vino a por mi y me pregunto si quería algo de beber. Como me había quedado con mas ganas de champan después de la copa que me he tomado con Rose, pido otra.
- Un Dom Pérignon?.
- Me vale.- no tengo ni puta idea, pero acepto ignorante.
Me quedo mirándolo cuando echa el liquido en el vaso. Era muy joven y aunque iba bien uniformado, su cara estaba algo demacrada por lo que supe de inmediato que era humano como yo.
- Gracias.-
- De nada señorita.-
El chico se retira no sin antes pedirle permiso a Damon y cuando sale por la puerta, este se levanta de su asiento rápidamente.
- Habéis tardado mucho. Donde estabais?.-
Pufff, que posesivo...
- Perdón, es que al final la he ayudado llevar mas cosas.- me invento cualquier escusa.
- Has fumado marihuana?.- viene peligrosamente hacia mi.
Mierda!. Su poderoso olfato de vampiro hacen prácticamente imposible que le oculte nada.
- Rose me ha dado de fumar un par de caladas para que me calme.- confieso esperando no meterla en problemas.
- No creo que la hierva y el alcohol combinen muy bien.- no se lo toma a malas.
Entonces es cuando me atrevo a contrariarle...
- Que me tengas retenida en contra de mi voluntad no quiere decir que mandes sobre mi. Aun no eres mi dueño Damon y voy hacer lo que me da la gana hasta entonces.- se lo dejo claro desde ya y tomo un gran sorbo de mi copa.
No acatare ninguna orden que vaya en contra de mis principios o de lo que quiera hacer. No se lo pondré tan fácil.
- Tú lo has dicho princesa. Aun.- curva la sonrisa.- Y te aseguro que no pararé hasta conseguirlo.-
Joder, ya esta otra vez con el coqueteo. Es que acaso no puede mantener una conversación adulta y madura sin ponerse tan condenadamente sexy?.
- Ok. Digamos que hipotéticamente eres mi dueño para toooda la eternidad. Tendré que conocerte mejor, no?- voy a intentar ponerlo en un aprieto y chincharlo como él hace conmigo. Aparte de intentar centrarme en lo que me compete y no en su proximidad- Si eres una versión mejorada como te proclamas cuéntame algo sobre ti. Porque que tendrás millones de bataliitas que contarte con la edad que tienes.- me paseo por el cuarto bebiendo de mi copa y así pongo un poco de distancia.
Estoy muy acalorada y eso no es bueno...
- Y que edad crees que tengo?.-
- No sé. Supongo que debes de ser muy mayor para ser el líder de los vampiros americanos.-
- Si que sabes cosas.- se deja caer sobre una de las mesitas. Cruzando los brazos, vuelve a repasarme con esa sátira mirada y sin poder controlarlo me sonrojo.- Supones bien. Contra mas tiempo lleves viviendo en la tierra más posición obtienes. Aparte soy un excelente comandante.- añade presumido.
- Perfecto, aparte de viejo eres un creído.- pongo los ojos en blanco harta de su despotismo.
Suelta una carcajada y no es lo que pretendo maldita sea...
- Soy mas que eso, princesa.- se levanta de la mesita y camina para una de las butacas hasta sentarse.- Llevo en este mundo como unos mil años. Mi familia proviene de la estirpe original.-
Casi se me cae al suelo la mandíbula ante tal revelación. Como que estirpe original?. Quiere decir eso que son los primeros vampiros?.
- Pero esa historia la dejaremos para otro momento. La fiesta está a punto de empezar.- se prepara concienzudo en su asiento.
Y nada mas decirlo tras las cortinas se escucha el estruendoso sonido de la música. Como si hubiese dado la orden con la mente.
- Y yo que se supone que tengo que hacer?.-
La sensación de relax que me produjo la marihuana se desvaneció y mis nervios volvieron a resurgir.
- Solo sentarte a mi lado y ser la mejor acompañante del mundo.- me indica extendiendo su brazo que tome asiendo.
Le hago caso, que remedio, y me aproximo al pomposo y acolchado butacón de color rojo y dorado. Cuando voy a sentarme y permanecer como un mustio jarrón a su lado él recoge mis muñecas y no deja que pose mi trasero poniéndose de pie. Intenta amedrentarme con su desafiante cercanía, pero esta vez voy hacer todo lo posible para que no termine como la ultima vez.
- No te atrevas a besarme.- le digo aunque me muera de ganas por que lo haga.
- Por supuesto que me atrevo, pero lo mejor será dejarlo para mas tarde y esperar un poco..-
Psss, que chulo... Se creerá que me puede tener cuando a él le de la gana. Será desgraciado...
Conforme dobla la sonrisa, mira hacia las cortinas y estas caen del tirón dejando entrar una potente luz que nos enfoca hasta el punto de quedarme ciega si la miro fijamente. Aparto la cara hacia el lado que estaba Damon y observo que él si mira al frente sin ningún tipo de impedimento. Es más, suspira encantado y por primera vez noto la verdadera felicidad en su rostro.
- Damas y caballeros. - habla alguien desde abajo, pero que no logro ver al estar algo alejada del borde - Me complace informarles de que nuestro coronel, el líder de nuestro país, el que siempre nos guía hacia la victoria.. HA REGRESADO!. Demos todos el mejor recibimiento posible a nuestro Señor Damon Salvatore.- proclama a bombo y platillo.
Cuando lo nombran agarra mi mano y caminamos hasta que por fin me quito del medio la cegadora luz y descubro con estupor la masa de personas que tengo bajo mis pies. Luego vino un estruendoso aplauso y todo el mundo saltaba y tiraba confeti celebrando tal acontecimiento como si fuese el cuatro de Julio.
- Sonríe princesa. Es también tu presentación en publico.-
Yo no articulaba palabra alguna, solo miraba sorprendida al centenar de personas que nos vitoreaban con exaltación desde abajo. Lo idolatraban, de eso no cabía ninguna duda.
- Son todos vampiros?.- fue la primera pregunta que se me vino a la cabeza.
- Si.- saluda a la muchedumbre.- Menos el personal que es humano. Por cierto...- gira la cabeza hacia mi.- ... Bienvenida a tu nuevo trabajo. Espero que te aclimates lo mas pronto posible para que puedas empezar ya.- me suelta así, como quien no quiere la cosa.
- Perdona?.- estoy escuchando lo que estoy escuchando!?.- Quieres que trabaje de camarera?.-
- Por favor... si no sabrás llevar ni una bandeja.. No, te dedicaras otra cosa.-
- Como cual?.- le temo ante tanto misterio.
Pasa de contestarme y dirige la mirada hacia la gente ordenando que prosigan con la fiesta simplemente con un gesto de su mano. La estruendosa música empieza a sonar haciendo que dejemos de ser el centro de atención y todos los ojos fueran hacia ese par de cortinas que se abrían y que mostraba un escenario donde unas cinco chicas bailan sobre unas tarimas de forma provocativa. No me parecería del todo vulgar si no fuese porque veo como casi todo el publico, la mayoría masculino, las miran como si fuesen comida y lo peor vino cuando pude reconocer a un par de ellas. Eran Rose y Meredith que contoneaban orgullosas sus cuerpos frente a una masa de vampiros que las aclamaban revolucionados que se quitaran la poca ropa que llevaban. .
Elena monta en cólera y no puede permanecer por mas tiempo en la habitación. Quería que trabajase de striper para él?. Que se mueva como un trozo de carne delante de leones hambrientos?. Eso no lo podía permitir.
- Donde vas?.- la intercepta Damon antes de que llegue a la puerta.
- Quítate del medio o te juro que ...- arma el brazo.
- Ah, ah, eso no...- se lo baja.- He pasado por alto el guantazo de antes, pero jamás se te ocurra repetirlo.- entona amenazante.
- Eres un desgraciado. Pretendes que sea tu bailarina exótica de turno?. Vete a la mierda!.- tira para que la suelte la muñeca.
- Y tu eres una cabezona que no quiere entender en que posición estas ahora mismo. Los humanos en esta parte del mundo solo sois nuestros esclavos. Hazte a la idea.-
- Y si no me la hago?. Que pasa si no acepto?.-
- Da igual, porque nunca voy a dejar que te vayas.- revela sus verdaderas intenciones.- Estas en mi territorio y esta vez no voy a desaprovechar la oportunidad.-
- Entonces porque me has dado elegir si al pensabas retenerme para siempre.-
- Era un motivo para que aceptaras. Me gusta más cuando es voluntario.-
- Y es voluntario lo que esas chicas hacen para ti?.- las señala ofuscada.- Acaso las obligas?.-
- Claro que no. Yo las saco de la cutre vida que les depara y le explico cuales son las normas. Si aceptan, que lo hacen, yo las colmo con una vida plena y dichosa. Con toda clase de caprichos y lujos. No es lo que toda mujer quiere?.-
- Eso no es lo que quiero yo.-
- Ya... Y que es lo que quiere la princesita?.-
- Quiero que lo que me queda de familia este a salvo...- espeta exigente.- Quiero recuperar a mis amigos sin tener que intercambiar mi vida por la de ellos y quiero, quiero...- se traba angustiosa.
- Qué mas...- la anima a que termine.
- Quiero que vuelva el hombre del que me enamoré!.- saca al fin todo lo que se estaba guardando.- Necesito que ese hombre aparezca y me diga que cumplirá con lo que prometió. Amarme para toda la eternidad.- intenta invocar lo que quiera que sea que haya dentro de ese ser y pone la mano sobre su corazón.- Lo que tuvimos existió y una parte de ti lo sabe. No lo niegues.-
Damon está como que no va con él la cosa y le baja la mano hasta cortar todo contacto. Le importa poco lo que ella puede querer o necesitar. Por lo menos es lo que aparenta.
- Y no lo niego. Te juro que olvidar ese recuerdo de ser una simple mascota que alimentar y cuidar me perseguirá para siempre.-
- Te quejarás...- le reclama con un manotazo en el brazo por desagradecido.- Tanto te horroriza haber vivido con nosotros?. Acaso no te tratamos bien?.-
- Si. Claro que si. LA estúpida amabilidad humana.- se le escapa una carcajada.- Somos enemigos Elena. Debiste matarme nada mas verme.-
- Creo que te olvidas de que te dispare en la cabeza nada mas conocerte.- le recuerda obcecada en hacerlo reaccionar.
- Ya, pero yo te ordené que me dieras en el corazón!.- se enfurece hasta cogerla por los brazos y siente como sus colmillos se afilan bajo sus labios.
Para Elena todo esto era contradictorio y confuso. Estaba enfadado porque su familia les causo buena impresión? Y a que se refería con lo que le había ordenado. No entendía nada y sus venas vibrando bajo sus ojos y el brillo de los colmillos la intimidaban tanto que no podía centrarse en esas preguntas que se hacia.
- No me das miedo.-
- Deberías de tenerlo niña estúpida. Soy el ser mas mortífero de la tierra y puedo matarte en un pestañeo.-
- Pues venga. A que estas esperando?.- lo empuja hasta hacerlo retroceder un paso.- Vamos!. No puedes hacerme mas daño ya.- le grita, menos mal que con la música tan alta nadie escuchaba la pelea tan acalorada que estaban manteniendo.
- No me provoques!.- alza el dedo en una advertencia y su visión ya es opaca.
La rebeldía de la chica lo estaba poniendo contra las cuerdas, pero no quería morderla, aquí no.
- Que pasa Damon?. Ahora eres tú el que tiene miedo?.- vuelve a empujarlo.
- El miedo es un sentimiento y últimamente ando muy escaso de eso...-
- Pero si que tienes ese instinto asesino, me lo acabas de decir. Demuéstralo!.-
Elena sigue desafiando a pesar de la trasformación en vampiro que estaba sufriendo y el final que podía tener aquello. Ya le daba todo igual, incluso si la mataba le hacia hasta un favor. Porque lo único que no quería era pasar el resto de sus días siendo un simple entretenimiento para vampiros.
- Estas jugando con fuego princesa y vas a quemarte.- da una ultima oportunidad.
- Solo eres un puto cobarde que habla demasiado!.-
Damon estalla ante tanto insulto, pero esta vez en vez de abalanzarse a su cuello y demostrarle quien manda aquí, lo hace contra sus labios y la besa apasionadamente. Se había quedado con más ganas después de que Stefan los interrumpiera y ahora que estaban solos en la privacidad del balcón iba a saciaciar el otro tipo de sed que tiene.
A Elena como aquella vez tampoco le da tiempo a reaccionar y de pronto se encuentra con la lengua del vampiro metida en su boca. Luchando por entrar y ella luchando por que no entre.
- Para!.- intenta resistirse.
Es un trabajo inútil ya que él ejerce mas fuerza y rodea con su mano el cuello de ella para hacer mas presion entre los dos. Al final no le queda otra que abdicar ante la potencia del vampiro, porque no era el Damon que conoció por primera vez, eso estaba claro, pero besa igual y la sensación tan agradable que experimenta es comparable a tocar el cielo con la punta de los dedos. Hay alguien que pueda resistirse a eso?
Con la intensidad del beso, Damon se lleva a Elena contra la pared y allí acaricia ansioso su cuerpo parándose en sus voluptuosas nalgas. Apretando una de ellas con demasiada ímpetu rasga el vestido y ella se queja del pellizco que acaba de sufrir en el culo.
- Auch!. Pero qué?.- detiene a Damon cogiéndolo por el mentón y observa avergonzada la posición tan comprometida que estaban compartiendo. Ella estaba casi en volandas y con la falda totalmente subida hasta la cintura. El punto de inflexión fue ver el vestido roto y rápidamente la sangre se le volvió a subir a la cabeza. La deseaba por una cosa, se lo había dicho ya, pero ella como una tonta volvía a caer. - Aparte de ser el monigote con el que entretienes a tus amigos, también seré tu entretenimiento personal, no es así?.-
- Lo vas captando...- guiña con el ojo divertido.
Al intentar retomar el contacto, Elena lo repudia con un golpe en el pecho y lo aleja de ella.
- Que te pasa?.- Damon no se lo toma a malas de primeras.
- Dijiste que me querías...- murmulla muy bajito.- Que yo era lo mejor que te había pasado en esta vida...- levanta un poco mas el tono.-..., que nuestro destino era estar juntos. Se lo dijiste al mundo, me lo dijiste a mi...- su voz se desgarrada.- Que pasa con eso?. Se supone que tengo que olvidarlo?.
- Ojala no hubiese dicho esas cosas. No era yo... y bueno, ese tonto del que te enamoraste nunca volverá. Así que sí. Tienes que olvidarlo.-
Su consentimiento machaca las pocas esperanzas que le quedaban a Elena y ya no puede luchar mas contra lo inevitable. Este Damon no quiere que se le recuerde como el chico inocente, amable y asustadizo que llegó perdido a Mistic Falls. Tampoco quiere que le tenga el mas mínimo sentimiento de amor. Solo busca que lo idolatren y le sirvan como a un rey.
- Vale... Entonces necesito saber una ultima cosa y te dejaré en paz.-
- A sí?. Dudo que tenga esa suerte. Que gano yo al contestarte?.-
- Aceptaré quedarme contigo. Seré tuya para siempre...- le reitera con amargor. Su vida a partir de ahora estará vinculada a la de él.
- Que cosa... A ver...- se cruza de brazos esperando la pregunta.
- Dentro de esa coraza de vampiro sin humanidad, debajo de todo ese despotismo y vanidad...- hace una pausa conforme da un paso hacia él y lleva la mano hacia la mejilla acariciando su pálida piel.- Sigues queriéndome?. Existe algún otro sentimiento que no sea el deseo por mi sangre?.- si va a embarcarse en este viaje quiere saber a lo que atenerse.
Damon no contesta inmediatamente, se lo piensa por unos segundos y traga antes de responder.
- Existe algo...- los ojos de Elena se llenan de ilusión.- Pero nada de lo que quiero de ti concierne al amor. Ese sentimiento desapareció el mismo momento que recuperé mis recuerdos.- y rápidamente rompe con sus esperanzas.
- Entonces... Ya no me amas?...-
- Lo siento princesa.-
Elena retira la mano y encaja su negativa con mucha pena. Tanta que se tiene que apoyar en la pared para detener el dolor que siente en su pecho. Como si el corazon se le partiera en mil pedazos. No la quiere, no tiene el mas mínimo sentimiento hacia ella y hacia todo lo que pasaron juntos. Porque para él solo era una bolsa de sangre y un simple entretenimiento para su aburrida eternidad.
CONTINUARÁ...
Mil gracias por la paciencia!. Espero que os haya gustado. Nos vemos en el siguiente ;)
