Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.
Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3
CAPÍTULO III
—Bueno, ese fue un enfoque muy directo. —dijo Hermione, a última hora de la tarde, mientras aceptaba una taza de té de Ron. La pequeña cocina era una de las ventajas de la sala común de octavo año.
— ¿Qué quieres decir? —preguntó Harry.
—Bueno, no pensaba divulgar exactamente el plan en absoluto —explicó Hermione—, pensé que sólo haríamos algunos gestos amistosos, construiríamos algunas relaciones… eso es todo.
—Oh —dijo Harry, sintiéndose como un absoluto imbécil—, cierto, supongo que eso tiene mucho más sentido.
—Bueno, ya no se puede hacer nada. —respondió Hermione, dándole un pequeño apretón tranquilizador en el antebrazo.
—Excepto que él ya prometió ser un sirviente de Malfoy. —les recordó Ron, sentándose con su propia taza.
—Hm… —coincidió Hermione— Siempre es algo con ustedes dos.
— ¿Qué se supone que significa eso? —preguntó Harry, pero Hermione no respondió, enfrascada en sus propias cavilaciones.
—Es un acontecimiento interesante —continuó ella—. Mi opinión es que con Malfoy es una cuestión de poder. La guerra lo despojó de gran parte de su orgullo, supongo que ve esto como una forma de recuperarlo.
— ¿Alguna vez consideraste una carrera en la Medimagia con especialización en la mente humana? —Ron le sonrió, con esa expresión de enamorado que a menudo llevaba encendiendo sus facciones.
Hermione le devolvió la sonrisa y deslizó su mano en la de él.
— ¿Y qué pasa si lo he considerado? —preguntó.
—Bueno, creo que serías brillante. —comentó Ron.
Harry asintió lentamente. Así pues, Malfoy quería hacer valer un poco su peso, sentirse en control. Tal vez Harry no podía culparlo.
—Yo diría que lo mejor que puedes hacer es dejarlo. Si te mantienes agradable, sin reaccionar, no será divertido para él y pronto lo dejará. —aconsejó Hermione, devolviendo su atención a Harry.
Ron resopló.
— ¿Harry? ¿Mantenerse agradable y tranquilo cuando se trata de Malfoy? Ni de broma.
Harry se encogió de hombros.
—Son sólo pequeñas cosas. Cualquier cosa demasiado ridícula y simplemente diré que no. Nada es obligatorio. Además, todo eso me mantiene cerca de él lo suficiente como para evitar que cualquier fanático del E.D se le acerque, que era el objetivo original, después de todo.
—Bueno, buena suerte, Harry —bostezó Hermione, terminando su té y poniéndose de pie para dirigirse a la cama—. Por favor, intenta no perder los nervios.
A la mañana siguiente, Harry se despertó antes de lo habitual, según el acuerdo al que habían llegado él y Malfoy durante el camino de vuelta a los dormitorios de octavo año la noche anterior. Fue un poco extraño, las duchas, que normalmente eran un zoológico por las mañanas, estaban desocupadas. Después, se vistió y bajó a la sala común, que también estaba desierta -salvo por un bastardo rubio de cara puntiaguda-.
—Buenos días, Malfoy. —dijo Harry, apuntando a la amabilidad que Hermione había sugerido.
—Llegas tarde. —le recriminó Malfoy. Harry comprobó su reloj. No lo estaba, pero no discutió.
—Lo siento —respondió, con una sonrisa forzada—, ¿deberíamos seguir con esos ejercicios?
—Muy bien. —respondió Malfoy, en un tono que dejaba claro que en realidad no estaba muy bien. Se tumbó en el mismo sofá que Ron y Hermione habían ocupado la noche anterior.
Harry trató de no darse cuenta de que Malfoy volvía a llevar sólo la ropa térmica y el bañador, y trató de no notar cómo el estiramiento del material se ceñía a los delgados músculos que había debajo. Se acercó a la pierna de Malfoy, sintiendo los gruesos pelos rubios bajo sus manos, el calor de la piel de Malfoy.
— ¿Está mejor tu rodilla? —preguntó, mientras maniobraba la extremidad hacia el pecho de Malfoy, lentamente.
—Hm —fue la no-respuesta de Malfoy, su cara concentrada en el esfuerzo mientras Harry profundizaba la flexión, manteniendo sus ojos en la cara de Malfoy por señales de dolor. Sin embargo, para frustración de Harry, los rasgos del otro chico seguían siendo disciplinados y estoicos, imposibles de leer.
— ¿Demasiado? —preguntó en un momento dado.
—Está bien. Sigue con ello.
Harry suspiró. Bueno, si Malfoy quería perjudicarse aún más por no expresarse, eso era cosa suya. No era culpa de Harry, no era problema de Harry.
Harry les preparó un té a ambos mientras Malfoy se duchaba. Diez minutos más tarde, volvieron a reunirse en el dormitorio. Harry se apresuró a poner el calcetín y el zapato de Malfoy en el pie de su pierna herida -todavía se sentía raro estar arrodillado ante el imbécil de esa manera- y luego fue a ponerse de pie.
—Ya que estás ahí abajo, podrías hacer lo mismo con la otra.
Era la primera orden de Malfoy y Harry sintió un destello inicial de irritación. Levantó la vista para protestar, pero en las facciones de Malfoy había un desafío, como si esperara que Harry discutiera. Así que, en lugar de eso, Harry se limitó a colocar el calcetín y el zapato en el otro pie de Malfoy, haciendo un doble nudo en los cordones con un elegante tirón.
—El té está abajo —dijo Harry, alegremente—, ¿tomas algo en el tuyo?
—Sólo leche para disimular la pésima calidad, gra- —Malfoy cerró la boca con un chasquido y Harry casi se echó a reír. Que Merlín no permita que se desperdicien los modales con él.
El desayuno era un asunto extraño. Aunque los de octavo año tenían una mesa propia en el gran salón, la mayoría de los alumnos seguían agrupándose en sus antiguas casas. Sin embargo, Harry estaba decidido a quedarse con Malfoy, y pronto se encontró rodeado de Slytherin.
— ¿Te has perdido, Potter? —preguntó Pansy, alzando una ceja hacia él.
Harry hizo un pequeño alarde de mirar alrededor de la sala recién construida,
—Gran salón, Hogwarts —comentó—, no, creo que estoy bien, Parkinson, gracias. —procedió a servir unas salchichas y unas tostadas, primero para Malfoy y luego para él. Pansy les dirigió una mirada escrutadora, pero nadie más parecía haberse dado cuenta.
— ¿Qué pasa con ustedes dos, entonces? —preguntó.
Malfoy se limitó a lanzarle una mirada gélida y arrogante.
—Seguro que no sé a qué te refieres —la despidió—. Potter, un poco de zumo de calabaza, si quieres.
Harry reprimió una sonrisa; era una diversión extraña, en cierto modo.
—Por supuesto. —respondió, y llenó el vaso de Malfoy.
Hermione llegó entonces, con un aspecto un poco agobiado, pero alegre. Se apretujó junto a Pansy.
— ¿Cómo te fue con los deberes de anoche, Pansy? —preguntó— Ya casi me estoy arrepintiendo de haberme apuntado al curso avanzado, ¡y sólo llevamos dos semanas!
Para sorpresa de Harry, en lugar de una respuesta sarcástica, Pansy le dedicó a Hermione una sonrisa comprensiva.
—Oh, Merlín, no digas eso, Granger. Si tú no puedes soportarlo, el resto de nosotros no tenemos ninguna posibilidad de luchar.
Hermione sonrió un poco, pero continuó:
—Creía que lo estaba haciendo bien, hasta que... ¿la pregunta 38? Tengo una extraña sensación de que está completamente mal hecha.
—Oh, la pregunta 38 puede irse a la mierda —coincidió Pansy—. Me quedé mirándola durante años. Tonterías sin sentido, lo juro absolutamente.
— ¿Hay alguna posibilidad de que quieras trabajar conmigo en el almuerzo?
—Merlín, sí, Granger, realmente me gustaría. Espero evitar la desaprobación de Vector por un tiempo más.
Harry observó la fácil conversación de las dos brujas con una pizca de envidia. Hermione hacía que la amistad pareciera sin esfuerzo. Hacía que su propio acuerdo con Malfoy se sintiera exponencialmente más ridículo. ¿Por qué ellos no podían encontrar algún punto en común y charlar también? ¿Por qué esa continua animosidad y sarcasmo entre ellos? Todo era sumamente infantil, sinceramente.
—Potter, es hora de irse. —anunció Malfoy, poniéndose de pie.
—No he terminado mi tostada. —señaló Harry.
—Eso suena más bien a un problema tuyo. —bromeó Malfoy.
Harry gimió para sus adentros.
Malfoy era el por qué, obviamente.
...
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