Le dio una mordida a su porción de pizza.
-Esto es un asco.
-Lo sé, ¿por qué le pones piña a la pizza?
-Hablo de la situación, Howie.
La niña dejó de sacar la rodaja de piña de su pizza e hizo un puchero. La situación ahora era un asco, Venus tenía razón. Estar en la guarida mientras los hermanos estaban pateando villanos y protegiendo a la ciudad no era lo que tenían planeado para ese viernes por la noche.
-Espero que mínimo los chicos se estén divirtiendo.
De repente el T-Phone de Venus sonó. Lo sacó y abrió el mensaje. Era simplemente una señal de un localizador del teléfono de Mikey.
-Qué raro, ¿por qué mandarían una señal de un localizador? A menos que...
-¡Estén en problemas!
Hotel Lobo, 09:18 PM
Metalhead en silencio había tomado el T-Phone de Chalupa (pues los dos estaban espalda con espalda y con sus manos atadas alcanzaba los bolsillos de su hermano) y había mandado la señal del localizador. Lo malo era que estaba configurado para todos los celulares, por lo cual los T-Phones de los demás también sonaron. La kunoichi de cabello corto miró a los hermanos suspicazmente. Miró a sus ninjas de negro y les hizo una señal de registrarlos. Cuatro ninjas se acercaron a registrarlos y les sacaron a los hermanos sus celulares, incluido el de Chalupa que tenía en la mano. Metalhead cerró los ojos con molestia, pero sabía que había hecho lo correcto llamando a las chicas.
Los ninjas le dieron a la kunoichi de cabello corto los celulares y los inspeccionó con interés.
-Hmm, Stockman puede ver el sistema de localización que tienen estos aparatos. -Nightwatcher con mucho esfuerzo logró sacarse la cinta de la boca aunque prácticamente se arrancó la piel de los labios.
-No te creas, hermana... ¡T-Phones, autodestruir!
Ella soltó los celulares cuando estos hicieron corto circuito y casi le quemaban las manos. La kunoichi gruñó.
-¡Quítenles las máscaras! ¡Quiero ver sus rostros!
-¡Aléjense, ninjas de segunda! -gritó Nightwatcher, amenazando con incluso morder a los ninjas, pero éstos le pusieron de nuevo cinta en la boca y les sacaron a él y sus hermanos las capuchas y máscaras, tirando estas al piso.
La kunoichi se acercó a los hermanos y se arrodilló en frente de Lightblade, tomando su rostro.
-Qué descortés. -sonrió ella con sus labios color carmín- Mi nombre es Karai. Ellas son Shinigami y Flor de Loto. Somos las aprendizas del mayor enemigo de su padre, Hamato Yoshi.
Lightblade mostró confusión en su rostro y quiso hablar, pero tenía la cinta en la boca.
-Hmm, creo que quiere hablar, Karai. -sonrió la chica con complejo de bruja (Shinigami)
-Le concederé su deseo. -sin cuidado Karai le arrancó a Lightblade la cinta de la boca, de paso lastimándolo.
-Primero, au. -se quejó Lightblade con algo de molestia- Segundo, creo que nos confundes con alguien más, nuestro padre tiene otro nombre.
-¿Ah, sí? ¿Cuál es?
-No es de tu incumbencia.
-No eres muy parlanchín, ¿eh? Bien. -soltó su rostro bruscamente, se puso de pie y chasqueó los dedos. Los ninjas se acercaron a Chalupa y lo tomaron, alejándolo mientras que éste se paniqueaba.
-¡Oye, oye, ¿qué haces?!
-Esta es la cuestión, por cada respuesta que no me des, tu hermano recibirá un golpe. Pero no será un golpe cualquiera, será una patada en el rostro. ¿Guardar sus secretos vale la vida de su hermano?
Lightblade miró a Chalupa, quien negó rápidamente con la cabeza, en señal de que no dijera nada. Miró a Metalhead y Nightwatcher, y ellos hicieron lo contrario, asintieron con la cabeza, en señal de que debían cuidar del menor. Suspiró.
-Bien. Como quieras.
Karai sonrió.
-Empezaremos por sus nombres.
-Soy Lightblade, el latino es Nightwatcher, el moreno es Metalhead y el rubio es Chalupa.
-Qué chistoso, dije sus nombres.
-Pediste nombres, no dijiste los reales. -se mofó Lightblade, pero Karai estaba a punto de hacerle señas a los ninjas de golpear a Chalupa- ¡Está bien, está bien! Yo soy Leonardo, él es Raphael, él Donatello y él Miguel Ángel.
-¿Van a alguna escuela de esta ciudad?
Lightblade bajó la cabeza.
-La preparatoria Roosevelt.
-¿Cómo se llama su padre?
Lightblade dudó, pero no quería que su hermano recibiera una patada en el rostro.
-Tang Katsuro.
Esto último a Karai se le hizo curioso.
-¿Está relacionado a una mujer llamada Tang Shen?
-No, es padre soltero y no tiene hermanos hasta donde sabemos, ¿por qué te importa tanto?
-¿Por qué usan el logo del Clan de Hamato Yoshi si ni siquiera saben quién es?
Lightblade alzó la cabeza confuso y Karai, con su shikomizue, apuntó al logo tallado en su pecho.
-¿Ese logo? Nuestro padre lo usa en sus cosas, creímos que era algo estético.
-Karai, es claro que estos chicos no saben nada de Hamato Yoshi, aunque los amenaces no les sacarás las respuestas que quieres. -dijo Flor de Loto, la de la cola de caballo, poniendo sus manos en jarra.
-Y dime, Loto, ¿tú qué sugieres?
-Mi maestro Takeshi fue el que encontró a Hamato Yoshi. Si quieres que el maestro Destructor reconozca tu esfuerzo, pregúntale por el paradero de Tang Katsuro.
Karai pensó y sonrió como víbora que acaba de ver a un ratón.
-Lo que escuchaste, ¿dónde está su padre?
Lightblade frunció los ojos y miró directamente a Karai.
-Prefiero guardarme ese conocimiento para mí.
-Tsk... no digas que no te lo advertí. -Karai chasqueó los dedos, pero nada pasó. Volteó a ver donde estaba Chalupa, pero los ninjas que debían custodiarlo no estaban- ¿Qué?
-¡Boom-shakka-lakka! -gritó la voz de una niña, niña que los hermanos reconocieron, y desde el techo cayeron varios sacos de harina que causaron una pantalla de humo.
Los ninjas tosieron y las tres kunoichis se escudaron los rostros, sacando sus armas (Loto sus kamas, Shinigami su kusari-gama y Karai su shikomizue). Una vez la pantalla de humo... ¿de harina? Se disipó, vieron las ataduras en el suelo cortadas, las máscaras de los hermanos no estaban y los ninjas que custodiaban a Chalupa estaban atados en el suelo.
-¡¿Dónde se fueron?! -exclamó Karai.
-¡Hay que encontrarlos!
Los hermanos y las chicas salieron a la parte superior del edificio algo cubiertos de harina. Chalupa se sacudió como perro, mientras que los demás se la sacaban con las manos.
-Lamentamos haber hecho esto tan dramático. -se excusó Afrodita.
-Nos retractamos de todo lo que dijimos y agradecemos que hayan venido. -dijo Nightwatcher algo agitado de haber subido escaleras.
-Bueno, el que dijo las cosas mas hirientes fuiste tú. -respondió Queen. Nightwatcher la miró mal.
-Rápido, debemos irnos antes de que esas psicópatas vengan.
-Amm, ¿chicos? -Metalhead apuntó al cielo y de ahí venía un helicóptero con el símbolo de un Pie rodeado de un círculo. El logo del Clan del Pie.
Al aterrizar el helicóptero, de ahí bajó un hombre con una armadura con partes filosas, un casco de metal y guanteletes de metal con garras del mismo material. El casco tenía un bozal de metal que permitía solo ver los ojos del portador, que por cierto uno estaba dañado, prácticamente ciego del ojo izquierdo y se veían algunas cicatrices de quemaduras.
-Vaya... ¿creen que ese sea... "Destructor"? -preguntó Metalhead asustado.
-Pues sí parece un Destructor. -dijo Nightwatcher.
El hombre de la armadura se acercó y los chicos se pusieron en posición defensiva.
-Es una historia realmente interesante, la de cómo mi antiguo enemigo les enseñó ninjutsu... a seis mocosos disfrazados.
-Mira quién habla, las armaduras samurái pasaron de moda en el periodo Edo. -le replicó Chalupa con aires de superioridad.
-Tal vez deje a uno o dos de ustedes vivir para contar la historia. -Destructor sacó garras de acero de sus guanteletes.
-¡Tendrás que atraparnos primero! -se burló Lightblade- ¡Chicas, harina!
-Ehh, ya usamos toda... -dijo Queen nerviosa. La expresión de Leo decayó como tus ganas de estudiar, a una expresión de aburrimiento.
Destructor sonrió bajo su bozal y corrió hacia los adolescentes. Nightwatcher no desperdició tiempo y corrió también, con sus sais en mano, bloqueando y desviando ataques de las garras de Destructor, pero a la vez queriéndolo atacar. En eso, Nightwacher intentó apuñalarle el rostro a Destructor con sus sais, pero éste usó sus garras y le rasgó un brazo. Nightwatcher se apartó gritando y con su antebrazo sangrando y Destructor aprovechó su debilidad y lo pateó en el rostro, noqueándolo.
-¡Queen, cuida a Night, nosotros nos encargaremos! -Lightblade sacó sus espadas, Metalhead su bo, Chalupa sus chacos y Afrodita sus uchiwas. Queen se arrodilló frente a Nightwatcher noqueado, se quitó su máscara, sin bajarse la capucha, y le hizo un torniquete en el brazo.
Lightblade corrió hacia Destructor en intentó atacarlo con sus katanas, pero éste esquivaba o bloqueaba los ataques con sus garras de acero. De repente, Lightblade y Destructor empezaron a forcejear con sus armas, empujándose el uno al otro. Metalhead, Afrodita y Chalupa quisieron correr a proteger a Lightblade, pero justo se puso frente a ellos Takeshi, el hombre del parche al que estaban buscando.
-¡Aaahhh! ¡El hombre del parche! -gritó Chalupa asustado.
-Mi nombre es Takeshi. -dijo Takeshi, sacando un machete de su mano protésica- Y voy a terminar lo que empecé en su casa hace varias noches.
-Inténtalo, Garra de Tigre. -se mofó nuevamente el rubio. Takeshi decidió ahorrarse la diplomacia y sacó un arma con su otra mano y empezó a disparar, pero en lugar de balas disparaba hielo.
-¿"Garra de Tigre"? -preguntó Metalhead, echándose para atrás.
-Claro, su cicatriz tiene pinta de haber sido culpa de un tigre, y-
-Ya entendimos. -musitó Afrodita con miedo.
Los tres ninjas y kunoichi esquivaron los ataques de hielo queriendo acercarse a Garra de Tigre, pero de repente alguien le lanzó a Lightblade un kunai. Antes de que lo lastimara, Nightwatcher, ya habiendo recuperado la consciencia, intervino y con su sai desvió el ataque. Resulta que llegaron las tres kunoichis malvadas a defender a su maestro.
Queen corrió a pelear con las kunoichis, pero al verla las tres se largaron a carcajear como si hubieran escuchado el mejor chiste del mundo. Sin embargo, la niña tomó algo de harina del suelo y la lanzó al suelo como si fuese una bomba de humo, desapareciendo. Las tres miraron alrededor con precaución, cuando de la nada alguien golpeó a Shinigami en la nuca, noqueándola.
-¡Shini! -Karai exclamó, para luego gruñir- ¡Sal de donde estés, mocosa!
De repente alguien le lanzó a Karai una uchiwa en la cara, creándole un corte. La uchiwa regresó como un búmeran a manos de Afrodita, quien lo atrapó y se abanicó el rostro con éste.
-¿Asustada, Karai? -se mofó Afrodita, para luego hacer una pose de pelea. Karai se limpió la sangre de su herida con su pulgar y sacó su shikomizue, sonriendo determinada.
-Ni un poco.
Flor de Loto quiso saltar a pelear con Afrodita, pero Queen, con un par de tonfas, bloqueó el ataque de la kunoichi de las kamas. Ambas forcejearon y, de un golpe, Queen le quitó a Loto su máscara, revelando que tenía los labios pintados de un tono oscuro de turquesa, como sus ojos.
-¿Cómo tienes tanta fuerza? ¡Eres una niña!
-Una niña que entrena ninjutsu con el mejor sensei del mundo, mi hermana y cuatro hombres atorrantes. -en eso le dio un cabezazo en la cara, sacándole sangre por la boca.
Los seis ninjas y kunoichis fueron acorralados contra las letras del cartel "Hotel Lobo", quedando prácticamente al borde del edificio. Destructor dio un paso al frente y sacó sus garras.
-Díganme dónde está Hamato Yoshi, y les prometo que sus muertes serán rápidas.
Antes de que nada pasara, una linterna gigante iluminó desde abajo. Todos miraron abajo, viendo a varias patrullas de policía y de arriba llegó otro helicóptero, esta vez uno policiaco, alumbrando también con una linterna gigante.
-¡Esta es la policía, bajen del edificio con las manos en alto! -ordenó la detective Vincent con un radio-receptor conectado a un parlante. Tenía un chaleco anti-balas sobre su ropa.
Todos se cubrieron de la luz, pero Chalupa aprovechó un puñado de harina que le quedó dentro de la capucha y se la lanzó a los malos, cegándolos con el polvo blanco. Él apuntó al helicóptero de Destructor y entendieron, por lo cual corrieron empujando a Destructor, Garra de Tigre y las tres kunoichis, y subieron al vehículo.
-¡¿Alguna vez pilotaste un helicóptero?! -preguntó Lightblade, sentándose junto a Metalhead, quien tomó el asiento del piloto.
-¡He visto Top Gun suficientes veces como para memorizar los controles básicos, pero esta será nuestra primera vez!
-¡¿Es mal momento para confesar que no soy fan de las alturas?! -preguntó Afrodita asustada, sentándose en uno de los asientos traseros.
-¡Si eres religiosa, es buen momento para rezar! -exclamó Nightwatcher.
Metalhead apretó unos botones y accionó la palanca que era como el timón, elevando el helicóptero en el aire. Cuando Destructor y sus secuaces recuperaron su visibilidad y vieron a los ninjas y kunoichis escapando, prácticamente rugió cual animal enjaulado.
-¡No dejen que escapen!
Las tres kunoichis iban a correr tras ellos, cuando Garra de Tigre/Takeshi encendió una mochila cohete que tenía en su espalda y se propulsó hacia arriba, persiguiendo el helicóptero. Destructor miró abajo a todas las patrullas y bufó.
-¡Kunoichis, desaparezcan!
Las tres asintieron y huyeron, desapareciendo en las sombras, mientras que Destructor miraba con rabia su helicóptero siendo robado.
-Recuerden esto, Tortugas Ninja, no descansaré hasta que ustedes y su maestro estén tres metros bajo tierra.
Chalupa miró atrás por curiosidad y gritó como niña.
-¡Garra de Tigre nos persigue!
Nightwatcher sacó un shuriken y se acercó a la parte abierta del helicóptero.
-¡Le daré una razón para usar dos parches! -lanzó el shuriken hacia el rostro de Garra de Tigre, pero en lugar de darle en la cara, le rebanó una oreja. Garra de Tigre se detuvo en el aire gritando y se llevó la mano al costado derecho de su cabeza, donde sangraba por la pérdida de su oreja- ¡Sí, le di!
-¡Bien hecho, Night! -felicitó Queen, pero su sonrisa cambió a una mueca de pánico al ver que el helicóptero de la policía también los perseguía- ¡Rayos, ahora nos persigue la policía!
-¡Lightblade, si tienes algún plan brillante, no vendría mal uno ahora! -apresuró Nightwatcher.
El líder pensó. No podían huir, no podían esconderse, no podían pelear. ¿Qué hacer?
De repente se le prendió un bombillo.
-¡Metalhead, acelera lo más que puedas y lleva el helicóptero a los muelles!
Muelles, 09:26 PM
El helicóptero policiaco llegó a los muelles, pero lo único que encontró fue el otro helicóptero en el agua, hundido a medias y con las hélices aún girando. Por debajo de uno de los muelles estaban los ninjas y kunoichis, que se escabulleron a uno de los desagües de la playa que llevaban a las alcantarillas. Uno de los oficiales tomó su radio-receptor y llamó a Vincent.
-No hay señal de los vigilantes, escaparon. Repito, los vigilantes escaparon.
Desde dentro del Hotel Lobo, Vincent suspiró con molestia mientras con sus policías registraban el hotel abandonado.
Guarida, 10:56 PM
Los hermanos y las chicas llegaron agotados a las alcantarillas, llenos de heridas y golpes. Raph se desplomó en un sillón puff, Mikey en el sillón familiar, Donnie en el piso, Howie junto a Mikey, Venus se sentó con cuidado junto a Donnie y Leo se quedó parado, recordando con miedo todo lo que pasó.
-Eso fue... intenso... -dijo Raph de repente, levantando su bandana a su frente.
-Destructor era demasiado rápido. -siguió Donnie.
-Parecía estar en varios lugares a la vez. -prosiguió Mikey.
-Si papá nos viera ahora, seguramente diría que fuimos demasiado confianzudos con la situación. -dijo Leo enfurruñado.
-O que tuvimos mucha suerte... -siguió Venus.
-Bueno, papá está en coma, y probablemente siga así por mucho tiempo. -se quejó Raph.
-Supongo que es bueno que no esté aquí... -dijo Mikey, y todos lo miraron con los ojos bien abiertos- O sea, ni siquiera seríamos vigilantes ni sabríamos que papá es en realidad Hamato Yoshi y que nos mintió todo el tiempo si no hubiéramos corrido el riesgo de hacernos vigilantes.
-... Okay, te lo concedo, tienes razón. -dijo Donnie, sacándose la capucha. De repente el teléfono de Leo, el personal que estaba en la mesa ratona de la guarida, empezó a sonar. Leo lo tomó y casi le daba un infarto, pues la remitente era la detective Vincent.
-¡Es Vincent! ¡¿Qué hago?!
-¡No te atrevas a contestar! -gritó Raph.
-¡¿Y si es urgente?!
-¡Finge una gripe y dile que no puedes responder!
Leo empezó a dar saltitos de un pie al otro del miedo, y cuando quiso rechazar la llamada, sin querer contestó.
-¿Leonardo?
Leo quiso saltar de pun puente de repente. Acercó el aparato a su oreja y fingió la voz más casual que pudo.
-Detective, jejeje, es bueno escuchar de usted. -dijo Leo con los nervios de punta. Raph le dijo con señas que fingiera una gripe, pero Leo era pésimo actor, por lo cual improvisó- ¿A qué le debo la llamada?
-Es tu padre. Despertó.
Leo quedó mudo ante esa noticia. Puso el altavoz.
-¿Podría repetir eso? Está en altavoz.
-Su padre despertó.
...
...
...
-¡¿Qué?!
Hospital, 10:20 AM
Los hermanos alcanzaron a ponerse maquillaje sobre sus golpes para disimular e ir al hospital por pedido de Vincent. Grata fue su visita al ver a su padre despierto en una silla de ruedas, acompañado de la detective y un doctor.
-¡Papá! -gritó Mikey y los cuatro corrieron a abrazarlo felices. Katsuro sonrió feliz de tener a sus cuatro hijos con él.
-Es bueno verlos, hijos míos.
-Es aún mejor verte, papá. -dijo Leo, muy feliz.
-Quise venir personalmente a decirles que tenemos una pista. -habló Vincent- Anoche se reportaron disturbios en el Hotel Lobo abandonado, donde se los vieron a los vigilantes peleando con el hombre del parche junto con un tipo de armadura samurái.
-Ehh... ¿de qué está hablando, detective?
-Es normal que tenga algunos recuerdos en blanco cercanos al día del incidente, señor Tang. -explicó el doctor.
-Usted y sus hijos sufrieron un ataque por un hombre de parche, de hecho sus hijos fueron los que presentaron el testimonio en contra del hombre para arrestarlo. -explicó la detective- Sospechamos que los actuales vigilantes que se presentan como Tortugas Ninja son los ex-cómplices del hombre del parche.
-¡Pero las Tortugas Ninja no nos atacaron esa noche! -exclamó Mikey, haciendo que el doctor, su padre y la detective lo miraran raro- O sea... las Tortugas Ninja son adolescentes, los que nos atacaron tenían pinta de ser adultos, jejeje.
-¿Y cómo sabes que son adolescentes?
-Ehh...
-Hay un blog en nuestra escuela que lo escriben unos amigos nuestros que habla de ellos, y según evidencias son adolescentes. -explicó Donnie rápidamente.
A Vincent esto se le hizo raro, por lo cual se vio obligada a preguntar:
-¿Una de sus amigos es una chica pelirroja de nombre Abril?
-Woooow, en serio es muy buena detective, detective. -sonrió Mikey.
-Es mi sobrina.
Inserte sonido de disco rayado.
-Ah... ¿qué curiosos son los caminos de la vida, a poco no, detective? -sonrió Donnie nervioso, temiendo que fuera muy evidente que la chica pelirroja le gustaba.
-Donatello, si quieres ocultar algo, eres muy malo haciéndolo. -Vincent rodó los ojos de buena gana- Ya, lleven a su padre a casa.
Leo tomó la silla de ruedas y llevó a su padre a la entrada del hospital, acompañado de sus hermanos, cuando recibieron un mensaje de Venus.
Decía "Vengan a nuestra casa, nuestro padre quiere hablar con ustedes"
Una vez dejaron a Katsuro en casa descansando, los hermanos fueron a la casa de las chicas, un departamento más clase media, y tocaron el timbre. Venus les abrió, algo agitada pues había ido corriendo.
-Qué bueno que llegaron, pidió que vinieran rápidamente.
-Tuvimos que evadir muchas preguntas de parte de papá, más vale que esto sea importante. -gruñó Raph.
-Sólo pasen. -Venus de hizo a un lado, dejando pasar a sus amigos. Ella los guio al cuarto de Chung I, un hombre chino bajito y rechoncho de cerca de setenta y tantos años, tenía un vial se sangre conectado a su antebrazo derecho (tenía leucemia), y tenía un respirador conectado a otra ostentosa máquina, y era calvo, salvo por una barba de candado muy fina.
-Muchachos... qué bueno verlos. -saludó el hombre con dificultad para hablar. Los hermanos saludaron con la mano- Me alegra que... vinieran, porque tenemos... mucho de qué hablar. -esperó a que los muchachos tomaran asiento y se aclaró la garganta- Sé que... ustedes son... las Tortugas Ninja.
-¡¿Eh?!
-Descuiden, las chicas... no dijeron nada. No fue difícil adivinarlo. Pero no se preocupen... no diré nada. -sonrió el hombre- De hecho, quería... hablarles sobre su padre.
-Supongo que sabe de la pelea de anoche.
-Sí, Leonardo. Sé que... mis niñas también estuvieron involucradas.
-De hecho ellas nos salvaron... -dijo Donnie. Chung I se notó sorprendido, pero sonrió a fin de cuentas.
-Es bueno ver que estén todos bien. Ahora... sé que anoche pelearon con... un hombre de armadura samurái.
-Destructor... dijo que ese era su nombre. -respondió Raph.
-Sí... él y su padre, Hamato Yoshi, también conocido como Splinter por romper tablas hasta dejarlas en astillas, eran muy cercanos de jóvenes. Prácticamente hermanos.
-Eso no tiene sentido, se llama "Destructor" e intentó matarnos, creo que eso dice mucho.
-Lo sé, Miguel Ángel, pero... antes era diferente. De niños... su abuelo, Hamato Yuuta, adoptó a Destructor, Oroku Saki, el último miembro del Clan del Pie. Pero... conforme ellos crecieron, también sus sentimientos a la misma mujer... Tang Shen.
-Karai la mencionó anoche. -habló Leo, interrumpiendo intencionalmente.
-¿Karai?
-Una de las tres aprendizas de Destructor.
-Oh... veo que se ha expandido. -dijo Chung I con preocupación- Les decía... Tang Shen tuvo a una hija, Miwa... hija de Yoshi. Pero Saki no soportaba la idea de que Shen no fuera suya, por lo cual... la obligó a elegir a la fuerza. A fin de cuentas, ella eligió a Yoshi, y Saki nuevamente no lo toleró. Yoshi y Saki pelearon por el amor de Shen, pero... eso causó la muerte de ambas, ella y la bebé. Saki dio a Yoshi por muerto en ese incendio, pero Yoshi logró sobrevivir. A pesar de eso, Yoshi sabía que Saki seguía con vida, por lo cual trató de mantenerse al margen lo más posible... sin embargo, aquí estamos ahora.
Los hermanos y las chicas quedaron mudos ante esas noticias.
-¿Por qué nos cuenta esto, señor Chung? -preguntó Donnie cordialmente.
-Porque... ustedes ahora decidieron pelear por los débiles, y a la vez pusieron un blanco en sus espaldas. Sentí que debía decirles esto, porque su padre no lo haría, tratando de protegerlos. -dijo el hombre. Se levantó con dificultad y tomó un sobre de su mesa de luz. Se lo dio a Donnie- Quiero que le entreguen esto a su padre.
Por curiosidad, Donnie abrió el sobre y leyó el papel.
-"Yo, Chung I, en buen uso de mis facultades mentales, pido que la custodia de mis dos hijas Mei y Caitlyn Chung, ahora sea de mi socio de negocios y gran amigo, Tang Katsuro, y que todos mis bienes monetarios queden a nombre de ellas." Señor Chung, no habla en se- -Donnie se calló cuando el señor se quitó la aguja con el tubo de plástico que tenía el fluido de soporte de vida y la máscara para respirar- ¡Señor Chung, ¿qué hace?!
-¡Papá! -gritaron las niñas.
-Mei, Caitlyn, escuchen... vivir conectado a una máquina no es forma de vivir. Quiero que... tengan a alguien que las cuide, mejor de lo que yo pude haber hecho. Soy muy mayor y tengo leucemia, ustedes son las que me cuidan. Así que, por favor... déjenme descansar.
-Papá... -dijo Howie con los ojos llorosos.
-Muchachos... recuerden no decirle a nadie lo que les dije, y protejan a la ciudad de Oroku Saki. Niñas... -ambas miraron a Chung I y éste sonrió a través de lágrimas- las amo. A ambas.
El hombre cerró los ojos y a los pocos segundos dejó de respirar. Las niñas abrazaron a su padre adoptivo llorando a mares.
Cementerio al día siguiente, 12:00 PM
Los hermanos, las chicas y Katsuro estaban todos con ropa negra mirando la tumba de Chung I, que tenía su nombre y los años 1937-2012 tallados en la piedra. Venus se arrodilló con un ramo de jazmines y lo puso sobre la tierra, derramando lágrimas en silencio. Howie abrazó a Katsuro, su nuevo padre adoptivo, derramando lágrimas en su traje negro. Katsuro suspiró.
-¿Les dijo algo... antes de irse?
Nadie respondió hasta que Venus tomó la palabra.
-Que nos amaba.
Escuela al día siguiente, 08:15 AM
Leo fue a su clase de psicología y se sentó en su pupitre, tres filas atrás del lado de la ventana, y sacó su cuaderno, listo para anotar, cuando el profesor llamó la atención. Casi se ahogaba con su saliva al ver a Karai y Shinigami, ambas en frente y con maquillaje cubriendo sus heridas, con el profesor a punto de presentarlas.
-Alumnos, presten atención. -llamó el profesor- Ellas son Harmonía Sato, -hizo un gesto con la mano hacia Karai- y Sayuri Katsumi. -luego a Shinigami- Espero que sean buenos y respetuosos con ellas.
Karai tenía una musculosa blanca, una chaqueta de corderoy con tachas y pines, guantes sin dedos, jeans negros y tenis del mismo color. Shinigami tenía calzas negras rasgadas con shorts de cuero por encima, zapatos de cuero con tacones negros, una musculosa negra con detalles morados, guantes sin dedos negros hasta los bíceps y un chocker negro. Karai sonrió al ver la coincidencia y suerte que tenía de tener a Leo en la misma clase de psicología. Aprovechando que junto a él había un asiento vacío, fue y se sentó ahí, mientras que Shinigami se sentó delante de Karai, despechando y molestando a Leo.
-Un gusto. -sonrió Karai con ojos de víbora. Leo tomó aire por la nariz y lo soltó por la boca, queriendo evitar armar una escena.
-Igualmente.
Apenas sonó el timbre de cambio de periodo, Leo tomó sus cosas rápidamente y salió a buscar a sus hermanos. Tomó su T-Phone (uno nuevo) y les mandó a sus hermanos un S.O.S. con cincuenta signos de exclamación, seguido de verse en una de las aulas vacías. Guardó su celular y miró para atrás, viendo que Karai y Shinigami lo estaban siguiendo entre la multitud, por lo cual, con mucho sigilo, tomó la sudadera negra de un chico y se la puso con la capucha para pasar desapercibido. Luego subió las escaleras y se alivió al ver que Karai y Shinigami pasaron de largo, sin embargo al querer seguir subiendo chocó con una chica.
-Ay, lo siento, yo... tú. -terminó esto último con hostilidad, pues frente a él se encontraba Flor de Loto.
Ahora ella tenía su cabello suelto, los labios pintados de un tono muy ligero de rosa, usaba una chaqueta de cuero, una camiseta aqua-marina oscuro, jeans rasgados y botas negras de cuero con tacón, haciéndola casi de su altura.
-Tú. -siguió ella con el mismo tono.
-¿Qué hacen ustedes aquí?
-Torturarlos, obviamente. -respondió casualmente y alzando una ceja- ¿Por qué, te molesta mi presencia aquí?
-Pues intentaste matarnos hace tres noches, así que sí, tengo sentimientos encontrados contigo. -contestó con su mismo tono hostil.
-Oh, ¿así que te causo sentimientos? -sonrió ella complacida. Leo no pudo evitar sonrojarse.
-E-Eso no...
Loto sonrió con algo de maldad; tenía a Leo en la palma de su mano, justo donde lo quería.
Se acercó a Leo y lo acorraló, poniendo sus dos brazos de forma que su cabeza quedara entre ellos. Leo no supo cómo reaccionar. ¿Por qué se sentía intimidado? Nunca nadie lo hizo sentirse así, débil pero a la vez dominado... y de cierta forma le gustaba. Flor de Loto vio que Leo la veía estático, por lo cual decidió jugar sucio y plantó sus labios con los del chico, sorprendiéndolo. Leo no supo qué hacer, aún teniendo los labios suaves de Flor de Loto sobre los suyos. ¡Era su enemiga, por el amor a la pizza! ¡¿Qué se suponía que debía hacer?! ¿Corresponderle, rechazarla, no hacer nada?
Optó por la tercera opción y no hizo nada. Loto se separó de él y se lamió los labios.
-Por cierto, aquí puedes dirigirte a mí como Hasu Hana. Nos vemos, chico maravilla. -se separó de él y bajó las escaleras, complacida por lo que acababa de hacer. Leo se quedó todavía estático de lo que le acababa de pasar.
Tuvo su primer beso... ¡SU PRIMER MALDITO BESO, Y FUE CON UNA KUNOICHI ASESINA QUE LO QUERÍA MUERTO!
Sacudió la cabeza, saliendo de su trance, y sacó su T-Phone, viendo que sus hermanos dijeron de verse en el almacén del conserje. Leo se apresuró y fue escaleras arriba al almacén del segundo piso, donde encontró dentro a sus hermanos. Se fijó de que nadie lo viera y se metió dentro.
-Tenemos problemas, grandes problemas. -dijo Leo preocupado.
-Pues sí, wey, no mames, claro que tenemos problemas, vimos a Flor de Loto por aquí. -reclamó Raph.
-Sí, yo también. -dijo sin ganas Leo, limpiándose el labial rosa de la kunoichi de su boca con disimulo- Pero Karai y Shinigami están aquí también. Es claro que nos están cazando.
-¿Y qué se supone que hagamos? ¿Delatarlas? -propuso Mikey con preocupación.
-Si lo hacemos, lo más probable es que nos tachen de locos, o peor, ellas nos delaten diciendo que somos las Tortugas Ninja, lo cual empeoraría las cosas. -intervino Donnie.
-Las opciones se nos acaban... creo que solo nos queda hacer una última cosa. -empezó Leo.
-¿Cuál?
-... Decirle a papá la verdad.
...
...
...
-¡¿Cómo?!
-¡Si le decimos la verdad, nos cortará la cabeza y rellenará nuestros cuerpos con aserrín! -gritó Mikey asustado.
-Concuerdo con Mikey, decirle que estamos usando las artes marciales que nos enseñó para pelear con criminales durante las noches disfrazados de vigilantes es una mala idea. -siguió Donnie, completamente en negación.
-Okay, la forma en la que lo planteaste es una mierda. -reprochó Leo.
-No es una mierda, Leo, es como es. -siguió Raph- Papá ya es bastante estricto con nosotros, no podemos darnos el lujo de decirle que somos los vigilantes buscados por la policía que infringen la ley como Robin Hood, Will Scarlett, el Fraile Tuck y el Pequeño Juan.
-Uuh, uuh, ¿puedo ser el Pequeño Juan? -preguntó Mikey inocentemente.
-¡Ese no es el punto!
Leo suspiró, buscando las palabras correctas.
-Escuchen, sé que lo más probable es que nuestros días protegiendo a la ciudad estén contados, pero sin la guía correcta de papá, lo más probable es que continuemos metiendo la pata. Puede que un día no regresemos a casa y él termine devastado, sin saber qué nos pasó. ¿Realmente quieren que él simplemente nos pierda sin conocer la verdad?
-Estás jugando sucio... pero tienes razón. -dijo Donnie con pesadumbre- Puede que si no entonces Destructor vuelva por papá y éste no esté preparado.
-No quiero morir... pero no quiero que papá no sepa lo que pasó tampoco. -siguió Mikey tristemente.
Leo miró a Raph, esperando que él también cediera. Raphael suspiró.
-Supongo que quedaría muy mal si yo no estoy de acuerdo con ustedes también.
Su hermano mayor sonrió comprensivo y todos asintieron.
Pent-house, 03:15 PM
Los hermanos y ahora hermanas llegaron a su pent-house, encontrando a su padre viendo la televisión.
-Ah, chicos, llegaron. -sonrió su padre.
-Hola, papá... tenemos que hablar.
-Oh, ¿sobre qué? ¿Sobre el hecho de que son las Tortugas Ninja?
Inserte sonido de disco rayado nuevamente.
-¿Cómo... ?
-Estuve viendo las noticias mientras me recupero de mis heridas, y los cuatro, ahora seis encapuchados son bastante familiares para mí. Además, discutieron la idea mientras estaba en coma y escuché todo, prácticamente me contaron todos sus planes inconscientemente.
Los seis no supieron qué decir, por lo cual Leo tomó la palabra (ya que vio que ninguno de sus hermanos o hermanas estaba dispuesto a ahora hacerse cargo de la situación, así que esto lo hacía obligada y no voluntariamente).
-Mira, papá... cuando caíste en coma, sentimos que debíamos hacer algo, por eso empezamos todo esto. Entendemos si te enojas con nosotros. Pero hicimos esto para proteger a los indefensos y hacer justicia, sin embargo... todo se nos salió de las manos. Cualquier castigo que tengas para nosotros, es muy probable que lo merezcamos.
Los seis bajaron la cabeza y su padre se puso de pie, para luego acercarse.
-Sí estoy molesto de que hayan corrido un riesgo así. Pero... -los seis alzaron sus cabezas con algo de esperanza- usaron las artes que les enseñé por el bien de los demás y no solo el propio. Así que, de juna forma bastante extraña... estoy orgulloso de ustedes. -los hermanos y hermanas sonrieron, pero luego su padre puso un rostro serio- Sin embargo...
¡Fwap! ¡Fwap! ¡Fwap! ¡Fwap! ¡Fwap! ¡Fwap!
Los seis cayeron al suelo sobándose las cabezas después de los sopapos que su padre les dio.
-¡Eso fue por mentirme!
-¡¿Qué?! -gritaron los seis.
-¡Y están castigados los seis!
-¡Por favor, ¿qué hay de todos tus secretos?! -reclamó Mikey acusatoriamente.
-¡Sí! -siguió Howie- ¡Como el hecho de que eres Hamato Yoshi y el último miembro del Clan Hamato, o que sabías que había un samurái asesino psicópata obsesionado con matarte!
Yoshi se vio atrapado entre la espada y la pared.
-¡No, yo no me castigaré! Aunque... puedo explicarles toda la verdad.
-De hecho el señor Chung lo hizo ya, antes de hacer el harakiri. -dijo Raph, sobando su cabeza adolorido.
-Oh...
-Papá, entendemos que estés molesto, pero consideramos que era mejor decirte la verdad para que no sufrieras innecesariamente... en caso de que alguna noche no regresáramos. -explicó Donnie.
Splinter suspiró, calmándose.
-Lo lamento... es que... el hecho de que Oroku Saki sepa de ustedes ahora me preocupa demasiado. Él es capaz de lo que sea con tal de hacerme sufrir. Incluso dañarlos a ustedes.
-Sí, tenemos heridas que lo prueban. -Raph mostró su brazo cortado por Destructor- Donnie por lo menos tuvo práctica de sutura con nosotros.
-Es una forma muy macabra de decir que soy bueno en medicina.
-El punto es que sabemos de lo que Destructor es capaz. Y ahora... necesitamos tu ayuda para estar preparados para pelear con él. -dijo Leo- Pero ahora que Garra de Tigre sabe que aquí vivimos, necesitamos trasladarnos a un lugar seguro.
-¿Qué tal a la guarida? -propuso Venus.
-Es un buen plan. -sonrió Donnie.
-¿Guarida?
Los hermanos se vieron entre sí y sonrieron.
Guarida, 04:42 PM
Los chicos llevaron a su padre hacia la guarida y él quedó impresionado (aunque lo disimuló bien) al ver cómo la prepararon y organizaron.
-Se ve que tomaron esto de ser vigilantes bastante en serio. -sonrió Yoshi.
-Las seis habitaciones del pasillo ya las ocupamos nosotros, pero hay un espacio que preparamos como un dojo improvisado en donde hay espacio para una habitación... si estás de acuerdo con usarlo. Aunque es un poco apretado. -dijo Donnie.
-No se preocupen, recuerden que mi habitación en el pent-house es más pequeña que las suyas. -dijo comprensivo Yoshi. Los chicos sonrieron.
-Am, ahora que sabes nuestro secreto... ¿serás nuestro sensei? -preguntó Howie un poco penosa. Yoshi mostró una sonrisa paternal hacia la niña y le palmeó el hombro.
-Si quieren pueden decirme "sensei" o "Splinter". De hecho, tengo una razón por la cual me llamaban así en Japón...
-Era porque partías tablas de madera hasta dejarlas en astillas, sí. -sonrió Leo- El señor Chung nos dijo todo lo que teníamos que saber.
Splinter rio suavemente.
-Veo que ya no tengo mucho que decirles. Entonces... ¿estuvieron viviendo aquí estas dos semanas?
-Sólo íbamos al pent-house cuando teníamos que buscar algo con rapidez. Igual descuida, papá, mantuvimos todo en secreto cuando trajimos las cosas aquí.
-Debió ser complicado, Donatello.
-Meh, nada que un buen soborno no ayude. -dijo Mikey orgulloso, aunque Splinter lo miró de manera cuestionable.
En el dojo, Splinter cambió de su ropa casual a su vieja yukata bordó con un bordado del Clan Hamato, la flor de cinco pétalos rodeada por un círculo, en la espalda, y miró a sus seis alumnos en ropa deportiva. Se acercó a ellos.
-A partir de ahora, seré su sensei en su misión de proteger a la ciudad.
Leo pateó una sandía dirigida hacia él, prácticamente destruyéndola en el aire.
-Su entrenamiento a partir de ahora será más severo y recio.
Raph rompió de un golpe con su puño una tabla de madera.
-Los exprimiré física, mental y espiritualmente, para que consigan alcanzar su potencial.
Donnie esquivó con algunas piruetas unos shuriken que le lanzaron.
-No más juegos ni payasadas.
Mikey hizo un split, sosteniéndose en el aire con sus manos y resistiendo por veinte segundos.
-Aprenderán caminos del ninjutsu que nunca habrán imaginado.
Venus lanzó unos kunais a unos blancos con un dibujo hecho con crayones por Mikey de Destructor con un popó en la cara, y le dio al blanco.
-Y así lograrán defender a todos de la maldad que acecha al mundo.
Howie de una patada le sacó la cabeza a un muñeco de práctica.
-¿Están preparados?
-¡Hai, sensei!
