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Síntomas
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Nunca pudo decirse que Kakashi fuera una persona sonriente, y no sólo era cuestión de una máscara que le cubriera el rostro, a pesar de ella, uno podía saber cuándo Kakashi sonreía y cuándo no. Se notaba en sus ojos, o en su ojo si hablamos de tiempo atrás. Kakashi cerraba el ojo visible en una sonrisa que todo el mundo identificaba como tal. Además, si estabas cerca y la luz daba desde cierto ángulo, uno hasta podía notar una sonrisa dibujada bajo la máscara.
Tiempo después, se convirtió en Hokage, con la perdida del sharingan pasó a llevar los dos ojos descubiertos, su siempre fiel máscara no dejó de acompañarle, pero se sumaron el haori y el sombrero que le identificaban como Rokudaime. Pero Kakashi seguía sin ser una persona especialmente sonriente.
Ahora mismo, Kakashi tampoco sonríe especialmente.
Sin embargo entre la gente cercana o la gente que le conoce desde aproximadamente un par de años, esa imagen de que Kakashi no es una persona especialmente sonriente sí es algo que ha cambiado.
Desde hace un par de años Kakashi pasó de ser una persona seria que dedicaba raras sonrisas a momentos concretos y personas contadas, a un Hokage que no podía borrar una sonrisa de su boca salvo en momentos concretos y para personas contadas.
¿Qué había provocado el cambio? Y más importante, ¿por qué si llevaba casi un par de años sin borrar esa sonrisa de su cara llevaba unos días sin sonreír durante toda la mañana? Unas seis horas, desde las 9:00 hasta las 15:00.
¿Qué había provocado que su sonrisa se borrara durante esas horas concretas?
Y todavía más importante que todo eso, o al menos eso pensaba Sakura: ¿Por qué carajo no se iba a trabajar a la torre Hokage y la dejaba limpiar, organizar y hacer todo tranquila en casa en vez estar sentado en el sofá con la mirada fija en una fotografía sobre la mesita de café?
Según Kakashi:
-No estoy mirando la foto. Estoy descansando. Me encuentro mal, no hay mucho trabajo, puedo quedarme aquí y descansar. Estoy pensando en cosas de Hokage.
Según Sakura:
-No estás cansado. No estás pensando en cosas de Hokage. Estás aburrido porque tu hija ha empezado a ir al jardín de infancia. Haz el favor de ir a trabajar. Y cambia esa cara, que no ha muerto nadie.
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NOTA: Ahora se puede decir; Síntomas es una PRECUELA de SdSE (Síndrome de Separación Escolar)
-o-
En cualquier caso, y aunque Kakashi era una persona en quien uno puede confiar, está vez Sakura parecía llevar toda la razón. Dado que justo esa sonrisa y brillo en su mirada se borraba cuando se separaba de Yumiko en la puerta de la guardería, y volvía cuando la recogía a la salida.
Siendo justos, la sonrisa de Yumiko también desaparecía cuando la arrancaban de los brazos de su padre. Sí. Arrancar es el verbo que los profesores usaban cada mañana desde hace cuatro días.
Era difícil, no por la fuerza de Yumiko, que no era tanta. No por ser el señor Hokage, a pesar de que pedía siempre unos minutos más que siempre le concedían. Era difícil, más por la mirada de odio, que por la autoridad que el cargo le confería.
Pero sobre todo era difícil porque Yumiko tenía esa capacidad natural que en Konoha sólo se había visto en otro ninja en toda la historia de la aldea. Nos referimos a la capacidad natural para conseguir que los demás se sumen a una causa casi perdida. Nos referimos a cómo Naruto conseguía siempre lo que se proponía y nunca solo. Siempre todos sus compañeros sumaban por loco que pareciera el plan.
Y Yumiko había heredado esa capacidad natural de su tío.
Eso conllevaba que cuando sonaba la campana, y Kakashi pedía unos minutos más para despedirse de su niña y ésta comenzaba a llorar por tener que separarse durante unas horas del mejor papa del mundo, no era necesario que ella convenciera a nadie con una gran charla como Naruto siempre había hecho, no era necesario ni siquiera que los mirara con esa carita que sólo ella dominaba y hacía que hasta la quinta aceptará besará a Gamabunta (uno de los sapos de Naruto) porque podía ser su príncipe azul. No. Ella sólo lloraba abrazada al cuello de su papa y de algún modo todos los jóvenes ninjas que apenas eran capaces de dar dos pasos sin caerse, debido a su temprana edad, se lanzaban a un abrazo comunal donde Kakashi perdía el equilibrio y terminaba boca arriba con más de una docena de pequeños monstruos encima. Pequeños monstruos y su princesa.
Pero los pequeños monstruos al final eran los que hacían que Kakashi aceptará soltarse de su princesita y la obligara a entrar al jardín de infancia, sólo por conseguir soltarse de todos esos mocosos.
Odiaba a los niños.
Pero no a todos. Eso ya era más que obvio. Odiaba a los niños de otros. Y eso si que era general. A todos y cada uno de los niños de otros. Con especial odio al género masculino –dentro de la etiqueta hijos de otros-.
Su niña era… su princesa era… era eso: una princesa. Y que los niños de menos de dos años la miraran ya como alguien a quien conquistar... ¡DABA IGUAL QUE FUERA UNA TONTERÍA DEL JARDÍN DE INFANCIA! Esos mocosos no tenían ni el derecho a mirarla de reojo.
-Ya que estás aquí, podrías ayudarme un poco, ¿no? –pidió Sakura sacándole de sus pensamientos.
-¿Quieres que vaya a buscar a Sakumo?
-No. Irá a casa de Shikadai. Quiero que me ayudes en la casa.
Kakashi se levanta pesadamente del sofá.
-¿Cómo se llama el niño ese rubio? –pregunta acercándose a ella para tomar las cajas que carga.
-¿Qué niño?
-El niño rubio.
-Kakashi, tendrás que ser más preciso. Hay muchos niños rubios –comenta tomando otras cajas del suelo.
-El rubio que va con Yumiko al jardín de infancia.
-Hay varios rubios.
Kakashi parado en mitad de la sala con las cajas en las manos la mira confuso.
-Su padre es ese tipo raro.
-Kakashi…
-El de la máscara.
-Raro y con máscara. ¿Te refieres a ti mismo? –pregunta riendo mientras avanza por el pasillo hasta la habitación cargada de cajas.
-No. Me refiero al niño rubio que siempre sale de la guardería detrás de Yumiko y una vez la tomó de la mano –aclara Kakashi sin reírle la broma a Sakura mientras la sigue hasta el cuarto.
-Kakashi no empieces con eso. Son niños.
-Es un pesado. Y siempre es el que empieza los abrazos grupales.
-¿Tuviste otro hoy?
-Sí.
Sakura deja las cajas en el suelo de la habitación y se aparta para que Kakashi deje las que carga junto a las suyas.
-¿Quieres que la lleve yo mañana? -pregunta cansada.
-No.
-Ves. En el fondo eres un blandito.
-No. Yo la dejaría y me volvería. Pero los mocosos siempre me lían –se queja mirando a su alrededor la habitación llena de cajas.
-Los profesores me han dicho que siempre pides unos minutos más.
Kakashi la mira con desconfianza. Ha sido descubierto. Tiene que coger los nombres de los profesores chivatos para castigarlos como se merecen.
-Eso no es cierto.
-Puedes mentir todo lo que quieras. Y sonríe un poco. La vida no se termina por dejar a tu hija en la guardería.
-Ya te he dicho que estoy cansado –se queja dejándose caer de espaldas en la cama.
-Seguro que es eso.
-Sí –dice incorporándose y quedando sentado.
-Entonces –comienza Sakura colocándose entre las piernas de Kakashi-. Si hiciera algo así –continúa empujando a Kakashi de nuevo sobre su espalda contra el colchón- y te pidiera que me hicieras el amor –añade subiéndose a horcajadas sobre él y acariciándole el pecho por encima de la camiseta-, me diríais que no porque estás cansado, ¿no?
-Para eso siempre tengo fuerzas –responde Kakashi subiendo sus manos por la espalda de Sakura.
-Lo que tienes es mucho morro –anuncia ella levantándose.
Kakashi la toma de la muñeca antes de que se aleje y tira de ella de vuelta a la cama.
Sakura deja escapar un grito cuando siente el peso de Kakashi sobre ella, que ha girado rápidamente atrapándola bajo su cuerpo.
-No digo que sea así, pero si estuviera triste porque Yumiko no está por aquí correteando, ¿no sería eso una de esas cosas tiernas que te encantan y te hacen querer hacerme el amor? –pregunta bajándose la máscara.
-Es posible. Es una pena que al final lo único que te sucede es que estás cansado.
-Puede que sea por Yumiko.
-No lo creo. Ahora que lo pienso, con Sakumo nunca te pusiste así. Debe ser que te haces mayor y el trabajo te agota.
-No. Estoy casi seguro que es por Yumiko.
-¿Sufres SdSE?
-¿El qué? –pregunta Kakashi realmente confuso.
Sakura comienza a reír a carcajadas mientras niega con la cabeza.
-No es nada, es algo que me comentó Tsunade –aclara sin dar explicaciones.
-Puede puede sea eso, DSE o como sea. Sufro mucho –comienza a quejarse Kakashi-. Necesito a mi médica.
-Pues ve al médico.
-No. Necesito una sesión íntima con mi médica.
-Insisto, lo que tienes es mucho cuento.
-Sufro por nuestra princesa –anuncia Kakashi en un grito lastimero fingido-. Diagnostícamelo y mándame algún antidepresivo.
-¿Antidepresivo? ¿Cómo qué? –ríe Sakura bajo el peso de Kakashi.
-Como tú. Los sufrimientos por una princesa sólo los puede curar una reina.
Sakura no puede contener una carcajada.
-¡Eres un pelota!
Kakashi se une a las risas, pero no pierde tiempo en quitarle la camiseta a Sakura.
...
Minutos después ambos están riendo bajo una sábana.
-Para ya, no puedo más –suplica Sakura sin dejar de reírse y revolviéndose bajo las sabanas.
-¿Seguro? ¿Quieres que pare?
-Sí –consigue decir entre risas sacando la cabeza de debajo de la sabana.
-No decías lo mismo hace un par de minutos –comenta socarrón.
Sakura deja de reír y le golpea cariñosamente en el hombro.
-Kakashi, a pesar de que disfruto mucho de estos momentos contigo, debo decirte que son las tres menos cuarto.
Kakashi saca la cabeza que todavía esconde bajo la sábana y mira el reloj. De un salto sale de la cama y se coloca los pantalones.
-Veo que vas a buscarla tú.
-Sí. Tengo que pasar por el despacho un momento. No tardaremos mucho.
-No busques excusas. Te mueres por ir a buscarla. Pensé que la reina ganaba a la princesa.
-Nunca dije eso.
-Dijiste-
-Dije que el sufrimiento provocado por una princesa lo quita una reina –la corta sonriendo- no que la reina sea más importante –remata tocándola la nariz con el dedo índice.
-Eres odioso.
-Tampoco decías eso hace unos minutos –añade sonriendo mientras se pone la camiseta que le cubre el rostro nuevamente.
-No os entretengáis. Querría ir a comprarle ropa.
-Vayamos juntos a buscarla. Iremos desde allí.
-¿Quieres venir a comprar ropa? –pregunta sorprendida.
-¿Con las mujeres de la casa? ¡Lo que sea!
-¡JA! Pensé que tenías que pasar por el despacho –le acusa señalándole con un dedo-. ¡Mentiroso!
-Puedo ir mañana. ¿Quieres que vaya con vosotras o no? –pregunta como si supusiera un esfuerzo para él.
-No engañas a nadie Kakashi. Pero te dejo venir a comprar con nosotras –anuncia triunfante.
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NdA: Lo prometido es deuda ;)
