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Cena bimensual
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Ambos parecían estar pensando exactamente lo mismo: ¿Cómo hemos llegado a esto?
La voz de cierta rubia les hace ser conscientes de su realidad.
-¡Ejem!, ¡ejem! Frentona, ¿por qué no os vais a un hotel?
-Eso responde a mi pregunta, supongo –sospecha Tenten.
Kakashi suelta las muñecas de su víctima rápidamente y se incorpora volviendo a su lugar en la mesa.
Sakura, totalmente colorada, hace lo mismo, sentándose de nuevo a la derecha de Kakashi.
No se miran, no hablan. Kakashi mira al frente, a la pared, a través de Ino y Tenten que no le quitan el ojo de encima. Sakura mira su plato, con restos de comida que había desechado y ahora revuelve con los palillos buscando qué comer.
Los demás, completamente en silencio, se miran entre sí.
¿Qué había pasado?
Retrocedamos unos minutos…
La cena estaba siendo bastante agradable, o eso pensaba Sakura siempre que no fijaba la vista en su izquierda.
Una cena con todos sus amigos. Compañeros y profesores por igual. Eran una familia.
Después de todo lo que habían vivido en los últimos años, después de aquella guerra, esto se había convertido en una costumbre. Cena bimensual.
Todos, y con todos se referían a todos los que se quisieran apuntar, estaban ahí.
Generaciones anteriores y generaciones posteriores se reunían en un mismo sitio cada dos meses para celebrar que se podía. Que si todos ponían su granito de arena, se podía seguir adelante, por ellos, por los que no estaban, por los que habían luchado hasta el final.
Cada dos meses.
Todo era perfecto.
Un ambiente agradable.
Todo era perfecto salvo cuando miraba a su izquierda.
A su derecha estaba Naruto, siempre Naruto, su hermano, con Hinata a su lado, su hermana.
Pero a su izquierda estaba el Hokage, el sexto Hokage, Kakashi Hatake.
A ver, no es que hubiera nada de malo en que estuviera, era genial, como había dicho, todos estaban invitados, y era agradable que todos su amigos estuvieran allí.
Kakashi era un amigo más.
Pero había algo con Kakashi y las cenas. Bueno en realidad había algo con Kakashi y los desayunos, las comidas, las cenas, las meriendas, los postres.
Kakashi y la comida o la bebida, sería más acertado decir.
Kakashi y su máscara, mejor.
Le ponía de los nervios ver que todos comían, y él se limitaba a mirar o remover la comida que alguien se había molestado en poner sobre su plato.
De algún modo le irritaba verle siempre ahí parado, sonriendo bajo la máscara.
Y cuando miraba a su izquierda y él se daba cuenta, que venía siendo siempre, y se giraba para verla, y le sonreía bajo la máscara y cerraba sus dos ojitos (ahora descubiertos siempre por la perdida del sharingan), ella no podía evitar irritarse.
Sabía que no lo hacía a malas, que no es que se riera de ella ni nada por el estilo, pero había algo, algo que la irritaba de verdad.
-¿No piensas comer nada? –preguntó por decimosexta vez en lo que llevaban de cena.
-¿Insistes porque te preocupas por mí o porque quieres verme la cara?
-Tu cara no me importa. Pero es molesto que vengas a una cena y no cenes.
-¿Y si no tengo hambre?
-Puedo oír tus tripas rugir.
-Creo que te equivocas.
-Eres molesto.
-Gracias, tú eres muy agradable.
Le miró desafiante antes de volver a mirar al frente donde Ino y Tenten sonreían.
Se paró un segundo a mirar y escuchar a su alrededor. Todos hablaban, comían y bebían. Tenían conversaciones sobre todo un poco.
Primero con el de la derecha, luego con el de la izquierda, con los de delante, con el del otro extremo de la mesa (a gritos, claro). Algunos se levantaban y se iban al otro lado a hablar con alguien a quien no habían visto desde hacía meses, todo valía. La idea era esa. Todos hablaban y comían.
Todos menos él, que había llegado tarde, se había hecho un hueco entre ella y Maito, y se había sentado en silencio ahí, a mirar.
Vale, era el Hokage, podía hacer, en parte, lo que le diera la gana, pero se estaba cansando e irritando. Se estaba irritando mucho.
-¿De veras no cenaras nada? –vuelve a insistir girándose hacía él.
-¿Piensas obligarme?
-¡Claro que no!
-Entonces no. No cenaré.
-¿Nunca comes?
-Por supuesto que como. Pero en casa.
-¿Tienes algún tipo de alergia alimenticia o realmente eres así de raro?
-Soy así de raro.
-¿Alguna enfermedad rara en tu familia?
-¿De qué?
-Mental. ¿Alguna enfermedad mental en tu familia?
-No es un problema mental, si es lo que piensas.
-¿Pero reconoces que es un problema?
-No.
-¿Entonces?
-¿Entonces qué?
-¿Cuál es el problema?
-No hay ningún problema.
-Argggh.
Sakura vuelve a mirar al frente, y Kakashi la imita.
-Sakura –le llama Ino enfrente suya.
-¿Qué pasa Ino?
-¿Qué hay de ese chico?
-¿Qué chico? –pregunta poniéndose colorada
-El del otro día, en el hospital. Le estaba contando a Tenten que era guapísimo y no te quitaba ojo de encima.
-¿Saliste con él? –pregunta Tenten.
-No, no salí con nadie –responde sin perder el rubor.
-¿Por qué? Estaba claro que le gustabas –pregunta Ino como si no haberlo hecho fuera lo más estúpido del mundo.
-Porque él a mi no me gustaba.
-Pero si era guapísimo frentezota.
-¿Cuál es tu tipo, Sakura? –pregunta Tenten.
Sakura se queda en silencio.
-No lo sé. Supongo que no tengo un tipo definido.
-Pero tiene que haber alguien –insiste Tenten.
-Claro que sí. El idiota de Sasuke –sentencia Ino.
-No. Ya superé lo de Sasuke-kun.
-¿Entonces por qué no saliste con ese moreno del hospital?
-Porque superar lo de Sasuke no significa que me guste cualquiera.
-Tienes veintitrés años, no seas mojigata –crítica Ino.
-Cállate cerdita –se queja Sakura totalmente sonrojada mirando a su izquierda, donde Kakashi presta atención a la conversación sonriendo tontamente-. Y tú, métete en tus asuntos.
-¿Mis asuntos? –pregunta Kakashi sin dejar de sonreír bajo la máscara.
Irritante.
-Sí. ¡Come algo! –exclama Sakura cogiendo una bola de arroz y estampándola en la máscara a la altura de la boca.
Kakashi la toma por la muñeca, separando la mano de Sakura de su máscara, y quitándose el arroz con la otra mano.
-Gomen –se disculpa Sakura cuando es consciente de lo que acaba de hacer-. No sé porqué lo he hecho, me he puesto nerviosa.
-Ya veo –dice con sencillez Kakashi sin mostrarse molesto.
Tenten e Ino les miran alucinadas. Los demás, no se han percatado del accidente.
-Gomennasai, no debería haberlo hecho.
-No hay problema –responde Kakashi sonriendo bajo la máscara.
-Déjame ayudarte –pide Sakura cogiendo una servilleta con su mano libre y acercándola a la máscara.
-No es necesario –responde Kakashi tomando a Sakura por la otra muñeca para impedir que le limpie-. Si querías que comiera algo sólo tenías que decírmelo.
Sakura se pone totalmente colorada por un segundos. Luego recupera su color y la irritación vuelve a ella.
-¿Cómo que sólo decirlo? Si llevo toda la maldita cena diciéndote que comas algo. No me vengas con esas. En realidad te mereces lo que he hecho y más.
-Te veo un poco alterada –comenta Kakashi con tranquilidad.
Algo que irrita más a Sakura, que todavía es sujetada por las muñecas.
-¿Alterada? Será para compensar contigo. Que llevas toda la noche ahí como un espantapájaros. No hablas, no comes, no haces nada.
-He hablado contigo.
-Sí, al menos me has respondido. Menos mal.
-¿Qué es lo que quieres? –pregunta sin levantar la voz, a pesar de que Sakura le habla molesta y subiendo el tono.
-¿Qué que quiero? Quiero que comas con nosotros por una vez en tu vida.
-No tengo hambre.
-No tengo hambre –repite imitándole- ¿Y sabes hacer algo más que estar ahí parado?
-¿Qué quieres que haga?
-Algo.
Kakashi, que no la ha soltado en ningún momento, une las muñecas de Sakura en una de sus manos sujetándolas con suficiente fuerza para que, a pesar del forcejeo, no pueda soltarse.
La mira fijamente y se echa encima de ella, obligándola a tumbarse para sentarse a horcajadas sobre ella.
-¿Qué haces? –pregunta recuperando el color rojo.
-Algo.
Con la mano libre busca algo de comida sobre el plato de Sakura y atrapa una bolita de pollo que lleva hasta unos centímetros de la boca de ésta.
Sakura cierra inmediatamente la boca ante lo que piensa que Kakashi pretende hacer: metérselo a la fuerza.
-Déjame en paz -pide Sakura entre dientes.
-Sólo te devuelvo lo que tú me has hecho.
-Si me metes esa bola de pollo en la boca moriré ahogada.
-No exageres.
-Vamos, quítate de encima, te dejaré en paz. No comas si no quieres. Ponte a hablar con tu amigo Gay sensei, o quien sea, te dejaré en paz.
-No –dice arrojando el trozo de pollo a su propio plato.
-¿No? –pregunta confundida.
-Sakura, tienes que aprender una lección.
-¿Eh?
-Siempre quieres controlar todo lo que te rodea.
-Eso no es verdad.
-Sí. ¿Pero sabes qué?
-¿Qué? –pregunta sabiendo que si Kakashi no quiere, no puede escapar.
-Que uno no puede controlar siempre todo lo que le rodea.
-¿Y eso qué quiere decir?
-Sólo eso.
-Aja. Lección aprendida –exclama Sakura forcejeando por soltarse del agarre de Kakashi-. ¿Puedes soltarme ya?
Kakashi se agacha sobre ella hasta casi rozar su nariz enmascarada con la de ella.
-Yo no soy algo a lo que puedes controlar –dice serio, pero sin estar cabreado.
-Nunca se me habría ocurrido controlarte.
-Tampoco necesito que se preocupen por mí. Sé cuidarme solo.
-Lo sé.
-¿Entonces por qué no dejas de meterte en lo que hago o dejo de hacer?
-No intento controlarte, ni cuidar de ti.
-Parece que lo hicieras.
-Está bien, lo he entendido. No te molestaré más. Suéltame.
-Te has puesto colorada.
-Estás muy cerca de mí.
-¿Eso te pone nerviosa?
-Un poco.
-Me has llenado la máscara de arroz.
-Lo siento –vuelve a disculparse.
-Me la tendré que quitar.
-Me lo creeré cuando lo vea -dice gallita.
Kakashi se baja la máscara con la mano libre. Y Sakura le mira fijamente antes de entrar en pánico.
-¿Qué crees que haces? ¡Ponte la maldita máscara!
-¿Qué dices? Llevas años intentando verme sin ella.
-¡Póntela! –pide Sakura soltándose de una mano y llevando la máscara a su sitio de nuevo.
Kakashi se ríe volviendo a atrapar la muñeca de Sakura, que se pone todavía más colorada. Durante un par de minutos los dos se miran sin decir nada.
Ambos parecían estar pensando exactamente lo mismo: ¿Cómo hemos llegado a esto?
La voz de cierta rubia les hace ser conscientes de su realidad.
-¡Ejem!, ¡ejem! Frentona, ¿por qué no os vais a un hotel?
-Eso responde a mi pregunta, supongo –sospecha Tenten.
Kakashi suelta las muñecas de su víctima rápidamente y se incorpora volviendo a su lugar en la mesa.
Sakura, totalmente colorada, hace lo mismo, sentándose de nuevo a la derecha de Kakashi.
No se miran, no hablan. Kakashi mira al frente, a la pared, a través de Ino y Tenten que no le quitan el ojo de encima. Sakura mira su plato, con restos de comida que había desechado y ahora revuelve con los palillos buscando qué comer.
Los demás, completamente en silencio, se miran entre sí.
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