Todos hicieron su propio AU de las Tortugas cómo humanos, es mí turno de unirme al trend xd
22 de septiembre de 2012
Bip-bip-bip-bip
Bip-bip-bip-bip
Bip-bip-bip-bip
Estiró su mano medio adormilado y de un golpe apagó la alarma. Alzó su cabeza, revelando su rostro de facciones asiáticas con piel pálida y unos vibrantes ojos azul zafiro. Se sentó en su cama y con los dedos en forma de garra se peinó un poco su cabello negro azabache.
De repente escuchó un ronquido sobre su cabeza y suspiró. Levantó su puño y golpeó la litera que tenía sobre sí mismo, donde dormía su hermano. Desde la cama de arriba, se levantó perezosamente un joven marroquí de unos dieciséis (el japonés tenía diecisiete). El chico abrió sus ojos, revelando que eran color cobrizo y bostezó, destacando bajo sus ojos unas profundas ojeras y una ligera diastema en sus dientes. Su hermano adoptivo se levantó y, aún en su pijama (una musculosa blanca y shorts celestes), salió del cuarto y fue al de en frente, para luego tocar la puerta algo bruscamente.
-Raph, Mikey, arriba, es el primer día. -dijo el joven de pelo negro. Desde adentro se escucharon a dos varones más rezongar. El mayor se alejó y fue al baño.
Desde dentro de la otra habitación, también había una litera con dos jóvenes dormitando. En la cama de abajo había un joven puertorriqueño de piel tostada, cabello color chocolate y ojos verdes muy vibrantes, que miraba la cama de arriba con furia, parecía tener dieciséis. Tenía dos piercings en su oreja derecha, la ceja izquierda cortada y un piercing en el lado izquierdo del labio inferior. Miró a sus pies a un cachorro de Golden Retriever dormido en sus pies y calmó un poco su semblante, sin embargo, no detuvo que golpeara, con aún más fuerza que el pelinegro, la cama de su hermano, y éste casi saltó en esta.
-¡Yo no fui! -gritó el chico de arriba asustado. Era un joven hawaiano de cabello rubio rizado y piel bronceada como el chico de abajo, tenía pecas en sus mejillas, quince años y ojos azul bebé.
-Levántate, Mikey. -dijo el que al parecer era Raph, de mala gana y levantándose, no sin antes acariciar a su cachorro que dormía a los pies de su cama. Se puso de pie, revelando que dormía en boxers negros y sin camisa (probablemente para presumir su musculatura bien trabajada) y fue a un montón de ropa que tenía sobre una caja de cartón que decía "mudanza"; al parecer su casa era nueva.
Mikey se bajó de su cama de un salto, con cuidado de no despertar a su gata de pelaje color vainilla, y fue a buscar también algo de ropa.
Cinco minutos después...
Los hermanos salieron vestidos del cuarto, Mikey con un sudadero naranja, un gorro beanie color negro, zapatillas grises oscuras y pantalones holgados grises claros. Raph tenía unas Converse rojas, jeans negros, una camiseta verde, una camisa roja con cuadros negros y un chaleco de cuero negro. Ambos fueron al baño, pero vieron que había fila. Raph suspiró.
-¿Hace cuánto que está ahí?
-Siete minutos con treinta y ocho segundos. -respondió Donnie, el marroquí, viendo su reloj de muñeca. Tenía shorts morado oscuro y un binder negro en el pecho. Su piel era morena y su cabello marrón oscuro estaba corto, casi al ras de la cabeza. Raph se hartó y se acercó a la puerta, golpeando con brusquedad.
-¡Oye, Bobonardo, estamos esperando para pasar al baño, apresúrate!
-¡¿Quieren esperar?! ¡Me estoy peinando!
Desde al lado de Donnie, una niña de unos diez años, morena de piel (de nacionalidad domínico-estadounidense) y de cabello negro, largo y lacio con heterocromía (ojo izquierdo verde y derecho azul) y un enterito de gato naranja, golpeó la puerta también.
-¡Tu cabello puede esperar, mi vejiga no!
Una chica de unos catorce se acercó a la niña y le puso la mano en un hombro, calmándola. Tenía la piel morena y los ojos ligeramente achinados, pues era egipcia-china. Su cabello era como el de la niña: negro, largo y lacio, y sus ojos color chocolate. Usaba una camiseta negra y desgastada de Itachi Uchiha y shorts aqua.
-Howie, tranquila.
-¡Ya no estoy en edad de pañales, Venus, necesito un inodoro! ¡¿Cómo es que en su lujoso pent-house solo haya un baño en buen estado?
-No te quejes de la estadía gratuita, niña. -le reclamó Raph, revolviendo su cabello.
-Y los demás baños están en reparación. -aclaró Donnie.
-Sugiero que esperemos a Leo mientras hacemos otra cosa, como cambiarnos la ropa. -propuso Venus.
-Estoy de acuerdo. -dijo Mikey, el rubio.
-Bueno, las chicas y yo nos iremos a cambiar, ustedes si quieren esperen a Leo.
Raph se encogió de hombros y reposó contra la pared, mientras que Mikey se sentó a ver su celular.
En la cocina del pent-house, un hombre de unos cuarenta y tantos años, japonés de ojos marrones y cabello negro algo canoso, estaba en la hornalla cocinando unos huevos.
De la tostadora saltaron dos rodajas de pan tostado y las puso en un plato junto a un frasco de mermelada en la mesa del comedor. El hombre sacó los huevos fritos con tocino y los puso en un plato, sirvió dos tazones pequeños con cereal de bolitas de chocolate con un poco de leche, y siete vasos de jugo de naranja de una botella. En un plato dejó una manzana y pera peladas y cortadas en rodajas, en otro plato dos rodajas de pan sin tostar junto con las tostadas y el frasco de mermelada.
Por un pasillo entraron los adolescentes. Donnie tenía un suéter morado debajo de una chaqueta de aviador marrón, jeans grises oscuros y tenis morados. Howie usaba un top blanco de mangas largas, jeans celestes holgados, tenis verdes y una boina con moño amarillos. Venus tenía una camiseta turquesa con Squirtle bajo otra camiseta blanca de mangas largas, leggins grises, una falda negra larga hasta los muslos y tenis tipo botas por lo largos que eran. Leo tenía una camiseta azul, jeans azules oscuros, Converse negras y una chaqueta de jean.
-Buenos días, chicos. -saludó el adulto con una sonrisa paternal.
-Buenos días. -respondieron todos al unísono prácticamente. Cada quién se sentó en su lugar y empezaron a comer, Raph los huevos con tocino, Leo el pan tostado, Venus el pan simple, Mikey y Howie los platos de cereal y Donnie la fruta.
-¿Cómo durmieron? -preguntó el adulto, al parecer era su padre.
-Raph ronca como oso. -se quejó Mikey, ganándose una patada de su hermano adoptivo, que estaba sentado frente a él- ¡Au!
-No queremos quejarnos, papá, pero es difícil para nosotros compartir cuarto después de dormir en habitaciones individuales después de mucho tiempo. -explicó Leo con algo de pena.
-Eso lo entiendo, chicos, pero consideré que sería mejor que compartan habitaciones, para así cuando vengan visitas tengan dónde quedarse. Además, pueden compartir y aprender a llevarse mejor.
-Es difícil llevarme bien con Raph cuando ronca como oso hibernando. -se quejó Mikey nuevamente, ganando por segunda vez una patada de parte de Raph- ¡Au!
-Pendejo. -dijo Raph en español.
(Las palabras en cursiva serán cuando Raph o cualquier otro personaje hable español u otro idioma posteriormente traducido, para que sea distinguible cuándo se habla en inglés u otro idioma)
-¿Pendejo?
Raph vio a Howie con miedo y el adulto le dio a Raph un golpe ligero en el hombro, como diciéndole "cuida tus palabras".
-Lo dice el que se queda hasta la madrugada jugando videojuegos. -dijo Donnie, echando cizaña mientras miraba su celular.
El adulto, de nombre Tang Katsuro, miró al rubio bronceado acusatoriamente y éste quiso esconderse en un caparazón inexistente.
-Jeje...
Katsuro suspiró y dejó unas bolsas de papel madera con los almuerzos de sus hijos, Venus y Howie incluidas.
-Oh, no, señor Tang, no podemos aceptar los almuerzos. -dijo Venus con algo de pena.
-Mei, tú y Caitlyn estarán bajo mi cuidado hasta que su padre, Chung I, recupere su salud, por eso permítanme cuidar de ustedes.
Venus dudó, pero Howie tomó la bolsa de papel que decía su nombre y revisó su contenido interesada, a lo que Venus suspiró algo reacia y tomó la bolsa también.
-Hmmm, nuggets de pollo y ensalada de pimientos mixtos, más una leche chocolatada y unas fresas... aprobado. -la niña levantó un pulgar. Mikey revisó su bolsa y se indignó.
-¡No hay pizza!
-Miguel Ángel, no puedes comer pizza todos los días, te hará mal a la salud. -dijo Katsuro tratando de hacerle entender. Mikey hizo puchero.
-Aparte que eres vegetariano, ¿lo olvidas? -preguntó Leo.
-Ah.
Leo conducía el auto de la familia, un Peugeot 2008 color blanco, con Raph en el copiloto, Mikey, Venus y Donnie en el asiento trasero y Howie sentada sobre el regazo de Venus. Todos tenían sus mochilas de marca Jansport. Leo estacionó en un espacio para los autos de los alumnos en la enorme escuela, la escuela Roosevelt, que tenía primaria, secundaria y preparatoria en tres edificaciones diferentes. Leo salió y esperó a que los demás también, para luego ponerle el seguro.
Desde un Renault negro salió un chico con su novia. El chico, de unos 16 años, vio el auto de los hermanos y silbó.
-Lindo auto.
-Gracias. -dijo Mikey, saludando amigablemente.
-¿Son nuevos? -preguntó la chica, con un muy poco notable acento ruso. Tenía la piel morena y los ojos y cabello ondulado color chocolate. El chico era bastante alto, poco más de un metro ochenta, de cabello negro rapado del costado derecho y caucásico, de ojos grises.
-¿Es muy obvio? -preguntó Donnie con algo de timidez.
-No los vimos en el semestre pasado, así que asumimos que sí. -explicó el chico brevemente, destacando por su acento argentino, y luego se apuntó a sí mismo- Kevin Lairdman. Ella es mi novia, Melina Kuznetsova.
-Rad vstreche. -dijo ella, que significaría "mucho gusto conocerlos".
-Udovol'stviye eto nashe. -respondió Donnie, leyendo un traductor de su celular. Esto significaría "el gusto es nuestro".
-Do svidaniya o como se diga. -dijo Raph de malas, alejándose y poniéndose auriculares con música metálica a todo volumen.
-Disculpen a nuestro hermano, no es muy bueno conociendo gente nueva. -se excusó Leo- Soy Leonardo, el que se fue es Raphael, él es Donatello y él Miguel Ángel, somos hermanos adoptivos. Ellas son Mei y Caitlyn, pero les decimos Venus y Howie, son solo amigas.
Mikey sonrió efusivamente y saludó, Venus y Donnie lo hicieron más tímidamente y Howie asintió con la cabeza.
-Bueno, bienvenidos a Roosevelt. -dijo Melina, alejándose de la mano de Kevin.
-Todos se ven muy agradables. -dijo Mikey, mirando a Leo con una sonrisa.
-Lamento romper tus ilusiones, Mikey, pero no porque un par de personas sean agradables, las demás lo serán. -dijo Donnie con realismo. Mikey hizo un puchero y cada quién fue a su escuela, Howie a la primaria, Venus a la secundaria y Leo, Mikey y Donnie, siguiendo a Raph, a la preparatoria.
Los chicos lograron alcanzar a Raph a la entrada, quien estaba contra la pared escuchando música. El oji-verde alzó la vista una vez vio periféricamente a sus hermanos y los siguió a los pasillos. No había nada fuera de lo ordinario con los alumnos, todos eran de diferentes etnias, edades y estilos. Las paredes de la escuela eran amarillas y los casilleros eran verdes. El piso era de baldosas grises relucientes, a tal punto que Mikey se quedaba mirando su reflejo en el piso.
-Wow, es como el reflejo de un espejo. -dijo Mikey anonado, a lo que Raph le tiró de la capucha para que siguiera caminando.
En eso Mikey se soltó de su hermano y, por la brusquedad, chocó con un chico.
-¡Oye, enano, mira por donde andas! -lo retó el adolescente, un flacucho de unos dieciséis años, de cabello negro un poco largo con una pañoleta negra en la frente, ojos chocolate y sin los primeros dos dientes de arriba. Todos los que caminaban se quedaron quietos viendo lo que pasaba, temiendo por el destino de los aparentemente nuevos alumnos.
-Lo siento, fue un accidente. -se excusó Mikey, recogiendo su mochila temerosamente.
-Puedes decir eso cuando termines en la enfermería. -amenazó el pelinegro sin dientes. Antes de que se acercara, Raph se interpuso.
-Oye, patán, ya te dijo que lo siente, así que no te metas con mi hermanito o te las verás conmigo. -amenazó Raph. El flacucho se mofó, pues Raph tampoco era el chico más alto e intimidante de todos, por lo cual no se sentía amenazado.
-No me intimidas, enano. -se burló el flacucho, y Raph prácticamente tiró la poca paciencia que le quedaba a la basura.
-¡Cabrón comemierda! -gritó en español (recordemos que la lengua nativa de Estados Unidos es el inglés) y se le tiró encima.
Quince minutos más tarde...
Raph y el pelinegro estaban en la oficina del director, escuchando su sermón cubiertos de moretones.
-¿Primer día de clases y ya se mete en problemas, señor Jones? -preguntó apáticamente el director- Esto se está volviendo un muy mal hábito para usted.
Jones suspiró.
-¿Y usted, señor Tang? Literalmente es su primer día en esta escuela, ¿y así se comporta?
-¡Él amenazó a mi hermano!
-¡Su hermano chocó conmigo!
-¡Y él se disculpó! ¡Supéralo!
-¡Ya basta! -gritó el director, y ambos jóvenes se callaron- Pensaba dejarlos salir de aquí con una advertencia, pero veo que sólo entienden las cosas por las malas. Por ende, hoy irán a detención después de clases, ambos. Y... -al director se le prendió el foco- denme sus horarios.
Ambos jóvenes se vieron a sí mismos confundidos, pero sacaron los horarios de sus mochilas mientras que el director tecleaba algo en su computadora. Dejaron los papeles en la mesa, pero para su sorpresa, el hombre los tomó y los arrugó con una mano, tirándolos a la basura. Ambos adolescentes estaban confundidos, especialmente cuando el director sacó de su impresora dos hojas de papel con diferentes horarios y se las entregó a ambos alumnos.
-A partir de ahora, ambos tendrán las mismas clases a las mismas horas. Tal vez algo de convivencia los ayude a hacerse amigos y a evitar más peleas.
-Creo que malinterpretó el concepto. -murmuró Raph de malas.
-Sí, Casey Jones prefiere la independencia. -se quejó el chico, hablando en tercera persona.
-¿Casey Jones prefiere una patada en el culo?
-No sé qué dijiste, pero viva la arroz.
Raph se aguantó la risa y Casey estaba confundido. ¿Qué era tan gracioso?
-Veo que ya se están llevando bien. -sonrió con algo de gracia el director. Raph dejó de reír y se aclaró la garganta con seriedad- Bueno, ahora vayan a clases y vayan al despacho de la consejera una vez a la semana, ella se encargará de que se lleven bien.
-No sé por qué siento que esto será en vano.
-Ya estamos de acuerdo en algo.
Los dos chicos se pusieron de pie y salieron de la oficina, donde se encontraron a los hermanos de Raph esperándolo.
-Espero que estés contento. -dijo Leo, cruzando sus brazos. Casey se fue por su lado.
-Para tu desgracia, no, cambiaron mis clases para que estemos los dos juntos de forma permanente y aparte debemos contarle a la consejera lo bien que nos llevamos, así que no, no estoy feliz.
-Si sirve de algo, gracias por defenderme, hermano. -Mikey sonrió.
-Oye, si alguien debe hacer tu vida un tormento, ese soy yo jeje.
De repente la campana sonó, alertando cambio de periodo.
-Bueno, suerte en tus nuevas clases, Raph. -Donnie palmeó a Raph en el hombro y se alejó, mientras que Mikey le sonrió y Leo le dio una mirada alentadora.
-Anímate, no es el fin del mundo. -y se fue. Raph bufó.
-Probablemente sea mi fin...
Para desgracia, o tal vez suerte, de Raph, la única clase que compartía con Donnie era gimnasia, y todos sabremos que el joven oji-verde era el más atlético de su familia. Todos los de segundo año estaban en una fila con el uniforme deportivo de la escuela, shorts verdes con bordes amarillos y blancos y una camiseta amarilla con bordes verdes y blancos y la cabeza de un vikingo con barba pelirroja y un casco con cuernos, de perfil, en el pecho. Algunos usaban la camiseta con mangas cortas, como Donnie, y otros que querían presumir sus músculos usaban musculosas, como Raph.
-Muy bien, jóvenes, atención. -dijo el entrenador- No quiero escuchar "cuacs", "oinks", "pío píos" o "quiquiriquís", cuando diga... -sacó una pelota roja de la nada- ¡quemados!
La mayoría de los alumnos estaban aburridos, mientras que Raph y los más atléticos estaban interesados... Casey también, pero no lo mostraba mucho.
-Formen dos equipos: atléticos contra no atléticos.
-Am, ¿entrenador? -preguntó Donnie, levantando la mano.
-¿Sí, no atlético?
Donnie estaba ofendido, pero decidió no darle al entrenador el gusto de saber que lo ofendió.
-¿No habría que dar las reglas de seguridad?
-¡Claro! -el entrenador sonrió, pero luego puso cara malvada- ¡Pateen bien a los nerds!
Donnie quiso llorar al sentir la mirada malvada de Raph en su dirección.
Una vez separados por equipos, el entrenador sopló el silbato y el partido comenzó. Los atletas agarraron rápidamente las pelotas y comenzaron a atacar, mientras que Donnie, del lado de los no atletas, estaba esquivando las pelotas como podía. En algunos momentos atacaba atrapando las pelotas y devolviendo el golpe y, con un golpe de suerte, le pegaba a sus contrincantes.
Raph eventualmente fue empujado por uno de los grandotes hacia Casey y bufó.
-Jones.
-Tang.
-¿Cómo vas?
-Tengo mis ojos puestos sobre el flacucho de tu hermano.
-Ah, no te creas, la única persona con permiso de ser abusivo con él soy yo. -Raph le lanzó una pelota a Donnie.
El joven marroquí como último recurso estiró sus manos y atrapó la pelota, antes de que ésta lo golpeara. Raph y Casey abrieron los ojos como platos y, antes de poder hacer otra cosa, Donnie devolvió el ataque, pero ambos esquivaron antes de ser quemados, siendo uno de los grandotes el que recibió el golpe. El pelinegro y el moreno se vieron el uno al otro.
-¿Tregua?
-Solo por ahora, ¡cuidado! -Casey empujó a Raph de una pelota.
Por el equipo de Donnie, un chico gordito de cabello negro, caucásico y de ojos chocolates se estaba escudando tras de Donnie, y el esbelto lo notó.
-¿Qué estás haciendo?
-Escudándome, ¿no es obvio?
-Sí, pero deberías jugar como todos los demás.
-En caso de que no lo notaras, soy el menos atlético que hay. -dijo el chico con algo de obviedad.
-Y yo la menos perfecta opción como escudo. -repitió Donnie en el mismo tono.
-Para tu información, eres el único atacando. -informó el gordito- La mayoría sólo esperan a ser eliminados.
Donnie miró a su equipo y vio que sus compañeros estaban poco a poco siendo eliminados, por lo cual atrapó otra pelota que venía en su dirección y le dio a un grandote en el estómago, eliminándolo. El grandote vio a Donnie con rabia una vez recuperó el aire y le hizo una seña de "te estoy vigilando". Él tragó en seco y miró al gordito en el suelo, para luego ofrecerle la mano. El chico la tomó y Donnie lo ayudó a levantarse.
-Soy Donnie.
-Timothy. -dijo él con algo de duda.
-¿Listo para ser el último del equipo en estar de pie?
A Timothy le brillaron los ojos y Donnie sonrió con confianza, viendo a Raph y Casey prácticamente hacer equipo. Donnie le lanzó la pelota a su hermano, pero apuntó mal y le dio a Casey en la cara, derribándolo. Raph se sorprendió y miró a Casey con la boca sangrando. El pelinegro se llevó la mano a la boca y se sacó dos de sus dientes frontales, los caninos específicamente. De repente sonó el silbato y el entrenador apuntó a Donnie.
-¡Tiro ilegal! ¡Tang, estás fuera!
-¡¿Qué?! -gritó Donnie indignado- ¡No es justo! ¡Muchos de mi equipo recibieron peores golpes y a los del equipo contrario no les dice nada!
-Ellos no le tiraron dos dientes a sus compañeros.
-No se preocupe, entrenador, estoy bien. -Casey se puso de pie y guardó sus dientes en un bolsillo- Déjelo quedarse y seguimos jugando.
-Señor Jones...
-No, en serio, puedo seguir jugando. -aseguró Casey. Miró a Raph con confianza y éste le dio una sonrisa socarrona.
-Eres duro de roer, Jones.
-Y eso que no me has visto jugando hockey.
El entrenador lo pensó y luego dio un silbatazo.
-¡Donatello Tang seguirá jugando!
Los que quedaban del equipo de Donnie suspiraron aliviados y siguieron jugando.
Unos cuantos pelotazos después...
De cada equipo solo quedaban Raph de un lado y Donnie del otro. Raph botó la pelota un poco y Donnie la apretó con sus dos manos, mientras que todos miraban expectativamente lo que fuera a pasar. Ambos hermanos adoptivos se vieron el uno al otro y asintieron. Se acercaron a la línea divisoria de la cancha y se tocaron suavemente el uno al otro con la pelota que tenía cada uno, sorprendiendo a todos.
-Bien jugado, hermano. -felicitó Raph, sonriendo socarrón.
-Tienes suerte de que acordamos empatar, porque te hubiera pulverizado. -le dijo Donnie con burla, en especial por medir diez centímetros más que el puertorriqueño.
-Ya quisieras. -rió, y se fue al baño.
El el cambiador de varones, Donnie tuvo que agarrar sus cosas e ir a la ducha más alejada para que no lo vieran sacarse el binder. Se metió en la ducha y cerró la cortina, aliviado de no tener ojos chismosos. Se sacó su ropa sudada y la metió en una bolsa plástica junto con su binder, revelando un par de senos femeninos. La explicación para esto era que Donatello era intersexual, por lo cual nació con características físicas de ambos sexos, lo cual incluía también genitales de ambos sexos.
Ni bien termino de ducharse, rápidamente agarro su toalla y se envolvió en esta, hasta el pecho, para luego salir de la ducha y dirigirse a una de las bancas alargadas, en las que no tubo tanta suerte en encontrar una que estuviera vacía. Apenas se sentó, noto con terror como varias de las voces que antes estaban conversando se callaron y cientos de ojos posaron sus miradas sobre él.
-"Te vistes y te vas, te vistes y te vas, te vistes y te vas". -repetía sin cesar en su cabeza. Donnie desenvolvió la toalla de su cuerpo y la coloco sobre su encorvada espalda, para intentar cubrir su torso mientras se ponía los boxers.
En eso, Nathan, un chico castaño que estaba sentado cerca de Donnie, acercó la vista al joven marroquí, cosa que hizo que Donnie comenzara a tiritar de los nervios. Él realmente odiaba el cambiador.
-Hey Tang, ¿por qué usas así la toalla? -interrogó Nathan.
-"¡BINDER Y CAMISETA, BINDER Y CAMISETA!"
En eso un grupo de chicos comenzó una guerra de azotes de toallas, y Donnie tubo la mala suerte de que uno de ellos, al no tener una toalla propia, se acerco a él y le arrebato la suya que cubría su espalda.
-¡PRÉSTAMELA UN RATO, VIEJO! -excalmó Jayden, un chico rubio, agarrando la toalla sobre los hombros de Donnie- ¡WUUUUU!
Donnie se apresuró a buscar su binder para colocárselo, pero apenas lo paso por su cabeza y debajo de sus brazos, al a su izquierda escuchó a otro chico exclamar.
-¡OOOOOOOOHHH!
Donnie se apresuró a buscar su camiseta, mientras que Jayden se fijó a ver por qué su amigo Cole gritaba.
-Hey, ¿que pasa Col- ? ¡WOW! -exclamó mirando a Donnie poniéndose su binder. Los chicos que se estaban peleando con las toallas también voltearon a ver qué pasaba- ¡OOOOOH CIELOS PSSS JAJAJAJA! -los demás chicos también comenzaron a exclamar y reír de la impresión mientras que un Donnie extremadamente rojo de la vergüenza se colocaba con prisa su camiseta, chaqueta, pantalón y zapatos.
Ni bien logro vestirse con lo más indispensable, tomo sus cosas y se largo con la mirada baja en dirección a la salida del cambiador, dónde chocó con su hermano Raphael, quien justo estaba entrando.
-Wow Donnie cuidado. -notó que este iba con prisa- ¿Qué pasa? -escuchó el escándalo en el baño y se dio cuenta de lo que pasó. Por lo que entró a los empujones en busca del origen de las risas hasta dar con el lugar en donde Donnie estaba sentado- ¡¿QUIEN MOLESTO A MI HERMANO?! -bramó con aires asesinos haciendo que los demás se callaran. Jayden tomó la palabra.
-Jejeje, ¿no querrás decir tu hermana... ? -no pudo terminar su oración porque un rápido golpe en su mejilla, por parte de Raphael, casi lo mando a volar al otro lado del que ahora sí, logró hacer que todos los demás en el lugar se callaran por completo y miraran con preocupación a Jayden tumbado en el piso. Raph se acercó a Jayden en el suelo, quien tenía la boca sangrando.
-Tres cosas. Uno, le dices de esto al director y te rompo las piernas. Dos, si vuelves a meterte con mi HERMANO, vas a desear no haber nacido. Tres, si alguien divulga lo que acaba de ver, lo lamentará. ¡¿Quedó claro?!
Jayden se hizo para atrás asustado, pero asintiendo, mientras que su amigo Cole, un chico afroamericano, lo ayudaba a levantarse. Raph fue a los casilleros, pero antes de que pudiera dar otro paso, Nathan se le acercó.
-Oye, amigo, eso fue genial, soy Nathan. -dijo el castaño asombrado.
-Yo soy Raphael, y no voy a responder a tus preguntas. -dijo, abriendo un casillero con sus cosas.
-No es una pregunta lo que tengo, si no una propuesta.
Raph miró a Nathan confundido, pero curioso.
-¿Alguna vez has practicado boxeo?
Mikey caminaba por los pasillos en el receso, escuchando música con sus auriculares, específicamente "Diamonds" de Rihanna, bailando desvergonzadamente. Repentinamente, en medio de su baile, chocó de espaldas con alguien prácticamente inamovible. Se dio vuelta y vio a un alto chico, probablemente de diecinueve años, de cabello rubio cenizo relamido, ojos olivas rasgados y cara de que en cualquier momento podría matarte con la mirada. Usaba una chaqueta de cuero, una camiseta negra, pantalones de camuflaje militar verdes y botas militares también. Mikey, por el contrario de sentirse intimidado, sonrió.
-Hola, soy Miguel Ángel. -dijo, ofreciendo su mano. El grandote lo miró sin expresión alguna al rubio y siguió con lo suyo- Am, esta es la parte donde me dices tu nombre.
-No es de tu incumbencia. -dijo con su voz gruesa.
-Hmm, tienes cara de Kurt, o tal vez Gerald...
-Ninguno de esos es mi nombre, y antes de que me enoje, mejor te largas.
Mikey miró al chico de casi 30 centímetros más alto que él y sonrió.
-Bueno, usas mucha piel por lo que veo... te diré Cabeza de Piel.
"Cabeza de Piel" miró raro al niño, pero no dijo nada. El apodo no era el peor del mundo, había que admitirlo. Suspiró.
-¿Quieres ir a la cafetería a almorzar?
Mikey sonrió ampliamente y abrazó a Cabeza de Piel.
-¡Tengo un nuevo amigo!
El grandote de repente sintió una calidez en su pecho que hace mucho no sentía. Tal vez porque era la primera vez en mucho tiempo que alguien lo abrazaba. Sonrió muy ligeramente y palmeó a Mikey en la cabeza.
Después del almuerzo, Leo estaba en la piscina de natación, piscina que estaba en el piso de arriba y a cubierta, donde le tocaban clases de natación. Estaba usando un traje de baño con los colores del colegio, un gorro de baño y antiparras. Estaba terminando de ponerse el gorro cuando junto a él pasó otro chico, más o menos de su edad, prácticamente igual de pálido que Blancanieves, con el cabello albino el una coleta muy corta y ojos cafés. Se estaba poniendo el gorro de baño y Leo, queriendo ser amistoso, lo saludó.
-Hola. -dijo, pero el chico sólo se detuvo, le dio una mirada rápida, revelando sus rasgos asiáticos, y siguió con su camino. A Leo eso se le hizo raro, más no dijo nada.
Una vez en la piscina, subió a la plataforma dónde subían los clavadistas para competir (la autora no sabe cómo se llaman esas cosas) y a su derecha vio al albino, mirando hacia adelante con determinación. Leo se puso en posición para saltar, al igual que los demás alumnos, y cuando sonó el silbato, saltaron y empezaron a nadar.
Leo pataleaba y se impulsaba con rapidez, pero justo pasó a su lado el albino japonés, nadando con ferocidad. En eso llegó al final, dio una vuelta de carro en el agua y se impulsó hacía el otro lado. El pelinegro no quiso ser menos y apenas llegó al final, hizo lo mismo que el albino y empezó a nadar con rapidez. Ambos estaban muy igualados, cuando al llegar de vuelta al inicio lo hicieron al mismo tiempo.
Un par de carreras más tarde
El albino se acercó a Leo, quién se estaba secando el cabello con una toalla luego de salir de ducharse (pues se duchó el cloro del cuerpo) y le tocó el hombro.
-Eres buen nadador. -dijo con seriedad el albino.
-Etto... arigato. -dijo Leo en japonés.
-Mondainashi. -respondió el albino, que significaba "de nada", sonriendo levemente y sorprendiendo a Leo- Usagi Miyamoto desu.
Leo sonrió.
-Reonarudo Tang desu.
Casey estaba caminando por la reja que dividía a la preparatoria de la secundaria en el receso sin mucho interés, cuando vio de lejos a una chica de casi 15, tal vez 14 años, muy bonita. De cabello negro largo y lacio y facciones egipcio-chinas, que estaba con auriculares preocupándose de sus propios asuntos.
Jones se le quedó mirando y no pudo evitar tomar a Raph del hombro (porque sí, después de la clase de gimnasia se hicieron amigos) y lo sacudió ligeramente para que viera lo que él vio.
-Oye, viejo, mira a esa preciosura. -señaló con un dedo a través de la reja a la chica y Raph de repente sintió ganas de estrangular a Casey.
-Estás loco.
-Ya sé, es algo joven, pero es preciosa.
-Yyy, es mí hermana, haragán.
Inserte sonido de disco rallado.
-Jejeje, como decía, no es mi tipo, es muy joven.
-Mucho mejor.
Lo que ambos amigos no sabían era que la joven Venus estaba escuchando lo que dijeron (porque le bajaba el volumen a la música cuando salía un anuncio) y ahora estaba roja como tomate.
La escuela terminó por hoy y los hermanos salieron por la puerta principal, bajando los peldaños, charlando.
-Hoy hice un nuevo amigo, se llama Cabeza de Piel, es muy grande y fuerte, me dijo que estuvo en la cárcel y le pregunté si tenía tatuajes y-
-Mikey. -dijo Raph.
-¿Sí?
-Cállate.
-Aww, estás celoso de que hice un amigo y tú no. -siguió el hawaiano con tono burlesco.
-Para tu información, me reclutaron para el equipo de boxeo de la escuela, así que oficialmente me fue mejor que a ti. -se burló de vuelta Raphael.
-¿Tú? ¿En un equipo? Qué buen chiste. -bromeó Donnie.
-No es broma, Nathan me vio golpeando a ese rubio tarado del cambiador y dijo que tenía material como golpeador, y ya saben que no digo no a una buena pelea.
-Espera, ¿golpeaste a otra persona aparte de ese chimuelo en tu primer día? -preguntó Leo incrédulo.
-Dos cosas, uno: se llama Casey, dos: ese idiota se burló de la condición de Donnie, solamente lo defendí. -respondió Raph a la defensiva.
Donnie miró a Raph incrédulo también y Leo más que nada sorprendido.
-Wow... gracias, Raph.
Raphael se dio cuenta de la atención que recibía y volteó los ojos.
-No fue nada. Y descuida, esos idiotas mantendrán la boca cerrada, les dejé un mensaje muy claro.
Donnie sonrió tímido y los hermanos fueron al auto, pues acordaron verse ahí con Venus y Howie. Al llegar las chicas, Leo abrió la puerta del auto, pero notó a Kevin y Melina sobre el auto del joven.
-Hey, ¿qué tal su primer día? -preguntó Melina cordialmente.
-¡Increíble! -exclamó Mikey contento.
-Meh. -dijeron Donnie y Raph al unísono.
-Bien. -siguió Leo.
-He tenido mejores días. -replicó Howie con algo de recelo.
-No estuvo mal. -siguió Venus algo penosa.
-Che, escuché el drama que hiciste en el cambiador, buenardo. -rio Kevin, mirando a Raph- Jayden es un tarado.
-¿Ese rubio fachista? Sí, creo que captó el mensaje. -respondió Raph.
-No te creas, Jayden no dejará que los nuevos lo pongan en su lugar tan fácil. -dijo Melina, cruzando sus brazos.
Donnie miró a Raph preocupado, pero éste le dio un codazo amistoso para relajarlo.
-Eu, 'tába pensando, ¿si vamo' por un café? -preguntó Kevin a Melina.
-No sé, ¿no es muy pronto?
-Sí saben que entendemos, ¿no? -preguntó Raph con apatía. Kevin se quedó quieto y Melina miró al otro lado roja.
-¿Qué fue lo que dijeron? -preguntó Mikey a Howie.
-Quieren invitarnos a un café. -explicó ella en inglés. Mikey puso cara interesada y se frotó las manos- Qué lambón...
-¿Les parece? Es bueno conocer gente nueva. -sugirió la guatemalteca-rusa.
-Aparte que tienen cara de chetos, un café no les cuesta nada.
Los hermanos se vieron entre sí: Leo sonrió, Mikey también, Howie y Raph se encogieron de hombros y Venus y Donnie asintieron. De repente Melina vio a alguien acercarse detrás de los hermanos.
-¡Hey, Abril! ¡Por acá! -llamó la morena. Los hermanos dieron vuelta, viendo a una chica de un metro sesenta y cinco acercarse. Tenía cabello pelirrojo lacio en una coleta baja con flequillo, ojos celestes, piel blanquecina y el rostro pecoso. Pero Donnie la estaba mirando con ojitos de corazones que sus hermanos notaron fácilmente. La pelirroja se acerco al resto, al inicio se mostró un poco tímida hacia los seis nuevos chicos de aspecto extranjero, pero aún así los saludo a todos con los aires lo más amistosos posibles
-Ho-Hola, soy Abril O'Neil, un gusto.
-EaYaajaja... ho-hola jeje -saludo torpemente el alto joven marroquí.
-Aaamm... hola, jaja -repitió con confusión y una risilla incomoda- ¿Cómo te llamas?
En ese momento el puertorriqueño, hastiado de la situación y de tener que haberse despertado aquella mañana para tener que ir a esa nueva odiosa escuela a la que no tenía el más microscópicamente cuántico deseo de asistir, y más encima se lo tuvo que aguantar, agarró a su larguirucho hermano y lo hizo a un lado.
-Él es Donnie, yo Raph, ellos Leo y Mikey, ellas Howie y Venus, a esos dos asumo que ya los conoces, si no es así no es mi problema y ya tenemos que ir. -dijo con brusquedad en lo que empujaba a Donnie en dirección a su auto.
-¡RAPH! Espera debemos ir junt- Aaaagh, genial ya se fue. Un gusto. -saludó sin mucho entusiasmo Leo- Vámonos. -ordenó hastiado a sus otros tres hermanos restantes.
-Bye. -saludo sin mucho interés Howie.
-Nos vemos. -Venus, con más cordialidad.
-Los huelo luego. -dijo Mikey saludando a lo lejos con la mano, mientras se iba en la misma dirección que sus hermanos, dejando a la pelirroja, la morena y el pelinegro desconcertados.
-Mepa que eso es un no al café.
-Así parece... -dijo Melina.
-Ese chico alto era raro, pero parecía simpático -la morena y el pelinegro miraron extrañados a la pelirroja ante aquel comentario- AaAaA... SOLO DECÍA. -balbuceó bajando la mirada con vergüenza.
Donnie, Mikey, Raph, Leo, Howie y Venus estaban en el ascensor que llevaba al pent-house de su casa, charlando amenamente sobre el interesante primer día que tuvieron. Al llegar al último piso, la puerta se abrió, pero lo último que esperaban era encontrar el pent-house destrozado. Todos jadearon.
-¿Qué pasó aquí? -preguntó Leo preocupado, pasando al pent-house. En eso Mikey volvió a jadear, viendo a su padre en el suelo.
-¡Papá! -corrió a socorrerlo, pero justo a tiempo Raph se le tiró encima para protegerlo de una bala. Los hermanos miraron de dónde vino el balazo, viendo a un grupo de asaltantes con máscaras y armas, saqueando las cosas de valor que encontraban. El aparente líder era el del arma.
-Encárguense de ellos. -ordenó el tipo del arma.
-¡Howie, cúbrete! -la niña no discutió las órdenes de Leo y fue a refugiarse a la cocina, mientras que los adolescentes se encargaban de los maleantes.
Leo se enfrentó a un tipo de unos veintitantos años con un tubo, que el tipo balanceaba cual bate de béisbol. Con una maniobra rápida, Leo le sacó el tubo y lo golpeó con este en el rostro. Tiró el arma y se preparó con los puños, a lo cual el tipo se le lanzó, atacando con fiereza que Leo bloqueaba o desviaba. En eso Leo logró retener el ataque del tipo y, con su mano derecha libre, le dio un golpe en la nariz que lo desorientó.
Por su parte, Mikey estaba esquivando los ataques de un tipo con una cadena.
-Nop. -volvió a esquivar- Ah, ah, ah. -negó con un dedo y la cabeza en lo que esquivaba otra vez- ¡Tres strikes y es out! -y dando una pirueta le dio una patada en la cara (como la patada de Mikey de Tokyo Revengers), noqueándolo.
Del otro lado, Venus fue acorralada contra una pared.
-No tienes donde correr, niña. -dijo el asaltante. Venus por su espalda tomó un paraguas- Ahora, sé buena y pon las manos en tu cabeza.
-Antes de eso... ¿no es ese tu padre? -apuntó detrás del tipo.
-¿Papi? -el tipo volteó esperanzado, pero en respuesta, Venus lo golpeó en la cara con el paraguas.
-Ja, bakayaro.
Ensimismado en su pelea estaba Raph, agarrándose a puño limpio contra su contrincante. El tipo le dio un puñetazo en la cara y Raph lo tomó, dándole tres rápidos rodillazos en el estómago. El tipo le dio a Raph un cabezazo en el estómago, apartándolo, pero dándole al puertorriqueño la oportunidad de darle en la cara con su pie, noqueándolo.
Finalmente, Donnie había tomado una escoba cercana y se defendía de un tipo con un bate de madera. Ambos chocaban sus armas cono lanzas, hasta que en un movimiento rápido, Donnie le dio con el escobillón en la cara al tipo, luego con la punta del palo en el estómago y luego, para coronar, una patada en la entrepierna que le quitó por completo el aire.
Los hermanos, y su amiga, miraron a donde estaba el líder, quien estaba harto de tanto juego, por lo cual tiró su arma al piso y, en rápidos movimientos, casi como un ninja, golpeó a todos los adolescentes en puntos específicos del cuello, dejándolos inconscientes. Katsuro se levantó con la cabeza sangrando apenas con los brazos.
-S-Saki... no se... saldrá... con la suya.
El asaltante se acercó a él y le puso el pie en la cara.
-Tal vez no hoy... pero lo hará. -y le dio una patada dejándolo inconsciente también.
