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Te prohíbo

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-No seas idiota Ino, no pienso hacer eso –exclama Sakura quitándole la segunda copa de la noche.

-Sakura, eres la Hokage en funciones, ¡es ahora o nunca! ¿Verdad que sí, Hinata?

La Hyüga mira tímidamente en todas las direcciones comprobando que nadie les está escuchando.

-No creo que la Hokage en funciones pueda crear leyes.

-Naruto no está. Aprovecha. Establece un real decreto.

-Los reales decretos son para los reyes, yo sólo soy la Hokage en funciones. Se trata de mantener las cosas como están mientras no suceda nada raro.

-¡Eso es raro! –grita señalando a Maito, Tenzö y Kakashi sentados en una mesa al fondo de la barra.

-¿Qué tiene de raro que tres amigos vayan a un bar a tomar algo?

-Nada, ¡si obvias que no están intentando ligar!

-Nosotras tampoco estamos intentando ligar.

-Claro que no. Hinata tiene a Naruto, yo tengo a Sai, y tú eres una mojigata.

-Mojigata o no, no puedo cambiar una ley.

-No es cambiarla. Es crearla –le corrige Ino.

-Sakura-san, no digo que esté de acuerdo con Ino –comienza Hinata ganándose unas expresiones de sorpresa de cada una-, pero en realidad sí que creo que deberías hacer algo al respecto. Sin modificar ni crear leyes, claro.

-¡Chorradas! Sakura, mira de nuevo –pide Ino haciéndola girar para dejarla mirando en dirección a la mesa donde dos de los tres shinobis beben sonrientes mientras un tercero, de alguna forma que nunca había llegado a comprender, hace descender el liquido de su bebida sin que le vea nadie-. Y repite eso de que no te mueres por una noche de sexo con él.

Kakashi levanta la mirada de su vaso para fijarla en una Sakura que desde el otro lado del bar también le está mirando. Avergonzada se gira rápidamente y toma su bebida para beber de un trago medio vaso.

-No pienso hacer nada –sentencia Sakura dejando que el resto de la bebida se deslice por su garganta.

-¿QUIÉN CARAJO SE CREE? –pregunta Sakura gritando y con la voz claramente perjudicada por la bebida.

-Di que sí frente de marquesina. A por él.

-CON ESA MALDITA MÁSCARA SIEMPRE –grita desde su mesa provocando que Kakashi vuelva a levantar la mirada en su dirección.

-Sakura-san, deberías calmarte –pide Hinata tímidamente al sentirse observada por todos los clientes del bar.

-NO. Estoy cansada de sus tonterías. Pienso firmar un real decreto.

-Creí que habías dicho que eso sólo podían hacerlo los reyes –comenta Hinata casi en un susurro.

-Pues no es así. Voy a establecer una nueva ley. Prohibidas las máscaras. Prohibidas esas miradas. Y esas sonrisas que se transmiten con la mirada. Prohibidas las melenas plateadas. Prohibido… –el tono de voz de Sakura va en aumento y Kakashi decide levantarse y acercarse a ella-. Prohíbo los uniformes de joünin, y prohíbo los sharingans. Prohíbo esos andares. Y prohíbo –

-Deja de prohibir –pide Kakashi ya a su lado.

-¡No quiero! –grita Sakura.

Hinata e Ino se colocan a la espalda de Sakura. Hinata baja la mirada mientras que Ino mira con atención al shinobi.

-A este paso tendré que irme de la aldea –comenta Kakashi.

-¿Por qué? –pregunta Sakura demasiado borracha para entenderlo.

-Te falta prohibir mi apellido.

-¡No! Pero prohíbo tu culo.

-¿Mi culo?

-Sí. Es un delito.

-Suerte que no eres la Hokage. No puedes prohibir nada.

-Soy la Hokage por unos días.

-La Hokage en funciones. No puedes cambiar las cosas.

-Lo que tu digas. Mañana todo tú estarás prohibido –sentencia Sakura una vez más, señalando a Kakashi de la cabeza a los pies.

-¿Y puedo saber el motivo?

-Ya lo sabes.

-No. Creo que has bebido de más. Ino, llévala a casa –pide Kakashi retirando la bebida de la mano de Sakura.

-No puedo. He quedado con Sai aquí.

-Hinata, por favor –pide Kakashi mirando a la chica más tímida.

-Lo… lo siento. Yo tampoco puedo.

-Naruto no está aquí. ¿Has quedado con alguien?

-Con Tenten.

Kakashi deja escapar un suspiro largo mirando a ambas chicas. En ese momento aparecen Tenzö y Maito en la mesa de las chicas.

-¿Qué pasa Kakashi? –pregunta el primero.

-Esperadme aquí. Voy a acompañar a Sakura a casa. No tardaré en volver –pide tomando a Sakura de la muñeca.

-¡Ni de broma! No pienso ir a ninguna parte contigo –grita Sakura zafándose del agarre.

Kakashi la mira sorprendido y la carga sobre su hombro en un rápido movimiento.

-¡No! Bájame. Te lo prohíbo. Tienes prohibido llevarme así. Prohibido, ¿me oyes? Soy la Hokage. Bájame. Estás prohibido. Tú. Entero. No puedes cargarme porque estás prohibido.

-¿Sugieres que deje de existir? –pegunta cómico Kakashi.

-Sí. Bájame. No existes. Estás prohibido. Te odio. Eres lo peor. Bájame. Te prohíbo que me lleves así. Te prohíbo que me toques. Te lo prohíbo todo.

Kakashi hace caso omiso a los gritos y patadas que está recibiendo por parte de Sakura.

-Perdón –interrumpe Ino-. Kakashi-sama.

-¿Sí? –pregunta el aludido girándose para verla.

-Sakura no ha pagado sus bebidas.

Kakashi rebusca en sus bolsillos y saca unos billetes que coloca sobre la mesa.

-Con esto queda pagado –responde antes de desaparecer en una nube de polvo junto a Sakura.

Ino, Hinata, Maito y Tenzö se quedan mirándose entre sí.

-Creo que se nos ha ido de las manos –sentencia Ino mirando a Hinata.

-¿Qué sucede aquí? –pregunta Tenzö con seriedad.

-Sakura-san está enamorada de Kakashi –confiesa Hinata tímidamente.

-Eso lo sabemos. Pero, ¿por qué estaba así Sakura? –interviene Maito.

-¿No es obvio? La frentona ha bebido de más –responde Ino restándole importancia.

-No. Sakura no suele beber nunca –comenta Tenzö.

-Por eso mismo. La tonta no está acostumbrada. Le dio por beber y no ha podido con ello. –La rubia toma un trago de su bebida antes de alejarse de la mesa dejando a todos sorprendidos.

-Hinata, ¿qué ha pasado? –pregunta Tenzö.

-Sakura-san no puede olvidarse de Kakashi y está pasándolo mal.

-¿Por qué olvidarse de él? –pregunta Maito desde la espalda de Tenzö.

-Porque no pueden estar juntos.

Tenzö se cruza de brazos negando con la cabeza mientras deja escapar un suspiro.

-Eso no tiene porque ser así. Hasta el idiota de Kakashi debería saber eso –dice para sorpresa de Maito e Hinata.

-o-

-Bájame –pide ya más tranquila Sakura.

Kakashi camina por una de las calles principales de Konoha, a estas horas vacía e iluminada únicamente por la luz de unos farolillos, todavía cargando a Sakura sobre su hombro derecho.

-Agradezco que hayas dejado de patearme.

-Bájame –vuelve a pedir.

-¿Estás más tranquila?

-Sí. Pero te odio igual.

-Es un principio –responde Kakashi deteniéndose y bajándola al suelo con delicadeza.

Sakura se sacude la ropa colocándose un poco la camiseta.

-¿Y bien? –pregunta Kakashi mirándola fijamente.

-¿Y bien qué?

-¿Por qué me odias tanto?

-¿Por qué no debería hacerlo? –pregunta haciéndose la desinteresada.

-Pensé que éramos amigos. Pero a poco menos y redactas una ley prohibiéndome la existencia.

-No tengo claro todavía que no vaya a hacerlo mañana. –Sakura comienza a andar hacía su casa.

Kakashi echa a andar detrás de ella.

-Hubiera preferido que no gritaras todo eso en mitad del bar –comenta desde su espalda.

-Mala suerte –responde sin girarse a verle pero poniéndose colorada.

-¿A qué ha venido todo eso?

-A nada.

Kakashi da un par de pasos rápidos para alcanzar a Sakura y caminar en silencio a su lado con las manos en los bolsillos.

-Puedes irte. Sé subir a mi casa sola –anuncia Sakura cuando llegan a su edificio.

-No importa. Puedo acompañarte hasta la puerta –responde Kakashi todavía a su lado.

Comienzan a subir unas escaleras exteriores que deberían llevar a la puerta de Sakura. Pero cuando van por la mitad Sakura tropieza y pierde el equilibrio cayendo de culo en las escaleras.

Kakashi reprime una carcajada y se agacha a su lado para ayudarla a levantar. Extiende una mano frente a Sakura, que ella decide apartar de un manotazo.

-No necesito tu ayuda –exclama levantándose ella sola y comenzando a subir de nuevo las escaleras.

Kakashi se queda en el sitio mirándola serio por unos segundos. De pronto desaparece en una nube de polvo y aparecer delante de ella haciéndola parar de golpe y perder el equilibrio, pero la toma por la muñeca para impedir una nueva caída.

-Está bien. Me he cansado –comenta abruptamente Kakashi-. ¿Qué pasa?

-No pasa nada –responde tímidamente Sakura.

-No te pega esta faceta. Ni la tímida ni la que bebe. Dime qué pasa.

-No pasa nada.

-Sakura-chan –Kakashi pronuncia su nombre a modo de advertencia, y a pesar del mareo que Sakura sufre por el alcohol, ésta es capaz de notarlo.

-No pasa nada. De verdad. Siento lo de antes. No debí haber bebido. Te pido disculpas. Puedes volver allí con tus amigos. Deben estar esperando –suena realmente arrepentida e intenta zafarse del agarre en la muñeca, pero Kakashi no lo permite.

-Me da igual si me están esperando.

A pesar de los intentos de Sakura por soltarse, Kakashi la toma por la otra muñeca y la pega contra la pared, acorralándola entre su cuerpo y un muro de hormigón frio.

Sakura deja escapar un grito por la sorpresa. Después toma aíre y mira a su alrededor buscando las miradas de sus vecinos.

-No nos está mirando nadie –susurra Kakashi ante la cara de vergüenza de la chica.

-Ya te he pedido perdón.

-Al final Kurenai llevaba razón.

-¿De qué hablas? –pregunta mirándole fijamente al ojo descubierto.

-Yo también querría prohibir algunas cosas –dice Kakashi en un susurro para sorpresa de Sakura.

-¿Eh?

-Me gustaría prohibir algunas cosas –reconoce Kakashi todavía en un susurro sin apartarse de ella.

-¿De qué hablas? –vuelve a preguntar Sakura.

-Yo… querría prohibir esos ojos jade que tienes.

Sakura abre los ojos sorprendida y aguanta la respiración mientras traga saliva.

-Y tu forma de mirarme –añade Kakashi dejando caer su frente contra la de Sakura.

Sakura queda muda bajo el agarre del ninja.

-No debí haberte acompañado –susurra de nuevo Kakashi.

Tras coger todo el aire que puede contener en los pulmones Kakashi suelta las muñecas de Sakura y hace ademán de separarse de ella. Pero esta vez es Sakura quien le toma por la camiseta y tira de ella hacía si.

-Espera –pide en un susurro sin soltar su camiseta.

-Tengo que irme. Me están esperando –responde Kakashi soltándose de ella y comenzando a bajar escaleras rápidamente.

-¡Espera! –grita Sakura echando a correr tras de él.

Kakashi no se gira y pasa sobre la barandilla para bajar de un salto todos los escalones cayendo al suelo con gracilidad.

Sakura en un intento por imitarle tropieza con la barandilla por efecto del alcohol y grita ante lo que sabe será una caída dolorosa contra el suelo.

O lo habría sido si Kakashi no la hubiera atrapado antes de tocar el suelo.

-¡Ar… arigato! –grita Sakura avergonzada por su torpeza.

-¿Estás bien? –pregunta claramente preocupado.

-Sí. Gracias por cogerme.

-¿Seguro?

-Sí. Puedes bajarme. Gracias.

Kakashi la deja en el suelo, por segunda vez en la noche.

Sakura deja escapar un pequeño gruñido al apoyar el pie.

-Creo que me lo he torcido con la barandilla –anuncia agachándose para sobarse el tobillo derecho.

-Vamos, te acompaño a la puerta –ofrece Kakashi tendiendo la mano.

En el momento en que Sakura le toma de la mano desaparecen en una nube de polvo y aparecen en la puerta de Sakura.

-Nunca me acostumbro a esto. No sé cómo lo haces tan a menudo.

-Estoy acostumbrado –dice encogiéndose de hombros.

Sakura saca la llave de su bolsillo y abre la puerta en silencio. Sin encender la luz entra al recibidor y se gira para mirar a Kakashi parado delante suya.

-¿Quieres entrar?

-No debería hacerlo.

-Me gustaría que entraras.

-Puede ser el alcohol quien habla.

-Es el alcohol. Yo no me atrevería a invitarte –reconoce Sakura en un alarde de racionalidad.

-Será mejor que me vaya –sentencia sin moverse ni un centímetro.

-Quédate. Por favor.

-Es tarde.

-¿Vas a volver al bar?

Kakashi la mira interrogante.

-Si vas a volver al bar a buscar a una mujer con la que ligar vale. Pero si te vas a ir a casa a lamentarte por no saber si es el alcohol quien habla o soy yo, te pido que te quedes.

-De golpe pareces haber superado los efectos del alcohol –comenta bastante serio pero sorprendido por el alegato de Sakura.

-Quizás ha sido precisamente eso –declara Sakura afirmando con la cabeza.

Kakashi no entiende a qué se refiere y vuelve a mirarla interrogante.

-El golpe. Bueno, el no golpe. Caer desde el segundo piso me ha hecho despejarme.

-Quizás.

Ambos quedan en silencio, en la oscuridad del rellano, mirándose mutuamente. Uno dentro de la casa, el otro fuera.

-¿Entonces? –pregunta Sakura rompiendo el silencio.

-¿Quieres que entre?

-Quiero que te quedes a dormir.

-¿De qué hablabas antes con Ino e Hinata?

-¿No era obvio? ¿O sólo buscas que te suba la moral?

Kakashi sonríe en la oscuridad.

-¿Me vas a obligar a rogarte? –pregunta Sakura sonriendo y estirando una mano para cogerle de la camiseta.

-En realidad estoy valorando cómo de mala idea es todo esto –responde bajando la mirada hasta la mano de Sakura que arruga su camiseta cogiendo un extremo en un puño como un niño pequeño que no quiere perderse entre la multitud.

-Muy mala. Pero esas son las mejores.

-Esto no es una apuesta con tus amigas para verme la cara, ¿verdad? –pregunta sin perder la sonrisa.

-Respóndete tu mismo –pide Sakura tirando de él hacía dentro y cerrando la puerta una vez que Kakashi avanza unos pasos hasta el salón y enciende la luz-. ¿Quieres algo de beber?

-Creo que ya hemos bebido bastante los dos.

-¿Tú beber? Sólo agitas el vaso entre tus manos.

-He tomado unas cuantas copas. Demasiadas. Prueba de ello es que estoy aquí –dice mirando a su alrededor-. Tienes una copia de Icha Icha Violencia –anuncia señalando una estantería.

-Me lo regalaste cuando cumplí veintiún años, ¿no lo recuerdas?

-No. Yo te regale Icha Icha Paraíso, el primer tomo. Ese de ahí es el segundo.

Sakura mira en la dirección que Kakashi señala para recordar que había comprado ese tomo un día que lo vio en un escaparate. Lo había olvidado completamente.

-Será tuyo. Quizás lo olvidaste un día aquí.

-No. Nunca olvidó mis Icha Icha.

-Empiezo a arrepentirme de haberte pedido entrar.

-Yo empiezo a alegrarme de haber entrado. ¿Has leído el tercero? –pregunta acercándose a la estantería para tomar el tomo rojo.

-No he leído ninguno.

-¿Cuál es tu parte favorita?

-Ya te he dicho—

El sonido de alguien llamando a la puerta interrumpe a Sakura.

-Voy a ver quién es. No hagas ruido.

-¿Te avergüenzas de mí? –pregunta divertido.

-No. Pero prefiero que no sepan que estás aquí.

-Eso es precisamente lo que significa avergonzarse.

-En realidad no. ¡Calla! –pide abriendo la puerta.

Frente a ella Ino acompañada de Hinata miran por encima de su hombro, hacia dentro de la habitación.

-Te debo dinero Hinata. Está sola –exclama Ino claramente afectada por el alcohol.

Sakura mira a sus espaldas para ver el salón vacío antes de girarse de nuevo a ver a sus amigas.

-¿Qué sucede? –pregunta mirando a Hinata.

-Gomen, Sakura-san. Intenté pararla. Pero ya sabes como es.

-Ya veo.

-Empezaron a apostar sobre que hoy terminarías en la cama con Kakashi y-

-¿Qué? ¿Quién apostó eso? –pregunta poniéndose colorada.

-Ino, Kiba y Tenten… contra Sai, Shino y yo.

-Enhorabuena a los tres, esta palurda y los otros dos os deben dinero. Estoy sola en casa. Podéis iros ahora mismo.

-Frente de marquesina. Has dejado escapar otra oportunidad. ¡BAAAA-KAAAAA! –grita Ino tambaleándose y apoyándose en Hinata.

-Lárgate cerdita. Estás demasiado borracha.

-Como tú hace un rato. ¿Qué ha pasado? ¿Ya has quemado todo el alcohol?

-El aíre de la noche me despejó.

-Ya… frente de marquesina… sí no te lanzas, nunca te follaras a Kakashi.

-¡CÁLLATE CERDA! Yo nunca he dicho que quiera follarme a Kakashi –grita Sakura girándose de nuevo para ver otra vez el salón vacío.

-Llevas meses diciéndolo. Follártelo y hacer el amor con él viene a ser lo mismo, frentezota –grita la rubia.

-Cállate Ino –suplica Sakura colorada-. Llévala a su casa, por favor, Hinata.

-Lo siento Sakura-san. Te dejaremos descansar –se disculpa una vez más la morena cogiendo a la rubia de la cintura y arrastrándola escaleras abajo.

-¡Ve a buscarle y fóllatele! –grita Ino siendo arrastrada por Hinata.

Sakura deja escapar un suspiro de frustración antes de cerrar la puerta y girarse para enfrentar a lo que espera ser un Kakashi partiéndose de risa.

Pero el salón sigue vació.

Avanza hasta el otro extremo y no ve nada. El Icha Icha rojo está sobre la mesa y no hay rastro de Kakashi.

-¿Sensei? –le llama avanzando por el pasillo-. ¿Estás ahí? –pregunta golpeando la puerta del baño.

Pero no hay respuesta. Se encoge de hombros y se va hasta la habitación, donde se quita el abrigo arrojándolo sobre la cama.

Avanza hasta el espejo y se queda mirándose por unos segundos. Luego cierra los ojos y estira los brazos enlazados hacía arriba intentando quitarse el cansancio de toda la noche.

-Yo no creo que follar o hacer el amor con alguien vengan a ser lo mismo –susurra Kakashi sobre su nuca y provocándola un susto de infarto.

-¡Kiiiaaaa! –grita abriendo los ojos de golpe y girándose para verle la cara-. ¿Estás loco? ¿Quieres matarme de un susto?

Kakashi la mira sonriente bajo la máscara.

-¿Tú prefieres follar o hacer el amor? –pregunta Kakashi sugerente.

-No lo sé. No preguntes ese tipo de cosas –responde Sakura avergonzada.

-No eres virgen, ¿verdad?

-¡Claro que no! ¿Qué edad crees que tengo?

-Eso no va con la edad. Perdí mi virginidad… -Kakashi se separa de ella sentándose en la cama-, déjame pensar…

-Con doce años. Seguro que Jiraiya te llevó a un prostíbulo –bromea Sakura.

-No. Eso lo hacía con sus alumnos. Yo fui alumno de Minato. Por otra parte, Naruto sí ha sido alumno suyo.

-Argg. No quiero imaginármelo. Mejor cambiemos de tema.

-¿Y de qué quieres hablar? –pregunta Kakashi golpeando la cama a su lado para invitar a Sakura a sentarse.

-Hasta hace un rato estabas valorando si entrar era una buena idea, ahora te sientas tranquilamente en mi cama, y me invitas a sentarme a tu lado –evidencia Sakura sorprendida sin moverse del sitio.

-Ahora sé que no es el alcohol el que habla por ti. Ino siempre me ha caído bien, es una buena influencia para alguien como tú. Aunque es muy ruidosa.

-¿Qué quieres decir con "buena influencia"?

-Es… lanzada.

-Cállate –pide hundiéndose en la cama junto a él.

-A eso me refiero. Te pones colorada y evitas ciertos temas. Has necesitado pasarte con el alcohol para decirme todo lo que quieres prohibir de mí.

-En realidad no te lo decía a ti. Estaba valorando en voz alta cuales serían las leyes a redactar mañana –comenta dejándose caer de espaldas.

-¿Sigues queriendo prohibir mi existencia? –pregunta Kakashi girándose sobre la cama para mirarla a la cara.

-Quizás.

Kakashi se tumba a su lado y se quedan mirándola. Los dos tumbados de lado en la cama, enfrentados, mirándose mutuamente.

-Me has pedido entrar… ¿ahora qué? –pregunta Kakashi divertido.

-No lo sé. Se me ha pasado el efecto del alcohol.

-¿Me voy?

-No –responde Sakura rápidamente para luego guardar silencio.

-Entonces… ¿me quedo a dormir? –pregunta dejando el humor a un lado.

-Sí… -pide Sakura agarrándole de nuevo de la camiseta como una niña pequeña, y arrimándose a él.

Kakashi la nota temblar, y la rodea por los hombros con sus brazos.

-¿Tienes frío o estás nerviosa?

-Lo segundo –reconoce Sakura.

-Si te soy sincero, aunque bromee, yo también lo estoy.

-Eso ayuda –confiesa sonriendo.

-Sólo estemos así un rato, ¿de acuerdo? –sugiere Kakashi sin soltarla.

-Sí. Está bien –acepta Sakura pegándose todavía más a él, hundiendo su rostro en el pecho del ninja y rodeándole la cintura con sus brazos.

-Aún puedes bajarme la máscara y ganar la apuesta con tus amigas.

-No hay ninguna apuesta sobre tu rostro. Bueno, al menos no una en la que yo tenga que verte para ganar nada.

Kakashi deja escapar una carcajada que hace retumbar su pecho, y Sakura lo nota a través del abrazo.

-No hay ninguna apuesta. Pero eso no quiere decir que no me apetezca verte la cara.

Kakashi deja de reír ante la confesión y baja su mirada para verla.

-Dime cuál es tu parte favorita del segundo Icha Icha y podrás bajarme la máscara.

-No eres tan interesante como para reconocer que leo esa clase de libros.

-Pero los lees.

-Nunca lo sabrás.

-¿Qué hay de malo en reconocerlo?

-Me pondría casi al mismo nivel de perversión que tú.

-Eso no es tan malo –sugiere Kakashi con un tono pícaro y fingiendo un gruñido de tigre.

-Eso te gustaría…

-Sí –responde seriamente.

Sakura levanta la mirada para enfrentar la de él. Al verle mirándola tan fijamente un nuevo escalofrío atraviesa su espalda. Toma aíre lentamente y lleva su mano hasta el borde de la máscara del shinobi.

Kakashi la mira sin inmutarse.

-No tengo parte favorita. Todo el libro está muy bien –confiesa Sakura en una frase atropellada antes de darle un tirón de la máscara y empujarse con los pies contra el colchón para alcanzar los labios de Kakashi que sonríe por un momento antes de abrirse paso en su boca

La habitación parece sumirse en un silencio total cuando Kakashi gira sobre ella con rapidez para abandonar su boca y descender por su cuello dejando un reguero de besos en cada centímetro de su piel.

Las manos del ninja se pierden por debajo de la camiseta de Sakura acariciando el estomago y la espalda de ésta, que se arquea bajo las caricias que recibe.

-Quiero hacerte el amor, ¿puedo hacerte el amor? –pregunta Kakashi sin abandonar su cuello y subiendo hasta morderle el lóbulo de la oreja.

Su voz ronca y demandante descoloca por un momento a Sakura, que no responde inmediatamente a la pregunta provocando que Kakashi se detenga para separarse un poco de ella apoyándose sobre sus propias manos y se quede mirándola interrogante.

-Sí. Perdón. Yo… Tu voz… suena distinta sin máscara.

Kakashi sonríe sorprendido ante el comentario y mostrando una perfecta dentadura blanca.

Sakura estira una de sus manos hasta el mentón de Kakashi y acaricia una barba de tres días.

-Pinchas.

-¿Eso es todo lo que vas a decirme? –pregunta divertido.

Sakura se encoge de hombros antes de dejar escapar una risilla, y Kakashi decide continuar donde lo había dejado: atrapando los labios de Sakura.

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NdA: No tengo nada que decir, pero me he acostumbrado a poner algo aquí, así que: ¡HOLA! Ya de paso os dedico a todas/os los que alguna vez hayáis dejado un review este fic. Ya sea por aquí, por facebook, por whatsapp, por donde sea. También a las personas que han criticado de manera constructiva y a las que simplemente les gustan los drabbles escriba lo que escriba (en ese caso hacéroslo mirar, que a veces escribo cada chorrada... pero es lo que tiene, que no tengo vergüenza ninguna). Bueno y ya, que para no tener nada que decir me enrollo mucho.