Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.
Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3
CAPÍTULO XLVIII
—Kreacher, no puedes seguir haciendo esto. —siseó Harry, despertando en una situación muy parecida a la del día anterior.
—Muchas disculpas, amo —dijo Kreacher, haciendo una profunda reverencia para desaparecer de la línea de visión de Harry y luego volvió a levantarse—, pero el amo tiene visitas.
— ¿Quién? —preguntó Harry por encima del cuerpo dormido de Malfoy.
—El señor Weasley y la señora Granger.
—Mierda, eh, de acuerdo. ¿Puedes decirles que bajaremos en breve, por favor?
—Como desee el amo.
Otra reverencia y Kreacher se fue.
— ¿Qué ha pasado? —preguntó Harry, mientras él y Draco se reunían con Hermione y Ron en la sala de estar. Habían llegado por Flú y Kreacher ya les había preparado el té. Evidentemente, Clark seguía durmiendo.
—No es terrible —le aseguró Hermione—, pero requiere un poco de mitigación. —le tendió un ejemplar del Profeta.
Una amistad improbable: Harry Potter pasa el día con un ex mortífago.
Harry puso los ojos en blanco con tanta fuerza que le dolió físicamente, pero siguió leyendo.
Harry Potter disfrutó de su primer día de vacaciones comprando en el callejón Diagon. Sus compañeros para el día fueron un dúo improbable: un niño pequeño (cuya identidad aún se desconoce) y el ex mortífago Draco Malfoy. Malfoy fue noticia recientemente por su intervención en un ataque a estudiantes de Hogwarts. Los tres visitaron varias tiendas, entre las que se encontraban las Túnicas para toda ocasión de Madame Malkin, Flourish y Blotts y el Emporio de la lechuza Eeylops. También disfrutaron de un tranquilo almuerzo en El Corcho y el Kraken.
"Potter y Malfoy son grandes amigos", confiesa Megan Jones, alumna de octavo curso de Hogwarts. "¡Están juntos prácticamente todo el tiempo! Creo que el hecho de que todos entrenemos al Quidditch nos ha acercado mucho. Sin embargo, si te soy totalmente sincera, siempre he pensado que Draco Malfoy es bastante maleducado, y luego con todo ese asunto de los mortífagos, bueno, no se me ocurre por qué Harry disfruta tanto de su compañía."
La pregunta sigue siendo, Draco Malfoy: ¿reformado o intrigante? Lo único que podemos hacer es esperar que Potter entre en esta amistad con los ojos bien abiertos y una saludable pizca de escepticismo.
Harry se hundió en el sofá, frotando una mano sobre su barba matutina.
—Maldita sea, ¿esta gente no tiene vida? ¿Cómo puede ser esto una noticia? —le pasó el periódico a Draco— Y no me hagas hablar de Jones, esa insufrible y bocazas Hufflepuff.
—Al menos no vieron nada inapropiado. —dijo Draco, levantando la vista del artículo.
—Aunque lo hayan visto, no es asunto de nadie. ¿No tengo derecho a la privacidad como cualquier otra persona?
—Deberías, pero no lo tienes, Harry. —dijo Hermione, suavemente.
—No puedo creer que no me haya dado cuenta de que algún periodista nos estaba siguiendo. Y el correo, va a estar fuera de control.
—Dudo que quienquiera que haya sido los haya seguido hasta las tiendas. Probablemente observaron a una distancia segura. ¿Tu correo sigue yendo a Hogsmeade? —preguntó Hermione. Harry asintió— Tal vez debas desviarlo. Tendremos que estar más atentos a las amenazas. Aunque también es probable que esas vengan directamente a ti, Draco.
Malfoy asintió cabizbajo.
—No hay sorpresas, sabíamos que era una posibilidad.
— ¿Se espera que yo... comente esto? —preguntó Harry, desconcertado— ¿O el silencio es la mejor política en este caso?
—Si alguna vez van a salir del todo, tenemos que empezar por algún sitio —consideró Hermione—. Así que, en vista de eso, he redactado algo. —le entregó un rollo de pergamino.
—Claro que lo has hecho —dijo Harry, asombrado—. Hermione, ¿dónde estaríamos cualquiera de nosotros sin ti?
Desplegó el pergamino para encontrar una carta al director con la pulcra letra de Hermione. Draco leyó por encima del hombro.
Estimado señor Cuffe,
Hace varias semanas, Draco Malfoy se dirigió a mí para informarme sobre su deseo y el de su madre de crear un fondo de caridad para brujas y magos huérfanos y de bajos recursos. Su plan era establecer un fondo que proporcionara matrículas y suministros a estudiantes desfavorecidos, y concedieron una suma inicial más que generosa. A cambio, los Malfoy me pidieron que mantuviera su identidad en el anonimato, cosa que hice con mucho gusto.
Ayer, después de mucha organización, pude por fin acceder al fondo y entregar galeones y suministros al primer beneficiario de la caridad. Para proteger su privacidad, no nombraré al estudiante en cuestión, pero basta con decir que estaba muy contento. Quería que el señor Malfoy viera la alegría que le proporcionaba al estudiante y, por ello, le invité a pasar el día de compras con nosotros, como mi amigo, sin que el estudiante supiera la verdadera fuente de su financiación.
Después de que su periódico informara de que había pasado el día con Draco Malfoy, y de las calumnias vertidas por dicho artículo, los Malfoy me han permitido, con gran reticencia, exponer sus identidades y reconocer públicamente el fondo.
Sé que la guerra ha causado muchas cicatrices, algunas de las cuales parece que nunca sanarán. Pido a cada uno de nosotros que miremos hacia adelante, donde la cooperación y la esperanza puedan servir de bálsamo para nuestro dolor. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para pedir y animar a otros afectados por la guerra a que hagan donaciones a lo que creo que es una causa verdaderamente valiosa, que atiende a las necesidades de los niños mágicos de todas las clases sociales.
Las donaciones y solicitudes de financiación pueden enviarse a través de la secretaria de la organización, la señora Hermione Granger.
Saludos,
Harry Potter
— ¿Estás absolutamente segura de que eres una Gryffindor? —preguntó Draco a Hermione, lanzándole una mirada incrédula.
Hermione se sonrojó.
—Tengo la intención de que tú y tu madre lo hagan bien. —insistió.
—Obviamente —asintió Draco—, llamaré a casa y le diré a mamá que te abra una cuenta hoy mismo. ¿En qué estabas pensando? ¿Cincuenta mil? ¿Setenta y cinco? Estoy seguro de que ella puede liberar más con un poco de tiempo.
Hermione parpadeó un par de veces.
—Estoy segura de que lo que tu madre se sienta inclinada a dar será suficiente.
Draco se rio.
—Puede que tengas que trabajar en tus habilidades de negociación, Granger".
—Hermione, esto... —Harry suspiró— Es brillante, obviamente, eres brillante. Un par de cosas, sin embargo, uno, ¿estás seguro de que quieres asumir toda una empresa de caridad como esta?
—Oh, espero que ustedes tres contribuyan al trabajo de manera significativa. —le aseguró Hermione.
—Por supuesto —dijo Harry—, pero no quiero que tengan problemas con los ÉXTASIS que vienen.
—Te lo agradezco, Harry, pero sospecho que también puedo reunir al profesorado para que ayude a determinar qué alumnos lo necesitan. Y ahora tendrás que hacer un montón de compras ceremoniales para mantener nuestra cobertura, pero me aseguraré de no sobrepasarme. ¿Qué es lo segundo?
—Clark —dijo Harry—, no quiero que se sienta utilizado, y no quiero que piense que todos los demás piensan que es un caso de caridad.
—Todo el mundo ya sabe que soy un caso de caridad, Harry —bostezó Clark, entrando en la sala de estar con un viejo pijama de Harry—. ¿De qué va todo esto? ¿Hay té?
Como si fuera una señal, Kreacher empujó un viejo y desvencijado carrito más alto que él. Harry ni siquiera sabía que ese mueble en particular existía. Estaba repleto de té y productos para el desayuno.
— ¿Qué te tiene de tan buen humor? —preguntó Ron al elfo, atónito.
Kreacher ignoró a Ron en favor de servir a Malfoy. Dejó caer grandes y gruesas tiras de tocino en un plato, junto con una montaña de huevos y una tostada generosamente enmantecada.
—Creo —se dio cuenta Harry— que Kreacher está contento de tener de nuevo un heredero de los Black en la casa.
—Me preguntaba por qué es tu casa, pero su nombre está en el árbol genealógico del salón —dijo Clark pensativo—. Pero podemos volver a la parte de que me han utilizado, porque siento que es algo que debería saber.
—Cómete el desayuno —le indicó Draco—, y luego lo discutiremos.
Mientras Kreacher sacaba el carro, Constance se abalanzó con una serie de graznidos bajos y urgentes. Se dirigió directamente hacia la bandeja del desayuno de Harry.
— ¡Eh! —gritó Harry, desplazando su bandeja a un lado. Ron y Hermione se asustaron al ver al gran pájaro.
Constance robó dos tiras de tocino antes de que Harry pudiera empujarla. Tan rápido como apareció, se alejó volando, su ala poco manejable chocó con un feo jarrón marrón. Este se tambaleó y cayó, haciéndose añicos en el suelo.
— ¿Qué era esa cosa? —preguntó Ron, mientras Hermione lanzaba un rápido Reparo.
—Ah, Constance. Draco me regaló una lechuza nueva. —explicó Harry.
—La eligió él. —insistió Draco, no queriendo que la compra fuera un reflejo de él.
— ¡Es gigantesca! —dijo Ron— ¡Más parece un albatros que una lechuza!
—Y se ha comido la mitad de tu desayuno. —observó Hermione.
—Todavía está, eh, adaptándose —dijo Harry—. Estoy seguro de que nos acostumbraremos pronto.
Después de la comida, Draco tomó el Flú a La Mansión para discutir la idea de la caridad con su madre, mientras Hermione, Ron y Harry explicaban la situación y la solución propuesta en su totalidad a Clark. El chico escuchó, con las piernas dobladas en el sillón de brocado, con las cejas fruncidas.
—Si todo esto te incomoda, Clark, no lo haremos —le aseguró Harry—. Ya se nos ocurrirá otra cosa, no es un problema, lo digo en serio.
—No me molesta, exactamente —dijo Clark, devolviendo la carta y el Profeta—. Supongo que no lo entiendo. ¿Por qué no puedes decir la verdad?
—Tenemos que convencer a la gente de que Draco se ha reformado —dijo Harry—. Y por desgracia, hasta que la gente no esté dispuesta a creerlo, no nos aceptarán.
—Pero Malfoy, no es malo —dijo Clark—. Quiero decir que puede ser mandón y un poco engreído, pero es bueno enseñando, y es inteligente, y generoso, y es muy amable contigo e incluso conmigo, principalmente. Puedo decírselo a la gente del periódico, si quieres.
—Él es todo eso —convino Harry—, pero, por desgracia, también ha sido un matón y ha sido cruel. La gente ha resultado herida, ha muerto. No en sus manos, tal vez, pero él estaba allí, no lo impidió.
—Oh, ¿y todos ellos son tan buenos para enfrentarse a los matones, como si fuera tan fácil? —Clark cuestionó— ¿Especialmente si ese matón tiene un arma? ¿O una varita o lo que sea? Porque no lo es. Hubo un montón de veces en mi antiguo colegio en las que probablemente debería haber dicho algo, ya sabes, cuando algún pobre chico estaba siendo empujado, pero no lo hice, sólo porque no quería que los imbéciles me molestaran a mí. Y ahora me siento mal por ello, y me gusta pensar que ahora también daría la cara por ellos. Quiero decir, definitivamente defendería a Hiram si lo necesitara, pero en ese entonces estaba demasiado asustado.
Clark se mordía el labio pensativamente, su pelo sin peinar caído hacia un lado.
— ¿Y otra cosa? —estalló— Cuando era pequeño me metí una gominola en la nariz. Y aprendí por las malas que eso era una mala idea. Así que no lo volví a hacer. ¿Es que nadie entiende que la gente cambia, que la gente crece? ¿No es eso lo que pasó con Draco?
—Creo que el verdadero problema aquí es que tú eres más inteligente que nueve décimas partes del público en general —concedió Hermione—. Estoy de acuerdo, no creo que el bien y el mal se ejecuten tan fácilmente en el momento, y creo que Draco ha cambiado. Pero no todos pueden tener clases de oclumancia o almuerzos o días viendo Quidditch con él. Así que tenemos que encontrar otras formas de convencerlos de que lo está intentando.
"Lo que está en juego aquí —continuó Hermione—, puede no parecer muy alto, pero sospecho que lo es. La gente protege a Harry. Lo ven como algo suyo. A nadie más se le cuentan los pequeños detalles de su vida social en las portadas del Profeta, ni siquiera a las estrellas del Quidditch o a los iconos de la música. Creo que es muy posible que, si exponemos a Draco como novio de Harry demasiado pronto, la cosa podría ponerse fea, incluso violenta, y eso es lo que intento evitar. No creo que esté fuera de la posibilidad de que se atente contra la vida de Draco.
—De acuerdo —dijo Clark, simplemente—. Como he dicho, todo el mundo ya sabe que soy un caso de caridad, de todos modos, no me molesta. Y no me hace sentir utilizado. Más bien soy parte de una misión secreta, en realidad.
—Ese es el espíritu. —sonrió Ron al chico.
El fuego se volvió verde y Draco salió. No se desvaneció ni se inclinó hacia delante, como siempre parecía hacer Harry al final de un viaje Flú. Le pasó a Hermione una gran llave de Gringotts.
—Señora secretaria. —dijo.
...
¡Gracias por leer!
