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SdSE (Síndrome de Separación Escolar)
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Sakura está recogiendo la colada entrando y saliendo del patio continuamente. Kakashi ordena algunas cosas en el salón.
-¿Cómo ha ido hoy? –pregunta Sakura desde el salón.
-Bien. Se va acostumbrando. Hoy no ha supuesto un trauma –comenta Kakashi dejando escapar un suspiro de alivio.
Sakura se ríe suavemente.
-No te rías. Está siendo difícil –se queja Kakashi.
-Apuesto que sí. Seguro que os ponéis a llorar los dos.
-Se abraza a mi cuello y es imposible irme.
-Eres un hombre adulto, fuerte y normalmente asocial. Seguro que consigues irte sin que se quiebre tu corazón.
-Al verla abrazada a mí, y con esa intensidad, los demás niños se suman al abrazo.
-Es horrible –comenta Sakura irónica.
-Odio a los niños.
-Te encantan.
-No. Los odio. De verdad –dice rascándose la cabeza.
-Viendo como juegas con tus hijos yo no diría tanto.
-Con ellos es diferente. Son mis hijos. No son como los demás. Son inteligentes y…
-¿Y?
-Y tan guapos como su madre. –Termina acercándose a Sakura y abrazándola por la espalda.
-No seas pelota. Mañana volverás a llevar a Yumiko al colegio.
-Sigo sin entender porqué tengo que ser yo.
-No quiero encontrarme con ella. Te juro que si la veo le parto la cabeza.
-Creo que deberías arreglar las cosas con Ino.
-No la menciones. Además, sólo lo dices porque quieres librarte de llevarlos al colegio.
-No. Lo digo porque es tu mejor amiga –comenta pasándose la mano por el pelo y rascándose-. Deberías hablarlo. Es absurdo que estéis discutidas porque Sakumo e Inojin pelearan por una tontería que ellos ya solucionaron.
-No te metas en peleas de mujeres, Kakashi. Es un consejo que te facilitará la vida.
Kakashi la mira en silencio y afirma con la cabeza para si mismo.
-En cualquier caso, yo no me portaba así. Me encantaba el colegio –retoma el ninja.
-Tú eres un rancio que no echa de menos a nadie.
-Afrontaba las cosas de manera adulta. Y sí, te hecho de menos cada vez que no vienes a cenar.
-Lo único que echas de menos es que te haga la cena. Y respecto al colegio, estoy segura de que eras el rarito.
-El colegio es necesario. Afrontaba las cosas como debe ser. Y puedo hacerme la cena yo solo.
-Es una niña, Kakashi.
-¿Quién?
-Tu hija. Es una niña pequeña. Echa de menos a sus padres.
-Ah. Ya. Bueno, a ver, que la quiero y tal-
-Claro que la quieres, es tu hija –le corta sonriendo.
-Pero debería aceptar que ir al colegio no es tan malo –completa rascándose la cabeza de nuevo.
-Las cosas nuevas siempre asustan.
-No es como yo lo recuerdo.
-Insisto, Kakashi, tú eras un niño muy raro. Normalmente lo pasan mal cuando se tienen que separar de sus padres tanto tiempo.
-¿Tanto tiempo? Por dios. Son unos mocosos.
-¿Tu hija es una mocosa?
-Mi hija no. Ella es diferente. Me refiero a los demás.
-Kakashi, llevo una semana viéndote tirado en el sofá mirando la nada con cara de aburrido.
-Eso no es verdad.
-Se podría decir que la echas de menos tú a ella más que ella a ti.
-Eso no es verdad –insiste rascándose la cabeza.
-Tranquilo Hokage. Mantendré tu debilidad en secreto.
-¿Debilidad? –pregunta incrédulo.
-Te mueres por tus hijos. Y sufres síndrome de separación escolar.
-¿Eso existe? –pregunta sorprendido.
-Sí. En tú caso sí. Tsunade y yo lo hemos inscrito en el libro de la medicina describiendo tus síntomas.
-Ja, ja, ja –ríe irónicamente Kakashi marcando cada ja con fuerza.
-Vamos Kakashi. No es nada malo. Y es tu niña, es normal. Es tierno.
Kakashi se rasca la cabeza una vez más, esta vez con intensidad. Y Sakura se queda mirando interrogante.
-¿Qué pasa? –pregunta Kakashi ante esa mirada mientras sigue rascándose entre el pelo.
Sakura se acerca hasta él y le empuja contra el sofá para subirse encima de él.
-¿Qué haces? ¿No has tenido suficiente con lo de esta mañana? –pregunta él pícaramente.
-¡Calla tonto! –exige Sakura llevando sus manos al pelo de Kakashi y removiéndolo para mirar entre las raíces.
-¿Qué haces? Si crees que esto es sexy te equivocas.
-No es eso. No dejas de rascarte la cabeza.
-¿Y qué con eso?
Sakura no responde, sigue rebuscando entre el pelo de Kakashi. Él, divertido, comienza a pasear sus manos por el cuerpo de Sakura.
-Si es lo que quieres podemos irnos a la cama. Sakumo aún tardará en volver –comenta besándola el cuello.
-Para. Así no hay quien pueda.
-¿Pueda qué?
-Aquí –grita triunfante estirando una mano al cielo y luego bajándola frente a la nariz de Kakashi.
-¿Qué es eso?
-Tienes piojos.
-¿Piojos? –pregunta levantándose de un salto y casi tirando a Sakura al suelo, que reacciona a tiempo para mantener el equilibrio.
-Sí. Piojos.
-No puedo tener piojos.
-¿Por qué no?
-Soy el Hokage.
-Eres padre, Kakashi.
-¿Quién tiene piojos? ¿Yumiko?
-No.
-¿Sakumo? –pregunta sorprendido.
-No.
-¿Tenemos otro hijo y no me he enterado?
-No seas bobo. Me temo que esos abrazos grupales a los que tu hija te arrastra han tenido algo que ver.
-¿Qué? Esos malditos niños. Los odio. Odio a todos los niños –grita rascándose la cabeza a dos manos.
-Deja de rascarte, te harás sangre.
-¡Haz algo!
-¿Yo? –pregunta riéndose.
-Sí. Eres madre. Las madres saben qué hacer en casos como estos.
-Sí. Lavarte con agua muy caliente y pasarte un peine. Vamos al baño.
-Arrrggghhh. Ya puedes solucionar las cosas con Ino. Mañana no pienso llevarlos al colegio.
-No puedo ir Kakashi. Hay un niño con sarampión –explica arrastrándole al baño.
-¿Y? –pregunta confuso.
-Como madre –dice con retintín parándose en mitad del pasillo para mirarle fijamente- sé que esas cosas hay que evitarlas.
-¿Y yo? ¿Qué pasa conmigo? ¿Puedo morir de eso? –pregunta exagerando una reacción de pánico.
-Eres peor que un crío, Kakashi. -Sakura tira de él hasta el baño- Tú pasaste el sarampión de niño. No corres peligro.
-¿Seguro? Siento que sólo quieres exponerme a mí a los piojos.
Sakura rompe a reír abriendo el grifo de la ducha.
-Vamos. Hay que quitarte eso de la cabeza si quieres dormir esta noche en la cama.
-¿Si quiero dormir esta noche en la cama? –pregunta haciéndose el dolido-. ¡Te vas a enterar! –grita cargándola sobre su hombro y metiéndose bajo el chorro de agua con ella.
-¡Kakashi! –le regaña sin dejar de reír.
-Tu credibilidad cae si me regañas desde dentro de la ducha empapada y con la ropa puesta.
-¿Y de quién es la culpa? Bájame –exige fingiendo estar cabreada.
Kakashi la baja con cuidado y la encierra entre su cuerpo y la pared de la ducha.
-Voy a pegarte los piojos –anuncia besándola sobre los labios.
-Ni de broma. Déjame salir.
-No. Primero quiero sexo. Es tu culpa. Me tiraste sobre el sofá de esa forma y te subiste sobre mí. Mira lo que has provocado –dice tomándola de la muñeca y llevando la mano hasta su entrepierna.
-¿En serio Kakashi? ¿Eso es suficiente para que te pongas así?
-Verte es suficiente. Y ahora estás muy sexy toda empapada.
-Déjate de tonterías. Hay que quitarte los piojos.
-Tengo otro sistema. Te haré gritar mi nombre como esta mañana, pensarán que no es un buen lugar para vivir. Demasiado ruido para establecerse ahí –comenta besando su clavícula.
-O puede que se vayan por la vergüenza ajena que das –responde riendo.
-¿Vergüenza ajena? ¿Eso piensas de ti misma?
-No. Eso pienso de mi marido.
-Ouchh –gruñe Kakashi quitándole la camiseta.
-No vas a rendirte, ¿verdad?
-Puedes quitarnos los piojos después de que te haga el amor –sentencia Kakashi cerrando la mampara de la ducha a sus espaldas.
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NdA: Creo que ha quedado genial. ¡Hala! Me lo digo yo sola. Tendrá continuación, no hace falta que lo pidáis. Tengo que retratar ese abrazo colectivo y los síntomas del SdSE (Síndrome de Separación Escolar) de Kakashi. Lo tengo claro. PROMETO SECUELA con Yumiko sin soltar el cuello de su padre. ES UNA PROMESA.
