Preparatoria Roosevelt, 10:15 AM
Donnie estaba en su salón mirando su celular mientras los demás estaban en un examen de trigonometría (fue el primero en terminar), cuando de repente sintió... algo húmedo en su entrepierna. Miró abajo y vio una gotita de sangre, y ahí se dio cuenta de la terrible realidad: ¡le vino su periodo! ¡Y JUSTO EN LA ESCUELA!
Trató de no entrar en pánico, subió su mochila a su regazo, buscó dentro de ésta su estuche de higiene (que contenía todo lo necesario para esta clase de situaciones) y sacó una toallita disimuladamente, para luego meterla rápidamente en el cuello de su pulóver. Miró a su profesora.
-Señorita Hills, ¿puedo ir al baño?
-No lo sé, ¿puedes?
-Está bien, ¿me permite ir al baño?
-No lo sé, ¿te lo permites?
El joven marroquí quiso no faltarle el respeto a su profesora, pues ya sentía los cambios de humor, así que respondió lo más calmado posible.
-Sí, soy físicamente capaz de ir al baño, ¿ahora me deja ir?
-Agh, ve si quieres.
Ya aliviado, se puso de pie, se colgó la mochila en el hombro y, aún caminando, se ató la chaqueta en la cintura y fue a su casillero, que estaba a un par de metros del aula, a sacar un par de pantalones y boxers limpios. Fue al baño que estaba al final del pasillo, pero hoy claramente no era su día de suerte, pues el baño de varones estaba clausurado. Y entrar al de mujeres no era una opción. Empezó a entrar en pánico y miró alrededor. No podía ir al baño del segundo piso o lo iban a mandar a detención por vagar fuera del salón durante horarios de clase, entrar al baño aún clausurado tampoco era buena idea, pues estaba clausurado por una buena razón (o sea, los hombres son unos cerdos, terminen el rompecabezas) y si entraba al baño de mujeres probablemente alguien más descubriría su secreto, y bien sabemos que las mujeres son bien chismosas.
Cuando creyó toda esperanza perdida, encontró la solución a su problema de tal manera que sólo necesitaba el coro de ángeles y la luz divina. ¡El almacén del conserje!
Vigiló que nadie lo viera y, pegado contra la pared, se metió dentro. Le sorprendió por un momento ver la luz prendida, pero al voltear para atrás entendió la razón. Había alguien más ahí.
Y no cualquier persona. Era Abril. Abril O'Neil. SU CRUSH. Y ESTABA SIN CAMISA SOLO CON SU SOSTÉN.
Donnie estaba a punto de gritar, cuando Abril se abalanzó sobre él y le tapó la boca.
-Si gritas, nos descubrirán a ambos.
El chico se relajó y se puso rojo al sentir el pecho de Abril pegado al suyo, por lo cual ella se apartó sonrojada.
-Ejem, ¿puedo preguntar qué haces aquí? -preguntó la pelirroja, tratando de ser casual.
-P-Podría hacer lo mismo.
-Es... algo privado...
-Pues... lo mío también, solo necesito cambiarme.
-Date la vuelta y hazlo en el rincón.
Donatello hizo caso y fue al rincón a cambiarse la ropa mientras que Abril hacía... lo que sea que estuviera haciendo en el almacén del conserje. Se quitó los pantalones en silencio junto con su ropa interior, guardó ambas prendas sucias en su mochila y se puso todo limpio junto con la toalla. Ya acabada su labor se dio inconscientemente la vuelta y vio algo que lo shoqueó.
Abril tenía múltiples moretones en su espalda que estaba cubriendo con maquillaje con dificultad. El chico jadeó.
-¿Qué te pasó?
Abril se congeló.
-Ehh, ahh... y-yo...
Donnie no dijo nada, solo se acercó a ella y revisó sus moretones y raspones.
-Esto es reciente, ¿qué pasó?
-Donnie...
-¿Alguien de la escuela te molesta?
-No, es... es mi madre...
Donnie miró incrédulo a la pelirroja y ésta volteó avergonzada.
-Vine aquí porque no quería que me vieran en el gimnasio con la piel morada de los golpes. -se cubrió el rostro.
-¿Sabes... por qué te hace eso?
-Ella dice que es por mi bien... pero a la vez dice "te pareces demasiado a ellos"... no sé quiénes son "ellos", nunca me dice nada. -se sentó contra la pared y Donnie la acompañó- Es... raro. Quiero que mi mamá deje de golpearme, tal vez hasta la quiero fuera de mi vida, pero... no puedo verme en una realidad donde no esté con ella. Creo que, desde que mi papá desapareció, siento que ella y mi tía Rebecca son las únicas familiares que tengo. Me siento tan avergonzada. -se cubrió el rostro nuevamente- Ni siquiera Irma, Kevin o Melina lo saben, y ellos son mis mejores amigos.
-No eres la única con un secreto... -dijo Donnie sin darse cuenta.
-¿De qué hablas?
De repente el chico se dio cuenta de que había metido la pata. Él no tenía uno, si no TRES secretos. Si contamos el hecho de que era intersexual, que la pelirroja le gustaba Y lo que hacía de noche con sus hermanos, sí, eran tres secretos.
El pobre empezó a tartamudear sin saber qué decir.
-B-B-B-B-Bu-uu-ue-n-n-no-o-o... -de repente sintió la mano de la pelirroja sobre la suya.
-Tranquilo... sea lo que sea, no voy a juzgarte.
A ver, ¿qué debía hacer? Obviamente contarle que era una de las Tortugas Ninja estaba fuera de cuestión, por que: uno, puede que no le creyera, o dos: puede que le creyera y lo contaría en su blog. Así que mejor no. Tampoco quería contarle que ella le gustaba, pues llevaban unas tres semanas de conocerse (conocerse de "hola, ¿qué tal?" o verse en los recesos, nada serio), lo más probable era que si le decía que le gustaba, ella lo rechazaría (probablemente con cortesía) o le diría "estás confundido, apenas me conoces". Así que, por mucho que le doliera... le tenía que decir la razón de por qué estaba ahí.
Tomó un respiro y miró a la pelirroja.
-Escucha, esto es... complicado de entender, así que lo diré tal como es. -dijo directamente- Soy intersexual. -Abril parecía no entender, pero estaba curiosa por su confesión, así que con la mirada le dijo que explicara más a detalle- Nací con... características físicas y genitales de ambos sexos. -se levantó su pulóver y camiseta, mostrando su binder, y ella entendió- Vine aquí porque... estoy en mis días y el baño de hombres está clausurado. Mis compañeros de la clase de gimnasia lo saben por un error, pero Raph los amenazó diciéndoles que si lo andaban divulgando, él les rompería las piernas. Sobre todo a Jayden. Yo no quería que nadie más se enterara, porque me identifico como un chico, pero... -suspiró y ocultó su cara entre sus rodillas, temiendo que ahora la chica que le gustaba le dijera algún comentario despectivo respecto a su género.
-Oye... entiendo. -ella sonrió y él la miró confundido- No tienes que explicarme tus etiquetas ni las razones de ellas. Sigues siendo Donnie para mí y eso no va a cambiar.
En sus adentros Donnie pensaba "quiero casarme con ella".
Quiso romper el silencio, por lo cual se aclaró la garganta.
-Bueno... puedo... ayudarte a cubrir tus heridas si quieres.
-Tú debes ser un experto, siempre llegas cubierto de golpes a la escuela. -comentó Abril con gracia. Donnie fingió una risa.
-Sí, eh... es que Raph se emociona cuando ve la lucha libre e imita los golpes con nosotros. Ocasionalmente también se los devolvemos.
-Oh... bueno, toma. -Abril le dio al chico un bote de maquillaje para ocultar tatuajes y se dio la vuelta. Donnie tragó en seco y empezó a ponerle el maquillaje ocultador a la chica, bastante sonrojado, pues no imaginaba tener un encuentro con la pelirroja donde él la estaría tocando mientras ella estaba en sostén.
En silencio, con una mano sacó silenciosamente su teléfono y le sacó unas fotos a sus moretones.
Después de unos tortuosos minutos, Donnie acabó su labor y le dio a la pelirroja su bote de maquillaje.
-Toma.
-Gracias, Donnie. Me ayudaste mucho.
-No fue nada, jeje. -el chico miró al otro lado sonrojado.
-En serio, me ayudaste bastante. No sé cómo pagártelo. -ella también volteó la mirada sonrojada en lo que se ponía su ropa de la parte de arriba.
-Pues, ya estamos guardando el secreto el uno del otro, así que creo que estamos a mano.
-Supongo, jeje.
De repente la campana de cambio de periodo sonó y ahí los dos supieron que debían salir de ahí antes de que alguien los viera. Así que ambos tomaron sus mochilas y salieron, caminando en direcciones opuestas.
Donatello fue al patio a buscar a sus hermanos, encontrándolos a los tres en una mesa de picnic. Disimuló lo mejor que pudo y fue con ellos.
-Hola, Donnie, ¿qué cuentas? -preguntó Mikey casualmente, tomando una botella de jugo de manzana.
-Nada, ¿por qué nos reunimos aquí? -dijo Donnie con directividad, sentándose junto a Leo.
-Wow, estás más serio que de costumbre, ¿estás bien? -cuestionó ahora Raph. Donnie suspiró y, golpeando la mesa usando código Morse, les dijo la razón (su periodo). Ahí sus hermanos entendieron y no le dijeron nada, dando a entender que no iban a meter sus narices donde no les incumbía.
Leo miró alrededor y, golpeando la mesa nuevamente en código Morse con dos dedos, explicó la razón de su encuentro allí.
-"T-E-N-G-O U-N P-L-A-N P-A-R-A A-T-R-A-P-A-R A D-E-S-T-R-U-C-T-O-R".
Sus hermanos lo vieron sorprendidos y lo miraron, esperando a que les dijera su plan.
-"D-O-N-N-I-E L-O-G-R-O H-A-C-K-E-A-R L-A L-A-P-T-O-P D-E B-R-A-D-F-O-R-D Y A-V-E-R-I-G-U-A-R S-U S-I-G-U-I-E-N-T-E M-O-V-I-M-I-E-N-T-O". -esperó a que sus hermanos entendieran lo que dijo y luego prosiguió- "P-U-E-D-E H-A-C-E-R-L-O O-T-R-A V-E-Z".
-Hola, chicos. -saludó Melina, apareciendo de la nada acompañada de Kevin, y de paso asustando a los hermanos- ¿Por qué hablan en código Morse?
-Pfft, no estamos hablando en Morse. -despechó Leo, sonriendo nervioso.
-¿Ah, sí? ¿Quién es Destructor y por qué quieren atraparlo? -preguntó la chica mientras el chico estaba con sus auriculares escuchando Master of Puppets de Metallica.
Inserte sonido de disco rayado por quincuagésima vez.
-¿Sólo eso entendiste? -preguntó Leo asustado.
-Eso y algo de Donnie con una laptop. ¿Me van a decir o no?
-Ehhh...
-¡Es un juego de rol en línea! -dijo Mikey rápidamente- Se llama... Laberintos y Mutantes.
Melina estaba sorprendida y Kevin también, porque escuchó lo que Mikey dijo con todo y su música puesta.
-¿Juegan Laberintos y Mutantes también? -preguntó Kevin sorprendido.
-¿"También"? -repitió Raph confundido.
-Sí, nos encanta. -Melina se sentó junto a Raph y Mikey y Kevin junto a Leo y Donnie- El nombre de mi personaje es Kaarven y soy una princesa exiliada del Reino de Ritzbah con una espada de diamante nivel ocho. Y Kevin es Sagitiel, un elfo guerrero de los Bosques del Oeste con un arco y flechas celestiales de nivel nueve. -explicó la chica, sonriendo- ¿Cómo se llaman sus personajes?
-Ehh... aún somos novatos en el juego. -dijo Donnie brevemente, sin saber cómo responder.
-Bueno, podríamos un día enseñarles a jugar. -propuso Kevin, sacándose sus auriculares tipo cascos y colgándolos en su cuello.
De repente a Leo se le prendió el foco.
-Oigan, chicos, tal vez nos puedan ayudar. -dijo Leo- Miren, eh... nuestros personajes, eh, buscan a un archimago malvado que se presenta a sí mismo como... Destructor. Y, eh... le queremos tender una trampa, pero somos muy novatos en el juego. ¿Qué recomiendan?
Kevin se tomó la barbilla pensando y luego chasqueó los dedos.
-Pues, sin este Destructor es tan poderoso, debe tener una base de operaciones o varias donde guarda sus hechizos e ingredientes para invocar magia. Tal vez puedan encontrar una y desmantelarla para quitarle algo de poder. -propuso Kevin.
Los hermanos se vieron entre sí con las bocas abiertas.
-Kevin, no creí decir esto, pero eres un genio. -dijo Raph sorprendido.
-Nunca dudes de mí, capo. -dijo Kevin guiñándole un ojo. Por alguna razón Raph se puso ligeramente rojo y volteó la vista en modo tsundere. Melina le dio una patada a su novio por debajo de la mesa- Au.
-No me molesta que andes de coqueto con otros chicos, pero mínimo ten la dignidad de no hacerlo frente a mí.
-Seré un bisexual chamuyero, pero no infiel. -protestó Kevin, despechando a su novia- Aparte, miralo, es un papucho.
-¿Qué parte de que soy latino y entiendo español no entienden ustedes?
-Perdón, la costumbre. -se disculpó Kevin rascando su cabeza- Am, pido no le digan a nadie que soy bi... no es muy bien recibido por la gente blanca heterosexual. Lo cual es irónico porque soy mitad blanco.
-Tranquilo, aquí entre nos... no te culpo. -murmuró Leo. Kevin tomó unos segundos para entender y ahí jadeó sorprendido.
-¿Alguno es... de la comunidad LGBT? -susurró el latino pelinegro.
-Raph y yo somos bisexuales, Mikey es pansexual y Donnie... -dijo Leo.
-Donnie es el aburrido de nosotros. -interrumpió Mikey con gracia. Donnie le mostró un dedo medio.
-Eso nos hace aburridos a los dos, Donnie. -rio Melina.
En eso, la campana sonó, significando que el receso acabó. Los chicos se pusieron de pie y fueron dentro de la escuela.
Muelles, 06:58 PM
Los seis vigilantes estaban en los muelles disfrazados, buscando la bodega de armas que Metalhead había encontrado en la laptop de Bradford. Los seis estaban arriba de los contenedores que guardaban en los muelles.
-¿Cuánto faltaaaa? -preguntó Chalupa como niño encaprichado. Sus hermanos y hermanas rezongaron.
-Chalupa, faltará lo que tenga que faltar. -dijo Lightblade de mala gana.
-Pero estoy aburridooooo.
-Te diré qué, si encuentras con qué desaburrirte, no te hago caparazón chino, ¿te va? -sugirió Nightwatcher. Chalupa sonrió nervioso.
-De repente ya no estoy aburrido.
-¡Shh! -Lightblade se echó cuerpo a tierra contra el techo de los contenedores y sus hermanos y hermanas hicieron lo mismo. Junto a ellos pasó un auto marca Chevrolet Impala de 1967. Los hermanos se vieron entre sí y empezaron a perseguir el auto, saltando de contenedor en contenedor como si hicieran parkour, hasta que llegaron a una bodega donde estaban Destructor, sus tres kunoichis, Takeshi/Garra de Tigre, Hun, Bradford y Xever. Junto a ellos estaban un hombre alto, fornido y rubio con un ojo de vidrio, tenía pantalones holgados militares, una musculosa amarilla y unos grilletes en sus nudillos con la hoz de la Unión Soviética, y otro tipo afrodescendiente con un traje morado electrónico y una cresta punk morada, junto con unos lentes parecidos a los de Cíclope de los X-Men, también de color morado.
-Se ve que Destructor recluta cada vez a más gente. -murmuró Metalhead.
-Esto es malo. -dijo Queen en el mismo tono de voz.
Afrodita sacó el walkie-talkie que Metalhead le quitó a un policía y lo mostró.
-¿Llamamos?
-Primero veamos qué planean ahora el Clan del Pie con esos tipos del auto. -propuso Lightblade. Los hermanos siguieron mirando y Nightwatcher sacó su T-Phone y empezó a sacar fotos.
Igual antes de que pudieran hacer algo, el tipo de traje mono morado les disparó unos láseres morados de unas pistolas acopladas en su cinturón, y los hermanos los esquivaron justo a tiempo.
-Tenemos a unos chismosos allá, maestro.
-Encárguense de ellos. -ordenó Destructor.
-¡Okay, llama ahora! -gritó Lightblade a Afrodita. Ella le pasó a Metalhead el walkie-talkie y sacó sus uchiwas.
-¡Tú sabes los códigos, tú llama!
Metalhead sacó la antena del walkie-talkie y puso la frecuencia en la radio.
-¡Atención, oficiales, tenemos un 10-10 en los muelles a la orilla de Coney Island, envíen apoyo!
El hombre rubio y fornido sacó una ametralladora y les empezó a disparar también. Nightwatcher, sin dejar de correr, sacó unos shuriken con el logo de la flor de los cinco pétalos y las lanzó al cañón de la ametralladora, haciéndolo explotar unos segundos después. El ruso miró arriba con furia.
-¡Proklyatyye cherepakhi! -gritó en ruso, que significaría "¡malditas tortugas!".
Los hermanos alcanzaron a aterrizar frente a Destructor sobre uno de los contenedores y lo miraron con burla.
-¿No creíste deshacerte de nosotros tan fácil, o sí? -preguntó Chalupa con burla.
-Las cucarachas son difíciles de aplastar, mas matarlas no es imposible. -dijo Destructor, sacando sus garras.
-De hecho, las cucarachas sobreviven hasta explosiones nucleares, así que- -Nightwatcher le puso a Metalhead la mano en la boca, callándolo.
-Nosotras nos encargamos, maestro, usted siga con el trato. -dijo Karai, sacando su shikomizue y sonriendo con maldad.
-No lo creo. -Lightblade sacó un huevo y todos, salvo Destructor, empezaron a reír, pero cuando Lightblade lo lanzó al techo del contenedor donde estaban él y sus hermanos parados, salió una pantalla de humo morado y las tortugas desaparecieron.
-¡¿Bombas ninja de humo?! -exclamó Karai sorprendida- ¡Oh, Lightblade, ese es un truco barato!
-Truco barato que les funcionó. -se quejó Xever.
-Destructor, si no puedes controlar cuando tus enemigos atacarán, tal vez sea mejor que- oye, ¿y el químico? -preguntó uno de los hombres que vino en el Chevrolet Impala. Su compañero miró y vio que el maletín con el químico que buscaban ya no estaba.
-Oh, ¿hablan de esto?
Todos miraron al techo de la bodega, viendo a Chalupa con el maletín, acompañado por sus hermanos que hacían caras burlescas.
-¡No se queden ahí parados como estatuas! ¡Recupérenlo!
Antes de que pudieran hacer nada, unas luces rojas y azules se fueron acercando junto con una sirena policiaca. Varias patrullas llegaron a la escena y los policías salieron, apuntando sus armas.
-¡Alcen las manos y bajen sus armas, ahora! -ordenó Vincent a través de un radio-receptor, desde afuera de su patrulla. Destructor gruñó.
-Encárguense de los policías, yo voy por esos mocosos entrometidos.
Los demás hicieron caso y corrieron hacia los policías que disparaban a diestra y siniestra (como todo policía gringo :v) mientras que los demás esquivaban o atacaban con sus puños. El hombre de morado saltó desde su escondite y empezó a disparar sus láseres morados de su cinturón, bailando como si fuera el Rey del Pop. Takeshi hacía lo mismo con su arma de fuego y de hielo, solo que sin bailar. El hombre ruso sacó unos grilletes de muñeca con la hoz de la Unión Soviética y corrió a pelear a mano limpia contra los policías. Xever atacaba con sus navajas haciendo piruetas dignas de capoeira, ocasionalmente pateando a policías en la cara o haciéndoles heridas con sus navajas. Bradford solo peleaba con sus puños, golpeando a policías en el rostro sin piedad. Hun, por su parte, atacaba como un digno ninja, dando golpes certeros y patadas a los policías.
El lugar estaba demasiado oscuro para su gusto (y para su bien), tal vez no debió dejar los anteojos. Pero antes de que Abril diera la vuelta para volver a por estos, escucho ruido no muy lejos, como ruidos metálicos y sordos. Con el mayor sigilo que le fue posible, dio vuelta a un contenedor acercándose al ruido que pronto reconoció como balazos y ruidos de golpes.
Asomando la cabeza para ver la escena sin dejarse ser vista fue recibida por un tiro que rebotó cerca de su cabeza, retrocedió de inmediato.
-¡Cielos! -exclamó de la impresión. Pronto se dio cuenta que no tenía forma de asomarse directamente. No obstante no lejos había otro contenedor en posición lateral que le permitía asomarse mejor sin mayor peligro. Sin embargo este estaba algo apartado de donde estaba ella, a un par de metros, nada grande, solo pasando la lluvia de balas y armas perdidas.
Era pasar a través del peligro y conseguir una mejor vista, o quedarse ahí en lo seguro; ni siquiera hacía falta preguntarle a Abril dos veces.
-Vamos, Abril, ¡tú puedes! -se animó a sí misma y finalmente, salió. Fue casi en cámara lenta, evadiendo todas las municiones que le lanzaran milagrosamente.
Abril ya se sentía ahí, cuando por muy poco esquivo una bala que pasó frente a ella, y luego otra, y otra, como si la repelieran. Al parecer algún novato creía que era uno de ellos.
Corrió casi sin rumbo, buscando algún lugar para cubrirse, y al llegar a un lugar seguro, sacó su teléfono para sacar fotos, cuando de repente alguien le cubrió la boca y la apartó, asustándola. Alcanzó a liberarse, solo para ver a una de las tortugas detrás de ella (Metalhead, el más alto). Abril se sintió anonada al verlo, casi no le salieron las palabras de la boca. Cuando al fin tuvo la fuerza para articular algo, la Tortuga Ninja llevó su dedo índice a sus labios, diciéndole silenciosamente que no hablara. Con algo de descaro la tomó como princesa y corrió entre el fuego cruzado haciendo piruetas. Una vez llegó a la patrulla de Vincent, la dejó ahí, y Rebecca dejó de disparar.
-¡¿Abril?! ¡¿Qué haces aquí?! ¡Ocúltate!
-¡Pero, tía Becky-!
-¡Haz lo que te digo!
Metalhead empujó a Abril detrás de su tía, sacó su bastón retráctil y lo desplegó, corriendo a pelear con Destructor, quien perseguía Chalupa, Nightwatcher, Afrodita, Queen y Lightblade con el maletín que lanzaban el uno al otro como papa caliente.
Las kunoichis decidieron ayudar a su maestro a recuperar el químico, mientras que los tipos trajeados se fueron en su auto, antes de que la policía los viera. Maestro y alumnas persiguieron a los hermanos arriba, (una vez Metalhead ya se les unió) pero éstos de nuevo usaron una bomba de humo y desaparecieron. Destructor rugió colérico.
-¡Todos ustedes, váyanse! ¡Busquen a las tortugas!
Los seguidores de Destructor obedecieron y dejaron de atacar policías, huyendo. Rebecca ordenó un alto al fuego y una vez se tomó unos segundos para recuperar el aliento, volteó a ver con furia a su sobrina pelirroja que sonreía nerviosa.
-Jejeje, hola, tía Becky.
-Nada de "tía Becky", ¡vas a decirme lo que hacías en los muelles a estas horas!
-Ehh... escuché en la radio de la policía que había un atentado y... creí que podrían ser las Tortugas Ninja, así que quise investigarlo para mi blog... -dijo esto jugando con sus dedos. Vincent se frotó la frente con hastío.
-Ven, te llevaré a casa.
Dentro de un tubo de desagüe que conectaba al alcantarillado con la playa, los hermanos descansaban de esa persecución. Metalhead tenía el maletín en manos y vio que tenía una contraseña.
-Hmm... denme un momento. -sacó un USB y lo conectó en el maletín, y después de unos cuántos segundos, se abrió- Ja, ¿hay algún candado electrónico que mi desactivador digital no detecte?
-Pavonéate luego, ¿qué hay adentro? -ordenó Nightwatcher. Metalhead abrió el maletín por completo y ahí vio un frasco con un componente rojo dentro. Lo tomó y lo inspeccionó.
-Mmm, no parece ningún químico que reconozca. Tal vez alguien nos pueda ayudar con esto.
Comisaría, 08:32 PM
Vincent abrió la puerta de su oficina, entró y cerró la puerta, para luego prender la luz, pero lo que menos esperaba era encontrar a uno de los vigilantes encapuchados en su oficina, específicamente el más alto (Metalhead). Vincent sacó su arma y le apuntó rápidamente, a lo que Metalhead alzó las manos.
-Tranquila, detective. -dijo Metalhead, usando un dispositivo para distorsionar la voz (no quería arriesgarse a que lo reconociera con solo engrosar la voz)- No vengo a lastimarla.
-Eso es contradictorio, tú y tus compañeros causaron la muerte de muchos de mis oficiales esta noche al llamarnos a pelear contra esos sujetos expertos en artes marciales. -dijo la detective, sin intenciones de desistir.
-Nosotros quisimos traerlos para que arrestaran al samurái de la armadura. Él es el jefe del hombre del parche al que están buscando. Además, salvé a su sobrina de morir en medio de la lluvia de balas, eso debería darme algunos puntos a favor.
Rebecca se mostró interesada, mas no bajó su pistola.
-¿A qué vienes?
-Sacaré un sobre de mi bolsillo muy lentamente y usted no va a disparar, por favor. -empezó a bajar su mano lentamente a su bolsillo y sacó el sobre, poniéndolo con lentitud en la mesa. Vincent no lucía convencida.
-Quiero que me des tu arma, sólo así lo abriré.
Metalhead suspiró y sacó un bastón de treinta centímetros, apretó un botón y este se extendió hasta alcanzar los dos metros. Lo dejó también en la mesa.
-Lamento decirle que quemamos nuestras huellas dactilares con fuego y ácido, por lo cual no podrá sacar las huellas de mi arma. -mostró sus manos, y la detective vio las quemaduras en las puntas de sus dedos descubiertos por sus guantes sin dedos.
Rebecca vio las intenciones del joven vigilante, así que guardó su arma en su funda y tomó el sobre, abriéndolo. Ahí vio fotografías de una chica en sostén con moretones en su espalda. Notó que la chica era pelirroja y se asustó.
-¿Esa chica... es mi sobrina, Abril O'Neil?
-Me temo que sí.
-¿Cómo conseguiste estas fotos?
-No puedo decirle eso.
-¿Entonces qué puedes decirme?
-No tengo manera de confirmar esto más que con la palabra de su sobrina, pero es su madre, su hermana asumo yo, la que le hizo eso.
-¿Linda? -Vincent siguió viendo las fotos incrédula, completamente asustada- No, Linda no haría esto. Ella ama a Abril.
-A veces la gente que nos ama puede hacer cosas horribles, detective. No le voy a decir que arreste a su hermana, sólo vine a dejarle la evidencia para que usted decida qué hacer con ella. También tengo que pedirle un favor. -sacó lentamente de su otro bolsillo una ampolla pequeña con una muestra del componente que encontró con su equipo y la dejó en la mesa- El samurái estaba haciendo un trato con unos tipos de traje negro. Necesito que lo envíe al laboratorio a analizar.
-¿Y crees que solo porque me lo pides bonito haré lo que me pidas? -Vincent se cruzó de brazos.
-Entiendo que en mi posición no estoy en lugar para hacer demandas, pero necesito su ayuda. -dejó una tarjeta en la mesa con su número y se apartó- Para cuando obtenga los resultados, así logrará contactarme a mí o a mis compañeros. Una última cosa. -sacó con lentitud otro sobre con fotografías y lo dejó en la mesa- Aquí tiene la evidencia del intercambio en los muelles, tal vez con estas fotos logre encontrarlos.
-¿Acaso ahora soy tu mucama policiaca? Estás pidiendo demasiados favores, y no estás en posición para hacerlo, tú mismo acabas de decirlo.
-Lo sé, pero si usted es detective en jefe es por alguna razón. Usted sabrá cuál es la opción correcta. Y quería decirle una cosa más. -esperó a que Rebecca lo mirara y luego tomó aire- Nosotros no somos los malos. Sólo queremos ayudar a los demás. No tenemos intenciones de perjudicarla, pero sí queremos ayudar a la gente. -tomó su bastón, apretó el botón de retracción y lo guardó- Piense en lo que le digo. -abrió la ventana y saltó, sacando su gancho de ataque y columpiándose.
Vincent miró la ventana desde su posición y luego las fotos de su sobrina, preguntándose lo que debía hacer.
Raph llegó a su casillero al día siguiente y lo abrió, siendo sorprendido por un montón de pintura rosa con brillantina del mismo color salpicándole encima. Todos vieron eso y empezaron a reír, Mikey incluido, ya que estaba junto a él, pero el puertorriqueño lo miró furioso, haciéndolo callar.
-¡¿Tú hiciste esto?!
-¡Nonononono, Raph, te juro que no fui yo! -exclamó Mikey, prácticamente suplicando piedad.
-¿Qué pasa, Tang? ¿El color no va contigo? -rio una voz que Raph reconoció perfectamente.
-¡¿Fuiste tú, Jayden?! -gritó, volteando a ver a Jayden con una vídeo-cámara.
-Oh, vamos, creí que a mariquitas como tú y tus hermanos les gustaría.
Raph y Mikey quedaron callados ante lo que Jayden implicó, mientras que su amigo Cole se moría de risa detrás del rubio con la cámara. Mikey miró su casillero que estaba a dos espacios a la derecha del de Raph y lo abrió también, siendo salpicado por pintura y brillantina rosa también.
-Sí, los escuché hablando con la rusa y el europeo que también es gay fingiendo ser hetero, todos en su familia son queers maricas. El chino también es gay y el negro es en realidad una mujer que se cree hombre.
La furia hizo que a Raph le hirviera la sangre como si fuera una pava con agua en la hornalla, y al escuchar todo ese discurso de odio e ignorancia de parte de Jayden, supo que ya nada iba a evitar que cumpliera su promesa.
-No digas que no te lo advertí. -Raph se arremangó la ropa y se acercó a Jayden con motivos asesinos, y al ver la mirada de furia en esos ojos verdes, Jayden supo que la había cagado al hacerlo enojar.
Tres Doritos después...
Jayden y Raph estaban ambos en la oficina del director, Jayden cubierto de moretones y Raph con la pintura seca, también bastante golpeado.
-No sé qué haré con ustedes, en serio. -dijo el director con pesar- Señor Campbell, su comportamiento hacia los demás alumnos es inaceptable. Y señor Tang, se le advirtió no volver a pelear con sus compañeros.
-Puede expulsarme, mandarme a detención o suspenderme, pero no me voy a disculpar con este homófobo racista. -protestón Raph, cruzándose de brazos.
-Los gays como tu familia son asquerosos, Tang, no me culpes de que quiero ser ecologista.
-Yo soy gay y estoy casado con un hombre. -dijo el director, cruzando sus brazos con un aire autoritario.
Jayden abrió los ojos como platos y supo que nuevamente la cagó.
-Jeje, director Freeman, no lo dije en serio.
-Sí, ajá. Señor Tang, irá a detención después de clases por dos semanas como castigo por su pelea. Señor Campbell, quiero que al salir de mi oficina vacíe su casillero, está expulsado de esta escuela.
Jayden se congeló al escuchar eso.
-Disculpe, creo que entendí mal, ¿qué dijo?
-Está expulsado de esta escuela. Ya estoy harto de recibir reportes de cómo acosa a otros alumnos sin motivo, y ahora descubro que muchas de sus razones son su mente cerrada. Esta escuela se trata de la aceptación de todas las personas independientemente de su raza, etnia, orientación o identidad de género, y usted claramente no entiende de lo que trata eso. Aparte que acaba de insultar a sus compañeros y a mí con su discurso de odio. Así que lo quiero fuera de mi escuela.
Raph miró a Jayden con burla y éste sintió una enorme cólera, por lo cual tomó su mochila y se fue cojeando, porque Raph sí intentó romperle una pierna, aunque sólo le torció un tobillo.
-Ya puede irse, señor Tang. Lo que sí, hágame un favor y ya no se meta en más problemas.
-No prometo nada. -y con eso se fue, haciendo a Freeman negar con la cabeza.
Shinigami, o Katsumi como se hacía llamar ahora, se enteró por rumores de la escuela (y su nuevo celular que aún no sabía usar bien) que alguien en la escuela estaba escribiendo un blog sobre los vigilantes Tortugas Ninja. Y ella sabía que no podía andar diciendo que fulano y mengano eran las Tortugas Ninja, o no iban a creerle. Pero sí le iban a creer a alguien con pruebas, por lo cual preguntó por varios lugares y descubrió que los chicos del blog se reunían en una de las aulas de arte que los alumnos podían usar después de clases siempre y cuando las mantuvieran limpias.
Se acercó a la entrada al salón de arte, que estaba lleno de pinturas y también las cosas del equipo del blog: una pizarra con fotos con hilos rojos que unían las piezas como una pizarra conspirativa, tenían cuatro laptops (una de cada uno de los miembros) con las noticias online que dijeran algo sobre los vigilantes, una radio con la frecuencia de la radio de policía (Abril era la sobrina de la detective Vincent, sabía la frecuencia de esta radio) y en una mesa tenían unos paquetes de frituras, galletas y botellas de jugo.
"Katsumi" se acercó a la puerta y tocó.
-Hola. -saludó ella con su sonrisa felina.
-Oh, ¿Katsumi, cierto? -preguntó Abril cordialmente- ¿Qué se te ofrece?
-Oh, pichoncito rojo, te tengo una gran exclusiva para su blog. -dijo "Katsumi", haciéndose la interesante- Tengo una idea de quiénes pueden ser las Tortugas Ninja. Y van a esta escuela.
Abril se quedó tiesa mientras que Kevin se atoró con la limonada que estaba tomando, Melina soltó unos recortes de fotografías de los periódicos e Irma dejó de escribir en su laptop, para luego mirar a "Katsumi" con sorpresa.
-¿Nos repites eso?
"Katsumi" rio con la boca cerrada, aparentando ser menos descarada de lo que era en realidad.
-Se los diré simplemente. Son los Tang.
Ahora Kevin escupió su jugo.
-¡¿Qué?! -exclamaron los cuatro miembros del blog.
-Piénsenlo, las Tortugas Ninja aparecieron poco después de que el señor Tang fuera atacado; los Tang siempre llegan a la escuela cubiertos de moretones. Antes eran cuatro, ahora son seis con una chica y una niña. ¿Y quienes en esta escuela están siempre con una chica y una niña? Los Tang. Aparte que no socializan con nadie, nunca le dicen nada a nadie y siempre son misteriosos. Aparte, ¿no que hablaban en código Morse el otro día? ¿Por qué hablarían en código Morse a menos que tuvieran algo que ocultar?
Los cuatro miembros del club se quedaron con las bocas abiertas mientras que "Katsumi" simplemente se iba, dejando los datos al aire, haciendo que los blogueros se quedaran tiesos en sus lugares. Abril empezó a poner las piezas de todo lo que Katsumi había dicho y empezó a armar el rompecabezas.
Los moretones: peleas callejeras, cosas que las Tortugas Ninja hacían, pelear con criminales callejeros.
La fecha del ataque al señor Tang fue el veintidós de septiembre, el primer reportaje de las Tortugas Ninjas fue menos de una semana después.
La noche del intento de violación de Mona Lisa fue hace menos de dos semanas, y al día siguiente Raphael estaba cubierto de moretones.
Siempre que la pandilla de la escuela, los Dragones Púrpura, faltaban porque las Tortugas Ninja los llevaron a la cárcel, los hermanos llegaban bastante heridos.
Y, cuando ella estuvo en medio de la balacera de la otra noche, una de las Tortugas Ninja estaba especialmente interesado en protegerla, particularmente a ella, como si la conociera.
¿Cómo no pudo darse cuenta de eso?
-Tenemos que llegar al fondo de esto. -dictaminó Abril, volteando a ver a sus amigos.
-Ajá, ¿cuál es el plan? ¿Ir directamente con los Tang y decirles "Hey, escuchamos rumores de que ustedes son las Tortugas Ninja, ¿es verdad?", esperando que nos digan la verdad? -preguntó Irma sarcásticamente.
-No creí decir esto, pero concuerdo con Irma, incluso si los presionamos, seguirán diciendo que no. -dijo Kevin, descansando su cabeza en su puño.
-Tiene razón, Abril, tenemos que preguntarles sin preguntarles. -siguió Melina.
-¿Preguntarles sin preguntarles?
-Sí, ya sabes... alguien de nosotros puede acercarse a uno de los Tang y tratar de averiguar información sin preguntar explícitamente.
-¿Y quién sugieres que lo haga, Mel? -preguntó Kevin.
-Irma.
Irma dejó de teclear en su computadora y volteó a ver a la morena completamente atónita.
-¡¿Qué dices?!
-Nosotros tres conocemos de cerca a los Tang y saben que trabajamos en el blog, pero no te conocen a ti ni tampoco saben que trabajas con nosotros, puedes hacerles las preguntas que necesitemos para averiguar la verdad sin levantar sospechas. -propuso Melina.
-Esto es muy arriesgado, ¿y si me descubren?
-Puedes fingir que uno de los hermanos te gusta. -propuso Kevin bromeando, haciendo que Irma lo mirara con furia, pero a Abril se le prendió el foco.
-Esperen, eso puede funcionar.
-¡¿Qué?!
-Sí, solo finge que uno de ellos te gusta y quieres acercarte para conocerlo mejor. -dijo Abril sonriendo.
-Eres una atrevida, Abril, ¿mandas a tu mejor amiga a coquetear falsamente con uno de ellos? ¿Y si le termino gustando en serio y luego debo rechazarlo?
-Elige a alguien que no creas que se enamoraría de ti. -propuso Melina.
-Fácil para ti decirlo, tu novio bisexual se le hace ojitos a todo chico que se le cruce. -Irma dijo esto cruzando sus brazos.
-No me juzgues, cuatro ojos, haz esto por el equipo. -retó Kevin.
-¿Por qué no les coqueteas tú? Claramente ese Raphael cayó bajo tus encantos con facilidad.
-No digas eso frente a mi novia, sé que soy irresistible, pero se darán cuenta de que voy porque sospecho de ellos.
Irma vio sus opciones, las cuales no eran muchas, y zapateó en el piso con bronca, casi como una niña pequeña. No quería involucrarse con nadie, pero si querían revelar la verdad, tal vez debía correr algún riesgo.
Aparte, si era verdad que los hermanos eran las Tortugas Ninja, podría entregarlos a la policía, cobrar una recompensa y no tener que pasar tiempo de calidad con Melina y Kevin, a quienes no soportaba por lo empalagosos que eran.
Suspiró.
-Okay, lo haré.
En el almuerzo, Irma estaba vigilando a los hermanos desde lejos, pensando a quién podría hablarle. A Leonardo no, sentía que probablemente la descubriría demasiado rápido. Tampoco a Raphael, la intimidaba. Donatello era claramente el más listo de todos, si ella mostraba dobles intenciones, la pillaría con las manos en la masa. Como descarte quedaba una opción: Miguel Ángel, quien tenía una reputación por ser despistado, así que si hacía muchas preguntas, probablemente no se daría cuenta.
Tomó aire y se acercó a la mesa de los hermanos, para luego tocarle a Mikey el hombro. Mikey volteó a verla y mostró una sonrisa tierna y radiante.
-Hola. -saludó él cordialmente con la mano. De repente Irma sintió... algo raro. Sentía unas cosquillas en el estómago, la punta de sus dedos que tocaron el hombro de Mikey estaban cálidas, de repente su cara enrojeció y olvidó cómo hablar.
-Ah-ah, ehh-eh, y-y-yo... -no supo qué hacer, así que se fue. Mikey se le quedó mirando raro en su dirección y sus hermanos le dieron una mirada cuestionable.
-No le hice nada, lo juro.
No, Mikey, no hiciste nada salvo enamorarla.
Jayden caminó siendo empujado por una mujer de un traje de oficina café, cabello negro recogido en un moño y labios pintados de rojo. La mujer estaba con una expresión molesta en lo que empujaba al rubio hacia una oficina con un cartel en la puerta que decía "Kraang Superior, General Irwing Langstein".
-Así que fuiste expulsado. -dijo el hombre de uniforme militar con varias medallas en su costado izquierdo de su pecho. Tenía el cabello negro, los ojos verde oliva y la piel caucásica. Tenpia algunas cicatrices en el lado izquierdo del rostro. Estaba sentado en un escritorio con cara de estar de mal humor.
-En mi defensa, no fue mi culpa, fue uno de esos idiotas de los Tang. -se quejó Jayden, siendo empujado por la mujer- ¡Madre, déjame!
-Tú metiste la pata, abstente a las consecuencias.
-No me importa de quién es la culpa, tú tenías un trabajo: traernos de vuelta a Abril O'Neil y lo arruinaste. -dijo el general.
-Oh, claro, ¡porque Irma hace un gran trabajo, ¿no?! -se quejó el rubio.
-Al menos yo estoy haciendo progreso. -dijo Irma, sentada al costado de la oficina en una silla, quien hasta ese momento había pasado desapercibida- Tú solo te la pasas haciéndole bullying a los demás y payaseando. Yo ya me acerqué a Abril, me hice su amiga y tengo su confianza, solo debo encontrar el momento para traerla conmigo.
-Olvidaste mencionar el hecho de que te gustó uno de los Tang. -reprochó Jayden, haciendo a Irma congelarse.
-¡¿Cómo supiste eso?!
-¡Tengo ojos por toda la escuela, cuatro ojos!
-¡¿Por qué hablan tanto de los Tang?! ¡¿Quién rayos son?! -gritó el general.
-En el grupo del blog tenemos razones para sospechar que ellos serían las Tortugas Ninja. -informó Irma.
-¡¿Los Tang las Tortugas Ninja?! Oh, Cole debe saber esto. -Jayden sacó su teléfono, pero su madre se lo arrebató, lo tiró al piso y con el tacón de su zapato lo aplastó- ¡Mamá, era nuevo!
-Podrás sobrevivir sin un teléfono, es tu castigo por tu expulsión.
El general mostró interés cuando mencionaron a las Tortugas Ninja. Convenientemente ellos enviaron a los hombres de trajes negros a darle a su misterioso comprador el químico X, y convenientemente les cuentan que unos adolescentes disfrazados de tortugas frustraron el intercambio.
-Hija, ¿qué sabes sobre estas... "Tortugas Ninja"? -preguntó el general.
-No mucho, sabemos que convenientemente empezaron a aparecer pocos días después del ataque al padre de los hermanos Tang. Sumado a eso que los Tang saben defensa personal como la de los ninjas, siempre llegan con moretones cada que la noche anterior aparecieron las Tortugas y usan ambos el mismo símbolo de una flor de cinco pétalos rodeada por un círculo.
-Hmm... -el general se frotó la barbilla pensativo y sonrió- Tal vez estas... Tortugas Ninja... le vengan como provecho a Kraang.
