Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.
Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3
CAPÍTULO XII
— ¿Listo entonces, Ron? ¿Harry? —preguntó Ginny aquella tarde en la reunión del ED. McGonagall les había dado acceso a una gran habitación vacía en la esquina más al noreste de las mazmorras. Había que caminar un poco para llegar hasta allí, pero Neville y Ginny habían hecho un trabajo bastante satisfactorio al abastecerla con cojines, maniquíes y unos cuantos textos antiguos de defensa en algunos estantes polvorientos.
Era la primera reunión propiamente dicha del nuevo curso. Harry casi echaba de menos el entusiasmo de quinto año, cuando el club era secreto, nuevo y relevante. Ahora estaba aprobado por el profesorado y era más un poco de práctica que otra cosa. Sin embargo, la asistencia era excelente, con muchas caras nuevas que Harry no reconocía.
—En realidad sólo han venido a verte, Harry —había bromeado Ginny antes de que pidieran silencio en el aula y explicaran el plan—, ¡un breve roce con la celebridad! —Harry trató de ignorar tanto sus palabras como la sonrisa socarrona de Malfoy.
Harry y Ron asintieron y se hicieron una somera reverencia. Harry lanzó un mocomurciélago sólo para empezar, pero Hermione lo atrapó al instante con un protego combibo.
—Notarán que todas las partes están diciendo sus hechizos en voz alta —explicó Neville—, esto es sólo para fines de demostración. En sus propios combates, les animamos a que intenten hacer magia no verbal, para que su oponente no sepa lo que se avecina.
—Granger usó combibo —comentó Daphne Greengrass— con un protego genérico, y el hechizo puede lanzarse en dirección al atacante. Esto puede beneficiarlos, pero cuando tienen un aliado en el otro lado, tal vez no quieran arriesgarse. El combibo absorbe y dispersa la energía del hechizo. El contra-hechizo del combibo… Weasley, Draco, si desean…
Ron, lanzó un hechizo punzante que Malfoy interceptó limpiamente con un protego scopum. Hermione, como reacción, envió otro combibo.
—Es scopum —continuó Daphne—, que específicamente devuelve el hechizo hacia el remitente, de ahí la necesidad de que Granger intervenga de nuevo. El scopum elimina el riesgo de la desviación que se produce con un protego normal.
—Otro ingenioso hechizo de protección —Ginny retomó el hilo, mientras Harry lanzaba un hechizo de piernas de gelatina—, es...
— ¡Protego laqueus! —gritó Hermione, y el ataque fue atrapado en el aire por el hechizo de protección.
—El laqueus es útil porque en lugar de dispersar la energía como el combibo, atrapa el hechizo durante un corto período, permitiéndoles liberarlo en el momento oportuno.
—Laxo. —demostró Hermione, y el hechizo piernas de gelatina se redirigió hacia Harry, el cual Malfoy desechó con su propio combibo.
—Estupendo —tomó la palabra Neville—, así que esos son los principales hechizos que queremos que perfeccionen esta noche, protego combibo, protego scopum, protego laqueus y el correspondiente laxo. Ron, Harry, si quieren continúen a velocidad normal un par de minutos más, sólo para reforzar los hechizos, y luego nos separaremos en grupos para intentarlo.
Harry y Ron se rodearon, y Harry sintió que la adrenalina de no saber lo que venía a continuación empezaba a aumentar. Sonrió a Ron, quien envió un hechizo aturdidor que Malfoy redirigió inmediatamente. Mientras ese hechizo estaba en camino, Harry lanzó su propio aturdidor, y Hermione atrapó a ambos con un laqueus bien calculado. Ron y Harry aumentaron el ritmo, pasando a los hechizos no verbales que hizo que el juego se sintiera mucho más emocionante, los brillantes chasquidos de los hechizos inundaron la habitación de luz. Harry se sentía ágil, listo para esquivar cualquier hechizo que Malfoy no pudiera desviar, pero estos nunca llegaban, pues Malfoy, a dos pasos de él, sólo estaba lanzando hechizos protectores en rápida sucesión y frustrando los esfuerzos de Ron.
Harry no estaba teniendo más éxito; los protegos de Hermione eran herméticos y rápidos como un relámpago, pero finalmente Harry lanzó un titillando justo cuando el expelliarmus de Ron golpeó su pecho. Harry se rio de buena gana mientras su varita salía volando de su mano. A pesar de reírse locamente por el maleficio de las cosquillas, Ron saltó hacia adelante, con los reflejos de guardián bien intactos, para agarrar la varita de Harry antes de que cayera al suelo.
— ¡Crucio! —una voz aguda e infantil atravesó el aire, procedente de algún lugar de la multitud. El corazón de Harry se le disparó a la boca y se volvió para ver la maldición que se dirigía a Malfoy a su lado. Harry, todavía sin varita, empujó a Malfoy hacia un lado, permitiendo que la maldición golpeara su propio hombro. Sintió el crepitar de su sangre en el lugar en el que impactó, hiper-estimulando los nervios que pronto se encendieron de dolor. Harry sintió que sus rodillas cedían y cayó con un grito agudo.
— ¡DESMAIUS! —se oyeron las voces de todos los que seguían de pie en la parte delantera del aula, y una figura solitaria entre la multitud se dejó caer en la mazmorra, inconsciente.
Ron soltó una risita, agitando unas manos imaginarias que le hacían cosquillas. Hermione acabó rápidamente con su hechizo, y luego hizo un gesto a un par de estudiantes cerca de la parte delantera de la clase.
—Ramona, ve a buscar a la directora y luego a Madame Pomfrey. Hudson, ve con ella. Todos los demás, por favor, vuelvan a sus salas comunes inmediatamente —Hermione hablaba con toda la autoridad de una directora, y pareció ser efectivo. Los alumnos, lanzando miradas a la figura caída, que ahora estaba flanqueada por Dean y Seamus, salieron arrastrando los pies.
—Ginny, Neville, Daphne, ¿podrían asegurarse de que no haya rezagados? Los alcanzaremos más tarde. —los tres se dispusieron a dirigir a los alumnos más jóvenes hacia la puerta.
En ese momento, Malfoy estaba agachado junto a Harry, con el brazo agarrando su bíceps.
— ¿Por qué has hecho eso, imbécil? —murmuraba— ¿Te falta por completo el gen de la auto-conservación?
Harry le dedicó una sonrisa temblorosa.
—Puede ser.
Draco suspiró.
—La gallardía y estupidez de los Gryffindor, ¿eh? ¿Estás bien?
—Bien —le aseguró Harry, sacudiéndose el polvo y poniéndose de pie—. La maldición no era del todo consistente. Sin embargo, fue un poco fuerte. ¿Quién fue?
Miró hacia Dean y Seamus, a quienes se habían unido Ron y Hermione. Estaban dando la vuelta al cuerpo inconsciente. Una chica asiática, pequeña y regordeta, con corbata de Slytherin.
— ¿Alguien la conoce? —preguntó Hermione, y todos negaron con la cabeza— No parece muy mayor. —Ron colocó a la chica de lado, con un brazo acunando su cabeza.
—Todavía respira. —anunció.
—Creo que es la hermana pequeña de Pearl Lum, Ava o Ada o algo así —comentó Malfoy—. Pearl es una Golpeadora de Ravenclaw, de sexto año. Blaise salió con ella durante un tiempo hace un par de años, así que andaba por la sala común de Slytherin con bastante frecuencia. No sé qué tendría su hermana pequeña contra mí, además de lo habitual.
—Una persona de primer año no debería ser capaz de lanzar un cruciatus así —se preguntó Harry en voz alta—, no fue a toda potencia, pero tampoco estuvo muy lejos.
— ¿Estás bien, cariño? —preguntó Seamus a Dean, que parecía un poco agitado.
Dean sacudió la cabeza como si quisiera sacudirse las experiencias de toda la noche.
—No soy un gran fan de ese hechizo —ofreció—, no desde... —sacudió la cabeza hacia Malfoy— No sé cómo ustedes pueden soportarlo, después de todo eso, la verdad. Soltó una risa temblorosa. Seamus deslizó un brazo alrededor de los hombros de Dean, atrayéndolo para besar su sien. Dean cerró los ojos y respiró tranquilamente.
Hermione se acercó a él y le apretó el brazo.
—Créeme, algunos días son más difíciles que otros. —dijo con empatía.
En ese momento llegó la directora McGonagall.
—Le agradezco que me haya mandado llamar, señorita Granger —comentó, dirigiéndose hacia la pequeña Lum—. Madame Pomfrey debería llegar en breve —se arrodilló junto a la alumna, tomándole el pulso—. Si tiene la amabilidad de repetir la historia… —le pidió— me temo que Ramona y Hudson estaban demasiado agitados para ser claros.
—No lo sé exactamente, directora —reconoció Hermione—, pero Ron, Harry, Malfoy y yo estábamos haciendo una demostración de duelo. Ron acababa de desarmar a Harry cuando, de repente, ella lanzó la maldición cruciatus a Malfoy, sólo que Harry la recibió en su lugar.
McGonagall golpeó con su varita, la punta de la varita de la estudiante derrumbada, y una imagen brillante de Harry cayendo de rodillas, gritando, apareció en el aire. Harry oyó a Draco dar una fuerte inhalación, claramente afectado.
—Estoy bien. —tranquilizó Harry a todos, sobre todo en beneficio de Malfoy.
—Bueno, está claro que ella fue la atacante —concluyó McGonagall—, o al menos su varita fue la responsable.
—Yo la vi sacar la varita, profesora —confirmó Seamus—, justo después de que ocurriera.
—Hm —reflexionó McGonagall— ¿y cómo sabemos que la maldición iba dirigida al señor Malfoy y no al señor Potter?
—No lo sabemos con certeza —concedió Hermione—, su puntería podría haber sido errónea y ellos estaban de pie bastante cerca, pero parecía dirigirse a Malfoy hasta que Harry lo empujó fuera del camino.
—Ya veo —respondió la directora—, y alguien la aturdió, entonces, supongo.
—Bueno —dijo Ron, sonando un poco culpable—, creo que todos estábamos un poco sorprendidos, así que fuimos unos cuantos...
McGonagall levantó una ceja.
— ¿Cuántos, señor Weasley?
—Bueno, Hermione, Neville, Ginny, Malfoy, yo… y posiblemente Daphne Greengrass también, no estoy seguro.
— ¡¿Seis Desmaius para derribar a un estudiante de primer año?! —reprendió McGonagall.
—No a propósito —dijo Hermione—, usted sabe que todos nos ponemos un poco... protectores con Harry.
El rostro de McGonagall se suavizó ligeramente.
—No puedo decir que los culpe. Estoy segura de que se pondrá bien en un par de días-ah, Poppy, excelente.
La enfermera se apresuró a evaluar a su nueva paciente mientras McGonagall le explicaba la situación.
—La pobre Ada Lum ha sido golpeada con no menos de cinco Desmaius. Primero hay que ocuparse de su salud, pero me gustaría que me informaran en cuanto se despierte. Por favor, toma las precauciones necesarias para que no pueda salir de la enfermería hasta que yo haya hablado con ella.
McGonagall se puso de pie mientras Madame Pomfrey hacía levitar el cuerpo de Ada por la puerta.
—Estoy segura de que entenderán que hasta que esto se haya solucionado, tendré que disolver las reuniones para prácticas del ED.
—Sí, profesora, por supuesto —aceptó Hermione—. Por favor, háganos saber si hay algo que podamos hacer para ayudar.
—Creo que seguir predicando la unidad entre casas sigue siendo una estrategia válida. Señor Malfoy, también aprecio sus intentos en este sentido.
—Sí, por supuesto, directora. —contestó Malfoy, y Harry pudo oír un filo de orgullo sorprendido en su voz, como si hubiera olvidado lo que se siente con los elogios.
— ¿Nos hará saber lo que ha averiguado? —preguntó Harry a McGonagall. Sus ojos omniscientes se desviaron hacia él.
—Sospecho que, si no lo hago, señor Potter, usted se sentirá obligado a tomar las riendas —sus labios se movieron hacia una sonrisa, muy brevemente—, así que sí, me esforzaré por mantenerlos al tanto de nuestros esfuerzos, si aceptan mantenerlo alejado de la red de chismes de la escuela. Ahora, esto ha sido más que suficiente emoción para una noche. ¿Estás bien, Harry, necesitas ver a la enfermera también?
—Estoy bien. —repitió Harry.
—Muy bien —los despidió—, entonces les deseo buenas noches.
...
Estudiantes de primer año de Slytherin, atacando a otros Slytherin... ¿Tienen alguna teoría? ¿Por qué será que no puedo dejar de pensar en la nueva profesora de Defensa?
¡Gracias por leer!
