Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.
Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3
CAPÍTULO XV
Era tarde y Harry estaba bastante borracho. Hermione acababa de llevarse a Ron a la cama, besando la mejilla de Harry y deseándole buenas noches mientras se iban. La mayoría de los demás parecían haberse ido también, Harry no se había dado cuenta exactamente de cuándo. Era ese tipo de borracho para el cual el tiempo saltaba sin que se diera cuenta. Estaba mirando por la ventana. Afuera, algunos albañiles seguían trabajando en la noche, con luces brillantes que iluminaban las dañadas murallas de la torre central. Se sentía bien ver cómo se recomponía algo.
Harry se volvió hacia la habitación. Goyle roncaba en la alfombra junto al fuego. Draco estaba tirado en el sofá donde Harry lo había dejado hacía horas, sólo que ahora tenía la cabeza en el regazo de Pansy y ella le acariciaba el pelo. Harry se sintió vagamente celoso. Se dirigió a trompicones hacia el sofá, empujó suavemente los pies de Malfoy hacia su cuerpo y se sentó.
— ¿De qué va todo esto, entonces? —preguntó, tratando de sonar jovial, pero temía que hubiera parecido más bien exagerado y amenazante.
—Estás borracho. —comentó Parkinson.
—Lo estoy. —asintió Harry con solemnidad.
—Esto es amistad, Potter —le informó ella, con frialdad—. No eres el único que tiene gente que te cuida.
A Harry no se le ocurrió una buena réplica, así que en su lugar se limitó a asentir con la cabeza.
—Muy bien, cariño —dijo Pansy, cambiando completamente su tono, mientras daba una pequeña palmadita a la mejilla de Draco—. Levántate, ya me voy a la cama.
Malfoy se sentó, mirando vagamente por la habitación, obviamente no estaba precisamente sobrio. Pansy entonces le dio un pequeño empujón, haciéndolo caer en el regazo de Harry, en su lugar.
—Tu turno, Potter —le informó—. Draco es un miserable y patético borracho y ahora es tu problema. Cuida bien de nuestro chico. —y con eso, se alejó hacia el dormitorio de las chicas.
Harry no estaba precisamente decepcionado por tener a Draco en su regazo, a pesar de la advertencia de Pansy.
—Eh, tú. —dijo Harry, pasando los dedos por el precioso pelo de Draco.
Draco recogió las piernas en el sofá y luego se dio la vuelta, enterrando la cara en el vientre de Harry.
— ¿Estás bien? —preguntó Harry.
No hubo respuesta, así que Harry siguió acariciando la cabeza del rubio, buscando su cuero cabelludo para masajearlo lentamente, contentándose con el simple hecho de tocar.
No fue hasta unos minutos después que se dio cuenta de que Malfoy estaba temblando.
—Draco —murmuró Harry, confundido—, ¿estás bien?
Malfoy no sólo estaba temblando, el cerebro empapado de alcohol de Harry tardó un momento en ponerse al día, Malfoy estaba llorando.
— ¡Oh! —comentó Harry, inseguro de cómo proceder— Hey, ¿qué pasa? —le sonsacó, empujando suavemente a Malfoy hacia atrás, tratando de echarle un vistazo a la cara. Draco no cedió.
Con un poco más de fuerza, Harry hizo que el otro chico se sentara, inclinándose frente a él. Malfoy parecía desolado, agarrando los bordes del cojín del sofá, con la cabeza tan baja que Harry no podía establecer contacto visual.
—Oye, ¿qué pasa? —preguntó Harry amablemente, acercándose, tomando la cara de Draco con una mano y apartando las lágrimas errantes. Malfoy se mordió el labio, con los ojos llenos de lágrimas.
Finalmente, balbuceó:
—Sólo llévame a la cama, Potter, ¿de acuerdo? Te lo diré, es que... joder, esto es demasiado... humillante... no quiero que me mires, te... te lo diré en la oscuridad. —sus palabras eran lentas y un poco titubeantes.
—No tienes nada de qué avergonzarte —trató de tranquilizarlo Harry, poniéndose de pie. Malfoy le siguió y Harry se sorprendió cuando Draco se dejó llevar de la mano como un niño—. Antes estaba todo lloroso, ¿recuerdas? A Hermione le gusta advertirme de que el alcohol y los recuerdos de la guerra son "un mecanismo de superación, pero no necesariamente el más saludable". Nunca se sabe muy bien qué camino puede tomar la noche, ¿verdad? Pero créeme, he pasado por eso, ¿vale?
Malfoy no contestó, sólo se dirigió al pasillo hacia el dormitorio. Harry lo detuvo antes de que entraran, dirigiéndolo en su lugar hacia el baño.
—Es mejor no tener que despertarme dentro de tres horas todo malhumorado porque te acostaste con la vejiga llena después de una noche de copas.
Malfoy se mostró extrañamente receptivo a las instrucciones. Dejó que Harry lo arrastrara al baño. Ni siquiera protestó cuando Harry le recordó que debía lavarse los dientes y la cara. "Ayudará", insistió Harry, mientras él hacía lo mismo.
En el dormitorio, Draco se quedó inmóvil, y permitió que un Harry no precisamente sobrio y coordinado lo desnudara hasta la ropa interior. Luego se metieron dentro de las cortinas que daban la privacidad necesaria en la cama, y Harry lanzó el hechizo silenciador. Harry insistió en completar los ejercicios de las rodillas de Malfoy y luego se quedaron allí un momento, en silencio.
—Hace frío. —comentó Malfoy.
—Vamos a meterte bajo las sábanas, ¿eh? —instruyó Harry, haciéndolo él mismo, y Malfoy obedeció. Harry lanzó un hechizo de alarma para la madrugada antes de guardar su varita y sus gafas. Se acostó de espaldas.
—Ven aquí, entonces. —le instó.
Draco no dudó. Harry sintió que le levantaban el brazo en la oscuridad, y que Malfoy se retorcía por debajo de él para acurrucarse en el pecho de Harry, con un brazo delgado alrededor de su cintura.
Harry, por su parte, rodeó al chico más delgado, acariciando su espalda, dejando caer un par de besos en su pelo.
— ¿Vas a decirme qué te pasa por la cabeza? —le insistió Harry, con voz suave.
Malfoy murmuró algo en el hombro de Harry.
— ¿Qué dijiste? —preguntó Harry.
Draco despegó la cara de la camisa de Harry.
—Preferiría no hacerlo —gruñó—. ¿No podemos dormirnos y olvidar que me he puesto así?
—No —dijo Harry, con firmeza, aunque, si era sincero, dormirse ahora mismo no le parecía un plan terrible. Pero la seriedad de la miseria de Malfoy le había impactado y no quería simplemente ignorarla—. Dime qué te ha afectado tanto, me gustaría saberlo.
—Es una tontería —murmuró Draco, tratando de sonar poco afectado—, es que a veces me pongo así. Malhumorado. Pero... a veces no puedo evitar sentir que yo, yo... —su voz se quebró—. Bueno, que lo arruino todo, ¿no?
— ¿Qué has arruinado, exactamente? —preguntó Harry, todavía acariciando a Draco como si estuviera apaciguando a un hipogrifo ansioso. Le gustaba el tacto del cabello en la nuca de Draco. Realmente tenía un pelo precioso, tan liso y suave.
—Sólo cosas —insistió Malfoy, un poco beligerante—. Esto. Tú —Malfoy murmuró contra el cuello de Harry—. Granger incluso lo dijo. Sólo te haré la vida difícil, haré que todos te odien. Porque soy egoísta, siempre lo soy. Te quería a ti, así que fui por ti, mandando al diablo las consecuencias.
—Oh, vamos —dijo Harry, reprendiéndolo cariñosamente—, sólo va a ser un ajuste, pero estará bien, la gente se ajusta todo el tiempo —para los oídos ebrios de Harry, sonó casi profundo—. De todos modos, no dejes que te altere; no tenemos que resolverlo todavía, tenemos mucho tiempo. No voy a ir a ninguna parte.
—Deberías —respondió Draco, miserablemente—. Deberías correr tan rápido como puedas. Ya he arruinado mi propia vida, no dejes que arruine la tuya también.
—Merlín, puede que seas aún más borracho dramático que yo —comentó Harry con una risita, besando a Malfoy en la parte superior de la cabeza—. ¿Te parece que mi vida está arruinada?
— ¡No estoy siendo dramático! —protestó Draco bruscamente— Soy un mortífago, hago daño a la gente. Dejo que la gente salga herida —su tono se oscureció, lleno de repugnancia—. Soy un cobarde sin carácter y sin agallas —hizo una pausa, respirando con dificultad—. A veces sigo viéndolos cuando duermo, ¿sabes? Sus rostros hinchados, sus ojos saltones y muertos, culpándome. Muggles, mestizos, nacidos de muggles, el profesor Dumbledore. Juzgándome, atormentándome. Murieron con un dolor horrible y yo se lo permití. ¿Qué pasa conmigo? Merlín, me lo merezco, me merezco que me atormenten, que nunca olviden lo que hice.
La miseria y el odio a sí mismo de Malfoy, le hicieron recuperar la sobriedad. Harry se dio la vuelta, desacomodando a Draco, de modo que estuvieron tumbados cara a cara. Harry buscó su varita.
—Lumos.
Draco se encogió ante la luz.
—No —se quejó suavemente—, por favor, Harry, no puedo soportar que me veas así.
—Oye —le instó Harry—,mírame.
Malfoy continuó encogido, estirando la cabeza hacia delante en un esfuerzo por volver a enterrarse en el pecho de Harry.
—Ahora, Draco. —dijo Harry, dejando que una aguda nota de control tiñera sus palabras.
Lentamente, todavía temblando, Malfoy obedeció. Tenía los ojos enrojecidos, la cara llena de lágrimas y manchas rosas en la piel pálida. Harry se llevó una mano a la cara. Esto podría ser una mala idea, no lo sabía. Sus inhibiciones estaban bajas y sólo... sólo quería que Draco lo supiera.
—Escucha —dijo Harry, lentamente, observando los ojos de Malfoy—. Yo... estuve allí. La noche que Dumbledore murió. Estaba en su despacho, inmovilizado bajo mi capa de invisibilidad. Te vi retroceder, vi a Snape acercarse. Casi me destruyó, en el momento, pero Dumbledore estaba preparado para morir, se estaba muriendo de todos modos. No eres un asesino, Draco, sé que no lo eres. Hiciste daño a la gente en el camino, no se puede negar eso. Hiciste daño a gente que me importa. Eres culpable, ciertamente, no puedo deshacer eso, pero puedo perdonarlo.
—No quería —jadeó Draco—, no quería, él… dijo que lo haría.
—Oh, cariño, ¿crees que no conozco la garantía? —habló Harry, sintiendo que su corazón dolía brutalmente por el chico que se caía a pedazos en sus brazos— A veces, en mis momentos más oscuros, me pregunto qué cosa horrible no haría, si eso significara que podría volver a ver a mi madre que nunca conocí. Tú amas a tu madre, Draco, y ella te ama a ti, y la gente hace cosas terribles y desesperadas por las personas que ama, está incorporado en nosotros. No fue una cobardía protegerla, y definitivamente no fue una cobardía cuando protegiste a Ron, a Hermione y a mí aquella noche en la mansión.
—Sin embargo, no pude hacerlo bien. Oíste lo que le hicieron. —susurró Draco.
—Sí —convino Harry; demasiadas noches aún podía oír los gritos de Hermione—, pero hiciste lo que pudiste, más de lo necesario. Fue una traición, podrían haberte matado por ello, y aun así lo hiciste. No te culpo por tratar de sobrevivir, ¿cómo podría hacerlo, especialmente cuando estabas arriesgando tu propio cuello en el proceso?
Besó la mejilla de Malfoy, su mandíbula, sus labios, recorriendo todo un camino mojado por las lágrimas.
—Deberías —contestó Malfoy, con fiereza, con la mano enroscada en la muñeca de Harry—. Culparme, quiero decir. ¿Por qué no podía ser bueno como tú? Nunca flaqueas, siempre haces lo que es justo, correcto y noble. Es algo natural para ti. Todo lo que hago es proteger mi propio culo, es todo lo que he hecho.
Harry depositó otro beso sobre la ceja de Draco, el precioso Draco, la esperanza de su hogar. Pensó en los ojos de Narcissa Malfoy aquella noche, exigiendo saber que Draco vivía. Tal vez era por el Whisky de Fuego, pero todo se había vuelto muy claro.
— ¿Recuerdas la tarjeta que Hermione me entregó esta noche? —preguntó Harry. Malfoy lo miró, confundido, pero asintió— Era de mi primo, Dudley. Él y yo crecimos juntos, sus padres me criaron. Ellos, eh… no me querían mucho.
El ceño de Draco se frunció, tratando de seguir la trama.
—Me ocultaron todo, sobre mi pasado, sobre quién soy. Me trataban como a un elfo doméstico o algo peor, me encerraban, me hacían pasar hambre, ni siquiera me llamaban por mi nombre.
—No lo sabía. —dijo Draco, pareciendo molesto.
—Está bien, quiero decir que no lo es, pero no estoy tratando de obtener tu simpatía, sólo estoy tratando de explicar. Verás, creo... creo que crecí creyendo que sólo valía lo que podía hacer por los demás. No es que recibiera nada por ello, ni de mis tíos, ni siquiera de Dudley, en ese momento. Pero era para lo que servía. Desgraciadamente, creo que tal vez me lo creí hasta que realmente creí que no valía nada en absoluto. Me pregunto si tal vez es un poco más fácil para mí arriesgar mi seguridad, sacrificarme por eso. Como si pudiera demostrar que valía algo si era lo suficientemente bueno, lo suficientemente noble.
Draco parecía repentinamente muy triste, y eso no era lo que Harry pretendía. Acarició la mejilla del otro chico y continuó.
—Pero tú... siento que tal vez te educaron para creer que ya eras alguien. Y tengo la sensación de que tu padre socavó mucho eso, pero, aun así, la semilla fue plantada. Tenías un nombre, un propósito, una promesa de superioridad y éxito, y una madre que te quería. Y me pregunto si tal vez tu reflejo de auto-conservación se debe a que, bueno, sabías que eras algo que valía la pena salvar.
—Pero, ¿y si no lo soy, y si no lo era? —Draco susurró.
—No lo creo —dijo Harry con firmeza—. Ni por un momento. ¿Sabes lo ridículamente feliz que he sido esta última semana, conociéndote bien? Eres brillante. Tan inteligente y trabajas tanto, eres ingenioso y encantador y te esfuerzas mucho. A pesar de todo el fango al que te ha arrastrado tu padre, de toda la maldita y horrible matanza que te han obligado a presenciar, no te has rendido, tienes un plan, lo estás intentando.
Malfoy volvió a llorar y Harry lo sostuvo, besándole la cabeza
—Estoy tan estúpidamente orgulloso de ti, Draco, cariño, de verdad. —susurró Harry, sintiéndose a la vez maravillosamente valiente y empático.
Draco resopló ruidosamente contra la camisa de Harry. Su temblor pareció calmarse y permaneció en silencio durante tanto tiempo que Harry creyó que se había quedado dormido.
Entonces, en voz muy baja, Malfoy murmuró:
—Me gusta cuando me llamas así.
— ¿Te gusta? —preguntó Harry, realmente sorprendido. Había esperado que el desbordamiento de su afecto, hubiera pasado desapercibido.
—Me gustan los apodos bonitos. —fue la respuesta.
—Nunca me hubiera imaginado que Draco Malfoy tendría una afición por los mimos y los apodos cariñosos. —declaró Harry, complacido.
—Díselo a alguien y te destruiré.
—Ese es el espíritu. —dijo Harry, besando su pelo.
—Harry. —dijo Malfoy tras otra pausa.
— ¿Sí?
— ¿De verdad crees eso?
—Sí —dijo Harry muy claramente—, lo creo —pasó el brazo por la espalda de Draco, atrayéndolo más cerca—. Y si quieres, te lo seguiré diciendo hasta que tú también lo creas.
...
¡Gracias por leer!
