Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.

Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3


CAPÍTULO XXIX


Ron no habló con Harry hasta Halloween.

—Sólo dale tiempo —le había prometido Hermione—, sé que el tratamiento de silencio se siente mezquino, pero en verdad está tratando de protegerte. Está enfadado y tiene miedo de arremeter y decir algo de lo que no pueda retractarse.

Harry sólo pudo asentir, y dejar que la miseria circulara. Se sintió medio ausente durante las clases de Oclumancia con Draco y Clark, durante los entrenamientos de Quidditch con una Marcia Awling abrumadoramente arrepentida, durante sus clases. Ron finalmente se acercó a él durante una apresurada fiesta de Halloween de octavo año en la sala común, colocando una botella de Whiskey de Fuego y dos vasos sobre la mesa. Harry estaba en un rincón alejado de la música y la charla del resto de la sala. Se sintió más aliviado que nada cuando Ron se acercó. Aunque el otro chico estuviera decidido a dejarle fuera para siempre, al menos Harry lo sabría. Se acabaron las preguntas agónicas.

—Harry. —dijo Ron, tomando asiento y sirviéndoles un vaso a cada uno.

Harry se tomó el suyo, esperando que fuera la ofrenda de paz que parecía. Ron hizo lo mismo. Ron fue a hablar, luego su mandíbula se cerró de golpe y sirvió dos vasos más. Bebieron.

—Estoy... bien molesto contigo, amigo. —dijo Ron, finalmente. A Harry se le oprimió el pecho agradablemente. Merlín, echaba de menos a su amigo.

—Lo sé —convino Harry—, tienes derecho a estarlo.

Ron jugueteó con su vaso, golpeándolo ociosamente contra la mesa.

—Tal vez… —Ron intentó— Tal vez podrías decirme por qué crees que estoy molesto y podemos partir de ahí.

Harry asintió.

—Una, supongo, es porque es Malfoy. Dos porque no te lo he dicho.

El pelirrojo lo miró, mordiéndose el labio. Los ojos azules se encontraron con los de Harry.

—Eso es más o menos lo largo y lo corto —convino Ron—. Aunque sospecho que lo primero llevó a lo segundo.

—Lo hizo —reconoció Harry—, no significa que fuera una buena decisión.

—En realidad, fue una decisión de mierda. —le informó Ron.

—Lo sé. Lo siento. —no le parecía suficiente.

—Estoy, ah, estoy un poco cansado de tener que probarme a mí mismo ante ti, ¿sabes? —Ron dijo lentamente— He sido un amigo menos que perfecto, lo sé, en sexto año en particular fui un verdadero imbécil, y luego a principios de este año, esa parte con el relicario... Lo sé. Pero esperaba que, después de luchar en una guerra a tu lado, que eso lo sellaba, ¿sabes? Pensé que mi mejor amigo, Harry Potter, me confiaría su vida. Y me gustaría saber, si pudiera, qué hice para perder ese prestigio, o si simplemente nunca lo tuve en primer lugar.

El tono de Ron fue aumentando, sus palabras cayendo con énfasis. Harry se dio cuenta de que ésta era la versión más suave, incluso. Estaba seguro de que Ron le había echado la bronca mucho más fuerte en su cabeza durante las últimas semanas.

—Confío en ti con mi vida —dijo Harry simplemente—, confiar en ti con mi vida es fácil. Fue confiar en ti con esto lo que fue difícil.

— ¿Porque es un tipo?

—Sé que eso no cambiaría lo que sientes por mí. —le aseguró Harry.

—Claro, porque no lo haría —elaboró Ron—, tal vez no estoy acostumbrado exactamente, pero me estoy adaptando... me he adaptado, creo. Con Dean y Seamus, en realidad creo que es algo agradable, dulce, ¿no? Porque los conocemos desde hace tanto tiempo y siempre han estado unidos por la cadera y parece que realmente se preocupan el uno por el otro.

—No eres un gilipollas en cuanto a eso, Ron, nunca pensé eso. Si sólo hubiera sido eso, te lo habría dicho directamente. Es porque es quien es.

—Malfoy. —aportó Ron.

—Malfoy. —repitió Harry.

Ron hundió la cara en sus manos durante un momento, y luego les sirvió otro tanto de Whiskey de Fuego.

—De todos los chicos y chicas aptos de Hogwarts... —sacudió la cabeza.

—Oh, ¿entonces estás de acuerdo en que está bueno? —Harry bromeó y se sintió aliviado al ver que la comisura de la boca de Ron se movía hacia arriba, incluso cuando él puso los ojos en blanco. Harry no esperó una respuesta a eso— Sólo bromeaba. Sé que se ha portado como un gilipollas. Un auténtico gilipollas no le hace justicia. Ha sido un matón, un imbécil y un maldito mortífago. Ha sido débil, mezquino y cruel.

—Puedo ver lo que ves en él. —reprendió Ron en voz baja, y Harry le devolvió un atisbo de sonrisa.

—Y está intentando cambiar —dijo Harry—, lo creo de verdad.

—Yo también lo creo. Diablos, su compañía me resultaba positivamente tolerable hasta todo esto —ofreció Ron—. Es muy inteligente cuando no se comporta como un imbécil. Pero no estoy seguro de que una réplica ingeniosa absuelva a alguien de crímenes de odio.

—La cuestión es que nada lo hace —respondió Harry, pensativo—, su pasado nunca va a desaparecer. Pero por lo que veo, tenemos dos opciones. Decimos que es quien era y que eso es lo que siempre será, o decimos que era quien era y que ahora está intentando ser algo mejor y le damos la oportunidad de cambiar, joder. Porque simplemente no veo cómo hacer que la gente pague por sus crímenes indefinidamente no hace otra cosa que engendrar más resentimiento y hacer que se asienten más en su odio. ¿Para qué he salvado su maldita vida si luego no le vamos a dar la oportunidad de vivirla?

—Pero ni siquiera han pasado seis meses. —contempló Ron. Tenía razón, Harry lo sabía. En Hogwarts se iba a celebrar un acto conmemorativo de los seis meses dentro de dos días. Harry, para su desgracia, tenía que hablar en él.

—Es demasiado pronto —admitió Harry—, sé que es demasiado pronto, todo está tan fresco y el dolor es pesado. Sé que no es una buena imagen. Sé lo que pensará la gente. No tengo una buena respuesta. No es que haya querido que esto ocurra. Merlín, ni siquiera sé exactamente lo que pasó. Lo que sí sé es que Draco tenía dieciséis años cuando fue marcado por un monstruo y le dijeron que, para salvar a su familia, tendría que convertirse en uno también.

"Es fácil para nosotros decir que no debería haber hecho lo que hizo, que debería haber dejado que su familia se pudriera o algo peor —continuó Harry—, pero si hubieras tenido que elegir entre salvar a Hermione o, por ejemplo, a un profesor que nunca te gustó, aquella noche en la mansión... Nadie te habría culpado por elegir a Hermione. Diablos, yo habría elegido a Hermione, si se diera el caso. No hay ganadores en dilemas tan jodidos como ese. Pero incluso con esas apuestas, Draco se mostró desafiante en las formas furtivas que pudo. Mintió por nosotros en la mansión. Trató de evitar que Crabbe me matara. No es mucho, pero tampoco es nada. No es un asesino, nunca quitó una vida. Lo cual es técnicamente mejor de lo que yo he hecho, en realidad.

—De acuerdo, entonces le damos el beneficio de la duda —suspiró Ron—, ¿pero tienes que salir con él?

Harry se encogió de hombros, le estaba costando más encontrar las palabras, gracias en gran parte al whiskey de fuego.

—Realmente no sé qué decirte, amigo. Ojalá lo supiera, de verdad. Todo lo que sé es que me preocupo por él. Creo que lo he hecho durante mucho tiempo. Y debería habértelo dicho, y siento haber sido un maldito cobarde.

Ron tenía un aspecto sombrío mientras daba otro sorbo a su bebida.

—La verdad es que, por mucho que odie admitirlo, puede que tuvieras razón al no confiar en mí. Por mucho que me diga que lo habría aceptado porque eres mi compañero y te quiero y todo eso... no estoy seguro de que sea la verdad. Creo que es probable que hubiera creído que te estaba engañando, controlándote de alguna manera, usando magia oscura.

Harry se sorprendió y levantó la vista de su vaso.

— ¿No piensas eso ahora?

Ron tenía la mirada perdida, ya que el alcohol estaba haciendo efecto. Habló en un susurro conspirador:

—No sé cuánto te contó Malfoy, pero aquel día en el cobertizo de Quidditch... Se volvió loco, Harry, nunca he visto nada igual. Sollozaba, gritaba, estaba inconsolable. No se iba a ir de tu lado, no importaba con qué lo amenazara. Ni siquiera Madame Pomfrey pudo mantenerlo alejado. Él te quiere, Harry. No importa lo que pueda pensar de él, sé que eso es cierto. Y si no quiero que mi mejor amigo esté con alguien que lo quiera, entonces no soy un buen amigo.

—No sólo eres mi mejor amigo —murmuró Harry, el whiskey definitivamente no ayudaba a contener sus emociones—, tú y Hermione, me han dado toda la familia que tengo.

Ron les sirvió a ambos un último vaso.

—Salud, amigo. Por la familia.

Harry sonrió y chocó las copas, justo cuando Hermione se acercó.

—Por favor, díganme que somos amigos de nuevo. —dijo, poniéndose al lado de ellos y deslizando su brazo alrededor del hombro de Ron.

Ron, a su vez, rodeó alegremente la cintura de Hermione con un brazo y la miró.

—Somos una familia, Hermione —le informó, arrastrando un poco la voz—, y si Harry quiere tirarse a ese rubio insufrible, ¡pues lo hará!

—Seguramente, yo debería poder opinar sobre ese acuerdo en particular. —Harry miró detrás de él y vio aparecer a Draco, como salido de la nada. Harry sonrió borracho, muy contento de ver a su novio.

—Hola, cariño. —le sonrió tiernamente por encima del hombro.

—Merlín, estás jodido —fue la respuesta desdeñosa de Draco, pero, tras un rápido recorrido por la habitación, aún se arriesgó a apretar un breve beso en la sien de Harry. Esto complació mucho a Harry—. Así que, Weasley, tengo tu bendición, ¿verdad? —preguntó Draco, sin mucha sinceridad. Tenía una mano sobre el hombro de Harry y le acariciaba el cuello con el pulgar. El afecto cómodo y despreocupado de aquello hizo que Harry quisiera estallar.

—Sí —Ron agitó una mano magnánima en el aire, como si emitiera un edicto—, besuquea a Harry todo lo que quieras. Y no la cagues.

—Soy un excelente besuqueador, es imposible que la cague. —le aseguró Draco.

Ron trató de aclarar lo que quería decir, pero para entonces se estaba riendo un poco y no era nada comprensivo.

Hermione sonrió, sacudiendo la cabeza.

—Quizá algún día puedan mantener una conversación sincera sin ayuda del alcohol, pero supongo que no debería contar con ello.

Ron consiguió serenarse y luego la miró con ojos grandes y empalagosos.

—Te quiero, Hermione Granger.

Hermione le dirigió una mirada indulgente.

—Yo también te quiero, sensiblero. Ahora, ven a bailar conmigo antes de que estés demasiado borracho para estar de pie.


...


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