Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.
Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3
CAPÍTULO IX
Harry se preguntó qué se esperaba que dijera uno a alguien con quien acababa de tomarse de la mano bajo la mesa del desayuno. Estaba seguro de que había una respuesta normal y desenfadada, pero por desgracia se le escapaba. Por suerte, Malfoy tampoco parecía saberlo.
—A todo esto, ¿a dónde vamos? —dijo Harry después de un silencio demasiado largo.
—Tengo Aritmancia esta mañana, y tú llevarás mis libros. —respondió Malfoy.
—Tengo un bloque libre —comentó Harry, deteniéndose—, así que estoy pensando en tal vez echar una siesta antes de Transformaciones.
Malfoy le dirigió una mirada que indicaba que no pensaba muy bien de los magos que dormían la siesta. Harry prefirió ignorarlo.
—No sabía que seguías cursando Aritmancia. ¿Qué ÉXTASIS presentarás? —preguntó Harry.
—Pociones, Defensa, Encantamientos, Historia, Transformaciones, Herbología, Aritmancia y Runas Antiguas. —le espetó Malfoy.
—Merlín, ¿intentas superar a Hermione en número de exámenes? ¿O es que tienes ganas de morir? ¡Apenas estoy escribiendo la mitad de eso!
Malfoy se encogió de hombros.
—Tengo que mantener mis opciones abiertas.
— ¿Qué esperas hacer cuando salgas de aquí? —inquirió Harry, genuinamente curioso.
—Tener un empleo. —afirmó Malfoy, con gesto adusto.
Harry le dio un codazo.
—Pero vamos, el trabajo de tus sueños, ¿cuál es?
Malfoy no respondió de inmediato. Harry se preguntó si iba a ser ignorado por completo.
—Cuando era un niño, tenía grandes aspiraciones con el Quidditch. —dijo finalmente Malfoy, con la voz tranquila.
—Todavía puedes —replicó Harry—. A pesar de todas las tonterías que solías decir, eres un buscador con talento.
—Soy un Malfoy —corrigió el otro chico—, soy un lastre.
Harry abrió la boca para protestar y la volvió a cerrar. No quería admitirlo, pero probablemente Malfoy tenía razón. Los equipos tenían que preocuparse por algo más que las habilidades, para vender entradas.
— ¿Qué más, entonces?
—Si alguien me quisiera a menos de cincuenta millas de San Mungo, creo que disfrutaría siendo Sanador. Cada paciente es un rompecabezas que tienes que resolver. Siempre he sido bastante rápido con los rompecabezas. Salvando eso, tal vez podría trabajar al menos en pociones medicinales. Aunque lo más probable es que acabe elaborando y embotellando en una habitación trasera en algún lugar, donde mi nombre no pueda envenenar la buena reputación de nadie.
La respuesta de Malfoy sorprendió a Harry. Nunca había considerado a Malfoy del tipo sanador, nunca había considerado la compasión como uno de sus puntos fuertes. Sin embargo, no se podía negar que era inteligente. Sería un sanador muy astuto, Harry estaba seguro. ¿Tal vez había un sector de la sanación que se ocupaba principalmente de los pacientes inconscientes? La vacía resignación en la voz de Malfoy hizo que a Harry le doliera un poco. Se encontró de nuevo sin saber qué decir. No creía que Malfoy fuera especialmente receptivo a las falsas tranquilizaciones.
—De todos modos, ¿cómo se llega a ser sanador?
Malfoy levantó una ceja.
—Criado por muggles. —le recordó Harry.
—Si consigues todas las Es posibles y encuentras un sanador dispuesto a aceptarte como aprendiz durante unos años. Luego haces los exámenes de sanador y si los apruebas, estás cualificado.
—Oh —dijo Harry, estúpidamente. No se sentía preparado para comentar la viabilidad de todo aquello.
— ¿Y tú, entonces? —preguntó Malfoy.
Harry se encogió de hombros.
—Oh, no he pensado mucho en todo eso. Siempre pensé que sería un Auror, pero... desde la guerra, me pregunto si no estoy un poco cansado de perseguir magos oscuros.
—No puedo decir que te culpe. —respondió Malfoy pensativo.
—Yo también estaba pensando en el Quidditch —Harry admitió después de un momento. Parecía justo ya que Malfoy se había sincerado con él—. Es que me encanta y quiero hacer algo entretenido, al menos durante unos años. Por otra parte, me preocuparía que sólo me dieran un puesto por lo que soy y no por lo que puedo hacer… así que quién sabe.
Malfoy resopló y Harry le lanzó una mirada, sintiéndose un poco herido.
—No importa, es una estupidez —se corrigió Harry—, todos los niños quieren ser una estrella del deporte, no-
—Potter —le interrumpió Malfoy—, me entiendes mal. Nadie que te haya visto jugar podría pensar eso, jamás.
Fue todo lo que Harry pudo hacer para evitar que se le cayera la mandíbula. El cuello y las orejas le ardían de placer.
—Joder, ¿me acabas de hacer un cumplido? ¿Estás bien? —Harry respondió, con la boca inesperadamente seca.
—No es un cumplido, sino una afirmación de un hecho —respondió Malfoy y Harry vio que el calor también subía a las pálidas mejillas de Malfoy. Eso despertó algo dentro de él, algo primario y deseoso—. Bueno, aquí me quedo yo —dijo Malfoy, deteniéndose y señalando la puerta de un aula abierta—, te veré aquí a las y media.
— ¿En serio? —dijo Harry, confundido, entregándole la mochila a Malfoy.
—Por supuesto —le informó Malfoy—. Estos libros no se van a llevar solos.
Se dio la vuelta para irse cuando Harry lo detuvo, una mano extendiéndose para agarrar el antebrazo del chico.
—Malfoy, espera.
Malfoy miró primero la mano que le rodeaba el brazo y luego a Harry.
— ¿Sí?
—Creo... creo que serías un sanador de primera. Quiero decir, al menos en la parte de medicina. Probablemente podrías ser un poco más amable.
Malfoy le dirigió una mirada escrutadora y luego se limitó a asentir secamente, con un gesto despectivo, y se marchó.
Harry y Malfoy se encontraron con un Ron arrepentido en la comida.
— ¿Tal vez podríamos dar un paseo? —preguntó Ron.
—Voy con ustedes —insistió Hermione—, los dejo solos una comida y todo se va al garete.
—Sí, déjame yo... —Harry se volvió hacia Malfoy para, no estaba seguro, ¿pedirle permiso?
—Ve, Potter —insistió Malfoy—. Por mucho que me disguste, soy capaz de servirme la comida.
— ¿Vas a estar bien? —preguntó Harry.
Malfoy puso los ojos en blanco.
—Lugar público, bien iluminado, aquí no habrá bastardos vengativos del ED que intenten algo. En realidad, no necesito tu vigilancia en todo momento del día.
—De acuerdo —cedió Harry—, nos encontraremos aquí antes de Defensa y podremos ir todos juntos.
—Eres nauseabundo. —le informó Malfoy.
— ¿Y bien, Ronald? —incitó Hermione mientras los tres salían hacia el lago.
Ron inhaló y luego suspiró, pesadamente.
—Harry, amigo, sobre lo que dije-
—Está bien —interrumpió Harry—. Mucha gente está dolida, sé que aún está fresco.
—No debería haber insinuado que no has perdido a nadie, lo siento. —dijo Ron, con voz gruesa, los ojos en el suelo.
—Sí —convino Harry—, pero no debería haber corrido a pedirle a Malfoy que fuera al ED. Fue sólo un impulso. Me preocupa... dejarlo solo. Si lo volvieran a atacar, me sentiría responsable.
—Pero tú no serías responsable —le recordó Hermione—, lo serían los atacantes. Quedarse al lado de Malfoy no es una solución sostenible. Necesitamos alguna forma de cambiar los corazones y las mentes. Creo que la reunión del ED es un buen paso. Tenemos que cambiar el enfoque, menos ataque y más defensa. Hacer hincapié en la importancia de protegernos unos a otros —se quedó callada durante un largo momento, con una expresión pensativa en su rostro—. Tengo una idea. No puedo confiar en que ninguno de los dos pueda batirse en duelo con Malfoy y mantener la calma, pero quizá yo sí pueda.
—Suena muy bien por parte de la chica que, según recuerdo, le dio un puñetazo en la cara. —comentó Ron, mirándola con adoración.
La barbilla de Hermione se inclinó hacia arriba.
—Se lo merecía. Como decía, Malfoy y yo podríamos tener un pequeño duelo, pero con ustedes dos interviniendo para demostrar las maniobras de protección en todo momento. Es informativo, es útil, demuestra que confiamos en él.
—No estoy seguro de cómo será la percepción de los demás ante un Malfoy atacando a un héroe de guerra. —reflexionó Harry.
Hermione asintió.
—Sí, puede que tengas razón.
—Pero, ¿y si lo invertimos? ¿Y si Ron y yo nos batiéramos en duelo y tú y Malfoy ofrecieran medidas de protección?
—Harry, eso es brillante. —sonrió Hermione.
—Si crees que Malfoy sabe siquiera algún hechizo de protección... —comentó Ron con sorna.
—Puede que sea un imbécil —dijo Hermione, deslizando su mano en la de Ron, comprensivamente—, pero nadie puede acusar a Malfoy de ser un mago sin talento. Estoy segura de que puede aguantar una breve demostración.
—Supongo que aceptaré esta opción antes que ver a Malfoy lanzando maleficios a mi novia. —Ron aceptó, a regañadientes.
— ¡Ese es el espíritu! —Harry sonrió— Mione, ¿te asegurarás de comentarlo con Neville y Ginny, para que no piensen que estamos cometiendo un error colosal?
—Buen plan —asintió Hermione—. Volvamos mientras aún hay tiempo para comer. Por cierto, ¿saben que los quiero mucho, mucho, y me alegro de que se hayan reconciliado? Estoy proponiéndome a decir este tipo de cosas con más frecuencia. Ahora que sabemos que la vida es algo efímero y todo eso.
Harry y Ron le devolvieron el gesto y los tres tomaron rumbo hacia el castillo.
...
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