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KAGEs

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Sakura rodó sobre el colchón para colocarse sobre el cuerpo de Kakashi, que dormía boca abajo en la cama.

Le encantaba tumbarse sobre la espalda de éste y dibujar ochos en su nuca. Sobre todo cuando aún dormía. El placer de despertarle era solamente comparable al de verle quitarse la máscara a escondidas para robarla un beso.

-Despierta, o llegarás tarde.

Con un gruñido coge la almohada de ella para cubrirse la cabeza.

-No quieres llegar tarde -insiste Sakura.

-¿Quién lo dice? –pregunta débilmente bajo la almohada.

-Yo.

En un rápido movimiento lanza la almohada al suelo y se gira sobre si mismo para quedar boca arriba bajo el cuerpo de su ex alumna.

-¿Ni un buenos días? Has cogido una costumbre muy rara, pelirrosa.

-¿Por qué lo dices? Y deja de llamarme así.

-¿Qué es eso de despertarme cargando todo tu peso sobre mí?

-¿Me estás llamando gorda?

Kakashi deja escapar una risilla antes de besarla suavemente.

-¿Irás? -pregunta sin dejar de besarla.

-¿Qué si iré a tu nombramiento como Hokage? Vaya pregunta más tonta. Claro que iré, no me lo perdería por nada del mundo.

-¿Y por qué no vienes conmigo? ¿A mi lado?

-¿A tu lado?

-Sí. Podemos aprovechar y hacerlo público.

-¿Y por qué no muestras tu rostro a toda la aldea ya de paso?

-Si es lo que quieres, lo haré.

Sakura le mira confusa por un momento. Después, con lentitud se quita de encima de Kakashi para sentarse en el borde de la cama.

-No tengo claro que… -comienza a decir dudando de la idea de hacerlo público.

-Está bien. No importa. No quiero forzarte a nada -la corta con cariño.

-Lo siento.

-No te disculpes. No es que te avergüences de mí, o algo por el estilo, ¿verdad? –comenta haciendo un puchero.

-Claro que no. Es sólo que…

-Lo sé. Cuando estés preparada. No hay prisa. -La guiña un ojo antes de besarla de nuevo.

-Lo sabes, ¿no?

Ahora es él el que no entiende la pregunta y la mira entornando los ojos.

-¿El qué?

-Que te quiero. Aunque no... quiera hacerlo público.

Está vez, en vez de una risilla, Kakashi deja escapar una gran carcajada.

-Ven aquí –pide levantándola por la cintura y colocándola de nuevo sobre él.

-¡No, no, no, no, no! –grita adivinando sus intenciones-. Llegarás tarde. No puedes llegar tarde –exclama riendo.

-Voy a hacerte el amor por última vez cómo un simple shinobi. Luego seré tu jefe.

-Ya eres mi jefe. Estás al mando del equipo.

-No es igual. Seré el jefe de todos –responde dejando algunos besos por su cuello mientras sus manos acarician la espalda de su ex alumna.

-Eres lo peor –grita entre risas.

-Te gusta -asegura besando sus labios.

-o-

'Felicidades Kakashi-sama' era la frase más repetida de toda la mañana. Se estaba empezando a cansar un poco de ella. Todo el mundo en la aldea, todos los presentes, le habían felicitado ya. Todos menos ella. ¿Dónde se habría metido?

-Kakashi –le llama Mei Terumï, Mizukage de Kirigakure.

-Mei-sama –saluda de vuelta Kakashi sin dejar de buscar con la mirada a Sakura.

-Enhorabuena, has conseguido el rango más alto al que un ninja puede aspirar.

-Gracias.

-Y dime… -la líder de la aldea oculta de la niebla hace una pausa intentando llamar la atención del nuevo Hokage, que no deja de buscar a alguien entre la muchedumbre.

Cuando Kakashi nota el silencio vuelve la vista hacía Mei, que se encuentra cruzada de brazos bajo esa gran delantera suya.

-Perdone, Mei-sama, ¿decía algo?

-No tienes que tratarme con esa formalidad. Ahora los dos somos Kages. Los jefes de nuestras aldeas.

-Claro –responde frotándose la nuca con fuerza y cierto nerviosismo.

No era un experto en esto, pero juraría que la Mizukage le estaba poniendo ojitos.

-¿Qué edad tienes Kakashi?

-Treinta y siete.

-Vaya, tenemos la misma edad –dice ésta subiendo sus brazos para marcar más sus pechos.

-Sí. Eso parece –responde Kakashi cerrando los ojos a modo de sonrisa.

-Kakashi… siempre te he visto solo.

-Oh, me gusta estar solo. Es… tranquilo –absurdo. Podía haber buscado un adjetivo mil veces mejor. Pero estaba un poco bloqueado por la corta distancia que la Mizukage estaba marcando con él.

-Mei-sama…

-Sólo Mei –le corrige sonriendo.

-Mei. Sí. Mei, creo que tendría que ir a saludar a…

Sin dejarle terminar le toma por las solapas del haori y tira de él para besarle con fuerza sobre la máscara.

Kakashi cierra los ojos y se queda helado. Cuándo reacciona, abre los ojos y con suavidad pone sus manos sobre los hombros de la mujer, para empujarla suavemente.

-Mei-sama…

-Sólo Mei –repite con una sonrisa en los labios.

-Yo… -se vuelve a frotar la nuca con nerviosismo mirando el suelo. Cuando levanta la cabeza su mirada va a parar a unos metros por detrás de la Mizukage, que le mira sonriente esperando que termine la frase, pero ante la ausencia de continuidad la mujer se gira para ver qué había llamado la atención del Hokage. Allí donde su vista se perdía pudo ver una pelirrosa mirándoles fijamente.

-Es una de tus alumnas, ¿no? Esa chiquilla… ¿cómo se llama? –pregunta sin quitar sus manos del haori de Kakashi.

-Sakura –dice Kakashi negando con la cabeza, más por si mismo que por haber escuchado a la mujer.

-Eso. Sakura. Una gran chica.

-No soy una chica, ni una chiquilla –responde la aludida acercándose de mal humor y haciendo una pequeña reverencia a la Mizukage.

-Hola –saluda Kakashi levantando una mano con un semblante serio.

-Felicidades Hokage-sama -saluda Sakura con una falsa sonrisa.

-No tienes que... -comienza a decir Kakashi, pero en seguida guarda silencio.

-Encantada, Sakura-chan. ¿Podrías… dejarnos un momento a solas?

-No, no puedo. ¿Podría pedirle yo que retire sus manos de Kakashi?

-¿Cómo dices? –pregunta confusa la mujer soltando por fin al Hokage y girándose a verla con más atención antes de dirigirse de nuevo a Kakashi, sin quitar la vista de una Sakura desafiante-. ¿Podrías explicarme esto?

-Yo… -Kakashi tiembla de nervios sin dejar de frotarse la nuca.

-Es tu subordinada, ¡haz que te respete! –pide la Mizukage.

-Le respeto. Es usted quien no le ha respetado hace un momento –explica Sakura.

-Niña, piérdete. No quieres caerme mal.

-Insisto, no soy una niña. Dile algo –pide mirando a Kakashi.

-¿Qué quieres que le diga? Si la gente no lo sabe es difícil explicar una situación así.

La Mizukage les mira confusa.

-Pues díselo.

-Eres tú quien no quería decirlo.

-Eso fue antes de saber que ahora que eres Hokage las mujeres se iban a lanzar a tus brazos.

Mei empezaba a entender de qué iba todo esto.

-Un momento, ¿estás celosa o molesta? –pregunta Kakashi sonriendo.

-¿Qué más da eso ahora? No me gusta que te vayas besando con todas.

-No me he ido besando con nadie. Ella me ha besado.

-No te vi separarte.

-Es una Kage, no podía simplemente empujarla.

-¿Así que si Gaara te intenta besar le dejarías?

Kakashi la mira confundido.

-Si me hubieras acompañado a la ceremonia, como te he pedido, esto no hubiera pasado.

-No me has respondido –acusa Sakura.

Kakashi la mira negando con la cabeza. Esto era demasiado surrealista.

-Claro que no le dejaría besarme.

-Pues eso. Si quieres irte con ella puedes irte.

-O podrías casarte conmigo y asegurarnos de que Gaara no intente besarme en un futuro.

-¿Qué? -pregunta completamente sorprendida.

-Te ha pedido que te cases con él, tonta –interviene la Mizukage que les mira divertida.

-Ya lo sé. Puede darnos algo de espacio –pide Sakura mirándola con odio.

-Oye, estáis en mitad de la calle. Puedo hacer lo que quiera.

-Pues al menos no interrumpa.

-Sakura –le llama Kakashi.

-¿Sí? –pregunta nerviosa volviendo la mirada a él.

-¿Quieres hacerlo público? –pregunta tranquilo.

-No lo sé.

-Eres tonta chica. Es el Hokage. Y está buenísimo. ¿A qué estás esperando? ¿A que se canse?

Sakura mira aterrada a Kakashi pensando en esa posibilidad.

-No me voy a cansar –asegura acercándose a ella y tomando una de sus manos-. Pero en verdad me gustaría no tener que estar escondiéndonos más –explica besándola en la palma-. ¿Quieres casarte conmigo? –pregunta contra la palma de la mano.

-Yo… -comienza nerviosa, mirando en todas direcciones hasta que Kakashi la toma de la barbilla para detener sus movimientos y obligarla a mirarle.

-Sólo si quieres. Si no, podemos esperar.

Sakura afirma con la cabeza.

-¿Eso quiere decir que quieres esperar?

-No. Quiero casarme contigo.

Kakashi sonríe bajo la máscara y la estrecha entre sus brazos.

-Enhorabuena, supongo –dice la mujer a sus espaldas.

-¿Puede largarse? Quiero besar a mi prometido, y la máscara me molesta –pide Sakura lanzándola una mirada de odio.

-Sakura, es una Kage. Muestra un poco más de respeto –pide Kakashi con una medía sonrisa.

-Ha besado a mi hombre, no tengo que ser respetuosa con ella.

-Está bien, está bien, ya me voy –dice la aludida pasando a su lado rumbo a un bar donde pedir algo de sake-. No me inviten a la boda por favor. No podría soportar haber perdido otra oportunidad de atrapar a un hombre.

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