Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.

Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3


CAPÍTULO VI


Harry esperó a que los ruidos de la noche en el dormitorio se calmaran antes de arrastrarse por las crujientes tablas y deslizar las cortinas del dosel de la cama de Malfoy lo suficiente como para meterse dentro. Otra ventaja de octavo año, un poco de privacidad por fin. Como consecuencia no intencionada (aunque probablemente esperada), definitivamente no había tanta separación de sexos; podría haber jurado que veía a Ginny salir corriendo por la puerta algunas mañanas. Harry también dudaba de que Ron hubiera pasado alguna vez la noche en su propia cama, a pesar de la gran demostración de despertarse allí que hacía habitualmente.

Harry se arrodilló torpemente encima del edredón y murmuró un locus secretum con un cuidadoso movimiento de su varita para que el encantamiento se sostuviera.

— ¿Qué hechizo es ese? —Malfoy siseó en la oscuridad y luego murmuró un Lumos.

La varita se iluminó para mostrar a Malfoy, sentado encima de las sábanas, con la misma camiseta sin mangas y los mismos pantalones negros con los que Harry ya estaba familiarizado.

—Sólo un encantamiento que silencia cualquier espacio cerrado.

—Comparte ese por ahí, ¿quieres? Me encantaría terminar mi estancia en Hogwarts sin el arrullo nocturno de mis compañeros pajeándose.

—Una cosa que no echaré de menos —estuvo de acuerdo Harry—, empújate un poco y te ayudaré con la pierna.

Malfoy obedeció, arrastrando los pies para que hubiera espacio suficiente para que Harry se arrastrara a su lado y se pusiera a trabajar.

—Se ve un poco mejor hoy. —comentó Harry, sólo por algo que decir.

—Hm —dijo Malfoy— Tal vez un poco. —se mordió el labio mientras Harry profundizaba el movimiento.

— ¿Demasiado? —preguntó Harry, pensando en que todo estaba empezando a sentirse como un guion.

Al parecer, Malfoy estaba de acuerdo porque simplemente resopló, y dijo "Está bien, Potter. Te diré cuando lo sea."

Harry no contestó, pero siguió dudando. Manipuló la pierna de Malfoy a través de los movimientos, observando. Las sombras proyectadas por la varita daban a Malfoy un aspecto ligeramente demacrado. A Harry le recordó incómodamente aquel día maldito en que se habían enfrentado en el baño. Eso no le gustaba para nada. Se había sentido aliviado al ver que una pizca de plenitud volvía a las facciones de Malfoy este trimestre.

— ¡Mierda! —gritó Malfoy, doblándose hacia delante para agarrarse el muslo. Harry dio un salto de sorpresa.

— ¿Qué? ¿qué pasó?

—Maldito infierno —Malfoy estaba gimiendo, con una expresión de terror en su rostro—. La parte trasera de mi pierna, Merlín, está toda acalambrada, no para, Potter, ¿qué está pasando?

—Flexiona el pie y presiona tus dedos donde sientes el calambre. —le indicó Harry.

— ¿Estás loco? —Malfoy siseó entre dientes apretados por el dolor.

— ¡Flexiona el pie! —más insistente esta vez— Aliviará el calambre, Malfoy, sólo hazlo.

—No puedo. —susurró Malfoy, con los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas. Estaba entrando en pánico, se dio cuenta Harry.

No volvió a preguntar, sólo agarró la pierna de Malfoy, haciendo que el otro chico volviera a gritar, pero Harry no le hizo caso. En su lugar, tiró de los dedos del pie de Malfoy hacia su espinilla. Metió la otra mano por debajo de la rodilla doblada del rubio y clavó los nudillos en el tenso músculo.

Malfoy maldijo y luego apretó los ojos con fuerza.

—Respira. —le ordenó Harry.

—Joder —murmuró Malfoy un momento después, exhalando dolorosamente—. Sí, se ha ido. Merlín, ¿qué demonios ha sido eso?

—Sólo un espasmo —le tranquilizó Harry, soltando el pie de Malfoy—. Los tuve un par de veces con el deporte cuando era niño. Mi profesora de cuarto curso, la señora Flynn, me enseñó ese truco. No está mal, ¿verdad? —siguió trabajando con sus dedos en el tendón anudado.

—Se sintió como si mi pierna se hubiera quedado paralizada para siempre. —dijo Malfoy, echándose hacia atrás y llevándose las manos a la cara.

—A mí también me dio un susto de muerte la primera vez que me pasó —se compadeció Harry—. La señora Flynn también te diría que comieras más espinacas o plátanos.

—Te tomo la palabra —gimió Malfoy desde detrás de las manos—. Joder, tienes los dedos huesudos. Duele.

Harry se relajó un poco.

—Lo siento, es que está un poco difícil aquí. Necesito que se libere para que no vuelva a ocurrir, supongo.

Para sorpresa de Harry, Malfoy no discutió, sólo arrastró los pies por la cama y se dio la vuelta.

—Bien —murmuró entre los brazos cruzados que deslizó bajo su cara—. Pero que no sea duro. Y por el amor de Dios, usa algo de loción.

Harry se arrepintió de repente de sus acciones. Ahora se enfrentaba a la muy agradable perspectiva del culo de Malfoy y a la incapacidad de saber qué hacer con esa reacción. Sintió que el calor le subía a la cara. Supuso que echarse atrás ahora sería aún más sospechoso, así que cogió su varita y lanzó un rápido inlitus. Un pequeño chorro de aceite apareció en su palma.

Con cuidado, para no manchar el edredón, inclinó la mano ahuecada y dejó que el aceite se derramara sobre la parte posterior de la pierna herida de Malfoy, acumulándose en el hueco poplíteo. Usando las palmas y los pulgares, Harry subió el aceite por la parte posterior del muslo de Malfoy hasta el dobladillo inferior de sus pantalones. Realmente no sabía lo que estaba haciendo. Esperaba las típicas burlas de Malfoy, algún comentario sobre su mala técnica -como si debiera saber la forma correcta de masajear un muslo-, pero en lugar de eso, todo lo que llegó fue un pequeño suspiro que sonó a alivio.

Hizo círculos con las yemas de los pulgares de forma experimental, profundizando en el músculo redondeado. Malfoy hizo un pequeño ruido de protesta justo cuando una dura piedra de tejido enrollado se hizo palpable a las manos de Harry. Harry sostuvo el lugar, manteniendo la presión, hasta que la respiración de Malfoy se estabilizó de nuevo, y luego continuó. Era casi meditativo, el hacer los patrones circulares y sentir la cálida piel bajo su tacto. Cuando terminó con el muslo, pasó a presionar suavemente detrás de la rodilla de Malfoy y luego en la pantorrilla. Se sentía extrañamente privilegiado al tener permitido tocarlo de esa manera: s un Malfoy relajado e indefenso.

Casi resopló para sus adentros al pensarlo. Un privilegio el tocarlo, a Malfoy le encantaría saber lo que pensaba.

Se arriesgó a echar otra mirada al trasero de Malfoy y luego se mordió el labio con sorpresa cuando sintió las primeras punzadas de excitación en su vientre.

Quitó las manos de Malfoy como si se hubiera quemado.

—Bien —dijo, limpiándose las manos en el pijama—, eso debería bastar.

Malfoy giró la cara para apoyar la mejilla en el antebrazo, sin rodar.

—Puede que eso tenga que convertirse en uno de tus deberes habituales. —comentó Malfoy. Harry supuso que eso era lo más cerca que iba a estar de la gratitud o de un cumplido.

—Siempre y cuando sigas cooperando. —respondió Harry.

— ¿Yo? Soy un ciudadano modelo —bostezó Malfoy—. Buenas noches, Potter.


Harry estaba acostado en su propia cama, totalmente despierto y mirando la oscuridad del dosel que tenía encima, deseando no pensar en Malfoy. Parecía tener el efecto contrario. Intentó no pensar en el culo respingón y tenso de Malfoy. Intentó no pensar en la forma en que su tendón se movía bajo sus manos. En cómo sonaba Malfoy cuando jadeaba o tarareaba un sonido bajo de placer.

Merlín, Harry ni siquiera sabía cómo sonaba esto último, pero su imaginación se lo proporcionó de todos modos. Sintió que su polla también se interesaba por esa idea.

—Para —susurró Harry desesperadamente—. por favor, sólo para.

A diferencia de Malfoy, su erección no parecía interesada en la opinión de Harry.


...


¡Gracias por leer!