Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.
Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3
CAPÍTULO XX
Harry realmente no había tenido la intención de ponerse caliente con Draco en un armario de suministros, y, sin embargo, de alguna manera, aquí estaban: Draco tumbado de espaldas sobre la mesa de piedra, y Harry sobre él, con el peso distribuido a lo largo del cuerpo más delgado, atrapándolo como el otro decía que le gustaba. Draco sujetaba el culo de Harry y éste devoraba al otro chico con besos sucios y húmedos. Las caderas de Malfoy se movían, desesperadas, suplicantes, con ruidos animales en la garganta. El roce era demasiado, Merlín, Harry tenía que controlarse o se iba a hacer un lío en los pantalones.
Se dio la vuelta y se deslizó hasta ponerse de pie junto a la mesa.
— ¿A dónde vas? —lloriqueó Draco.
—Sólo quiero divertirme un poco contigo antes de terminar —dijo Harry, dejando que ese tono que sabía que le gustaba a Draco se colara en su voz—. ¿Qué tal si te pones de rodillas para mí, hm?
—Preferiría no hacerlo. —refunfuñó Malfoy, lanzándole una mirada asesina, pero de todos modos se bajó de la mesa y se hundió de rodillas a los pies de Harry.
—Quítate el jersey y la camisa. —le indicó Harry. Le dio un subidón sólo ver a Draco obedecer, temblando ligeramente por la humedad del frío.
—No puedo creer que esté ensuciando mi ropa de esta manera. —se quejó, dejándola caer sobre el suelo polvoriento.
—Oh, habrás ensuciado mucho más que eso cuando termine contigo —prometió Harry, tomando la mandíbula de Draco con la mano—. Abre.
Los dientes de Malfoy se relajaron, dejando al descubierto el rosado revestimiento interior de sus labios y mejillas, su pequeña e inteligente lengua. Harry trazó las curvas de aquella preciosa boca con el pulgar. Primero a lo largo del labio superior de Malfoy, con sus delicadas y elegantes líneas, y luego el labio inferior, más lleno y suave. Curioso, Harry desplazó la yema del pulgar sobre el centro de la bonita lengua roja de Draco y presionó hacia abajo.
—Ya está —comentó Harry—. Qué tranquilidad.
Observó la cara de Draco en busca de signos de angustia, pero no vio ninguno. Deslizó el pulgar hacia atrás, las suaves vellosidades de la lengua de Malfoy crearon una sensación placentera e inusual. Draco tuvo una arcada, sólo un poco. Harry lo hizo de nuevo, sólo porque podía, más fuerte esta vez. La respuesta de Malfoy fue proporcional, y Harry se retiró, soltando la cara del otro chico.
— ¿Demasiado? —preguntó.
—Eso es jodidamente raro y algo sucio —refunfuñó Draco—. Así que, naturalmente, me excita muchísimo. Hazlo otra vez.
—Pellízcame, aquí —Harry señaló su muslo— si necesitas que pare —dijo, frotando su mano suavemente por la cara de Malfoy—, ¿entiendes?
Draco asintió. Harry le acarició la cara, con dulzura.
—En realidad, antes de continuar, tengo una pregunta. ¿Te gusta que te peguen, cariño, que te abofeteen un poco, quiero decir? —preguntó Harry, inquiriendo genuinamente, dejando caer el filo de su voz por un momento.
—Yo... no lo sé —respondió Draco, con la voz entrecortada—, no me gusta el dolor, exactamente, no quiero que me hagan daño, pero... me gusta... lo que significa.
— ¿Qué significa? —incitó Harry.
Draco se sonrojó, tan bonito, su mirada en los zapatos de Harry.
—Ojos arriba, por favor —le corrigió Harry—, y responde a mi pregunta.
Esos ojos grises se encontraron con los suyos.
—Que tú —Draco tragó y se repitió—, que tú puedes hacer lo que quieras conmigo, porque soy... soy tuyo.
El corazón de Harry no había estado preparado para eso. La mitad de él quería simplemente arrodillarse en el suelo y besar a Draco hasta el cansancio y decir que no era cierto, de hecho, era más bien lo contrario, que él, en realidad, era completamente de Draco, a pesar todo. El resto de él, de alguna manera, sabía que no era así. Sabía que era más fácil para Malfoy decir las cosas que necesitaba cuando estaban así, cuando Harry se las sacaba, cuando podía fingir que no tenía elección.
— ¿Eres mío? —preguntó Harry, ladeando la cabeza.
Draco parecía ligeramente extrañado, inseguro. Dio un asentimiento imperceptible.
—Estoy de acuerdo —respondió Harry y las facciones de Malfoy se suavizaron con alivio—. Lo eres. Y puedo hacer lo que quiera contigo, pero prefiero que sólo hagamos cosas para nuestro mutuo disfrute.
—A veces yo... —Malfoy se aclaró la garganta y Harry pudo ver que la ansiedad surgía en él en forma de rubor, una confesión de tipos— A veces me gustan cosas que no me gustan.
Harry, con la mano aún contra la mejilla de Malfoy, indagó más.
— ¿Qué quieres decir?
Draco exhaló temblorosamente.
—Como... como esto. De rodillas, no es cómodo, tengo frío, me duelen las rodillas, está sucio. O tu pulgar en la parte posterior de mi garganta, obligándome a reaccionar. No se siente bien, físicamente, en absoluto, se siente horrible, de hecho, pero... me excita, no puedo explicarlo. Se siente como, no sé, ¿como un sacrificio? Aguantando por ti, sufriendo por ti.
Harry estaba sorprendido, de repente todo se sentía menos como un juego y más como algo importante. Algo que tenía que hacer por el otro chico, y, lo que es más, quería hacerlo. Se sentía como un vínculo inseparable entre ellos.
—Gracias por decírmelo —susurró Harry, apretando los labios contra la frente de Draco—. Así que... Apretarte, aplastarte, mandarte. Incomodidad física. ¿Todas esas son cosas que te gustan?
—Sí —respiró Draco—, mucho.
— ¿Pero te gustaría que te golpeara? —inquirió Harry de nuevo.
Draco se quedó pensativo, y luego asintió, vacilante.
—Puedes decir que no, amor, de verdad —le aseguró Harry, rápidamente—, es sólo una idea.
—No —le interrumpió Draco rápidamente—. No, lo quiero. Pruébalo. Por favor.
—Si no lo disfrutas, dímelo —le dirigió Harry—. Dime "demasiado" y pararé enseguida. No me enfadaré, ni me decepcionaré, ni me molestaré.
—Hazlo. —insistió Malfoy.
Harry apartó la mano de la cara de Malfoy, hizo un gesto como si estuviera a punto de administrarle una ligera bofetada, pero en el último momento se desdijo, y en su lugar puso una mano suave sobre la piel de Malfoy. Draco jadeó, con fuerza, las pupilas dilatadas, los labios entreabiertos. Harry se inclinó y le besó la boca.
—Eres tan hermoso. —susurró Harry, luego se enderezó, pasó los bordes de sus dedos por la mandíbula de Draco. Y luego lo golpeó. Ligeramente, ciertamente nada que causara dolor, sólo un golpe en el costado de la cara de Malfoy. Hizo que Draco saltara. Hizo que todo Harry palpitara con fuerza.
Harry observó la reacción de Malfoy, sus ojos seguían ahora la mano de Harry, recelosos pero excitados.
—Otra vez. —exigió Malfoy.
—Modales. —le recordó Harry.
—Pégame otra vez —instó Draco—, por favor, Harry.
Harry obedeció, con una suave palmada en la otra mejilla de Malfoy. Luego, sin previo aviso, metió dos dedos en la boca de Malfoy.
—Chupa. —ordenó.
Malfoy respondió tan gloriosamente, las mejillas ahuecadas, una succión devastadora en los dedos, el músculo cálido de su lengua disparando todos los nervios a lo largo de la superficie de los dedos de Harry.
—Una cosita tan obediente —comentó Harry, y Malfoy gimió—. Suelta. —le ordenó Harry, sacando y abofeteándolo de nuevo, con los dedos húmedos arrastrando saliva por la mejilla de Malfoy.
Jugó con él así durante varios minutos, adorando el efecto hipnótico que parecía tener en Draco, mientras seguía la mano de Harry. Se sobresaltaba cuando Harry lo golpeaba, se apoyaba en su palma cuando lo acariciaba, tenía arcadas cuando Harry lo obligaba. Su pálido rostro se tiñó de rosa, sus ojos grises como el hielo se abrieron de par en par y brillaron. Sacar las respuestas de Malfoy de esta manera era embriagador. Era tan flexible, tan complaciente. Harry le golpeó de nuevo, esta vez con más fuerza, y Draco gritó, no de dolor, sólo de necesidad, lo que hizo que Harry se debilitara.
Harry se inclinó para besarlo de nuevo, completamente, con cariño. Se movió, besando la mandíbula de Draco, su cuello.
—Eres precioso —respiró Harry contra su piel—. Me encanta verte así, todo jodido de deseo.
Harry se apoyó en la mesa.
—Saca mi polla —le ordenó, y Malfoy lo hizo. Harry estaba brutalmente duro—. Dale un beso —murmuró Harry. Malfoy sostuvo el peso de la misma en su mano, besó la cresta donde la cabeza se encontraba con el eje—. Muy bien —suspiró Harry—, tómala en la boca, ahora.
Draco obedeció con entusiasmo, tragándosela casi de golpe, con ferocidad.
—Más despacio, pequeña escoria. —se burló Harry.
Malfoy le pellizcó el muslo y se apartó, mirando a Harry, casi dolido.
—Yo... sólo me gustan los nombres bonitos. —insistió, en voz baja.
—Oh, cariño, lo siento mucho —dijo Harry, muy serio, sintiéndose culpable. Se agachó para que estuvieran a la altura de los ojos, estirando la mano para acariciar el pelo de Draco—. Lo siento mucho, cariño, debería haber preguntado. ¿Qué quieres hacer? ¿Debemos parar?
—Por las tetas de Merlín, Potter —refunfuñó Draco—. Estoy bien, no arruines un humor perfectamente bueno. Sólo no me llames esa mierda. Además, estoy bastante cerca de perder mis bolas aquí, así que date prisa, ¿quieres?
Harry se rio entre dientes.
—Te juro que a veces es como si hubiera dos de ti, el pequeño imbécil mandón y el sumiso. Oh… mierda, lo siento, lo siento. —se disculpó Harry de nuevo.
—Maldita sea, te mataré —gruñó Malfoy, irritado—. Lo de imbécil está bien, es... depende del contexto, ¿de acuerdo? Cabrón exasperante, déjame chuparte la polla un poco más, ¿quieres?
—Sólo nombres bonitos. Excepto que depende del contexto. Entendido. Gracias por decírmelo —Harry se levantó de nuevo, sintiéndose un poco incómodo, pero aparentemente se necesitaría más que eso para calmar su maldita erección—. Bueno, vuelve a ello.
Malfoy volvió a meterse la polla de Harry en la boca, tarareando satisfecho, deslizándose más lentamente esta vez a lo largo de la longitud. Era devastador.
—Tócate —le indicó Harry—, y no me toques. Quiero usarte.
Draco gimió ante las palabras y se apresuró a desabrochar la bragueta de su pantalón, rodeando su polla con la mano, y poniendo la otra mano en la espalda, como para resistir la tentación. Merlín, la mirada de él, los ojos ardiendo en los de Harry, tocándose a sí mismo cuando Harry lo decía. Harry agarró un puñado de pelo rubio y folló profundamente en esa boca húmeda y cálida. Malfoy balbuceaba, pero continuaba, tan decidido a complacerlo.
Harry no estaba seguro de poder sobrevivir a Draco.
Era como si todo fuera a la vez, la presión, la velocidad, la urgencia, todo. Draco estaba hecho un desastre, la cara roja, la barbilla brillante, tan jodidamente abrumado y libertino. Harry estaba acabado y no se atrevía a pensar.
—Sí, así… Lo estás haciendo muy bien, vas a hacer que me corra, cariño. Ya puedes tocarme, ¿estás cerca?
Malfoy asintió con fervor, rodeando con su mano libre la base de la polla de Harry y chupándola adecuadamente.
—Una vez que me hayas hecho correr, podrás sacarte venirte también —concedió Harry. Las palabras apenas habían salido de la boca de Harry cuando sintió que lo golpeaba esa oleada de placer intenso y perfecto que lo empujó a la liberación— ¡Maldito sea, Draco! —maldijo mientras se corría, todavía tambaleándose al ver cómo la mano de Malfoy volaba furiosamente a lo largo de su propia polla, chorreando sobre su puño y el suelo polvoriento, con la polla de Harry todavía sujeta en su mejilla.
Con un ruido sucio, Draco soltó a Harry, y luego apretó la frente contra su muslo. Harry le siguió acariciándolo con adoración.
—Tan encantador, cariño —murmuró Harry—. Eso fue tan increíble, tan perfecto, que apenas pude soportarlo. —Harry lanzó un escarceo sin varita y luego levantó a Malfoy. Guardó la polla reblandecida de Malfoy y le cerró los pantalones para luego continuar con la suya.
Draco estaba extrañamente fuera de sí, casi sin responder, dejándose recoger contra el pecho de Harry, acariciado y besado y alabado.
— ¿Estuvo bien? —preguntó Harry, mientras los ojos de Draco parecían recuperar parte de su claridad.
Draco asintió y se mordió el labio.
—Eso fue... ah, realmente intenso.
Harry sintió que un borde de preocupación aumentaba en él.
— ¿Demasiado intenso? ¿Estás bien?
—Merlín, estoy más que bien —le tranquilizó Draco—. Eso fue jodidamente caliente y yo... supongo que no sabía que podía ser así. Me sentí, no sé, en trance, o algo así. Oh Merlín, Potter, no me mires así, estoy tratando de decir que fue jodidamente increíble. Eres jodidamente increíble.
—Oh —dijo Harry—, bueno, eh… eso es bueno, entonces. Así es como quiero que te sientas.
—Oh, por el amor de Dios —suspiró Malfoy—, ven aquí. —juntó sus bocas en un beso que lo consumía todo, y Harry se preguntó si no podrían quedarse en este armario de suministros indefinidamente.
...
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