"La detective Vincent subió unos peldaños al escenario con la mesa llena de micrófonos y se paró ahí frente un montón de camarógrafos, periodistas y fotógrafos.
-Buenas noches. Estoy consciente de que la situación criminal es... complicada estos últimos días. Pero estamos haciendo lo posible por hacer más segura la ciudad. Tenemos patrullas en toda la ciudad vigilando.
-¿Pudieron encontrar al hombre del parche que buscaban por asalto e intento de asesinato? -preguntó un periodista con una libreta.
-No, pero hemos hecho muchos interrogatorios.
-¿Tiene algún comentario respecto a quienes pudieron haber atrapado a esos pandilleros autodenominados Dragones Púrpura? -ahora cuestionó otro periodista.
-No hay sospechosos todavía, así que asumimos fue una pandilla rival. Tenemos a los cuatro bajo custodia, sin embargo no los hemos interrogado todavía.
-¿Qué nos puede decir del reciente ataque a la super estrella de artes marciales, Chris Bradford? -preguntó ahora una reportera mujer.
Vincent miró abajo pensando su respuesta.
-Que dicho ataque no será ignorado. Estas... 'Tortugas Ninja', o como sea que se hagan llamar estos imitadores de vigilantes, no quedarán impunes sus actos. Tenemos razones para creer que trabajaron con el hombre del parche y hubo una traición de uno de los lados, por lo cual ahora hacen trabajo aparte. Sea cual sea el caso, los atraparemos y nos aseguraremos de que no causen más problemas."
La imagen de la televisión cambió a una reportera rubia cuarentona de traje violeta.
"-Esto nos dice la sargento-detective Rebecca Vincent en relación a los recientes ataques habidos, hechos por unos jóvenes disfrazados y autodenominados como 'Tortugas Ninjas'. Según una de las víctimas, la famosa super estrella de artes marciales, Chris Bradford, asegura que los disfrazados estaban buscando al hombre del parche, creyendo que por ser ambos expertos en artes marciales, llegarían a conocerse. Todavía no tenemos detalles de quiénes pueden ser estas supuestas 'Tortugas Ninja', pero ante cualquier dato que obtengamos, se los daremos aquí. Soy Joan Groady y esto es 'Groady Al Máximo'."
Venus apagó la televisión y miró a los hermanos sentados en el sillón mirando al suelo; después de que Rebecca Vincent diera ese discurso y Joan Groady ese reportaje de mala fama, ahora tenían más razones para estar preocupados.
-Creo que en serio metieron la pata... -dijo Venus, cruzando los brazos.
-Sí, no me digas... -se quejó Raph.
-¿Bromeas? Los chicos patearon traseros en serio, ¡fue asombroso!
-Howie, ¿qué parte de esta situación te parece asombrosa? ¡Los chicos están afuera mezclándose con criminales! -le regañó Venus todavía sobresaltada.
-¡Oye! No nos mezclamos con criminales, los enfrentamos y les damos una lección. -respondió Raph ofendido.
-Como sea, eso no es bueno; podrían hacerles daño, ¡verdadero daño! ¿Qué no se dan cuenta? -continuó Venus.
-Tch, no pienses en eso y mejor concentrémonos en lo que de verdad importa -se prosiguió Donnie.
-Si, como nuestra reputación manchada, ¡ellos piensan que somos los malos! -se quejó Mikey dramáticamente.
-Yo me refería a la computadora. -corrigió Donnie hastiado. Este se encontraba en la esquina del sofá con la computadora en el regazo.
-¿Tuviste suerte accediendo a ella? -pregunto Leo con curiosidad.
-No, sí fueron lo bastante astutos como para ponerle contraseña, pero por ahora la fecha de cumpleaños de Bradford no es, le concedo que no es tan tonto como para usar eso como protección de su computadora.
-Por el lado bueno tienen una forma de descubrir donde está el hombre del parche, por el lado malo, ahora creen que eran del mismo bando, lo cual complica las cosas. -Venus se tomó la barbilla pensativa.
-¿Por qué no pruebas con "Chris Bradford"? Ese tipo es un ególatra de primer nivel. -sugirió Raph a Donnie.
-No creo que sea tan sim... -Donnie tecleó esto mientras hablaba y la laptop se desbloqueó. Se abofeteó a sí mismo para ver si no vio mal, y no, no vio mal, la desbloqueó- Okay, Raph tenía razón, Bradford sí que es un ególatra...
-Ve si puedes entrar a los archivos. -dijo Leo, encimado sobre Donnie. Éste buscó en la carpeta y encontró que de nuevo estaba codificado.
-Agghh esto será difícil. -Donnie empezó a teclear la laptop, tratando de desencriptar los archivos. Leo se levantó, mientras que Mikey seguía parloteando de la preocupación por su reputación manchada.
-Oye, Leo. -Howie llamó a su amigo y éste la miró- Venus y yo nos queremos unir a su equipo.
De repente Donnie dejó de teclear, Mikey de paniquearse y Raph de enfurruñarse en la esquina del sillón.
-¿Cómo dices que dijiste?
-Nos uniremos al equipo. -dijo Howie con decisión- Yo quiero hacer la parte de patear. -la niña dio una patada al aire en lo que dijo eso.
Leo miró a sus hermanos, ellos asintieron, y éste miró a Howie.
-No.
Howie dejó las maromas que hacía y no miró a Leo. Sonrió malvada y luego volteó a verlo.
-Te sugiero que reconsideres tu respuesta.
-Sigue siendo no.
-Hm, okay. -la niña sacó su celular, un teléfono flip amarillo, y marcó al 9-1-1.
-¿A quién llamas?
-A Vincent, le diré que ustedes son las Tortugas Ninja.
Ante esa respuesta, Leo intentó arrebatarle el celular a Howie, pero ella como buena kunoichi en entrenamiento lo esquivó.
-¡Agárrenla!
Los otros tres dejaron lo que hacían y corrieron a atrapar a Howie, quien era bien escurridiza la desgraciada, por lo cual se caían o tropezaban, tratando de agarrarla, pero de repente Vincent contestó y los cuatro se quedaron estáticos.
-¿Hola, Caitlyn? ¿Ocurre algo, cariño?
Leo no vio más opción que darle a la niña lo que quería.
-Bien, pueden unirse, solo cuelga. -susurró Leo, tratando de no gritar. La niña sonrió satisfecha.
-Oh, ¿detective? Lo siento, debí marcar por error, discúlpeme.
Vincent pensó un momento la respuesta y por el otro lado de la línea negó con la cabeza.
-No pasa nada, linda, solo recuerda que esta línea es solo para emergencias, ¿de acuerdo?
-Como diga, detective, que tenga buena noche. -y la niña colgó. Los cuatro hermanos miraron a Howie con ojos furiosos y ella se frotó los nudillos en el pecho, como si los lustrara- En el amor y la guerra todo se vale, señoritas. -se burló la pequeña con aires de superioridad.
-Esto no acabará bien... -dijo Raph para sí mismo.
Con el pasar de los días, Venus y Howie conocieron la guarida de los hermanos y Donnie les fabricó armaduras a ellas también. Con ayuda de las chicas lograron convertir el cuarto grande y vacío en un dojo de ninjutsu, donde ahora ellas entrenaban junto a los hermanos.
Conforme hacían eso y dejaban a las chicas entrenando en el dojo, ellos salían a las calles en disfraces y se encargaban de diferentes criminales, como ladrones, asaltantes, uno que otro tipo intentando atacar a mujeres en la calle, o drogadictos. En una de esas noches, Raph y Donnie estaban por su parte patrullando, cuando escucharon golpes en un callejón cercano. Ambos se acercaron y lo que vieron francamente los sorprendió: dos tipos intentaban atacar a una chica y ésta los estaba golpeando sin dudarlo, como si supiera defensa personal. Raph silbó.
-Esa chica es ruda.
-No sé si haría mi esposa a una chica así... -dijo Donnie con algo de duda.
-No, tú quieres a la pelirroja que viste de amarillo como tu esposa. -rio el puertorriqueño, causando que su hermano le diera un ligero empujón sonrojado. Raph siguió mirando a la chica pelear, cuando de repente, de entre las sombras, salió otro tipo que la tomó por detrás de los brazos para evitar que siguiera golpeando a sus compañeros, y en eso uno de los tipos intentó sacarle los pantalones mientras ella pataleaba y gritaba. Raphael enfureció- Dame cinco minutos y me encargo de esos sujetos.
-Tú llama si necesitas ayuda. -Donnie se sentó en el borde del edificio a ver su T-Phone sin preocupación. Raph se acomodó la capucha y saltó abajo.
La chica era castaña, de piel de un tono canela muy ligero, ojos negros como la noche y medía como dos centímetros menos que que Donnie. Y era algo musculosa. Justo cuando uno de los tipos terminó de sacarle los pantalones y el otro se bajaba los suyos, a ese tipo Raph lo agarró por atrás y se lo llevó a las sombras. Los dos tipos miraron alrededor, y el que sostenía a la castaña se asustó.
-Amigo, es uno de los vigilantes esos que salieron en las noticias. -dijo asustado.
-¿Las Ranas Kung Fu? Esas son patrañas. -lo regañó su compañero- ¿Sabes? Si Phillip no terminará el trabajo, yo lo haré. -se empezó a bajar los pantalones, cuando de repente "Phillip" fue lanzado desde las sombras del callejón hacia donde estaban los otros dos, atado y con cinta en la boca.
-¿Quién sigue, sacos de basura? -preguntó Raph, engrosando la voz oculto.
El tipo que sostenía a la chica la soltó y ella del shock sólo alcanzó a subirse sus jeans.
-¡Sal de donde estés, cobarde! -ordenó uno de los tipos.
Raph salió con su capucha puesta de las sombras, solo con sus puños desnudos. Alzó la mirada, dejando a los dos atacantes ver su mirada oculta por la máscara que revelaba furia.
-A la cuenta de tres, van a agarrar a su amigo, se irán, y no volverán a intentar violar mujeres, todo esto antes de que me enoje en serio. -dijo Raph, o Nightwatcher, siendo este su alias de vigilante, lo más calmado posible, pero los tipos simplemente se pusieron en posición de pelea, a lo cual Raph sonrió- Ahora sí me enojé.
La Tortuga Ninja corrió hacia ellos y los atacó ferozmente, haciéndoles tajos con su sai o golpeándolos, cuando de repente, uno de los tipos lo tomó del cuello con su brazo mientras Nightwatcher golpeaba al segundo, por lo cual empezó a asfixiarlo. Antes de que pudieran hacerle algo más, la castaña corrió hacia el tipo que asfixiaba a Nightwatcher y lo golpeó con su puño desnudo, sacándole sangre de la boca.
-No soy una rana kung fu. Soy una Tortuga Ninja. Ahora sáquense de aquí.
Ambos salieron corriendo, no sin antes agarrar a su amigo noqueado, ahora seguros de no querer volver a atacar a mujeres en la noche por el resto de sus vidas.
Nightwatcher miró a la chica y ella a él, ella prácticamente mirando un poco hacia abajo, considerando que ella era siete centímetros más alta. El vigilante se bajó un poco la capucha y sacó su gancho de ataque, pero antes de poder lanzarlo, ella lo interrumpió.
-¡Espera! -ella estiró la mano para detenerlo y él la miró- Gracias... sea cual sea tu nombre.
Raph pensó su respuesta con cuidado.
-Nightwatcher. Puedes decirme Night, si es que nos vemos de nuevo. -respondió fingiendo una voz, lanzó su gancho y se columpió hacia arriba. La chica vio como su compañero de nombre desconocido se le acercaba, le decía algo y ambos se iban, haciendo piruetas por los tejados.
-Gracias... Night.
Al día siguiente
En el salón del club de boxeo, los miembros de este (seis jóvenes, incluido el Puertorriqueño oji-verde) mas el coach, un hombre adulto de unos treinta y cinco años, se encontraban tomando lista de los miembros que integrarían dicho club, puesto a que como el año escolar recién iniciaba, los clubes todavía se estaban consolidando. El entrenador estaba tomando lista de los nuevos miembros del club, mientras que Raph ya quería que inicien la actividades, para poder golpear y callar a todos los chismosos que no paraban de molestarlo preguntándole por los moretones que este tenía en el rostro.
-Hey, Raph. -habló Nathan- Muchas gracias por apoyarnos en esto... pero, en serio, ¡¿qué camión te atropelló?!
Raph estaba a punto de matar a alguien, estaba harto de tener que inventar excusas sobre su poco favorable estado, y no podía decir la verdad tampoco.
De repente, para su buena suerte, alguien más entró por la puerta, desviando la atención de sus heridas. Era una chica de piel canela, de pelo castaño, largo y lacio atado en una cola de caballo alta, ojos oscuros y de 1.75 de altura, vestía una musculosa negra, una chaqueta deportiva rosa, calzas negras y zapatillas deportivas blancas. Todos los varones presentes se quedaron anonadados en cuanto la vieron (como si hubieran visto a la Llorona).
-¿Este es el club de boxeo? -preguntó la muchacha. El resto no dio ni un resuello en respuesta, a lo cual ella no tuvo paciencia y espetó- ¡¿QUÉ PASA?! ¡¿Tengo algo en la cara o qué?!
Finalmente Josh, un chico de nacionalidad árabe-americana, tomo la palabra.
-Eemm... pues sí, es el club de boxeo. -con algo de burla y risa en su tono- ¿Por qué te interesa saberlo?
-¡Quiero unirme! -afirmo ella con seguridad y firmeza. Dicha idea despertó interés y algo de emoción en Raph, puesto a que él ya había visto de lo que era capaz esa chica la noche anterior, además de que no lo podía negar, ella le resultaba muy atractiva. Pero muy al contrario de él, el resto de los varones presentes (a excepción del entrenador Wilbur) estallaron en carcajadas ante la solicitud de la recién llegada, causando que esta se enoje con indignación.
-¡¿Qué es tan gracioso?! -bramó con ira.
-Jajaja, lo siento, linda. -respondió Dustin, un chico de cabello moreno rizado- Perooo el boxeo no es cosa de niñ-
-¡NO te atrevas a decirme así! -espeto ella en un tono tan amenazante que hizo que todos dejaran de reír- Yo he entrenado mi físico desde los diez años y tengo experiencia previa y habilidad en el boxeo. ¡Puedo con cualquiera de ustedes! -recalco con confianza.
-Uuuh, ¿de veras? -cuestiono sarcástico Dustin, haciendo que al la chica le hierva la sangre. En eso, Wilbur, el coach, hizo sonar su silbato, llamando la atención a todos los presentes.
-¡Suficiente! -exclamó el coach Wilbur- ¿Cuál es tu nombre? -preguntó a la muchacha.
-Maria Isabela Gioconda Calleigh Fanlo.
-Pffft, vaya nombrecito. -rio Josh.
-¿Tienes algún problema con mí nombre, idiota?
-Ninguno, hermana, solo que un nombre como "María Isabela" no le queda a una boxeadora. -respondió Josh tirando cizaña.
-¿Podríamos ponerte un apodo? -sugirió Nathan, esperando con esto de apaciguar las llamas.
-Eso para después. -dijo Wilbur- Yo creo que la señorita Calleigh podrá entrar, SI logra derrotar a uno de mis estudiantes. -sonrió con confianza- Seguro no debe ser problema para ti.
-Oh, puedo patearle el trasero a cualquiera de ustedes con los ojos cerrados. -la chica golpeó su palma contra su puño.
-Pelea con Raph entonces. -dijo Nathan, empujando a Raph hacia adelante.
-¡Oye, ¿por qué yo?!
-Tu le diste a Jayden ese knock-out en el cambiador, sé de lo que eres capaz, viejo. -dijo Nathan, tratando de alentarlo.
-Yo... prefiero no golpear mujeres.
-¿Qué? ¿Tienes miedo de que te gane una? -preguntó María Isabela desafiante. Esa fue la gota que para Raph colmó el vaso.
-Tráiganme unos guantes.
Raph y María Isabela subieron al ring; Raph se puso unas bermudas negras y zapatillas rojas, mientras que Mona se quitó su chaqueta rosa, quedando en su conjunto negro, revelando sus brazos musculosos (a un nivel normal, no de físico culturista). Ambos se pusieron guantes de box, Raph unos rojos y ella unos azules. Wilbur sopló el silbato y la pelea empezó.
Antes de que Raph pudiera hacer nada, la chica le dio un golpe digno de un knock-out, en la cara, que lo mandó un par de metros para atrás. Los espectadores vieron eso con la boca abierta, pues estaban convencidos de que Raph iba a trapear el piso con la chica.
-¿No que eras el mejor golpeador del equipo? Me decepcionas, Raphita. -dijo ella con dificultad, pues tenía esa pieza plástica para los dientes que usaban los boxeadores.
Raph se acomodó su protector dental y se enderezó, lanzando puñetazos que la chica bloqueaba con sus brazos. En eso la chica le dio con su pantorrilla en la cintura, luego un gancho izquierdo, gancho derecho, izquierdo otra vez, y luego lo golpeó desde abajo de la quijada, tirándole el protector dental y básicamente dejándolo en un knock-out.
Todos vieron eso con los ojos y la boca abiertos, pues esperaban que mínimo Raph le diera pelea a María Isabela, pero ella era muy ágil y rápida en combate. Wilbur sonrió en lo que anotaba el nombre de la chica.
-Bueno, María Isabela, creo que ya eres miembro oficial del club de boxeo.
-¡Sí! -celebró la chica- ¡En sus caras, montón de boxeadores mediocres!
-¿Qué tal Mona Lisa?
Todos miraron a Raph sorprendidos, pues esperaban que después de ese knock-out, no volviera a mover la mandíbula, pero esté estaba hablando sin problemas.
-Gioconda es el nombre de la Mona Lisa, y la Mona Lisa es la mujer más bella en el mundo del arte, podríamos llamarte así.
"Mona Lisa" quedó algo shoqueada, pero sonrió, mientras que los demás varones se le quedaron mirando raro.
-¿Desde cuándo eres tan cursi? -preguntó Josh confundido. Riley, un chico de cabello corto al ras de la cabeza, le puso a Josh una mano en el hombro.
-Josh, haznos un favor y cállate, disfruta el momento...
Mona, aún sonriendo, se quitó uno de los guantes y le ofreció a Raph la mano. Éste la tomó y lo ayudó a pararse.
Conforme pasaba el tiempo, al menos para el dominio público, los vigilantes conocidos como "Tortugas Ninjas" se volvieron un fenómeno popular, ya que casi todos hablaban de ellos, aunque no necesariamente bien. Pues muchos consideraban que estas "Tortugas Ninja", solamente eran remedos de vigilantes que no sabían lo que hacían. Además de haber atacado a la super estrella Chris Bradford, detenido a unos ladrones de robar un banco y habiendo salvado a una chica de ser violada, seguían siendo para muchos solo criminales con máscara de superhéroes.
Mientras tanto, en otra aula común de la escuela dos chicas se reunían. Este era el club de periodismo y por el momento, Abril O'Neil, la líder del club, se encontraba anotando cosas en una pizarra, mientras que a un par de mesas de distancia, su mejor amiga Irma Langstein se encontraba revisando en su teléfono lo más reciente en redes respecto a los estudiantes; le fastidiaba la vida superficial que plasmaban sus compañeros, pero como editora debía mantenerse al pendiente.
-Perdón por llegar tarde. -saludó Kevin al entrar por la puerta, aparentemente había corrido hasta el lugar- Me entretuve con Mel y no me di cuenta de la hora.
-Cielos, Lairdman, por lo menos aparenta que esto te interesa. -le reclamó Irma finalmente saliendo de su teléfono- No tenemos todo el día, al menos yo no.
-¿Y se puede saber qué es tan importante para la señorita que debe apurarme? -le prosiguió Kevin algo irritado. Una cosa es tener que participar en algo extra curricular y aburrido, y otra cosa era hacer eso junto con Irma.
-Cosas que impliquen por ejemplo dejar de ver tu cara molesta. -le replicó Irma volviendo a ver su celular.
-Vos sos quien para hablar, cuatro ojos. -le contestó el chico en español.
-¿Cómo me dijiste? -le reclamó la muchacha. Pero antes de que siguieran, oportunamente Abril terminó con lo suyo.
-Chicos, chicos ¿podemos concentrarnos? Creo que encontré nuestro titular estelar. -dijo algo emocionada señalando la pizarra. En ella había pegado recortes de periódico y "fotos" captadas de los vigilantes, además se podía leer con plumón rojo en el centro "¿Quiénes son?" Los otros dos chicos la miraron con apatía.
-¿Los vigilantes? ¿En serio, Abril, no hay nada más original para hablar que el tema del mes, como no sé, la nueva legislación en Alabama? -le cuestionó Irma sarcásticamente. Ya habían demasiados conspiranóicos en línea hablando de eso.
-Quizás, pero nadie habla, o sabe sobre la verdad detrás de ellos, como, ¿qué quieren? ¿Por qué hacen esto? ¿O quienes serán? Y por eso yo quiero hacerlo: averiguar y desmentir los rumores. Alguien tiene que hacerlo. -le contestó Abril decidida.
-Es un buen punto para mí. -contestó Kevin encogiéndose de hombros. Al fin y al cabo no le interesaba mucho, solo estaba ahí por los puntos extra.
-Okay, Lois, dinos ¿cuál es tu plan para revelar a Superman? -le cuestionó Irma ante lo obviamente difícil que sería hacer una investigación con literalmente, NADA con qué trabajar.
-Simple, empezaremos interrogando a los auténticos testigos de las Tortugas Ninja. -dijo con confianza agitando en su mano una carpeta. Irma la tomó y vio que eran copias de expedientes policiales con información de los reportes de los vigilantes.
-¿Cómo recoronchos conseguiste esto Abril? -preguntó Kevin que por sobre el hombro de Irma alcanzó a ver.
-Tengo mis fuentes. -agregó la chica con un poquito de presunción- Ahora, ¡empecemos con la verdadera investigación!
Abril esperaba que esto fuera fácil, pero lastimosamente fue todo lo contrario. Ahora muchos alumnos eran fans de los vigilantes, sí, pero no había testimonios concisos sobre estos. Y eso que no muchos profesores consensuaban su fanatismo por justicieros no autorizados, pero a los alumnos eso poco les importaba. Las Tortugas Ninja eran celebridades en Roosevelt y eso ya era novedad. Sin embargo, los tres reporteros no tuvieron mucha suerte.
-Yo escuché que Kirsten Dust de segundo año los vio y que en realidad son vampiros. -dijo un chico de primero en su entrevista. Kevin tenía una vídeo-cámara pequeña (como la de Miles Upshur/Waylon Park de Outlast) grabando la conferencia, Irma tenía una grabadora de audio y Abril anotaba todo en un cuaderno.
-Hay rumores que dicen que puede que uno de los del club de karate sean uno o todos ellos. -explicó Kirsten.
Abril anotó esto interesada mientras que Kevin e Irma se miraban entre sí sin saber qué pensar.
-Si nosotros fuésemos lo vigilantes, ¿crees que se los diríamos? -preguntó Jayden apáticamente con uniforme de karate.
-¿Lo eres? -cuestionó Abril insistente.
-¡No! ¿En serio tengo pinta de que me gusta golpear criminales?
-Pues golpeas a los de primer año sin remordimiento, así que no, no me lo pareces. -dijo Kevin sarcásticamente.
-¡Cierra la boca, camarógrafo de segunda!
-Vení y decímelo a la cara, ¡fachista de mierda!
-Esto es América, habla Inglés, maldito inmigrante.
Kevin le dio a Irma la vídeo-cámara y se arremangó las mangas de su chaqueta de River Plate negra y roja, listo para darle a Jayden su merecido.
-Soy Papá Noel y este año te portaste tan mal que te voy a dar un buen par de piñas, la recalcada concha de tu madre.
-Ya, listo, relájense. Jayden no es de los vigilantes, y Kevin tiene todo su derecho de hablar el idioma que se le plazca, ya nos vamos. -Abril dirigió a Kevin e Irma lejos del club de karate y Jayden se fue con su compañero a practicar.
-Que nosotros somos los vigilantes, O'Neil sí que tiene la cabeza en las nubes, ¿no, Tang?
Leo asintió casualmente mientras que en su mente agradecía que no lo hubieran entrevistado a él, porque le daba pánico escénico estar en cámaras, y lo más probable era que hubiera escupido toda la verdad.
Los tres reporteros regresaron a la sala de uso común con toda la información que recolectaron, pero se sorprendieron de ver a un profesor ahí.
-Oh, hola, profesor, ¿le interesaría ver el artículo en el que trabajamos? -preguntó Abril cordialmente. El profesor tenía cara de pocos amigos en lo que leía todas las teorías conspirativas que tenía Abril escrita en el pizarrón. Repentinamente, con su mano, tiró todos los recortes pegados al piso y empezó a borrar lo escrito en éste- ¡Oiga, ¿qué hace?!
-No consiento este tipo de reportajes, así que abandonará esta investigación de fantasía y comenzará con reportajes reales, o puede despedirse de su puesto en el club de periodismo. -dijo una vez terminó de borrar el pizarrón. Abril se sentía indignada, todo su trabajo para ella importante y la escuela merecía conocer la verdad, pero este viejo decía que no solo porque él no quería. Abril tomó aire.
-Está bien, como diga. -la chica se adentró y empezó a recoger sus papeles, recortes e informes y los puso en una caja de cartón cercana.
-¿Qué está haciendo, señorita O'Neil?
-Dijo que puedo abandonar la investigación o el club de periodismo, prefiero dejar este club de segunda y haré una investigación independiente sobre los vigilantes. -dictaminó la chica, ya con todas sus cosas en la caja.
Irma y Kevin vieron que para Abril esta historia era muy importante, y ella era muy buena amiga suya, no podían dejarla sola. Irma dio un paso al frente.
-Lo haremos las dos, -siguió Irma decidida- porque yo también renuncio.
Kevin se vio rodeado por la expectativa y se encogió de hombros.
-Total este club nunca me gustó, también renuncio.
El profesor, completamente despechado, vio a los alumnos recoger todos los recortes y archivos y salir por la puerta, completamente indignado.
-Gracias por acompañarme, chicos. -sonrió la pelirroja- ¿Pero cómo conseguiremos que el reportaje sea público sin los medios periodísticos necesarios?
-Abri, este es el siglo XXI, la tecnología ha avanzado mucho, ya casi nadie más que los adultos lee el periódico. -dijo Irma con seguridad.
-Sí, están más de moda los blogs de noticias y podcasts. -siguió Kevin. De repente se le prendió un bombillo- Hey, Mel sabe mucho de tecnología e informática, podría ayudarnos con el blog.
-Solo buscas excusas para que ella esté contigo. -reprochó Irma y Kevin le enseñó la lengua. Abril rio, agradecida de tener a amigos tan leales como los que tenía.
Leo se encontraba sentado al borde de la piscina de la escuela, dándose tiempo para meditar en todo lo que había pasado en los últimos días; tan inmerso estaba que no se dio cuenta de una presencia que se acercaba a sus espaldas.
-Leonardo.
-¡Ah! -Leo se sorprendió tanto que se deslizó cayendo a la piscina, al salir a la superficie pudo ver que quien le llamaba no era otro que- ¡Usagi! Me asustaste.
-Puedo notarlo -respondió el muchacho mientras le extendía la mano para ayudarle a salir del agua- No deseo ser entrometido, pero no es correcto que te pierdas tanto en tus pensamientos de esa forma, mucho menos aquí.
Su amigo le indicó con la mirada como otros chicos jugaban con toallas y a empujar a la piscina a los desprevenidos. Leo captó, le pedía tuviera más cuidado.
-Si, perdón. He estado algo ocupado estas semanas y casi no he tenido tiempo para detenerme a pensar. -le contestó con una sonrisa avergonzada.
-Puedo imaginarlo. -le contestó suavemente mientras se sentaba en posición de loto a su lado- ¿Deseas hablar sobre eso?
Leo lo pensó un momento; sabía que Usagi era de fiar, fue la primera persona que se presentó a apoyarlo sobre lo de su padre y en las semanas en que llevaban conociéndose había podido percibir que era una buena persona sin intereses de por medio, pero tampoco podía contarle sobre lo que hacía con sus hermanos.
-Pues en tiempos más recientes, he tenido que tomar decisiones bastante importantes para mi familia, y tengo miedo de hacer las cosas mal. ¿Cómo sé que estoy haciendo lo correcto si no hay nadie que me indique cómo hacerlo?
Usagi meditó por un instante sus palabras, y por un momento Leo temió haber dicho demás, cuando justo Usagi colocó una mano en su hombro y le contestó:
-Una vez un buen maestro que tuve me dijo a una vez: Cuando tomas una decisión que no es para ti, la razonas con la mente, pero lo decides conforme lo dicte tu corazón. -le dijo con una sonrisa amable- Si la decisión que tomas la sientes correcta en tu corazón, entonces es la decisión correcta, solo confía en ti y en tu esfuerzo, sé que en tu caso seguramente saldrá bien.
Leo sonrió, pero antes de que pudiera decirle gracias a su amigo albino, dos chicos aparecieron por detrás de ambos y los empujaron a la piscina. Los dos amigos emergieron a la superficie, viendo a unos chicos de primer año carcajeando, uno rubio con peinado de surfista y otro pelinegro rizado, ambos carcajeando.
-Jason, Pete, eso no da gracia.
-Lo siento, compadre, tu hermano Mikey nos pagó. -respondió Jason, el rubio, apuntando a las escaleras. Leo miró a las escaleras y vio a Mikey sacando fotos con su celular personal.
-¡MIKEY!
-¡Hora de irse! -Mikey se fue corriendo y Leo salió, aún empapado, a perseguir al rubio para que borrara esas fotos.
Cima de un edificio, 07:37 PM
Los hermanos, Venus y Howie estaban ahora en la cima de un edificio, los seis con sus disfraces. Howie y Venus tenían su cabello en una trenza cada una.
-Okay, antes de empezar, ¿tienen nombres claves?
Ambas se miraron la una a la otra y luego a Leo confundidas.
-Usamos nombres clave para no revelar nuestras identidades. Por ejemplo, yo soy Lightblade.
-Nightwatcher.
-El mío Metalhead.
-¡Y yo Chalupa!
Howie mostró apatía en su semblante.
-Es claro quién se lo toma en serio y quién no...
-Sí, es necio... como sea, ¿los tienen?
Venus pensó un momento y luego sonrió.
-Afrodita. Ya saben, porque Venus es la versión Romana de Afrodita. -dijo ella con pena.
-Si vas a ser así de ególatra, yo seré Queen. -sonrió Howie/Queen.
-Oh, ¿por la banda? -preguntó Mikey inocentemente
-¿Qué? No, dah, porque soy una reina, obviamente. Y además es estrafalario. Y no conozco a nadie más estrafalaria que yo.
-¿Desde cuando conoces el significado de esa palabra? -preguntó Metalhead.
-Desde que catalogas diccionarios por diversión.
Metalhead alzó un dedo queriendo contradecir a la niña, pero al verlos a todos mirándolo sin expresión alguna, supo que tenían tazón.
-Muy bien, como es su primera noche, mejor que vayamos por algo sencillo. -propuso Leo- Metalhead, ¿algo en la radio?
-Calibrando... ya. -logró sintonizar uno de los canales.
-"Atención, unidades, tenemos otro 10-14 en Delancy, son los Dragones Púrpura otra vez."
-¿No son los ladrones con los que pelearon su primera noche? -preguntó Afrodita.
-Sep, y Delancy no está lejos, andando. -dictaminó Leo.
Todos empezaron a correr.
Fong, Tsoi, Sid y Ángel corrían con más bolsas de dinero, mientras que las Tortugas los perseguían por los tejados.
De repente Ángel volteó a ver arriba, por alguna razón, y vio a los vigilantes detrás de ellos. Entró en pánico.
-¡Fong, son los vigilantes! -gritó Ángel sin dejar de correr. Fong volteó y vio a los vigilantes, ahora con dos nuevas integrantes, persiguiéndolos.
-¡Rayos, es como si se multiplicaran! -se quejó el líder- ¡No dejen de correr!
Los Dragones siguieron corriendo y desde arriba, Lightblade les hizo a sus ninjas unas señas. Apuntó a las chicas y luego a los Dragones, diciéndoles que se adelantaran y los interceptaran. Afrodita estaba algo nerviosa, pero corrió junto a Queen y saltaron frente a los Dragones, justo cuando ellos cruzaron a un callejón.
-No se muevan. -ordenó Afrodita, también engrosando la voz. Los Dragones se quedaron estáticos un momento y empezaron a carcajear, por el simple hecho de que los vigilantes creían que dos niñas lograrían intimidarlos. Queen no esperó y le dio una patada estilo Jackie Chan a Fong en la entrepierna.
-¡Cuidado que aprendí a dar patadas gracias a Cristiano Ronaldo! -exclamó Queen presuntuosamente y luego le dio otra patada a Fong en la cara. Desde arriba, los hermanos miraban.
-Okay, van bien, por ahora. -dijo Nightwatcher.
Afrodita sacó dos uchiwas y las extendió, haciendo una pose de pelea.
-Dejen el dinero y no los lastimaremos.
Sid tiró la bolsa de dinero, listo para huir, pero Tsoi lo detuvo, y se acercó a Queen, quien forcejeaba con Ángel, para luego darle una patada en el estómago, tirándola al suelo. Queen se quedó sin aire y Afrodita se congeló sin saber qué hacer.
-Al contrario de Sid o Fong, no tengo problema en golpear mujeres. -y le dio a Afrodita un golpe en la cara. Lightblade decidió que no podía dejarlas más ahí, por lo cual miró a los demás y con la mirada les dijo "andando".
Los cuatro aterrizaron alrededor de Tsoi, Sid, Ángel y Fong, quien estaba recuperando el aliento, y ahora Tsoi supo que había metido la pata.
-Jejeje, ¿saben? Cuando dije que me gusta golpear chicas, estaba bromeando.
-Qué bueno, porque nosotros nos tomamos muy en serio las golpizas. -dijo Nightwatcher, golpeando su puño en su palma.
Los Dragones se vieron rodeados y acorralados, por lo cual dejaron las bolsas de dinero y huyeron aterrados.
-¡Policía, llévanos a la cárcel! -gritó Sid asustado.
Una vez los Dragones se fueron, dejando el dinero, Lightblade volteó a ver a las chicas.
-¡¿Es en serio?! -gritó Lightblade colérico, y era raro verlo tan enojado, por lo cual las chicas sabían que habían metido la pata- ¡Tenían a los asaltantes en frente y se paniquearon!
-¡Nunca he golpeado a nadie con intensiones de lastimarlo, Lightblade! -exclamó Afrodita, también molesta- ¡Pudiste ponernos en el puesto de vigilancia en lugar de mandarnos directamente a atacar!
-¡Ustedes fueron las que tanto pidieron entrar al equipo! -gritó Nightwatcher también.
-¡No le grites a Afrodita! -gritó Queen.
-¡No me grites por gritarle a Afrodita!
-¡No le grites a Queen por gritarte por gritarme!
-¡No le grites a Night por gritarle a Afrodita por gritarte!
-¡No me grites por gritarle a Night por gritarle a Afrodita por gritarle a Queen por bla bla bla bla bla!
-¡YA BASTA! -gritó ahora Donnie- ¡Esto no nos lleva a ningún lado!
-Cierto... dejar a las chicas entrar al equipo fue un error. -dijo Nightwatcher molesto. Afrodita y Queen vieron esto con miedo.
-No lo dices en serio, ustedes también metieron la pata en su primera misión. -reclamó Queen.
-Sí, pero nosotros conseguimos resultados. -gruñó Nightwatcher.
-Lightblade, Chalupa, Metalhead, por favor... -suplicó Afrodita- No nos echen...
El líder del equipo lo pensó un momento.
-Vuelvan a la guarida, y lo hablaremos al volver.
Las chicas miraron abajo, pero no protestaron, sabían que haciendo eso no ganarían nada. Obedecieron y con sus ganchos de ataque se columpiaron a los tejados, volviendo a la guarida. De repente el T-Phone de Metalhead sonó, pues le llegó una notificación.
-Oigan, tengo algo de la laptop. -avisó, mirando lo que decía- Logré enlazar su contacto a mi celular, así que lo que sea que ésta reciba, lo recibiré yo también.
-Cierra el pico y dinos lo que dice. -apuró Nightwatcher. Metalhead leyó.
-Hay un cargo de armas ilegal siendo entregado en el Hotel Lobo abandonado. Podemos interceptarlo. -explicó brevemente Metalhead.
-Andando.
Hotel Lobo, 08:51 PM
Los hermanos entraron por una puerta trasera al hotel abandonado, pero lo que no esperaban era encontrar el lugar vacío. Miraron el lugar, el lobby estaba aún con sus muebles pero quemados. Metalhead alumbraba con una linterna.
-Recuérdanos por qué el hotel fue abandonado, Metal...
-Pues hace unos diez años hubo una fuga de gas en el edificio y se incendió, una vez apagado no lo quisieron reconstruir, por lo cual el lugar cerró...
-¿Estás seguro que aquí era el lugar de tráfico de armas? -preguntó Lightblade.
-Sí, estoy seguro.
-Pues parece un buen lugar para tender una trampa... -dijo Chalupa, y de repente un shuriken fue lanzado a la linterna, destruyéndola y apagando la luz.
-O una emboscada.
En medio de la oscuridad, los hermanos sintieron como varias manos los agarraban y amordazaban, arrebatándoles sus armas y dejándolos sentados en el suelo, atados con cuerda y con cinta en sus bocas, exactamente como ellos les hacían a los criminales que atrapaban. Una vez estaban todos amordazados, la luz se encendió, revelando a un montón de ninjas de trajes y máscaras negras con detalles rojos. Entremedio de ese ejército de ninjas, salieron tres jovencitas, una de dieciséis, otra de diecisiete y otra de dieciocho.
La de dieciséis tenía el cabello negro largo, recogido en una coleta, tenía un traje de ninja gris con vendas turquesas en el cuello, los antebrazos, pantorrillas y cintura (realzando esta un poco). Era japonesa y curiosamente sus ojos eran de un tono oscuro de turquesa. Tenía una máscara que le cubría la parte de abajo del rostro, como una mascarilla de doctor. De arma tenía unas kamas. Tenía delineados los ojos de negro, lo cual los hacía lucir aún más rasgados.
La segunda, de diecisiete años, tenía un traje negro con detalles dorados y violetas, un sombrero de bruja y su cabello negro era largo y suelto, tenía sombra de ojos negra con violeta, labial del mismo color y sus ojos eran dorados. También era japonesa y tenía de arma una cadena con un sable cuerno de alce.
Por último, la mayor de dieciocho años, tenía el cabello negro corto con algunos flecos, rapado en la nuca y ésta teñida de rubio. Tenía delineador negro con marcas rojas en los párpados. Era japonesa y tenía un traje de ninja negro con algunas partes de armadura plateada. Tenía también una máscara tipo bozal de metal que le cubría el rostro. La mayor se arrodilló frente a Lightblade y se quitó su bozal, revelando sus labios pintados de rojo.
-Vaya, vaya, vaya, eso fue mucho más fácil de lo que creímos.
La chica con complejo de bruja empezó a reír a carcajadas mientras que la otra estaba seria como si estuviese en un funeral. La de cabello corto se puso de pie.
-Shinigami, vigílalos. Flor de Loto, llama a nuestro maestro. Es hora de que venga por su premio.
