POV Elena
Me tumbé sobre la cama hecha un ovillo y rota de dolor no pare de llorar hasta que me quedé dormida. Cuando desperté no sabia ni que hora era ya que las cortinas del cuarto seguían corridas y estaba todo oscuro. La verdad es no tenia ganas de plantar un pie fuera de estas cuatro paredes y afrontar el rechazo al que me he visto sometida. La humillación que he pasado ha sido la peor de mi existencia, pero no puedo esconder la cabeza bajo tierra y avergonzarme por algo de lo que no he tenido ninguna culpa.
Pues claro que has tenido la culpa Elena. Quien te manda a caer en sus enredos?. Te acuestes con él o no nunca conseguirás que su humanidad regrese si no quiere.
Me doy ánimos para levantarme y llego hasta las cortinas para abrirlas y que entre algo de luz por las ventanas. Anoche no presté demasiada atención a lo que me rodeaba, pero al verlo con mas claridad compruebo donde estoy. Con otro estilo mas sencillo que la decoración del ático, esta habitación de Damon si resultaba más acogedora. Todo era de madera cobriza y los libros se apilaban al lado de una chimenea incrustada en la pared principal. Eso sí, no encontré ninguna foto o algo que me pueda dar una pista de su pasado. Da igual, lo que me hizo anoche fue la gota que colmó el vaso y este tío ya no se merece ni una pizca de mi amor. Por mi se puede ir a la mierda muy gustosamente.
Como no traía otra cosa, continuo con la ropa de ayer y solo tengo que acicalar un poco el cabello para prepararme para salir. Me da igual si me encuentro con Guiseppe u otro vampiro. Lo que no voy hacer es estar encerrada hasta que alguien se digne aparecer.
Todo estaba en silencio y no me topé con nadie por el camino por lo que supuse que estaban durmiendo. Intenté ser sigilosa y salir de la casa en dirección al establo. Nada ni nadie mejor para consolarme que Crow. Verlo me reconfortará y apaciguará algo mi tristeza.
- Hola chico!.- lo saludo cuando llego a su cuadra.
Crow relincha y zapatea moviendo tambien la cola como si fuese un perrito que acaba de ver a su dueño. Le falta saltar.
- Como esta mi niño?. Parece que te alimentan bien.- me fijo si tiene todo lo que necesita.- Me encantaría sacarte de aquí y dar una vuelta. Como cuando cabalgábamos por los prados de Mistic Falls, recuerdas?.- pregunto como si me fuese a responder mientras acaricio su hocico.
- Lo puedes coger cuando quieras.- y de repente obtengo una respuesta de una voz masculina a mi espalda.
Lo primero que provoca es que me asuste, pero luego al ver quien era se me pasó rápidamente.
- Stefan.- me llevo la mano al pecho.- Casi me da un infarto. Creía era tu padre.-
- Perdona, no quería asustarte.-
- No, lo siento yo. Sé que no debería de estar aquí, pero me aburría en la habitación.-
- No pasa nada. Mi padre se ha ido hace rato a una reunión en la cuidad. No está.-
- Que ha pasado al final?.-
- Nada. Solo quería hacerle pagar a Damon por su desaparición estos meses. Intuye que el problema con los humanos puede venir por eso, pero no le ha dado más importancia.-
- Pues no está muy equivocado. Pero tiene una manera muy particular de castigarle.-
No es que me queje porque le baje los humos a Damon de vez en cuando, pero los métodos del viejo dejaban mucho que desear.
- Pssss, si yo te contara... Solemos llevarlo todo al extremo.- no entra en más detalles.- Bueno...y donde está? Como que mi hermano te ha dejado venir sola?. Que extraño.-
Pssss, si yo le contara a él...
- Creo que se ha ido y sinceramente me da igual. En lo que a tu hermano respecta se puede ir a la mierda si le apetece.- espeto con rencor.- Solo quiero irme a casa.-
Me refería al puti-club donde estoy retenida, pero donde por lo menos está Caroline.
- Que te habrá hecho?.- se ríe ante mi enfado.- Pero te he escuchado antes. No quieres darte una vuelta con el caballo de Damon?.-
- Me gustaría mucho, pero quiero irme antes de que tu padre regrese para evitar problemas.- por no decir que no quiero verme envuelta de nuevo en otro lío.- Y no es el caballo de Damon. Es mio.- le aclaro.
- Te lo ha regalado?.- se sorprende.
- No. Lo encontré yo hace unos meses por los alrededores de Mistic Falls. Traspasé el muro con él. Damon solo lo trajo aquí.-
- En serio?.-
- Ahm si...- no tenia porque mentir.- Por qué?.-
- Por nada.- frunce el ceño pensativo.- Entonces quieres que te lleve?.-
- Si me haces el favor...-
- El problema es que no tengo el coche aquí, pero sé de alguien que me puede dejar el suyo. Creo que seguirá en la mansión.-
- Quien?.-
No me hizo ni puta gracia quien sugirió inicialmente, pero no me quedó otra que entrar de nuevo con él en la mansión sino quería quedarme sola en la entrada y arriesgarme a encontrarme con Guiseppe.
Fuimos hacia el otro ala de la casa, era enorme y tardamos como unos quince minutos en llegar a nuestro destino. Supongo que Stefan se lo hubiese recorrido en un santiamén, pero tuvo el gran detalle de ir a mi paso.
- Rebeckah te caerá bien. De todos nosotros es la que tiene mejor corazón. Bueno, es la única que tiene corazón.- rectifica riéndose de su propia broma.- Es como nuestra hermana pequeña.-
- Pues tu hermano tiene una manera muy particular de mostrar ese cariño fraternal que le procesa.- contesto resentida al acordarme de ese beso de tornillo que compartieron frente a mis narices.
- Los vampiros solemos magnificar por todo por diez. Si han sidos efusivos perdónalos. Hace tiempo que no se ven.-
A mi me importa un pimiento si hace tiempo que no se ven y que no me vendan la moto de que son como hermanos, porque yo no saludo así al mio. Dios!. Es que me da fatiga nada mas pensarlo y con la explicación de Stefan me da todavía mas. Aunque lo que verían mis ojos a continuación antes de que él tocara a la puerta ya seria totalmente vomitivo y algo que me rompería el corazón.
POV Damon
- Estas lista ya?.- le pregunto a Rebeckah que salia cambiada del baño.
Yo intentaba arreglar la camiseta rota por todos los medios, pero lo dejé por imposible al no quedar ni un botón. Bah! La dejare abierta y cogeré una del mi armario cuando vaya a por Elena a mi habitación.
- Si, ya estoy. Que pesado!.- sale con un fruncido vestido que se baja cuando llega a mi.
- Tardas una eternidad en arreglarte y quiero irme ya de aquí.-
- Si no te diera por tenerme despierta hasta las tantas nos hubiésemos ido antes.- recrimina colocándose el ultimo zapato.
- Ah, una cosa. Esto no lo cuentes a nadie.-
- Me ofendes gilipollas.- me golpea en el brazo.- Crees que porque todo el mundo te traiciona yo voy hacer lo mismo?. Siempre estoy a tu lado.-
- Es verdad.- le doy la razón un poco arrepentido.- Perdona chiquita.- tomo el pomo de la puerta para abrir mientras me inclino para besarle en la mejilla por ser la mejor amiga del mundo.
Nadie me entiende como ella. El rato que hemos pasado me ha servido para darme cuenta de muchas cosas y ordenar mis prioridades. Es la mejor en resolver problemas sentimentales sin duda...
En décimas de segundo, cuando ya me separo de Rebeckah y ambos nos dejamos de mirar para salir, nos topamos con Stefan y Elena se presentan ante nosotros con cara de asombro. La de Stefan al menos, porque la de Elena era... era...
- Elena...- pronuncio en un anhelo cuando veo que le cae una lagrima de la mejilla.
Pronto pondría los ojos sobre Rebeckah y vi como en su mente ataban cabos precipitados.
- Que hacéis ustedes dos juntos?.- las preguntitas de Stefan no ayudaban.
- Elena no...- yo paso de todos y le respondo a ella.- No es lo que parece.- después de haberla rechazado anoche estará herida y seguro que se cree cualquier cosa.
Ella respira hondo y con una expresión inescrutable parece que por fin va hablar.
- Stefan me podrías llevar a casa por favor?.- me aparta la mirada como si le diese asco.
- Si... Rebeckah me dejas las llaves del coche?.-
- Claro!.- la rubia las saca de su pequeño bolso y se las entrega.
- Ahora vuelvo.- nos advierte mi hermano alzando su dedo acusatorio y se va con ella.
Yo me quedo inmóvil. No soy capaz de reaccionar ante el dolor que le estoy causando.
- Me puedes decir que estas haciendo?.- siento que Rebeckah me golpea otra vez.- Por qué te quedas como un pasmarote y dejas que piense que nos hemos acostado?.-
- Y tu porqué no has dicho nada?.- le recrimino.
- Yo?. Prometí que no diría nada de lo que ha pasado dentro. Estoy cumpliendo mi palabra.-
Chica lista!. Rebeckah una vez más me pone en mi sitio.
- No se que coño me pasa. No paro de cagarla y la verdad que ya no se que hacer para que me perdone.-
- Dale todo lo que quiere y convencela para que se quede a tu lado.-
- Elena nunca se quedará voluntariamente.-
- Y prefieres tenerla bajo chantaje?. O que sea una mas de tus chicas hasta el día que se muera?. No es lo quieres Damon. Me lo dijiste anoche.-
Sus argumentos me dejan en evidencia y dudo en como actuar porque haga lo que haga, tire para donde tire, sé que la voy a perder y no estoy dispuesto a pasar por eso otra vez.
POV Elena
El mundo se desquebrajaba bajo mis pies mientras intento por todos los medios no echar ni una misera lagrima por un capullo que no se las merece. Tampoco quería que Stefan se diera cuenta del dolor que estaba sufriendo e intenté ser lo mas correcta en el viaje de vuelta a la casa con las chicas. O por lo menos es lo que intenté aparentar.
- Ya llegamos. Estas bien?.-
- Estupendamente.- obviamente miento. Me quiero morir...- Solo necesito una ducha y comer algo. Estoy muerta de hambre.-
- Dile a Sage que te haga esas tortitas tan buenas. Le salen de buenísimas.-
- No somos precisamente muy amigas. Creo que no le caigo bien.-
- Es buena gente, pero últimamente está poco resentida con el mundo. Lo ha pasado mal.-
- Algo escuché de que la chica que antes ocupaba mi lugar era su amiga y tu hermano se deshizo de ella cuando te enamoraste de ella.-no es un tema que me importe mucho, pero sirve para distraerme de la tristeza que siento ahora mismo.
- Si que te han puesto al tanto.- deja de mirar a la carretera para guiñarme el ojo.- Tuve la osadía de estar con una de las chicas de Damon. Solo era un tonteo, pero...-
Oh por dios, esta versión es la misma que la de Elijah con Rose. Estos hombres...
- Ella te devolvió la humanidad?.-
- Creo que me estaba enamorando.- confiesa en un tono bobalicón.- Ese hechizo que tenéis las vírgenes es un castigo para nosotros y devuelve los sentimientos de sopetón.- yo lo veo más como una bendición.- Jenna en cambio pagó todos los platos rotos.-
- Perdona?.- acaba de decir Jenna?.- Que nombre has dicho?.-
- Jenna. Se llamaba Jenna.- repite un poco extrañado por el asombro que me causa escuchar ese nombre.- Damon se la llevó y no supe mas nada de ella.-
- No le preguntaste que hizo?.- dios mio no lo sabe.
- Pues claro, pero nunca me lo dirá. Y a veces prefiero no saberlo, porque si al final la mató yo ...- no termina la frase.
Definitivamente el amor que le tiene a su hermano es superior a cualquier cosa, pero quizás por una chica si puedan romper esa alianza.
- Y si te dijera que yo si lo sé.-
El frenazo que pegó hizo que casi me diera con el salpicadero sino fuera porque llevaba el cinturón puesto.
- Que es lo que sabes!?.-
Su desesperación me conmovió hasta el punto de no querer hacerlo sufrir más. Se lo notaba que seguía sintiendo por cosas por Jenna y que el mal nacido de su hermano se entrometió para separarlo. Stefan igual que yo somos de victimas del amor que tenemos por Damon y por eso siempre se sale con la suya sin ninguna consecuencia. Pues eso se acabó. Esta vez tendrá que enfrentar sus cagadas...
POV Damon.
Los consejos de Rebeckah retumban una y otra vez por mi cabeza. No voy a seguir a pie de la tabla todo lo que ha dicho, porque es mucho y en algunas cosas no estoy muy de acuerdo, pero si es verdad que tengo que arreglar este malentendido. Y como la palabra perdón no existe en vocabulario, haré que mi disculpa no pueda ser rechaza.
La tarde estaba en todo su apogeo y el sol traspasa totalmente los ventanales de mi ático. La vista era preciosa y estar de pie disfrutando de los rayos en la piel una sensación maravillosa. Después del remanso de paz, cogí las llaves de mi coche, un pequeño macuto que dejé en la entrada y salí en dirección a la granja de las chicas. Conduciendo para allá me iba imaginando el gallinero que seria eso. Con Elena contando su versión de los echos y poniendo a todo el mundo en mi contra. Pero no me importa, con lo que tengo planeado espero redimir todos mis pecado con ella.
- Hola!.- entro sin tocar. Es mi casa.
- Damon?.- como siempre la disparatada Mer es la primera en recibirme.
- Buenas chiquita.- le doy un tierno beso en la mejilla.
Provoco que se ruborice y suelte una risita vergonzosa mientras se acaricia el sitio donde le he dado el beso.
- Te echamos de menos. Ya casi ni te pasas por aquí.-
- Ya. Es que la visita de Guiseppe me tiene muy ocupado.-
- Entiendo. Quieres beber algo?.
- Ahora no. Necesito hablar con Rose.-
- No está. Ha ido con las chicas de paseo a la cuidad.-
- Quien las ha llevado?.
- Elijah.-
Maldito Elijah. Seguro que las ha sacado para pasar tiempo con su amorcito. Pero no me puedo centrar en eso, ya solucionaré ese problema mas adelante. Ahora lo que necesito es otra cosa y tanto Rose como Meredith me servían.
- Y tu porque no has ido?.-
- Me he quedado a cuidar Elena. No se encontraba bien.-
- Está enferma?.- todas mis alarmas se encendieron.
- No lo sé. Cuando la ha traído Stefan parecía muy triste y se ha encerrado con esa rubia en su cuarto. Creo que la pobre no termina de acostumbrarse a esta vida.- la compadece.
- Hazme un favor Mer.- me fijo que su ropa. Seguro que tienen casi a misma talla.- Prepara una maleta con algunas mudas para Elena. Yo iré hablar con ella.-
- Está bien. Suerte!.-
Subo a la segunda planta y tímidamente doy un par de toques a la puerta. No escuchaba ningún ruido en el otro lado, pero si la respiración y los latidos de un par de corazones humanos. Elena y Caroline debían de estar dormidas. Luego escucho unos pasos aproximándose y efectivamente la rubia abrió con los pelos todos enmarañados.
- Buenos días o ...- le enseño mi reloj.- tardes ya.-
- Qué quieres Damon?.- susurra saliendo al pasillo conmigo dejando la puerta encajada tras de sí.- Estamos cansadas y Elena destrozada por dentro. Eres un cabrón.-
Sin venir a cuento me insulta por toda la cara. Esto es el colmo!.
- No te metas rubia.-
- Si que me meto porque es mi amiga. No voy a dejar que le hagas daño.-
- Solo déjame que hable con ella.-
- No quiere verte y yo no voy a dejar que pases.-
- Por suerte no puedes oponerte. Aparta!.- ordeno mirándola fijamente y sin comprenderlo se hace a un lado.- No voy hacerle daño, no es lo que pretendo.- le explico antes de entrar a la habitación.
Dejé a Caroline fuera y caminando hasta la cama Elena permanecía completamente dormida y en un estado de relajación total. Parecía un angelito recién caído del cielo y no pude evitar pensar en la suerte que tendría si aceptase ser mi pareja para toda la eternidad. Verla cada mañana al despertar seria un sueño hecho realidad.
- Car?.- se remueve en la almohada y entre abre un poco los ojos.- Donde has ido?.-
No quiero asustarla y me quedo a sus pies esperando que mire en mi dirección. Cuando lo hace, los ojos casi se le salen de las cuencas y se reincorpora rápidamente con un gran susto en el cuerpo.
- Calma. No voy hacerte nada.-
- Que haces aquí?.- el susto se convirtió en rabia.- Porqué has entrado y donde está Caroline?.-
- Está fuera esperando. Solo dame unos minutos por favor.-
- No quiero escuchar mas tus tonterías Damon. Solo quiero que me dejes en paz.-
Sale de la cama muy indignada agarrando la bata que había sobre un pequeño butacón. Mejor así, porque con el camisón que vestía dejaba mucho a la imaginación y la mía es muy, pero que muy perversa...
- Solo escúchame un momento.-
- No.- se obceca en no dejarme hablar.- Porque por mucho que me digas no voy a creerte ni una palabra.-
- Esta bien. Entonces no diré nada, pero tienes que venir conmigo.- le pido conciliador.
Lo ultimo que quiero es tener otra disputa de las nuestras. Esas que no nos llevan a ninguna parte.
- Oh Dios mio dame paciencia!.- clama al cielo.- No te enteras. Déjame en paz.!- grita exasperada.
No me conoce y tampoco sabe que soy de lo mas pesado que te puedes encontrar. Nada va hacerme cambiar de opinión y, por lo civil o por lo criminal, va tener que acompañarme.
- La que no te enteras eres tú.- opto por ser autoritario, sí no me pongo así nunca accederá.- No te estoy preguntando o pidiendo permiso. Vas a venir lo quieras o no.-
Me gano otra mirada de decepción y ya van ... Da igual, en el fondo es por su bien y respetaré su deseo de no escucharme, pero no le va quedar otra que hacerme caso.
- No puedes obligarme.- se cruza de brazos como una niña caprichosa.
Instintivamente me fijo en su collar y curvo la sonrisa.
- No me hace falta.-
Voy hasta su posición agachándome para cargarla como un saco de patatas sobre mi hombro. Sus gritos para que la bajaran, igual que los golpes que me propinaba en la espaldas con sus pequeños puños no fueron suficiente impedimentos para sacarla de la habitación y bajar las escaleras con ella encima. A eso habría que añadirle también la dificultad de la cansina amiga persiguiéndonos y chillándome cerca del oído.
- Bajala Damon!.- vocifera la rubia.- Voy a matarte si no la sueltas ya maldito chupa sangre.-
Ese termino no me gustó un pelo e hizo reafirmarme en mi decisión. Me giro para enfrentarme a Caroline.
- Cállate y haz lo que se te ordene.- vuelvo a ejercer la compulsión mirándola fijamente.- No voy hacerle daño, así que mantente al margen. Volveremos en unos días.-
Sigo mi camino y cuando llego a la entrada ya está Meredith con lo que le pedí y sin entender nada de lo que está pasando. Pero no había tiempo para explicaciones y recogí la pequeña mochila que me ofreció mientras que con mi otra mano intentaba sujetar las piernas revoltosas de una Elena que no se estaba quieta. Se va librar porque estoy ocupado, pero con todo el gusto del mundo la daría unos cuantos azotes.
POV Elena
Maldito chupa sangre!. Pero que se cree?. Si no le era ya suficiente con lo que me ha hecho ahora se toma el derecho de tratarme como si fuese un saco de patatas. Tirándome en el sillón del copiloto de un coche, me abrocha hasta el cinturón y tengo que frenar las ganas de golpearlo cuando lo tengo a tiro. La situación era tensa y ambos estábamos exaltados y cabreados. Tal vez este golpe ya si me pueda salir caro...
- Matame ya, porque no voy a darte nunca lo que quieres.- le digo cuando se sienta a mi lado y arranca el coche.
- Esto no trata de lo que yo quiero, sino de lo que tu quieres.- contesta enigmático.
Y ya no abrió mas la boca. Todo el viaje se centró en la carretera y en el cambio de marchas manual de este antiguo cacharro donde íbamos montados.
El camino no fue muy largo, pero si muy incomodo. Al estar en absoluto silencio, solo nos quedaba nuestra alterada respiración de fondo y comencé a ponerme nerviosa. Todo porque no olvido lo de Rebeckah y creo voy a reventar en forma de reproche de un momento a otro. Pero por nada del mundo voy a mostrarme celosa. Lo que debería de hacer es demostrarle cuanto lo odio y que ya no voy a perdonarlo más.
- Ya estamos llegando.-
Como si eso me tranquilizara en algo...
- Donde vamos?.-
- Princesa, se paciente.-
Me toca el coño cuando utiliza ese termino y se lo dejo de nuevo claro.
- Que no me llames más princesa. Yo no voy a ser tu princesa ni tu reina ni nada.-
- Pero porqué no te gusta?. A los humanos os encantan esas cursiladas.-
- Pues porque así me llamaba Matt y lo odiaba. Te acuerdas de él?.-
Tuerce el gesto al nombrarlo y rueda los ojos.
- Vale, ya no te llamaré princesa...- accede mas relajado y divertido.
De verdad que no lo pillo. Creo que es bipolar.
- Contéstame. Donde vamos?.- repito.
- A un sitio.- no desvela nada.
- Y pretendes que vaya en pijama o qué?.- le enseño mis ropajes. Estaba en camisón, bata y descalza.
- No estaría nada mal.- mira de reojo la rodilla descubierta que mantengo cerca de las marchas. Es un asqueroso, le falta relamerse.- Tienes una mochila con ropa detrás.- gira el volante y sale al arcén de la carretera hasta detenerse.
- Que haces?.-
- Dejar que te cambies.- abre la puerta y sale del coche.
Camina hacia el maletero y se apoya dando la espalda y respetando mi privacidad. Vaya! Ahora le da por ser todo un caballero...
Una vez que ya me he vestido en condiciones le aviso de que ya estoy y entra de nuevo para continuar con nuestro camino. A saber donde nos dirigíamos, pero gracias a Dios el trayecto fue cortito. Pronto nos desviamos y entramos en una especie de finca en el que un par de portones de gran envergadura se abrían a nuestro paso. Luego varios arboles nos acompañaban por el recto carril que llevaba al gran caserón que se levantaba en el fondo. Damon aparcó en la entrada y salió del coche para rápidamente abrirme la puerta. Está demasiado amable y me hace sospechar... Que es lo que pretende?.
- Esto también es tuyo?.- al final va resultar que casi medio mundo es suyo.
- No. Es la casa de un amigo. En concreto de Finn Mickelson.-
Otro Mickelson?. Pero cuantos son!?.
- Pues que bien.- respondo con toda mi desgana. Escuchar ese apellido me producía arcadas.
- Pero que ven mis ojos!.- dice un tío saliendo del caserón.- Damon Salvatore visitando a viejos amigos.-
Supongo que él era Finn, aunque nada tenia que ver con la opulencia de sus hermanos en la manera de vestir. Su estilo era mas... hippie?. El pelo le llegaba a la altura de los hombros y su barba era prominente. Luego se notaba que trasmitía alegría por los cuatro costados y que a pesar de que es un vampiro algo me decía que tenia algo especial.
- Finn...- Damon se acerca a estrecharle la mano.
El en cambio tira de Damon y lo estrecha entre sus brazos.
- Cabroncete!. Hasta que te dignas aparecer.- celebra subiéndolo y bajándolo.
- Para ya!.- le pega un empujón para que lo deje.
- Vale, vale...- pone los ojos en mi.- Quien esta señorita tan guapa?.- pregunta tan simpático que me sacó una sonrisa.
- Ella es Elena.- nos presenta Damon.
- Elena?.- repite Finn mi nombre con sorpresa.- La Elena que...-
- Sí.- le corta Damon.
Que está pasando aquí?.
- Encantada guapa. Es un placer conocerte.- besa mi mano.
- Igualmente.- yo aun no estaba muy receptiva.
- Creo que entonces ya sé la razón de tu visita.- le habla ahora a Damon.- Llegó la hora, no?.-
- Si. Llegó la hora.-
Joder, de verdad que ya me está tocando las narices no enterarme de nada. Conversan enigmáticamente y no sé a que se refieren. Llegó la hora para qué?.
No entramos en la casa sino que directamente nos conduce hacia la parte trasera llegando a un extenso jardín. Las vistas eran impresionantes ya que al fondo un gran lado se perdía entre las montañas y el atardecer desaparecía reflejado en el agua. No pude entretenerme en las preciosas vistas ya que bajamos por un pequeño sendero que guiaba hasta una casita que custodiaba el embarcadero.
- Como están mis hermanos?. No se porque me preocupo por esos desconsiderados, pero tengo ganas de verlos.- entablan conversación mientras nos vamos aproximando.
- Pues ahora están los tres. Rebeckah ha vuelto.- le comunica Damon.
Digo y por la puerta grande que ha regresado esa zorra...Arrrggg! Es que me irrita que pronuncie hasta su nombre.
- Oh, mi pequeña...- comenta nostálgico. Hasta se lleva la mano al corazón.
- Si quieres verlos puedes volver a la cuidad cuando te apetezca. Ya lo sabes...-
- Sí, y tu sabes que la vida de Las Ruinas no va conmigo. Prefiero vivir conectado a la naturaleza.-
Caminaba en medio de los dos y la conversación que mantenían no evitó que me diera cuenta de que una mujer mayor de tez oscura, melena negra de largos rizos y con una apariencia un poco mística, lo digo por la camisola psicodélica que vestía, nos recibe sorprendida en el pequeño y rustico porche.
- Oh Dios mio...- de un principio se queda paralizada, pero pronto entra corriendo en la casa.
- Quien es esa mujer?.- le pregunto a Damon.
- Ya mismo lo sabrás.- contesta sin detener su paso.
Pisamos los escalones de madera y subimos hasta la puerta principal que la había dejado abierta de par en par y se podía ver el interior de la casa.
- El qué Damon?.- me desespero.
La cara que ha puesto esa mujer al vernos es de verdadero asombro y que huya de esa manera no predice nada bueno.
- No te preocupes prince... Elena.- rectifica gracioso.- No tendrás que esperar mucho.-
Parece que sabe perfectamente lo que va suceder y miro otra vez para poder adivinar algo. De repente por el pasillo que proviene de la cocina aparece otra vez esa mujer.
- Hola Elena.- me saluda como si me conociese de toda la vida.
- Ho.. Hola.- respondo por pura educación.- Perdone. Nos conocemos?.-
Se acercó hasta nosotros, pero sin llegar a salir del umbral de la puerta. Luego les dedicó a ambos vampiros una de esas miradas que matan, en especial a Damon y supe inmediatamente que era humana como yo.
- No, no nos conocemos.- vuelve a mi.- Pero yo si he escuchado mucho sobre ti. Soy Sheyla.- estira el brazo para ofrecerme la mano.
- Y se puede saber quien le hablado tanto de mi?.- me fijo en Damon que permanecía con la boca cerrada en todo momento. Una cosa muy rara en él.
No se que le ha dado por hablar de mi con personas desconocidas.
- He sido yo.- entonces escucho otra voz femenina proveniente del interior y todos los bellos del cuerpo se me erizan.
Esa voz me era familiar y mi mundo comenzó a ir muy lento en el momento que observé que tras Sheyla, sacando poco a poco la cabecilla del salón salia otra mujer. Y no una mujer como otra cualquier. Era la mujer mas guapa que haya visto jamas y aunque su rostro estaba algo envejecido no tapaba la belleza que emergía de su interior y que tanto echaba de menos.
- Mama?.-
- Hola mi amor!.- abre los brazos y viene a mi llorando.
Yo quise hacer lo mismo, pero me quedé tan impactado que no pude mover ni un solo musculo. Era real?. Mi madre por fin estaba aquí conmigo!. Rompí a llorar cuando me estrujó entre sus brazos y sollozó en mi hombro. Como una niña pequeña me aferré a su cuello sin querer separarme nunca más de ella.
CONTINUARA...
Bueno, a ver si con esto Damon se gana todo su perdón. Recemos!
Veis? Rebeckah tampoco era para tanto,que os alarmais muy pronto XDD. Aunque Elena aun piensa que si lo hicieron. Ya veremos como resuelven esos lios.
Hasta el proximo capi. Besos!.
MJ
